Los síntomas o problemas que pueden presentar los niños con estas dificultades pueden ser;
escritura confusa, lenta y con dificultad, la no utilización de signos de puntuación, entre otras.
En consecuencia, cuando el maestro observa que el niño presenta este tipo de obstáculos, es
su deber buscar la forma para ayudarlo a superarlas, esto a través de programas, métodos,
técnicas y estrategias encaminadas a que el niño pueda escribir correctamente. Para tener una
definición más exacta, Romero y Lavigne (2003) afirman que:
Las dificultades en escritura se presentan en las dos fases fundamentales que constituyen su
aprendizaje: la recuperación de la forma de las letras, palabras y números, y la composición
escrita. Las primeras se conocen con el nombre de “disgrafías” y a las segundas como
“dificultades específicas en composición escrita” (p. 66).
Agregando a la definición de Romero y Lavigne (2003), se puede expresar que los niños con
este tipo de dificultades presentan problemas para tomar y sostener el lápiz, trazar letras y
números, organizar letras y palabras en una página, mezclan mayúsculas con minúsculas,
manifiestan una escritura desordenada y hasta cierto punto, se frustran con cierta frecuencia.
El lenguaje hablado es una actividad lingüística primaria, mientras que el lenguaje escrito, es
una actividad lingüística secundaria, no son dos sistemas de comunicación totalmente
diferentes, sino que comparten una serie de características, al mismo tiempo que existen
diferencias entre ellos.
Fijándonos en la parte que les es común, en ambos casos es necesario acceder a las palabras
del léxico, analizar las frases y párrafos y comprender el mensaje, de lo contrario la
comunicación oral o escrita, sería imposible.
Sin embargo, la captación de la estructura fonológica del sistema hablado no es fácil, debido
a que el lenguaje oral consiste en una sucesión de ondas acústicas continuas y que en el
discurso hablado no aparecen separaciones correspondientes a la segmentación en frases,
palabras y menos aún en sílabas o fonemas. Los hablantes y oyentes perciben sonidos y no
necesitan ser consciente de cada uno de ellos de un modo explícito. Por el contrario, en el
caso de la lectura y escritura, se debe llegar a una conciencia explícita, que es la conciencia
fonética y fonológica.
Si bien la lectura y la escritura son operaciones que tienen mucho en común, hay que destacar
dos distinciones en referencia al trabajo educativo, el componente neuromotor o practico de
la escritura es mas activo que en el caso de la lectura; de ahí que hay niños capaces de leer,
pero exige mayor actividad corporal y un mayor compromiso afectivo, de ahí la importancia
de que el maestro acepte con entusiasmo y calidez los aportes creativos de sus alumnos.
A la hora de tomar decisiones con respecto al diseño y desarrollo de los procesos concretos
de intervención educativa, es oportuno tener en cuenta los siguientes criterios:
Uno de los métodos más efectivos es leer en voz alta, ya que, se desarrolla la capacidad de
atención y el vocabulario; se ayuda a que el niño exprese sus emociones, temores, esperanzas,
descubrimientos, pensamientos y secretos. Al compartir estos sentimientos se establece un
lazo afectivo entre el maestro y los niños, que favorece el proceso de aprendizaje de la lectura
y la escritura.
Los cuentos también ayudan a orientar conductas y afianzar valores. Para narrarlos se utilizan
diferentes estrategias, de manera que los niños participen activamente, creando y haciendo
aportes.
Los niños saben leer y escribir cuando llegan al colegio, pero lo hacen a su manera; de allí se
parte para hacer explicita su intención. Durante todo el proceso estamos leyendo y
escribiendo de nosotros mismos y de nuestro medio, por ello al ir manejando las letras no lo
hacemos en forma segmentada, sino que se generan situaciones significativas que llevan a ir
enfatizando cada una de ellas.
Es importante respetar las diferentes etapas de escritura en que está cada niño. Ellos crean
sus propias hipótesis y así van encontrando significado a lo que escriben, comienzan
utilizando seudo letras y, poco a poco, las van relacionando con el código alfabético,
descubriendo razones válidas de uso.
Los niños no elaboran planas. A través de cuentos realizan ejercicios que ayudan a desarrollar
la habilidad motriz y a prepararlos para que adquieran dominio de sus movimientos finos, de
manera que puedan luego escribir con destreza. Esta forma de trabajo les gusta y los motiva.
Es importante resaltar que la motivación juega un papel decisivo en este proceso. Las tareas
tienen un sentido diferente, sirven para aprender a ser responsables, para compartir con la
familia, los maestros y los compañeros; de esa manera, todos se enriquecen.
El aprendizaje de la lectura y la escritura es un proceso dinámico donde la creatividad es muy
importante. Se realizan ejercicios que estimulan el desarrollo del pensamiento divergente,
para que los niños busquen diferentes alternativas ante una situación dada. Al estimular dicho
pensamiento, se les da la oportunidad de crecer siendo seres autónomos, seguros de sí
mismos, capaces de tomar decisiones.
Todas estas actividades les permiten descubrir el sentido de la lengua escrita y comprender
que a través de ella pueden comunicarse, y lo que es aún mejor: expresarse.
Además, el código escrito alfabético busca representar los sonidos del habla, es necesario
que el niño/a haya adquirido la lengua oral, antes de empezar el aprendizaje de la lengua
escrita. Es precisamente a través del dibujo. El adulto escribe a través de los dibujos del niño
lo que estos expresan, llegando así en poner en contacto 3 códigos: oral escrito e icónico.
Aprender a escribir no es una tarea sencilla. Los niños aprenden a escribir de forma gradual.
Por lo general, los niños inician una aproximación al lenguaje escrito en la última fase de
educación infantil, alrededor de los 5 años.
En esta etapa los niños aprenden a distinguir su nombre y se familiarizan con el lenguaje
escrito de una forma lúdica. Sin embargo, el abordaje de la lectoescritura no se inicia hasta
primaria, cuando el niño tiene 6 años.
El aprendizaje de la escritura pasa por diferentes fases: la fase del copiado, la escritura al
dictado y la escritura espontánea.
La primera fase, como su nombre indica, consiste en copiar letras, números, etc. Más
adelante, el aprendizaje se vuelve más complejo, ya que es fundamental traducir lo que se
escucha (sonidos) en letras (escritura). Y finalmente, la eclosión de este aprendizaje se
produce cuando el niño es capaz de escribir lo que piensa o imagina.
Otro de los métodos de escritura básica conocida como el reconocimiento de los objetos que
tienen un significado en el medio ambiente es el más usado por maestros y adultos en la
escritura, esta técnica de escritura no caligráfica consiste en que el niño observe gráficamente
o de la vida real un objeto, lo reconozca y esté en capacidad de escribir el nombre que le
corresponde.
Para el logro de una escritura más avanzada o caligráfica más allá de una sola palabra a frases
se necesitará madurar las etapas previas de lectura y escritura. No obstante, el niño comenzará
a hacer ambas tareas a leer y a escribir alrededor de los 6 años que será cuando comience una
etapa cognitiva y madurativa superior: la etapa operacional, tiempo en que el niño afianzará
habilidades motoras finas para hacer una escritura más clara y más caligráfica.
Métodos de Intervención Psicopedagógica.
Estos se conciben como los procesos ordenados y sistemáticos que implementa el docente,
psicólogo o psicópedagogo para llegar a un fin determinado. Para tener una mejor definición,
Ruiz (2006) detalla que:
Por lo referido a las técnicas que se utilizan para realizar el proceso de intervención
psicopedagógica, se debe destacar que para su elección se deben tener en cuenta las
características y las necesidades educativas del niño. Al respecto, Novas (1973) propone que
“la elección de las técnicas de reeducación variará en función de las perturbaciones
presentadas y de las respectivas consecuencias.” (p. 232). Por lo tanto, el encargado de
implementar la intervención deberá aplicar una evaluación para conocer las dificultades que
el niño presenta.
Técnica de la “visualización”: por lo que se refiere esta técnica, es que el niño logre
imaginar detalladamente el texto que se le está leyendo y lo convierta en imágenes
mentales, para ello el encargado de aplicar esta técnica puede hacer el uso de sonidos
u otras acciones encaminadas a que el alumno mantenga su atención en el texto. Para
ello, Sanz Moreno (2006) define que “esta técnica consiste en visualizar lo que se
está leyendo. Algo así como si estuviésemos viendo una película. De esta forma se
mantiene la atención más fácilmente y se pasa de las palabras a las imágenes
mentales”.
Técnicas para la síntesis y la identificación de ideas principales: se propone a exponer
algunas técnicas para trabajar la capacidad de síntesis y sensibilidad hacia las ideas
importantes, dado que son de gran importancia en el desarrollo del proceso de
enseñanza-aprendizaje, ya que la selección de las ideas principales de un texto es la
base para el aprendizaje.
Técnica de la “poda y del resumen”: esta técnica básicamente consiste en tres pasos:
Se realiza una lectura general, por consiguiente, se hace una segunda lectura
eliminando la información no relevante; y como último paso, se hace un resumen del
texto con las ideas seleccionadas. Sanz Moreno (2006) dilucida una mejor definición
y explica que:
Una vez leído el texto detenidamente, se hace una segunda lectura tachando aquella
información que no sea imprescindible para entender el argumento del texto. Una vez
hecha la “poda”, el paso siguiente consiste en realizar un resumen reelaborando las
oraciones, escribiendo otras más genéricas.
En relación con esta técnica, el docente entrega un texto al alumno, quien debe leerlo
detalladamente. Posteriormente, hará una segunda lectura que tiene como objetivo
eliminar aquella información que no sea relevante para comprender el argumento del
texto. Y como punto culminante de esta técnica, el alumno realizará un resumen con
palabras y oraciones más generales con el objetivo de ser más conciso en el texto
planteado.
Técnica “titular párrafos “. Esta técnica consiste en darle un nombre a cada párrafo
con las palabras clave que resumen su sentido. Cabe recalcar que dichas ideas pueden
ser escritas en diferentes puntos del texto. Para ello, Sanz Moreno (2006) define esta
técnica de la siguiente manera:
Consiste esta técnica en buscar la idea matriz de cada uno de los párrafos. Debe
buscarse una idea que abarque el conjunto del contenido del párrafo. Prácticamente
se puede hacer de distintas maneras: Se puede escribir el título con lápiz de punta fina
en el espacio en blanco entre párrafos, se puede escribir en un lateral a modo de
“ladrillo”; es posible, también, no escribir en el texto y apuntar en una hoja aparte,
etc. Sí que es importante constatar que el título inventado funciona como paraguas
que cubre las distintas proposiciones del párrafo o al menos, las más relevantes.
La idea con la que se plantea esta técnica es que el alumno debe dar una primera
lectura detallada al texto proporcionado. Como segundo paso deberá identificar la
idea principal del texto y titularlo, también deberá nombrar a cada párrafo de acuerdo
con su contenido, lo que le permitirá hacerse una idea resumida de lo que trata el
texto.
Para esta técnica, el docente debe trabajar con un libro de texto o algún material que
él haya elegido, pues el objetivo es que el alumno con la atención centrada en el texto,
se cree las imágenes mentales de lo que está leyendo, lo que le permite, no solo logra
gravar las palabras, si no, tiene una imagen completa del texto leído, lo cual se
convierte en un aprendizaje significativo. Además de ello, el alumno deberá ser capaz
de analizar de qué se trata el texto que está leyendo, para luego poder explicarlo con
sus propias palabras.
En cualquier caso, la literatura científica reciente, así como la opinión de los expertos,
coincide en la necesidad de una intervención lo más precoz en el tiempo posible, así como la
importancia de una correcta coordinación entre escuela y especialistas que llevan a cabo tanto
el diagnóstico como la reeducación.
Este tipo de dificultades son las que afectan el medio utilizado por las personas para transmitir
información. Los síntomas o problemas que pueden presentar los niños con estas deficiencias
pueden ser: escritura confusa, lenta y con dificultad, la no utilización de signos de puntuación,
entre otras. En consecuencia, cuando el maestro observa que el niño presenta este tipo de
obstáculos, es su deber buscar la forma para ayudarlo a superarlas, esto a través de programas,
métodos, técnicas y estrategias encaminadas a que el niño pueda escribir correctamente. En
ese sentido, Romero y Lavigne (2003) exponen
Las dificultades en escritura se presentan en las dos fases fundamentales que constituyen su
aprendizaje: la recuperación de la forma de las letras, palabras y números, y la composición
escrita. Las primeras se conocen con el nombre de “disgrafías” y a las segundas como
“dificultades específicas en composición escrita.” (p. 66)
INTERVENCION PSICOPEDAGOGICA
Cuando se habla de este término se hace referencia al proceso integrador que supone la
necesidad de identificar las acciones posibles a implementar, teniendo en cuenta los objetivos
que se persiguen y el contexto en el cual se van a aplicar, todo ello, con el fin de dar solución
a las diferentes deficiencias que se presentan en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya sean
estas, de lectura y escritura, matemáticas o de cálculo.
Para tener una mejor definición, Luque y Rodríguez (2003), establecen que “por intervención
psicopedagógica nos referimos a un proyecto que, partiendo de un modelo teórico y con una
planificación de medios, busca obtener unos resultados en los procesos que se realicen en el
alumnado y contexto.” (p. 9)
En este sentido, este proceso de intervención se lleva a cabo por medio de programas,
métodos, técnicas y estrategias, implementadas por el maestro, psicólogo o encargado del
aula de apoyo. Asimismo, se debe mencionar que este proceso puede ser individual o grupal,
directa o de una manera más integrada en el currículo. Los programas de intervención
psicopedagógica se vuelven fundamentales en este proceso, por lo tanto, se procede a
detallarlos.
PROGRAMAS DE INTERVENCION PSICPEDAGOGICAS
Para tener una mejor definición de los programas, se recurre a Luque et. al. (2003), quienes
exponen:
Son instrumentos que se integran en la planificación de aula y/o área y dirigidos hacia el
desarrollo de objetivos de esta. Esto es así, porque como han señalado Schummy Vaughn
(Como se cita en Luque y Rodríguez), los profesores en sus aulas ordinarias tienen el reto de
adecuarse a las necesidades de todos los alumnos, incluidos los que presentan dificultades de
aprendizaje. (p.16)
Por lo tanto, se debe hacer notar que dichos programas se pueden clasificar en programas de
refuerzo y programas específicos. Los primeros enfocados en el currículum y dirigidos hacia
un grupo de alumnos; y los segundos, enfocados a la intervención de las dificultades
individuales.
Por lo antes mencionado, es necesario que las instituciones educativas deban de tener una
planificación encaminada al trato de estas situaciones.
Por otra parte, dentro de estos programas pueden estar inmersos una serie de métodos de
lectoescritura encaminados a la superación de las dificultades que el niño presenta, por lo
tanto, se definen en el siguiente apartado.
Estos se basan en la identificación de las necesidades del niño, en la cual se lleva una
sistematización, intencionalidad y adecuación de las actividades al contexto donde se aplica.
Para ponerlos en práctica, se planifican las actividades y evaluaciones a implementar; todo
ello dirigido al logro de los objetivos propuestos para solventar las dificultades que presenta
el niño.
Lebrero y Lebrero (1999) brindan una definición sobre estos métodos:
Por lo tanto, el maestro guía o el encargado del aula de apoyo debe implementar el método
que estime conveniente como una guía que oriente a la superación de las Dificultades
Específicas en el Aprendizaje de la Lectoescritura, esto respaldado con su personalidad y
tacto pedagógico. Cabe recalcar que estos métodos no deben ser vistos como un remedio o
receta ante tales dificultades. Además, conviene subrayar que los encargados de la
intervención psicopedagógica pueden basarse en uno o varios métodos, esto de acuerdo a las
diferentes dificultades que presenten los educandos. Dentro de la implementación de estos,
se pueden utilizar una serie de técnicas que ayuden en este proceso, por lo tanto, se definen
en el siguiente punto.
Estas se comprenden como el eje sobre el cual debe girar el diagnóstico o evaluación que se
implementa con los niños, con el objetivo de encontrar o verificar las dificultades y
situaciones que estos presentan. El Diccionario de la Lengua Española define la técnica como
el “Conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o un arte”. (Real
Academia Española, 2017)
En ese contexto, dentro del ámbito educativo, específicamente en las Dificultades Específicas
en el Aprendizaje de la Lectoescritura, las técnicas se encuentran incluidas dentro de la
enseñanza sistematizada. En el caso de la intervención psicopedagógica, las técnicas están
contempladas dentro de las estrategias y los programas de refuerzo o intervención
psicoeducativa. En ese entorno, son necesarias muchas estrategias para trabajar con los niños
o para ser implementadas dentro de los programas, métodos y estrategias de intervención,
por lo tanto, se definen a continuación.
Estas se utilizan para ayudar a los alumnos a centrar su atención en la tarea. Se debe tener en
cuenta que cada niño rendirá de acuerdo con sus capacidades, lo que le permitirá al docente
detectar en las áreas que el alumno presenta dificultades y así, intensificar las tareas. En ese
contexto, Romero et. al. (2003) definen
Por lo tanto, las estrategias se utilizan con el propósito de ayudar a los educandos a superar
estas deficiencias, las cuales se utilizan en tres momentos claves en la adquisición de este
proceso: antes, durante y después de la lectura. Tales estrategias deben ser adecuadas por el
maestro a las condiciones donde serán aplicadas y a las características de los educandos.
Los dos pilares básicos sobre los que descansa la intervención en la dislexia son la adaptación
curricular escolar y la reeducación psicopedagógica.
Por otra parte, es común que los sujetos disléxicos presenten otros trastornos tales como la
disgrafía, la disortografía, la discalculia y/o dificultades de atención o TDAH (trastorno de
déficit de atención e hiperactividad).
Todas estas dificultades pueden confluir y generar un patrón de conducta muy sugerente que
en el aula, se traduce o bien por la tendencia hacia la inhibición y el retraimiento, o bien por
la aparición de conductas disruptivas cuya finalidad suele ser la de obtener el reconocimiento
que no pueden alcanzar por sus resultados escolares.
El tratamiento global del paciente disléxico ha de integrar otras áreas del desarrollo del
individuo en las que puedan aparecer alteraciones (área conductual, emocional, etc.).
El proceso reeducativo no siempre ha de abarcar todos y cada uno de los dominios expuestos,
sino que los ámbitos se deberán desarrollar (en mayor o menor medida) teniendo en cuenta
las habilidades y limitaciones de cada sujeto.
Los principios generales de intervención en las dificultades de aprendizaje del cálculo serían
los siguientes: se debe dar prioridad a las actividades manipulativas, a la comprensión de
conceptos y operaciones matemáticas y al desarrollo de procesos mecánicos y memorísticos.
Se debe favorecer la automatización de combinaciones numéricas y algoritmos.
Una serie de principios metodológicos que han sido propuestos por varios autores y cuyo fin
es el facilitar el aprendizaje de la habilidad matemática son aplicables y recomendables al
plan pedagógico de cualquier niño (no necesariamente afecto de un TA), pero su utilización
tiene un especial interés en niños que padecen discalculia:
• Intentar aplicar una enseñanza más práctica en el uso del sistema numérico.
• Permitir un período de tiempo más extenso en el aprendizaje de los conocimientos básicos
y hacer uso de un repaso constante de lo aprendido.
• Intentar respetar los distintos estadios del desarrollo del niño, de tal manera que se proceda
de lo concreto a lo abstracto.
• Intentar hacer uso del principio de que primero se busca la comprensión, para después
conseguir la mecanización o automatización.
• Al igual que ocurre en otros trastornos del aprendizaje, los alumnos con discalculia pueden
presentar ciertas alteraciones emocionales (frustración, desmotivación, bajo autoconcepto,
ansiedad, etc.) que pueden requerir de una especial atención durante el desarrollo de la
intervención.