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Tegumento

La mayoría de los anfibios primitivos tenían escamas como de


los peces de los que se originaron. En las formas actuales , las
escamas dérmicas están presentes como vestigios en las
cecilias tropicales (ápodos). Ranas y salamandras carecen de
escamas dérmicas.

L a piel de los anfibios, desnuda y lisa, carece de protecciones.


Además, es viscosa y está continuamente húmeda. Es muy
delgada, contribuye a la respiración mediante intercambios gaseosos que se producen en toda su superficie.

Como en todos los vertebrados, la piel está compuesta por dos capas de origen diferente
que se constituyen en el curso del desarrollo embrionario : la dermis y la epidermis .

La dermis, de origen mesodérmico, es la capa profunda y contiene muchas células conjuntivas cuya textura
elástica le confiere a la piel su flexibilidad y solidez .No acumula materias de reserva, ni se adhiere a la
musculatura subyacente, salvo en algunos puntos por donde pasan los nervios y los vasos sanguíneos.
La epidermis, de origen ectodérmico, está compuesta por células planas colocadas una
junto a otra, formando un epitelio ; y constituye la parte superficial y visible del tegumento .
Contiene además células glandulares, unidas en forma de ampollas, que vierten sus secreciones por un
poro situado en la superficie del tegumento . Como son demasiado grandes para estar contenidas
totalmente dentro del grosor natural de la epidermis, se hunden en la dermis.
Cuando se agrupan formando glándulas importantes , pueden sobresalir abultando el tegumento en forma
de granulaciones o de verrugas.

Los anfibios presentan dos tipos de glándulas:


Las glándulas mucosas (o mucígenas) segregan un mucus que , extendido sobre la piel, tiene por objeto
mantenerla siempre húmeda , incluso fuera de agua . Ello permite a los anfibios permanecer mucho tiempo
expuestos al aire ,e incluso al sol, sin secarse. Al vaporarse , el mucus
produce una frescura que contribuye a evitar un sobre calentamiento del
organismo del anfibio y le permite controlar su regulación térmica cuando
hace mucho calor.

Las glándulas granulares segregan en cambio un veneno que les brinda


cierta protección contra los predadores. Cuando están agrupadas ,
aparecen en forma de pústulas en
la superficie del cuerpo, o de glándulas voluminosas , como las paratoides ,
situadas en la
parte posterior de la cabeza en la salamandras y los sapos . Estas
glándulas pueden también ser odoríferas e intervenir en la atracción de los
sexos, especialmente en las formas acuáticas .
Este veneno ,aunque a veces es muy tóxico, no puede ser inoculado de ningún modo : sólo actúa por
contacto sobre las mucosas.
Entre la dermis y la epidermis existen unas células vivamente coloreadas: los cromatóforos.
El reagrupamiento de esas células pigmentadas es el causante del colorido, a menudo muy vivo, de los
anfibios . Por la contracción o dilatación de esas mismas células, muchos anfibios son capaces de cambiar
de color en un instante .
Por último, la epidermis produce continuamente nuevas células por división en su base.
A medida que se forman células nuevas, las más viejas van saliendo a la superficie y mueren . Las células
muertas no se desprenden enseguida y constituyen la capa protectora de
queratina situada en la periferia del organismo

Periódicamente, la parte superficial del tegumento — compuesta por células muertas que forman la capa
córnea de queratina —se desprende y deja al descubierto una nueva capa que, debajo de ella, se dispone a
ocupar su lugar. Es el fenómeno de la muda : el anfibio produce una « piel nueva » .Esta muda se efectúa
por desprendimiento en jirones en los anfibios , proceso que comienza alrededor de los labios y luego
continúa , facilitado por las contorsiones y los movimientos de patas del animal. La mayor parte de las
veces, el animal se come la muda evitando un desperdicio de las sustancias que contiene.

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