El estudio de la familia como grupo social constituye una
necesidad para el profesional de la salud, por ser este el grupo
que más influye en la formación de la personalidad, en ella se adquieren las creencias, los temores y criterios de riesgo que condicionan las actitudes de la persona.
La comunicación no puede anular la relación social, porque ella
misma es relación y, como tal, necesita de valores, formas de referencia a los valores, fines y medios.
Al considerar a la familia como un sistema, hemos de
considerarla como un conjunto con una identidad propia y diferenciada del entorno, con su propia dinámica interna que autorregula su continuo proceso de cambio.
El género es una categoría importante para las ciencias sociales
en tanto es una categoría analítica y política que evidencia las jerarquías entre los sexos en estructuras sociales más amplias, pero tiene límites, en tanto da por hecho que existen dos grupos: hombres y mujeres, diferentes pero complementados y los asume como grupos homogéneos y descontextualizados.
La familiar es de vital importancia en la comunicación ya que
es un principio básico de la organización social “Lenguaje fundamentalmente, nos hace ser, el “yo” que soy “donde nos permite tener una buenas relaciones sociales; en el cual Para saber hablar, primero hay que aprender a escuchar. Y no es lo mismo “oír” que “escuchar”. Oír es algo pasivo: simplemente callamos, pero no prestamos atención a lo que nos dicen y, la mayoría de las veces, ni siquiera a quien nos está hablando; ponemos cara de interesados, de “póquer” o de desgana, según los casos, pero no hay una actitud activa, de voluntad.
La familia como aquellos procesos interactivos que permiten
a la familia la superación y adaptación frente a cambios y desafíos del ciclo de vida familiar, en donde prevalece la cohesión adecuada, la cooperación, la solidaridad, la flexibilidad, una comunicación familiar con lealtad, y confianza.