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Introducción 3

Galletas craqueladas de limón 4

Cookies de Nutella 7

Galletas rellenas sin gluten 11

Galletas sablés de leopardo 14

Enrejados de fresa 18

Galletas florentinas 21

Cookies clásicas 24

Galletas rulo de chocolate 27

Galletas de avena 30

Shortbread de frambuesa 33
Este e-book que acaba de caer en tus manos recoge mis diez recetas favoritas de
galletas de entre todas las que ya atesoramos en el blog.

La primera vez que hice repostería en mi vida fue después de abrir un libro de recetas
de conventos españoles y ver la receta de unas galletas de nata que me recordaron
a las que hacía mi abuela cuando yo era pequeña, con nata de vacas recién
ordeñadas, en el horno de la panadería del pueblo. ¡Sí, recuerdo que “alquilaban” el
horno unas horas para poder hacer todo tipo de delicias!

Y aunque el resultado de mis primeras galletas distaba mucho del que conseguía mi
abuela, el hecho de ver que yo podía hacer galletas en casa, para mí fue como un
milagro.

Ojalá este e-book te sirva para disfrutar de la cocina, y más concretamente de la


repostería, y te permita preparar galletas deliciosas para compartir con las personas
que más quieres.

La vida está hecha de los momentos que construimos. Por eso, cocina con tus
hijos, comparte comidas con tus amigos, olvida el móvil y charla… Come sano, pero
no te prives de unas galletas caseras de vez en cuando. Sé feliz.

Con cariño,

María
• 30 g de mantequilla ablandada
• 50 g de azúcar
• Ralladura de un limón
• Un huevo
• Dos cdtas. de zumo de limón
• 135 g de harina de repostería
• 1/2 cdta. de levadura química
• 1/4 cdta. de sal
• Colorante amarillo (opcional)
• Azúcar glas para rebozar

Estas galletas craqueladas de limón lo


tienen todo: son fáciles, bonitas y están
deliciosas. Son las galletas perfectas
para los amantes del limón y para los
novatos en la repostería. Para hacer
estas galletas y que queden perfectas
encontrarás todos los utensilios
necesarios en nuestra tienda, incluida la
bandeja de horno perforada que hemos
usado para prepararlas y que garantiza
una base crujiente gracias a que el aire
circula mejor por las perforaciones.
Pasamos por el tamiz la harina de repostería con la levadura química. Añadimos la sal
y mezclamos con varillas. Reservamos.

Rallamos la piel del limón con un rallador; exprimimos con un exprimidor las dos
cucharaditas de zumo y reservamos en un bol.

En un bol ponemos la mantequilla ablandada con el azúcar; batimos con


unas varillas solo para mezclar.

Añadimos la piel del limón y el zumo, y mezclamos. Rebañamos las paredes del bol
para que se mezcle todo bien.

Agregamos el huevo y mezclamos de nuevo. Quedará como si estuviera cortado,


pero no importa. Si usamos colorante amarillo lo añadiremos ahora, sin pasarnos
porque en cualquier caso la masa es amarilla y no precisa de acentuar mucho el color.

Por último, añadimos los sólidos y mezclamos con una espátula hasta que se forme
una masa homogénea y blandita.

Tapamos el bol con un plástico de cocina y metemos la masa en la nevera por lo


menos una hora para que se ponga algo más firme.

Sacamos la masa de la nevera y la dividimos en 12 bolitas ayudándonos con dos


cucharitas; podemos usar la báscula para que salgan perfectamente iguales.

Vamos pasando las bolitas por azúcar glas puesto en un plato o fuente, cubriéndolas
con una capa gruesa de azúcar.

Cuando tengamos formadas todas las bolitas y colocadas en una bandeja de


galletas forrada de papel de hornear las cocemos en el horno a 180ºC durante 15
minutos. Las sacamos a enfriar sobre una rejilla.
Masa de las galletas
• 110 g de mantequilla
• 320 g de azúcar, mitad blanquilla y
mitad azúcar moreno
• 45 g de cacao en polvo
• Dos huevos
• 1/4 cdta. de sal
• 3 g de levadura química
• 275 g de harina de repostería
• 100 g chips chocolate negro
• 50 g de Nutella
Salsa de caramelo salado
• 95 g de azúcar
• 20 ml de agua
• 1/2 cda. de azúcar invertido
• 60 ml de nata para montar
• 1/2 cda. de sal
• 30 g de mantequilla

Para hacer estas galletas obtendrás un


mejor resultado usando la bandeja
rectangular perforada de Kitchen Craft,
pues hará que las galletas queden muy
crujientes por la base.
Para el caramelo salado, alentamos el horno a 180ºC y preparamos una bandeja de
horno con papel de hornear.

Preparamos la salsa de caramelo salado: ponemos en un cazo el azúcar con el agua


y el azúcar invertido. La función del azúcar invertido es que el caramelo no
cristalice tan fácilmente al enfriarse.

Calentamos a fuego medio sin remover hasta que empiece a tomar color ámbar, señal
de que está caramelizando. Cuando esté de color miel retiramos el cazo del fuego y,
con cuidado pues burbujea con violencia, agregamos la nata líquida. Ojo en toda esta
operación porque el caramelo alcanza temperaturas muy altas.

Removemos con cuchara de madera y devolvemos el cazo al fuego para cocerlo otro
minuto y que se deshagan los grumos que se hayan podido formar. Retiramos y
agregamos la sal y la mantequilla. Mezclamos bien y dejamos templar.

Para la masa de las galletas, derretimos la mantequilla en un bol en el microondas o


en sartén. Añadimos el azúcar moreno, el azúcar blanquilla y los huevos.

Agregamos el cacao en polvo y la sal. Mezclamos bien hasta homogeneizar,


con espátula, robot de cocina con pala o varillas eléctricas.

Pasamos la harina de repostería por un tamiz junto con la levadura química y


mezclamos con el resto de los ingredientes hasta obtener una masa homogénea.
Añadimos por último las gotas de chocolate.

Con la mano o una cuchara vamos tomando porciones de masa de unos 25 g (mejor
ir pesándolas en la báscula). Hacemos 24 bolitas, las ponemos en la bandeja de
horno (necesitaremos hacerlas en dos tandas) y aplastamos el centro con un dedo,
haciendo un hueco.
Ponemos una cucharadita pequeña de Nutella primero seguida de otra cucharadita
pequeña de caramelo salado, sin pasarnos para que no rebose. Conviene templar un
poco la Nutella en el microondas, con precaución, para que esté más fluida.

Separamos porciones de unos 20 g que aplastaremos en forma de tortita. Usamos


estas tortitas para tapar las galletas con su relleno, apretando los bordes sobre la
porción inferior hasta formar un bollito sellado como se ve en las fotos.

La tapa se pega bastante bien a la base porque la masa es algo pegajosa.

Cuando tengamos formadas todas las galletas las cocemos 12-14 minutos en el horno
a 180ºC, hasta que se vean claramente agrietadas. Es mejor no pasarse para que
queden jugosas por dentro, pues si las cocemos en exceso la Nutella tiende a
resecarse.

Cuando estén cocidas las pasamos sobre el mismo papel a una rejilla hasta que
enfríen del todo.
Galletas
• 250 g de mantequilla ablandada
• 120 g de azúcar glas
• Media cdta. de extracto de vainilla
• Una cda. de miel
• 420 g de harina de arroz sin gluten
Relleno cremoso
• 100 g de mantequilla
• Una cda. de leche
• 160 g de azúcar glas
• Una cdta. de jalea o puré de frutas al
gusto

Estas galletas rellenas sin gluten se


deshacen en la boca, y gustan a todos,
celiacos o no, porque la harina de arroz
les da una consistencia fina y muy
agradable, frágil y quebradiza, y un sabor
estupendo. El relleno de estas galletas
es crema de mantequilla aromatizada
con alguna jalea o pulpa de frutas, pero
igualmente se pueden rellenar con lemon
curd, buttercream básico, crema de
chocolate o lo que se nos ocurra.
Pesamos la mantequilla con el azúcar glas, el extracto de vainilla y la miel, y las
ponemos en un bolpara batirlas.

Con unas varillas eléctricas o un robot (con el accesorio de pala) batimos la mezcla a
velocidad alta hasta que la mezcla esté blanca y espumosa.

Añadimos la harina de arroz (no hace falta tamizarla porque no se apelmaza) y


seguimos batiendo a velocidad baja, hasta que la mezcla se cohesione.

Vamos haciendo pelotitas del tamaño de una nuez pequeña y las vamos poniendo, un
poco aplastadas, sobre una bandeja para galletas forrada con papel de hornear. Las
aplastamos más con un tenedor, como a las galletas de mantequilla de cacahuete, y
las cocemos 15 minutos en el horno a 180 ºC (con aire) / 200 ºC (sin aire), hasta que
se doren ligeramente por los bordes. Las sacamos a enfriar a una rejilla.

Para elaborar el relleno de crema de mantequilla batimos la mantequilla con la leche a


alta velocidad hasta que esté blanquecina. Agregamos el azúcar glas y batimos un
poco más hasta que se homogeneice. Añadimos entonces la jalea, de frambuesa en
mi caso, y batimos hasta que tenga todo el mismo color.

Con las galletas ya frías, untamos una de ellas con el relleno y hacemos un
sándwich poniéndole encima otra galleta. Las rellenamos todas hasta acabarlas.
• 125 g de mantequilla a temperatura
ambiente
• 125 g de azúcar blanquilla
• Un huevo a temperatura ambiente
• 20 g de almendra molida en casa
o harina de almendra
• 250 g de harina de repostería
• Una cdta. rasa + una cda. de cacao
en polvo

Es sorprendente lo que podemos crear


con masa de galleta en tres colores y un
poco de ingenio.
Estas galletas tan divertidas, aunque
parecen muy complicadas, no lo son
tanto. Eso sí, hay que respetar las
cantidades y las medidas que indicamos.
Para hacer estas galletas encontrarás
todos los utensilios necesarios para que
salgan perfectas en la tienda, desde
las rasquetas para formar las distintas
masas al papel de hornear y
las bandejas de galletas para el horno.
Batimos un poco la mantequilla con varillas o en un robot para que se ablande.

Agregamos el azúcar y el huevo, y batimos para homogeneizar, rebañando las


paredes del bol con una espátula.

Añadimos la almendra molida y la harina de repostería pasada por un tamiz.


Mezclamos hasta obtener una bola homogénea que apenas debe pegarse a los
dedos.

Pesamos la bola en la báscula y separamos 260 g. Envolvemos esta porción en


plástico y reservamos.

Dividimos la masa restante en dos partes iguales. A la primera porción le agregamos


una cucharadita no muy colmada de cacao en polvo para hacer la masa color marrón
clarito y homogeneizamos. Envolvemos en plástico y reservamos.

A la porción restante de masa le añadimos una cucharada de cacao en polvo para


hacer la masa marrón oscuro y homogeneizamos igualmente.

Dividimos la masa marrón claro en seis porciones de igual peso. Hacemos lo mismo
con la masa marrón oscuro.

Estiramos las bolitas de masa marrón claro en seis rollitos de unos 22 cm.
Reservamos.

Estiramos cada porción de la masa marrón oscuro sobre un pedazo de plástico de


cocina, hasta una longitud también de 22 cm y un ancho de unos 5-6 cm, lo que sea
necesario para envolver los rollitos de masa marrón claro sin apenas solaparse.
Podemos usar un rodillo mini para amasar.
Vamos estirando la masa oscura y envolviendo con ella los rollitos de masa clara,
apretando y rodándolos con cuidado para que ambas masas se peguen; nos
ayudaremos con el plástico, como si hiciéramos rollitos de sushi. Los reservamos
tapados porque tienden a resecarse.

Extendemos la masa sin cacao para formar un rectángulo de unos 22 cm de ancho y


un grosor de 2 mm. La cortamos a lo ancho en seis porciones con una rasqueta para
envolver a los seis cilindros de masa bicolor que hemos formado antes.

Vamos colocando los cilindros de masa de cacao encima de la masa blanca


y envolviéndolos con ella, hasta tenerlos todos listos.

Los colocamos unos encima de otros, de forma que quede uno en el centro y los otros
cinco alrededor.

Aplastamos suavemente con la mano a todo lo largo para que los cilindros se peguen
entre sí y rodamos el conjunto para que quede todo pegado y redondeado por fuera.
Si vemos que los rollitos no se pegan del todo por los extremos, los podemos mojar
un poco con agua.

Envolvemos el rulo con plástico de cocina y lo colocamos sobre dos medios tubos de
cartón como los del papel de cocina para mantener el rulo redondeado por
debajo. Metemos el rulo en la nevera por lo menos tres horas para que la masa se
ponga bien firme.

Cortamos la masa en rodajas de 4-5 mm con un cuchillo afilado y las colocamos en


una bandeja de horno forrada de papel de hornear.

Cocemos las galletas 12-13 minutos a 180ºC, con calor arriba y abajo. Las sacamos a
enfriar sobre una rejilla.
Galletas
• 4 láminas de masa quebrada
• 50 g de mantequilla fundida
• Azúcar glas
Relleno
• 250 g de fresas
• 150 g de azúcar
• Zumo de medio limón

Estas galletas no pueden ser más fáciles


de hacer: láminas de masa quebrada y
mermelada, a ser posible casera o una
buena mermelada artesana como las que
tenemos en la tienda. Y después, un rato
de entretenimiento y tendremos unas
pastas estupendas para acompañar el té
o el café y sorprender a tus invitados.
Puedes sustituir las fresas por
frambuesas u otras frutas. Incluso
puedes rellenarla con una deliciosa
crema de limón inglesa o lemon curd.
Sea como sea, serán un éxito.
Lavamos las fresas, las troceamos y las colocamos en un cazo junto con el azúcar y
el limón. Cocemos durante 20 minutos, sin dejar de remover, a fuego medio.
Retiramos y dejamos enfriar.

Precalentamos el horno a 200ºC.

Extendemos tres láminas de masa quebrada y las cortamos en tiras de un centímetro


aproximadamente.

Procedemos a elaborar el enrejado, levantamos tiras alternas y colocamos una en


perpendicular. Bajamos las tiras y subimos las que estaban abajo, colocamos otra tira
y así sucesivamente hasta acabar con la masa. Realizamos la misma operación con
las otras dos láminas.

Con un cortapastas redondo cortamos las galletas y reservamos.

Extendemos la lámina que nos queda y con el mismo cortapastas cortamos la base
de nuestras galletas.

Colocamos una cucharada de mermelada en el centro de cada círculo.

Humedecemos lo bordes con agua y colocamos el círculo enrejado que teníamos


reservado y lo pincelamos con la mantequilla derretida.

Espolvoreamos con el azúcar glas y horneamos unos 15 minutos o hasta que veamos
que tienen un ligero color dorado. Sacamos los enrejados a una rejilla y esperamos a
que se enfríen antes de consumirlos.
• 55 g de mantequilla
• 90 g de azúcar
• 80 g de harina
• 50 g de almendra picada o laminada
• 50 g de piel de fruta confitada
• 25 g de guindas
• 25 g de pasas
• 125 g chocolate

Las galletas florentinas son unas


galletitas delgadas, crujientes, hechas a
base de mantequilla, azúcar, harina,
almendras y fruta confitada, con un baño
de chocolate por uno de sus lados. Son
galletas muy golosas y que se conservan
muy bien, por lo que son ideales para
tener de reserva en la despensa por si
tenemos invitados. ¡Además, siempre
triunfan! Hay varias formas de hacer este
tipo de galleta, y aquí te mostramos
nuestra favorita. Por supuesto, puedes
usar otros frutos secos o frutas
confitadas…
Picamos la almendra (en el caso de que sea entera), la piel de fruta confitada, las
guindas y las pasas. Reservamos.

En un cazo, calentamos la mantequilla junto con el azúcar hasta que ésta se disuelva.

Una vez se haya disuelto el azúcar, retiramos el cazo del fuego y añadimos la
harina tamizada. Mezclamos todo bien.

A continuación, añadimos el resto de ingredientes y volvemos a mezclar hasta obtener


una masa homogénea.

Forramos una bandeja de horno con papel de hornear, y con la ayuda de una cuchara
vamos poniendo “pegotitos” sobre el papel, dejando espacio entre ellas. Con un
tenedor mojado en agua fría, aplastamos los “pegotitos” para que queden lo más finas
posible.

Introducimos en el horno, previamente precalentado a 180ºC unos 10 minutos, o


hasta que veas que las galletas empiezan a dorarse.

Retiramos del horno y las dejamos entibiar en la misma bandeja para que queden
firmes, después las acabaremos de enfriar sobre una rejilla.

Para la cobertura, fundimos el chocolate al baño María y untamos con él la parte más
lisa de nuestra galleta.

Cuando veamos que el chocolate empieza a endurecer, cogemos un tenedor y


dibujamos unas ondas sobre él. Dejamos enfriar completamente.
• 200 g de cake flour (la preparamos
nosotros mismos con 240 g
de harina blanca, le quitamos 4
cucharadas de harina y le añadimos
4 cucharadas de maicena y
tamizamos 3 o 4 veces)
• 210 g de harina de fuerza
• 1 1/4 cucharaditas de bicarbonato
• 1 1/2 cucharaditas de levadura
• 1 1/2 cucharaditas de sal
• 280 g de mantequilla a temperatura
ambiente
• 250 g de azúcar moreno
• 200 g de azúcar blanco
• 2 huevos L
• 2 cucharaditas de extracto de vainilla
• 200 g de chips de chocolate
• Sal marina

La receta que hemos seguido para


preparar estas cookies de chocolate es,
según el New York Times, la mejor receta
del mundo.
Mezclamos el azúcar moreno y el azúcar blanco junto con la mantequilla en un robot
de cocina con el accesorio de la pala o la varilla mezcladora. Mezclaremos durante
unos cinco minutos a velocidad media hasta que la mantequilla haya blanqueado.

Mientras, tamizamos la harina de fuerza y la cake flour con el bicarbonato, la levadura


y la sal. Reservamos.

Añadimos los huevos uno a uno y seguimos batiendo hasta que se hayan mezclado
bien. Agregamos la vainilla y bajamos la velocidad lo más baja posible.

Incorporamos las harinas tamizadas junto con el bicarbonato, la sal y la levadura y,


todavía a velocidad baja, mezclamos unos 5-10 segundos. Añadimos el chocolate
(en pepitas o dados pequeños) y mezclamos suavemente.

Formamos una bola con la masa y la envolvemos en papel film. La dejamos reposar
al menos 24 horas (máximo 72 horas en la nevera).

Precalentamos el horno a 180ºC. Para hacer las galletas, separaremos bolas de unos
100 g cada una. Las ponemos sobre la bandeja de horno con papel de hornear
antiadherente o con un tapete de silicona o fiberglass.

Ponemos las bolas en la bandeja del horno (sin chafarlas). Debéis tener en cuenta
que se expanden muchísimo por lo que hay que dejar bastante espacio entre unas y
otras, en mi bandeja de horno por ejemplo sólo han cabido tres galletas en cada
tanda. Espolvoreamos con un poco de sal marina.

Introducimos en el horno a 180ºC durante unos 18-20 minutos o hasta que estén
doradas por fuera pero todavía blanditas.

Cuando estén listas, con la ayuda de una espátula para galletas, las pasaremos a
una rejilla de enfriado. Dejamos enfriar unos 10-15 minutos.
• 180 g de mantequilla
• 200 g de azúcar blanquilla
• 2 yemas de huevo
• 240-250 g de harina floja
• 3 cucharadas de cacao en polvo sin
endulzar
• Un pellizco de sal

He aquí un método básico para hacer


perfectas galletas redonditas. Consiste
en preparar la masa de galleta, hacer
con ella un cilindro y congelar o refrigerar
el cilindro. Una vez bien duro, el rollo de
masa se corta en rodajas con un cuchillo,
y estas rodajas se hornean directamente.
Hay muchísimas masas de galleta que
se prestan a este tratamiento. Y lo mejor
es que puedes preparar un montón de
masa con antelación y dejar los rollos de
galleta reposando en la nevera o bien
congelarlos hasta el día en que quieras
hornear las galletas. Para un resultado
perfecto, usamos tubos de cartón de los
que llevan los rollos de papel de cocina.
Pesamos y tamizamos la harina con el cacao y la sal. Reservamos.

En el bol de la batidora ponemos la mantequilla ablandada a temperatura ambiente y


el azúcar. Batimos con la pala a velocidad alta hasta que esponje y blanquee la
mezcla. Ojo si hace calor, porque la mantequilla no se debe derretir ni un poquito, la
masa debe verse más bien mate. Si tenéis dudas, metéis el bol de la máquina 10
minutos en la nevera y seguís batiendo después.

Agregamos las yemas de huevo y batimos más despacio para que se integren.
Añadimos la harina con el cacao y mezclamos, hasta que se homogeneice.

Pasamos la masa a una encimera y la dividimos en tres o cuatro porciones iguales.


Rodamos cada porción y hacemos un cilindro con ella. No hace falta enharinar la
encimera, porque la masa apenas debería pegarse. El cilindro debe ser de un grosor
tal que quepa justo en un tubo de cartón de los de los rollos de cocina.

Envolvemos cada cilindro en plástico de cocina y lo introducimos en un tubo de


cartón. ¿Que para qué? Porque como luego hay que dejar los cilindros acostados en
el frigo y la masa es blandita, si no usamos el tubo siempre nos quedará la masa un
poco aplastada por el punto de apoyo. Así nos queda perfectamente redonda.

Dejamos reposar la masa en el frigo por lo menos 3-4 horas, para que se endurezca.

Esta masa metidita en el tubo podemos congelarla igualmente, y tener masa


preparada para cuando nos venga bien.

Calentamos el horno a 18oºC. Ponemos el rollo de masa sobre una tabla y con un
cuchillo afiladocortamos rodajas de unos 3 mm como mínimo. Las vamos colocando
sobre una bandeja de horno forrada con papel o con un tapete de galletas.

Horneamos las galletas por tandas, unos 14-15 minutos. Las enfriamos sobre rejilla.
• 225 g de mantequilla en pomada
• Un par de pizcas de sal
• 140 g de de azúcar glas
• Un huevo
• 1/2 cdta. de vainilla
• 200 g de harina
• 200 g de avena

Esta receta de galletas de avena es muy


fácil, y da como resultado unas galletas
deliciosas de aspecto rústico, y que son
perfectas para elaborar junto con los más
peques de la casa. Los ingredientes son
los básicos para cualquier receta de
galletas, pero llevan en su pasta el toque
de los copos de avena, que le imprimen
mucho sabor y hacen que se conviertan
en el pecado más buscado en la alacena
de casa. A estas receta base, se le
pueden añadir pasas, dátiles troceados o
incluso tropezones de chocolate. De
igual manera, podemos usar avena cruda
o tostada, obteniendo resultados
diferentes.
Calentamos el horno a 160º C. y preparamos una bandeja de horno con una hoja de
silicona o con papel de horno.

Ponemos la mantequilla en el vaso del robot de cocina y la batimos unos segundos


con la pala, a velocidad media.

Añadimos el azúcar glas y continuamos batiendo.

Echamos el huevo y la cucharadita de vainilla sin dejar de batir.

Añadimos la harina hasta que el huevo y la vainilla se hayan incorporado


completamente a la masa.

Agregamos la avena y mezclamos hasta que tengamos una masa homogénea.


Dejamos reposar un par de minutos.

Formamos pequeñas bolas con ayuda de dos cucharas, las ponemos sobre la hoja de
silicona y las aplanamos (seis centímetros de diámetro aproximadamente). Procurad
que no queden muy juntas.

Horneamos durante 10 o 15 minutos, o hasta que estén doradas y crujientes.

Retiramos del horno, las dejamos reposar durante 10 minutos en la misma bandeja y
luego las pasamos a una rejilla para que enfríen.
Galletas
• 300 g de harina de repostería
• 50 g de almendra molida
• 1/4 cdta. de sal
• 225 g de mantequilla fría
• 140 g de azúcar
• 1/2 cdta. de extracto de vainilla
• 1/2 cdta. de aroma de almendra
• 1/2 taza de mermelada de
frambuesa
Glasa
• 125 g de azúcar glas
• 2-4 cdas. de agua

El shortbread es un tipo de galleta


oriunda de Escocia, una especie de
masa quebrada sin huevo, en la que no
se monta nada, ni huevos ni mantequilla,
por lo que resulta bastante contundente,
pero deliciosa precisamente por la alta
proporción de este último ingrediente.
Nosotros las rellenamos con mermelada
de frambuesa, y el resultado es
fantástico.
Ponemos en un bol la harina de repostería con la almendra molida y la
sal. Mezclamos con unas varillas y reservamos.

Ponemos en otro bol la mantequilla fría con el extracto de vainilla, el aroma de


almendra (si lo usamos) y el azúcar. Mezclamos en un robot con pala o con
una batidora, hasta que se formen terrones.

Después agregamos la mezcla de sólidos y seguimos mezclando con pala o varillas,


hasta que se forme una bola de masa que se despegue de la pared. Tardará un par
de minutos en cohesionar, hay que tener paciencia.

Hacemos una torta, la envolvemos en plástico y refrigeramos por lo menos dos horas.

Cuando la masa esté bien firme formamos las galletas. Vamos tomando pedazos del
tamaño de una nuez pequeña/pelota de ping pong, con la mano o con una cuchara
medidora, los rodamos entre las manosy los vamos colocando en una bandeja de
horno forrada de papel de hornear.

Llenaremos tantos papeles/tandas como sean necesarios. Hacemos un hueco en


cada bolita con el dedo o con el mango de algún utensilio, como una mano
de mortero.

Rellenamos el hueco de las galletas con 1/4-1/2 cucharadita de mermelada de


frambuesa.

Cocemos las galletas por tandas en el horno a 180ºC durante unos 15 minutos.
Sacamos a enfriar sobre una rejilla.

Para hacer la glasa, en un bol ponemos el azúcar glas y empezamos a añadir agua
poco a poco, hasta obtener la consistencia deseada. Pasamos la glasa a un biberón y
hacemos rayitas de glasa sobre las galletas. Dejamos secar.
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Gracias por descargar este e-book gratuito.

Gracias a todas las personas que contribuyeron


con sus recetas y fotografías a hacerlo posible.

Ojalá lo hayas disfrutado.


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