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Mi Mama

me falló la colocación del condón, pero me valió madres ya lo que quería era cogerme a
mamá, sentirme adentro de ella y verla disfrutar...

—Mamá abre tus piernas que ya no aguanto más, quiero estar dentro de ti, quiero que me
sientas penetrarte, quiero deslizar mi verga en esa "cosita deliciosa" que tienes para darme
el mayor placer de mi vida...

—Ven Luis, ven a mí que también te estoy deseando, hazme tuya y méteme tu sexo, quiero
que me claves con fuerzas esa hermosa verga que tienes amor... y lentamente fue
separando sus piernas y dejando para mi lujuriosa vista, su vagina mojada y sus vellos
revueltos y llenos de su orgasmo.

Pasión, lujuria, deseo, irrefrenable sensación de poseer a mi madre, ardiente ansiedad de


llenar su vagina con lo grueso y duro de mi verga... me acerqué lentamente a ella y
colocando sus piernas sobre mis brazos, se las fui levantando, suave y lentamente para ir
abriendo sus nalgas y exponiendo su deliciosa vagina a la impaciente verga que
irremediable y dulcemente le iba a meter...

Le puse la cabeza de la verga en la entrada de su vagina y se estremeció gimiendo y


respirando con ansiedad, le di unas talladas a todo lo largo de sus labios vaginales y su
vagina empezó a contraerse convulsivamente, su respiración entrecortada empezó a
acelerarse, tomando mi verga se la restregué en su clítoris y no pudo contener un largo
“agggghhhh!!!”

Al escucharla, se la restregué con mayor fuerza, de derecha a izquierda haciendo que su


delicioso y duro clítoris se tensara más, no resistí el deseo de volvérselo a chupar, me volví
a bajar a su vagina y directo al clítoris dirigí mi boca para succionar tan hermoso y delicado
botón de placer de mi madre...
Fueron tantas mis ansias y mis ardores sexuales, que empecé a mordisquearlo, mi madre
no soportó y en segundos se volcó en un estremecimiento y en una convulsiva contracción
vaginal, con tanta fuerza que con sus piernas atrapó mi cabeza y así me mantuvo hasta que
terminó su orgasmo... mi cara quedó empapada de sus líquidos vaginales, sabor
enloquecedor, indescriptible sabor a mamá...

Sin darle tiempo a reponerse, me volví a colocar sus piernas en mis brazos y nuevamente la
tuve en posición fantástica para meterle todo mi sexo y se lo fui dejando ir lentamente,
gozando el deslizamiento en su ardiente vagina, cuando ya lo tuvo todo adentro, empecé a
bombearla y ella con sus ojos cerrados contraía rítmicamente a cada embestida mía sus
músculos vaginales y la locura en mi sexo, sentir las succiones en mi verga, y bombearla
hasta el fondo fue como detener el tiempo y ansiar desesperadamente tener una enorme
verga para atravesar con desenfrenada pasión el cuerpo entero de mi madre...

Así seguimos por un largo rato, se la clavé con ansias, gocé al irla penetrando, lo que más
deseaba era tenerla en mis brazos por tiempo interminable, metiéndole toda mi verga, poco
a poco se la fui dejando ir lenta y furiosamente, viendo como totalmente se la comía... la
vagina de mamá está deliciosa, es grande y de labios gruesos, llena de vello púbico que me
pusieron a punto de vaciarme... como pude me mantuve sin moverme para poder controlar
mi venida, sus piernas sabrosas, las tuve en mis brazos, me fasciné mirando la penetración
que le estaba dando, ella empezó a retorcerse de placer, sus ojos brillaron con lujuria...
deseo... pasión ardiente y desenfrenada.

Le saqué la verga a mamá, y su vagina quedó medio entreabierta, ansiosa, golosa,


insaciable, pidiendo más y más verga... ella me dijo:

—Luis cógeme agachada... ardo en deseos de sentir que me partes en dos con tu verga...

Se fue colocando como ella quería y me ofreció ese enorme culo que tiene mamá y me
extasié en sus voluminosas nalgas, enormes, deliciosas, sabrosas, con esas caderas
apropiadas para apoyarse en ella y penetrarla con toda fuerza y de golpe para hacerla
enloquecer...
—Mamá agáchate más y párame bien tu trasero, quiero verlo bien, quiero disfrutar esta
alucinante visión... estas tremenda mamá, estas deliciosamente buena, tienes el culo
perfecto para mi verga y te la voy a meter toda mamá, voy a ver cómo te penetro, voy a ver
como se pierde mi verga dentro de ti...

La acomodé de tal manera que el enorme culo de mamá se abriera un poco, y apareció
maravillosamente su rajada, una inmensa rajada, una vulva abultada y jugosa, con sus
vellos enmarañados, una locura de vagina... la tomé de sus caderas y lentamente la fui
jalando hacia mí y mi verga se fue perdiendo en esas grandiosas nalgas de mamá...

—Ayyy Luis... me matas... me estas volviendo loca...

—Si mamá eso quiero, volverte loca, quiero que vuelvas a sentir y a gozar a un hombre...
quiero que encuentres en mi todo el placer y las fantasías que hayas alguna vez soñado...

—Luis... Luis que ardiente eres cariño...

—Te gusta mamá?... estas gozando la verga de tu hijo mamá...?

—Estoy volviendo a vivir cariño... estoy enloqueciendo de ganas, siento la delicia de tu


verga cuando se va deslizando dentro de mí, es una ansiedad desquiciante la que siento en
mi vagina cuando me clavas tu vergota cariño... aggghhhh!!!

La locura fue cuando después de bombearla y sujetarla por sus caderas, le di con furia
como queriéndola desbaratar y que acabara con otro orgasmo, se empezó a estremecer y a
gemir ardientemente...
—Ya Luis cariño que me matas... ya mi amor que no aguanto más... aaggghhhh!!! Me vengo
Luis... me vengooo agggghhh!!!

Estalló mamá en mil convulsiones y estertores... su vagina se contrajo con tantísima fuerza
que de mi verga brotaron chorros de leche, caliente y espesa... me aferré a las caderas de
mamá, le clavé las uñas y en un empujón brutal, le volví a clavar toda la verga y terminé de
expulsar el semen... caí recostado sobre mamá, así la tuve un buen rato con la verga
adentro de sus inmensas nalgas, su culo maravilloso que supo sacarme la leche, como
jamás me la han sacado... esa es mamá y esta es mi deseo cumplido

Don Saúl seguía acariciando y manoseando a su antojo el culo de mi madre, lo cual ella
permita, hasta llegar al punto de estar desnuda de la cintura hacia abajo, el viejo teniendo a
su disposición su espectacular trasero, el cual acariciaba, lamia y saboreaba a su antojo, y
mi madre dejándose hacer todo, ya presa de la excitación en que la puso el tipo con sus
hábiles intenciones que eran el cogérsela ahí mismo, y ante semejante espectáculo me hice
la masturbación más placentera, corriéndome en abundancia, al terminar y quedar
realmente satisfecho de ver a mi madre con sus ricas nalgas totalmente expuestas, sigo
viendo la acción en la que don Saúl sigue detrás de mi madre, acariciando y disfrutando con
la desnudes de sus buenas nalgas, la inclina un poco apoyándola en respaldo de una silla,
veo sus lindas tetas colgando, procede abrirle ligeramente las piernas, y apuntando su
erecta verga, la dirige a la entrada de su vagina que alcanzo a distinguir la humedad que
tiene debido a lo caliente que se encuentra mi madre ya sometida y totalmente entregada a
la inminente cogida que con gozo espera recibir, y Don Saúl, poniendo el glande de su pene
entre los labios de su vagina, le inicia introduciendo lento, pero firmemente su hinchado
miembro, ante esto, mi madre emite gemidos de satisfacción:

-Aaaaaahhhhh, mmmmhhhhh,,,,,,, y el viejo ya dueño de la voluntad de ella, la toma por sus


grandes caderas, y le empieza a meter pausadamente toda su grande verga, y con asombro
veo que mi madre coopera, reculando sus nalgas, tratando de comerse todo el palo del tipo,
y lo logra porque veo que se encuentra totalmente pegado al gran culo de ella, con
seguridad tiene totalmente su verga dentro de mi madre, que al instante empieza a mover
su gran trasero, en eróticos movimientos circulares, gimiendo de excitación, y el viejo
amasando sus caderas, la empieza a coger con movimientos lentos y disfrutando del
hermoso trasero de mi madre…..

--Aaaaahhhhh, ooooohhhhh, que rico culo tienes Brenda, y que bien lo sabes mover, que
bien te comes mi verga putita linda, mmmmmhhhh…. veo como entra y sale la verga de ese
viejo entre el par de ricas nalgas que posee mi, hasta hace poco santa madre, también veo
como la vagina engulle con gula la tranca erecta de él, al ver todo esto, me empiezo a
excitar nuevamente, con mi verga totalmente parada de nuevo, presenciando a mi ex
abnegada, dulce y honesta madre, que está recibiendo una cogida que la está haciendo
gemir y disfrutar de gozo…….

-Oooooohhhhhh, siiiii, cógeme así, méteme duro esa rica verga que tienes Saúl mi amor,
aaaahhhhhh, ya extrañaba sentirte dentro mío de nuevo, aaahhhhhh, sigue y no pares,
mmmmmmhhhhhh…….

--Claro que si mi amor, siempre que quieras estaré dispuesto a coger este rico culo que
tienes, ahora muévase usted solita y ensártese lo que quiera zorrita culona, jejejejeje…. a
pesar de mi excitación, siento celos al saber que no es la primera vez que mi madre le da
las nalgas a ese odioso viejo y el ver como ese tipo disfruta de mi madre llamándola zorra,
mi madre me ayudó, al parar levemente su cadera, y reculando un poco hacia atrás, hizo
que esta perfecta maniobra, dejara mi glande justo a la entrada de su húmedo coño,
quedando ambos un momento estáticos, casi sin respirar por la emocionante postura en qué
quedamos, con nuestros corazones latiendo a todo lo permitido por el grado de excitación
que estábamos llegando, después de unos segundos que me parecieron horas por el
silencio reinante en la habitación, siento como mi madre realiza un leve movimiento de su
trasero hacia mi verga, como si fuera una orden a que ya me la cogiera, emocionado,
procedí como todo hijo obediente a cumplir su orden.
Apoyándome firmemente a su cadera, le fui introduciéndole poco a poco mi virilidad, por el
mojado conducto vaginal, que me recibió dándome la bienvenida con un apretujón de sus
paredes vaginales, al tronco de mi verga, seguí penetrándola sin dificultad, debido a la
humedad reinante ahí, yo estaba en la gloria, sintiendo como abrazaba su vagina toda la
longitud de mi falo durante la penetración, dándome mi madre el máximo deleite,
succionando con su vagina cada centímetro de mi erecto pene, engulléndolo de hambre y
deseo, con un acoplamiento perfecto entre el coño de la madre y la verga del hijo, como
personificando una gran obra a esta i****tuosa relación, al llegar al tope, entendí que la tenia
totalmente penetrada, me quedo pegado a su bello culo, con mi verga palpitando de
emoción, totalmente incrustada dentro de mi madre, me quedo quieto con mi respiración
agitada, buscando alguna reacción de parte de mi madre, e igualmente todo en silencio, sin
palabras, a excepción de un gemido de goce por parte de ella, al sentirse totalmente
penetrada y cogida por su hijo, teniendo a mi madre con su silencioso consentimiento,
procedo a cogérmela ya con firmes arremetidas, metiendo y sacando mi verga de su rica
vagina, en movimientos ya poco sutiles, me quedo un momento quieto, e inmediatamente
ella prosiguió con el placer al empezar a mover en forma deliciosa y circularmente su
enorme culo, con lentitud y sutileza, le cogí el ritmo y continúe cogiéndomela vigorosamente,
de pronto siento el cuerpo tensarse de ella, emitiendo gimoteos en forma de
ooohhhhhhhhmmmm, ahora un poco mas audibles, prueba de que mi madre estaba
teniendo un buen orgasmo, con la cogida que le estaba dando su hijo
El placer me inundaba todos mis sentidos al tener a mi madre ensartada con mi palo y
haciéndola gozar de placer, y presintiendo la proximidad de mi inevitable eyaculación,
comencé a moverme un poco más rápido, hasta que arrojé toda mi leche dentro del coño de
mi madre, convirtiéndome inmediatamente en todo un hombre, noté como ella seguía
convulsionándose lentamente ante mi torrencial eyaculación, seguimos allí un momento
pegados, relajándonos del maravilloso esfuerzo, reposando ambos del gran placer que nos
dimos, de rato retiro mi chorreante verga de la vagina de mi madre y como si no hubiera
pasado nada le acomodo su bikini, tapándola con la sabana, yo me guardo mi feliz verga, y
procedemos a dormir, a los pocos minutos veo que mi madre se para en silencio para ir al
baño, seguramente a limpiarse los jugos emitidos en su concha, regresa se acuesta a mi
lado, me hago el dormido y me abraza sintiendo su cuerpo aun calientito y dormimos felices
y contentos.

Mi dedo entraba y salía de su culo una y otra vez, despacio, muy despacio. Me decidí y la
metí dos dedos. Ella se estremeció pero entraron sin problemas. Ella acariciaba su clítoris
mientras yo le metía dos dedos por su enorme culo. Yo estaba excitadísimo y metí un tercer
dedo. Ella gemía y decía entre susurros más…más Yo no sabía que más hacer. Saqué mis
dedos de su culo y lo empecé a lamer… hummmm sabía saladito y tenía un olor penetrante
mezcla de sudor y vagina. Mi polla estaba más dura que una piedra y la dije:

- Quiero metértela.

Ella se puso a cuatro patas, agarró mi polla y la dirigió hacia su culo, yo empujé despacito.
Notaba como entraba por su estrecho culo, sintiendo su interior, blandito, suave mientras yo
la agarraba de su enorme culo. No me lo podía creer. Era la primera que me acostaba con
una mujer madura y encima la estaba dando por detrás, que también era la primera vez que
lo hacía. Estaba alucinado.

- Dame más…más fuerte…más fuerte


Aceleré el ritmo de mis embestidas mientras ella gemía como una loca, estaba totalmente
desatada y yo apunto de correrme.

- Me voy a correr - dije yo- no aguanto más.


- ¡Córrete dentro, vamos córrete, córrete!

Estallé dentro de su culo como nunca lo había hecho antes…fue un orgasmo impresionante,
incluso tuve un pequeño mareo. Ella continúo acariciándose el coño hasta que se corrió.
Nos miramos sonriendo

bajé mis manos hasta su trasero, habia estado muy ansioso por hacerlo por que sus nalgas
eran enormes y redondas como las de una artista y ese short apretado era exitante, ella
empezó a animarse y me besaba el cuello, no puede resistir tanta exitación y le bajé los
titrantes de la blusa enseguida quité el sostén y me prendí de sus pezones ella solo pusó
sus manos sobre mis hombros y yo le chupé y mordí los pechos a mi gusto, los masajéee y
los apreté exitado, mis manos no paraba de acariciar sus hermos gluteos, ella solo me
besaba el cuello, pude notar como se erizaba, le quité la blusa por completo y le desabotoné
el short, le bajé el cierre y le toqué el trasero por dentro del short pero por encima de su
ropa interior, ella no se atrevía a otra cosa más que a besarme hasta el cuello, así que me
quité la camisa y me desabotoné el pantalón pegué su cuerpo al mí de nuevo para sentír
sus pezones erizados en mi cuerpo y para ella sienta mi pene que ya había crecido al triple
y estabá bien duro, empecé a besarle la bosa y mi mano se movío hasta su vagina, la
acaricié por encima de su ropa interior, luego la metí dentro su calzon, su vagina estaba
completamente razurada, así que fue fácil acariciar su clitoris, sentí como me besaba más
profundamente, bajé mi bosa hasta sus pezones, luego a su abdomen y depués a su sexo,
lo chupé con mucha exitación mientras mis manos se movian en su trasero y sus piernas,
me dí la vuelta y le besé las nalgas, me incorporé y le dije, súbete en la moto, ella accedió,
le quité toda la ropa que le sobrabá, me acerqué y me pegué a ella abriendole las piernas, le
metí mi pene lentamente, comencé a besarla, la boca, el cuello, lo oidos, los hombros, ella
solo dejó sus manos en mi espalda, sus tetas eran fiemes y duras, SOLO DE RECORDAR
LA ASCENA, MMM. Comencé a penetrarla con más ritmo ella cerró los ojos y me abrazó
fuertemente mientras la enbestía como un taladro, le pregunté si le gustaba, ella no
contestó, estaba como en un trancé pegando mi cuerpo contra el suyo, se la metía cada vez
mas fuerte y más dura, sus piernas eran muy gruesas y carnudas, por momentos
despegaba mi cuerpo sin sacarle el pene para mirarla toda y para ver la ascena, la escena
me gustaba, dos piernas muy carnudas abiertas frente a mi sobre una moto con una vagina
mojada extrangulando mi pene; la cojí como quise. Me vine dentro de ella sintiendo perder
mis fuerza en el orgasmo como si mis piernas se doblaran, seguí penetrando pero más lento
para dejar hasta la última gota de mi semen salir, le saqué mi pene y miré su cuerpo,
pensando dentro de mí, esto debe repetirse la próxima semana; ella reaccionó de su transé,
se limpió, se vistió y me dijo dejame a unas cuadras de mi casa para que no sospechen. Al
dejarla miré cómo se alejaba esa figura erotica, me vuelve loco!!!!!!!!!!

Con la mama de mi novia


omé el móvil con mi mano temblorosa. Había un mensaje de Lorena, con un vídeo
adjunto… Con el corazón acelerado pulsé el icono y abrí ese vídeo.
La verga se me endureció como una viga de hierro, al ver en esa pequeña pantalla a mi
dulce mujercita boca arriba sobre la cama, con sus largas y torneadas piernas abiertas al
máximo, suplicándole con voz ronca a Samuel que le clavara su dura verga…
Nuestro amigo no se hizo rogar mucho. Asiéndola por los tobillos, le abrió bien los muslos y
enterró un buen pedazo de verga dentro de la delicada concha de mi esposa; en una sola
embestida larga y brutal…
En ese instante Lorena cerró los ojos y un sordo gruñido escapó de sus labios. Arqueó la
espalda y se abandonó a esa placentera invasión, mientras sus puños se crispaban sobre la
sábana y hacía un esfuerzo para aguantar semejante lujuriosa embestida de Samuel.
Ver el delicado cuerpo de mi mujercita penetrado con tanta pasión y lujuria y su hermoso
rostro tenso por el placer, me provocó una tremenda calentura. Algo casi irracional…
Entonces Lorena giró su cara hacia la cámara y susurró:
“Tu amigo me está haciendo acabar… quiero que vos hagas lo mismo, mi amor… ahora…!!”
Y un tremendo orgasmo gritado a todo pulmón por Lorena, acompañado de semen saliendo
disparado de mi verga dura, coincidió con el momento en que todo su cuerpo se quedó
tenso, los dedos agarrotados en los brazos de nuestro amigo y las calderas soldadas a su
pelvis, recibiendo, a su vez, una buena descarga de leche hirviente en su delicada concha…

La profesora de ciencias naturales


La señorita Soraya, decidió a quitarse la negra americana que vestía y procedió enseñarme
sus gordos melones y me encandiló, pues no sabía que mi profesora a la que yo veía tan
recatada pudiera ser tan sexy y caliente. Yo me quedé electrizado ante lo que me venía.

— ¿te gustaría disfrutarme, Mateo? — indagó sexualmente la Srta.

— cla, cla, claro que sí, señorita — tartamudeé muy excitado

La Srta. Soraya, se despojó de su sostén y comencé a chuparla con energía sus carnales
melones que me atraían y volvían loco de lujuria, la muy puta gemía y sonreía, pues se
notaba que hacía tiempo que ningún hombre la tocaba

— ¡hum, que bien cariño!, ¡qué bien me las comes! — advirtió entre gemidos la Srta.

— ¡chup!, ¡ sluurrp!, ¡ slap!, ¡slurp!, ¡chup!, ¡ sluurrp!, ¡ slap!, ¡slurp! — lamía yo las tetas de
la putona de mi Srta.

— ¡que guusstazo me estás dando, cabroncete! — largaba calentorra la Srta.

La guarrona de mi profesora se puso más salaz y libidinosa y me arrebató lenta y


libidinosamente el jersey mientras me sonreía picaronamente

— que bien se te ve, Mateo. ¿Nunca has follado con alguna mujer madura? — preguntó
morbosa la Srta. Soraya

— No, jamás. Pero tal y como estamos ahora, Ud. será la primera — observé salazmente

La señorita Soraya a estas alturas estaba con un libidinoso calentón de aúpa y bajó su torso
e inicio a lamer mí ya dura verga
Abrió su boca y salió su lengua ansiosa y comenzó a lamer mi rabo con lentitud para que
tuviéramos placer ambos

— ¡que polla tan bonita tienes, Mateo!, ¡me gusta! — confesó mi profesora lascivamente

— ¡agh!, ¡ugh!, uhm!, ¡ah!, ¡uff!, ¡ugh!, uhm!, ¡ah!, ¡uff!, ¡ah! — gemía yo

La señorita Soraya abrió más y más su lasciva boca y comenzó a tragar y engullir mi rabo
de joven macho en celo y yo estaba absorto y atónito ante la mamada tan dulce que la
guarra de mi profesora a la que yo creía tan recatada, me estaba dando

— ¡que guuuussstaaazo me está dando, Srta.! — comuniqué todo embelesado

— ¡me encanta chupar pollas, es algo que me vuelve loca! — afirmó lascivamente la putona
de la profesora

Esa afirmación tan rotunda y tajante me dejó realmente patidifuso y contrariado, pues no era
la primera vez que se había comido un rabo esta profesora a la que yo secretamente
deseaba

Dejó de deglutir mi enhiesta pero dura verga y se lanzó como poseída a lamer mi joven
pecho y otra vez volvió a abrir su ansiosa bocaza y tragó mi duro rabo haciéndome que
volviera a resollar, resoplar, rezongar y berrear sexualmente al tiempo que admiraba
pasmado y embobado como esta profesora se había convertido delante de mis putas
narices en una fulana depravada con una boca succionadora que me daba placer bucal

— ¡ah!, ¡oh!, uff!, ¡maaass!, ¡agh!, ¡oh!, ¡así, así! — jadeaba yo

— ¡slap!, ¡slap!, ¡slap!, ¡slap!, ¡slap!, ¡slap!, ¡slap!, ¡slap! — lamía la Srta. mi pecho

Frenó en seco de lamer mi pecho, se levantó ante mí para que le comiera otra vez a placer
sus tetazas que tan loco me tenían y la muy puerca sollozaba, resollaba, se desgañitaba y
bufaba del placer que yo la daba con mi sabia lengua.

Se abrió un poco de patas para que yo tocara con mis dedos que previamente había mojado
yo en saliva para que se pusiera más cachonda.

— ¿me quieres comer el coño, Mateo? — preguntó lascivamente mi profesora

— sí, señorita, claro que lo deseo — afirmé absolutamente

La guarrona y obscena de mi profesora se sentó sobre la mesa bien abierta de patas para
que iniciara el sabroso cunnilingus que la iba a hacer
Le metí primeramente el dedo medio de la mano derecha para comprobar la calentura que
la fulana de mi profe tenía en todo su coño de zorra madura en celo y lo dispuesta que
estaba para comenzar después la jodienda

— ¡uhm!, ¡shuj!, ¡shuj!, ¡shuj!, ¡shuj!, ¡shuj!, ¡shuj!, ¡shuj!, ¡shuj!, ¡shuj! — lamía yo el coño de
la fulana de mi profe

— ¡ah!, ¡oh!, ¡uff!, ¡qué bien me lo comes, Mateo!, ¡te pondré un 10! — bufaba caliente la
Srta.

Mientras la taladraba con mi lengua, punzaba con mi dedo dentro de su acalorado coñargón
de sucia fulana en celo y la muy guarra se abría de patas como una vulgar guarra de burdel
barato

— ¡Mateo, cabrón, me estás volviendo loca!, ¡eres un hijo de puta maravilloso! — bramaba
de placer la zorra de mi profesora

— ¡me encanta devorar su coño, señorita!, ¡lo tiene muy bien perfumado! — aseveré todo
lujurioso

Después de esta mareante y vehemente comida de coño, me postré con mi amenazador


rabo delante de la fulana de mi profe Soraya y la alcé una pierna posándola en mi hombro
derecho para comenzar una gozosa y placentera jodienda hundiendo mi enhiesta pero dura
verga en el hambriento coñargón de la zorra de mi profe

— ¡Mateo, macho mío, jode a la fulana de tu profe, corazón! — ordenó dulcemente mi profe

— ¡si señorita, eso está hecho, "profeputa"! — afirmé con rotundidad

Empecé a dar embates y embestidas con mi duro cipote de joven semental en el acalorado
y empapado coñargón de la zorra de mi profesora a la que yo sin buscarlo ni querer, había
convertido en una depravada fulana de casa de citas

— ¡si, cabron!, ¡así!, ¡sí!, ¡más!, ¡más!, ¡jode a esta fulana tan guarra! — bramaba mi profe
salazmente

— ¡ah!, ¡ah!, ¡ay así!, ¡ah!, ¡ay así!, ¡uff!, ¡queee gussstaaaazoo, puta! — bufaba yo todo
salidorro

— ¡así, cabrón, así!, ¡me pones muy caliente, cariño! — berreaba la guarra de mi profe

— ¡guau, yeah!, ¡queee gussstaaaazooo mee daaaass, zorra! — berreaba yo todo jadeante
— ¡me estás matando del gustazo con tu polla, hijo puta! — aullaba la golfa de mi profe

Mientras le clavaba progresivamente mi rabo, le iba mamando las tetas y la muy zorra de
Soraya soltaba tacos e improperios sexuales y me encendían y excitaban y me impelían a
darle más y más rabo sin parar y en non-stop mientras la ramera de mi profe daba
boqueadas y suspiraba y gemía cual guarra de congal de carretera

La abrí todavía más de patas para que la jodienda fuera más brutal y depravada y tuviera
más morbo

— ¡si, cariño, si, jode a esta puta perra! ¡Lo necesito! — vociferaba mi profe

— ¡toma rabo, puta!, ¡toma rabo, cerda! — jadeaba todo libidinoso

— ¡jódeme bien, cariño!, ¡jode a esta fulana! — bramaba mi profe toda sicalíptica

— ¡puta!, ¡guarra!, ¡me vas a quemar el rabo!, ¡zorra! —

— ¡dame tu rabo, cabrón!, ¡amo tu rabo! — sollozaba mi Srta. salazmente

Saqué mi polla del febril coño de mi señorita porque no deseaba volverme loco y
cambiamos de postura para que la fulanona de mi profesora se clavara mi rabo de macho
en todo su acalorado y agitado coño de guarra pervertidora en celo.

— ¡Monta, puta!, ¡me estás matando de gusta, sucia golfa! — vociferaba yo jadeando

— ¡soy tu puta esta noche!, ¡haz conmigo lo que quieras, canalla! — berreaba de gozo
carnal la fulana de mi profesora

— ¡meee maataas de guuussstoooo, zorra!, ¡toma polla! — aullaba yo muy lascivo

— ¡que jodida me estas pegando, maricón!, ¡me estás poniendo muy perra!— gritaba de
lascivia mi profesora

Después de botar y botar e intercambiar insultos sexuales y chabacanas groserías propias


del libidinoso momento, la ramera de mi profesora me pidió cambiar de postura, pues ambos
teníamos un brutal calentón que podría hacernos correr y todavía no era el momento

— ¡toma rabo, puta!, ¡toma polla, golfa! — aullaba yo con vicio

— ¡ah!, ¡sí!, ¡métemela toda, canalla!, ¡haz de mí una sucia puta! — jadeaba mi profesora
— ¡oh sí!, ¡sí!, ¡sí! ¡Sí!, ¡sí!, ¡sí!, ¡sí!, ¡que gustazo me da follarte, zorra! — vociferaba yo con
desmedido vicio

— ¡folla a esta sucia guarra!, ¡soy una fulana de burdel barato! — jadeaba depravadamente
mi profesora

— ¡eres una guarra, señorita!, ¡la más puta y más viciosa del instituto!— gritaba yo de puto
vicio

— ¡eso es lo que quiero ser, la más zorra del instituto! — gritaba a pleno pulmón la zorra
desorejada de mi profesora

— ¡eres la más calentorra y la ramera del instituto! — bramaba depravadamente la


profesora

— ¡me matas de gusto, puta!, ¡que vicio tiene señorita!— grité con lujuria

— ¡gózame!, ¡dame más rabo, canalla!, ¡fóllame más, bribón! — aullaba mi profesora con
procaz lujuria

Después de recibir mil embates en su acalorado y agitado coño y de que ambos


estuviéramos con un brutal y extraordinario calentón de cojones, yo me sentí eyacular y que
estaba a punto de correrme

— ¡señorita, estoy a punto de corrermeeee! — vociferé

— ¡y yo también, cariño!, ¡yo también! — afirmó ella con lujuria

— ¡queeee meeee coooorrrrrooooo! — lancé un brutal alarido

—¡y yo, cabróóóóóóóóóóóónnnn! —

— ¡señorita Soraya, es Ud. la perfecta profesora de ciencias naturales! — afirmé yo con


rotundidad

— ¡y tu Mateo, mi mejor alumno! — aseveró la Srta.

— Espero volver mañana — dije yo

— No lo dudes, amor — respondió categórica la profe

— Este será nuestro secreto, señorita — largué yo


— Por supuesto, amor mío — finalizó la señorita Soraya

Nos limpiamos y la señorita Soraya me abrió la puerta de la habitación donde habíamos


jodido, me encaminé a la salida y antes de abrir el portón de su casa y me propinó un
lascivo beso con lengua para que no olvidase la libidinosa jodienda que nos esperaba al día
siguiente y otra vez, si, en su casa.

me cogi a mi tia y a mi prima


Siempre tuve ganas de cogerme a mi tia , una morocha de buen cuerpo,buenas tetas y culo
pero nunca tuve la oportunidad de insinuarselo o de estar solo con ella...habia quedado
viuda hacia un par de años , cuando tenia treinta años , con una hija que habia salido a la
madre por lo bella...

cuando en una de esas mi tia retrocediendo se sento sobre mi regazo...era imposible que
no sintiera la hinchazon de mi pija...!! nene ¡¡ exclamo , que tenes ahi,nada dije yo,disculpa
tia pero no resisto la tentacion de tener tu cuerpo a mi disposicion...no dijo nada y en vez de
bajarse comenzo a mover su culo y refregarse contra mi vara...enseguida me echo los
brazos al cuello y me beso introduciendo su lengua en mi boca...yo la tome de las nalgas y
se las apretaba y se las acariciaba...me tomo de las manos y me llevo a la habitacion de
huespedes,al fondo de su casa y ni bien entramos me empujo sobre la cama y abrio el
pantalon y el calzoncillo....mi verga que esta lista salio como disparada,la tomo entre sus
manos y comenzo a pajearme hasta que se la llevo a la boca para mamarla...pasaba la
lengua desde atras de los testiculos hasta la punta de mi pene para volver a tragarselo
hasta que le lance un torrente de leche que trago en parte y parte le cayo sobre sus tetas
que ya habia librado del corpiño....me di vuelta la puse boca arriba sobre el borde de la
cama y abriendole las piernas le pegue dos o tres veces con la punta de la verga sobre los
labios de su vagina hasta que se la meti y le di bomba...mi tia se extremecia y gemia
mientras yo entraba y salia hasta que no aguanto y me dijo me vengo...me
vengo...asi...asi...siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii....sigue Tito ,acaba dentro de tu tia y mientras decia esto
subia y bajaba su pelvis como queriendo metersela toda...ya tenia los 20 cms. adentro a
punto de llenarla de leche y en un segundo le mande otro chorro de semen...se notaba que
la estaba pasando bien porque queria seguir cogiendo y yo queria seguir dandole verga...la
di vuelta , lubrique mi pene en su cueva vaginal y con un poco de saliva mas la ayuda de mi
tia la penetre por el ano...estaba enloquecida,yo hacia golear mis testiculos en la entrada y
con las manos la tenia aferrada de sus gluteos...ella se abria la entrada y me pedia que no
parara...no era mi idea para...mientras ella seguia acabando y chorreando semen por su
concha yo le llenaba el culo de semen...mi verga aguanto para un par de polvos...se la
saque y me fui al baño a lavarme...cuando volvi vi a mi prima parada en la puerta del
dormitorio y exigiendo que la cogiera...mire a mi tia y no vi un movimiento de disgusto , mas
aun ,mi tia la acosto en la cama y comenzo a desvestirla mientras yo le arrimaba la verga a
su boca...mi tia la conducia en la mamada y cuando estuvo bien parada la pija le hizo abrir
las piernas para que la penetre no sin antes pedirme que no le acabara adentro y que fuera
suavemente por ser su primera vez...le apoye la verga en sus labios vaginales y despues de
lubricarle la entrada comence a entrar hasta que mi prima lanzo un grito , se aferro a mis
brazos clavandome las uñas en señal de que la habia desvirgado y con un brusco
movimiento levanto la pelvis y se trago toda la pija....yo segui bombeando esa conchita que
me apretaba la verga y mi tia se hacia chupar la concha por mi prima...la hice acabar una
vez... y mientras le chupaba su cueva mi tia me volvio a mamar la verga hasta
reanimarla...la di vuelta a mi prima y de rodillas boca abajo en la cama la volvi a penetrar por
la vagina hasta que la hice acabar...segui entrando y saliendo de su concha hasta que se la
saque y entre las dos de mamaron la verga hasta dejarme sin leche y sin aliento...nos
vestimos jugando y besandonos entre los tres y me fui con la promesa de volver a repetir lo
sucedido

Cecilia, la sobrina de Miriam


Quince minutos después estábamos desnudos en la cama de un hotelucho de mala muerte.
Cecilia se había dejado puestos solamente sus zapatos de taco alto y eso me excitaba
todavía más. Tenía un cuerpo perfecto, unas piernas matadoras, tetas rellenas y un culo
infernal.

Cuando me dijo que recién había cumplido los dieciocho, mi verga saltó hacia arriba. No
podía creer que una pendeja así fuera tan sensual…

Le abrí las torneadas piernas para ubicarme entre ellas; pero la muy turra me pateó,
clavándome las agujas de sus tacos en mi pecho. Soltó una carcajada y giró su sensual
cuerpo, poniéndose en cuatro.

“Soy una perra… y a las perras nos gusta que nos cojan así…” Me dijo.

Me arrodillé detrás de ella y la aferré por sus suaves caderas. Apoyé la punta de mi verga
endurecida entre sus labios vaginales humedecidos y jalé sus cabellos, haciendo que su
cara se acercara a la mía.

“La conchita primero… o te gusta también por la cola, putita…?” Le dije.

La muy turra sonrió y me pasó su lengua por mi cara. Después me susurró:

“Me encanta que un viejo verde me rompa el culo…”


Con mi mano todavía sosteniendo sus cabellos, mi verga recorrió su delicada raja,
buscando la pequeña entrada anal. Empujé un poco, encontrando bastante resistencia; pero
insistí y ella entonces gimió como si le doliera. Me detuve después de meterle apenas la
punta y le pregunté si tenía ese hermoso culo todavía virgen…

“Ya te lo dije… se lo entregué a más de un viejo verde como vos…”

Entonces empujé un poco más sin dudarlo y esta vez su estrecho esfínter cedió, dejándome
invadir ese hermoso diminuto ojete…
Cecilia gimió de dolor, pero enseguida sonrió.

“Ya ves… no lo tengo virgen…”

Solté sus largos cabellos y aferré firmemente sus caderas con ambas manos. Comencé a
bombearle el culo despacio, pero pronto Cecilia jadeó, aulló y pataleó, pidiéndome que la
cogiera con más ganas.

Sentí que mi verga crecía todavía más dentro de su apretado culo. Y entonces ya no le tuve
piedad. Aumenté mis embestidas cada vez con más brutalidad, mientras esa pendeja
gritaba a todo pulmón, pidiéndome más y más. No dejaba de aullar y eso casi me provocaba
dolor en mi poronga.

De pronto ya no pude aguantar más y me vacié dentro de ese apretado ano, aullando como
un poseso. Mis gritos no podían tapar los de ella…

Quedé exhausto acostado sobre su espalda, con mi verga todavía bien tiesa enterrada a
fondo en su culo. Cecilia se calló un poco, pero pronto comenzó a empujar su trasero contra
mi pija, como si quisiera seguir…

Me enderecé sobre su cuerpo y volvía a arremeter su culo con furia. Quería que ella
también acabara en mi pija hundida en el fondo de su delicado ano

Finalmente lo logré. Cecilia hundió su cara en la almohada y dejó escapar un agudo aullido
interminable, dándome a entender que había acabado.
Le saqué mi verga del culo y bruscamente hundí mis dedos en su vagina.
Estaba empapada; había acabado gritando como loca…

Levantó su cabeza y me miró desde abajo; sonriendo y diciendo que jamás nadie le había
dejado el culo en llamas de esa manera tan brutal...

Se levantó de la cama y se encerró en el baño. Yo me quedé boca arriba, exhausto y


tratando de recuperar la respiración normal. Esa pendeja me había dejado hecho una
verdadera piltrafa…
Estaba mirando al suelo, buscando mi ropa para vestirme, cuando se abrió la puerta del
baño. Cecilia todavía seguía desnuda y se acercó a la cama.
Comenzó a reptar sobre mi cuerpo, sin despegar su lasciva mirada de mi verga, que otra
vez comenzaba a apuntar hacia el cielorraso…

Mi primo el mecanico
Cuando volví a abrirlos, Armando estaba a mi lado y había desanudado la toalla de su
cintura. Retrocedió para mostrarme el tamaño de su gruesa verga ya bastante endurecida.
“No seas hijo de puta… mi esposo está ahí afuera, esperándome”
Le dije en voz baja, tratando de dominar mi excitación y calentura.
“Tu esposo no tiene que enterarse… Vamos, no seas tan arisca”.
Me calenté mal y tardé en reaccionar para contestarle. Armando aprovechó mi instante de
duda y me empujó sobre su cama. Caí de espaldas y él con rapidez aferró mis tobillos en el
aire. Bajó la mirada y comprobó que no llevaba tanga. Sonrió con malicia.
“Ya estás empapada, Anita… será por tu querido primo eso…?”
Me hizo girar en la cama, obligándome a ponerme en cuatro.
Entonces levantó mi falda y me dio una buena palmada en mi cola desnuda. Uno de sus
dedos invadió mi concha hasta el fondo.
Aullé más de sorpresa que de dolor y él rio a carcajadas.
“Te va a encantar mi verga en tu conchita caliente, nena…” Dijo.
Intenté debatirme para zafar de esa cogida; pero Armando me empujó con su cuerpo
voluminoso y, cuando quise acordarme, su pija estaba enterrada hasta el fondo de mi
concha agradecida.
Mientras me bombeaba con una buena cadencia, sus manos curiosas encontraron mi
diminuta tanga empapada, escondida entre los pliegues de mi falda.
Se la llevó a la nariz y disfrutó aspirando mi esencia de hembra.
Luego continuó cogiéndome sin piedad, hasta hacerme acabar dos veces casi seguidas,
antes de vaciarse él en mi vagina…
Me empujó hacia adelante y su verga todavía dura se salió de mi concha. Caí sobre el
colchón y allí quedé exhausta y abatida.
Enseguida me acomodé la falda y le pedí a mi primo que me devolviera mi tanga, pero el
muy turro dijo que la guardaría como recuerdo, para pajearse con ella mientras recordaba
ese polvo que me había echado…
Salí al pasillo y regresé a la cocina, sintiendo mis fluidos y el semen de mi primo
deslizándose fuera de mi concha…

Madre Deseada
Puedo jurar que no fue en absoluto deliberado, aunque ningún tribunal me absolvería,

supongo, pero de pronto mi polla entró en su vagina del modo más natural e imprevisto que

se pueda imaginar. Cuando ambos fuimos conscientes de lo que había ocurrido, Paquita

tenía ya dentro dos tercios de mi instrumento, que no es ciertamente el monstruo de

longitud habitual en un relato pornográfico, pero que es considerable. El placer era

irresistible. Se desprendió del beso. “¿Pero qué haces? No puede ser. No puede ser. Esto

es terrible.” Pero aparte de sus protestas verbales su cuerpo no se resistía. Si estaba

sintiendo tan solo la mitad del placer que yo experimentaba no había ninguna probabilidad

de que aquello se viera interrumpido por su voluntad.

No contesté, sino que acabé de meterle la polla hasta que mi pubis sintió la caricia del suyo,

pero con un significativo trozo de mi anatomía ya dentro de su vientre. “No puede ser.

Sácala, Nacho, por favor. ¿Qué vas a pensar de mi?” Me mantuve inmóvil, respirando con

fuerza, mientras abrazaba a mi madre, e intentaba besar su boca. Apartó la cabeza, pero no

el coño, que seguía taladrado por mi instrumento, que había alcanzado un tamaño y una

dureza monstruosos. “Me habías prometido… Anda, sácala.” Por un momento, pensé en

obedecerla solo por el placer de ver su reacción, pero el placer me lo impedía. ¡Estaba

follándome a mi madre!
El sueño de felicidad más insensato que podía concebir, el que durante semanas me había

obsesionado hasta extremos absurdos. Tan solo con un puñado de movimientos me iba a

correr e iba a inundar su útero con la semilla nacida de ella misma. Hubiera necesitado una

fuerza de voluntad inhumana para renunciar en aquel momento al abrazo delicioso de su

vagina. Necesité parte de esa voluntad para mantenerme tranquilo y no estallar en una

especie de epilepsia.

Empecé a moverme. Primero con muchísima suavidad. Paquita abrió un poco más sus

muslos. “No. No puede ser.” Repetía, pero ahora hablaba más consigo misma que conmigo.

Los dos sabíamos que aquello era irreversible, y sólo acabaría de la mejor manera posible.

Por abajo se preparaba el orgasmo de nuestras vidas. Seguí moviéndome suavemente, y

conseguí hacer girar nuestros cuerpos hasta que mi madre quedó tumbada sobre su

espalda, conmigo encima. Sentí la intensidad del olor agridulce de sus sobacos, lo que

consiguió excitarme todavía más.

Empecé a bombear la polla a un ritmo creciente. Ahora los cojones chapoteaban contra su

culo. Noté el inicio del orgasmo de mi madre. Paquita me abrazó con las piernas y con los
brazos, dejándose dominar por el placer sin ofrecer resistencia. La tapé la boca con un

beso. Ahora temía que fuera ella quien despertara a mis hermanas. Me detuve. Me

incorporé un poco y la miré. “¿Qué vas a pensar de mí ahora?” “Que eres maravillosa. Te

quiero más que nunca. Quiero follarte muchas, muchas veces, y hacer todo contigo.”

Reanudé mis acometidas. Noté que no me quedaba mucho para que empezara a escupir

semen a toda presión. “Me falta muy poco.” Ella se estaba dejando llevar, de nuevo. “Es

buenísimo”, dijo. Volví a besarla con toda la boca, y aceleré el ritmo de mis movimientos

notando la fuerza deliciosa del orgasmo en todo el cuerpo.

Paquita estaba corriéndose de nuevo conmigo, que rebuznaba de forma apagada, al borde

del desmayo. Cuando las oleadas de placer se fueron apagando me di cuenta que en ese

momento mi vida había cambiado, que nada volvería ser igual, que en ese momento se

iniciaba algo nuevo. Volví a besarla. Salí de ella, y me eché a su lado. A los pocos segundos

estaba profundamente dormido.

La acaricié. Estaba aun más excitada. “Ponte de espaldas, que te la quiero meter desde

atrás.” Se rió en silencio y se dio la vuelta. Encendí la luz de la mesilla. Por nada del mundo

quería perderme el espectáculo que venía ahora. Mi madre desnuda a cuatro patas,

ofreciendo la vagina a su hijo, que sabía que también era dueño del culo. Me incorporé, y le

amasé las tetas desde atrás. Tomé en la derecha la erección y traté de dirigirla hacia su
agujero. Me costó ajustarla pero finalmente se deslizó con el ruido de un obsceno chapoteo.

Paquita lanzó un gemido. “¿Te gusta?” “Mucho.” “A mi también mamá. ¿Así que el tío

Federico quería hacerte esto?” Volvió a reírse. Asintió con un gruñido. “Pero no me dejé.”

“¿Y te gustó que te hiciera proposiciones guarras?” “Sí. Me sentía muy mal porque tu padre

ya no me hacía caso.

Una mujer necesita saber que todavía atrae a los hombres. No acepté, pero le dejé avanzar

un poco …” “¿Ha sido hace mucho?” “La primera vez fue hace mucho, pero últimamente

había vuelto a la carga.” “No sigas contándolo que me voy a correr, y tengo que meterte mi

semen y el del tío Federico que te has quedado sin él.” “Pues, córrete tonto.” “No me lo

digas dos veces”, dije, mientras aceleraba los enviones, consciente de que aquello no tenía

remedio y la iba a volver a llenar de semen. Para rematar el desaguisado, Paquita empezó a

correrse con una fuerza bestial.

Convertida en una puta por la culpa


de mi hijo
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