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OBRA “uNa crisis, un PROGRESO”

(Por Graciela B. Ingaramo, para el Acto del 25 de mayo 2018, Col. Sec. “J. G.
Perugorría)

ACTO I
(Entran al escenario dos caballeros argentinos con papeles en
las manos y se quedan mirándolos, en acto de espera. Detrás,
entra un soldado español y se dirige a los dos caballeros)

SOLDADO:
- (Con ceño fruncido) A partir de hoy, solo podrán ingresar al país los productos
de España, a través del Puerto de Buenos Aires.
CABALLERO II:
- (Preocupado, mientras el CABALLERO I asiente con la cabeza) Pero la falta de
competidores hará que aumente el precio de la mercadería.
SOLDADO:
- (Firme) Es una orden directa de la Corona de España, del Rey Carlos III.

(Sale el soldado por el mismo lado que entró y los caballeros


se van hacia atrás del escenario, en dirección opuesta,
haciendo gestos con las manos, mostrando enojo)

ACTO II
(Ya en escena, los dos comerciantes españoles acomodan unas
bolsas de harina)

COMERCIANTE I:
- (Haciendo señas con el pulgar para atrás) Paco. Tenemos un pedido urgente de
harina para Argentina.
COMERCIANTE II:
- (Guiñándole un ojo) Diles que son las últimas bolsas que nos quedan, así les
subimos el precio. (Encogiéndose de hombros, satisfactoriamente) ¡Total, solo los
de Sevilla estamos autorizados por el Virrey a vender en el Río de La Plata!

(Se van, riéndose y refregándose las manos)


ACTO III
(Entra desde atrás del escenario un pescador con una caña de
pescar, mirando hacia el público, en busca de alguien. Desde
el público y en dirección hacia el escenario, se acerca
silbando alegremente un embarcadizo, dando chicotazos al suelo
con un látigo y arrastrando a cuatro esclavos negros
harapientos, encadenados y cabizbajos)

PESCADOR:
- (Mirando para todos lados, y diciéndole en complicidad) Necesito enviar una
carga de sardinas a Perú, pero no conseguí la autorización del Virrey Cisneros.
EMBARCADIZO:
- (Palmeándole la espalda y señalando a los esclavos) No se preocupe, mi amigo.
¿Ve estos negros roñosos? Los traje anoche de África.
AMBOS:
- Vamos.
(Se van juntos, charlando en voz baja)

ACTO IV
(Entra una mujerona y comienza a barrer. Detrás, entra una
vendedora de pastelitos, con una canasta en las manos. Luego,
entran conversando una vendedora de empanadas -con una canasta
cubierta con un mantelito- y un ganadero -vestido de gaucho,
con boina, facón y fusta-)

VENDEDORA DE PASTELITOS:
- (Dirigiéndose hacia el público) A los pastelitos calientes; ricos los pastelitos.
(Entrega algunos y se queda dando vueltas, sin salir del escenario)
VENDEDORA DE EMPANADAS:
- (Moviendo las manos y la cabeza en señal de disconformidad) Si esto sigue así,
voy a tener que aumentar a $150 la docena de empanadas. (Enérgica) $130 me
cobró el carnicero la molida común.
GANADERO:
- (Efusivo) ¿Y yo, que tuve que vender mis vacas a menos de la mitad de su
precio real? ¡No es justo!

(Se quedan juntos a un costado, simulando charlar)


ACTO V
(Entran dos damas antiguas, seguidas de un caballero solo, de
levita, y dos más, del brazo con sus damas)

DAMA ANTIGUA I:
- (Abanicándose, exasperada) ¡Esto no da para más!
DAMA ANTIGUA II:
- (Abanicándose también, en señal de conformidad con lo dicho) ¡Tenemos que
hacer algo!
CABALLERO I:
- (Enojado) ¡Claro que sí! Nosotros producimos, pero los españoles se quedan
con la mayor ganancia.
CABALLERO II:
- (Contrayendo un brazo, en señal de fuerza) Lo único que nos queda es la
Revolución. ¡Convoquemos a todo el pueblo frente al Cabildo!
CABALLERO III:
- (Invitándolos a irse) ¡Vamos! ¡Y que viva la Patria!
TODOS:
- (Gritando a una voz) ¡Viva!
(Se van todos, abrazados)

ACTO FINAL
(Un narrador lee, mientras que se ve en pantalla la siguiente
imagen)
NARRADOR:
- Como dijera el físico judío-alemán, Albert Einstein:

FIN

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