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Mecánica cuántica / Manuel


de Llano

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Manuel De Llano
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mainly on the generalized BEC in superconductors. If
you wish, I can send you my latest talk on the subject.
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Temas de Física

Mecánica cuántica
Mecánica cuántica
Manuel de Llano

FACULTAD DE CIENCIAS, UNAM


Mecánica cuántica
1a edición, 1996
2a edición, 2002
3a edición, 2015

c Coordinación de Servicios Editoriales,



Facultad de Ciencias, UNAM

ISBN: 968–36–9990–1

Diseño de portada: Laura Uribe


Tipografía, edición y figuras: Pablo Rosell

Impreso y hecho en México


ÍNDICE GENERAL

Prefacio V

1. Preliminares 1
1.1. Ecuación de Schrödinger . . . . . . . . . . . . . . 1
1.2. Óptica ondulatoria y óptica geométrica . . . . . . 4
1.2.1. La mecánica clásica como caso límite de
la mecánica cuántica . . . . . . . . . . . . 7
1.3. Interpretación física de la función de onda . . . . 10
1.3.1. Conexión con la mecánica de Newton . . . 14
1.3.2. Representación espacial y representación
momental . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1.3.3. Completez . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
1.4. Operadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
1.5. Operadores hermitianos . . . . . . . . . . . . . . 20
1.6. El principio de incertidumbre . . . . . . . . . . . 23
1.7. Paquetes de onda . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
1.8. Tres enfoques de un sistema cuántico . . . . . . . 35

2. Potenciales y barreras unidimensionales 41


2.1. Continuidad de la función de onda y de sus deri-
vadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
2.2. Pozo rectangular . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
2.3. El potencial delta atractivo . . . . . . . . . . . . 47
2.4. Transmisión por barreras . . . . . . . . . . . . . . 48
2.4.1. Barrera rectangular . . . . . . . . . . . . . 48
2.4.2. Decaimiento alfa . . . . . . . . . . . . . . 53

i
Índice general

2.4.3. Reflexión de electrones del interior de un


metal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
2.5. Pozo doble y el reloj atómico . . . . . . . . . . . 57
2.6. Potencial periódico y bandas de energía . . . . . 62
2.7. El oscilador armónico . . . . . . . . . . . . . . . . 67
2.8. Degeneración de niveles . . . . . . . . . . . . . . 71

3. El oscilador armónico y sus aplicaciones 75


3.1. Completez del conjunto de funciones del oscilador 75
3.2. Segunda cuantización . . . . . . . . . . . . . . . . 76
3.2.1. Cadena lineal de masas: fonones . . . . . 80
3.2.2. Campo electromagnético: fotones . . . . . 85
3.3. Estados coherentes . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
3.4. Osciladores en un baño térmico . . . . . . . . . . 91

4. El momento angular 97
4.1. El problema de dos cuerpos . . . . . . . . . . . . 97
4.2. Potenciales esféricamente simétricos . . . . . . . 99
4.3. Las componentes del momento angular . . . . . . 102
4.4. Funciones propias del momento angular . . . . . 107
4.5. Armónicos esféricos. . . . . . . . . . . . . . . . . 111
4.6. El momento angular total . . . . . . . . . . . . . 112
4.7. Espín como un momento angular intrínseco . . . 116

5. Movimiento esféricamente simétrico 119


5.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
5.2. Partícula libre y en pozos esféricos . . . . . . . . 120
5.3. El átomo de hidrógeno . . . . . . . . . . . . . . . 126
5.4. El potencial de Fues . . . . . . . . . . . . . . . . 131
5.5. El oscilador armónico y su generalización . . . . . 134
5.6. Algunos potenciales solubles en onda S . . . . . . 136
5.6.1. Sistema neutrón-protón . . . . . . . . . . 137
5.6.2. Potencial de cascarón delta . . . . . . . . 138
5.6.3. Un potencial confinante: Interacción cuark-
anticuark . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139

ii
Índice general

6. Teoría de perturbaciones 143


6.1. Teoría no degenerada . . . . . . . . . . . . . . . . 143
6.1.1. Ejemplos de primer orden . . . . . . . . . 147
6.1.2. Ejemplos de segundo orden . . . . . . . . 152
6.2. Método de Dalgarno y Lewis . . . . . . . . . . . 157
6.2.1. Ejemplo. Efecto Stark . . . . . . . . . . . 158
6.3. Interacción interatómica van der Waals . . . . . . 161
6.4. Teoría para niveles degenerados . . . . . . . . . . 164
6.4.1. Degeneración doble . . . . . . . . . . . . . 164
6.4.2. Degeneración múltiple . . . . . . . . . . . 168
6.5. Teoría perturbativa para muchos cuerpos . . . . . 173

7. Dispersión 177
7.1. La ecuación integral . . . . . . . . . . . . . . . . 177
7.2. Serie de perturbaciones y aproximación de Born . 181
7.2.1. Potencial de un átomo hidrogenoide . . . 185
7.3. Ondas parciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186
7.4. Dispersión en onda S . . . . . . . . . . . . . . . . 190
7.5. Teoría del alcance efectivo . . . . . . . . . . . . . 193
7.5.1. Pozo y barrera de potencial rectangular . 197
7.5.2. Esfera dura más pozo rectangular . . . . . 199
7.5.3. Estados ligados en la teoría de alcance efec-
tivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200
7.6. Resonancias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
7.7. Dispersión coulombiana . . . . . . . . . . . . . . 206
7.7.1. Solución cuántica exacta . . . . . . . . . . 208
7.7.2. Desarrollo en ondas parciales . . . . . . . 210
7.7.3. Polos de la amplitud . . . . . . . . . . . . 213
7.8. Polos de Regge . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214

8. Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos 219


8.1. El principio variacional . . . . . . . . . . . . . . . 219
8.1.1. El oscilador armónico unidimensional . . . 220
8.1.2. Pozos atractivos de forma arbitraria . . . 221
8.1.3. El átomo de hidrógeno . . . . . . . . . . . 224
8.1.4. El deuterón . . . . . . . . . . . . . . . . . 224

iii
Índice general

8.1.5. El charmonio . . . . . . . . . . . . . . . . 225


8.1.6. El helio atómico . . . . . . . . . . . . . . 226
8.1.7. El ion H2+ . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229
8.2. La aproximación semiclásica WKB . . . . . . . . 233
8.2.1. Empalme de soluciones . . . . . . . . . . . 238
8.2.2. El potencial lineal . . . . . . . . . . . . . 241
8.2.3. El oscilador armónico . . . . . . . . . . . 243
8.2.4. Pozos de potencial de la forma |x|α . . . . 244
8.2.5. Potenciales centrales . . . . . . . . . . . . 246

9. Sistemas de muchos cuerpos 249


9.1. Simetría de la función de onda . . . . . . . . . . 249
9.2. Gas ideal de fermiones . . . . . . . . . . . . . . . 253
9.3. Estrellas enanas blancas y de neutrones . . . . . 255
9.4. Aproximación de Hartree-Fock . . . . . . . . . . 260
9.4.1. Soluciones de Hartree-Fock triviales . . . 264
9.4.2. Soluciones Hartree-Fock no triviales . . . 265
9.5. La aproximación de Thomas-Fermi . . . . . . . . 269
9.6. Colapso gravitatorio . . . . . . . . . . . . . . . . 279

Apéndices 280

A. Función gama 281

B. Función hipergeométrica 285

C. Polinomios de Legendre 289

D. Funciones de Bessel 293

E. Función de Airy 295

Bibliografía 299

iv
PREFACIO

Es difícil exagerar la importancia de la mecánica cuántica. Se


ha dicho que su aplicación más significante es el transistor. In-
ventado en 1947 y anunciado en 1948, la primera computadora
transistorizada llevaba solo 92 transistores. Esto fué en Man-
chester, RU en 1953. Se dice que hoy en día se manufacturan
anualmente del orden de 1019 microtranistores y que esto es del
orden de cien veces todos los granos de arroz consumidos en un
año por los pocos mas de siete mil millones de habitantes de la
Tierra. También se estima que un sólo grano de arroz vale más
que mil microtransistores, de los cuales hay mil millones sólo en
tu teléfono celular.

El propósito de este libro de texto es presentar material di-


dáctico apropiado para una asignatura de un año escolar (o sea,
dos semestres) sobre aplicaciones de mecánica cuántica ondula-
toria a la física atómica, molecular, nuclear, astrofísica y en gene-
ral, a la materia condensada. El enfoque de Schrödinger, basado
en su célebre ecuación diferencial de onda, es el elemento que
unifica el curso, limitándonos por tanto a casos no-relativistas y
a sus aplicaciones.

El estudio de este material puede iniciarse en un curso a nivel


licenciatura y finalizarse en maestría o doctorado. O bien, supri-
miendo algunos temas elementales, podría cubrirse totalmente
en un curso a nivel maestría-doctorado o, aún más, adaptase a
un curso enteramente de licenciatura. Permite, por tanto, una
amplia flexibilidad en la secuencia y elección de los temas.

v
Prefacio

Como requisito único para aprovechar plenamente el libro


está el de haber cursado, además de conocimientos generales de
física y cálculo diferencial e integral, un curso de por lo menos
un semestre sobre física moderna, o bien, introducción a la física
cuántica, a nivel intermedio.

A través de toda la redacción del texto se intercalan más de


cien ejercicios que sirven no solo para ilustrar el material, sino
también para completarlo con mayor detalle y en ocasiones, con
pasos claves de demostración omitidos en la mayor parte de los
textos en uso.

El libro se basa en material acumulado a lo largo de más


de 30 años de impartir diversos cursos de mecánica cuántica a
nivel tanto de licenciatura como de posgrado en la Facultad de
Ciencias así como en el Posgrado de Ciencias e Ingenerías de la
Universidad Nacional Autónoma de México y en dos universi-
dades estadounidenses Southern Illinois y North Dakota State.
Así, se espera que sea de interés y utilidad para maestros y/o
investigadores en temas de física moderna.

Agradezco por su ayuda en corregir la primera edición a Do-


nal H. Galván, Francesca García, Ramiro García, Angel Plastino
y Emmanuel Vallejo. También a diversas autoridades de la Fa-
cultad de Ciencias y del Instituto de Física de la UNAM, en
particular a Rafael Pérez Pascual y Miguel José Yacamán, por
el interés para que se llevase a cabo la redacción y publicación de
la presente obra. Por su esmerada asistencia técnica y editorial
a Mercedes Perelló Valls, Pablo Rosell Gonzáles y en especial
a Israel Chávez Villalpando. Por su generoso interés y diálogo
a sus colegas académicos, muy en especial al Profesor Onofre
Rojo. Finalmente a mi familia por su apoyo constante, particu-
larmente a mi querida esposa Susana.

Queda dedicado el libro a todos mis alumnos de mecánica

vi
Prefacio

cuántica, quienes motivaron mi interés en el tema.

Esta tercera edición fue corregida y aumentada.

Manuel de Llano
dellano@unam.mx
Instituto de Investigaciones en Materiales
Universidad Nacional Autónoma de México
México, DF, enero de 2015

vii
1

PRELIMINARES

1.1. Ecuación de Schrödinger

Para establecer la ecuación central de la mecánica ondulato-


ria, la ecuación de Schrödinger (1926), recordemos la teoría de
Planck (1900) sobre la radiación de cuerpo negro. Para descri-
bir el efecto fotoeléctrico, Einstein (1905) interpretó la radiación
constituida de paquetes de energía

E = hν ≡ }ω } ≡ h/2π (1.1)

donde ν es la frecuencia de la radiación y } = 6.62 × 10−27 erg-s


la constante de Planck.
Estos paquetes, llamados ahora fotones, son corpúsculos que
viajan con velocidad v = c (la velocidad de la luz) y, por lo
tanto, puede atribuírseles a cada uno de ellos masa en reposo
m0 ≡ 0. Esto es consecuencia de la relación de Einstein

E = mc2 . (1.2)
p
Dado que el impulso lineal p = mv = m0 v/ (1 − v 2 /c2 ) pode-
mos deducir que

E 2 = p2 c2 + m20 c4 (1.3)
o bien
m20 c4 = (1 − v 2 /c2 )E 2 −→ 0. (1.4)
v→c

Ejercicio 1.1. a) Partiendo de la ecuación (1.2) y de la definición de


p, deduzca las ecuaciones (1.3) y (1.4). b) ¿Cuál sería la masa m0 (en

1
Preliminares

unidades de masa electrónica me ) de los cuanta de ondas de radio


(λ ' 30 km) si estos viajasen con v ' 0.99c? 

Recordemos también el experimento de Compton (1922) el


cual reforzó la idea de Einstein de considerar a la radiación (de
rayos x, en este caso) como fotones. Compton reconoció que el
impulso lineal de cada uno de estos, según (1.3) y (1.4), sería

E hν h
p= = = (1.5)
c c λ

donde la segunda igualdad es (1.1) y la última es sencillamente


la relación
c = λν (1.6)

entre la longitud de onda λ y la frecuencia ν de la radiación con


la velocidad c. En 1924 de Broglie postuló la dualidad energía-
materia afirmando que para una partícula material de masa m
debiera valer, como en (1.5), la relación

h 2π
mv = p = ≡ ~k k≡ (1.7)
λ λ
donde la longitud λ se asocia a las ondas materiales. Esta sin-
gular idea, que representa un salto enorme, fue confirmada en
1927 por los experimentos de Davison y Germer sobre difracción
de electrones dispersados por un cristal.
La llamada relación de dispersión ω(k) de una partícula ma-
terial libre se obtiene ahora de (1.1), igualada a mv 2 /2 y com-
binada con (1.7)
~2 k 2
~ω = . (1.8)
2m
La función de onda en una dimensión Ψ(x, t) que rige el
movimiento de nuestra partícula deberá, por tanto, cumplir con
la condición (1.7), así como con el requisito de que

Ψ(x, t) sea una función periódica en (kx − ωt) (1.9)

2
Ecuación de Schrödinger

donde (kx−ωt) ≡ φ(k) es la fase de la onda. Ambas condiciones,


(1.8) y (1.9), se cumplirán de manera suficiente si

Ψ(x, t) = Cei(kx−ωt) (1.10)


∂Ψ ~2 ∂ 2 Ψ
i~ + = 0. (1.11)
∂t 2m ∂x2
Esta última es la ecuación de Schrödinger para una partícu-
la libre de masa m. Dado que la operación del primer término
de (1.11) sobre (1.10) da ~ω = E = p2 /2m y la operación de
−i~∂/∂x sobre (1.10) deja ~k = p, asociaremos a los observables
E (energía total) y p (impulso lineal) estos operadores, es decir
∂ ~ ∂
E 7→ i~ p 7→ (1.12)
∂t i ∂x
donde el símbolo 7→ significa “corresponde a.” Está claro que en
tres dimensiones ∂/∂x y ∂ 2 /∂x2 pasan a ser ∇ y ∇2 , respectiva-
mente. Además, si la partícula no es libre sino que se encuentra
en un campo de energía potencial V (r), generalizamos nuestros
operadores así
p2 ~2 2
+ V (r) 7→ − ∇ + V (r) ≡ H. (1.13)
2m 2m
Aquí H es el operador hamiltoniano y corresponde a la energía
clásica total (función hamiltoniana) y se asocia
~
p 7→ ∇ r 7→ r V (r) 7→ V (r). (1.14)
i
La penúltima asociación, entre el operador r y la multiplicación
por r, representa el postulado más sencillo posible. La ecuación
de Schrödinger queda entonces como
 2 
−~ 2 ∂Ψ(r, t)
∇ + V (r) Ψ(r, t) = HΨ(r, t) = i~ . (1.15)
2m ∂t
Una indicación de que esta ecuación es la correcta viene del he-
cho que en el límite ~ → 0 se reduce a la ecuación de Hamilton-
Jacobi de la mecánica clásica. Pero antes de proceder a este

3
Preliminares

límite, recordemos otro límite análogo y revelador, a saber, que


la óptica geométrica (descripción de fenómenos ópticos por ra-
yos) es un caso especial de la óptica ondulatoria (descripción por
ondas) cuando la longitud de onda de la radiación (comparada
con los tamaños de las lentes, ranuras, objetos, etcétera) tiende
a cero.

1.2. Óptica ondulatoria y óptica geométrica

El principio de Fermat afirma que, entre dos puntos espa-


ciales l0 y l1 , un rayo luminoso tomará el camino de tal manera
que el tiempo empleado en recorrerlo sea el mínimo, es decir
Z l1
δ dt = 0. (1.16)
l0

En general se tratará de un medio inhomogéneo, donde la velo-


cidad de la señal luminosa no será c (la velocidad de la luz en el
vacío) sino v(r). Por lo tanto, el intervalo de tiempo empleado
en la travesía dl será
dl n(r)
dt = ≡ dl
v(r) c
p
dl ≡ (dx)2 + (dy)2 + (dz)2 (1.17)
q
= dx 1 + y 0 2 + z 0 2
dy dz
y0 ≡ z0 ≡
dx dx
donde n(r) se llama índice de refracción del medio. Definiendo

dt n(r) dl n(r)
q
= = 1 + y 0 2 + z 0 2 ≡ L(x, y, z, y 0 , z 0 ) (1.18)
dx c dx c
y sustituyendo (1.17) en la condición (1.16), ésta se vuelve
Z x1
δ dxL(x, y, z, y 0 , z 0 ) = 0. (1.19)
x0

4
Óptica ondulatoria y óptica geométrica

Esta ecuación se satisface para


d ∂L ∂L
− =0 (1.20)
dx ∂y 0 ∂y
que es la ecuación de Euler-Lagrange y análogamente para z en
vez de y. Por (1.18) esto es

d ny 0 ∂n
q
p − 1 + y02 + z02 =0 (1.21)
dx 1 + y 0 2 + z 0 2 ∂y

o bien, reconociendo que


d 1 d
=p (1.22)
dx 1 + y 0 2 + z 0 2 dl
tenemos que  
∂n d dy
= n . (1.23)
∂y dl dl
Esta es la componente y de la ecuación de rayo, que es la ecua-
ción de Euler-Lagrange que resulta del principio de Fermat.
Ejercicio 1.2. Demuestre a partir de (1.23) y sus ecuaciones compa-
ñeras correspondientes en x y y, que los rayos serán rectas en un medio
óptico homogéneo, es decir, n(r) = n (constante). 

Esta misma ecuación, que constituye la base de toda la óptica


geométrica, puede obtenerse partiendo de la óptica ondulatoria
cuando λ → 0. La ecuación de onda clásica es
1 ∂2 c
∇2 Φ(r, t) = Φ(r, t) v(r) ≡ . (1.24)
v 2 (r) ∂t2 n(r)
Si la onda es monocromática podemos suponer que

Φ(r, t) = φ(r)e−iωt (1.25)

lo que, al sustituir en (1.24), produce

n2 (r)ω 2
∇2 φ(r) + φ(r) = 0. (1.26)
c2

5
Preliminares

Si n(r) = n (constante) esta es la ecuación de Helmholtz y su


solución es
ω b 2π b
φ(r) = Aeik·r k≡ k = k (1.27)
v λ
donde A es una constante y k b es un vector unitario en la di-
rección de propagación. Por otro lado, si n(r) no es constante,
podemos definir las funciones reales A(r) y S(r) (amplitud y
fase, respectivamente) de modo que una solución de (1.26) sea

φ(r) = A(r)eiωS(r)/c . (1.28)

Esto, sustituido en (1.26), nos da


∇2 A(r) λ0 c
[∇S(r)]2 − n2 (r) = λ̄20 λ̄0 ≡ ≡ (1.29)
A(r) 2π ω
2
2[∇S(r) · ∇A(r)] + A(r)∇ S(r) = 0. (1.30)

Estas son dos ecuaciones diferenciales acopladas donde λ̄0 es la


longitud de onda en el vacío.
Ejercicio 1.3. Verifique las ecuaciones (1.29) y (1.30) (Sugerencia: se-
pare la parte real de la parte imaginaria). 

Tomando el límite λ̄0 → 0 en (1.29), nos queda la ecuación


eikonal (de eikos, imagen)

[∇S(r)]2 = n2 (r). (1.31)

Esta contiene en sí todas las ecuaciones y resultados de la óptica


geométrica pues, como veremos, lleva a la ecuación del rayo. Sea
τb un vector unitario tangente a un rayo (véanse las figuras 1.1
y 1.2), de modo que
dr ∇S ∇S
τb ≡ = = (1.32)
dl |∇S| n
donde dl es la longitud del rayo entre los puntos 1 y 2. De aquí
tenemos
∂S ∂xi
= n(r) i = 1, 2, 3 (1.33)
∂xi ∂l

6
Óptica ondulatoria y óptica geométrica

1 τb
2
dr
r

r + dr

O y

Figura 1.1

o bien
dS
= |∇S| = n(r). (1.34)
dl
Derivando la ecuación (1.33) con respecto a l y usando (1.34),
nos queda
 
∂n d dxi
= n i = 1, 2, 3 (1.35)
∂xi dl dl
cuya componente y es (1.23). En forma análoga procederemos a
obtener ahora la teoría de Hamilton-Jacobi a partir de la ecua-
ción de Schrödinger cuando ~ ≡ pλ̄ → 0.

1.2.1. La mecánica clásica como caso límite de la mecánica


cuántica

Para una partícula de masa m en un campo de potencial


V (r), la ecuación de Schrödinger (1.15) admitirá como solución

Ψ(r, t) = ψ(r)e−iEt/~ (1.36)

7
Preliminares

Superficies de
fases constantes
rayos

Figura 1.2

si la energía E de la partícula no depende del tiempo. Susti-


tuyendo (1.36) en (1.15) se obtiene la ecuación de Schrödinger
independiente del tiempo

~2 2
 
− ∇ + V (r) ψ(r) = Eψ(r). (1.37)
2m

Sin pérdida de generalidad, proponemos

ψ(r) = A(r)eiW (r)/~ (1.38)

que, al ser sustituida en (1.37) conduce a las dos ecuaciones


diferenciales acopladas

1 ~2 ∇2 A(r)
[∇W (r)]2 + [V (r) − E] = (1.39)
2m 2m A(r)
2 [∇A(r) · ∇W (r)] + A(r)∇2 W (r) = 0.

Al resolverlas, nos darán las funciones escalares A(r) y W (r)


que determinan la función de onda ψ(r) a través de la ecuación
(1.38). Es ahora cuando podemos, en plena analogía con las

8
Óptica ondulatoria y óptica geométrica

ecuaciones (1.29) de la óptica ondulatoria, tomar el límite ~ → 0


en (1.39), de lo cual resulta
1
[∇W (r)]2 = E − V (r) (1.40)
2m
que es la ecuación de Hamilton-Jacobi independiente del tiempo
donde W (r) es la llamada función característica que satisface,
además, las ecuaciones
∂W
=t+β ∇W (r) = p (1.41)
∂E
donde β es una constante. La (1.40) es análoga a la ecuación
eikonal (1.31).
Como ejemplo del uso de las ecuaciones (1.40) y (1.41) para
obtener la ecuación del movimiento clásico de un sistema diná-
mico, consideremos el siguiente caso: una partícula de masa m
sujeta al potencial del oscilador armónico V (x) = mω 2 x2 /2 con
frecuencia natural ω. La ecuación (1.40) se vuelve

1 ∂W (x) 2
 
1
= E − mω 2 x2 (1.42)
2m ∂x 2
Z p
W (x) = dx 2mE − m2 ω 2 x2 . (1.43)

Por otro lado, la (1.41) dice que


r
mω 2
Z
m 1
t+β = dx √ = arcsin−1 x (1.44)
2 2
2mE − m ω x 2 ω 2E
de lo cual deducimos inmediatamente la ecuación del movimien-
to
r
2E
x= sin(ωt + γ) γ ≡ ωβ = constante. (1.45)
mω 2
Ejercicio 1.4. Partiendo de las ecuaciones (1.40) y (1.41) de la teo-
ría de Hamilton-Jacobi, encuentre la ecuación del movimiento de una
partícula en caída libre, es decir, con V (z) = mgz. 

9
Preliminares

1.3. Interpretación física de la función de onda

Born propuso como interpretación física de la función de on-


da Ψ(x, t) que fuera una amplitud de densidad de probabilidad.
O sea, postuló que la probabilidad de encontrar a la partícula,
descrita por Ψ(r, t), dentro de un elemento de volumen d3 r al-
rededor del punto espacial indicado por el vector de posición r,
al tiempo t, fuera

ρ(r, t) d3 r ≡ Ψ∗ (r, t) Ψ(r, t)d3 r (1.46)

donde es evidente que |Ψ|2 es una densidad de probabilidad (en


unidades de volumen inverso). Esto es factible si sustituimos en
la ecuación (1.15) una generalización de (1.38), a saber

Ψ(r, t) = A(r, t)eiW (r,t)/~

con A y W funciones reales. Entonces, tomando en cuenta (1.13)


tenemos

∂W ∂A A i~
A − i~ + (∇W )2 − A∇2 W
∂t ∂t 2m 2m
i~ ~2 2
− (∇A) · (∇W ) − ∇ A + V A = 0.
m 2m
Igualando a cero por separado la parte real e imaginaria, quedan
las dos ecuaciones acopladas

∂W 1 ~2 ∇2 A
+ (∇W )2 + V − =0
∂t 2m 2m A
∂A 1 1
+ A∇2 W + (∇W ) · (∇A) = 0.
∂t 2m m
La primera ecuación, que generaliza (1.39), no es más que la
ecuación de Hamilton-Jacobi dependiente del tiempo (si despre-
ciamos el término ~2 ). Multiplicando la segunda por 2A se llega
a
∂A2
 
∇W
+ ∇ · A2 = 0.
∂t m

10
Interpretación física de la función de onda

Pero como por (1.41) ∇W/m es la velocidad clásica v de la


partícula, nuestra ecuación puede verse como una ecuación de
continuidad si interpretamos A2 = |Ψ|2 como una densidad de
probabilidad. Así, queda confirmada la hipótesis de Born.
Hemos visto que si la energía total E es independiente del
tiempo, una solución de (1.15) es en general

Ψ(r, t) = ψ(r)Φ(t) = ψ(r)e−iEt/~ . (1.47)

Consideramos dos posibilidades para E: i) E = E ∗ (energía


real) y ii) E = E0 − iΓ/2, con E0 y Γ reales (energía compleja).
En el primer caso es claro que ρ(r, t) no dependerá del tiempo,
como se ve sustituyendo (1.47) en (1.46) y se habla de un estado
estacionario. En el segundo caso, sin embargo, vemos que

ρ(r, t) = |ψ(r)|2 e−Γt/~ (1.48)

y por tanto que se trata de un estado metaestable (cuasiestacio-


nario o resonante) que decae en el tiempo con vida promedio
~
τ≡ .
Γ
Para interpretar el significado de la parte imaginaria de la ener-
gía Γ supongamos que Ψ(r, t) = ψ(r)Φ(t) y que el factor tem-
poral Φ(t) puede representarse por la integral (de Fourier)
Z
1
Φ(t) = √ dEφ(E)e−iEt/~ (1.49)

donde la amplitud φ(E) no es más que la transformada inversa
de Fourier Z
1
φ(E) = √ dtΦ(t)eiEt/~ . (1.50)

Esto puede comprobarse directamente sustituyendo (1.50) en
(1.49) y recordando que la delta de Dirac δ es tal que
Z Z
0 1 iE(t0 −t)/~
δ(t − t) = dEe dt0 Φ(t0 )δ(t0 − t) = Φ(t).

(1.51)

11
Preliminares

[Nótese que si supone (1.49) no resta generalidad; si φ(E) re-


sultase ser δ(E − E0 ) con E0 = E0∗ caeríamos en el caso (i) de
energía real.] Si de hecho presuponemos que
(
√1 e−iE0 t/~ e−Γt/2~ t ≥ 0
Φ(t) = 2π (1.52)
0 t<0

la ecuación (1.50) nos dará


Z ∞    
1 i Γ
φ(E) = dt exp (E − E0 ) + i t
2π 0 ~ 2
(1.53)
−~/2π
= .
i(E − E0 ) − Γ/2

Para la (intensidad de) distribución de energías |φ(E)|2 , ten-


dríamos por tanto la llamada forma lorentziana
(~/2π)2
|φ(E)|2 = . (1.54)
(E − E0 )2 + (Γ/2)2
Esto aclara que nuestro estado metaestable no corresponde a una
energía definida E0 sino a una distribución de energías centradas
en el valor E0 . La distribución es de anchura Γ medida a la
semialtura de la misma.
Ejercicio 1.5. a) Esboce |φ(E)|2 en (1.54) y compruebe estas afirma-
ciones. b) Muestre del mismo dibujo que el caso de energía real es un
caso especial del caso de energía compleja. 

Como consecuencia natural de la interpretación de Born, lla-


mada probabilística, tendremos que el valor promedio (o espera-
do) de la posición de la partícula será
Z
hri ≡ d3 rrρ(r, t) ρ(r, t) ≡ |ψ(r, t)|2 . (1.55)

En general, si buscamos el valor esperado de alguna función f (r)


de la posición, tendremos
Z
hf (r)i ≡ d3 rf (r) |Ψ(r, t)|2 . (1.56)

12
Interpretación física de la función de onda

Si se admite la existencia de una densidad de probabilidad


debe haber también una corriente de probabilidad. Considérese
la ecuación de Schrödinger con un potencial V (r) real:
 2 
∂Ψ −~ 2
i~ = ∇ + V (r) Ψ (1.57)
∂t 2m
y también la misma ecuación compleja conjugada [que será en
Ψ∗ (r, t)]. Multiplicando la primera por Ψ∗ y la segunda por Ψ,
restando el segundo resultado del primero e integrando sobre un
volumen arbitrario Ω, se tiene
~2
Z Z
∂ ∗
i~ 3
d rΨ Ψ = − d3 r[Ψ∗ ∇2 Ψ − Ψ∇2 Ψ∗ ]. (1.58)
∂t 2m
Ω Ω

Ahora, en la primera integral Ψ∗ Ψ ≡ ρ(r, t) es la densidad de


probabilidad definida por Born y en la segunda integral el inte-
grando es idéntico a
2mi
∇ · (Ψ∗ ∇Ψ − Ψ∇Ψ∗ ) ≡ ∇ · J(r, t). (1.59)
~
El vector J(r, t) así definido puede interpretarse como una co-
rriente de probabilidad puesto que (1.58) se vuelve
Z  
3 ∂ρ
d r +∇·J =0 (1.60)
∂t

y como el volumen de integración es arbitrario, ésta se reduce a


∂ρ(r, t)
+ ∇ · J(r, t) = 0 (1.61)
∂t
la cual es una ecuación de continuidad que garantiza la conser-
vación de probabilidad (o masa total) de la partícula.
Ejercicio 1.6. Demuestre que a) en general J ≡ Re Ψ∗ (p/m)Ψ y b)
2
que si Ψ(x, t) = Ceikx−i~k t/2m con C constante, se tiene que Jx =
vρ(x), con v ≡ ~k/m. 

13
Preliminares

1.3.1. Conexión con la mecánica de Newton

Proponemos que en una dimensión (1.55) puede reescribirse


como Z ∞
hxi = dxΨ∗ (x, t)xΨ(x, t) (1.62)
−∞

donde el valor esperado hxi evidentemente depende del tiempo.


Calculamos su derivada total respecto del tiempo

∂Ψ∗
 
d hxi
Z
∗ ∂Ψ
= dx xΨ + Ψ x
dt ∂t ∂t
Z  2 ∗ 2
 (1.63)
~ ∂ Ψ ∗ ∂ Ψ
= dx xΨ − Ψ x 2 .
2mi ∂x2 ∂x

En el último paso se sustituyó (1.57) y su ecuación conjugada


para eliminar las derivadas temporales. Integrando por partes
dos veces el primer término en la última expresión y usando el
hecho que Ψ(±∞, t) ≡ 0 (pues la partícula se supone localizada
a distancia finita del origen), nos queda

d hxi
Z
1 ~ ∂ 1
= dxΨ∗ (x, t) Ψ(x, t) ≡ hpx i . (1.64)
dt m −∞ i ∂x m

Esta ecuación representa una interpretación cuántica de la defi-


nición newtoniana del impulso clásico, a saber

dx
px = m . (1.65)
dt
Por métodos enteramente análogos se llega a expresar la deriva-
da total con respecto al tiempo de (1.64) como

d2 hxi 1 ∞
Z  
∗ ∂V (x) 1
2
= dx Ψ (x, t) − Ψ(x, t) ≡ hFx i
dt m −∞ ∂x m
∂V (x)
Fx ≡ −
∂x
(1.66)

14
Interpretación física de la función de onda

que vale para fuerzas conservativas. Esta es la versión cuántica


de la primera ley de Newton para este tipo de fuerzas

∂V (x) d2 x
− = Fx = m 2 . (1.67)
∂x dt
Las ecuaciones (1.64) y (1.66) constituyen el teorema

2de Ehren-
6 hpx i y m d x/dt2 6=

fest. Nótese, sin embargo, que m hdx/dti =
h−∂V /∂xi contrario a lo que podría esperarse de las relaciones
clásicas dx/dt = px y md2 x/dt2 = Fx = −∂V (x)/∂x, respecti-
vamente.
Ejercicio 1.7. Justifique (1.66) partiendo de (1.64). 

1.3.2. Representación espacial y representación momental


Hasta ahora hemos trabajado exclusivamente con la llamada
representación espacial ψ(x) para la función de onda. Existe una
segunda representación llamada la momental φ(k), con k ≡ p/~,
definida por la transformación de Fourier
Z ∞
1
φ(k) = √ dxe−ikx ψ(x). (1.68)
2π −∞

[Una tercera representación, la energética (o segunda cuantiza-


ción), será considerada mas adelante]. La transformación inversa
de (1.68) es Z ∞
1
ψ(x) = √ dkeikx φ(k). (1.69)
2π −∞
Si ψ(x) está normalizada a la unidad también lo estará φ(x),
pues
Z ∞
1 = dxψ ∗ (x)ψ(x)
−∞
Z ∞ Z ∞ Z ∞
1 0
= dx dk dk 0 φ∗ (k)φ(k 0 )ei(k −k)x

Z ∞ −∞ −∞ −∞

= dkφ∗ (k)φ(k) (1.70)


−∞

15
Preliminares

donde la integral sobre x vale 2πδ(k − k 0 ) y se usó (1.51).


Más interesante aún es descubrir qué forma tiene el operador
p en la representación momental. Usando (1.12) y (1.51) tenemos
que
Z
~ ∂
hpiesp ≡ dx ψ ∗ (x) ψ(x)
i ∂x
Z Z Z
1 ~ ∂ ik0 x
= dx dk dk 0 e−ikx φ∗ (k) e φ(k 0 )
2π i ∂x
Z Z
= dk dk 0 φ∗ (k)~k 0 φ(k 0 )δ(k − k 0 )
Z Z
= dkφ (k)~kφ(k) = dkφ∗ (k)pφ(k) ≡ hpimom .

(1.71)

Es decir, en la representación momental el operador de momento


lineal p es simplemente multiplicativo. Por otro lado, el operador
de posición x en esta representación resulta ser

~ ∂ ∂
x 7→ − ≡i (1.72)
i ∂p ∂k

(nótese el cambio de signo).

Ejercicio 1.8. Demuestre esta equivalencia siguiendo los mismos mé-


todos usados en (1.71). 

Concluimos que el valor esperado de cualquier operador tiene


el mismo valor en ambas representaciones.

1.3.3. Completez
Este concepto es muy importante y lo utilizaremos constan-
temente. Demostraremos que las funciones propias del operador
energía cinética (el hamiltoniano de una partícula libre ) forman
un conjunto completo de funciones, en términos de las cuales
podemos desarrollar, en combinación lineal, cualquier función
razonablemente bien comportada. Luego se hará lo mismo para

16
Interpretación física de la función de onda

las funciones propias de una partícula en un potencial de oscila-


dor armónico.
Se dice que un conjunto de funciones {ϕk (x)|k = 1, 2, 3, . . .}
es completo siempre y cuando satisfaga la relación de cerradura
X
ϕ∗k (x0 )ϕk (x) = δ(x0 − x) (1.73)
k

pues entonces, una función f (x) puede ser desarrollada en tér-


minos del conjunto de funciones en consideración, a saber
Z X
f (x) = dx0 δ(x0 − x)f (x0 ) = ak ϕk (x)
k (1.74)
Z
ak = dx0 ϕ∗k (x0 )f (x0 ).

Tomamos el caso de una partícula libre confinada en una di-


mensión, de longitud L (que puede ser muy grande). La ecuación
de Schrödinger será la ecuación de valores propios

~2 d2 ~2 k 2
− ϕ(x) = Ek ϕk (x) ϕk (x) = Ceikx Ek ≡
2m dx2 2m
(1.75)
con C una constante. Pero las ϕk (x) también son funciones pro-
pias del impulso p y de hecho
~ d
ϕk (x) = ~kϕk (x). (1.76)
i dx
Imponemos a las soluciones que satisfagan condiciones de fron-
tera periódicas en los bordes de la caja, es decir, exigimos que

eikx = eik(x+L) en particular, para x = 0


2πn
eikL = 1. Por lo tanto k = (n = 0, ±1, ±2, . . .).
L
(1.77)

Esto simplemente garantiza que los valores propios sean nume-


rables (pero tienden al contínuo si L → ∞). Usando (1.77) y

17
Preliminares

tomando la integral
Z L/2 Z L/2
∗ 0
dxϕk (x)ϕk0 (x) = C 2
dxei(k −k)x
−L/2 −L/2
(1.78)
2 sin(n − n0 )π
= LC = LC 2 δnn0
(n − n0 )π
vemos que nuestro conjunto es ortogonal. Además, estará nor-
0
√ que, para k = k , la integral valga la unidad.
malizado si pedimos
Entonces C = 1/ L y el conjunto
1 2πn
ϕk (x) = √ eikx k= n = 0, ±1, ±2, . . . (1.79)
L L
es un conjunto ortogonal de funciones. El conjunto también es
completo pues
N
X 1 X 0
ϕ∗k (x)ϕk (x0 ) = lı́m e2πin(x −x)/L
L N →∞
k n=−N
sin N + 12 2π (x − x0 )
  
1 L
(1.80)
= lı́m
sin 12 2π
 
L N →∞ (x − x 0)
L
−−−−→ δ(x − x0 ).
L→∞

Estos resultados se pueden extender inmediatamente a tres di-


mensiones.
Ejercicio 1.9. Justifique la ecuación (1.80) demostrando primero que
1 + ρ + ρ2 + · · · + ρN = (1 − ρN +1 )/(1 − ρ) y luego, utilizando la
representación
Z a
sin ax 1
δ(x) = lı́m = lı́m dt eixt . (1.81)
a→∞ πx a→∞ 2π −a

(Nótese que de igual manera se demuestra la completez del conjunto


{(2π)−1/2 einx | n = 0, ±1, ±2, . . .} que se emplea en la serie de Fou-
rier.) 

2 2 √
Ejercicio 1.10. a) Demuestre que lı́m→0 e−x / / π es una delta de
Dirac. b) Proponer una representación de la delta y demostrar que lo
es. c) Verificar que δ(x) satisface

18
Operadores

i. δ(x) = δ(−x)
ii. δ(ax) = a−1 δ(x) a>0 (1.82)
0
iii. xδ (x) = −δ(x) (integrando por partes)
1
iv. δ(x2 − a2 ) = 2a [δ(x − a) + δ(x + a)] a > 0. 

1.4. Operadores

Demostremos dos teoremas sobre operadores.

Teorema 1.1. Si un operador A tiene eigenvalor α con eigenfun-


ción ψ que es única (es decir, el eigenvalor es no degenerado) y
A conmuta con otro operador B, entonces ψ tambien es eigen-
función de B.

Demostración. Sea
Aψ = αψ.
Aplicando el operador B sobre esta ecuación queda

BAψ = αBψ
A(Bψ) = α(Bψ)

donde se usó el hecho que [A, B] ≡ AB − BA ≡ 0. Como la


eigenfunción ψ de A asociada al eigenvalor α es única Bψ debe
ser proporcional a ψ, o sea

Bψ = βψ

con β un número. 

Teorema 1.2. Las eigenfunciones ψ(x) de un operador H(x) simé-


trico [es decir, tal que H(x) = H(−x)] son de paridad definida,
es decir, o son par, ψ(x) = ψ(−x), o impar, ψ(x) = −ψ(−x).

Demostración. Sea
H(x)ψ(x) = Eψ(x)
P ψ(x) ≡ ψ(−x)

19
Preliminares

donde la última ecuación define al operador de paridad P . Cam-


biando x por −x en la primera ecuación se tiene

H(−x)ψ(−x) = Eψ(−x)

y sustituyendo ψ(−x) = P ψ(x) aquí se tiene

H(−x)P ψ(x) = EP ψ(x).

Aplicando el operador P queda

P H(−x)P ψ(x) = EP 2 ψ(x) = Eψ(x) ≡ H(x)ψ(x)

donde queda claro la idempotencia (i.e., P 2 = 1) del operador


P , de su propia definición. Pero H(x) = H(−x) de modo que

P H(x)P = H(x)

o bien
H(x)P = P H(x)
[H, P ] = 0.

Usando el Teorema 1.1 tenemos por tanto que

P ψ(x) = πψ(x)

con π un número. Aplicando P de nuevo queda

P 2 ψ(x) = πP ψ(x) = π 2 ψ(x)


π2 = 1 π = ±1. 

1.5. Operadores hermitianos

El producto escalar de dos funciones ψ(x) y φ(x) es un nú-


mero complejo hψ| φi que se define por la integral
Z ∞
dxψ ∗ (x)φ(x) ≡ hψ| φi (1.83)
−∞

20
Operadores hermitianos

donde utilizamos la notación de Dirac. Un operador A es her-


mitiano si cumple con

hAψ| φi = hψ| Aφi (1.84)

o bien, explícitamente
Z ∞ Z ∞

dx(Aψ) φ = dxψ ∗ Aφ. (1.85)
−∞ −∞

Entre las propiedades de los operadores hermitianos está que su


valor esperado es real. A saber, si φ = ψ, entonces
Z ∞ Z ∞

hAi ≡ dxψ Aψ = dx(Aψ)∗ ψ
−∞ −∞
Z ∞ Z ∞ ∗
= dxψ(Aψ)∗ = dxψ ∗ Aψ = hAi∗ . (1.86)
−∞ −∞

En particular, si ψ es una función propia de A con valor propio


α entonces α hψ| ψi = hψ| Aψi = hAψ, ψi = α∗ hψ| ψi. Por lo
tanto α = α∗ .

Otra propiedad de un operador hermitiano A es la ortogo-


nalidad de las funciones propias asociadas a valores propios dis-
tintos. Si Aφn = an φn , entonces

h φm | A | φn i = an hφm | φn i .

Pero el miembro izquierdo, por la hermiticidad de A, también


es am hφm | φn i, de modo que

(am − an ) hφm | φn i = 0 y hφm | φn i = 0 si am 6= an .


(1.87)
Consideremos los siguientes ejemplos.

21
Preliminares

a. El operador p 7→ (~/i)∂/∂x es hermitiano pues



∂ψ ∗
Z
hpψ| φi = i~ dx φ
−∞ ∂x
 ∞ Z ∞ 
∗ ∗ ∂φ

= i~ ψ φ − dxψ
−∞ −∞ ∂x
Z ∞
~ ∂φ
= dxψ ∗ = hψ| pφi .
−∞ i ∂x

El término a la frontera es cero [φ(±∞) = 0] si la partícula


está confinada.

b. El operador ∂/∂x no es hermitiano, pues


 Z ∞
∂ψ ∗

∂ψ
φ = dx φ
∂x
−∞ ∂x
∞ Z ∞
∂φ
= ψ∗φ − dx ψ ∗ (1.88)
−∞ ∂x
 −∞

∂φ
= − ψ .
∂x

c. El operador p, en una base de funciones que no cumple


con φ(±∞) = 0 [por ejemplo eikx , −∞ < k < ∞], también
puede ser hermitiano, ya que si denotamos | ki = Ceikx ,
entonces

Z ∞  
0
2 ~ ∂ ikx ∗ ik0 x
hpk| k = |C| dx e e e
−∞ i ∂x
Z ∞
0
= |C|2 ~k dx e−ikx eik x
−∞
2
|C| ~k2πδ(k − k 0 ) hk| pk 0

=
Z ∞
~ ∂ ik0 x
= |C|2 dx e−ikx e
−∞ i ∂x

22
El principio de incertidumbre

Z ∞
2 0 0
= |C| ~k dx e−ikx eik x
−∞
= |C|2 ~k 0 2πδ(k − k 0 ). (1.89)

Ambas expresiones son equivalentes de modo que hpk| k 0 i =


hk| pk 0 i.

Ejercicio 1.11. De los siguientes operadores diga ¿Cuáles operadores


son hermitianos y por qué?
i. ∂ 2 /∂x2
ii. x
iii. −(~2 /2m)∇2 + V (r)
iv. x∂/∂x
v. L = r × p = (~/i)r × ∇. 

1.6. El principio de incertidumbre

Se desea demostrar el siguiente


Teorema 1.3. Dos operadores hermitianos A y B, cuyo con-
mutador [A, B] ≡ AB − BA = iC (donde C es otro operador
hermitiano) cumple con la siguiente desigualdad
q q
(δB)2 ≥ 12 C

(δA) 2 (1.90)

donde indicamos
Z
δD ≡ D − D, D ≡ hDi = dx ψ ∗ Dψ

para cualquier operador D.

Demostración. Sea la integral


Z
I(λ) ≡ dx (λAψ − iBψ)∗ (λAψ − iBψ) ≥ 0 (1.91)

23
Preliminares

I(λ)

λ
O λ0

Figura 1.3

donde λ es un parámetro real. Desarrollándola se tiene

I(λ) = λ2 A2 + iλ[B, A] + B 2
= λ2 A2 + λC + B 2 ≥ 0. (1.92)

El mínimo de la función cuadrática I(λ) [véase la figura 1.3] se


obtiene de
dI(λ)
= 2λA2 + C

C
λ0 = − . (1.93)
2A2
Sustituyendo este valor λ0 en (1.92) se tiene la desigualdad
2
A2 B 2 ≥ 14 C . (1.94)

Repetimos el argumento desde (1.91) con δA ≡ A − A y δB ≡


B − B en vez de A y B, respectivamente. Los conmutadores
valdrán lo mismo pues A y B, siendo números conmutan con
todo. Por tanto, queda demostrada (1.90).

Como aplicación importantísima de este teorema está el prin-


cipio de incertidumbre de Heisenberg. Considérense los opera-
dores de impulso lineal y posición, p y x, en el papel de los

24
El principio de incertidumbre

operadores A y B respectivamente. Como


 
~ ∂ ~ ∂ ~
(px − xp)f (x) = x−x f (x) = f (x) (1.95)
i ∂x i ∂x i
se tiene la regla de conmutación fundamental
[p, x] = −i~. (1.96)
Por lo tanto, en nuestro caso, C = −~. Si definimos la dispersión
cuadrática media (o simplemente incertidumbre) de un operador
D por
q q q
2
∆D ≡ (δD) = (D − D) D2 − D
2 2 (1.97)
llegamos al principio de incertidumbre de Heisenberg (1927)
∆p∆x ≥ 12 ~. (1.98)
Este principio es inherente a la mecánica ondulatoria en la
interpretación probabilística de Born. Afirma que es imposible
tener conocimiento perfecto (cero dispersión) de la posición de
una partícula y simultáneamente de su velocidad. Notemos que
si el estado ψ con el que calculamos los valores esperados co-
rrespondientes en (1.97) es estado propio del operador D con
2
valor propio d la incertidumbre sería cero pues D2 = d2 = D .
La cantidad ∆D para un estado ψ es, pues, una medida de lo
alejado que está el estado de ser estado propio de D y por tan-
to de tener un valor propio nítido (o cierto). Por ejemplo una
partícula descrita por una onda plana Ceikx corresponde a un
estado con momento lineal nítido ~k, pero la partícula puede
encontrarse en cualquier lugar x con igual probabilidad, pues
|Ceikx |2 = |C|2 .
Ejercicio 1.12. Demuestre las reglas de conmutación de los operado-
res de impulso lineal y posición en tres dimensiones cartesianas, a
saber
[px , xl ] = −i~δkl k, l = 1, 2, 3. (1.99)
De aquí demuestre que, para p y x dos vectores tridimensionales
∆|p| ∆|x| ≥ 23 ~. 

25
Preliminares

Una consecuencia del principio de incertidumbre (1.98) es


que un sistema cuántico cualquiera, por ejemplo una partícu-
la localizada, jamás podrá encontrarse en un estado de energía
cero (como esperaríamos clásicamente) sino que posee la llama-
da energía del punto cero, que no es más que el valor mínimo
posible para ese sistema. Veamos tres ejemplos.

a. Oscilador armónico. Tenemos una partícula de masa m


sujeta al operador hamiltoniano par
1 2 1
H= p + mω 2 x2 = H(−x) (1.100)
2m 2
El valor esperado de H, la energía E, será
1 2 1
E=H= p + mω 2 x2 (1.101)
2m 2
y por la definición de dispersión (1.90), D2 = (δD)2 +
2 R∞
D . Por el hecho de que x = −∞ dxx |ψ(x)|2 = 0 y
R∞
p = (~/i) −∞ dxψ ∗ (x)∂/∂xψ(x) = 0 (ya que por el teore-
ma 1.2 las funciones propias de un hamiltoniano par son
de paridad definida, es decir, par o impar ), la ecuación
(1.101) se reduce a
1 1
E= (δp)2 + mω 2 (δx)2
2m 2
1 1
= (∆p)2 + mω 2 (∆x)2 (1.102)
2m 2
~2 1
≥ 2
+ mω 2 (∆x)2 .
8m(∆x) 2
Aquí se usó (1.97) y la desigualdad es una aplicación de
(1.98).
p El miembro derecho se minimiza con el valor ∆x =
~/2mω y, al sustituirlo en (1.102), obtenemos

E ≥ 12 ~ω. (1.103)

De hecho, como veremos con detalle más adelante, el es-


tado fundamental (es decir, el más bajo en energía) del

26
El principio de incertidumbre

oscilador armónico unidimensional corresponde a la ener-


gía 12 ~ω.

b. Caja unidimensional. Considérese una partícula encerra-


da en una caja de longitud L. Su energía podrá ser, por
argumentos idénticos a los del ejemplo anterior

1 2 1 ~2 ~2
E=H= p = (∆p)2 ≥ ≥
2m 2m 8m(∆x)2 8mL2
(1.104)
donde la última desigualdad procede de ∆x ≤ L, el tama-
ño de la caja. Este resultado es considerablemente menor
que el verdadero, Eexacto = ~2 π 2 /2mL2 , pero sí se estable-
ce en (1.104) una cota inferior. Notamos, sin embargo, que
sólo ante la deslocalización total de la partícula (L → ∞)
podríamos tener una energía nula. Por otro lado, si inten-
tamos localizar la partícula perfectamente haciendo L → 0
resultará que diverge su energía (cinética).

c. Átomo hidrogenoide. Aquí suponemos que el radio del elec-


trón r ' λ̄ y por consiguiente que su impulso lineal p =
~/λ̄ ' ~/r. Esto se sustituye en

p2 Ze2 ~2 Ze2
E= − ' − (1.105)
2m r 2mr2 r
y se busca el valor de r que minimiza el miembro derecho.
Este resulta ser r0 = a0 /Z, donde a0 ≡ ~2 /me2 ' 0.5Å es
el radio de Bohr. Al sustituir en (1.105), nos deja

e2
E ≥ −Z 2 (1.106)
2a0

(donde e2 /2a0 ≡ 1 rydberg ' 13.6eV) que es exactamen-


te la energía del estado base del átomo hidrogenoide. El
principio de incertidumbre explica por qué no se colapsa a
un sólo punto el átomo de hidrógeno.

27
Preliminares

Ejercicio 1.13. Usando el mismo razonamiento, estime las energías


del estado fundamental de los siguientes sistemas helioides: H− , He,
Li+ , Be++ , B+++ y C++++ suponiendo en vez de (1.105), use

~2 1 e2
   
1 2 1 1
E(r1 , r2 ) = 2 + 2 − Ze + + . (1.107)
2m r1 r2 r1 r2 r1 + r2

y compare las energías mínimas obtenidas con las experimentales que


son, respectivamente, −1.05, −5.807, −14.56, −27.31, −44.06 y −64.8
rydbergs. Comente. 

1.7. Paquetes de onda

El principio de incertidumbre entre posición e impulso dado


por (1.98), nos dice que podemos hablar de una partícula más
o menos localizada en el espacio a costo de tener presente, no
uno, sino varios valores posibles para su impulso lineal p ≡ ~k.
Entonces podemos preguntarnos cómo evoluciona en el tiempo
la forma espacial de este paquete de ondas con diferentes valores
de k ≡ 2π/λ. Ilustraremos en qué sentido podemos identificar
esta representación de una partícula con la “partícula” de de
Broglie de masa m y velocidad v a la que él asocia una longitud
de onda λ = h/mv.
Veamos primero el caso de la luz. Esta se describe por ondas
planas monocromáticas
2π 2π
ei(kx−ωt) = e2πi(x/λ−t/T ) ω = 2πν ≡ k≡ (1.108)
T λ
donde T es el período. En el vacío ν = c/λ o bien ω = ck y
nuestras ondas son simplemente eik(x−ct) . Fórmese el pulso o
paquete con distribución g(k) de longitudes λ = 2π/k, es decir
Z ∞
Ψ(x, t) = dkg(k)eik(x−ct) ≡ F (x − ct). (1.109)
−∞

Es evidente que el paquete no sufre modificación especial alguna


con el transcurso del tiempo t : simplemente se desplaza hacia la
derecha con velocidad c.

28
Paquetes de onda

Por otro lado, para el caso de ondas materiales sí puede


haber una distorsión del paquete con el tiempo, como veremos
a continuación. Fórmese el paquete de ondas
Z ∞
Ψ(x, t) = dkg(k)ei[kx−ω(k)t] (1.110)
−∞

donde ahora ω(k) 6= (constante)k.

Ejercicio 1.14. Demuestre que si ω(k) = ~k 2 /2m, la función en (1.110)


satisface la ecuación de Schrödinger (1.11) de una partícula libre en
tanto que (1.109) satisfará la ecuación de onda clásica ∂ 2 Ψ(x, t)/∂t2 =
c2 ∂ 2 Ψ(x, t)/∂x2 . 

Tomemos g(k) como una distribución gaussiana angosta al-


rededor de un valor k0 dado, a saber
2
g(k) = e−α(k−k0 ) (1.111)

Para evaluar (1.110) con α relativamente grande, bastarán los


primeros términos en el desarrollo de Taylor de ω(k), a saber

ω(k) = ω(k0 ) + (k − k0 )ω 0 (k0 ) + 12 (k − k0 )2 ω 00 (k0 ) + · · · . (1.112)

Definiendo K ≡ k − k0 , vg ≡ ω 0 (k0 ) y β ≡ ω 00 (k0 )/2, la ecuación


(1.110) queda como
Z ∞
2
Ψ(x, t) ' e i[k0 x−ω(k0 )t]
dK eiK(x−vg t) e−(α+iβt)K . (1.113)
−∞

R∞ 2 √
Ejercicio 1.15. a) Usando −∞
dy e−y = π demuestre que
Z ∞ √
−a2 x2 +bx π b2 /4a2
dx e = e Re a2 > 0. (1.114)
−∞ a
R∞ 2
b) Demuestre que (1.115), abajo, satisface −∞
dx |Ψ(x, t)| = 1 para
toda t. 

29
Preliminares

|Ψ(x, t)|2

tiempo t = 0
tiempo t > 0


α
p
α + β 2 t2 /α
O x
Vg t

Figura 1.4

Utilizando el resultado (1.114) en (1.113), la densidad de


probabilidad del paquete se reduce a

(x − vg t)2
 
1
|Ψ(x, t)|2 = √ exp − .
2(α + β 2 t2 /α)
p
2π α + β 2 t2 /α
(1.115)
Este paquete tiene una forma espacial gaussiana i) cuyo tope
se desplaza con una velocidad (de grupo) vg = ω 0p (k0 ), ii) cuya
amplitud decrece con el tiempo y iii) cuyo ancho α + β 2 t2 /α
crece con el tiempo (véase la figura 1.4). Si la partícula es libre, la
velocidad llamada de grupo vg ≡ ω 0 (k0 ) = ~k0 /m, por la relación
de de Broglie, no es más que la velocidad de una partícula de
masa m asociada a la longitud λ0 ≡ 2π/k0 de mayor distribución
en la mezcla de ondas planas. La relación de de Broglie, p =
h/λ, es por lo tanto consistente si asociamos la velocidad de la
partícula con la velocidad de grupo de las ondas. Por otro lado,
la velocidad de fase vϕ ≡ dx/dt, que se obtiene de k0 x − ωt =
constante, es
ω ~k0 1
vϕ = = = vg . (1.116)
k0 2m 2

Ejercicio 1.16. Estime el tiempo τ en que se duplica el ancho del


paquete que representa a) una partícula macroscópica (de masa ' 1
mg y diámetro ' 1 mm) y b) un electrón (de masa ' 10−30 kg y

30
Paquetes de onda

diámetro ' 10−15 m), expresando ambos tiempos en unidades de la


edad del universo (' 1010 años). 

El llamado paquete mínimo es el que ocurre cuando en (1.98)


se tiene la igualdad, es decir, mínima incertidumbre combinada
en p y x. Esto significa que también en (1.91) hay igualdad o,
equivalentemente, se cumple

C
(λ0 A − iB)ψ = 0 con λ0 = − (1.117)
2A2
donde se usó (1.93). Si A y B son respectivamente δp ≡ p − p
y δx ≡ x − x, C = −~; recordamos (1.97) y la ecuación (1.117)
equivale a la ecuación diferencial
 
~ ∂ ~(x − x)
−p−i ψ(x) = 0. (1.118)
i ∂x 2(∆x)2
La solución es una Gaussiana que, normalizada a la unidad,
queda como

(x − x)2
   
2 −1/4 i
ψ(x) = [2π(∆x) ] exp − exp px . (1.119)
4(∆x)2 ~
Si A y B se toman al revés, como δx y δp respectivamente,
entonces C = ~ y (1.117) se resuelve más fácilmente en la repre-
sentación momental. Recordando (1.72), obtenemos

(p − p)2
   
2 −1/4 i
φ(p) = [2π(∆p) ] exp − exp − xp . (1.120)
4(∆p)2 ~

Claramente, los paquetes |ψ(x)|2 y |φ(p)|2 son complementarios


en el sentido que si aumenta el ancho de uno disminuye el del
otro ya que ∆p ∆x = ~/2. Además, es fácil comprobar que las
funciones (1.119) y (1.120) son parejas de Fourier.
Comparando la densidad |ψ(x)|2 de (1.119) del paquete míni-
mo con la ecuación (1.115) para t = 0 veremos que α = (∆x)2 .
Para una partícula libre ω(k) = ~k 2 /2m de modo que por
(1.115) β = 21 ω 00 (k0 ) = ~/2m. Así, la vida media α/β en (1.115)

31
Preliminares

no es mas que 2m(∆x)2 /~2 . Entonces podemos comprobar que


la descripción clásica en términos de trayectorias bien defini-
das (o nítidas) es útil únicamente si la dispersión temporal del
paquete (1.115) es despreciable. Es decir, si
~2 t2
1
4m2 (∆x)4
para tiempos t  T , si T es algún tiempo característico del
proceso físico bajo consideración. Por ejemplo, para un electrón
en órbita circular de radio R y período T tendríase que
p p
R ≡ ∆x  ~t/2m  ~T /2m.
Por otro lado, el momento angular de ese electrón es L = mvR =
m2πR2 /T y por tanto se cumple nuestro requisito si
L  π~.
Esto sólo ocurrirá para los niveles altamente excitados y tenemos
aquí un ejemplo del principio de correspondencia que afirma
que la mecánica cuántica se reduce a la clásica para números
cuánticos muy elevados.
Finalmente, analicemos un método general para la construc-
ción de un paquete de ondas correspondiente a una partícula
en un sistema con cualquier hamiltoniano. Empezamos con la
ecuación de Schrödinger independiente del tiempo
Hψn (x) = En ψn (x). (1.121)
Las funciones propias ψn (x) formarán un conjunto completo y
por lo tanto podemos expresar, al tiempo t = 0, nuestro paquete
como
X Z
Ψ(x, 0) = an ψn (x) an ≡ dxψn∗ (x)Ψ(x, 0). (1.122)
n
La solución Ψ(x, t) de (1.15), tomando en cuenta (1.121) y (1.122)
será
X Z
−iEn t/~
Ψ(x, t) = an ψn (x)e ≡ dx0 G(x0 , x, t)Ψ(x0 , 0).
n
(1.123)

32
Paquetes de onda

La función G(x0 , x, t) se llama función de Green (o propagador )


y está definida por
X
G(x0 , x, t) ≡ ψn∗ (x0 )ψn (x)e−iEn t/~ −→ δ(x0 − x). (1.124)
t→0
n

Ilustremos este método con el ejemplo de una partícula sujeta


a una fuerza F positiva constante. El hamiltoniano es entonces
~2 d2
H=− − F x. (1.125)
2m dx2
En la representación momental tendremos

Hφ(p) = Eφ(p) (1.126)


p2
 

− E − i~F φ(p) = 0.
2m ∂p
Es inmediato integrar la solución a
  3 
i p
φE (p) = C exp − − Ep . (1.127)
~F 6m
La propiedad de ortogonalidad
Z Z
0 ∗ 2 0
δ(E − E ) = dpφE (p)φE0 (p) = C dpeip(E−E )/~F (1.128)

permite determinar la constante de normalización C como


1
C=√ . (1.129)
2π~F
La representación espacial se obtiene transformando
Z ∞ Z ∞
1 ipx/~ 3
ψE (x) = √ dpe φE (p) = A duei(u /3−uy)
2π~ −∞ −∞
(2m/~2 )1/3
A≡ 1/6
u ≡ −(2m~F )−1/3 p
2πF 
E 2πF
y ≡α x+ α ≡ ( 2 )1/3 . (1.130)
F ~

33
Preliminares

Usando (1.130), la función de Green (1.124) será


Z ∞
G(x0 , x, t) = dEψE∗ (x0 )ψE (x)e−iEt/~ . (1.131)
−∞

Usando la variable z = α(x0 + E/F ) tendremos


Z ∞ Z ∞
0 2 −iEt/~
G(x , x, t) = A dte du
−∞ −∞
Z ∞
3 3
× dve−i(v /3−vz) ei(u /3−uy)
−∞
2πF 2 ∞
Z Z ∞
3 3 0
= A du dve−i[v /3−u /3−vx α+uxα]
α
 −∞ −∞

Ft
×δ u+ −v
α~
r 
m m
= exp i (x − x0 )2
2πi~t 2~t
1 Ft 3
  
Ft 0
+ (x + x ) − (1.132)
2~ 12 α~

donde se usaron (1.51) y (1.114). Finalmente, para calcular Ψ(x, t)


de la (1.123) supongamos un paquete mínimo a t = 0 y con
x̄ = 0 = p̄
2 /4(∆x)2
Ψ(x, 0) = [2π(∆x)2 ]−1/4 e−x . (1.133)

Usando nuevamente (1.114), esto deja

−1/2
~2 t2
 
2 2
|Ψ(x, t)| = 2π(∆x) 1 +
4m2 (∆x)4
  2 
1F 2
 x − 2 mt 
× exp −  . (1.134)
  
2 ~2 t2
2(∆x) 1 + 4m2 (∆x)4
 

34
Tres enfoques de un sistema cuántico

Ejercicio 1.17. a) Proporcione los pasos intermedios para justificar


(1.134) a partir de (1.123), (1.132), (1.133), b) ¿Cómo cambiaría (1.134)
si, en vez de (1.133), emplearemos (1.119) para Ψ(x, 0) con x = 0 pero
p 6= 0? 

El tope del paquete (1.134) se desplaza con una aceleración


F/m constante de acuerdo con las leyes de Newton sobre caída
libre, pero ni su amplitud ni su ancho dependen de la fuerza F .
Si F → 0 caemos en el caso libre discutido anteriormente (pero
sin velocidad inicial).

1.8. Tres enfoques de un sistema cuántico

Existen por lo menos tres formas de enfocar la evolución


temporal de un sistema cuántico: i) el enfoque de Schrödinger
en que los operadores no dependen del tiempo pero los estados
si; ii) el enfoque de Heisenberg donde los operadores dependen
del tiempo pero los estados no; y iii) el enfoque de Dirac (o de
interacción) en que ambos operadores y estados dependen del
tiempo pero de una sola parte del Hamiltonian total. Esta parte
por lo general es de fácil solución. Unicamente analizaremos aquí
el primer caso.
En el enfoque de Schrödinger la evolución dinámica se rige
por (1.15), o sea
∂Ψ(q, t)
i~ = HΨ(q, t) (1.135)
∂t
y donde un operador cualquiera A es (casi siempre) indepen-
diente del tiempo, es decir, ∂A/∂t = 0. Su valor esperado hAi,
sin embargo, sí dependerá del tiempo; de hecho
d d
i~ hAi = i~ h Ψ(t)| A | Ψ(t)i
dt dt
= h Ψ(t)| [A, H] | Ψ(t)i (1.136)
≡ h[A, H]i
donde se usó (1.135). Esta ecuación [que a veces se conoce co-
mo el teorema de Ehrenfest pues de ella se obtienen como caso

35
Preliminares

particular (1.64) si tomamos A = x] es la versión cuántica de la


ecuación clásica
 
da X ∂a dxi ∂a dpi
= +
dt ∂xi dt ∂pi dt
i

X ∂a ∂H 
∂a ∂H
= − ≡ {a, H} (1.137)
∂xi ∂pi ∂pi ∂xi
i

donde a = a pi (t), xi (t) , i = 1, 2, . . . , N y H es la función
hamiltoniana del sistema. El paréntesis {·, ·} se llama paréntesis
de Poisson. Consideremos dos ejemplos de (1.136).
El primer ejemplo nos da el principio de incertidumbre ener-
gía-tiempo: con (1.90) tendremos que

1 ~ d
∆A ∆H ≥ |h[A, H]i| = hAi (1.138)
2 2 dt

donde la última igualdad es (1.136). Sea ∆t el intervalo de tiem-


po durante el cual un sistema cuántico evoluciona y sea A un
operador que corresponde a alguna propiedad de ese sistema me-
diante la cual podemos medir el paso del tiempo. Esto podría ser
por ejemplo el movimiento de las manecillas de un reloj, el giro
de la tierra, etcétera. Durante el intervalo ∆t el valor esperado
hAi cambiará por ∆t d hAi /dt y este cambio será apreciable si,
siendo ∆A la incertidumbre definida por (1.97)
d
∆t hAi ≥ ∆A. (1.139)
dt
Multiplicando (1.138) por ∆t y haciendo uso de (1.139) queda

~ d ~
∆t∆A∆E ≡ ∆t∆A∆H ≥ ∆t hAi ≥ ∆A (1.140)
2 dt 2
o bien
∆t∆E ≥ ~/2. (1.141)
El significado de esta desigualdad es que a un estado observado
durante un intervalo de tiempo ∆t finito no puede atribuírsele

36
Tres enfoques de un sistema cuántico

una energía definida. Notemos que esto concuerda con la discu-


sión en torno a (1.47) sobre estados estacionarios y metaestables.
Desde que Yukawa propuso en 1935 la idea de que las fuerzas
nucleares entre dos nucleones provienen del intercambio de uno
(o más) mesones π (piones), todas las fuerzas fundamentales de
la naturaleza (electromagnética, débil y gravitacional, además
de la nuclear) se han modelado como debidas al intercambio de
algún bosón en analogía al mesón π. El intercambio ocurre des-
pués de haberse creado el bosón en forma virtual por una de las
partículas de la pareja, violándose el principio de conservación
de energía por la cantidad mc2 , donde m es la masa del bo-
són. Sin embargo, esto sucede dentro de un intervalo de tiempo
menor que el permitido por la igualdad en (1.141). En el caso
nuclear tendríamos mc2 ∆t = ~/2 y ∆t ' r0 /c, donde r0 es el
alcance máximo de la fuerza, si suponemos que el pión virtual
viaja con la velocidad de la luz c. De aquí determinamos, para
la masa del pión mc2 ' 137 MeV, que r0 = ~2 /2mc2 ' 10−13 cm
≡ 1 fermi. Esto concuerda con el alcance de las fuerzas nucleares
determinado empíricamente.
Como segundo ejemplo de (1.136), deduzcamos el teorema
virial cuántico. Para una partícula bajo la influencia del hamil-
toniano H = p2 /2m + V (x) y el operador A ≡ xp, tendremos
que (1.136) se reduce a

p2
     2 
d ~ ∂V (x) p
i~ hxpi = xp, + V (x) = x −
dt 2m i ∂x m
(1.142)
donde se empleó la regla de conmutación (1.96). Para un estado
estacionario el miembro izquierdo será nulo; por lo tanto, si T
es la energía cinética de la partícula y < B >= B̄ para cualquier
operador B

∂V (x)
2T = x . (1.143)
∂x

37
Preliminares

Si V (x) = αxν , con α y ν reales, tendremos

2T = νV
   
ν 2
E =T +V = 1+ V = 1+ T (1.144)
2 ν
(
2T para ν = 2
=
−T para ν = −1.

Ejercicio 1.18. Generalice: a) los resultados (1.143) y (1.144) a tres


dimensiones y b) el resultado (1.143) al caso de N partículas. 

El resultado (1.143) para N cuerpos en tres dimensiones es

N N 
~2 X 2
  
X ∂V ∂V ∂V
2 − ∇i = xi + yi + zi
2m ∂xi ∂yi ∂zi
i=1 i=1
N
X
= ri ∇V (ri ). (1.145)
i=0

Si V (x1 , . . . , xN , y1 , . . . , yN , z1 , . . . , zN ) es homogéneo de grado


ν entonces, por el teorema de Euler y llamando q1 ≡ x1 , q2 ≡ x2 ,
. . ., q3N ≡ zN
3N
X ∂V
qk = νV (1.146)
∂qk
k=1

y (1.145) se reduce a
2T = νV . (1.147)
En el caso de un átomo polielectrónico con Z electrones te-
nemos que

N
2
X 1
V = −Ze q
i=1 x2i + yi2 + zi2
N
2
X 1
+e p
i<j
(xi − xj ) + (yi − yj )2 + (zi − zj )2
2

38
Tres enfoques de un sistema cuántico

es homogéneo, pues claramente V (. . . , λql , . . .) = λν V (. . . , ql , . . .)


con grado ν = −1. Por lo tanto

2T = −V E = T + V = −T (1.148)

lo que permite calcular las energías atómicas de amarre calcu-


lando tan sólo el valor esperado del operador energía cinética.

39
2

POTENCIALES Y BARRERAS UNIDIMENSIONALES

En este capítulo se estudian ejemplos de sistemas simples en


los que la ecuación de Schrödinger admite soluciones analíticas
y exactas y donde podremos examinar cómo surgen los estados
estacionarios. Estos ejemplos son la idealización de sistemas que
aparecen en la naturaleza y su tratamiento nos ilustrará el poder
de la mecánica cuántica.

2.1. Continuidad de la función de onda y de sus derivadas

Consideremos ahora la solución de la ecuación de Schrödin-


ger independiente del tiempo para una partícula de masa m en
un campo de energía potencial V (x), a saber

∂2 2m
ψ(x) + 2 [E − V (x)]ψ(x) = 0. (2.1)
∂x2 ~

Conforme a la interpretación de Born de |ψ(x)|2 como densi-


dad de probabilidad, debemos exigir que ψ(x) sea continua (y,
por supuesto, finita) para toda x. De lo contrario tendríamos
que idear causas físicas extrañas para explicar saltos bruscos en
probabilidad. La primera derivada de ψ(x) también será con-
tínua en general (aunque no siempre). Sin embargo, está claro
de (2.1) que si V (x) es discontinua, la segunda derivada de ψ(x)
también deberá serlo. Considérense los cuatro casos típicos de la
figura 2.1 para una función V (x) de potencial. Para el caso (b),
la solución de la ecuación (2.1) (que no diverge cuando x → ∞)

41
Potenciales y barreras unidimensionales

V (x)

(x) V0
(x)

x1 x1

V (x) discontinua,
V (x) continua
pero finita
(a) (b)

∞ (x)
(x)
x1 x1

V (x) discontinua,
V (x) = αδ(x − x1 )
infinitamente
(c) (d)

Figura 2.1

para x ≥ x1 y V0 > E claramente será


 r 
2m
ψ(x) = exp −x (V0 − E) x ≥ x1 . (2.2)
~2

Cuando V0 → ∞, caso (c), tendremos de aquí simplemente que

ψ(x) = 0 x ≥ x1 . (2.3)

Ahora integremos (2.1) desde x1 −  hasta x1 + , donde x1 es


el punto indicado en la figura 2.1 y  una cantidad positiva que
luego se hará tender a cero. Entonces

2m x1 +
Z
dψ dψ
− = 2 dx[V (x) − E]ψ(x) (2.4)
dx x1 + dx x1 − ~ x1 −

42
Pozo rectangular

da, luego de tomar  → 0

0 casos (a) y (b) (2.5)


2m
αψ(x1 ) casos (c) y (d). (2.6)
~2

La discontinuidad en x1 de la primera derivada de ψ(x) en los


casos (c) y (d) se muestra esquemáticamente en la figura 2.1(d).
Salvo estos dos ejemplos patológicos, la derivada de la función
de onda es siempre continua.

2.2. Pozo rectangular

Resolvamos para energías negativas la ecuación (2.1) con el


potencial de la figura 2.2, llamado pozo cuadrado de alcance a y
profundidad V0 (−V0 < E < 0). Definiendo los dos parámetros
reales y positivos
r
2mE
k≡ − 2 >0 (2.7)
~
r
2m(E + V0 )
K≡ >0 (2.8)
~2

las soluciones de (2.1) en las tres regiones I, II y III indicadas


en la figura serán

ψI (x) = Aekx + A0 e−kx


ψII (x) = BeiKx + B 0 e−iKx (2.9)
0 kx −kx
ψIII (x) = C e + Ce

donde la finitud de ψ(x) requiere en principio que A0 = C 0 = 0.


La continuidad de ψ(x) y ψ 0 (x), exigidas en x = −a/2 y x = a/2,
nos da cuatro ecuaciones con las cuales podemos determinar las
cuatro constantes restantes A, B, B 0 y C. Estas son, respectiva-

43
Potenciales y barreras unidimensionales

V (x)

−a/2 a/2
x
O
E>0

I II III
−V0

Figura 2.2

mente

Ae−ka/2 = Be−iKa/2 + B 0 eiKa/2


kAe−ka/2 = iKBe−iKa/2 − iKB 0 eiKa/2
Ce−ka/2 = BeiKa/2 + B 0 e−iKa/2
−kCe−ka/2 = iKBeiKa/2 − iKB 0 e−iKa/2 . (2.10)

Ejercicio 2.1. A partir de las cuatro ecuaciones anteriores, obtenga la


ecuación trascendente que permite encontrar las energías permitidas
en función de V0 , a y m, a saber
 2
k − iK
= e2iKa . (2.11)
k + iK


De (2.11) tenemos que

k 2 − K 2 − 2ikK k − iK
= = ∓eiKa ≡ ∓(cos Ka + i sin Ka)
k2 + K 2 k + iK
(2.12)
y analizaremos ambos casos.
Signo superior. La ecuación compleja equivale a las dos ecuacio-
nes reales
2kK k2 − K 2
sin Ka = cos Ka = − (2.13)
k + K2
2 k2 + K 2

44
Pozo rectangular

T
K/k0

A
1
+ +

| sin Ka/2| | cos Ka/2|

+

0 π/2 π 3π/2 2π 5π/2


Ka/2
tan Ka/2

Figura 2.3

o, usando las identidades tan(α/2) = sin α/(1+cos α) y cos−2 (α/2) =


1 + tan2 (α/2)

Ka k Ka K
tan = >0 cos = (2.14)
2 K 2 k0
r
p 2mV0
k0 ≡ k 2 + K 2 = .
~2
Signo inferior. En ese caso la ecuación (2.12) lleva a las (2.13)
pero con signo cambiado en el miembro derecho, de modo que

Ka K Ka K
tan =− <0 sin = . (2.15)
2 k 2 k0

El problema no se presta a una solución analítica cerrada, pero


sí a una solución gráfica, mostrada en la figura 2.3, que ilustra el
caso de un pozo suficientemente profundo como para ligar cinco
y sólo cinco estados con niveles de energía negativa.
Ejercicio 2.2. A partir de las ecuaciones (2.10) deduzca que las cons-
tantes B y B 0 son tales que
i. ψ(x) = ψ(−x) para estados par (2.16)

45
Potenciales y barreras unidimensionales

ii. ψ(x) = −ψ(−x) para estados impar. 

De (2.16) percibimos que el estado más ligado será par (+, en


la figura 2.3), el próximo será impar (−, en la misma figura 2.3),
etc. Además, como la recta de la figura está a la izquierda del
punto A, es decir que su pendiente 2/k0 a ≥ 2/π, habrá uno y
sólo un nivel ligado. Esto es, cuando

π π 2 ~2
0 ≤ k0 < o bien 0 ≤ V0 < . (2.17)
a 2ma2
Pero no importa cuán somero, el pozo siempre tendrá al menos
un estado ligado. Este fenómeno se sostiene en dos pero no en
tres dimensiones, como veremos después.

Ejercicio 2.3. Demuestre de (2.14) que si k0 a → 0 (pozo somero


y/o estrecho), la energía de amarre del único estado ligado es E →
−mV02 a2 /2~2 + O(V03 ). 

Finalmente, si la pendiente 2/k0 a de la recta es casi nula,


o sea V0 a2  π 2 ~2 /2m, el número de niveles ligados tenderá a
infinito y éstos estarán dados por

Ka
= 21 nπ n = 1, 2, . . .
2
n2 π 2 ~2
E= − V0 . (2.18)
2ma2
Este es el espectro de energías más bajas posibles de una par-
tícula casi encerrada en una caja unidimensional con paredes
altas. El resultado valdrá para todas las posibles energías, altas
y bajas, si V0 → ∞ en cuyo caso las energías n2 π~2 /2ma2 se
miden desde el fondo del pozo.
El caso límite de V0 → ∞ también se obtiene directamente
como sigue. Supongamos que
(
0 0≤x≤a
V (x) = (2.19)
∞ x ≤ 0, x ≥ a.

46
El potencial delta atractivo

Entonces, la solución a (2.1) será


(
Beikx + B 0 e−ikx si 0 ≤ x ≤ a
ψ(x) = (2.20)
0 si x < 0, x > a

y la condición ψ(0) = 0 exige que B = −B 0 . Por lo tanto


~2 k 2
ψ(x) = 2iB sin kx E = . (2.21)
2m
Ahora, la condición ψ(a) = 0 impone
sin ka = 0

k= n = 1, 2, . . .
a
~2 k 2 n2 π 2 ~2
En = = (2.22)
2m 2ma2
que coincide con (2.18); observemos que ahora las energías se mi-
den desde el fondo. Es fácil ver que la condición de normalización
R a/2
0 dx |ψ(x)|2 = 1 y (2.22), permiten escribir las funciones de
onda normalizadas como
r
2 nπ
ψ(x) = sin x n = 1, 2, . . . (2.23)
a a
Ejercicio 2.4. a) Deduzca las eigenfunciones normalizadas y energías
propias de una partícula en el pozo de potencial V (x) = 0 si |x| < a/2
y V (x) = ∞ si |x| > a/2. b) Esboce los primeros cinco niveles y sus
funciones de onda. 

2.3. El potencial delta atractivo

Si V (x) = −αδ(x), α > 0, la ecuación (2.1) se reduce a


2m
ψ 00 (x) + Eψ(x) = 0 x 6= 0. (2.24)
~2
Para estados ligados E = −|E| y la solución regular en x = ±∞
será r
−β|x| 2m |E|
ψ(x) = e β≡ (2.25)
~2

47
Potenciales y barreras unidimensionales

suponiendo E = − |E| (es decir, para estados ligados). Utilizan-


do la ecuación (2.6) tenemos

−2m
ψ 0 (0+ ) − ψ 0 (0− ) = αψ(0) (2.26)
~2

donde al sustituir (2.25) obtenemos β = mα/~2 o bien

mα2
E=− . (2.27)
2~2

Esta es la energía del único estado ligado por este pozo de po-
tencial.

Ejercicio 2.5. Modelo del ion H+ 2 . a) Si E2 es la energía de amarre


de una partícula en el pozo doble −(~2 λ/2ma)[δ(x − a) + δ(x + a)],
con λ, a > 0, en tanto que E1 es la del pozo simple −(~2 λ/2ma)δ(x),
demostrar que E2 < E1 . (El primer caso representa al ion H+ 2 ; el
+
segundo al sistema no ligado de H más H p b) Mostrar que si a → ∞,
|E2 | → |E1 | (1 + 2e−2K2 a ), donde K2 ≡ 2m |E2 | /~2 ). 

2.4. Transmisión por barreras

Ahora vamos a tratar casos en que el potencial es repulsivo


y por lo tanto las energías permitidas deben ser positivas. Aquí
se presenta el fenómeno cuántico de efecto túnel, esto es, la po-
sibilidad de que una partícula pueda atravesar una barrera de
potencial aun cuando la altura de ésta sea mayor que la energía
cinética de la partícula. Este suceso se verifica en procesos tan
distintos como el decaimiento de partículas alfa en los núcleos, la
física de semiconductores, la estructura molecular y la aparición
de tumores cancerosos asociados al envejecimiento orgánico.

2.4.1. Barrera rectangular

Considérese el potencial de la figura 2.4.

48
Transmisión por barreras

V (x)

V0
E

E I II III
x
O a

Figura 2.4

Caso E ≥ V0 . En las tres regiones indicadas las soluciones de la


ecuación de Schrödinger serán

ψI (x) = Aeikx + Be−ikx (2.28)


ψII (x) = GeiKx + F e−iKx (2.29)
ikx −ikx
ψIII (x) = Ce + De . (2.30)

Como antes, se definen los parámetros k y K reales y positivos


r r
2mE 2m(E − V0 )
k≡ 2
≥0 K≡ ≥ 0. (2.31)
~ ~2
Si suponemos que la partícula es lanzada hacia la derecha, en-
tonces A es la amplitud de la onda incidente, B la amplitud
de la onda reflejada por la barrera y C de la transmitida. Por
construcción, D = 0. La continuidad de ψ(x) y ψ 0 (x) en x = 0
y x = a da las ecuaciones

A+B =G+F
k(A − B) = K(G − F )
Ge iKa
+ F e−iKa = Ceika (2.32)
iKa −iKa ika
K(Ge − Fe ) = kCe .

49
Potenciales y barreras unidimensionales

Estas aparentemente no son suficientes para determinar las cin-


co constantes A, B, C, G y F involucradas. Sin embargo, sólo
necesitamos determinar los llamados coeficientes de transmisión
T y reflexión R definidos por
2 2
C B
T ≡ R ≡ . (2.33)
A A
Ejercicio 2.6. Justifique estas definiciones partiendo de T ≡ Jtrans /Jinc ,
R ≡ Jref / Jinc , usando (1.59). 

Eliminando G y F en (2.4.1) llegamos a las expresiones ex-


plícitas
4E(E − V0 )
T = 2 2
V0 sin Ka + 4E(E − V0 )
V02 sin2 Ka
R= (2.34)
V02 sin2 Ka + 4E(E − V0 )

las cuales se cumplen evidentemente con la condición (de con-


servación de flujos) R + T = 1. Esta última relación es más que
consecuencia de Jtrans + Jref = Jinc .
El caso especial E = V0 en las ecuaciones (2.34) nos será
útil; llamando los coeficientes correspondientes a esta energía T0
y R0 , se tiene
1 1
T0 = R0 = . (2.35)
1 + ma2 V0 /2~2 1+ 2~2 /ma2 V 0

Ejercicio 2.7. Verifíquense las ecuaciones (2.34) y (2.35). 

De (2.34) es evidente que habrá transparencia perfecta (R =


0, T = 1) cuando

sin Ka = 0 Ka = nπ n = 1, 2, . . . (2.36)

o sea, cuando el ancho a de la barrera


nπ nλ
a= ≡ n = 1, 2, . . . (2.37)
K 2

50
Transmisión por barreras

T
T (sin2 Ka) = 1 caso V0 → −V0
1


Ka/π= (2m/h̄2 π 2 )(E−V0 )a2
T0
O 1/2 1 3/2 2 5/2 3
curva 4E/V0 → 0
resonancias
anti-resonancias

Figura 2.5

acomoda un número semientero de longitud de onda. Esto quiere


decir que se forman ondas estacionarias llamadas resonancias.
Por otro lado, cuando sin Ka = 1, la función T adquiere su
valor mínimo en los puntos Ka = nπ/2 (n = 1, 2, . . .), llamados
antiresonancias. Si graficamos T contra Ka/π se tendrá la curva
gruesa de la figura 2.5 que se acota por debajo por la curva
gruesa a trazos que representa T con sin2 Ka = 1, a saber

4(Q2 + V0 )Q2
T ≥ T (sin2 Ka = 1) =
V02
+ 4(Q2 + V0 )Q2
(
4Q2 /V0 cuando Q → 0
= (2.38)
1 cuando Q → ∞

~2 K 2
Q2 ≡ ≡ E − V0 .
2m

Está claro que el resultado clásico para T sería el escalón


θ(Ka/π), donde θ(x) ≡ [1 + sgn (x)]/2 es la función escalón de
Heaviside. De hecho, este límite se recupera si tomamos λ  a
o bien Ka → 0 en la ecuación (2.34).
Nótese que las energías E a las que se dan las llamadas reso-
nancias, de las ecuaciones (2.36) y (2.31), satifacen exactamente

51
Potenciales y barreras unidimensionales

la ecuación (2.18) para los niveles ligados de una partícula ca-


si encerrada en una caja de longitud a, salvo por el signo de
V0 . Esto sugiere que si hacemos el cambio V0 → −V0 , es decir,
transformamos la barrera en un pozo, el coeficiente de trans-
misión T tendrá el comportamiento indicado en la figura 2.5.
Las curvas delgadas muestran resonancias tan angostas como se
quiera, siempre y cuando se verifique que E/V0  1. En este ca-
so la cota inferior (curva delgada a trazos) será, por la ecuación
(2.38), una recta con pendiente casi cero.
Pasemos ahora al caso de la barrera de la figura 2.4.
Caso E < V0 . Aquí conviene redefinir la K de las ecuaciones
(2.31) de la siguiente manera
r
2m(V0 − E)
K=i ≡ i/2d (2.39)
~2

donde d es la profundidad de penetración, que es positiva. Las


soluciones en las regiones I y III no cambian, pero en la región
II tendremos, de la ecuación (2.29), las funciones (no oscilantes)
exponenciales

ψII (x) = Ge−x/2d + F ex/2d . (2.40)

Haciendo uso de la identidad sin iα = i sinh α, con α real, las


ecuaciones (2.34) pasan a ser

4E(V0 − E)
T = 2 2
V0 sinh (a/2d) + 4E(V0 − E)
V02 sinh2 (a/2d)
R= . (2.41)
V02 sinh2 (a/2d) + 4E(V0 − E)

Notemos dos límites importantes. Si a/2d  1 (baja energía y/o


barrera muy ancha), tenemos de (2.39) y (2.41) que
r !
16E(V0 − E) 8m(V0 − E)a2
T −→ exp − −→ 0 (2.42)
a/2d1 V02 ~2 ~→0

52
Transmisión por barreras

siendo el último límite el resultado clásico. Por otro lado, si


V0 → ∞ y a → 0, de modo que V0 a = α = constante, entonces
(2.41) da
−1
α2 m2 ~2 k 2

T −→ 1+ 4 2 −→ 0 E≡ (2.43)
a→0,V0 →∞(V0 a ≡ α) ~ k α→∞ 2m

que corresponde a una barrera delta repulsiva.

Ejercicio 2.8. Partiendo de la barrera V (x) = αδ(x), α > 0, plantee


las soluciones de la ecuación de Schrödinger para x 6= 0 y use la (2.6)
para deducir directamente el miembro derecho de (2.43). 

2.4.2. Decaimiento alfa


Uno de los primeros éxitos notables de la mecánica cuántica
fue la fundamentación, en 1928, por Gamow e independiente-
mente por Condon y Gurney, de la ley empírica de Geiger y
Nuttall conocida desde 1911. Ésta relaciona, a través de la tabla
de núclidos, el logaritmo de la vida media τ de los núcleos α-
activos con la energía cinética E de las partículas alfa emitidas
mediante la expresión empírica

C1
ln τ = C0 + √ C0 , C1 constantes. (2.44)
E

El potencial que experimenta una partícula α en el interior del


núcleo se modela de la manera indicada en la figura 2.6, don-
de r es la distancia al centro del núcleo residual de radio R0 ,
−V0 la profundidad del potencial nuclear atractivo y la barre-
ra es producida por la repulsión coulombiana entre la partícula
alfa y el núcleo residual. La aparición empírica de partículas
alfa liberadas anteriormente era imposible de entenderse pues
correspondían a energías muy por debajo de la altura estimada
de dicha barrera.
La barrera de la figura 2.6 se descompone en tiras rectangula-
res y a cada una de ellas aplicamos (2.42) de la que, sin embargo,

53
Potenciales y barreras unidimensionales

V (r)

E
r
O R0 R

−V0

Figura 2.6

sólo interesa la variación con E del argumento de la exponencial.


Por consiguiente, partiendo de la (2.42) escribiremos

1 R
Z r q q 
1 2 q1 q2 
T ' exp − dr 8m −
~ R0 r R
√ Z R  1 !
8mE R 2
= exp − dr −1 (2.45)
~ R0 r

donde q1 = 2e y q2 = Ze son, respectivamente, las cargas (po-


sitivas) de la partícula α y del núcleo residual de la energía
cinética E = q1 q2 /R con R el radio al que la α emitida emerge
de la barrera. Haciendo el cambio de variable r ≡ R cos2 x en la

54
Transmisión por barreras

ecuación (2.45), cuando R0  R tendremos


√ Z arc cos R0 /R !
32mE 2
T = exp − R dx sin x
~ 0
√ " r r r #!
8mq1 q2 R R0 R0 R0
= exp − arc cos − 1−
~ R R R
 √
8mq1 q2 h 1 √ p i 
−→ exp − 2 π R − R0
R0 R ~
  
1 p 2πq1 q2
= exp 8mq1 q2 R0 − . (2.46)
~ v
Aquí se usaron
√ los desarrollos para x  1 de arc cos x ' π/2 −
x + · · · y 1 − x ' 1 − x/2 + · · · y se definió en el último paso
la velocidad v de la partícula alfa al infinito por
q1 q2
E≡ ≡ 12 mv 2 . (2.47)
R
Por otro lado, dentro del núcleo, hablamos de una velocidad
vi interior definida por
1 2
2 mvi = E + V0 ' V0 . (2.48)

Por lo tanto, el número de colisiones por segundo de una par-


tícula alfa interior sería vi /2R0 y la probabilidad de que esa
partícula alfa escape del núcleo es
vi
τ −1 ≡ T. (2.49)
2R0
Combinando las ecuaciones (2.46)-(2.49) tenemos una corrobo-
ración de la regla empírica (2.44) de Geiger y Nuttall.

2.4.3. Reflexión de electrones del interior de un metal


Considérese una superficie metálica que, para los electrones
conductores, proporciona un pozo de potencial
V0
V (x) = − V0 > 0 (2.50)
1 + ex/a

55
Potenciales y barreras unidimensionales

V (x)

E>0
x
O
metal −(1/2)V0 vacı́o

−V0

Figura 2.7

que claramente tiende al escalón −V0 θ(−x) cuando a → 0 y que


se ilustra en la figura 2.7.
Definiendo la variable ξ ≡ −e−x/a tendremos que para E >
0, la función de onda puede escribirse como

ψ(x) = ξ −ika u(ξ) (2.51)

donde el primer factor da elpcomportamiento en x → ∞, es


decir eikx y como antes, k ≡ 2mE/~2 . Sustituyendo (2.51) en
la ecuación de Schrödinger (2.1), la u(ξ) debe satisfacer

ξ(1 − ξ)u00 (ξ) + (1 − 2ika)(1 − ξ)u0 (ξ) − (k0 a)2 u(ξ) = 0 (2.52)
p
donde k0 ≡ 2mV0 /~2 . Ésta es la ecuación diferencial hiper-
geométrica con solución regular en x → ∞ (ξ → 0) dada por
(B.3), o sea

ψ(x) = eikx F (i[K − k]a, −i[K + k]a; 1 − 2ika; −e−x/a ) (2.53)


p
donde K = [2m(E + V0 )/~2 ] ≡ k 2 + ko2 . Para el otro extremo,
x → −∞, el argumento de la función hipergeométrica diverge y

56
Pozo doble y el reloj atómico

podemos usar la forma asintótica (B.7) con lo que

Γ(1 − 2ika) Γ(−2iKa)


ψ(x) −→ e+iKx
x→−∞ Γ(−i[K + k]a) Γ(1 − i[K + k]a)
Γ(1 − 2ika) Γ(2iKa)
+ e−ikx . (2.54)
Γ(i[K − k]a) Γ(1 + i[K − k]a)

Este resultado tiene la forma de una onda incidente y otra re-


flejada. Por lo tanto, el coeficiente de reflexión será

Γ(2iKa) Γ(−i[K + k]a) Γ(1 − i[K + k]a) 2



Ra =
(2.55)
Γ(−2iKa) Γ(i[K − k]a) Γ(1 + i[K − k]a)
sinh2 πa(K − k) K −k 2
 
= −→ ≡ R0 . (2.56)
sinh2 πa(K + k) a→0 K + k

En el penúltimo paso se usaron las identidades (A.5) y (A.7) y


en el último se desarrolló sinh z = z + z 3 /3! + · · · para |z|  1.
Es claro también de la (2.56) que

Ra ≤ R0 (2.57)

dándose la igualdad únicamente cuando a = 0.

Ejercicio 2.9. a) Justificar los dos pasos en (2.56) y la desigualdad


(2.57). b) Partiendo del problema V (x) = −V0 θ(−x), deducir di-
rectamente elpúltimo resultado de (2.56) y demostrar de aquí que
R0 → 1 − 4 E/V0 cuando E → 0, mientras que R0 → V02 /16E 2
cuando E → ∞. 

2.5. Pozo doble y el reloj atómico

Como otro ejemplo de aplicación del efecto túnel, veamos el


caso del pozo cuadrado doble de la figura 2.8, que sirve como
modelo del potencial que siente, por ejemplo, el átomo N de
nitrógeno en la molécula NH3 , de forma tetraédrica, que oscila
entre los dos lados del plano formado por el triángulo de los
hidrógenos. Esto se ilustra también en la figura 2.8.

57
Potenciales y barreras unidimensionales

H
V (x)
H

∞ ∞ H N

2a
2s

I II III
1a
1s

x
O a a+b 2a + b

Figura 2.8

En las tres regiones, I, II y III tendremos para E < 0, k =


(2mE/~2 )1/2 y K = [2m(V0 − E)/~2 ]1/2 , las soluciones

ψI (x) = A sin kx
ψII (x) = B1 eKx + B2 e−Kx (2.58)
ψIII (x) = C sin k(2a + b − x).

Exigiendo que ψI (a) = ψII (a), ψI0 (a) = ψII 0 (a), ψ (a + b) =


II
0 (a + b) = ψ 0 (a + b) tenemos cuatro ecuaciones
ψIII (a + b) y ψII III
con cuatro incógnitas A, B1 , B2 y C. Eliminando las constantes
B1 y B2 quedan dos ecuaciones con dos incógnitas A y C. Habrá
una solución no trivial si el determinante 2×2 de los coeficientes
vale cero. Esto lleva a la siguiente ecuación trascendente para las
energías permitidas

   
K K
tan ka + 1 eKb = ± tan ka − 1 . (2.59)
k k

58
Pozo doble y el reloj atómico

Para el caso límite Kb  1 (E  V0 y/o barrera ancha) tenemos

K 1 ± e−Kb
tan ka = − −→ −(1 ± e−Kb )(1 ± e−Kb ) (2.60)
k 1 ∓ e−Kb Kb1
k 2k
tan ka −→ − ∓ e−Kb . (2.61)
Kb1 K K

La ecuación (2.61) tiene las soluciones de orden cero dadas por

tan k0 a ' 0 k0 a = nπ n = 1, 2, 3, . . .
π 2 ~2 n2
En(0) = (2.62)
2ma2
que corresponden a las energías (2.22) de un pozo simple con
paredes infinitas. Para determinar los dos órdenes más bajos de
corrección convirtamos (2.61) en
 
k −Kb
ka ' arctan (−1 ∓ 2e ) (2.63)
K

y, tomando en cuenta que arctan z = z − z 3 /3 + . . . cuando


|z|  1, tenemos, con n = 1, 2, . . .
s
(0)
k0 −K0 b 2m(V0 − En )
ka ' nπ + (−1 ∓ 2e ) + ··· K0 ≡ .
K0 ~2
(2.64)
2 2
Por lo tanto, como la energía es E = ~ k /2m, tendremos que,
hasta segundo orden
(0)
4En −K0 b
En(∓) ' En(1) ∓ e + ... (2.65)
K0 a
(0)
2En
En(1) ≡ En(0) − . (2.66)
K0 a

Es decir, si b → ∞ las energías están dadas por (2.62), pero como


hay dos pozos y la partícula puede estar en el pozo izquierdo o
en el derecho y por tanto existe una doble degeneración. Esta

59
Potenciales y barreras unidimensionales

Ψ(x)

Ψ(−)

x
O a a+b 2a + b

A
Ψ(+)

Figura 2.9

degeneración que sufre cada nivel doble a primer orden se rompe


(se desdoblan los niveles), cuando b es grande pero no infinita,
a segundo orden por el último término de (2.65), además de la
depresión dada por (2.66). Los niveles se esquematizan en la
figura 2.8, donde se ve que el desdoblamiento es muy pequeño
para el estado base, crece a energías de excitación más altas
llegándose, para energías E  V0 , al esquema de niveles de un
solo pozo, pero de ancho 2a+b en vez de a, como es de esperarse.
Ra 2
Ejercicio 2.10. Suponiendo que 0 dx |ψI (x)| ' 1/2 deducir que, pa-
ra n = 1, las funciones de onda de los dos niveles más bajos serán

(±) 1
ψI (x) ' √ sin k0 x
a
(±) k0 h −K0 (x−a) i
ψII (x) ' √ e ∓ e−K0 (a+b−x) (2.67)
K0 a
(±) 1
ψIII ' ∓ √ sin k0 (2a + b − x)
a

donde (±) significa el nivel superior e inferior, respectivamente. Véase


la figura 2.9.
Las funciones de onda (2.67) de los dos niveles más bajos se es-
bozan en la figura 2.9, en donde se aprecia que ψ (−) (x) es simétrica

60
Pozo doble y el reloj atómico

Ψ(x)

Ψizq Ψder

x
O a a+b 2a + b

Figura 2.10

con respecto al punto medio x = a + b/2 en tanto que ψ (+) (x) es


antisimétrica. 

El principio del reloj atómico se basa en el hecho de que sien-


do mucho más pequeño el desdoblamiento de los primeros dos
niveles esto da lugar a longitudes de onda de absorción grandes,
que se colocan en la región de microondas. Por ejemplo, para
NH3 se 8.18 × 10−5 eV, de donde se sigue que ν = 1.97 × 1010
Hz y λ ' 1.5 cm. La oscilación del reloj surge de la siguiente
manera. Se definen las dos combinaciones lineales

1
ψIZQ (x) ≡ √ [ψ (+) (x) + ψ (−) (x)]
2
1
ψDER (x) ≡ √ [ψ (+) (x) − ψ (−) (x)] (2.68)
2

que dan lugar a los dos paquetes izquierdo (IZQ) y derecho (DER)
esbozados en la figura 2.10.
Si al tiempo t = 0 empezamos con el paquete a la izquierda,
a saber

Ψ(x, 0) = ψIZQ (x) (2.69)

61
Potenciales y barreras unidimensionales

a un tiempo t > 0 tendremos, por (1.123), el paquete


1 h (+) (+)
−iE1 t/~ (−)
(−)
−iE1 t/~
i
Ψ(x, t) = √ ψ (x)e + ψ (x)e
2
1 (−)
h i
≡ √ e−iE1 t/~ ψ (−) (x) + e−iδE t/~ ψ (+) (x) (2.70)
2
(+) (−)
donde ∆E = E1 − E1 . El factor e−iδE t/~ = eiπ = −1 al cabo
de un tiempo τ = π~/∆E
1 (−)
h i
Ψ(x, τ ) = − √ e−iE1 τ /~ ψ (+) (x) − ψ (−) (x)
2
(−)
≡ −e−iE1 τ /~
ΨDER (x) (2.71)
es decir, salvo una fase sin importancia, el paquete se encuentra
concentrado en el pozo derecho. La frecuencia de la oscilación
será entonces ν = (1/2τ )−1 = ∆E/2π~. Además de la molécula
N H3 , se usan también P H3 y AsH3 para relojes atómicos. Como
la anchura natural de los niveles más bajos de N H3 , ∆ν '
10−2 Hz, la precisión del reloj ∆ν/ν ' 10−12 , lo que equivale a
un error del orden de segundos por mil siglos.

2.6. Potencial periódico y bandas de energía

De la misma manera que el pozo doble conduce a niveles


dobles, el caso de N pozos (N  1), igualmente espaciados o
no, nos lleva a niveles desdoblados en N subniveles que forman
bandas de energía separadas por brechas. Tal es el ejemplo más
elemental de un electrón que se encuentra en el potencial pe-
riódico proporcionado por los iones en una red cristalina, que
estudiaremos enseguida.
El potencial de la figura 2.11, que podemos llamar de la
muralla almenada con N almenas, es una generalización del pozo
doble de la figura 2.8. Este es el llamado modelo de Kronig-
Penney (1931).
La ecuación de Schrödinger
2m
ψ 00 + 2 [E − V (x)]ψ(x) = 0 V (x) = V (x + d) (2.72)
~

62
Potencial periódico y bandas de energía

V (x)

V0
E > V0

I II III IV

E < V0
−b 0 a a+b=d x

Figura 2.11

admitirá soluciones del tipo

ψ(x + d = Cψ(x) o bien


ψ(x + nd) = C n ψ(x) n = 1, 2, . . . , N (2.73)

donde C es una constante compleja y N el número de alme-


nas. Exigiendo la relación |ψ(x + N d)|2 = |ψ(x)|2 se tiene que
|C|2N = 1, o sea

|C| = 1 o bien C = eiφ

con φ real. Esto implica que sólo interesan soluciones tales que
sus |ψ(x)|2 sean periódicas con la periodicidad del potencial.
Definiendo
r r
2mE 2m(E − V0 )
k0 ≡ 2
K≡ (2.74)
~ ~2
tendremos, de la figura 2.11

ψI (x) = AeiKx + Be−iKx


ψII (x) = Deik0 x + F e−ik0 x
h i
ψIII (x) = eiφ AeiK(x−d) + Be−iK(x−d) (2.75)
h i
ψIV (x) = eiφ Deik0 (x−d) + F e−ik0 (x−d) .

63
Potenciales y barreras unidimensionales

Nótese que si E < V0 la K por (2.74) será imaginaria pura y las


ψI (x) y ψIII (x) por (2.75) se volverán exponenciales crecientes
y decrecientes, como debiera ser. Exigiendo que
ψI (0) = ψII (0) ψI0 (0) = ψII0 (0)
ψII (a) = ψIII (a) ψII0 (a) = ψIII
0
(a) (2.76)
tendremos cuatro ecuaciones en las cuatro incógnitas A, B, D
y F cuyo determinante, al igualarse a cero, deja las ecuaciones
para las energías permitidas; a saber

 cos k0 a cosh
 Lb

  2 2
k0 −L
0 ≤ E ≤ V0
− 2k sin k0 a sinh Lb


0L

cos φ =

 cos k0 a cos Kb
E > V0 .

  2 2
 k0 +K

 − 2k 0K
sin k0 a sin Kb
(2.77)
En (2.77) se recordó que sinh ix = i sin x y hemos definido la
cantidad real L ≡ −iK, pero en (2.78) K es real por (2.74).
Queda claro que como φ es real, entonces −1 ≤ cos φ ≤ 1 y
que, por lo tanto, sólo se verificarán ciertos valores de E que
ocurrirán dentro de las bandas de energía bien definidas.
Ejercicio 2.11. Deducir (2.77) a partir de (2.76). 

Simplifiquemos el problema haciendo que b → 0 y V0 → ∞ de


tal modo que V0 b sea constante. Esto da lo que se conoce como el
potencial peine de Dirac. Definiendo el parámetro adimensional
1 2
P ≡ lı́m 2 L ab bV0 = constante (2.78)
b→0V0 →∞

la (2.77), recordando que Lb → 0, nos lleva a la condición


sin k0 d
−1 ≤ P + cos k0 d ≤ 1 para 0 ≤ E ≤ V0 . (2.79)
k0 d
Esto se ilustra en la figura 2.12. De allí se ve que nuestra par-
tícula solamente podrá tener energías que caigan dentro de las
bandas indicadas.

64
Potencial periódico y bandas de energía

cos φ

P +1
1
energı́as
permitidas

0

ka ∝ E
energı́as
prohibidas
−1

Figura 2.12

Consideremos los siguiente dos límites:

1. Almenas delta de altura cero. Si P → 0 la condición (2.80)


se vuelve −1 ≤ cos k0 d ≤ 1, que se cumple para toda k0 y,
por lo tanto, toda E = ~2 k02 /2m estará permitida.
2. Deltas impenetrables. Si P → ∞ las bandas se angostan a
puntos que, como sin k0 d = 0, están ubicados en los lugares
k0 d = nπ (n = 1, 2, . . .) dando las energías discretas de
una partícula encerrada en una caja de ancho d. Cada nivel
está N veces degenerado simplemente porque la partícula
puede encontrarse en cualquiera de las N cajas.

De hecho, a cada banda corresponden N estados, tendiendo


(si N  1) a un continuo de energías discretas, como veremos a
continuación. Definimos el operador T de traslaciones discretas
por una cierta distancia d, a saber

T ψ(x) ≡ ψ(x + d) = tψ(x) (2.80)

donde t es el valor propio de dicho operador. Esto ocurre pues


es fácil comprobar que T conmuta con H y por tanto tendrá

65
Potenciales y barreras unidimensionales

funciones propias comunes. Sin embargo, como T no es hermi-


tiano su valor propio t no es necesariamente real. Sin pérdida de
generalidad, escribimos entonces

t ≡ eikd y ψ(x) ≡ eikx v(x) (2.81)

y averiguaremos qué son el parámetro real k y la función v(x).


De (2.80) y (2.81) tenemos que

eikd eikx v(x) = ψ(x + d) = eikx eikd v(x + d) (2.82)

de modo que v(x) = v(x + d). Es decir, la función v(x) tiene


periodo d (teorema de Floquet). Pero además, cerrando en sí la
cadena de potenciales y exigiendo que ψ(x) sea monovaluada
tendremos
ψ(x) = ψ(x + N d) = eikN d ψ(x)

de donde
eikN d = 1 (2.83)

es decir
2πl
k= l = 0, ±1, ±2, . . . (N valores).
Nd
En otras palabras, si definimos los N números de onda k =
2πl/N d, podemos caracterizar con ellos los N estados de cada
banda como
ψk (x) = eikx vk (x) (2.84)

donde k toma los N valores 0, ±2π/N d, ±4π/N d, . . .. Las fun-


ciones (2.84) se llaman funciones de onda de Bloch. Pero además,
de la figura 2.12 observamos que para un valor dado de φ o de
k tal que −1 ≤ cos kd ≤ 1 existen un número infinito de bandas
de energía que podemos etiquetar con el índice n = 1, 2, . . . que
se refiere al número de banda. Así, en vez de (2.85) tendremos
ψnk (x) = eikx vnk (x) como las funciones propias y Enk como las
energías propias de (2.72).

66
El oscilador armónico

2.7. El oscilador armónico

Cualquier fondo de potencial liso puede ser desarrollado al-


rededor de su mínimo (por comodidad colocado en x = 0, donde
V 0 (0) = 0) en serie de Taylor
V (x) = V (0) + 21 x2 V 00 (0) + · · · . (2.85)
Podemos también colocar la altura del potencial de modo que
V (0) = 0. Llamando a la constante V 00 (0) ≡ mω 2 , hemos defi-
nido el problema de una partícula de masa m que se encuentra
sujeta a una fuerza de Hooke −mω 2 x, es decir, en un potencial
de oscilador armónico. La ecuación de Schrödinger a resolver es
~2 ∂ 2
 
1 2 2
− + mω x ψ(x) = Eψ(x). (2.86)
2m ∂x2 2
Podemos hacer que la energía E y la distancia x no tengan
dimensiones, dividiendo la primera entre ~ω/2 y la segunda entre
una longitud x0 que determinaremos. Llamando ξ ≡ x/x0 y  ≡
2E/~ω, encontramos que debemos tener x0 = (~/mω)1/2 . La
ecuación (2.86) se reduce entonces a
ψ 00 (ξ) + ( − ξ 2 )ψ(ξ) = 0 (2.87)
2
y, como para ξ  1 esta ecuación tiene por solución finita e−ξ /2 ,
podemos separarla explícitamente y definir una función u(ξ) da-
da por
2
ψ(ξ) ≡ e−ξ /2 u(ξ). (2.88)
Al sustituir (2.88) en (2.87) se encuentra que u(ξ) debe satisfacer
u00 (ξ) − 2ξu0 (ξ) + ( − 1)u(ξ) = 0. (2.89)
Esta es conocida como la ecuación diferencial de Hermite. In-
tentemos encontrar una solución regular de (2.89) por el método
de Frobenius. Esto consiste en suponer que existe un desarrollo
en serie de potencias convergente

X
u(ξ) = ck ξ k . (2.90)
k=0

67
Potenciales y barreras unidimensionales

Sustituyendo en (2.89) tendremos



X ∞
X ∞
X
k(k − 1)ck ξ k−2 − 2 kck ξ k + ( − 1) ck ξ k = 0. (2.91)
k=0 k=0 k=0

Ésta, tras un cambio de variable en la primera suma dada por


k = l + 2 y llamando nuevamente k al índice mudo resultante l,
equivale a

X
[(k + 1)(k + 2)ck+2 − 2kck + ( − 1)ck ] ξ k = 0. (2.92)
k=0

Por lo tanto se tiene la relación de recurrencia


2k + 1 − 
ck+2 = ck (2.93)
(k + 1)(k + 2)
que determina a partir de c0 los coeficientes c2 , c4 , etc. y a par-
tir de c1 los coeficientes c3 , c5 , etc. Nótese que tendremos o un
caso o el otro, pero nunca ambos pues, como V (x) = V (−x)
entonces H(x) = H(−x) y las soluciones tendrán paridad defi-
nida. De (2.93) vemos que si k crece sin límite y k  1, entonces
ck+2 /ck → 2/k. Esto indica un comportamiento de la u(ξ) del
2
tipo eξ (para ξ  1), pues
∞ 2l
2
X ξ X ξk
eξ = = (2.94)
l! (k/2)!
l=0 k=0,2,4,...

lleva a la razón
ck+2 (k/2)! 2
= −→ .
ck [(k + 2)/2]! k1 k

2
Sin embargo, esto haría que ψ(ξ) → eξ /2 cuando ξ  1, lo
cual impediría localizar a la función de onda, es decir, la función

68
El oscilador armónico

no sería cuadráticamente integrable. En consecuencia, existe un


valor de k máximo, digamos k = n en (2.93), que hace que (2.90)
se reduzca a un polinomio en vez de una serie infinita, de modo
que cn+2 = cn+4 = · · · = 0. Entonces
 = 2n + 1 n = 0, 1, 2, . . . . (2.95)
que a su vez implica que las energías permitidas son únicamente
los valores
En = n + 21 ~ω

n = 0, 1, 2, . . . . (2.96)
Estas energías (salvo el término ~ω/2) coinciden con las energías
posibles postuladas por Planck en 1900 para explicar la radiación
de cuerpo negro como proveniente de los átomos oscilantes en
las paredes de una caja negra incandescente.
Ejercicio 2.12. a) Encontrar, por el método de Frobenius, que el es-
pectro del átomo de hidrógeno en una dimensión
~2 ∂ 2 e2
 
− − − E ψ(x) = 0
2m ∂x2 |x|
está dado por la fórmula de Bohr
me4
E=− n = 1, 2, . . . .
2~2 n2
b) Esbozar el potencial y los primeros cuatro niveles ligados. 

Para construir las funciones propias, en vez de fijar el valor de


c0 (o bien c1 ) y luego usar (2.93) para determinar los coeficientes
restantes, fijemos al inicio el último coeficiente en (2.90) con el
valor
cn = 2n . (2.97)
Esto da
n(n − 1)
u(ξ) = (2ξ)n − (2ξ)n−2
1!
n(n − 1)(n − 2)(n − 3)
+ (2ξ)n−4 − · · · (2.98)
2!
≡ Hn (ξ) = (−1)n Hn (−ξ) (2.99)

69
Potenciales y barreras unidimensionales

donde Hn (ξ) son los polinomios de Hermite. Estos también pue-


den generarse mediante la llamada fórmula de Rodrigues

2 dn −ξ2
Hn (ξ) = (−1)n eξ e . (2.100)
dξ n

Ejercicio 2.13. Demuéstrese la equivalencia de (2.100), (2.99) y (2.93).




Una tercera definición de los polinomios de Hermite (2.99) se


obtiene de la forma siguiente. A partir del desarrollo de Taylor
∞ n  n 
−(ξ−s)2
X s ∂ −(ξ−s)2
e = e
n! ∂sn s=0
n=0
∞ ∞
X (−1)n sn ∂ n −ξ2 −ξ 2
X Hn (ξ)
= e = e sn (2.101)
n! ∂ξ n n!
n=0 n=0

donde en el último paso se usó (2.100), la llamada función ge-


neratriz de los polinomios de Hermite es

2
X Hn (ξ)
e2sξ−s = sn . (2.102)
n!
n=0

Las funciones propias normalizadas ψn (x) correspondientes a los


valores propios (2.96) serán, por tanto
2 /2
ψn (x) = Cn Hn (x/x0 )e−(x/x0 ) n = 0, 1, 2, . . .
p
x0 ≡ ~/mω. (2.103)

La constante Cn se determina pidiendo la normalización de los


estados
Z ∞ Z ∞
2
1= dxψn∗ (x)ψn (x) = x0 |Cn |2 dξe−ξ Hn2 (ξ)
−∞ −∞
Z ∞ n
d 2
= (−1)n x0 |Cn |2 dξ Hn (ξ) n e−ξ (2.104)
−∞ dξ

70
Degeneración de niveles

donde se empleó (2.100). Integrando por partes n veces y notan-


do que los valores a la frontera son cero, tenemos que

dn
Z
2 2
1 = x0 |Cn | dξe−ξ Hn (ξ). (2.105)
−∞ dξ n

Como la derivada n-ésima es simplemente 2n n! y la integral que



resta vale π, se tiene

1
Cn = p √ . (2.106)
n
2 n! πx0

Ejercicio 2.14. a) Usando la misma técnica que se usó para deducir


(2.106), demostrar que las funciones propias (2.103) son ortonormales,
es decir, son tales que
Z ∞
dx ψn∗ (x)ψm (x) = δn,m . (2.107)
−∞

[Sugerencia: Use (2.100), primero para Hm y luego para Hn , argu-


mentando de este modo que dl Hk (ξ)/dξ l = 0 si l > k.] b) Dibujar los
niveles de energía (2.96) así como las funciones de onda de los cinco
estados más bajos. 

Ejercicio 2.15. a) Aprovechando lo deducido para el potencial


mω 2 x2 /2 (−∞ < x < ∞), encontrar el espectro de una partícula
en el potencial
(
∞ x < 0,
V (x) = 1 2 2
2 mω x x > 0.

b) Dibujar las funciones de onda de los primeros cuatro niveles. 

2.8. Degeneración de niveles

Salvo casos muy especiales, como el de pozos de potencial


múltiples desconectados de los que hemos visto dos ejemplos,
en una dimensión los estados propios ligados de la ecuación de
Schrödinger no están degenerados. Supongamos que existen dos

71
Potenciales y barreras unidimensionales

estados propios ψ1 y ψ2 correspondientes a la misma energía E.


Estos satisfacen
2m
ψ100 (x) + 2 [E − V (x)]ψ1 (x) = 0 (2.108)
~
2m
ψ200 (x) + 2 [E − V (x)]ψ2 (x) = 0. (2.109)
~
Multiplicando la primera ecuación por ψ2 (x) y la segunda por
ψ1 (x), restando la segunda de la primera tenemos de inmediato
que
0 = ψ100 ψ2 − ψ200 ψ1 = (ψ10 ψ2 )0 − (ψ20 ψ1 )0 . (2.110)
Al integrar queda
(ψ10 ψ2 ) − (ψ20 ψ1 ) = constante (2.111)
donde la constante de integración debe ser cero pues el miembro
izquierdo, independiente de x, evaluado en x = ∞, da cero para
un estado ligado. Dividiendo ahora (2.111) entre ψ1 ψ2 se tiene
la forma integrable
ψ10 ψ0
= 2 ln ψ1 = ln ψ2 + ln C ψ1 = Cψ2 . (2.112)
ψ1 ψ2
De esto concluimos que ψ1 no es lineamente independiente de ψ2
y por lo tanto no hay degeneración. Nótese, sin embargo, que la
conclusión es válida únicamente si el producto ψ1 ψ2 no se anula,
como ocurrió, por ejemplo en el caso especial P 2 = ∞ de (2.80).
Como aplicación de este resultado consideremos la demostra-
ción de que los estados propios de un hamiltoniano par, es decir
con V (x) = V (−x), son pares e impares, resultado que hemos
utilizado en otras ocasiones. Piénsese en la ecuación de Schrö-
dinger en ψ(x), V (x) y en ψ(−x), V (−x) = V (x). Es evidente
que
ψ(x) = λψ(−x) = λ2 ψ(x) (2.113)
donde la segunda igualdad resulta de cambiar en la primera x
por −x y sustituir en la primera ecuación. Por lo tanto, λ2 = 1,
o bien, λ = ±1, es decir
ψ(x) = ±ψ(−x). (2.114)

72
Degeneración de niveles

La degeneración de estados aparecerá a partir de dos dimen-


siones. Considérese el oscilador armónico bidimensional
~2
 2
∂2


H =− + + V (x) + V (y) = Hx + Hy
2m ∂x2 ∂y 2
1 1
V (x) = mω 2 x2 V (y) = mω 2 y 2 . (2.115)
2 2
La solución ψ(x, y) se obtiene proponiendo la separación de va-
riables en coordenadas cartesianas, ψ(x, y) = ψ1 (x)ψ2 (y), de tal
modo que

Eψ1 (x)ψ2 (y) = (Hx + Hy )ψ1 (x)ψ2 (y) = (E1 + E2 )ψ1 (x)ψ2 (y)
Ei = ni + 21 ~ω

i = 1, 2 ni = 0, 1, 2, . . . .
(2.116)
La energía total será entonces

En1 n2 = (n1 + n2 + 1)~ω n1 , n2 = 0, 1, 2, . . . (2.117)

y diferentes conjuntos de la pareja (n1 , n2 ) dan lugar a la mis-


ma energía. La degeneración g de los primeros cinco niveles del
sistema se indica en la tabla 2.1.

En1 n2 /~ω − 1 (n1 , n2 ) g


0 (0, 0) 1
1 (0, 1) (1, 0) 2
2 (0, 2) (2, 0) (1, 1) 3
3 (0, 3) (3, 0) (1, 2) (2, 1) 4
4 (0, 4) (4, 0) (2, 2) (1, 3) (3, 1) 5

Tabla 2.1

Por un razonamiento análogo, en tres dimensiones las ener-


gías propias serán

En1 n2 n3 = n1 + n2 + n3 + 32 ~ω

n1 , n2 , n3 = 0, 1, 2, . . . .
(2.118)

73
Potenciales y barreras unidimensionales

Es fácil ver que para n = n1 + n2 + n3 = 0 la degeneración


será g = 1; para n = 1, g = 3; para n = 2, g = 6; etc. En
general, como el estado de energía (n+1/2)~ω se caracteriza por
el triplete de enteros no negativos (n1 , n2 , n − n1 − n2 ), donde
n2 = 0, 1, 2, . . . , n − n1 , hay n − n1 + 1 modos de obtener la suma
n = n1 + n2 + n3 . Por lo tanto
n
X n
X n
X n
X
g(n) = (n − n1 + 1) = n 1− n1 + 1
n1 =0 n=0 n1 =0 n1 =0
= n(n + 1) − 21 n(n + 1) + (n + 1) = 12 (n + 1)(n + 2).
(2.119)

Ejercicio 2.16. Esbozar los primeros seis niveles de energía de una


partícula en una caja cúbica de paredes impenetrables, indicando el
grado de degeneración de cada nivel. 

74
3

EL OSCILADOR ARMÓNICO Y SUS APLICACIONES

3.1. Completez del conjunto de funciones del oscilador

Como paso previo al estudio de varias de las aplicaciones fí-


sicas del oscilador armónico, demostraremos que sus funciones
propias (2.103) forman un conjunto completo, es decir, que sa-
tisfacen
p la relació n de cerradura (1.73). Recordando que x0 ≡
~/mω, ξ ≡ x/x0 y usando la fórmula de Rodrígues (2.100),
las funciones propias ortonormales son

2 /2
n eξ ∂ n −ξ2
ψn (x) = (−1) p √ e n = 0, 1, 2, . . . .
2n n! π x0 ∂ξ n
(3.1)
Empleando la identidad (1.114) para expresar la última función
gaussiana como una integral, tenemos que

Z ∞
∂ n −ξ2 ∂n 1 2
e = √ dt e−t /4−iξt (3.2)
∂ξ n ∂ξ n 2 π −∞

(−i)n ∞
Z
2
= √ dt tn e−t /4−iξt . (3.3)
2 π −∞

75
El oscilador armónico y sus aplicaciones

Entonces, utilizando (3.1) y (3.2), se puede escribir


X∞
ψn∗ (x) ψn (x0 ) (3.4)
n=0
2 02 ∞ Z ∞ Z ∞
e−(ξ +ξ )/2 X 1 2 2 0
= 3/2 n
ds dt e−(s +t )/4−iξt+iξ s (st)n
4π x0 n=0 2 n! −∞ −∞
(3.5)
−(ξ 2 +ξ 02 )/2 ∞ ∞ ∞
(2uv)n
Z Z
e 2 +v 2 ) 0
X
= du dv e−(u e−i(2vξ−2uξ )
π 3/2 x0 −∞ −∞ n=0
n!
(3.6)
donde en el último paso se hicieron los cambios de variable s ≡
2u , t ≡ 2v y se intercambió el orden de las integrales y suma.
La última suma en (3.3) no es más que e2uv , de modo que las
integrales se reducen a
Z ∞ Z ∞
2 0
du dv e−(u−v) ei(2uξ −2vξ) (3.7)
−∞ −∞
Z ∞ Z ∞
2 0 0
=2 ds dt e−(2t) e2i[(ξ+ξ )t−(ξ−ξ )s]
−∞ −∞
(3.8)
luego de hacer los cambios u ≡ s + t, v ≡ s − t y du dv = 2ds dt.
Finalmente, llamando 2s ≡ z y 2t ≡ y en las últimas integrales,
(3.3) se transforma en

X
ψn∗ (x) ψn (x0 ) = δ(x − x0 ) (3.9)
n=0

con lo cual queda demostrada la completez.


Ejercicio 3.1. Justificar (3.5) a partir de (3.4) y (3.3). [Sugerencia: la
integral sobre z da 2πδ(ξ − ξ 0 ).] 

3.2. Segunda cuantización

Aparte de las representaciones espacial y momental de la


función de onda, existe una tercera llamada energética o de se-

76
Segunda cuantización

gunda cuantización, que ilustraremos ahora para una partí cula


en el potencial de oscilador armónico. Recordando la relación de
conmutación [p, x] = ~/i, notemos que

p2 1
H= + mω 2 x2
2m 2
1
= [(ip + mωx)(−ip + mωx) − m~ω] (3.10)
2m
1
= [(−ip + mωx)(ip + mωx) + m~ω] (3.11)
2m
donde las dos formas de factorizar el Hamiltoniano son igual-
mente v álidas. Escribiendo la ecuación de Schrödinger en la
forma
H |Ei = E |Ei (3.12)
y notando que, usando (3.6) y (3.7),

H(±ip + mωx) | Ei (3.13)


1
= [(±ip + mωx)(∓ip + mωx) ∓ m~ω](±ip + mωx) | Ei
2m
(3.14)
1
= (±ip + mωx) [(∓ip + mωx)(±ip + mωx) ∓ m~ω] | Ei
2m
(3.15)
= (±ip + mωx)(H ∓ ~ω) | Ei = (E ∓ ~ω)(±ip + mωx) | Ei ,
(3.16)

obtenemos como resultado que el estado (±ip + mωx) | Ei es


estado propio de H con valor propio (E ∓ ~ω). Es decir, hemos
reducido o aumentado la energía E en un cuanto de energía ~ω
al aplicar esos dos operadores. Por esto, definimos los operadores
de descenso y de ascenso como
1
a≡ √ (ip + mωx) (3.17)
2m~ω
1
a† ≡ √ (−ip + mωx) (3.18)
2m~ω

77
El oscilador armónico y sus aplicaciones

respectivamente (también llamados de aniquilación y creación).


Es directo ver ahora que el Hamiltoniano puede expresarse en la
forma sucinta
   
H = a† a + 21 ~ω = aa† − 12 ~ω (3.19)

si tomamos en cuenta las definiciones (3.10) y (3.11) en (3.6)


y (3.7). Además, por la relación de conmutación [p, x] = ~/i
podemos establecer que los nuevos operadores a y a† satisfacen

[a, a† ] = 1. (3.20)

Ejercicio 3.2. Usando [p, x] = ~/i demostrar (3.13). 

Dado el carácter del operador a de descenso y la existencia de


un estado base (de energía mínima) del sistema, que llamaremos
|E0 i, se tiene que
a |E0 i = 0. (3.21)
Por lo tanto, como
 
H |E0 i = a† a + 12 ~ω |E0 i = 1
2 ~ω |E0 i (3.22)

debe ser igual a E0 |E0 i, deducimos que


1
E0 = 2 ~ω. (3.23)

En forma análoga, usando la propiedad (3.9) y la primera igual-


dad en (3.12), se concluye que el estado con n cuantos |En i
satisface
 
H | En i = a† a + 12 ~ω | En i = En | En i = n + 21 ~ω | En i


(3.24)
1

En = n + 2 ~ω.

Simplificando la notación de manera que | En i ≡ | ni (n =


0, 1, 2, . . .), vemos que

N ≡ a† a, con N | ni = n | ni (3.25)

78
Segunda cuantización

es un operador de número cuyo valor propio es el número de


cuantos de energía en el estado propio | ni. Supongamos que
estos estados | ni están ortonormalizados, es decir

hn| mi = δnm . (3.26)

Nuevamente, de la propiedad (3.9) tenemos que

a† | ni = Cn | n + 1i (3.27)
h n| a = Cn∗ h n + 1| (3.28)

donde Cn es una función constante que depende de n, en general


compleja, y la última ecuación es la transpuesta conjugada de
la primera. El producto escalar de (3.21) con (3.20) será

h n| aa† | ni = ~Cn 2 hn + 1| n + 1i = ~Cn 2 (3.29)


pero tambíen h n| a† a + 1 | ni = n + 1, (3.30)

donde en la primera igualdad usamos (3.13) y en la última (3.18).


Se sigue por lo tanto que

Cn = n + 1 (3.31)

y con

a† | ni = n + 1 | n + 1i (3.32)

a | ni = n | n − 1i . (3.33)

La ecuación (3.25) se demuestra en forma análoga a la ecuación


(3.24). En general, es fácil comprobar a partir de (3.24) que

1
| ni = √ (a† )n | 0i . (3.34)
n!
Ejercicio 3.3. (a) Expresar (3.14) como una ecuación diferencial en
la representación espacial, usando (3.10); resolverla para encontrar
hx| E0 i. (b) Establecer las ecuaciones (3.25) siguiendo los mismos mé-
todos que se usaron para llegar a (3.24) y (3.26). 

79
El oscilador armónico y sus aplicaciones

Sumando ahora (3.10) y (3.11) podemos escribir la coorde-


nada x como r
~  † 
x= a +a (3.35)
2mω
y, usando (3.24) y (3.25), expresar su elemento de matriz en la
forma cerrada
r
~  √ √ 
h m| x | ni = δm,n+1 n + 1 + δm,n−1 n . (3.36)
2mω
Como aplicación de la ecuación (3.28), determinemos el valor
esperado de la
P∞ energía potencial V (x) = mω 2 x2 /2 en el estado
n. Dado que m=0 | mi h m| = 1 expresa la completez de la base
de funciones, tenemos que

X
h n| x2 | ni = h n| x | mi h m| x | ni (3.37)
m=0
= h n| x | n − 1i h n − 1| x | ni (3.38)
+ h n| x | n + 1i h n + 1| x | ni (3.39)
~ ~
= [n + (n + 1)] = (2n + 1) . (3.40)
2mω 2mω
Esto permite escribir

h n| V | ni = h n| 12 mω 2 x2 | ni = 1 1 1

2 n+ 2 ~ω ≡ 2 En (3.41)

que concuerda con el resultado (1.144) del teorema virial.

3.2.1. Cadena lineal de masas: fonones


Se dice que uno de los propósitos de la carrera científica de
Landau fue encontrar la transformación de coordenadas apro-
piada a sistemas de muchos cuerpos en interacción fuerte, que
los redujera a sistemas no interactuantes. Esto se logra en de-
terminados ejemplos, que por desgracia son muy pocos, dando
lugar al concepto de las cuasipartículas (que no interactúan o,
si lo hacen, interactúan muy débilmente). En esta y la próxima

80
Segunda cuantización

sección veremos dos casos: la cadena lineal cuántica de masas


que interactú an entre primeros vecinos con fuerzas de Hooke
(es decir, potenciales de oscilador armónico), y el campo electro-
magnético tratado cuá nticamente. En el primer caso aparecen
las cuasipartículas llamadas fonones y en el segundo surgen los
fotones. En ambos casos se trata de un gas ideal, es decir, sin
interacciones. Consideremos el sistema lineal de N masas, cuyos
puntos de equilibrio son los lugares l = 0, a, 2a, . . . , N a ≡ L que
están conectadas entre s í con resortes. El Hamiltoniano será
Na Na
1 X 2 g X
H= pl + (ul − ul+a )2 (3.42)
2m 2
l=0,(a) l=0,(a)

siendo ul el desplazamiento de la posicion de equilibrio de la


part ícula l. Imponemos la regla de cuantización

~
[pl , ul0 ] = δll0 (3.43)
i

entre los operadores hermitianos pl = pl † y ul = ul † . Además


suponemos que la condición a la frontera est á dada por

ul = ul+N a . (3.44)

Esto cierra la cadena en sí misma. Definamos las descomposicio-


nes de Fourier
1 X ikl
Uk ≡ √ e ul (3.45)
N l
1 X −ikl
Pk ≡ √ e pl . (3.46)
N l

La condición (3.33) permite escribir (3.34) como

1 X ikl 1 X ikl0 −ikN a


Uk = √ e ul = √ e e ul0 (3.47)
N l N l0

81
El oscilador armónico y sus aplicaciones

que implica

e−ikN a = 1, es decir kN a = 2πn


n = 0, ±1, ±2, . . . , N valores. (3.48)

Las transformadas inversas a (3.34) y (3.35) deben ser entonces


( )
X 0 1 X X 0 1
e−ikl Uk = √ eik(l−l ) ul ≡ √ ul0 , (3.49)
k
N l k
N
( )
X 0 1 X X −ik(l−l0 ) 1
eikl Pk = √ e pl ≡ √ pl0 . (3.50)
k
N l k
N

Aquí los paréntesis valen N δll0 en el límite N → ∞ ya que, por


(3.37),
Z π/a
X
ik(l−l0 ) Na 0
e −→ dk eik(l−l )
N →∞ 2π −π/a
k
sin [π(l − l0 )/a]
=N = N δll0 . (3.51)
π(l − l0 )/a
Haciendo que el índice l = 0, a, 2a, . . . , N a tome P
el lugar del í
0
ndice k en la ecuación (3.39), tenemos además que l ei(k−k )l =
N δkk0 . Podemos entonces deducir, de (3.32), (3.34) y (3.35), que
~
[Pk , Uk0 ] = δkk0 , [Uk , Uk†0 ] = 0 = [Pk , Pk†0 ] (3.52)
i
donde las últimas dos igualdades se cumplen debido a que los
operadores originales p†l = pl y u†l = ul (hermiteanos) satisfacen
entonces [ul , u†l0 ] = 0 = [pl , p†l0 ]. Usando estas dos relaciones de
hermiticidad con (3.34) y (3.35) se deduce que Pk , Uk no son
hermiteanos puesto que

Pk† = P−k , Uk† = U−k . (3.53)

Las transformaciónes {pl , ul } → {Pk , Uk }, que preservan las re-


laciones de conmutación, se llaman transformaciones canónicas.

82
Segunda cuantización

Reescribiendo nuestro Hamiltoniano (3.31) en la forma equiva-


lente,

1 X † gX †
H= pl pl + (ul − u†l+a )(ul − ul+a ) (3.54)
2m 2
l l

sustituyendo (3.38), y sumando sobre l, llegamos a la expresión


 
1X 1 †
H= Pk Pk + G(k)Uk† Uk , (3.55)
2 m
k
G(k) ≡ 2g(1 − cos ka) ≡ mωk2 . (3.56)

Ejercicio 3.4. Justificar las ecuaciones (3.40), (3.41) y (3.43). 

p
Llamemos ωk ≡ G(k)/m y definamos ahora los operadores

1 n o
ak ≡ √ Pk − imωk Uk† , (3.57)
2m~ωk
1 n o
a†k ≡ √ Pk† + imωk Uk . (3.58)
2m~ωk

Los conmutadores entre estos operadores son

[ak , a†k0 ] = δkk0 , [ak , ak0 ] = 0 = [a†k , a†k0 ]. (3.59)

Como vemos, esto resulta una generalización de las relaciones


de conmutación (3.13). Usando (3.41), (3.44) y (3.45) en (3.43),
y notando que ωk = ω−k , llegamos finalmente a reducir el Ha-
miltoniano a X † 
H= ak ak + 12 ~ωk . (3.60)
k
P P
donde se usó el hecho de que k ωk Pk Uk = k ω−k P−k U−k .
Esto es una clara generalización de la ecuación (3.12) al caso de
N modos normales o cuasipartículas no interactuantes, en las
cuales hemos descompuesto en nuestra red unidimensional de N
masas interactuantes. Estas cuasipartículas no interactuantes se

83
El oscilador armónico y sus aplicaciones

ωk

p
2 g/m

−π/a π/a k
O

Figura 3.1

llaman fonones. Su relación de dispersión,


r r
G(k) 2g
ωk ≡ = (1 − cos ka) (3.61)
m m
r r
g 1
 g
=2 sin 2 |ka| −→ a|k|, (3.62)
m k→0 m

es bien distinta de la relación ωk = ~k 2 /2m de una part ícula


libre de masa m. La relación (3.47) se ilustra en la figura 3.1 y,
para k → 0, es típica de corpúsculos sin masa como los fotones.
Para éstos
E 2 = (p2 c2 + m20 c4 ) −→ p2 c2
m0 →0

da lugar a E = ~ω = pc = ~kc o bien, ω = ck. La velocidad de


grupo para ondas de longitud infinita por (3.47) dará
r
∂ωk g
vg = = a
∂k k=0 m

y coincide aquí con la velocidad de fase correspondiente dada


por r
ωk g
vϕ = = a.
k k=0 m

Esto difiere del resultado (1.116) para un paquete de onda que


describe una partícula material con vg = 2vφ . Las ondas, por
tanto, no son otra cosa que ondas sonoras que se propagan a

84
Segunda cuantización

través de la red de masas. Finalmente, los estados propios del Ha-


miltoniano (3.46) serán simples productos | n1 i | n2 i | n3 i · · · | nk i · · · ≡
|n1 n2 n3 · · · nk · · · i de las funciones propias (3.17), una para cada
modo posible. La ecuación de Schr ödinger será entonces

H | n1 n2 · · · nk · · · i = En1 n2 ···nk ··· | n1 n2 · · · nk · · · i . (3.63)

A diferencia de las representaciónes espacial y momental, es-


ta representación (especificada con los números nk de cuantos
que ocupan el k-ésimo modo normal) es la llamada representa-
ción energética (de segunda cuantización o de números de ocu-
pación).

3.2.2. Campo electromagnético: fotones


Consideremos ahora el campo electromagnético clásico ca-
racterizado por dos vectores E (campo eléctrico) y H (campo
magnético ), que depende del tiempo t y de la posició n r en el
espacio. Estos a su vez son derivables de un campo de potencial
vectorial A(r, t) a través de
1 ∂
E=− A H=∇×A (3.64)
c ∂t
donde el campo vectorial A satisface la ecuación de ondas y la
condición de transversalidad, a saber,

1 ∂2
 
2
∇ − 2 2 A(r, t) = 0, ∇ · A(r, t) = 0. (3.65)
c ∂t
La energía total del campo será
Z Z  
1 3 2 2 1 3 1 . 2 2
E= d r (E + H ) = d r 2 ( A ) + (∇ × A)
8π 8π c
(3.66)
donde en el último paso se sustituyó la ecuación (3.49). Por otro
lado, el impulso lineal total del campo será
Z
1
P= d3 r E × H. (3.67)
4πc

85
El oscilador armónico y sus aplicaciones

Podemos escribir la solución más general de la ecuación (3.50),


dentro de una caja cúbica de volumen V = L3 , como la expresión
evidentemente real
r
4πc2 X
 
i(k·r−ωt) ∗ −i(k·r−ωt)
A(r, t) = êk,σ qk,σ e + qk,σ e
V
k,σ
(3.68)
= A∗ (r, t). (3.69)

Aquí el índice σ = 1, 2 se refiere a las dos direciones trans-


versales de polarización êk,σ (perpendiculares a la dirección de
propagación a lo largo del vector k, es decir, êk,σ · k = 0 y

êk,σ · êk,σ0 = δσσ0 ), en tanto que las qk,σ , qk,σ son amplitudes.
Luego, podemos imponer condiciones a la frontera periódicas a
lo largo de cada dirección cartesiana (i = 1, 2, 3), a saber

eiki xi = eiki (xi +L) , ki L = 2πni , ni = 0, ±1, ±2, . . . ,


(3.70)

k= n, n = (n1 , n2 , n3 ). (3.71)
L
Finalmente, notamos que ω = pc/~ = kc ≡ ωk ; la energía (3.51),
por lo tanto, se reducirá a

c2 X
Z
E=− d3 r
2V 0 0
k,σ,k ,σ
hω ω 0 i
k k 0
× (êk,σ · ê 0
k ,σ 0 ) + (k × êk,σ ) · (k × ê 0
k ,σ 0 )
c2
h i

× qk,σ ei(k·r−ωk t) − qk,σ e−i(k·r−ωk t) (3.72)
h 0 0 0 0
i
× qk0 ,σ0 ei(k ·r −ωk0 t) − qk∗ 0 ,σ0 e−i(k ·r −ωk0 t)
X
∗ ∗
= ωk2 (qk,σ qk,σ + qk,σ qk,σ ) (3.73)
k,σ

86
Segunda cuantización

donde en el último paso se usó

Z ∞
d3 r eik·r = V δk,0 (3.74)
−∞

que representa la generalización de (3.39) a tres dimensiones.


Abreviemos los números cuánticos (k, σ) ≡ k. Defí nase las com-
binaciones lineales

iωk (qk∗ − qk ) ≡ Pk , (3.75)


qk∗ + qk ≡ Qk , (3.76)

e impóngase a estas nuevas variables las reglas de conmutación


,

~
[Pk , Qk0 ] = δkk0 , (3.77)
i
[Qk , Qk0 ] = 0 = [Pk , Pk0 ]. (3.78)

Esto equivale a cuantizar la energía (3.56), que ahora quedar á


representada por el operador
X X
2
H= 1
2 (Pk + ωk2 Q2k ) ≡ Hk , (3.79)
k k

que describe un número infinito de osciladores desacoplados de


masa m = 1. Notemos además que las antiguas amplitudes qk
y qk∗ (que ahora son operadores) satisfacen, por (3.58) y (3.59),
las reglas

~
[qk , qk∗0 ] = δkk0 , [qk , qk0 ] = 0 = [qk∗ , qk∗0 ]. (3.80)
2ωk

Esto permite ver que, mediante las redefiniciones


s s
~ ~ †
qk ≡ ak , qk∗ ≡ a (3.81)
2ωk 2ωk k

87
El oscilador armónico y sus aplicaciones

tendríamos exactamente las relaciones (3.45); el Hamiltoniano


H dado en (3.56) se volvería, en analogía con (3.46),
X † 
H= ak ak + 21 ~ωk (3.82)
k

con valor propio total


X
nk + 21 ~ωk

E= nk = 0, 1, 2, . . . . (3.83)
k

El número nk será el número de fotones presentes en el campo


con vector de onda k y polarización σ. Este campo se describe
ahora por los estados propios del operador en (3.63), designados
por
| n1 , n2 , . . . , nk , . . .i . (3.84)
Ejercicio 3.5. Partiendo de (3.52), (3.53) y usando en estas ecuaciones
las relaciones de cuantización (3.62) y (3.45), deducir que el valor
propio del operador P será
X
~k nk,σ + 12

(3.85)
k,σ

ilustrando así que los fotones tienen impulso lineal ~k. 

Dado el prinicipio de correspondencia de Bohr podemos pre-


ver, sin embargo, que la descripción clásica (es decir ondulatoria,
no cuantizada) será adecuada si el número de fotones en un vo-
lumen λ̄3 es muy grande, o sea, si
nk 3
λ̄  1 (3.86)
V
donde λ̄ ≡ λ/2π, siendo λ la longitud de onda. Por ejemplo, el
número de fotones en un volumen λ̄3 a una distancia de 8 km de
una transmisora de radio de frecuencia modulada que irradia a
98.7 Mhz (λ̄ ' 48 cm) con un potencial de 135, 000 W será del
orden de 1017 , haciendo que la descripción clásica del fenómeno
sea buena.

88
Estados coherentes

3.3. Estados coherentes

Deduciremos aquí la densidad de probabilidad |Ψ(x, t)|2 de


un paquete de ondas correspondiente a una partícula de masa m
que se encuentra en un potencial de oscilador armónico V (x) =
mω 2 x2 /2. Como condición a la frontera pedimos que al tiempo
t = 0 el paquete sea el “minimal” dado por
r
1 −(x−a)2 /2x20 ~
Ψ(x, 0) = p √ e x0 ≡ (3.87)
x0 π mω

es decir, una curva gaussiana de ancho x0 y desplazada del origen


por una cierta cantidad. Utilizando (1.123) con la función de
Green (1.124), en la cual
2 /2x2
1
ψn (x) = Nn e−x

En = n + 2 ~ω, 0 Hn (x/x0 ), (3.88)
1
Nn = p √ , (3.89)
n
2 n! x0 π

se obtiene

X
Ψ(x, t) = e−iωt/2 An ψn (x)e−inωt . (3.90)
n=0

Aquí, la amplitud An es
Z ∞
An ≡ dx ψn∗ (x)Ψ(x, 0) (3.91)
−∞
Z ∞
2 2
= π −1/4 Nn x0 −1/2 dξ Hn (ξ)e−[ξ +(ξ−ξ0 ) ]/2 (3.92)
−∞

donde ξ ≡ x/x0 y ξ0 ≡ a/x0 . La integral se puede hacer si


recordamos la función generatriz de los polinomios de Hermite
Hn (ξ), que es por (2.102)

2
X Hn (ξ)
e2sξ−s = sn . (3.93)
n!
n=0

89
El oscilador armónico y sus aplicaciones

Luego entonces
Z ∞
2 +2sξ 2 −ξξ 2
dξ e−s e−(ξ 0 +ξ0 /2)

−∞
∞ n Z ∞
X s 2 −ξξ 2
= dξ Hn (ξ)e−(ξ 0 +ξ0 /2)
(3.94)
n! −∞
n=0

2 +2sξ
debido a que T (ξ, s) ≡ e−s . Pero la primera integral, por
(1.114), no es más que

√ 2 √ 2
X (sξ0 )n
π e−ξ0 /4+sξ0 = π e−ξ0 /4 (3.95)
n!
n=0

de modo que, comparando los coeficientes de (3.74) y (3.75),


queda
2
ξ0n e−ξ0 /4
An = √ . (3.96)
2n n!
Finalmente, la ecuación (3.70) queda como

Hn (ξ) ξ0 e−iωt n
 
1 2 2
X
Ψ(x, t) = p √ e(−ξ /2−ξ0 /4−iωt/2)
x0 π n! 2
n=0
(3.97)
donde para evaluar la suma se utilizó (3.73), con el resultado
1 2 2
Ψ(x, t) = p √ e−(ξ−ξ0 cos ωt) /2 e−i[ωt/2+ξξ0 senωt−ξ0 sen(2ωt)/4] .
x0 π
(3.98)
Por lo tanto, el paquete tendrá la distribución
1 2 2
|Ψ(x, t)|2 = √ e−(x−a cos ωt) /x0 . (3.99)
x0 π

Nótese que: (i) El paquete no se dispersa ni cambia su forma


gaussiana en el tiempo, aunque su máximo oscila con frecuen-
cia ω. (ii) Si el valor del desplazamiento del paquete original
a tiende a cero al tiempo t = 0, el paquete tiende al estado

90
Osciladores en un baño térmico

fundamental de un oscilador armónico cuántico


p centrado en el
origen. (iii) Si a → ∞, el ancho x0 ≡ ~/mω del paquete se
vuelve despreciable y por lo tanto cae en el caso clásico (por el
principio de correspondencia de Planck). (iv) Podemos pregun-
tar para qué valor de n, digamos n0 , la amplitud An0 resultante
de la superposición de osciladores armónicos dada en (3.70) es
máxima. De (3.76) tenemos que

ln An = n ln ξ0 − 21 ln 2 − 12 ln n! − 41 ξ02 .

(3.100)

Para n  1, por la aproximación de Stirling, ln n! ' n ln n − n.


Por lo tanto

ln An =0 (3.101)

∂n n=n0
ξ2 mωa2
n0 = 0 = . (3.102)
2 2~
Para la energía del estado estacionario tendremos

En0 = n0 + 21 ~ω ' n0 ~ω = 12 mω 2 a2

(3.103)

que es la energía de un oscilador clásico de frecuencia natural ω,


masa m y amplitud a. Los estados dados en (3.79) son llamados
estados coherentes.
p
Ejercicio 3.6. Verificar en detalle (a) que el período T = 2π l/g de
un péndulo de masa m = 1 Kg, longitud l = 0.1 m, amplitud a = 0.01
m y g ' 10 m/seg2 es de aproximadamente 0.63 seg y que (b) el
número n0 que maximiza An es ' 1030 . 

3.4. Osciladores en un baño térmico

Hasta ahora hemos tratado exclusivamente con estados pu-


ros, es decir, con sistemas de uno o muchos cuerpos que son esta-
dos propios del operador hamiltoniano de Schr ¨odinger. Como
ejemplo de estados que son mezclas de estados puros, tenemos
los estados termodinámicos caracterizables con unas pocas va-
riables macroscópicas termodinámicas como lo son, por ejemplo

91
El oscilador armónico y sus aplicaciones

para un gas real, su presión, volúmen, temperatura y estad ística.


El promedio térmico de alguna observable A de un sistema físico
inmerso en un baño térmico que se encuentre a una temperatura
absoluta T es, de acuerdo a los principios de la mecánica estadí
stica en su formulación en términos del ensemble canónico,

hhAii ≡ Tr (Aρ) (3.104)


−1 −βH −1
ρ≡Z e β ≡ (kB T ) (3.105)
Tr ρ = 1, Z ≡ Tr (e−βH ). (3.106)

Aquí ρ es el llamado operador de densidad con el cual se calcula


el promedio té rmico; el símbolo Tr significa traza, o sea, la
suma sobre todos los valores esperados de un conjunto completo
de funciones; Z es la función de partición y kB es la constante
de Boltzmann. Notemos, en particular, que la energía promedio
esta dado como
∂Z ∂ ln Z
hhHii ≡ Z −1 Tr (He−βH ) = −Z −1 =− . (3.107)
∂β ∂β
Además

X
−1 −βH −1
hhHii ≡ Z Tr (He )=Z h ψn | He−βH | ψn i
n=0
(3.108)

X ∞
−1 X
= g(n)e−βEn g(n)En e−βEn (3.109)
n=0 n=0

donde para calcular la traza empleamos el conjunto completo de


funciones propias ψn de H, con degeneración g(n).
Ejercicio 3.7. Suponiendo que g(0) = 1, demostrar que para cualquier
operador A se satisface

hhAii −→ hAi , (3.110)


T →0

que es el valor esperado en el estado base de H, es decir, la mezcla de


estados se vuelve un estado puro: el fundamental. 

92
Osciladores en un baño térmico

Como ilustración consideremos el caso de N osciladores uni-


dimensionales desacoplados:
N
X p2i 1
H= Hi Hi ≡ + mω 2 x2i . (3.111)
2m 2
i=1

A la temperatura T del baño térmico, la función de partició n


Z del sistema será
h i X
Z ≡ Tr e−βH = h ψn1 ψn2 · · · ψnN | e−βH | ψn1 ψn2 · · · ψnN i
{ni }
(3.112)
donde ψni (xi ) es la ni -ésima función propia (2.103) de Hi . En
consecuencia vemos que
"∞ #N
X
−(n+1/2)β~ω
Z= e (3.113)
n=0
h iN
= e−β~ω/2 (1 + e−β~ω + e−2β~ω + . . .) (3.114)
" #N
e−β~ω/2
= (3.115)
1 − e−β~ω

donde se sumó la serie geométrica. Usando (3.84) tenemos in-


mediatamente que a la temperatura T ≡ 1/kB β, la energía pro-
medio por oscilador es

hhHii ~ω ~ωe−β~ω
= + (3.116)
N 2 1 − e−β~ω

−→ (3.117)
T →0 2
−→ kB T. (3.118)
T →∞

El penúltimo resultado es un ejemplo concreto de (3.86) y el


último es el resultado clásico (bien conocido) del que surge el
llamado principio de equipartición de energías, ya que en tres
dimensiones, si ponemos 3N en vez de N , tendríamos 3kB T .

93
El oscilador armónico y sus aplicaciones

hhHii/N

h̄ω/2

clásico

kB T
O

Figura 3.2

El resultado clásico (3.92) se obtiene tambien directamente del


promedio t érmico clásico:
N Z
Y ∞ Z ∞
dpi dxi He−βH
i=1 −∞ −∞
hhHiiclásico = N
. (3.119)
Y ∞
Z Z ∞
dpi dxi e−βH = N kB T
i=1 −∞ −∞

Aquí H es la función hamiltoniana correspondiente, que en nues-


tro caso tiene la forma (3.87). La figura 1.2 ilustra la forma en
que, en el límite de altas temperaturas, el promedio cuántico
(exacto) tiende al resultado cl ásico (aproximado).
Ejercicio 3.8. a) Verifique (3.93). b) Supóngase un sistema cuántico
con sólo dos niveles E1 < E2 , no degenerados. Calcule y esboce hhHii
contra la temperatura absoluta T mostrando que, cuando T → 0, el
valor esperado de la energía tiende al valor E1 , en tanto que cuando
T → ∞, éste tiende al promedio aritmético (E1 + E2 )/2. 

Como una aplicación de lo anterior, deduciremos la ley de


radiación de cuerpo negro de Planck (1900). Considérese una
cavidad incandescente, de volumen V y a una temperatura T ,
cuyas paredes se imaginan estar constituídas por átomos osci-
lantes desacoplados. El número total de modos ondulatorios de

94
Osciladores en un baño térmico

energía electromagné tica será

Z ∞
N ≡ dν N (ν) (3.120)
0

donde N (ν) es el número de modos con frecuencias entre ν y


ν +dν. Pero, si k son los posibles vectores de onda de la radiación
(que tendrá además dos posibles polarizaciones perpendiculares
a k), entonces Z Z Z
X X
N = 1= ∆n1 ∆n2 ∆n3 −→ 2 dn1 dn2 dn3
k,λ n,λ
(3.121)
 3 Z Z Z Z
L 2V
−→ 2 dk1 dk2 dk3 = d3 k
V grande 2π (2π)3
(3.122)
Z  3 Z ∞
2V V 2π
= 4π dk k 2 = dν ν 2 (3.123)
(2π)3 π2 c 0

donde usamos la relación k = 2π/λ = 2πν/c. El paso de la


suma a la integral se justifica si pensamos en el comportamiento
espacial eiki xi en cada dirección cartesiana de la radiación en
una caja cúbica de volumen V = L3 e imponemos condiciones
de contorno periódicas, es decir, eiki (xi +L) = eiki xi . Por tanto
eiki L = 1 y ki = (2π/L)ni P(ni = 0, P±1, ±2, . . .). As í,P∆ni =
(L/2π)∆kiR= 1 lo que hace ki 1 = ni ∆ni = (L/2π) ki ∆ki
→ (L/2π) dki , si L es suficientemente grande. Comparando
(3.94) con (3.96) se tiene

8πV 2
N (ν) = ν . (3.124)
c3

La energía electromagnética I(ν) por unidad de volumen, con


frecuencias entre ν y ν + dν, será para los casos clá sicos y

95
El oscilador armónico y sus aplicaciones

cuánticos, respectivamente,
(
N (ν) hhHiiclásico /N
I(ν) = (3.125)
V hhHii/N − 21 ~ω
( 2
8πν
c3
kB T (Rayleigh-Jeans)
= 8πν 2 hν (3.126)
c3 ehν/kB T −1
(Planck).

donde usamos (3.93) y (3.90). La ley de Rayleigh-Jeans diverge


a altas frecuencias en tanto que la de Planck no. Por otro la-
do, para hν/kT  1, la ecuación de Planck se reduce a la de
Rayleigh-Jeans.

96
4

EL MOMENTO ANGULAR

4.1. El problema de dos cuerpos

Consideremos ahora la ecuación de Schrödinger de dos par-


tículas, de masas m1 y m2 , cuya interacción está descrita por el
potencial V (r1 −r2 ), donde r1 y r2 son las coordenadas espaciales
respectivas. Entonces, si Etot denota la energía total del sistema,
tendremos
(Etot − H)ψ(r1 , r2 ) = 0 (4.1)
p21 p2
H≡ + 2 + V (r1 − r2 ). (4.2)
2m1 2m2
Definamos las coordenadas del centro de masa y relativas de las
dos partículas como R y r, respectivamente, es decir
m1 r1 + m2 r2
R≡ M ≡ m1 + m2 r ≡ r1 − r2 . (4.3)
M
Si derivamos con respecto al tiempo la primera ecuación tendre-
mos el impulso total P del sistema
P ≡ M Ṙ = m1 ṙ1 + m2 ṙ2 ≡ p1 + p2 . (4.4)
Llamaremos impulso relativo p a
 
p1 p2
p ≡ µṙ = µ(ṙ1 − ṙ2 ) = µ − (4.5)
m1 m2
1
donde µ es una masa constante. Para asegurar que 2 m1 ṙ1 +
1 1 1
2 m2 ṙ2 sea igual a 2 µṙ + 2 M Ṙ1 se tiene que
m1 m2 m1 m2
µ≡ ≡ (4.6)
m1 + m2 M

97
El momento angular

y es la llamada masa reducida del sistema de dos partículas. Esta


será µ = m/2 si m1 = m2 = m. Notamos, además, que la suma
de las dos energías cinéticas

P2 p2 1
+ = (p2 + p22 + 2p1 · p2 )
2M 2µ 2M 1
µ p21 p22
 
2p1 · p2
+ + −
2 m21 m22 m1 m2
 
1 2 2 m2 2 m1 2
= p + p2 + p + p
2M 1 m1 1 m2 2
p2 p2
= 1 + 2 (4.7)
2m1 2m2
es la energía cinética total del sistema. Por lo tanto, la ecuación
de Schödinger (4.1) puede escribirse en coordenadas relativas y
de centro de masa como
~2 2 ~2 2
 
− ∇R − ∇r + V (r) Ψ(r, R) = Etot Ψ(r, R) (4.8)
2M 2µ

si identificamos los operadores p1 → − ~i ∇21 ≡ (~/i)∆1 , p2 →


(~/i)∆2 , P → (~/i)∆R , y p → (~/i)∆r . Intentamos una solu-
ción por separación de las dos nuevas variables

Ψ(r, R) ≡ ψ(r)Φ(R) (4.9)

obteniendo que

~2 2 ~2 K 2
− ∇R Φ(R) = constante × Φ(R) ≡ Φ(R). (4.10)
2M 2M
Por consiguiente, la solución es

Φ(R) = eiK·R .

Definimos la energía intrínseca E por

~2 K 2
Etot ≡ +E (4.11)
2M

98
Potenciales esféricamente simétricos

de modo que queda la ecuación para el movimiento intrínseco


en las coordenadas relativas r como
 2 
~
− ∇2r + V (r) − E ψ(r) = 0. (4.12)

Vemos, pues, que el problema de dos cuerpos se ha reducido al
de un cuerpo con masa reducida µ dada por (4.6).

4.2. Potenciales esféricamente simétricos

Limitémonos ahora a casos en que la energía de interacción


entre dos partículas es central o esféricamente simétrica, o sea

V (r) ≡ V (r). (4.13)

El hamiltoniano correspondiente es entonces invariante frente a


una rotación del sistema de coordenadas, como veremos a con-
tinuación.
Considérese un punto P referido a un sistema de coordenadas
(x, y) y el mismo punto referido al sistema (x0 , y 0 ), rotado por
un ángulo θ respecto del primer sistema, como está indicado en
la figura 4.1. Es evidente que

x0 = r cos(α − θ)
= r(cos α cos θ + sin α sin θ)
= x cos θ + y sin θ
0
y = r sin(α − θ) (4.14)
= r(sin α cos θ − sin θ cos α)
= −x sin θ + y cos θ
0
z = z.

Por consiguiente
    
x0 cos θ sin θ 0 x
    
y 0  = − sin θ cos θ 0 y  . (4.15)
    
z0 0 0 1 z

99
El momento angular

P
y

r x0

y0
α θ

O x

Figura 4.1

Estas son las ecuaciones que relacionan las viejas coordenadas


(x, y, z) con las nuevas (x0 , y 0 , z 0 ), en términos del ángulo de rota-
ción θ. Notemos que ante esta rotación, las coordenadas radiales
y el operador Laplaciano se relacionan de la siguiente manera
p p
r0 = x02 + y 02 + z 02 = x2 + y 2 + z 2 = r (4.16)

∂2 ∂2 ∂x0 ∂ ∂y 0 ∂ 2
 
+ = +
∂x2 ∂y 2 ∂x ∂x0 ∂x ∂y 0
∂y 0 ∂ 2
 0 
∂x ∂
+ +
∂y ∂x0 ∂y ∂y 0
∂ 2
 

= cos θ 0 − sin θ 0
∂x ∂y
∂ 2
 

+ sin θ 0 + cos θ 0
∂x ∂y
∂ 2 ∂ 2
= 2 + . (4.17)
∂x 0 ∂y 0 2

Es decir, frente a una rotación no sólo la magnitud de un vector


r es invariante (que es enteramente obvio), sino también el La-
placiano asociado a ese vector. Si θ → 0, las ecuaciones (4.15)

100
Potenciales esféricamente simétricos

se reducen a

x0 ' x + θy
y 0 ' −θx + y (4.18)
0
z = z.

Estas serán las tres ecuaciones correspondientes a una rotación


infinitesimal. En el sistema de coordenadas rotado la ecuación
de Schrödinger será

(E − H)ψ(x0 , y 0 , z 0 ) = 0 (4.19)

o, sustituyendo de (4.18) y haciendo un desarrollo de Maclaurin


en torno a θ = 0
 
∂ψ ∂ψ 2
(E − H) ψ(x, y, z) + θy − θx + O(θ ) ' 0. (4.20)
∂x ∂y
Notamos entonces que bajo una rotación infinitesimal, cuando
θ → 0, la función de onda se vuelve
   
0 0 0 iθ ~ ∂ ∂
ψ(x , y , z ) ' 1 − Lz ψ(x, y, z) Lz ≡ x −y .
~ i ∂y ∂x
De este modo el operador Lz puede considerarse como el gene-
rador de rotaciones infinitesimales alrededor del eje z. Si apli-
camos ese mismo operador al estado ψ(x, y, z) un número N
creciente de veces tendremos, para θ ≡ Θ/N (Θ finito)
 N
Θ
lı́m 1 − i Lz = e−iΘLz /~ .
N →∞ N~
Es decir, el operador de una rotación finita por un ángulo finito
Θ es la exponencial de su generador Lz , en plena analogía con
el operador de traslaciones finitas (2.81) (donde en vez de Lz
tenemos el impulso linear px que genera una traslación en el
eje x).
Restando ahora de la ecuación (4.20), la ecuación

(E − H)ψ(x, y, z) = 0 (4.21)

101
El momento angular

que claramente es válida tanto en el antiguo sistema de referencia


como en el nuevo, tendremos
   
∂ ∂ ∂ ∂
H x −y ψ(x, y, z) = E x −y ψ(x, y, z)
∂y ∂x ∂y ∂x
 
∂ ∂
= x −y Hψ(x, y, z)
∂y ∂x
i
= Lz Hψ(x, y, z). (4.22)
~
Comparando el primero y el último término de esta ecuación
queda demostrado que el operador
 
~ ∂ ∂
Lz ≡ x −y = (xpy − ypx )
i ∂y ∂x

que no es más que la componente z del operador correspondiente


al momento angular clásico

L=r×p (4.23)

conmuta con el operador hamiltoniano. Concretamente

[H, Lz ] ≡ HLz − Lz H = 0. (4.24)

Por la (1.136) esto significa que Lz es una constante del movi-


miento (independiente del tiempo). El resultado clásico análogo
es que la presencia de fuerzas centrales implica la conservación
del momento angular.

4.3. Las componentes del momento angular

Por el teorema 1.1 de la sección 1.4 deducimos entonces que


al igual que el operador hamiltoniano H, con valor propio E (de
la energía), el operador Lz puede utilizarse para caracterizar,
con su respectivo valor propio, los posibles estados ψ de la ecua-
ción (4.21). El resultado (4.24) vino de considerar una rotación
alrededor del eje z. Pero claramente, pudimos haber tomado

102
Las componentes del momento angular

rotaciones alrededor del eje x o del eje y y haber establecido


también que
[H, Lx ] = 0 = [H, Ly ]. (4.25)
Al preguntarnos si el conjunto de cuatro operadores {H, Lx , Ly , Lz }
sirve para caracterizar las funciones propias de (4.21) conclui-
mos rápidamente que no, pues no conmutan todos ellos entre sí.
Si bien valen (4.24) y (4.25) tenemos en cambio que [Lx , Ly ] vale
= [ypz − zpy , zpx − xpz ]
= [ypz , zpx ] − [zpy , zpx ] − [ypz , xpz ] + [zpy , xpz ]
~
= y[pz , z]px + x[z, pz ]py = (ypx − xpy )
i
= i~Lz 6= 0 (4.26)
donde en el antepenúltimo paso usamos las relaciones de con-
mutación (1.99). En forma semejante verificamos que
[Ly , Lz ] = i~Lx y [Lz , Lx ] = i~Ly . (4.27)
Notemos que (4.26) y (4.27) pueden resumirse en forma vectorial
como
L × L = i~L (4.28)
que indica que L no es una cantidad clásica, salvo en casos donde
~ → 0. Las ecuaciones (4.26) y (4.27) se pueden también escribir
mediante
[Li , Lj ] = i~ijk Lk (4.29)
donde el símbolo totalmente antisimétrico  (o la  de Levi-
Civita) se define como

1
 si i, j, k son permutación cíclica de 1, 2, 3
ijk ≡ 0 si dos o más índices se repiten

−1 si i, j, k son una transposición de 1, 2, 3.

Se entiende en (4.29) que se suma sobre índices repetidos.


Pese a que el conjunto {H, Lx , Ly , Lz } no es un conjunto de
operadores que conmutan, veremos que el conjunto {H, L2 , Lz },
donde L2 ≡ L2x + L2y + L2z , si lo es.

103
El momento angular

Ejercicio 4.1. a) De L = r × p y [pi , rj ] = ~δij /i, demostrar que


L × L = i~L. b) Demostrar de (4.29) que

[Lz , L2 ] = 0. (4.30)

P
Dado que (A × B)i = j k ijk Aj Bk para dos vectores A y
B, que L = r × p y que p ≡ −i~∇ tenemos de (4.29) y (1.99)
que
XX 2
2
L = (r × p) · (r × p) = ijk rj pk
i jk
X X
= ijk rj pk ilm rl pm
ijk lm
 
XX X ~
= ijk rj ilm rl pk + δlk pm
i
i jk lm
X ~ X
= ijk ilm rj rl pk pm + ijk ikm rj pm . (4.31)
i
ijklm ijkm

Por las propiedades de ijk , a saber


X
ijk ilm = δjl δkm − δjm δkl
i

vemos que en la primera suma del último término de (4.31),


tendremos contribuciones con j = l, k = m y otras con j = m,
k = l. Separando de este modo la primera suma, tenemos
X X
rj2 p2k − rj rk pk pj = r2 p2 − r(r · p) · p. (4.32)
jk jk

Por otro lado, en la segunda suma del miembro derechoP


de (4.31),
ikm = −imk , lo que obliga a que j = m haciendo que i k ijk +
ikm = −δjm , ésta queda como

~X 2
− ijk rj pj = 2i~r · p. (4.33)
i
ijk

104
Las componentes del momento angular

θ
r
O y
φ

Figura 4.2

Por lo tanto, (4.31) se reduce a

L2 = r2 p2 − (r · p)2 + 2i~r · p (4.34)

y por consiguiente podemos escribir el operador p2 como

L2 (r · p)2 2i~
p2 = + − 2 r·p
r2 r2 r
L2 ~2 2 ∂ 2 2~2 ∂
= 2 − 2r − r
r  r ∂r2 r2 ∂r
1 ∂ ∂
= 2 L2 − ~2 (r2 ) . (4.35)
r ∂r ∂r

Esto hace que la ecuación de Schrödinger para una partícula de


masa m en un potencial central V (r) quede como

~2 1 ∂ L2
     
2 ∂
− r − 2 2 + V (r) − E ψ(r) = 0 (4.36)
2m r2 ∂r ∂r ~ r

faltando únicamente poner en evidencia al operador L2 .


Para esto, recordemos las relaciones entre las coordenadas
cartesianas (x, y, z) y las esféricas (r, θ, φ) que se obtienen de la

105
El momento angular

figura 4.2 son


x = r sin θ cos φ
y = r sin θ sin φ (4.37)
z = r cos θ.
De aquí resultan dx, dy y dz en términos de dr, dθ y dφ. Invir-
tiendo estas relaciones obtenemos
dr = sin θ cos φdx + sin θ sin φdy + cos θdz
1
dθ = (cos θ cos φdx + cos θ sin φdy − sin θdz) (4.38)
r
1
dφ = (− sin φdx + cos φdy).
r sin θ
De éstas deducimos las relaciones entre las derivadas parciales
que son
∂ ∂r ∂ ∂θ ∂ ∂φ ∂
= + +
∂x ∂x ∂r ∂x ∂θ ∂x ∂φ
∂ 1 ∂ sin φ ∂
= sin θ cos φ + cos θ cos φ − (4.39)
∂r r ∂θ r sin θ ∂φ
∂ ∂ 1 ∂ cos φ ∂
= sin θ sin φ + cos θ sin φ +
∂y ∂r r ∂θ r sin θ ∂φ
∂ ∂ sin θ ∂
= cos θ − .
∂z ∂r r ∂θ
Luego, usando (4.39) se tienen
   
~ ∂ ∂ ~ ∂ ∂
Lx ≡ y −z =− sin φ + cos φ cot θ
i ∂z ∂y i ∂θ ∂φ
 
~ ∂ ∂
Ly ≡ cos φ − sin φ cot θ
i ∂θ ∂φ
~ ∂
Lz ≡ . (4.40)
i ∂φ
Finalmente, como
L2 ≡ L2x + L2y + L2z
1 ∂2
   
2 1 ∂ ∂
= −~ sin θ + (4.41)
sin θ ∂θ ∂θ sin2 θ ∂φ2

106
Funciones propias del momento angular

tendremos, debido a que p2 = −~2 ∇2 y de (4.35), que

∂2
   
2 1 ∂ 2 ∂ 1 ∂ ∂ 1
∇ = 2 r + 2 sin θ + 2 2 .
r ∂r ∂r r sin θ ∂θ ∂θ r sin θ ∂φ2
(4.42)
Nótese que esta es la expresión bien conocida del operador La-
placiano en coordenadas esféricas. Además, dada la forma de
Lz en (4.40) y la ecuación (4.41) sustituída en (4.36), es aho-
ra evidente por inspección que [H, Lz ] = 0, si la V (r) en H es
central.

Ejercicio 4.2. Justificar detalladamente las ecuaciones (4.38) a (4.42),


partiendo de las relaciones (4.37). 

Notamos también que L2 dado por (4.41) es un operador


diferencial en θ y φ, pero no en r. En consecuencia, conmuta
con todos los términos del operador H en (4.36), es decir

[H, L2 ] = 0 (4.43)

lo cual era nuestro objetivo. Junto con (4.24) y (4.30), esto nos
permite establecer que el conjunto {H, L2 , Lz } es un conjunto
de operadores que conmutan entre sí. Busquemos ahora sus fun-
ciones propias comunes y los valores propios correspondientes.

4.4. Funciones propias del momento angular

Empezamos por intentar una solución por separación de va-


riables para (4.36), a saber

ψ(r) ≡ R(r)Θ(θ)Φ(φ) ≡ R(r)Y (θ, φ). (4.44)

A la función de las variables angulares Y (θ, φ) le asociaremos el


valor propio λ~2 de L2 o sea

L2 Yλ (θ, φ) = λ~2 Yλ (θ, φ). (4.45)

107
El momento angular

Sustituyendo (4.44) en (4.36) y (4.41), dividiendo entre RΘΦ y


multiplicando por r2 sin2 θ, tendremos que
Φ00 (φ)
= −m2 . (4.46)
Φ(φ)
El miembro derecho es una constante positiva, llamada de sepa-
ración. La solución de (4.46) será
1
Φ(φ) = √ eimφ m = 0, ±1, ±2, . . . . (4.47)

La restricción de m a números enteros garantiza que la fun-
√ es decir, Φ(φ + 2π) = Φ(φ), en
ción de onda sea univaluada,
Rtanto que la constante 1/ 2π asegura la normalización según
2π 2 = 1. Notemos que (4.47) es función propia del
0 dφ|Φ(φ)|
operador Lz ya que, por (4.40)
~ ∂ 1 imφ
Lz Φ = √ e = ~mΦ. (4.48)
i ∂φ 2π
La función Θ(θ), por otro lado, satisfará la ecuación diferencial
d
sin θ sin θΘ0 (θ) + (λ sin2 θ − m2 )Θ(θ) = 0

y ésta con la definición
−1 ≤ µ ≡ cos θ ≤ 1 (4.49)
se transforma en la ecuación de valores propios
m2
 
d 2 dF (µ)
(1 − µ ) − F (µ) + λF (µ) = 0. (4.50)
dµ dµ 1 − µ2
Ejercicio 4.3. Justificar en detalle, usando (4.36), (4.41), (4.44) y
(4.45), las ecuaciones (4.46), (4.48) y (4.50). 

La solución de la ecuación (4.50) se simplifica si consideramos


primero el caso permitido m = 0. Sustituyendo una solución
propuesta por el método de Frobenius

X
F (µ) = ak µk (4.51)
k=0

108
Funciones propias del momento angular

en (4.50) (con m = 0) se llega a la relación de recurrencia

k(k + 1) − λ
ak+2 = ak . (4.52)
(k + 1)(k + 2)

El operador que actúa sobre F (µ) en (4.50), con m = 0, es


invariante frente al cambio µ → −µ. La solución (4.51) puede
ser, por lo tanto, una función par o impar. La suma en (4.51),
sin embargo, debe ser finita pues si no por (4.52)

k
lı́m ak+2 = ak (4.53)
k→∞ k+2

haría que la serie (4.51) divirgiera tal y como diverge la serie


−1
P
n (par o impar) n . Para impedir esto debe existir un entero no
negativo l = 0, 1, 2, . . . tal que al+2 = 0, o bien, de (4.52)

µ = l(l + 1). (4.54)

El polinomio de orden l que satisface (4.50), con m = 0, se llama


polinomio de Legendre Pl (µ) ≡ F (µ), y puede representarse por
la fórmula de Rodrígues

1 dl 2
Pl (µ) = (µ − 1)l (4.55)
2l l! dµl

donde el factor numérico asegura que Pl (±1) = (±1)l .

Ejercicio 4.4. a) Usando la fórmula (d/dx)n xm = [m!/(m−n)!]xm−n ,


demostrar que son equivalentes (4.55), (4.52) y (4.51) donde la suma
va sólo hasta l. b) Encontrar los primeros cinco polinomios de Legen-
dre. 

La normalización de estos polinomios se determina usando

109
El momento angular

(4.55), o sea
Z π Z 1
2
dθ sin θ[Pl (cos θ)] = dµ[Pl (µ)]2
0 −1
1
dl 2
Z  
l −2 l
= (2 l!) dµ (µ − 1)
−1 dµl
 l 
d 2 l
× (µ − 1)
dµl
(−1)l 1 d2l
Z
= l 2 dµ(µ2 − 1)l 2l (µ2 − 1)l
(2 l!) −1 dµ
l Z 1
(−1) 2
= l 2 dµ(µ2 − 1)l (2l)! =
(2 l!) −1 2l + 1
(4.56)
donde en el antepenúltimo paso se integró por partes l veces y
en el penúltimo se empleó la fórmula (d/dx)n xm = [m!/(m −
n)!]xm−n .
Ejercicio 4.5. Usando (4.55) demostrar que
Z 1
dµ Pl (µ)Pl0 (µ) = 0, l 6= l0 . (4.57)
−1 

Por último, para el caso m 6= 0 en (4.50), consideremos pri-


mero que m > 0 y definamos
dm
Plm (µ) ≡ (1 − µ2 )m/2 Pl (µ)
dµm
1 dl+m
= l (1 − µ2 )m/2 l+m (µ2 − 1)l (4.58)
2 l! dµ
donde en el último paso se usó (4.55). Estos polinomios, también
de orden m + 2l − (l + m) = l, satisfacen (4.50) con λ = l(l + 1).
Estas son las funciones asociadas de Legendre y obedecen la
regla de ortonormalidad dada por
Z 1
2 (l + m)!
dµ Plm (µ)Plm
0 (µ) = δll0 . (4.59)
−1 2l + 1 (l − m)!

110
Armónicos esféricos.

Para m = 0 ésta se reduce, como debiese, a (4.56) y (4.57).


Nótese que m = 0, 1, 2, . . . , l únicamente, pues si m > l, (4.58)
se nula.
Ejercicio 4.6. a) Verificar que (4.58) es solución de (4.55) con m ≥ 0.
b) Deducir (4.59). [Sugerencia: Derivar m veces (4.50), sin el término
en m2 , y emplear (4.58).] 

4.5. Armónicos esféricos.

Aquí introducimos los llamados armónicos esféricos norma-


lizados, que representan toda la parte angular en θ y φ de la
solución (4.44), a saber
s
2l + 1 (l − m)! imφ m
Ylm (θ, φ) = (−1)m e Pl (cos θ) m≥0
4π (l + m)!
(4.60)
donde empleamos (4.47) y (4.59) en (4.44). Para m < 0 usamos
la convención de Condon y Shortley al definir

Ylm (θ, φ) = (−1)m Yl,−m (θ, φ) m = −l, −l + 1, . . . , −1.
(4.61)
Es fácil verificar de todo lo anterior de que, efectivamente
Z 2π Z π

dφ dθ sin θ Ylm (θ, φ)Yl0 m0 (θ, φ) = δll0 δmm0 . (4.62)
0 0

La paridad de los armónicos esféricos se deduce considerando


el efecto que sobre ellos tiene la reflexión r 7→ −r(r 7→ r, φ 7→
φ + π y θ 7→ π − θ, como podemos comprobar fácilmente en la
figura 4.2). Ante esta transformación

eimφ 7→ eim(φ+π) = (−1)m eimφ


Plm (cos θ) 7→ Plm (cos[π − θ]) = (−1)l+m Plm (cos θ) (4.63)

donde en la última igualdad empleamos (4.58) ante el cambio


µ 7→ −µ. Por consiguiente (4.60) revela que

Ylm (θ, φ) 7→ Ylm (π − θ, π + φ) = (−1)l Ylm (θ, φ). (4.64)

111
El momento angular

En consecuencia, la paridad del entero l determina si la función


de onda es par o impar frente a la reflexión.

4.6. El momento angular total

Hemos deducido que los posibles valores propios del cuadra-


do del operador de momento angular orbital y su componente
z, L2 y Lz respectivamente, son ~2 l(l + 1) y ~m. Aquí l es un
entero no negativo y m un entero tal que −l ≤ m ≤ l. El apela-
tivo orbital viene de las definiciones (4.40) de Lx , Ly y Lz como
operadores diferenciales angulares.
Mostraremos a continuación que es posible ampliar el sen-
tido del momento angular, exclusivamente en base al postulado
de definir un operador vectorial J cuyas componentes son her-
mitianas y obedecen las relaciones de conmutación
[Jx , Jy ] = i~Jz y cíclicamente en x, y, z. (4.65)
Es decir, postularemos relaciones de conmutación idénticas a las
del momento angular orbital, ecuaciones (4.26) y (4.27). Busca-
mos el espectro λ, m de los operadores J 2 ≡ Jx2 + Jy2 + Jz2 y Jz
respectivamente. Para esto definimos los estados | λmi tales que
J 2 | λmi = λ~2 | λmi
Jz | λmi = m~ | λmi . (4.66)
Como antes, tendremos que
[J 2 , Ji ] = 0 i = x, y, z (4.67)
ya que
X X
[Jk2 , Ji ] = {Jk [Jk , Ji ] + [Jk , Ji ]Jk }
k k
X
= i~ {kij Jk Jj + kij Jj Jk }
kj
X
= i~ (kij − ijk )Jk Jj = 0 (4.68)
kj

112
El momento angular total

donde en el penúltimo paso hicimos el cambio de índices mudos


k, j −→ j, k.
Definiendo los operadores de ascenso y descenso, J+ y J− ,
como
J± ≡ Jx ± iJy (4.69)
tendremos por (4.67) que

[J 2 , J± ] = 0. (4.70)

Aplicando estos operadores a la primera ecuación en (4.66), que-


da

J± J 2 | λmi = λ~2 J± | λmi


J 2 (J± | λmi) = λ~2 (J± | λmi) (4.71)

donde se utilizó (4.70). Antes de aplicar J± a la segunda ecua-


ción en (4.66), calculamos su conmutador con Jz usando (4.65)
resulta que [Jz , J± ] vale

[Jz , J± ] = [Jz , Jx ] ± i[Jz , Jy ]


= i~Jy ∓ i(i~Jx ) = ±~(Jx ± iJy ) = ±~J± . (4.72)

Ahora usamos este resultado para escribir

J± Jz | λmi = m~J± | λmi (4.73)

y (4.72) para deducir que

Jz (J± | λmi) = (m ± 1)~ (J± | λmi) (4.74)

por lo que se justifica el nombre de operadores de ascenso a J+


y de descenso a J− .
Formemos ahora la ecuación

(J 2 − Jz2 ) | λmi = (λ − m2 )~2 | λmi . (4.75)

El operador en el miembro izquierdo, siendo Jx2 + Jy2 , debe tener


valores propios no negativos. Por lo tanto
√ √
λ − m2 ≥ 0 ⇒ − λ ≤ m ≤ λ. (4.76)

113
El momento angular

Sea j el valor propio máximo del conjunto de valores m, es decir

j ≡ máx{m} J+ | λji = 0 y J− J+ | λji = 0. (4.77)

Esta última ecuación, por (4.69), es en realidad

(Jx − iJy )(Jx + iJy ) | λji = 0


 2
Jx + Jy2 + i[Jx , Jy ] | λji = 0

(4.78)
(J 2 − Jz2 − ~Jz ) | λji = ~2 (λ − j 2 − j) | λji = 0

o sea
λ − j 2 − j = 0 ⇒ λ = j(j + 1). (4.79)
Sea ahora s el valor propio mínimo del conjunto de valores m.
Puede entonces mostrarse de inmediato que

s = mı́n{m} o bien J− | λsi = 0 ⇒ s = −j. (4.80)

Por consiguiente, el rango de valores de m es

m = j, j − 1, . . . , −(j − 1), −j. (4.81)

Por lo tanto, si aplicamos 2j veces J− a | λji, generaremos to-


das las funciones propias de Jz . Es decir, 2j = n un entero no
negativo. Concluimos pues que los posibles valores de j son

j = n/2 = 0, 1/2, 1, 3/2, 2, . . . (4.82)

que incluyen ahora, además de los valores enteros, también los


semienteros. Esto significa que el momento angular J, llamado
total, es más general que el anterior, llamado momento angular
orbital L, en el sentido de que incluye el espectro del anterior más
un nuevo tipo de momento angular, llamado espín (o momento
angular intrínseco).

Ejercicio 4.7. Justificar detalladamente la conclusión de que −j es el


valor propio mínimo de m, es decir, la ecuación (4.80). 

114
El momento angular total

Para complementar el resultado (4.66), deduzcamos ahora


los elementos de matriz de los operadores de ascenso y descenso
J± y, por consiguiente, de los operadores Jx y Jy . Deseamos
calcular las constantes α± en

0 0
j m J± | jmi ≡ α± δj 0 j δm0 ,m±1 . (4.83)

Notemos primero que, como consecuencia de la hermiticidad de


las tres componentes cartesianas del momento angular total J,
Ji† = Ji (i = x, y, z), tendremos

J± = J∓ (4.84)

lo que significa que



jm0 J± | jmi = h jm| J∓ jm0 .


(4.85)

Ahora, como

J± J∓ = (Jx ± iJy )(Jx ∓ iJy ) = J 2 − Jz2 ± ~Jz (4.86)

tenemos que
j
X
h jm| J± jm0 jm0 J∓ | jmi (4.87)


h jm| J± J∓ | jmi =
m0 =−j

donde en el miembro derecho insertamos, entre los operadores


J± y J∓ , un conjunto completo de estados | jm0 i para una j
dada. La ecuación (4.87), sin embargo, no es más que

~2 [j(j + 1) − m(m ∓ 1)] = |h jm ∓ 1| J∓ | jmi|2 (4.88)

donde usamos (4.86) y el hecho que la suma sobre m0 no contiene


más que un solo término. Comparando (4.88) con (4.83) se tiene
finalmente que
p
α± ≡ h jm ± 1| J± | jmi = ~ (j ∓ m)(j ± m + 1) (4.89)

o bien
p
J± | jmi = ~ (j ∓ m)(j ± m + 1) | jm ± 1i . (4.90)

115
El momento angular

4.7. Espín como un momento angular intrínseco

Para explicar la llamada estructura fina de los espectros ató-


micos, Goudsmit y Uhlenbeck postularon en 1925 que el electrón
posee un momento angular propio (o intrínseco), aparte de su
momento angular orbital, y que éste corresponde a un operador
S tal que S 2 tiene un valor propio S(S + 1) con S = 1/2 (en
unidades de ~), de modo que S 2 tiene valor propio 3/4.
Para j = 1/2 las matrices que representan a J± serán, por
(4.89)
!
0 1
J+ =
0 0
!
0 0
J− = (4.91)
1 0

donde los renglones corresponden a m0 = 1/2, −1/2, y las co-


lumnas a m = 1/2, −1/2, respectivamente. De aquí podemos
determinar las matrices Si ≡ Ji /~ (i = x, y, z), ya que Jx =
(J+ + J− )/2 y Jy = (J+ − J− )/2i. Estas son
!
0 1
Sx = 21 ≡ 12 σx
1 0
!
0 −i
Sy = 12 ≡ 12 σy (4.92)
i 0
!
1 0
Sz = 12 ≡ 12 σz
0 −1
donde σx , σy y σz son las llamadas matrices de Pauli. Fácilmente
se verifica que su conmutador es
[σi , σj ] = 2iσk i, j, k permutación cíclica de 1, 2, 3 (4.93)
a la vez que su anticonmutador es
{σi , σj } ≡ σi σj + σj σi = 2δij . (4.94)

116
Espín como un momento angular intrínseco

Ejercicio 4.8. Construir las funciones propias | jmi, correspondientes


al espín, como
   
1 0
| 1/2 1/2i = ≡ χ+ , | 1/2 − 1/2i = ≡ χ−
0 1

y demostrar que hjm| jm0 i = δmm0 . 

La introducción del espín en la ecuación de Schrödinger fue


hecha ad hoc y sólo encontró su justificación en la teoría relati-
vista del electrón propuesta por Dirac [ver, sin embargo, Galindo
y Sánchez del Río, Am. J. Phys. (1960)].

117
5

MOVIMIENTO ESFÉRICAMENTE SIMÉTRICO

5.1. Introducción

En este capítulo consideraremos diversos ejemplos del mo-


vimiento tridimensional cuántico de una partícula de masa m
en un potencial central V (r) = V (r), es decir, movimiento es-
féricamente simétrico. Antes de hacerlo, haremos notar que el
problema se reduce matemáticamente a uno en una dimensión.
La ecuación de Schrödinger en este caso es (4.36) y en coordena-
das esféricas, r = (r, θ, φ), las funciones propias en general serán
de la forma (4.44)

ψ(r) = R(r)Y (θ, φ) (5.1)

donde la parte angular Y (θ, φ) es función propia del operador


de momento angular orbital L2 , dado en la ecuación (4.45), con
el valor propio ~2 λ = ~2 l(l + 1), l = 0, 1, 2, . . ., como fue esta-
blecido en (4.54). La forma de Y (θ, φ) es universal y está dada
por (4.60) y (4.61). Si cancelamos en ambos miembros la parte
angular, la ecuación dinámica (4.36) se reducirá a la ecuación
unidimensional (llamada radial )

~2 d2
   
2 d l(l + 1)
− + − + V (r) Rl (r) = El Rl (r).
2m dr2 r dr r2
(5.2)
Si definimos la función

ul (r) ≡ rRl (r) (5.3)

119
Movimiento esféricamente simétrico

encontramos que (5.2) se vuelve

~2 00 ~2 l(l + 1)
 
− ul (r) + V (r) + ul (r) = El ul (r) (5.4)
2m 2m r2

es decir, desaparece la primera derivada y tenemos la ecuación


de Schrödinger de una partícula de masa m moviéndose en el
potencial unidimensional efectivo

~2 l(l + 1)
Vel (r) ≡ V (r) + . (5.5)
2m r2
La única salvedad es que, puesto que Rl (r) < ∞ para toda r > 0,
la (5.3) impone que
ul (0) = 0. (5.6)
Esta condición fue stisfecha en todos los casos estudiados por
los estados de paridad impar, pero no por los de paridad par.
Todo esto es válido cualquiera que sea la forma del potencial
central V (r) en que se mueve la partícula. Veremos a continua-
ción (casi todos) los casos solubles actualmente conocidos.

5.2. Partícula libre y en pozos esféricos

Si V (r) = 0, se trata de una partícula libre. La ecuación de


Schrödinger es entonces la ecuación (clásica) de Helmholtz

(∇2 + k 2 )ψ(r) = 0. (5.7)

con E = ~2 k 2 /2m la energía cinética pura. Denotamos la función


radial en (5.2) por

Rl (r) ≡ fl (ρ) donde ρ ≡ kr. (5.8)

La ecuación (5.4) se reduce entonces a la forma adimensional

d2
 
2 d l(l + 1)
+ + 1 − fl (ρ) = 0. (5.9)
dρ2 ρ dρ ρ2

120
Partícula libre y en pozos esféricos

Esta es la ecuación esférica de Bessel (véase apéndice D), con


soluciones regular jl (ρ) e irregular nl (ρ) dadas por
r
π
jl (ρ) = J (ρ)
2ρ l+1/2
r
π
nl (ρ) = (−1)l J (ρ). (5.10)
2ρ −l−1/2

La función de Bessel Jν (z) tiene la bien conocida definición como


la serie (D.3)

X (−1)s (z/2)ν+2s
Jν (z) ≡ (5.11)
Γ(s + 1)Γ(s + ν + 1)
s=0

en tanto que ν y z pueden ser complejas. Es fácil ver de (5.11)


que el comportamiento de las soluciones en (5.10) para argu-
mento pequeño (ρ  1) es

ρl ρ2
 
4
jl (ρ) = 1− + O(ρ ) (5.12)
(2l + 1)!! 2(2l + 3)
ρ2
 
(2l + 1)!! 1 4
nl (ρ) = 1+ + O(ρ ) (5.13)
(2l + 1) ρl+1 2(2l + 1)

con (2l + 1)!! ≡ 1 · 3 · 5 · · · (2l + 1). Claramente se ve que nl (ρ)


diverge en ρ = 0; de aquí el apelativo de irregular. Para valores
asintóticamente grandes, ρ  l(l + 1), aparece el comportamien-
to oscilatorio amortiguado siguente

1
jl (ρ) ' sin(ρ − lπ/2) (5.14)
ρ
1
nl (ρ) ' cos(ρ − lπ/2). (5.15)
ρ

Ejercicio 5.1. a) Para un potencial V (r) = r2 esbozar el potencial


efectivo (5.5), para l = 0, 2 y 5. b) Resolver la ecuación (5.7) y demos-
trar que la solución es eik·r . (Sugerencia: Usar coordenadas cartesianas
y separar variables.) 

121
Movimiento esféricamente simétrico

Es bien conocido que la solución más general de la ecuación


de Helmholtz (5.7) es la onda plana

ψ(r) = eik·r . (5.16)

Restringiéndonos a comportamientos regulares en r = 0 y no-


tando que por simetría axial no hay dependecia en el ángulo
azimutal φ, la ecuación (5.16) tendrá la descomposición general

X
ik·r
e = Cl0 jl0 (kr)Pl0 (cos θ) (5.17)
l0 =0

por (4.60), donde θ es el ángulo entre r y el eje z y la constante


Cl0 debe aún determinarse. Si µ = cos θ, multiplicando (5.17)
por Pl (µ), integrando sobre µ y usando (4.57), obtenemos
Z 1
2
dµ eikrµ Pl (µ) = Cl jl (kr). (5.18)
−1 (2l + 1)
El miembro izquierdo, integrando por partes, es

1 h ikrµ i1
e Pl (µ)
ikr −1
 2 h Z 1 
1 ikrµ 0
i1
ikrµ 00
− e Pl (µ) − dµ e Pl (µ) . (5.19)
ikr −1 −1

Además usando (4.55), la identidad Pl (±1) = (±1)l , la condición


kr  1 en el miembro izquierdo y (5.14) en el miembro derecho,
de (5.18) obtenemos

1 h ikr i 2il
e − (−1)l e−ikr = sin(kr − lπ/2)
ikr kr
2Cl sin(kr − lπ/2)
= (5.20)
(2l + 1) kr

de modo que Cl = il (2l + 1). Tenemos, pues, el resultado



X
eik·r = il (2l + 1)jl (kr)Pl (cos θ). (5.21)
l=0

122
Partícula libre y en pozos esféricos

Este servirá, posteriormente, para describir una partícula


proyectil en el proceso de dispersión por un potencial central.
Consideremos ahora una partícula de masa m en una caja esfé-
rica impenetrable, es decir, en el potencial
(
0 r<a
V (r) = (5.22)
+∞ r > a

donde a es el radio del pozo esférico. La ecuación radial para


r < a será
 
1 d 2 dR(r) l(l + 1) 2mE
2
r − 2
R(r) + k 2 R(r) = 0 k2 ≡ .
r dr dr r ~2
(5.23)
Si en vez del cambio de variable dado en (5.3), intentamos
1
R(r) ≡ √ u(r) (5.24)
r
entonces (5.23) se reduce a
1 2
"  #
1 l +
u00 (r) + u0 (r) + k 2 − 2
u(r) = 0. (5.25)
r r2

Esta es la ecuación diferencial de Bessel (D.11) para ν = l + 1/2


y x = kr. La solución regular en el origen será
r
2kr
u(r) = Jl+1/2 (kr) ≡ jl (kr) (5.26)
π
donde jl (x) son las llamadas funciones esféricas de Bessel. La
condición a la frontera R(a) = 0 exigida por (5.22) nos dará
r 
2mE
Jl+1/2 a = 0. (5.27)
~2
Para cada valor de l ésta es una ecuación trascendente, con un
número infinito pero numerable de valores propios discretos E.

123
Movimiento esféricamente simétrico

Es decir, sólo ciertos valores de E, relacionados con los ceros de


la función de Bessel correspondiente, serán permitidos. El caso
particular l = 0 es muy directo, pues
r r
2ka 2ka
J1/2 (ka) ≡ j0 (kr) = sin(ka) = 0 (5.28)
π π
implica que sólo los valores ka = nπ (n = 1, 2, . . .) se verifican.
Por lo tanto, las energías posibles para la partícula son
~2 π 2 n2
En0 = l = 0. (5.29)
2ma2
Ejercicio 5.2. Esbozar los primeros doce niveles de energía del pozo
esférico impenetrable de radio a, en unidades de ~2 π 2 /2ma2 , indican-
do el valor de l y la degeneración asociada a cada nivel. 

Si el pozo esférico de potencial en que se halla la partícula


no es impenetrable, la solución ya no es analítica, pero puede
encontrarse gráficamente. Tendremos ahora
(
−V0 r < a (región I)
V (r) = (5.30)
0 r > a (región II)

o sea, la profundidad del pozo es finita. Consideremos únicamen-


te el espectro para l = 0. La ecuación (5.4) será entonces
2m
u00I (r) + (V0 − |E|)uI (r) = 0 (región I)
~2
2m
u00II (r) − 2 |E| uII (r) = 0 (región II) (5.31)
~
donde buscamos soluciones con energías negativas E = −|E|.
Las soluciones respectivas son

uI (r) = A sin(Kr) + B cos(Kr)


uII (r) = Ce−kr + Dekr (5.32)

con
2m 2m
K2 ≡ (V0 − |E|) ≥ 0 k2 ≡ |E| B = D = 0.
~2 ~2

124
Partícula libre y en pozos esféricos

ka (ka)2 + (Ka)2 = (k0 a)2

−Ka cot Ka
k0 a

Ka
O π 2π 3π

r
q 2m
k0 a = 2mV0 a2 /h̄2 Ka = (V − |E|)a2
h̄2

Figura 5.1

Aquí se usó la condición de finitud de la función de onda, R(r) <


∞, que exige que tanto B como D se anulen. La continuidad de
la solución u(r) y de su primera derivada u0 (r) permiten escribir,
por ejemplo
u0I (r) u0II (r)

= (5.33)
uI (r) uII (r)
r=a r=a

o sea
−K cot Ka = k. (5.34)

Esta ecuación trascendente dará los valores discretos de energía


negativa permitidos, asociados a l = 0 solamente. La figura 5.1
ilustra la solución gráfica de (5.34) para el caso particular de
un pozo con características tales que liga dos niveles (círculos
abiertos). De la gráfica también está claro que el pozo (5.30),

125
Movimiento esféricamente simétrico

para l = 0, liga n estados si y sólo si


r
1 2m
V0 a2 ≤ n + 21 π
 
n− 2 π ≤ 2
n = 0, 1, 2, . . . . (5.35)
~
Notamos además que si V0 a2 → ∞, n sólo puede ser ∞, recu-
perando así el resultado del pozo impenetrable antes analizado.
Finalmente, vemos que si
π 2 ~2
V0 a2 < (5.36)
8m
no habrá estado ligado alguno. Esto contrasta con el resultado en
el caso unidimensional dado en (2.17) donde para toda V0 a2 > 0
hay un nivel ligado; la razón es clara: la condición (5.6).
Ejercicio 5.3. Utilizando (5.35), demostrar que el potencial central
V (r) = −αδ(r), α > 0, tiene un número infinito de niveles ligados.
[Sugerencia: Represente la delta de Dirac δ(r) por un pozo esférico en
el límite apropiado.] 

Ejercicio 5.4. Consultar la Ref. [12] y discutir detalladamente (con


fórmulas y gráficas) la obtención de todos los niveles del pozo finito
tridimensional. 

5.3. El átomo de hidrógeno

El espectro del átomo de hidrógeno se describe razonable-


mente por el espectro de una partícula de masa reducida µ, dada
por la ecuación (4.6), en que m1 es la masa del electrón y m2 la
masa del protón nuclear en un potencial central V (r) = −Ze2 /r,
con Z = 1. La ecuación radial (5.2) es entonces

Ze2 l(l + 1)~2


 
00 2 0 2µ
R (r) + R (r) + 2 E + − R(r) = 0. (5.37)
r ~ r 2µr2
Como ahora sólo interesan los niveles de energía negativos, es-
cribimos E = −|E| y definimos la longitud adimensional
rp
ρ≡ 2µ|E|. (5.38)
~

126
El átomo de hidrógeno

En términos de ésta, la ecuación (5.37) se vuelve


 
00 2 0 λ 1 l(l + 1)
R (ρ) + R (ρ) + − − R(ρ) = 0 (5.39)
ρ ρ 4 ρ2
Ze2
r
µ
λ≡ .
~ 2|E|

Cuando ρ → ∞, esta ecuación se simplifica a

R00 (ρ) − 14 R(ρ) = 0 (5.40)

cuya solución es e−ρ/2 . Cuando ρ → 0, tendremos


2 l(l + 1)
R00 (ρ) + R0 (ρ) − R(ρ) = 0
ρ ρ2
con solución ρs , donde s es l, o −(l + 1). Esta última posibilidad
se descarta pues llevaría a una divergencia en el origen, cuando
es necesario que R(0) < ∞. Escribimos pues la solución como

R(ρ) ≡ ρl e−ρ/2 h(ρ) (5.41)

al sustituirse en (5.39), la función h(ρ) es la solución de


 
00 2l + 2 λ−1−l
h (ρ) + − 1 h0 (ρ) + h(ρ) = 0. (5.42)
ρ ρ
El método de Frobenius consiste en proponer la serie

X
h(ρ) = an ρn (5.43)
n=0

como una solución. Entonces, (5.42) se vuelve


∞ 
X
n(n − 1)an ρn−2
n=0
  
n−1 2l + 2 n−1
+ nan ρ − 1 + (λ − 1 − l)an ρ = 0 (5.44)
ρ

127
Movimiento esféricamente simétrico

o, tomando n−2 = m−1 y llamando al índice mudo m de nuevo


n

X
{(n + 1) [nan+1 + (2l + 2)an+1 ]
n=0
+ (λ − 1 − l − n)an }ρn−1 = 0. (5.45)

Esto lleva de inmediato a la relación de recurrencia


an+1 n+l+1−λ 1
= −→ (5.46)
an (n + 1)(n + 2l + 2) n1 n

para los coeficientes an de la serie original (5.43). Notamos, sin


embargo, que para n  1, (5.46) se reduce a 1/n, que es precisa-
mente la relación entre los coeficientes ck = (k!)−1 del desarrollo
de Taylor de la función eρ , ya que

X ρk ck+1 k! 1 1
eρ = = = −→ . (5.47)
k! ck (k + 1)! k + 1 k1 k
k=0

De permitirse esto, el comportamiento de la solución radial (5.41)


divergiría como e+ρ/2 cuando ρ → ∞. Por lo tanto, la finitud
de la función de onda exige que exista un entero no negativo,
digamos nr , tal que anr +1 = 0, de modo que por (5.46) la serie
(5.43) se corte (y sea en realidad un polinomio de orden nr ).
Esto hace que

λ = nr + l + 1 ≡ n ≥ l + 1 = 1, 2, . . . (5.48)

donde n es otro entero, pero positivo definido. Por la ecuación


(5.39), la energía será

Ze2 ~2
E = −|E| = − a 0 ≡ n = 1, 2, . . . (5.49a)
2a0 n2 µZe2
Xnr
R(ρ) = ρl e−ρ/2 ai ρi nr = n − l − 1 (5.49b)
i=0

128
El átomo de hidrógeno

y claramente existe la posibilidad de tener varias funciones ra-


diales distintas asociadas a la misma energía. Para una n dada,
la degeneración del nivel de energía (5.49) será
n−1
X
g(n) = 2 (2l + 1) = 2 [n(n − 1) + n] = 2n2 . (5.50)
l=0

Aquí, (2l + 1) es el número de valores que toma el índice m =


−l, −l + 1, . . . , +l del armónico esférico (4.60) y (4.61) en la
solución general (4.44). La suma va desde l = 0 hasta el valor
máximo l = n − 1, por (5.48). El factor global 2 toma en cuenta
las dos posibles orientaciones del espín del electrón, en cada
estado orbital. Para construir las funciones propias radiales es
preciso obtener una expresión adecuada para los coeficientes an
de la serie (5.43), que ahora es un polinomio de orden nr . La
ecuación (5.46) nos permite escribir

n − (k + l + 1)
ak+1 = (−1)k+1
(k + 1)(k + 2l + 2)
n − (k + l) n − (l + 1)
× ··· a0 . (5.51)
k(k + 2l + 1) 1 · (2l + 2)
Los polinomios correspondientes de orden nr = n − l − 1
(2l+1)
h(ρ) ≡ Ln−l−1 (ρ) (5.52)
son los llamados polinomios asociados de Laguerre.
Ejercicio 5.5. a) Esbozar los niveles del átomo de hidrógeno (Z = 1)
en unidades de e4 µ/2~2 indicando como renglones los valores de n =
1, 2, . . ., como columnas los de l = 0, 1, 2, . . . y como diagonales los de
nr = 0, 1, 2, . . .. b) Esbozar la función radial R(ρ) en (5.49b) para los
estados (n, l) = (1, 0), (2, 0), (2, 1) y (3, 2). 

Como alternativa al método de solución arriba expuesto con-


sideremos la ecuación diferencial hipergeométrica. Para ello, re-
definamos R(r) en (5.37) como
w(r)
R(r) = . (5.53)
r

129
Movimiento esféricamente simétrico

Sustituyendo, obtenemos
Ze2 l(l + 1)~2
 
00 2µ
w (r) + 2 E + − w(r) = 0. (5.54)
~ r 2µr2
Limitándonos a E = −|E| y eliminando las variables con dimen-
sión mediante
1p
k≡ 2µ|E| x ≡ 2kr (5.55)
~
la ecuación (5.54) se simplifica a
 2 
d l(l + 1) λ 1
− + − wl (x) = 0 (5.56)
dx2 x2 x 4
donde λ se definió en (5.39) y el subíndice l caracteriza el mo-
mento angular orbital de la solución. Para x  1 la solución
aceptable de (5.56) es e−x/2 , en tanto que para x  1 sólo te-
nemos xl+1 como solución posible. Por lo tanto, definimos una
nueva funcion ul (x) como sigue
wl (x) ≡ xl+1 e−x/2 ul (x) (5.57)
que satisface la ecuación
 2 
d d
x 2 + (2l + 2 − x) − (l + 1 − λ) ul (x) = 0. (5.58)
dx dx
Esta es la ecuación diferencial hipergeométrica confluente (véase
apéndice B), cuya solución regular en x = 0 es
ex
ul (x) = M (l + 1 − λ, 2l + 2, x) −→ . (5.59)
x1 xl+1+λ
La divergencia exponencial de ésta cuando x → ∞ hará, por
(5.57), que la función radial diverja como ex/2 , a menos que la
función M , dada en (B.8), se corte como un polinomio de orden
nr . Esto se consigue si el primer índice de la función M es un
entero nr negativo
l + 1 − λ = −nr (5.60)
(véase el apéndice B). Usando la definición de λ dada en (5.39)
se obtiene de inmediato la fórmula de Bohr, ecuación (5.49),
como antes.

130
El potencial de Fues

V (r)

a/2 a
r
O .. ..
. .

−V0

Figura 5.2

5.4. El potencial de Fues

Una generalización del potencial de Coulomb que tiene uti-


lidad como modelo de una interacción entre moléculas y que
resulta analíticamente soluble es el potencial de Fues dado por
 2 
a 2a
V (r) = V0 2 − V0 , a > 0 (5.61)
r r

que aparece graficado en la figura 5.2. Notamos que este poten-


cial agrega una corrección positiva a la repulsión centrífuga de
la ecuación (5.37) del átomo de hidrógeno, considerado como el
potencial entre dos moléculas de masa m1 y m2 , haciendo que
la masa efectiva m venga dada por
m1 m2
m≡
m1 + m2

Definiendo la longitud ρ, la energía λ y la cantidad γ 2 (adimen-


sionales todas ellas) como

r 2ma2 2ma2
ρ≡ λ≡ E γ2 ≡ V0 > 0 (5.62)
a ~2 ~2

131
Movimiento esféricamente simétrico

y si la función de onda es ψ(r) = u(r) Y (θ, φ)/r, tendremos que


la ecuación radial se reduce a
2γ 2 γ 2 + l(l + 1)
 
00
ul (ρ) + λ + − ul (ρ) = 0 (5.63)
ρ ρ2

donde caracterizamos con el índice l a las soluciones. El com-


portamiento asintótico y cerca del origen será entonces, respec-
tivamente

ρ 1 : u00 + λu = 0 ⇒ u ' e±i λρ

γ 2 + l(l + 1)
ρ 1 : u00 − u = 0 ⇒ u ' ρµ (5.64)
ρ2
p
con µ = (1/2) ± γ 2 + (l + 1/2)2 . Se descartó la raíz µ con
signo negativo para evitar una singularidad en ρ = 0, para γ 2
y/o l suficientemente grandes. Tenemos pues que

ul (ρ) ≡ ρµ ei λρ
vl (ρ) (5.65)

y encontramos que la función vl (ρ) satisface


√ √
ρvl00 (ρ) + (2µ + 2i λ ρ)vl0 (ρ) + (2µi λ + 2γ 2 )vl (ρ) = 0 (5.66)

o bien, en términos de la nueva variable z ≡ −2i λ ρ

iγ 2
 
00 0
zvl (z) + (2µ − z)vl (z) − µ − √ vl (z) = 0. (5.67)
λ
Esta es la ecuación diferencial (de Kummer) llamada hipergeo-
métrica confluente en el apéndice B; su solución regular en el
origen de coordenadas es
√ √
vl (ρ) = M (µ − iγ 2 / λ, 2µ; −2i λ ρ). (5.68)

Para estados ligados, E < 0 y, de (5.62), λ < 0; en consecuencia



λ = iβ, con β real. La solución radial (5.65) será entonces

ul (ρ) = ρµ e−βρ M (µ − γ 2 /β, 2µ; 2βρ). (5.69)

132
El potencial de Fues

2
Pero por el apéndice B, la función M diverge como e2βρ /ρµ+γ /β
2
cuando ρ → ∞, lo que hace que (5.69) diverja allí como eβρ /ργ /β ,
a menos que

γ2
µ− = −n n = 0, 1, 2, . . . . (5.70)
β

Esto reduce M a un polinomio de orden n e implica, por (5.62),


que las energías negativas permitidas sean únicamente

~2 γ 4  −2
 q 
1 2 1 2
En,l =− n+ 2 + γ + l+ 2
2ma2
n, l = 0, 1, 2, . . . . (5.71)

Si el potencial (5.61) es muy profundo y/o ancho, entonces γ  1


y (5.71) por desarrollo binomial se transforma en

2 1 2
n + 12 + 2 l + 12

En,l −→ V0 −1 +
γ1 γ γ

3 1 2
 3 1
 1 2

− 2 n + 2 − 3 n + 2 l + 2 + · · · . (5.72)
γ γ

Ejercicio 5.6. a) Para recuperar la fórmula de Bohr (5.49) de (5.71),


¿qué límites deben tomarse en el potencial de Fues (5.61)? b) Com-
probar la serie (5.72). [Sugerencia: Usar lı́m→0 (1 + )−2 = 1 − 2 +
32 − 43 + · · · .] 

Notando que
 
1 2
V0 −1 + 2 + · · ·
 
V (ρ) ≡ V0 2
− −→
ρ ρ ρ=1+,→0+

V0
= −V0 + (r − a)2 + · · · (5.73)
a2

se sugiere introducir una frecuencia ω tal que mω 2 /2 = V0 /a2 .


Además, llamando ma2 ≡ I (el momento de inercia), el desarro-

133
Movimiento esféricamente simétrico

llo (5.72) para γ  1 se vuelve más transparente como sigue

1 2 ~2
   
1 2 1
En,l = − Iω + n + ~ω + l +
|2 {z } | 2
{z } |
2
{z
2I
}
cinética vibracional rotacional
2
3~2 1 2 3~3
   
1 1
− n+ − n+ l+ + · · · (5.74)
2 2I 2 2 2I 2 ω
| {z } | {z }
corr. anarmónica acoplamiento vibr-rot
donde se indica el origen dinámico de las distintas contribucio-
nes a las energías de los estados. El nivel de energía más bajo
corresponde a n = l = 0; su negativo se llama la energía de di-
sociación Edis de la molécula. Esta es la cantidad de energía que
debemos proporcionar para desligar la pareja de masas y está
dada por
1 1 1 ~2 3 ~3
Edis = −E0,0 = Iω 2 − ~ω + + + ··· (5.75)
2 2 4 I 16 I 2 ω
en donde se aprecia una serie de potencias en ~.

5.5. El oscilador armónico y su generalización

Así como el potencial de Coulomb es de fundamental impor-


tancia en física atómica y molecular, el oscilador armónico juega
un papel semejante en la física nuclear; proporciona una prime-
ra aproximación al pozo de potencial en el que se mueven los
nucleones de manera independiente. Empecemos por considerar
el potencial general dado por
A
V (r) = + Br2 A, B > 0 (5.76)
r2
que se ilustra en la figura 5.3 como la suma de dos curvas elemen-
tales. La ecuación de Schrödinger para la función radial reducida
u(r) será
l(l + 1)~2
  
2m
u00 (r) + 2 E − V (r) + u(r) = 0. (5.77)
~ 2mr2

134
El oscilador armónico y su generalización

V (r)

Br2


2 AB
Ar−2

r
O (A/B)1/4

Figura 5.3

Introduciendo la variable ξ ≡ Cr2 , tendremos que


d dξ d d
= = 2rC
dr dr dξ dξ
d 2 d d d d2
= (2rC) = 2C + 4Cξ .
dr2 dr dξ dξ dξ 2
Si se elige C = (2mB/~2 )1/2 , esto lleva de inmediato a
 
00 1 0 1 β
ξu (ξ) + u (ξ) + α − − ξ u(ξ) = 0 (5.78)
2 4 ξ
donde r
2m 2mA
α≡ 2
E β ≡ l(l + 1) + 2 .
B~ ~
Como antes, esto nos lleva a definir
ul (ξ) ≡ ξ µ e−ξ/2 vl (ξ) (5.79)
 r 
1 8mA
µ= 1 + (2l + 1)2 + 2
4 ~
donde vl (ξ) satisface la ecuación hipergeométrica confluente
ξvl00 (ξ) + 2µ + 12 − ξ vl0 (ξ) − µ + 14 − 41 α vl (ξ) = 0 (5.80)
 

135
Movimiento esféricamente simétrico

con solución regular, en ξ = 0, dada por


1
vl (ξ) = M (µ + 4 − 14 α, 2µ + 12 ; ξ). (5.81)
Ejercicio 5.7. Compruebe detalladamente las ecuaciones (5.78)
a (5.81). 

De nuevo, por las propiedades asintóticas dadas en (5.80),


la función radial (5.78) diverge en ξ → ∞ como eξ/2 /ξ (α+1)/4 , a
menos que M se reduzca a un polinomio, es decir

µ + 14 (1 − α) = −n0 no = 0, 1, 2, . . . .

Esto implica, por (5.78) y (5.79), que el espectro está dado por
r  r 
B 2
8mA
En0,l = ~ 4n0 + 2 + (2l + 1) + 2
2m ~
n0,l = 0, 1, 2, . . . . (5.82)

Ejercicio 5.8. a) Para 8mA/~2 = 1, grafique esquemáticamente los


primeros ocho niveles de En,l (2m/~2 B)1/2 , designando correctamente
la n y la l. b) ¿Hay degeneración? c) Demuestre que si A = 0 y
B = mω 2 /2, entonces

En = n + 32 ~ω

n = 0, 1, 2, . . .

es el espectro de energías del oscilador armónico tridimensional. d)


Partiendo de (5.76), con los valores de A y B dados allí, aplique el
método de Frobenius y deduzca directamente el espectro graficando
esquemáticamente los primeros tres niveles de energía distintos (in-
dicando la l), dando las funciones de onda radiales R(ρ) ≡ u(ρ)/ρ
correspondientes y la función del estado base normalizada. 

5.6. Algunos potenciales solubles en onda S

Aparte de los casos estudiados arriba, que son exactamente


solubles para todo valor del momento angular orbital l, existen

algunos ejemplos de potenciales solubles para l = 0, onda S.

Un tratamiento más completo aparece en el texto de A. Galindo y
P. Pascual, Mecánica Cuántica, Editorial Alhambra págs. 250-257.

136
Algunos potenciales solubles en onda S

5.6.1. Sistema neutrón-protón


Como modelo de la interacción entre un protón y un neutrón,
que ligados constituyen el deuterón con energía de amarre  =
−2.2 eV, consideremos el potencial

V (r) = −v0 e−r/a v0 , a > 0. (5.83)

Unicamente para l = 0, la ecuación radial reducida es



u00 (r) + (E + v0 e−r/a )u(r) = 0 (5.84)
~2
donde la masa reducida es µ ≡ mp mn /(mp +mn ) ' m/2, siendo
m la masa promedio del nucleón. Tras el cambio de variable
ξ ≡ e−r/2a , la ecuación (5.84) se convierte esencialmente en la
ecuación de Bessel (5.25), ahora con la forma

1 ν2
u00 (ξ) + u0 (ξ) + (C 2 − 2 )u(ξ) = 0 (5.85)
ξ ξ
4m 4ma2
C 2 ≡ 2 v0 a2 ν2 ≡ − 2 E
ν ~
donde, para estados ligados E < 0 y ν 2 > 0. La solución más
general es
u(ξ) = AJν (Cξ) + BJ−ν (Cξ) (5.86)
pero B = 0 ya que J−ν (z) diverge en el origen de z, donde
r → ∞. La función radial completa será entonces
1
R(r) = AJν (Ce−r/2a )
r
y la condición R(0) < ∞ exige que

Jν (C) = 0. (5.87)

El problema se reduce al de los ceros de una función de Bes-


sel, pero de orden no necesariamente entero o semientero. Para
la E empírica antes mencionada, dado un valor del alcance a de

137
Movimiento esféricamente simétrico

la fuerza, podemos determinar el valor correspondiente de ν por


(5.85). Esto a su vez fija una sucesión infinita de valores de C
que satisfacen (5.87), pero nos restringiremos al menor ya que
los demás representan estados ligados excitados del potencial
(5.83) y es sabido que el deuterón posee uno y sólo un estado
ligado. La función de onda correspondiente no poseerá enton-
ces ningún nodo. Así queda determinado, también por (5.85), el
valor de v0 . En la tabla 5.1 se presentan varios valores de los
parámetros del sistema protón-neutrón compatibles entre sí.

a(F )∗ ν C v0 (MeV)
1 0.45 3.1 100
2 0.91 3.7 36
4.4 2.02 5.1 14
∗ −13
1F = 10 cm

Tabla 5.1

5.6.2. Potencial de cascarón delta


Tomemos ahora la interacción descrita por el potencial
~2
V (r) = − v0 δ(r − a) v0 , a > 0. (5.88)
2m
La ecuación radial reducida para l = 0 será
2m
u00 (r) + Eu(r) + v0 δ(r − a)u(r) = 0. (5.89)
~2
p interesan las energías negativas E = −|E|, definimos
Si sólo
K ≡ 2m|E|/~2 . Entonces, para r 6= a se tiene la ecuación
u00 (r) − K 2 u(r) = 0 (5.90)
cuyas soluciones son u(r) = e±Kr . Como u(0) = 0 y u(∞) = 0,
tenemos (
Ae−Kr r>a
u(r) = −Kr Kr
(5.91)
B(e − e ) r < a.

138
Algunos potenciales solubles en onda S

La continuidad de u(r) en r = a da la relación

Ae−Ka = B(e−Ka − eKa ). (5.92)

El análogo de las ecuaciones en una dimensión (2.4) y (2.6) para


el presente caso

u0 (a+ ) − u0 (a− ) = −v0 u(a)

dará la segunda relación

−KAe−Ka + KB(e−Ka + eKa ) = −v0 Ae−Ka . (5.93)

De esta última, expresamos B en términos de A y sustituimos


el resultado en la primera relación, (5.92), obteniendo

Ka(coth Ka + 1) = v0 a. (5.94)

Esta es la ecuación trascendente para los valores propios negati-


vos. Sin embargo, por inspección de su gráfica (ejercicio 5.9) es
evidente que (5.94) tiene una y sólo una solución cuando k > 0
y esto siempre y cuando v0 a > 1; en consecuencia, el pozo cas-
carón soporta tan solo un estado S ligado. Esta característica
lo hace util para representar datos empíricos de la interacción
nucleón-nucleón.
Ejercicio 5.9. a) Esboce la solución gráfica de (5.94) demostrando que
sólo se puede ligar un estado S. (Sugerencia: Use el
lı́m x→0 x coth x = 1 + x2 /3 + · · · .) b) Si v0 a = 2, determine el va-
lor de E en unidades de ~2 /2ma2 . 

5.6.3. Un potencial confinante: Interacción cuark-anticuark


En las teorías modernas de partículas elementales se conside-
ra a los bariones (de espín intrínseco semientero, por ejemplo los
nucleones) como constituidos por tres partículas llamadas cuarks
y a los mesones (de spín entero, por ejemplo el pión, el kaón,
etcétera) como estados ligados de una pareja cuark-anticuark.
El estado fundamental de un sistema particular ligado, llamado

139
Movimiento esféricamente simétrico

charmonio, no es más que la partícula mesónica llamada J/ψ


descubierta por Ting y Richter en 1974. Como no se han visto
hasta ahora los cuarks separados, se postula que su interacción
es tal que no pueden observarse aisladamente, es decir, que inter-
actúan a través de un potencial confinante tal que V (∞) = ∞,
de modo que no habría escape posible por efecto túnel. Entre
los potenciales confinantes más comunes está el potencial lineal

V (r) = −V0 + gr V0 , g > 0 (5.95)

que resulta soluble en onda S.

En este caso tenemos


~2 d2
 
− − V0 + gr u(r) = Eu(r) (5.96)
2µ dr2

con V0 y g como parámetros. El cambio de variable a

2µg 1/3
  
E + V0
ξ≡ r− u(r) ≡ η(ξ) (5.97)
g ~2

convierte la ecuación (5.96) en

η 00 (ξ) − ξη(ξ) = 0 (5.98)

es decir en la ecuación de Airy del apéndice E. Como u(0) = 0,


la solución regular de (5.98) debe anularse en r = 0, es decir
 1/3  
2µg En + V0
Ai 0− = 0. (5.99)
~2 g

Los primeros ceros de la función de Airy, Ai (ξn ) = 0, son ξ1 '


−2.3381, ξ2 ' −4.0879, ξ3 ' −5.5206, ξ4 ' −6.7867, . . .. Por
tanto, el espéctro de energías permitidas será
 2 2 1/3
g ~
En = |ξn | − V0 n = 1, 2, . . . . (5.100)

140
Algunos potenciales solubles en onda S

Si M es la masa en reposo del cuark, µ = M/2; las energías


observables del charmonio serán entonces

Mn c2 = 2M c2 + En n = 1, 2, . . . .
= 2M c − V0 + |ξn | (g 2 /M )1/3 ~2/3
2
(5.101)

donde se usó (5.100). Vemos que sólo hay dos parámetros dis-
ponibles, 2M c2 − V0 y g 2 /M . El espectro teórico obtenido con
M c2 = 1.5 GeV, g = 1.11 GeV/F y V0 = 0.59 GeV, compara-
do con el experimental de onda S es realmente impresionante.
Véase la tabla 5.2.

n Mn c2 (teórico)[GeV ] Mn c2 (experimental) [GeV ]


1 3.10 3.097 ± 0.002 (J/ψ)
2 3.62 3.686 ± 0.003 (ψ)
3 4.04 ' 4.1 (ψ 0 )
4 4.42 4.414 ± 0.007 (ψ 00 )

Tabla 5.2

Nótese, por comparación, que mc2 para el protón es apenas


0.938 GeV, mientras que para el neutrón es 0.9395 GeV y para
el deuterón 1.8755 GeV, lo que arroja una energía de amarre de
aproximadamente 2 MeV para el deuterón.
Ejercicio 5.10. Grafique el potencial (5.95) indicando esquemática-
mente sus cuatro niveles más bajos así como las funciones de onda
correspondientes. 

141
6

TEORÍA DE PERTURBACIONES

A diferencia de lo visto hasta ahora muchos problemas cuán-


ticos no tienen solución exacta, ya sea analítica o gráfica. En este
capítulo consideramos un método de aproximaciones sucesivas
llamado método de perturbaciones, que no es sino una técnica en
la solución aproximada de ciertas ecuaciones diferenciales clási-
cas. Nuestro hamiltoniano se divide en dos: una parte soluble
más el restante que se trata como una perturbación leve. Si el
estado base del problema soluble (o no perturbado) es no dege-
nerado, tendremos la teoría de perturbaciones con ese nombre;
si este estado es degenerado, tendremos la teoría degenerada que
se esbozará al final del capítulo.

6.1. Teoría no degenerada

Consideremos el problema cuántico, de una o muchas partí-


culas, regido por el operador hamiltoniano
(
H0 λ=0
H = H0 + λV = (6.1)
H0 + V λ=1

en que el parámetro real 0 ≤ λ ≤ 1 sirve para pasar del pro-


blema completo (λ = 1) al problema no perturbado (λ = 0) y
supuestamente soluble. Para este último se supone que se conoce
explícitamente un estado propio u0 (no necesariamente el estado
base) y su valor propio de la energía 0 , o sea

H0 u0 = 0 u0 . (6.2)

143
Teoría de perturbaciones

Desconocemos, por otro lado, el estado propio u y el valor propio


 del Hamiltoniano completo H

Hu = u (6.3)

que describirá el sistema físico cuando se incremente λ del valor


cero al valor uno. Supondremos, sin embargo, que u y  son
analíticos en λ, es decir, dados por sus series convergentes de
potencias en λ como

u = u0 + λu1 + λ2 u2 + · · ·
 = 0 + λ1 + λ2 2 + · · · . (6.4)

Procedemos a determinar las primeras funciones ui y coeficientes


i (i = 1, 2, . . .), con las que esperamos asignar una caracteriza-
ción aceptablemente fiel del problema de valores propios (6.3)
siempre y cuando de algún modo la perturbación V es pequeña.
Sustituyendo (6.1) y (6.4) en (6.3), se tiene

(H0 + λV )(u0 + λu1 + λ2 u2 + · · · )


= (0 + λ1 + λ2 2 + · · · )(u0 + λu1 + λ2 u2 + · · · ).
(6.5)

Esto equivale a una ecuación del tipo

f0 + λf1 + λ2 f2 + · · · = 0 (6.6)

que permite escribir un número infinito de relaciones

f0 = 0 : H0 u0 = 0 u0
f1 = 0 : H0 u1 + V u0 = 0 u1 + 1 u0
f2 = 0 : H0 u2 + V u1 = 0 u2 + 1 u1 + 2 u2 (6.7)
.. ..
. .

Vemos que la primera ecuación no es más que la ya conocida


relación (6.2).

144
Teoría no degenerada

Para encontrar expresiones explícitas para las i y ui (i =


1, 2, . . .), fijamos la normalización de u y u0 . A saber, si
Z Z
hf | gi ≡ dx1 · · · dxN f ∗ (x1 , . . . , xN )g(x1 , . . . , xN )

entonces exijamos que

1 = hu| ui = (u0 + λu1 + λ2 u2 + · · · ) (u0 + λu1 + λ2 u2 + · · · )



= hu0 | u0 i + λ [hu1 | u0 i + hu0 | u1 i]


+ λ2 [hu0 | u2 i + hu1 | u1 i + hu2 | u0 i] + · · · .
(6.8)

Imponiendo además que hu0 | u0 i = 1 la ecuación (6.8) queda de


la forma (6.6) y tendremos entonces, suponiendo que u∗i = ui
(que ocurre para estados ligados), la serie de relaciones

hu1 | u0 i + hu0 | u1 i ⇒ hu1 | u0 i = 0


hu0 | u2 i + hu1 | u1 i + hu2 | u0 i = 0 ⇒ 2 hu0 | u2 i + hu1 | u1 i = 0
.. ..
. . (6.9)

Luego, de la ecuación f1 = 0 dada en (6.7) mutiplicada por u0


e integrada, tenemos que

h u0 | H0 | u1 i + h u0 | V | u0 i = 0 hu0 | u1 i + 1 hu0 | u0 i . (6.10)

O bien, usando la hermiticidad H0 , es decir h u0 | H0 | u1 i =


hH0 u0 | u1 i = 0 hu0 | u1 i = 0, nos queda

1 = h u0 | V | u0 i . (6.11)

Esta se llama la corrección a primer orden en la energía; para


su obtención se usaron (6.9) y el hecho de que hu0 | u0 i = 1. Por
otro lado, la ecuación f2 = 0 dada en (6.7) multiplicada por u0
e integrada se tiene, análogamente, que

2 = h u0 | V | u1 i (6.12)

145
Teoría de perturbaciones

donde se utilizó de nuevo la supuesta hermiticidad de H0 , es


decir, por (1.85), que

h u0 | H0 | u2 i = 0 hu0 | u2 i . (6.13)

Ejercicio 6.1. a) Demuestre que

3 = h u0 | V | u2 i − 1 hu0 | u2 i . (6.14)

b) Suponiendo la hermiticidad de V y de H0 , establezca que

3 = h u1 | V − 1 | u1 i (6.15)

es decir, como se puede demostrar en general, que para determinar


n (n ≥ 3) no es necesario conocer un−1 . De hecho, basta un para
fijar ambas 2n y 2n+1 , n = 1, 2, . . .. [Sugerencia: Usar la relación
h u2 | f2 = 0]. 

Si el hamiltoniano H0 es soluble, conocemos su espectro, o


sea
H0 φn = En φn n = 1, 2, . . . . (6.16)
Sus funciones propias φn serán ortogonales por (1.87) y formarán
un conjunto completo, en analogía con (1.80) o (3.5). Es decir

X
hφn | φm i = δnm | φn i h φm | = 1. (6.17)
n=1

Por lo tanto, la primera corrección u1 a la función de onda total


(6.4) podrá descomponerse como

X
u1 = an φn . (6.18)
n=1

Examinemos el s-ésimo nivel no perturbado, o sea 0 = Es y


u0 = φs . De (6.9) y (6.18) tenemos que

X
0 = hu0 | u1 i = hφs | u1 i = an hφs | φn i = as (6.19)
n=1

146
Teoría no degenerada

habiendo usado la ortogonalidad (6.17). Entonces



X
u1 = an φn (6.20)
n=1(n6=s)

y sustituyendo esto en (6.7) para f1 = 0, tendremos



X
(En − Es )an φn + (V − 1 )φs = 0. (6.21)
n=1(n6=s)

Multiplicando por φr (6= φs ) e integrando, quedarán determina-


dos los coeficientes an de (6.20) como
Vrs
ar = r 6= s Vrs ≡ h φr | V | φs i . (6.22)
Es − Er
Empleando este resultado y (6.12) en (6.20), llegamos a las ex-
presiones deseadas
∞ ∞
X Vns φn X |Vsn |2
u1 = 2 = h u0 | V | u1 i = .
Es − En Es − En
n=1(n6=s) n=1(n6=s)
(6.23)
En la última relación supusimos V hermitiana, o sea Vsn = Vns ∗.

Notamos que i) las sumas son infinitas y además que ii) si s = 1


es el estado fundamental, entonces 2 < 0 rigurosamente.

6.1.1. Ejemplos de primer orden

a) El oscilador armónico
Tomemos el caso de una partícula descrita por el hamilto-
niano no perturbado

p2 1
H0 = + mω 2 x2 (6.24)
2m 2
sujeta a la perturbación

V = 12 λx2 .

147
Teoría de perturbaciones

La corrección a primer orden, ecuación (6.11), que sufrirá el n-


ésimo nivel será
Z ∞
1
1 = 2 λ dx x2 u2n (x). (6.25)
0

En segunda cuantización, (3.10) y (3.11) permiten escribir


r
~
x= (a+ + a) (6.26)
2mω
~  + 2
x2 = (a ) + (a)2 + a+ a + aa+

2mω
~  + 2
(a ) + (a)2 + 2a+ a + 1

= (6.27)
2mω
donde en el último paso se usó la relación de conmutación [a, a+ ] =
1 establecida en (3.13). La ecuación (6.25) se reduce entonces a
λ ~ λ ~
h n| (2a+ a + 1) | ni = n + 21

1 = (6.28)
2 2mω 2 mω
donde se usaron (3.18) y (3.19). En este caso el resultado exacto
es fácil de obtener pues
r
p2 1 02 2 0 λ
H = H0 + V = + mω x ω ≡ω 1+ k ≡ mω 2
2m 2 k
(6.29)
tendrá como n-ésimo valor propio

En0 = ~ω 0 n + 12

n = 0, 1, 2, . . .
r
λ
= ~ω n + 21

1+ (6.30)
k
~
' ~ω n + 21 + λ n + 21 + O(λ2 )
 
(6.31)
2mω
cuando λ/k  1. Se obtiene así el mismo resultado aproximado
de (6.28) a primer orden.
Ejercicio 6.2. Demuestre que si
p2 1
H0 = + mω 2 x2 y V = αx3 + βx4
2m 2

148
Teoría no degenerada

entonces
3 ~2
β 2 2 n2 + n + 12

1 = n = 0, 1, 2, . . . . (6.32)
2 m ω
[Sugerencia: Use (3.28) para calcular h n0 | x2 | ni y de aquí calcule
h n| x4 | ni.] 

Ejercicio 6.3. Calcule (sin usar segunda cuantización) la corrección a


primer orden de la energía del estado base del oscilador unidimensional
debido a la perturbación V = αx3 + βx4 y compare el resultado con
(6.32). [Sugerencia: Use
Z ∞
−αx2 /2 mω 2 √
φ0 = Ce α≡ dy e−y = π
~ −∞

R∞ 2
y las derivadas sucesivas de I(α) ≡ −∞
dx e−αx .] 

b) Átomos alcalinos
Consideremos la partícula de valencia, con el hamiltoniano

~2 2 e2
H0 = − ∇ − (6.33)
2m r
como modelo del átomo alcalino (Li, Na, etcétera) ya que la par-
tícula, en este caso, siente el potencial nuclear atractivo −Ze2 /r+
(Z − 1)e2 /r = −e2 /r, donde la repulsión (Z − 1)e2 es el efecto
apantallamiento de las cargas electrónicas en las capas atómicas
cerradas. Además, la partícula de valencia sufrirá una pertur-
bación V (r) que tiende rápidamente a cero cuando r → ∞ (a
medida que la nube electrónica de las capas cerradas se desva-
nece), pero que diverge negativamente, más rápido que −e2 /r,
cuando r → 0 (a medida que al penetrar dentro de la nube de
capas cerradas el efecto pantalla de éstos disminuye; véase la
figura 6.1). El corrimiento en energía a primer orden será, para
el nivel atómico caracterizado por el estado | nlmi
Z
1 ≡ h nlm| V | nlmi = d3 r |φnlm (r)|2 V (r) < 0 (6.34)
nlm

149
Teoría de perturbaciones

O
r
Na
−e2 /r
3p 3d
Li 3s
V (r)
2p 2p
2s 2s
1s 1s

Figura 6.1

de modo que los niveles se recorren hacia abajo. Aquí, φnlm (r)
son las funciones propias del átomo de hidrógeno (6.33). Ade-
más, por (5.41) podemos concluir que, gracias al factor rl , ese
corrimiento es mayor mientras mayor sea l, o sea que

0
nl nl
1 < 1 para l0 > l (6.35)

debido a que para r pequeña, |φnlm |2 > |φnl0 m |2 . El resultado


neto se ilustra (exageradamente) en la figura 6.1 para litio y
sodio y es un efecto que ha sido observado en el hecho que la
partícula de valencia del Li está en el nivel 2s, la del Na en el
3s, etc.

c) Efecto Stark
Se llama así al átomo hidrogenoide en un campo eléctrico
externo constante E, es decir con H0 dado por (6.33) y el hamil-
toniano total por

H = H0 + V V = −eEz = −eEr cos θ (6.36)

donde θ es el ángulo entre r y el eje z. El corrimiento de niveles

150
Teoría no degenerada

a primer orden es, usando (4.44)

1 = −eE h nlm| r cos θ | nlmi


Z ∞ Z θ=π Z 2π
= −eE drr3 Rnl
2
(r) d(cos θ) |Ylm |2 cos θ dφ = 0
0 θ=0 0
(6.37)
R1
ya que la integral sobre θ se reduce a − −1 dµ |Ylm |2 µ = 0. Este
resultado nulo se interpreta diciendo que una órbita de momento
angular orbital l definido carece de dipolo eléctrico permanente.
d) Efecto Zeeman
Cuando el átomo hidrogenoide se encuentra en un campo
magnético externo H, el hamiltoniano total, con H0 dado por
(6.33), es
e e
H = H0 + V V = −µ · H = L·H = Lz Hz (6.38)
2me 2me
donde µ es el momento dipolar magnético del electrón, L su
momento angular orbital y Lz la componente z dada por (4.48).
Si el campo H es homogéneo en el espacio, Lz Hz = Hz Lz y
V = −i~(e/2me )Hz ∂/∂φ. Entonces
e~
1 = h nlm| V | nlmi = m Hz (6.39)
2me
donde hemos usado (4.60) y la normalización hnlm| nlmi = 1.
Ahora bien, el operador hamiltoniano (6.38) es operador propio
de los estados propios hidrogenoides Rnl (r)Ylm (θ, φ), pero con
otra energía ya que
 
e~
En + m Hz − H Rnl (r)Ylm (θ, φ) = 0. (6.40)
2me
Si En está dada por (5.49a), el resultado exacto coincide, a pri-
mer orden, con el aproximado en (6.39). No es fácil ver que el
efecto de órdenes superiores al primero se anule debido a que las
fórmulas (6.23) no son aplicables pues el estado no perturbado
tiene la degeneración dada en (5.50).

151
Teoría de perturbaciones

6.1.2. Ejemplos de segundo orden

a) Oscilador cargado en un campo eléctrico


Este caso está descrito por

H = H0 + V
p2 1
H0 = + mω 2 x2 V = −eEx
2m 2
En = n + 12 ~ω

(En − H0 )φn = 0 n = 0, 1, 2, . . . .
(6.41)

Luego Z ∞
1 = −eE dxx |φn (x)|2 = 0. (6.42)
−∞

Para determinar la 2 , según (6.23), necesitamos las


Z ∞
Vns ≡ −eE dxφn (x)xφs (x). (6.43)
−∞

Esto es más fácil en segunda cuantización. Usando (4.26) y (3.28)


se tiene
r
~
Vns = −eE h n| a+ + a | si
2mω
r
√ √
 
~
= −eE s + 1 hn| s + 1i + s hn| s − 1i
2mω
e2 ~E 2
|Vns |2 = [(s + 1)δn,s+1 + sδn,s−1 ] . (6.44)
2mω
La suma infinita de (6.23) se reduce entonces a sólo dos términos,
a saber
e2 ~E 2 e2 E 2
 
n n+1
2 = + = (6.45)
2mω En−1 − En En+1 − En 2mω 2

donde se tomó en cuenta (6.41). La corrección a segundo orden


es independiente del nivel n.

152
Teoría no degenerada

Ejercicio 6.4. a) Verifique el resultado (6.45). b) Completando el cua-


drado de x en H0 + V , resuelva exactamente (6.41). c) Desarrollando
el resultado exacto en potencias de E, compare con el resultado apro-
ximado 1 + 2 de (6.42) y (6.45). 

b) Oscilador anarmónico cuántico


Consideremos ahora el problema (con ~ = m = ω = 1)

H = H0 + V H0 = 12 (p2 + x2 ) V = λx4 (6.46)

La energía total de H para el n-ésimo nivel se obtiene usando


(6.41), (6.32) y la fórmula para 2 en (6.23), dejando

1
+ λ 23 n2 + n + 1
 
En = n + 2 2
− λ3 81 (34n3 + 51n + 59n + 21) + O(λ3 ). (6.47)
2

Esta serie resulta divergente para toda λ > 0 y es de carácter


asintótica.

Ejercicio 6.5. Verifique el término O(λ2 ) en (6.47) deduciendo prime-


ro que
p
h m| x4 | ni = 14 n(n − 1)(n − 2)(n − 3) δm,n−4
p
+ 12 (2n − 1) n(n − 1) δm,n−2
+ 32 n2 + n + 12 δmn

(6.48)
p
1
+ 2 (2n + 3) (n + 1)(n + 2) δm,n+2
p
+ 14 (n + 1)(n + 2)(n + 3)(n + 4) δm,n+4 . 

Dado que E = ~ω y ~ = 1, la frecuencia de la radiación


emitida por la desexcitación del (n + 1)-ésimo al n-ésimo nivel
del sistema será

ωn+1,n = En+1 − En
= 1 + 3λ(n + 1) − 14 λ2 (51n2 + 102n + 72) + O(λ3 ).
(6.49)

153
Teoría de perturbaciones

Ahora bien, las expresiones (6.47) y (6.49) se reducen a

E ≡ En −→ n + 32 λn2 − 17 2 3
4 λ n + O(λ3 ) (6.50)
n1
51 2 2
ωn+1,n −→ ω = 1 + 3λn − 4 λ n + O(λ3 ). (6.51)
n1

Eliminando n = A1 E + A2 E 2 + . . . (con A1 = 1, A2 = −(3/2)λ,


etc.), de ambas ecuaciones obtenemos
69 2 2
ω = 1 + 3λE − 4 λ E + O(λ3 ) (6.52)

relación que ahora proseguimos a deducir clásicamente con ob-


jeto de establecer que el resultado perturbativo (6.47), hasta se-
gundo orden, obedece el principio de correspondencia. Por (6.46)
y dado que m = ω = 1, la energía cinética clásica es
2
1
2 mv = 21 v 2 = E − 21 x2 − λx4 . (6.53)

La amplitud a de la oscilación es el valor de x cuando v = 0;


por lo tanto a2 es la raíz positiva de

E − 12 x2 − λx4 = 0 (6.54)

considerada como una ecuación cuadrática en x2 y −b2 su raíz


negativa

1 √
 
2
a = 1 + 16λE − 1

1 √
 
2
−b = − 1 + 16λE + 1 . (6.55)

De este modo v 2 puede expresarse como

v 2 = 2λ(a2 − x2 )(b2 + x2 ). (6.56)

El período T de la oscilación será entonces


Z a Z a
2π dx 4 dx
T = =4 =√ p . (6.57)
ω 0 v 2λ 0 (a − x2 )(b2 + x2 )
2

154
Teoría no degenerada

Al hacer el cambio de variable x = a cos θ, esta expresión se


convierte en
Z π/2
2π 4 dθ
T = =p p
ω 2 2
2λ(a + b ) 0 1 − k 2 sin2 θ
4 4K(k)
≡p K(k) = (6.58)
2λ(a2 + b2 ) (1 + 16λE)1/4
a2
 
2 1 1
k = 2 = 1− √
a + b2 2 1 + 16λE

donde definimos la integral elíptica completa K(k) de módulo k.


Desarrollando hasta O(k 2 ), la frecuencia circular ω queda como

π(1 + 16λE)1/4 69 2 2
ω = 2π/T = = 1 + 3λE − 4 λ E + O(λ3 )
2K(k)
(6.59)
donde usamos el resultado

K(k) ' 21 π 1 + 41 k 2 + 64
9 4
k + O(k 6 )
 

2 2 3
' 21 π 1 + λE − 39
 
4 λ E + O(λ ) . (6.60)

Comparando (6.59) con (6.52) comprobamos que el desarrollo


perturbativo cuántico se reduce hasta orden dos al clásico para
n  1.
Como se mencionó, el desarrollo diverge para toda λ, como lo
demuestra la figura 6.2. Allí vemos que el potencial total (curva a
trazos) para λ > 0 es un pozo con estados ligados (estacionarios).
Pero para el caso λ < 0 sí hay estados discretos, o sea éstos no
serán estacionarios sino que serán resonancias. Es decir, estados
descritos por energías complejas, como en (1.47). Así, una serie
de potencias en λ con coeficientes reales, como en (6.47), debe
ser divergente para λ < 0, por lo tanto, también para λ > 0,
pues el radio de convergencia de una serie está determinado por
la primera singularidad en el plano complejo de λ. Concluimos
así que la serie (6.47) es, en el mejor de los casos, asintótica, tal
y como lo es la serie de Stirling (A.11) para ln z!

155
Teoría de perturbaciones

V (x) = x2 + λx4

x2
estado |λ| x4
estacionario
x
O

x2 resonancia
estado no-estacionario

−|λ| x4

Figura 6.2

De hecho, recordando la ecuación (6.46) y sometiéndola al


cambio de escala
x ~ ∂
x 7→ ⇒ p= 7→ βp (6.61)
β i ∂x
tendremos que
1
(p2 + x2 ) + λx4 7→ β 2 + β −4 x2 ) + λβ −6 x4 .
2
1 
H≡ 2 2 (p
(6.62)
Si En (α, λ) es el n-ésimo valor propio del hamiltoniano (p2 +
αx2 )/2 + λx4 , con α real y λ > 0, entonces escogiendo β = λ1/6

En (1, λ) = λ1/3 En (λ−2/3 , 1).

Es evidente que las energías propias del oscilador armónico cuán-


tico, con perturbación λx4 , no son analíticas en λ, es decir, no
se pueden desarrollar en series de potencias de λ. Simon (1970)
estableció, entre otras cosas, que la divergencia en la serie (6.47)

156
Método de Dalgarno y Lewis

no se hace patente sino hasta términos de décimo orden en λ, que


es una serie asintótica pero que puede sumarse con aproximantes
de Padé.

6.2. Método de Dalgarno y Lewis

Hemos visto que, salvo en ejemplos muy sencillos, puede ser


muy difícil efectuar la suma infinita en (6.23) para evaluar la
segunda corrección 2 a la energía. El método de Dalgarno y
Lewis (1955) reduce este problema al de resolver una ecuación
diferencial inhomogénea. Se parte de (6.12) y se supone que la
primera corrección u1 a la función de onda puede escribirse como

u1 = F u0 (6.63)

con F = F (r) una función escalar. La ecuación (6.12) es entonces


el valor esperado

2 = h u0 | V | u1 i = h u0 | V F | u0 i . (6.64)

Luego, la ecuación (6.7) para f1 = 0 puede reescribirse, para el


caso general de una H0 central y en tres dimensiones, como

(V − 1 )u0 = (0 − H0 )u1 = (0 − H0 )F u0


= [F, H0 ]u0 = [F, −(~2 /2m)∇2 + v(r)]u0
~2 2
= [∇ , F ]u0 . (6.65)
2m

Dado que ∇2 F u0 = F ∇2 u0 + 2(∇u0 ) · (∇F ) + u0 ∇2 F , (6.65) se


reduce a la ecuación diferencial inhomogénea deseada

~2 
u0 ∇2 F + 2(∇uo ) · (∇F ) = (V − 1 )u0

(6.66)
2m
que debe resolverse para determinar F y con ella evaluar 2
mediante (6.64).

157
Teoría de perturbaciones

6.2.1. Ejemplo. Efecto Stark


Para ilustrar el método consideremos el problema del átomo
de hidrógeno en un campo eléctrico externo E constante, que
apunta en la dirección z. Entonces

H = H0 + V
~2 2 e2
H0 = − ∇ − V = −eEz = −eEr cos θ
2m r
u0 = Ce−r/a0
Z Z ∞
1
1 = hu0 | u0 i = C 2
dΩ drr2 e−2r/a0 C = p 3
0 πa0
~ −e2
a0 = 2
' 0.529Å 0 = ' −13.6eV. (6.67)
me 2a0
R1
Vemos de (6.11) que 1 = 0 ya que −1 dµ µ ≡ 0. Sustituyendo
(6.67) en (6.66) queda

2 ∂ 2m
∇2 F (r) − F (r) + 2 eEr cos θ = 0. (6.68)
a0 ∂r ~
Sustituyendo la función escalar F (r) por el desarrollo

X
F (r) ≡ Gn (r)Pn (cos θ) (6.69)
n=0

gracias a la simetría axial del problema (independencia en el


ángulo φ), multiplicando el resultado por P1 (cos θ), integrando
sobre cos θ de −1 a 1 y usando (4.56) y (4.57), se obtiene Gn (r) =
0 (n 6= 1) y

1 d 2d 2 2 d 2m
2
r G1 (r) − 2 G1 (r) − G1 (r) + 2 eEr = 0. (6.70)
r dr dr r a0 dr ~

Si proponemos la forma G1 (r) = αr + βr2 encontramos la solu-


ción
a0 meE
G1 (r) = (2a0 r + r2 ). (6.71)
2~2

158
Método de Dalgarno y Lewis

Potencial total
para x, y fijos
−e2 /r = e2 /(x2 + y 2 + z 2 )1/2

z
O
−e E z

nivel
no-estacionario


r

θ
+ +
R

Figura 6.3

Por último, (6.69) nos da


meEa0  r 
F (r) = G1 (r)P1 (cos θ) = + a 0 z (6.72)
~2 2
con lo cual (6.64) se transforma en
2 = h u0 | V F | u0 i
Z ∞
ma0 e2 E 2 2π
Z Z 1
2
drr2 e−2r/a0 12 r3 + a0 r2

=− 2 3 dφ dµµ
π~ a0 0 −1 0
2 2 Z ∞
4me E −2r/a0 1 5 4 a
= − a30 E 2 (6.73)

=− 2 2 dre 2 r + a0 r
3~ a0 0 4
donde se utilizó el resultado
Z ∞  n+1
n −2r/a0 a0
drr e = n! (6.74)
0 2
Igual que en el ejemplo anterior, comentamos que la serie per-
turbativa (6.67)
 = 0 + g1 E + g2 E 2 + · · · g1 = 0 g2 = − 94 a30 ···
(6.75)

159
Teoría de perturbaciones

no puede converger debido a que (veáse la figura 6.3(a)) también


representa estados no estacionarios de energía compleja, es decir,
que pueden producir un efecto túnel hacia afuera después de un
determinado tiempo. Sin embargo, la serie es de gran utilidad
para su comparación con el experimento ya que la vida media
en este caso resulta ser mucho mayor que la edad del universo.

Ejercicio 6.6. a) La perturbación V de un protón en el campo de un


átomo de hidrógeno ubicado a una√distancia R del núcleo atómico
(ver figura 6.3) es V = e2 /R − e2 / R2 + r2 − 2Rr cos θ, donde r es
la distancia electrón-núcleo atómico y θ es el ángulo entre este vector
y R. Muestre que si R > r

∞  l
e2 X r
V =− Pl (cos θ). (6.76)
R R
l=1

b) Use el resultado del inciso anterior para encontrar que 1 = 0. c)


Usando el método de Dalgarno y Lewis muestre que

∞  2l+1
e2 X (l + 2)(2l + 1)! a0
2 = − (6.77)
R 22l+1 l R
l=1

y d) que el término dominante de 3 , por (6.15), es O(R−7 ). (Nótese


que el término dominante en (6.77) coincide con el corrimiento a se-
gundo orden del efecto Stark (6.73) si interpretamos a −e/R2 como
el campo E.) 

Pese a que evita por completo la dificultad de efectuar la


suma infinita en (6.23), el método de Dalgarno y Lewis aplicado
al H2+ tiene el defecto de pasar inadvertido que el estado no
perturbado del ejemplo 6.6 está degenerado con grado dos, ya
que el electrón puede considerarse ligado a cualesquiera de los
dos protones. Al tomar esto en cuenta más adelante, resultará
que la serie perturbativa ya no es una serie de potencias en R−1 ,
como sucede en (6.77), sino que contiene correcciones sucesivas
que dan lugar a una serie divergente.

160
Interacción interatómica van der Waals

1
− r12 2 H2

ra1
ra2 rb2
rb1
α
β
+ + z
R
a b

Figura 6.4

6.3. Interacción interatómica van der Waals

Como aplicación de la teoría de perturbaciones no degene-


rada deduciremos la forma de la cola de la interacción entre
dos átomos neutros, llamada atracción van der Waals. Aunque
el tratamiento se puede generalizar a dos átomos neutros cua-
lesquiera, consideramos el caso más sencillo de dos átomos de
hidrógeno (figura 6.4), cuyos protones a y b se alinean a lo largo
del eje z. Las interacciones elementales son repulsiones o atrac-
ciones coulombianas, de modo que

H = H0 + V
~2 e2 e2
H0 = − (∇21 + ∇22 ) − − (6.78)
2m ra1 rb2
 
2 1 1 1 1
V =e − − + .
R ra2 rb1 r12

Aquí, ∇i se refiere a las coordenadas del i-ésimo electrón, res-


pecto a un sistema de referencia fijo (digamos, el laboratorio). Si
tomamos el vector R fijo (aproximación de Born-Oppenheimer),
convertimos a R en un simple parámetro (o número) en vez de
un operador, anulando el término correspondiente en la ener-
gía cinética. Si R > ra1 y R̂ ≡ R/R y usando las expresiones

161
Teoría de perturbaciones

explícitas (A.8) para los polinomios de Legendre, tendremos que


∞ 
1 X ra1 l

1 1
≡ = Pl (cos α)
rb1 |R − ra1 | R R
l=0
1 (ra1 · R̂) 3(ra1 · R̂)2 − ra1
2
= + + + ··· (6.79)
R R2 2R3
donde los términos sucesivos en el miembro derecho son llama-
dos monopolo, dipolo, cuadrupolo (o dipolo-dipolo), etcétera.
Análogamente

1 1 1 (ra1 − rb2 ) · R̂
≡ = +
r12 |R + rb2 − ra1 | R R2
h i2
3 (ra1 − rb2 ) · R̂ − (ra1 − rb2 )2
+ + ··· (6.80)
2R3
1 1 1 (rb2 · R̂) 3(rb2 · R̂)2 − rb2 2
≡ = − + + ··· .
ra2 |R + rb2 | R R2 2R3
(6.81)

Sustituyendo en (6.78), se tiene que la perturbación es


"
2 3(rb2 · R̂)2 − rb22
3(ra1 · R̂)2 − ra1
2
V =e − −
2R3 2R3
h i2 
3 (ra1 − rb2 ) · R̂ − (ra1 − rb2 )2  
1 
+ 3
+O  (6.82)
2R R4

que inicia con términos O(R−3 ) en vez de O(R−2 ), como en el


caso del H2+ de (6.76). El término de O(R−3 ) en (6.82) se llama
la energía de interacción dipolar.
Ejercicio 6.7. Llamando a las coordenadas electrónicas r1 = (x1 , y1 , z1 )
y r2 = (x2 , y2 , z2 ), demuestre que (6.82) se simplifica a
  
2 2z1 z2 − x1 x2 − y1 y2 1
V = −e +O . (6.83)
R3 R4


162
Interacción interatómica van der Waals

Procedamos ahora a calcular por teoría de perturbaciones la


energía de interacción cuántica entre dos átomos de hidrógeno.
La corrección a primer orden para R grande es entonces

1 = h u0 (1)u0 (2)| V | u0 (1)u0 (2)i (6.84)

donde suponemos que en los átomos no perturbados cuyo ha-


miltoniano es el operador H0 en (6.78), los electrones 1 y 2 se
encuentran en sus estados fundamentales u0 (1) y u0 (2), respec-
tivamente. Luego, por ejemplo, el valor esperado de x1 x2 es
Z 2
3
h u0 (1)u0 (2)| x1 x2 | u0 (1)u0 (2)i = d r1 u20 (r1 )x1
"Z
∞ Z r

= dr1 r12 u20 (r1 ) dΩ1 r1
0 3
 #2
× Y1−1 (Ω1 ) − Y1+1 (Ω1 ) = 0 (6.85)

R
ya que dΩ1 Y00 (Ω1 )Y1m (Ω1 ) = 0 por (4.62). Además se usaron
(4.60) y (4.61) para escribir x1 = r1 sin θ1 cos θ1 en términos de
los armónicos esféricos de orden l = 1, ecuación (4.37). Análoga-
mente se anulan los valores esperados de y1 y2 y z1 z2 [cambiando
los ejes y siguiendo el mismo argumento que llevó a (6.85)]. Por
lo tanto
1 = 0. (6.86)
Considerando el orden siguiente, de (6.23) se tiene que

X |h u0 (1)u0 (2)| V | un (1)un (2)i|2 |constante|
2 = =−
0 − En R6
n=2
(6.87)
donde un (i) se refiere al n-ésimo estado excitado del i-ésimo
electrón, 0 a su energía fundamental (6.67) y En a la n-ésima
energía excitada (5.49). Como 0 −En < 0 para toda n = 2, 3, . . .
y dado el resultado (6.83), se tiene la última igualdad que es la

163
Teoría de perturbaciones

cola atractiva interatómica van der Waals, que resulta de un al-


cance mucho más corto que el largo alcance coulombiano R−1
que se tendría si los átomos no fuesen eléctricamente neutros.
Todos los potenciales interatómicos modernos tienen el compor-
tamiento de tipo van der Waals para R grande.

6.4. Teoría para niveles degenerados

Cuando el estado base no perturbado de nuestro problema es


degenerado, la teoría desarrollada hasta aquí pierde su validez,
pues expresiones como (6.23) tendrían términos divergentes al
ocurrir en los denominadores que Es = En , aun cuando n 6= s.
Entonces se requiere un nuevo formalismo, que veremos primero
para el caso de degeneración doble y luego para degeneración
múltiple.

6.4.1. Degeneración doble


Supongamos que
( (
u01 u01
H = H0 + λV H0 = 0 (6.88)
u02 u02

0 0
ui uj = δij i, j = 1, 2.

Tomaremos la combinación lineal de estos dos estados no per-


turbados degenerados

c1 u01 + c2 u02 ≡ ψ (6.89)

y exigiremos que a primer orden

(H0 + λV )ψ = (0 + λ1 )ψ. (6.90)

Sustituyendo (6.88) y (6.89) en (6.90), tendremos

V ψ = 1 ψ
c1 V u01 + c2 V u02 = 1 c1 u01 + 1 c2 u02 . (6.91)

164
Teoría para niveles degenerados

Nótese que la combinación ψ juega el papel de la u0 en la


teoría no degenerada, donde 1 = h u0 | V | u0 i, en tanto que aquí
1 = h ψ| V | ψi / hψ| ψi por (6.91). Multiplicando (6.91) por u01 ,
integrando, repitiendo el mismo proceso con u02 y definiendo

Vij ≡ u0i V u0j




i, j = 1, 2 (6.92)

se llega a las dos ecuaciones algebraicas

c1 V11 + c2 V12 = c1 1
c1 V21 + c2 V22 = c2 1

o bien ! ! !
V11 V12 c1 c1
= 1 . (6.93)
V21 V22 c2 c2
Por la regla de Kramer existen soluciones (c1 , c2 ) no-triviales (es
decir, diferentes de cero) sólo si se anula el determinante

V −  V12
11 1
= 0. (6.94)
V21 V22 − 1

Esto nos lleva a una ecuación cuadrática en 1 , con soluciones


q
(±)
1 = 21 (V11 + V22 ) ± 21 (V11 − V22 )2 + 4V122. (6.95)

Estas a su vez permiten extraer el valor del cociente c1 /c2 en


(6.93), que junto con la normalización

hψ| ψi = 1 ⇒ c21 + c22 = 1 (6.96)

fijan los valores de c1 y c2 .


a) El ion H+
2
Como aplicación de la teoría de perturbaciones con degene-
ración de orden dos, recordemos el problema del H2+ (6.76), la
“molécula” mas elemental, donde el electrón puede considerarse

165
Teoría de perturbaciones


H+
2

r1 r2
r

+ + z
1 1
2 R O 2 R
1 2

Figura 6.5

ligado a uno o al otro protón de los dos protones. Así, depen-


diendo de que coloquemos el origen del sistema de coordenadas
en el protón 1 o en el protón 2, tendremos (figura 6.5)

~2 2 e2
  2
e2
 
e
H= − ∇ − + − ≡ H0 + V
2m r1 r1 R r2
~2 2 e2
  2
e2
 
e
= − ∇r2 − + − ≡ H00 + V 0 . (6.97)
2m r2 R r1

En consecuencia, (0 − H0 )u01 (r1 ) = 0 = (0 − H00 )u02 (r2 ) y en


vez de (6.91) tendremos las dos ecuaciones

V ψ = 1 ψ
V 0 ψ = 1 ψ.

Multiplicando e integrando la primera ecuación por u01 (r1 ), y la


segunda por u02 (r2 ), obtenemos
! ! !
V11 V12 c1 c1
0 0
= 1 . (6.98)
V21 V22 c2 c2

0 yV
Escribiendo V11 = V22 0
12 = V21 tendremos para el corrimiento
en la energía a primer orden, en vez de (6.95)

166
Teoría para niveles degenerados


1 = V11 ± V12
 2
e2 0 e2 e2
Z 
3 0 e
V11 ≡ d r1 u1 (r1 ) − u1 (r1 ) ≡ − C(R)
R r2 R a0
 2 2 2 e2
Z 
e e e
V12 ≡ d3 r1 u01 (r1 ) − u02 (r2 ) ≡ S(R) − I(R)
R r2 R a0
0 2
Z    
3 u1 (r1 ) a0 R −2R/a0
C(R) ≡ a0 d r1 = 1− 1+ e
r2 R a0
Z "  3 #
R 1 R
S(R) ≡ d3 r1 u01 (r1 )u02 (r2 ) = 1 + + e−R/a0
a0 3 a0
u0 (r1 )u02 (r2 )
Z  
R −R/a0
I(R) ≡ a0 d3 r1 1 = 1+ e . (6.99)
r2 a0

Las integrales, llamadas integrales de centro doble, se evaluarán


en el capítulo 8. Es fácil ver que en el límite para R grande
2
2 e2

(±) R
1 = V11 ± V12 −→ ∓ e−R/a0 . (6.100)
R/a0 →∞ 3 R a0

Notemos que ahora la corrección no se puede expresar en serie


de potencias de R−1 , como en (6.77) con base en la teoría (no
degenerada) de Dalgarno y Lewis. El comportamiento dado en
(6.100) debe compararse con el resultado exacto (2.65) para el
pozo cuadrado doble, figura 2.8, así como con el resultado para
el potencial delta doble del ejercicio 2.5.
Por último mencionamos que el mismo tipo de singularidad
(llamado esencial ) se observa en el coeficiente de transmisión
(2.41) para una barrera cuadrada de ancho a, en el límite a → ∞
(1/a → 0), o bien ~ → 0.

Ejercicio 6.8. a) Comprobar el resultado (6.100). b) Hacer un dibujo


del problema del H+2 (semejante al de la figura 2.8) para ilustrar que
también aquí se trata de un efecto túnel que hace surgir el exponencial.


167
Teoría de perturbaciones

6.4.2. Degeneración múltiple

Si la degeneración en el estado fundamental no perturbado


es de orden f , entonces

(0 − H0 )u0i = 0 u0i u0j = δij




i, j = 1, 2, . . . , f.
(6.101)
Construimos la función
f
X f
X
ψ= ci u0i hψ| ψi = 1 ⇒ c2i = 1. (6.102)
i=1 i=1

En vez de la matriz de 2 × 2 en (6.92), tendremos la matriz V


de f × f constituida por los elementos {Vij |i, j = 1, 2, . . . , f } y
en vez de (6.93)
VC = 1 C (6.103)

con C un vector columna de las f componentes c1 , c2 , . . . , cf .


Por la regla de Kramer se tiene

det[Vij − 1 δij ] = 0 (6.104)

(i)
que al desarrollarse da una ecuación de grado f con f raíces 1
(i = 1, 2, . . . , f ), las cuales al sustituirse en (6.103) permiten la
determinación de los (f − 1) cocientes c1 /c2 , c2 /c3 , . . . , cf −1 /cf
que, junto con la segunda relación (6.102), fijarán el valor de
todos los coeficientes ci .

a) El efecto Stark en H excitado


En el primer nivel excitado n = 2 del átomo de hidrógeno
tenemos, por (5.50) y haciendo caso omiso del espín, una dege-
neración f = n2 = 4. Los estados degenerados serán (nlm) =
(200), (210), (211) y (21 − 1) de modo que

u0i (r) = {R20 (r)Y00 (θ, φ), R21 (r)Y1m (θ, φ)|m = 0, 1, −1}
(6.105)

168
Teoría para niveles degenerados

0 + 3eEa0

n=2 2s 2p 0 = −e2 /8a0

0 − 3eEa0

n=1 1s −e2 /2a0

Figura 6.6

R 2π 0
para i = 1, 2, 3, 4, respectivamente. Como 0 dφe−imφ eim φ = 0
R1
(m 6= m0 ) y −1 dµ µ = 0 la matriz (6.103) se reduce a
 
0 V12 0 0
 
V21 0 0 0

 0
 (6.106)
 0 0 0

0 0 0 0

donde, además

~2
V12 = V21 ≡ u01 V u02 = 3eEa0


a0 ≡ ' 0.529Å.
me2
(6.107)
El esquema de niveles, sin la perturbación y con ella, se ilustra
en la figura 6.6.
Ejercicio 6.9. a) Verificar el resultado (6.107) y de aquí, b) deducir
(±) (±)
√ 1 = ±3ea0 corresponden a los estados u1 =
que los valores propios
(R20 Y00 ∓ R21 Y10 )/ 2 normalizados. 

b) Electrón casi libre en un potencial periódico


El fenómeno fundamental que permite entender la distinción
en la física del estado sólido de los aislantes, conductores y semi-
conductores, es el hecho de que las energías que un electrón tiene
disponibles dentro del cristal son bandas separadas por brechas
de energías prohibidas. Estas bandas energéticas aparecen en la
siguiente aplicación de la teoría de perturbaciones degeneradas

169
Teoría de perturbaciones

en un potencial espacialmente periódico en el que se encuentra


un electrón casi libre, es decir, con energía cinética muy superior
al valor máximo del potencial. Este último tiene periodicidad d
y longitud L = N d. Por lo tanto

[N/2]
X
V (x) = V (x + d) ≡ Vm ei2πmx/d (6.108)
m=−[N/2]
Z L/2
1
Vm ≡ dxV (x)e−i2πmx/d
L −L/2
Z L/2
1
V0 ≡ dxV (x) = 0
L −L/2

donde la primera suma es una descomposición de Fourier. Usan-


do la representación
Z L/2
dxei2πmx/d = Lδm0 (6.109)
−L/2

se define V0 ≡ 0 eligiendo apropiadamente la base del eje de


energías. Por (2.85) esto permite escribir la función de onda
como

ψK (x) = eiKx vK (x) vK (x) ≡ vK (x + d)


(
2π +N/2
K= n n = 0, ±1, ±2, . . . (6.110)
L −(N − 1)/2.

Si la energía del electrón es grande respecto al potencial, E 


máx{V (x)}, el hamiltoniano total es H = H0 + V y el problema
no perturbado queda definido por

~2 d2 ~2 Kn2 h2 n 2
H0 ' − En(0) = =
2m dx2 2m 2mL2
1
u0 (x) = √ eiKn x ≡ hx| Kn i . (6.111)
L

170
Teoría para niveles degenerados

Los estados propios no perturbados están ortonormalizados, pues

1 L/2
Z
hKn | Km i = dxei(Km −Kn )x
L −L/2
sin[(Km − Kn )L/2] sin π(m − n)
= = = δmn
(Km − Kn )L/2 π(m − n)
(6.112)

donde se utilizó el resultado Kn = 2πn/L de (6.111). La correc-


ción a primer orden en la energía se anula ya que, por (6.108)
[N/2] Z L/2
1 X
h Kn | V | Kn i = Vm dxei2πmx/d = V0 = 0.
L −L/2
m=−[(N −1)/2]
(6.113)
Ahora bien, según la teoría no degenerada tenemos que la fun-
ción de onda a primer orden es, por (6.4) y (6.23)
[N/2]
Vnm eiKn x
 
1 X
u(x) = u0 (x) + u1 (x) = √ eiKm x +
L En0 − Em
0
n(6=m)=−[(N −1)/2]

N
X X
Vnm ≡ h Kn | Vl ei2πlx/d | Km i = Vl hKn | Km + 2πl/di
l=0,±1,... l
X
= Vl δKn ,Km +2πl/d (6.114)
l

donde se usó (6.113) en el último paso. Esto significa que el


denominador en (6.115) se anula cuando Km 2 = K 2 = (K +
n m
2
2πl/d) , o sea, cuando

Km d + πl = 0. (6.115)

Esta es la condición para que exista degeneración en el proble-


ma. Siendo así, tomaremos como la función de onda (6.89), la
combinación lineal de estados no perturbados dada por

ψ(x) = c1 eiKm x + c2 e−iKm x . (6.116)

171
Teoría de perturbaciones

EK

2V2

h̄2 K 2 /2m

2V1

Kd/π
1 2

Figura 6.7

Ya que V±Km ,±Km = V0 = 0 y V±Km ,∓Km = Vl , por (6.114),


(6.115) y (6.116) la ecuación (6.93) se reduce a
! !
VKm ,Km − 1 VKm ,−Km c1
V−Km ,Km V−Km ,−Km − 1 c2
! !
−1 Vl c1
= = 0 (6.117)
Vl −1 c2

con Km = −πl/d. Igualando el determinante a cero tenemos

1 = ±Vl . (6.118)

En consecuencia, usando (6.118) y (6.119) se tiene que


c2 1
= = ±1. (6.119)
c1 Vl
La función (6.117) resulta entonces
(
2c1 cos Km x
ψ(x) = c1 (eiKm x ± e−iKm x ) = (6.120)
2c2 sin Km x.

Es decir, son dos ondas estacionarias correspondientes a las dos


energías. A primer orden, el electrón en el campo del potencial

172
Teoría perturbativa para muchos cuerpos

periódico (6.108) puede poseer las energías

(±) ~2 Km
2 πl
EKm = ± Vl Km = − l = 0, ±1, ±2, . . . (6.121)
2m d
La figura 6.7 muestra las bandas de energía que son permitidas
y prohibidas (sombreadas) para el electrón.
Ejercicio 6.10. a) Verificar que la función (6.115) tiene la forma de
Bloch dada en (2.85). b) Estimar las anchuras de las brechas prohibi-
das para una partícula en el potencial V (x) = 2V0 cos(2πx/d). [Suge-
rencia: exprese el coseno en exponenciales.] 

6.5. Teoría perturbativa para muchos cuerpos

Antes de concluir este capítulo formularemos la teoría per-


turbativa para problemas de muchos cuerpos, donde se desea
calcular, a partir de primeros principios, es decir, a partir de un
hamiltoniano dado, la energía del estado fundamental pertur-
bado. Supóngase el caso general de N cuerpos que interactúan
entre sí a través de potenciales vij , por parejas, sujetos a un
potencial común N
P
i=1 Wi (o sea, periódico y simplemente con-
finado a una región del espacio). Entonces
N  N
~2 2
X  X
H= − ∇ + Wi + vij
2m i
i=1 i<j
N  N N
~2 2
X  X X
= − ∇ + Wi + Ui + vij − Ui (6.122)
2m i
i=1 i<j i=1

≡ H0 + V.

En la segunda ecuación sumamos (y restamos) un campo medio


común Ui que integra por un lado el hamiltoniano no perturba-
do H0 y por otro la interacción residual V de la perturbación.
Suponiendo que H0 tiene solución, es decir, que conocemos sus
estados y energía propia (dado que es un operador de un solo
cuerpo)

173
Teoría de perturbaciones

(n − H0 )φn = 0 n = 0, 1, 2, . . .
hφn | φm i = δnm (6.123)
donde hemos supuesto ortonormalidad. Nos interesa conocer el
estado propio base del hamiltoniano completo
(E0 − H)ψ0 = 0. (6.124)
Suponiendo que H0 es hermitiano, se tiene la relación
h φn | H0 | ψ0 i = n hφn | ψ0 i (6.125)
y usando (6.125)
h φn | H0 | ψ0 i + h φn | V | ψ0 i = E0 hφn | ψ0 i . (6.126)
El corrimiento total en la energía será entonces
h φ0 | V | ψ0 i
∆E0 ≡ E0 − 0 = ≡ h φ0 | V | Ψ0 i (6.127)
hφ0 | ψ0 i
de modo que
hφ0 | ψ0 i
hφ0 | Ψ0 i ≡ = 1. (6.128)
hφ0 | ψ0 i
Definimos ahora los operadores de proyección P y Q como

X
P ≡ | φ0 i h φ0 | Q≡ | φn i h φn | . (6.129)
n6=0

Por la ortogonalidad de {φn } supuesta en (6.124) y la normali-


zación (6.129), estos operadores son tales que
P | φ0 i = | φ0 i P | φn i = 0 n 6= 0
Q | φ0 i = 0 P | Ψ0 i = | φ0 i . (6.130)
Si suponemos además completez del conjunto {φn : n = 0, 1, 2, . . .},
tendremos que

X
P +Q= | φn i h φn | = 1. (6.131)
n=0

174
Teoría perturbativa para muchos cuerpos

La ecuación de Schrödinger total es ahora

(E0 − H0 ) | Ψ0 i = V | Ψ0 i . (6.132)

Introduciendo un parámetro  con unidades de energía, esta


ecuación equivale a

( − H0 ) | Ψ0 i = ( − E0 + V ) | Ψ0 i . (6.133)

Usando (6.132) podemos descomponer el estado base, estado


propio del Hamiltoniano exacto, que aún es desconocido

X
| Ψ0 i = an | φn i = | φ0 i+Q | Ψ0 i an ≡ hφn | Ψ0 i (6.134)
n=0

donde se usó (6.132). La ecuación (6.134) puede reescribirse aho-


ra como
1
| Ψ0 i = ( + E0 − V ) | Ψ0 i (6.135)
 − H0
y sustituyéndola en el miembro derecho de (6.135) deja

1
| Ψ0 i = | φ0 i + Q ( − E0 + V ) | Ψ0 i ≡ | φ0 i + G | Ψ0 i .
 − H0
(6.136)
Iterando el miembro derecho de la ecuación anterior, obtenemos

| Ψ0 i = | φ0 i + G | φ0 i + G2 | φ0 i + . . .
∞  m
X Q
= ( − E0 + V ) | φ0 i . (6.137)
 − H0
m=0

Sustituyendo esta expresión en (6.128) obtenemos el corrimiento


total en la energía

∆E0 = E0 − 0 = h φ0 | V | Ψ0 i
∞  m
X Q
= h φ0 | V ( − E0 + V ) | φ0 i . (6.138)
 − H0
m=0

175
Teoría de perturbaciones

Las ecuaciones (6.137) y (6.138) proporcionan las dos formas


de la teoría perturbativa: la teoría de Rayleigh-Schrödinger (RS)
que denominamos teoría no degenerada y la de Brillouin-Wigner
(BW). Ambas se obtienen eligiendo el parámetro  igual a 0 y
E0 , respectivamente.

176
7

DISPERSIÓN

Hasta ahora, con excepción de la transmisión por barreras,


hemos estudiado principalmente los estados ligados de sistemas
cuánticos. En este capítulo analizaremos fenómenos de disper-
sión, relacionados con estados no ligados del continuo de ener-
gías, asociados a un potencial que actúa como centro dispersor
de un haz de partículas.

7.1. La ecuación integral

Partimos de la ecuación de Schrödinger para una partícula de


masa m1 , en el campo de potencial V (r) producido por otra partí
cula de masa m2 , siendo r la separación entre ambas. Entonces
por (4.12) se tiene,

(∇2 + k 2 )ψ(r) = V (r)ψ(r) (7.1)
~2
m1 m2 2µ
µ≡ k 2 ≡ 2 E > 0. (7.2)
m1 + m2 ~
Vemos que el problema se reduce al de una partícula de masa
efectiva (o reducida) µ en el campo V (r). Si éste campo de po-
tencial es de corto alcance, a saber V (r) = 0 para r > d, una
distancia finita, entonces (7.1) se reduce a
(∇2 + k 2 )φ(r) = 0 r>d (7.3)
φ(r) = eik·r . (7.4)
La ecuación diferencial (7.1) y su condición a la frontera (7.2)
pueden incorporarse en una sola ecuación integral, llamada de

177
Dispersión

Lippman-Schwinger . Las ecuaciones (7.1) y (7.2) son del tipo



(∇2 + k 2 )Ψ(r) = V (r)Ψ(r) (∇2 + k 2 )φ(r) = 0. (7.5)
~2

Definimos la función kernel G(r, r0 ) tal que

(∇2 + k 2 )G(r, r0 ) = δ(r − r0 ). (7.6)

Entonces, la solución general de (7.3) podrá escribirse como la


ecuación integral
Z

Ψ(r) = φ(r) + d3 r0 G(r, r0 ) 2 V (r0 )Ψ(r0 ) (7.7)
~

como puede verificarse de inmediato aplicando el operador (∇2 +


k 2 ), y usando (7.3) y (7.4). En (7.5) la función incó gnita Ψ(r)
aparece también en la integral y por lo tanto se le llama una
ecuación de Fredholm de segunda especie. Procedemos a calcu-
lar el kernel G(r, r0 ) que por (7.4) debe ser una cantidad sin
dinámica, es decir, puramente cinética. La ecuación (7.4) se es-
cribe entonces como

G(r, r0 ) = (∇2 + k 2 )−1 δ(r − r0 )


Z
2 −1 1 0
2
= (∇ + k ) 3
d3 q[e−iq·(r−r ) ]−1
(2π)
1
Z iq·(r−r0 )
3 e
= d q (7.8)
(2π)3 −q 2 + k 2
Z ∞ Z 1 Z 2π
1 q2 iq|r−r0 |µ
= dq 2 dµ e dφ
(2π)3 0 k − q 2 −1 0
0
q eiq|r−r |
Z ∞
i
= 2 lı́m dq
4π |r − r0 | →0+ −∞ (q − k − 2k i i
)(q + k + 2k )

donde en el último paso introducimos la infinitesimal real  para


alejar del eje real los polos en q = ±k por una cantidad imagi-
naria ∓i/2k. Esta se hará tender a cero, como se puede ver en

Núcleo integral.

178
La ecuación integral

q
C

(
i/2k
−k
)
− i/2k k

Figura 7.1

la figura 7.1. Convirtiendo el camino de integración en (7.6) del


eje real (−∞, +∞) al contorno cerrado C de la figura, y usando
el teorema del residuo, obtenemos el resultado

0
0 eik|r−r |
G(r, r ) = − . (7.9)
4π |r − r0 |

Ejercicio 7.1. Comprobar el resultado (7.7) usando el teorema del


residuo con el contorno de la figura 7.1. 

Usando (7.7) en (7.5) llegamos a la ecuación de Lippman-


Schwinger:

0
eik|r−r |
Z
µ
ψ(r) = φ(r) − d3 r0 V (r0 ) ψ(r0 ). (7.10)
2π~2 |r − r0 |

Esta ecuación integral sustituirá a la ecuación diferencial de


Schrödinger (7.1) con la condición (7.2). Para puntos r en el
espacio tales que r  d, donde dijimos que V (r) se anula, y por

179
Dispersión

la ley de los cosenos el kernel se reduce a


0
eik|r−r |
p 
exp ikr 1 + [r0 /r]2 − 2 [r0 /r] cos α
= (7.11)
|r − r0 | |r − r0 |
0 0 0
eik(r−r cos α) ei(kr−k ·r )
lı́m 0 ≡ (7.12)
rd,r r r
donde
r
k0 ≡ k r · r0 = rr0 cos α.
r
Sustituyendo esta forma aproximada en (7.8) obtenemos la for-
ma asintó tica de la función de onda total como
eikr
ψ(r) −→ eik·r + f (θ, φ) ≡ ψinc + ψdisp (7.13)
rd
Z r
µ 0 0 µ
0
f (θ, φ) ≡ − 2
d3 r0 e−ik ·r V (r0 )ψ(r0 ) = − φ V | ψi .
2π~ 2π~2
(7.14)

Esta aparece como la superposición de una onda incidente ψinc (r) ≡


eik·r más una onda dispersada ψdisp (r) ≡ f (θ, φ)eikr /r. Esta úl-
tima es una onda esférica saliente multiplicada por la llamada
amplitud de dispersión f (θ, φ), que por (7.11) contiene toda la di-
námica del problema. Veremos a continuaci ón que esta función
f (θ, φ) encierra toda la informaci ón empíricamente observable.
La probabilidad de encontrar la part ícula incidente en el punto
r mucho antes de la colisión será, evidentemente,
2
|ψinc (r)|2 d3 r = eik·r d3 r = dxdydz. (7.15)

Si suponemos incidencia a lo largo del eje z, el flujo o corriente


de probabilidad de incidencia por unidad de área y unidad de
tiempo será
|ψinc (r)|2 d3 r dz
= = vi (7.16)
dxdydt dt
donde vi es la velocidad de la partícula incidente mucho antes de
la colisión. Por otro lado, la probabilidad de encontrar una partí

180
Serie de perturbaciones y aproximación de Born

cula dispersada mucho después de la colisión ser á, por (7.10),


|ψdisp (r)|2 d3 r = |ψdisp (r)|2 r2 drdΩ (7.17)
2
≡ |f (θ, φ)| drdΩ (7.18)
dΩ ≡ sin θdθdφ. (7.19)
La corriente de probabilidad, por unidad de tiempo, para par-
tí culas lanzadas dentro del ángulo sólido dΩ, no es má s que
(7.14) dividida por dt = dr/vf , donde vf es la velocidad final de
la partícula mucho después de la colisión. De modo que
|ψdisp (r)|2 d3 r |f (θ, φ)|2 drdΩ
= = vf |f (θ, φ)|2 dΩ. (7.20)
dt dr/vf
Llamando dσ al cociente del flujo dispersado en dΩ, (7.15) ,
entre el flujo incidente (7.13) evaluado cuando vf → vi , se
llama sección diferencial a la cantidad
dσ vf |f (θ, φ)|2
≡ −→ |f (θ, φ)|2 . (7.21)
dΩ vi vf →vi

En el último paso nos restringimos a colisiones elásticas. La sec-


ción integrada σ es entonces
Z Z

σ≡ dΩ = dΩ |f (θ, φ)|2 . (7.22)
dΩ

7.2. Serie de perturbaciones y aproximación de Born

Si el efecto del centro dispersor V (r) es leve, podemos realizar


una serie perturbativa para la función de onda total ψ(r). Ite-
rando la ecuación integral (7.8), se tiene
µ
Z ik|r−r0 |
3 0e
ψ(r) = φ(r) − d r V (r0 )φ(r0 ) + · · · . (7.23)
2π~2 |r − r0 |
Continuando este proceso se genera, en (7.11), la serie infinita
µ
0
f (θ, φ) ≡ − φ V | ψi (7.24)
2π~2


X µ n+1
= φ0 V (− ) (QV )n | φi . (7.25)
2π~2
n=0

181
Dispersión

La Q se define aquí de modo que


0
eik|r−r |
Z Z

0
φ V QV | φi ≡ d3 r d3 r0 φ0∗ (r)V (r) V (r0 )φ(r0 ).
|r − r0 |
Llamamos aproximación de Born al primer término de la serie
infinita (7.19). La aproximación a primer orden en V , o n = 0,
es
Z
µ
0 µ 0
B
f (θ, φ) ≡ − 2
φ V | φi = − 2
d3 rei(k−k )·r V (r)
2π~ 2π~
(7.26)
que no es más que la transformada de Fourier del potencial. Para
el caso especial de un potencial dispersor central V (r) = V (r),
la integral triple (7.20) se reduce a la integral simple
Z ∞
B µ
f (θ) = − 2 drrV (r) sin(2kr sin 12 θ). (7.27)
~ k sin 12 θ 0

pues si k−k0 ≡ q entonces q = k 2 + k 02 − 2kk 0 cos θ = k 2(1 − cos θ) =
p

2k sin(θ/2) ya que, por (7.9), k = k 0 (dispersión elástica ) y θ es


el ángulo (de la dispersión) entre k y k0 .
Ejercicio 7.2. a) Comprobar el paso de (7.20) a (7.21), si V (r) =
V (r). b) Para un centro dispersor V (r) = −V0 e−r/a , deducir que la
sección diferencial en aproximación de Born es dσ B /dΩ =
(4µV0 a3 /~2 )2 (1 + 4k 2 a2 sin2 θ/2)−4 . c) Esbozar una curva de esta fun-
ción en 0 ≤ θ ≤ π para dos energías de bombardeo, E0 y 2E0 . 

Notamos que la amplitud de dispersión f B (θ, φ) en aproxi-


mación de Born (7.20) es lineal en V (r). Pero no ser á así en el
caso general (7.11) ya que ψ depende en forma complicada de la
interacción. Una ilustración de esta linealidad es el tratamiento
de la dispersión de partículas alfa por un nú cleo atómico de
carga Z representado por el potencial central
V (r) = Vnucl (r) + Vcoul (r) (7.28)
Vnucl (r) ≡ −V0 θ(a − r) V0 > 0 (7.29)
2Ze2
Vcoul (r) ≡ θ(r − a) (7.30)
r

182
Serie de perturbaciones y aproximación de Born

(
1 x>0
donde θ(x) = es la función escalón de Heaviside. Por
0 x<0
(7.21) tenemos,

f B (θ) = fnucl
B B
(θ) + fcoul (θ) (7.31)
Z a
B 2µV0 a Qr θ
fnucl (θ) = 2 drr sin Q ≡ qa = 2ka sin
~ Q 0 a 2
(7.32)

4µZe2 a
Z
B Q
fcoul (θ) = − 2 dr sin r. (7.33)
~ Q a a
Efectuando las integrales esto dará la amplitud y sección dife-
rencial totales, en la aproximación de Born

4µZe2 a2 V0 a
   
B sin Q
f (θ) = − 2 2 cos Q − + cos Q (7.34)
~ Q 2Ze2 Q
dσ B Z 2 e4
= |f B (θ)|2 = 2 2 4 (7.35)
dΩ µ v sin (θ/2)
   2
V0 a sin Q
× cos Q − + cos Q (7.36)
2Ze2 Q

donde v ≡ ~k/µ es la velocidad inicial de la partícula alfa. El


paréntesis cuadrado en (7.24) representa el efecto del tama ño
finito del núcleo y tiende a la unidad cuando a → 0. El factor que
multiplica este paréntesis es, por lo tanto, la secció n diferencial
(de Coulomb ) debido a un potencial Ze2 /r , a saber:

dσ B Z 2 e4
= 2 2 4 . (7.37)
dΩ µ v sin (θ/2)

Esta es la famosa fórmula de Rutherford (1911) para la disper-


sión por un n úcleo puntual de una partícula alfa, obtenida por
él con argumentos clásicos.
Ejercicio 7.3. Evaluar las integrales en (7.23) para llegar a (7.24).
B
(Sugerencia: La integral fcoul (θ) diverge en sí, pero puede definirse in-
troduciendo un factor de convergencia e−αr en el integrando, haciendo

183
Dispersión

la integración tomando el límite α → 0. Este factor puede interpre-


tarse como un efecto pantalla de la carga nuclear por los electrones
circundantes del átomo.) 

Como criterio de aplicabilidad de la aproximación de Born


podemos proponer que la segunda corrección a la función de
onda (7.18) sea mucho menor en magnitud que la primera; es
decir,

µ Z ik|r−r0 |
3 0 e

0 0
d r V (r )φ(r )  |φ(r)| = 1 (7.38)

2π~2 |r − r0 |

o bien, como es muy común, tomando |V (0)| > |V (r)| para


|r| > 0, entonces tenemos la condici ón más simple, que se refiere
a las correciones en r = 0,

µ Z i(kr+k·r)
3 e

d r V (r)  1. (7.39)

2π~2 r

Si V (r) = V (r) ésta se reduce a la integral simple


Z ∞ 2
2ikr  ~ k.

dr V (r)(e − 1) (7.40)

0
µ
Ahora es fácil ver que para los tres potenciales V (r) tratados
anteriormente, la condición (7.28) será, respectivamente,
−V0 e−r/a : 2µV0 a2  ~2 1 + 4k 2 ra2
p
(7.41)
µV0
q
−V0 θ(a − r) : sin2 ka + ka(ka − sin 2ka)  1 (7.42)
~2 k 2
2Ze2 −αr h p
e : 2µZe (ln 1 + 4(k/α)2 )2
2
(7.43)
r
i1/2
+ (arctan 2k/α)2  ~2 k . (7.44)

Vemos que se cumple la condición de aplicabilidad en los tres ca-


sos si el potencial es débil y/o la energía del movimiento relativo
es alta.
Ejercicio 7.4. Verificar (7.29) partiendo de (7.28). 

184
Serie de perturbaciones y aproximación de Born

7.2.1. Potencial de un átomo hidrogenoide


Como ilustración de los potenciales de Coulomb, exponencial
y de Yukawa considerados anteriormente, notamos que é stos
aparecen en el potencial que siente un electrón en el campo de
un átomo hidrogenoide de carga central Z, a saber:

φ(r) = φnuc (r) + φelec (r)


Z
Ze e ψ(r0 ) 2
φelec (r) ≡ − d3 r0

φnuc (r) ≡
r |r − r0 |
 3/2
1 Z
ψ(r) = √ e−Zr/a0
π a0
~2 mM
a0 ≡ µ≡ .
µe2 (m + M )
Aquí m y M son la masa del electrón y del protón, respectiva-
mente, y ψ(r) es la función de onda hidrogenoide normalizada
del estado fundamental | nlmi = | 100i. La energía potencial de
un electrón en el campo φ(r) ser ía −eφ(r). Usando el resultado
[que generaliza a (6.76) y (C.1)],

X rl
1 <
= P (cos θ)
l+1 l
|r − r0 | r>
l=0

donde r< y r> son, respectivamente, el menor y el mayor del par


de magnitudes (r, r0 ), se tiene

e Z 3 ∞ 0 0 2 −2Zr0 /a0
  Z Z
1
φelect (r) = − dr r e dΩ
π a0 0 |r − r0 |
 3 Z ∞
Z 2 0 1
= −4e dr0 r0 e−2Zr /a0 .
a0 0 r>

Aquí se empleó (4.57) y el hecho que P0 (cos θ) = 1. La integral


se vuelve
Z ∞
1 r 0 0 2 −2Zr0 /a0
Z
0 0
dr r e + dr0 r e−2Zr /a0 .
r 0 r

185
Dispersión

Partiendo de la integral indefinida dx eαx = eαx /α se deduce


R

que
eαx
Z
dxxeαx = 2 (αx − 1) (7.45)
α
Z  2 
2 αx αx x 2x 2
dxx e = e − 2+ 3 (7.46)
α α α
con lo cual llegamos al resultado
 
(Z − 1)e Z 1
φ(r) = φnucl (r) + φcoul (r) = +e + e−2zr/a0 .
r a0 r
Observamos que para un átomo neutro (Z = 1) el potencial es
una suma de una exponencial y una función de Yukawa. Para
r muy grande predomina el comportamiento exponencial que
también caracterizó al i ón H2+ en el límite de separación infinita
entre protones.

7.3. Ondas parciales

Si la energía de bombardeo es pequeña, conviene otro tipo de


aproximación basado en la descomposición en ondas parciales
de momento angular definido. Partimos de la descomposición
(5.21) para la onda plana de la ecuación (7.2), es decir,

eikz = eikr cos θ = eik·r =
X
il (2l + 1)jl (kr)Pl (cos θ)
l=0

donde z es la dirección de incidencia. La función esférica de


Bessel jl (kr) por (5.14) tiene la forma asintótica
sin(kr − lπ/2)
jl (kr) −→ . (7.47)
kr1 kr
Por otro lado, la función perturbada ψ(r) en (7.1) tendrá la
descomposición

1 X l
ψ(r) = i (2l + 1)ul (r)Pl (cos θ) (7.48)
kr
l=0

186
Ondas parciales

donde la función radial ul (r) satisface, como en (5.4), la ecuaci


ón
 2 
d l(l + 1) 2 2µ
2
− 2
+ k ul (r) = 2 V (r)ul (r) (7.49)
dr r ~
ul (0) = 0 (l = 0, 1, 2, . . .). (7.50)

Para el caso sin interacción (7.31) la función radial an áloga a


ul (r) es

φl (r) = krjl (kr) −→ sin(kr − 12 lπ) (7.51)


kr1
i
= [e−i(kr−lπ/2) − ei(kr−lπ/2) ]. (7.52)
2
Es decir, es una simple superposición de una onda entrante e−ikr
y de una onda saliente eikr . Puesto que V (r) = 0 para r > d,
podemos asegurar sin pérdida de generalidad que la solución
perturbada ul (r) podrá escribirse asintóticamente como
i
ul (r) −→ [e−i(kr−lπ/2) − Sl (k)ei(kr−lπ/2) ] (7.53)
rd 2

ya que a lo sumo sólo el coeficiente Sl (k) de la onda saliente


podr á diferir de la unidad en el término correspondiente (7.34).
Si la dispersión es elástica, las magnitudes de las ondas salientes
en (7.34) y (7.35) tienen que coincidir, de modo que |Sl (k)| = 1.
Por lo tanto, sea
Sl (k) ≡ e2iδl (k) (7.54)
con δl (k) real. Entonces (7.35) se reduce a
 
i iδl −i(kr− 1 lπ+δl ) 1
i(kr− 2 lπ+δl )
ul (r) −→ e e 2 −e (7.55)
rd 2

= eiδl sin(kr − 12 lπ + δl ). (7.56)

Esto, al compararse con (7.34), permite identificar la δl (k) con


un desfasamiento relativo a la función no perturbada φl (r), cau-
sado por la interacción. Evidentemente, δl (k) → 0 si V → 0, esto

187
Dispersión

hace que Sl (k) → 1, como debe ser. Dado que e−iπ/2 = (−i)l la
forma (7.35) también equivale a

ul (r) −→ sin(kr − 21 lπ) − 12 (−i)l+1 (1 − Sl )eikr . (7.57)


rd

lo que permite, comparando (7.10), (7.32), (7.38) y (7.36), es-


cribir la amplitud de dispersión como

i X
f (θ) = (2l + 1)(1 − Sl )Pl (cos θ) (7.58)
2k
l=0

1 X
= (2l + 1)eiδl sin δl Pl (cos θ) (7.59)
k
l=0

X
≡ fl . (7.60)
l=0

La última forma es útil para determinar la sección eficaz inte-


grada, σ, como
Z ∞ ∞
dσ 4π X X
σ= dΩ = 2 (2l + 1) sin2 δl (k) ≡ σl . (7.61)
dΩ k
l=0 l=0

Ejercicio 7.5. Comprobar (7.38), (7.39) y (7.40) a partir de (7.17) y


(7.32). 

Finalmente, notando de (7.39) y (7.40) que



1X k
Imf (0) = (2l + 1) sin2 δl ≡ σ (7.62)
k 4π
l=0

se llega al teorema óptico



σ= Im f (0). (7.63)
k
Mediante esta relación basta medir la amplitud de dispersión a
un ángulo (digamos, el delantero) para tener la secci ón integra-
da.

188
Ondas parciales

Ejercicio 7.6. Demostrar que para un centro dispersor, tal que V (r) =
0 para r > d, no intervendrán en la colisión las ondas parciales l >
~kd. 

El método de ondas parciales, a diferencia de la aproxima-


ción de Born, es en principio correcto para cualquier potencial
dispersor, no importa cuan intenso sea. Consideremos, por ejem-
plo, la dispersión mediante un potencial de esfera dura:
(
+∞ r < c
V (r) = (7.64)
0 r > c.

La solución de la (7.33) será entonces,

ul (r) = 0 r≤c (7.65)


ul (r) = kr{cos δl jl (kr) − sin δl nl (kr)} (7.66)
1
−→ sin(kr − 2 lπ + δl ) (7.67)
kr1

donde en el último paso se utilizaron las ecuaciones (5.14) y


(5.15) y una identidad trigonométrica. Exigiendo que la ul (r) sea
continua en r = c tenemos de inmediato que los defasamientos
son
 
jl (kc)
δl (k) = arctan (7.68)
nl (kc)
(2l + 1)(kc)2l+1
 
−→ − arctan
kc1 [(2l + 1)!!]2
−(2l + 1)
−→ (kc)2l+1 + · · · . (7.69)
kc1 [(2l + 1)!!]2

Aquí se usaron (5.12) y (5.13) en el último paso, así como el


desarrollo arctan x ' x − x3 /3 + · · · para x  1. Por (7.46) se
tiene que,
δl+1 (kc)2
−→ + ··· . (7.70)
δl kc1 (2l + 1)(2l + 3)
De esto se concluye que para energías bajas de bombardeo y/o
radio peque ño del potencial son despreciables los desfasamientos

189
Dispersión

de orden l + 1 frente a los de orden l. Por lo tanto, para kc


suficientemente peque ña predomina la onda S , l = 0, en la
dispersión; esto hace que la suma infinita (7.40) se reduzca a un
solo término, donde δ0 = −kc por (7.45), y por consiguiente

σ −→ sin2 δ0 (k) ' 4πc2 . (7.71)
kc1 k2
El hecho que la sección eficaz integrada resulte cuatro veces la
sección geométrica πc2 de la esfera dura de radio c , se interpreta
como debido a efectos cuánticos de la difracción ondulatoria, que
hacen aparecer más grande la esfera.

7.4. Dispersión en onda S

La conclusión de que predomina la onda S en la dispersión


resulta ser extensiva a cualquier potencial de corto alcance, no
sólo el de la esfera dura. Considérese el pozo rectangular
(
−V0 r ≤ R,
V (r) = (7.72)
0 r ≥ R,

limitándonos exclusivamente al caso l = 0. De (7.33) tendremos,


para r ≤ R, la solución interior
 2 
d 2
+ K u0i (r) = 0 ⇒ u0i (r) = Ci sin Kr (7.73)
dr2
k 2 ≡ 2µE/~2 K 2 ≡ k 2 + K02 K02 ≡ 2µV0 /~2 (7.74)

en tanto que para r ≥ R se tiene la solución exterior


 2 
d 2
+ k u0e (r) = 0 ⇒ u0e (r) = Ce sin(kr + δ0 ). (7.75)
dr2
Pedir que tanto la función u0 (r) como su derivada sean continuas
en r = R, equivale a exigir que
 0   0 
u0i (r) u0e (r)
= (7.76)
u0i (r) r=R u0e (r) r=R

190
Dispersión en onda S

lleva al resultado
k
δ0 = arctan( K tan KR) − kR (7.77)

o bien
k
K tan KR − tan kR
tan δ0 = k
(7.78)
1+ K tan KR tan kR
luego de usar la identidad tan(α + β) = (tan α + tan β)/(1 −
tan α tan β). Esta relación indica que δ0 → 0 si k → 0, a menos
que tan KR ' tan K0 R diverja, en cuyo caso δ0 → π/2. Esto
sucede si K0 R = π/2, que por (5.35) equivale a la condición de
que el pozo (7.49) ligue su primer estado S con energía de amarre
nula. Para valores de K0 R mayores que π/2 debe sumarse al
miembro derecho de la (7.54) la cantidad π, etc., de modo que si
m es el n úmero de estados ligados con energía E < 0 entonces

lı́m δ0 = mπ (7.79a)
k→0
1
lı́m δ0 = (m − )π. (7.79b)
k→0 2
Estos dos resultados constituyen el teorema de Levinson. Note-
mos además que si en vez del pozo (7.49) hubiese una barrera,
la obtendríamos reemplazando V0 7→ −V0 o bien K0 7→ iK0 en
(7.54). Si hacemos K ' K0 (k → 0), esa ecuación nos da

δ0 −→ arctan( Kk0 tanhK0 R) − kR (7.80)


kR→0
k
−→ − K02 R3 . (7.81)
K0 R→0 3

Es decir, el defasamiento es negativo para un potencial repulsivo,


pero positivo para uno atractivo como vimos arriba. La figura 7.2
ilustra este fenómeno.
Ejercicio 7.7. a) De la ecuación (7.54) aplicada al caso de la barrera
rectangular, obtener el defasamiento δ0 (k) antes obtenido para el po-
tencial esfera dura. b) Mostrar que este resultado es consistente con
(7.45) para l = 0. (Sugerencia: Hágase V0 → +∞.) 

191
Dispersión

Ul (r)
δl < 0 (potencial repulsivo)

O r
R
onda libre

δl > 0 (potencial atractivo)

Figura 7.2

La expresión (7.40) para onda S nada más es

4π 4π 1
σ0 = 2
sin2 δ0 = 2 2 . (7.82)
k k cot δ0 + 1

Ahora bien, si en (7.53) desarrollamos exclusivamente el término


tan kR, para kR → 0, obtenemos
 
tan KR
lı́m tan δ0 = k − R + O(k 3 R3 ) (7.83)
kR→0 K

que, al sustituirse en la segunda forma de (7.58), da


 2
2 tan KR
lı́m σ0 = 4πR −1 . (7.84)
kR→0 KR

Esta expresión para la sección integrada en onda S a bajas energ


ías puede i) hacerse cero si tan KR ' KR, o bien ii) divergir
si KR ' (n + 12 )π (n = 0, 1, . . .). El primer caso se ilustra ad-
mirablemente en el famoso efecto Ramsauer-Townsend (1921),
en el que la sección integrada de electrones lentos dispersados
por átomos nobles (A, Kr, Xe, ...) muestra un mínimo muy pro-
nunciado para E ' 0.7 eV. Vé ase la figura 7.3. El fenómeno
de la divergencia de σ se ha observado en la física nuclear y se
discutirá má s adelante.

192
Teoría del alcance efectivo

Xe
Kr

E(ev)
0 ∼ 0.7 ∼ 10

Figura 7.3

Ejercicio 7.8. (a) Deducir en detalle el defasamiento para onda S, δ0 (k),


en el caso del potencial V (r) que es +∞ en (r < c), −V0 en (c < r <
R), y 0 en (r > R). (b) Mostrar que el resultado se reduce a los
resultados correctos si (i) c → 0 y (ii) V0 → 0. 

7.5. Teoría del alcance efectivo

Como veremos aquí, resulta casi imposible averiguar la forma


precisa de un potencial dado si efectuamos un experimento de
dispersión a muy bajas energías. Este experimento sólo permite
determinar dos caracterí sticas globales —dos longitudes— del
potencial, a saber el alcance efectivo r0 , y la longitud de disper-
sión a. Existen, pues, un número infinito de formas de potencial
compatibles con cada pareja (a, r0 ) de estos números. El resul-
tado para el defasamiento en el caso de un potencial infinito de
radio c (esfera dura), δ0 (k) = −kc, válido a toda energía, sugiere
que para un potencial (central) completamente general se defina
la longitud de dispersión

δ0 (k)
a ≡ − lı́m . (7.85)
k→0 k

193
Dispersión

De (7.39), la amplitud de dispersión f0 en onda S [que no de-


pende de θ puesto que P0 (cos θ) = 1] será
1 iδ0 (k) δ0 (k)
f0 = e sin δ0 (k) −→ . (7.86)
k k→0 k
Por lo tanto, (7.61) equivale a

a = − lı́m f0 . (7.87)
k→0

En consecuencia la sección integrada en onda S quedará expre-


sada como
σ0 −→ 4π lı́m |f0 |2 ≡ 4πa2 . (7.88)
k→0 k→0
En términos de la función de onda radial u0 (r), la longitud de
dispersión a tiene un significado muy simple. Para un potencial
central cualquiera que cumpla con V (r) = 0 para r ≥ R, la
solución (7.37) se comporta como

u0 (r) −→ Ceiδ0 sin(kr + δ0 ), (7.89)


r≥R
r
u0 (r) −→ Ckeiδ0 (r − a) = 1 − , (7.90)
k→0 a
donde usamos la definicioń original (7.61). Es decir, a es el lu-
gar en r donde en el límite de bajas energías la función radial
u0 (r) se anula exactamente. En el último paso de (7.65) esco-
gimos la constante arbitraria C del modo indicado; es decir,

C = −eiδo ka La figura 7.4 ilustra la ubicación de a para un
potencial (curvas gruesas) que es:
i) puramente repulsivo (a > 0),

ii) uno atractivo, pero tan débil que no llega a ligar ni un


estado S(a < 0),

iii) un potencial que liga su primer estado S con energía de


amarre cero (a = ±∞) y, finalmente,

Nótese que cuando r ≥ R, lı́mk→0 u0 (r) = 1 − r/a satisface (7.33) con
V = 0, l = 0 y k = 0, a saber u000 (r) = 0.

194
Teoría del alcance efectivo

u0 (r)

V (r) lim u0 (r)


rd,
k→0

r r
O a a O

(i) (ii)

a = ±∞

r r
O O a

(iii) (iv)

Figura 7.4

iv) un potencial que liga con energía negativa (a > 0).

La recta punteada representa (7.65) extrapolada a toda r, en


tanto que la curva delgada es la función u0 (r). Para introdu-
cir la segunda longitud, el alcance efectivo r0 , considé rense dos
energías distintas caracterizadas en (7.33) por k1 y k2 . Llaman-
do U (r) ≡ 2µV (r)/~2 , u0 (k1 , r) ≡ u1 (r) y u0 (k2 , r) ≡ u2 (r),
tendremos las dos ecuaciones

u001 + k12 u1 − U u1 = 0 (7.91)


u002 + k22 u2 − U u2 = 0 (7.92)
u1 (0) = u2 (0) = 0. (7.93)

Multiplicando la primera ecuación por u2 , la segunda por u1 y


restando la primera ecuación resultante de la segunda se tiene

d
(u1 u02 − u2 u01 ) = (k12 − k22 )u1 u2 . (7.94)
dr

195
Dispersión

Introduzcamos ahora un segundo tipo de función radial, vk (r),


que satisface
vk00 + k 2 vk = 0 vk (0) = 1.
La solución es
vk (r) = cos kr + cot δ0 sin kr (7.95)
sin(kr + δ0 ) r
= −→ 1 − ≡ v0 (r) (7.96)
sin δ0 k→0 a
donde en el último paso se usó (7.61). Notamos por (7.65) que
para r > R, u0 (0, r) → v0 (r) cuando apagamos la interacción
V (r), y que para cualquier k, u0 (k, r) → vk (r). Semejante a
(7.67) tendremos para vk (r) la ecuación
d
[v1 v20 − v2 v10 ] = (k12 − k22 )v1 v2 (7.97)
dr
donde v1 ≡ vk1 (r) y v2 ≡ vk2 (r). Restando ahora (7.67) de (7.69)
e integrando sobre r de 0 a R, se tiene
Z R
0 0 0 0 R 2 2
[u2 u1 − u1 u2 + v1 v2 − v2 v1 ]0 = (k1 − k2 ) dr(v1 v2 − u1 u2 ).
0
(7.98)
Como en el miembro izquierdo no habrá contribución en R → ∞
y como vk (0) = 1, recordando que de (7.68), vk0 (0) = k cot δ0 ,
tenemos
v10 (0) − v20 (0) = k1 cot δ0 (k1 ) − k2 cot δ0 (k2 ) (7.99)
Z ∞
= (k12 − k22 ) dr(v1 v2 − u1 u2 ). (7.100)
0
Considerando el caso especial k1 = k, k2 = 0 y recordando la
definici ón (7.61), nos queda
1 1
k cot δ0 (k) = − + k 2 ref (7.101)
a Z2

ref ≡ lı́m 2 dr (vk v0 − uk u0 ) −→ r0 + O(k 2 )
k→0 0 k→0
(7.102)
Z ∞
r0 ≡ 2 dr (v02 − u20 ) (7.103)
0

196
Teoría del alcance efectivo

donde alrededor de k = 0 la integral para ref se desarrolla en


serie de Taylor, en potencias de la energía, k 2 . La longitud r0 se
llama alcance efectivo y aparece en la fó rmula
1 1
k cot δ0 (k) = − + r0 k 2 + O(k 4 ). (7.104)
a 2
Para concluir, es evidente que la determinación a bajas energías
(k → 0) de σ0 , y por lo tanto de δ0 (k), a lo más permite discernir
dos longitudes a y r0 caracter ísticas del potencial dispersor.
Ejercicio 7.9. a) Partiendo de la ecuación radial de Schrödinger de-
termine δ0 (k) para un potencial de esfera dura de radio c. b) Usando
el resultado en (7.73) deducir los valores de a y r0 para este potencial
en términos de c. [Sugerencia: desarrolle alrededor de k=0.] 

7.5.1. Pozo y barrera de potencial rectangular


Considérese el caso
(
2µV (r) −U0 r<R
U (r) = = (7.105)
~2 0 r > R.

Entonces la función radial es

u(r) = C1 sin Kr −→ C1 sin K0 r r<R (7.106)


k→0
r
= Ceiδ0 sin(kr + δ0 ) −→ 1 − r>R (7.107)
k→0 a
q p
K≡ k 2 + K02 = k 2 + U0

donde usamos la ecuación (7.65). La condición u0 (R− )/u(R− ) =


u0 (R+ )/u(R+ ) así como (7.64), llevan a las expresiones
 
tan K0 R
a=R 1− (7.108)
K0 R
tan K0 R 2
 
2 2
σ = 4πa = 4πR 1 − . (7.109)
K0 R

197
Dispersión

a/R

2s 3s 4s
3

0
A = 55
A = 12 A = 150
−1
R (f m)
2 3 4 5 6 7 8 9

Figura 7.5

La última ecuación es, esencialmente, (7.60). La divergencia


que ocurre en a, y por tanto en la sección integrada σ, cuando
k0 R = (m − 1/2)π, m = 1, 2, . . ., (que como se mencionó an-
tes est á asociado por (5.35) al amarre con energía cero de los
estados primero, segundo, etc, respectivamente), fue observada
en física nuclear por Adair (1954) tras una sugerencia de Ford y
Bohm (1950). Los puntos de la figura 7.5 corresponden a la lon-
gitud de dispersión empírica a, en unidades del radio nuclear R,
medida en la dispersión de neutrones muy lentos por núcleos de
diferente número de nucleones A, donde R = 1.45 A1/3 (F), en
que el núcleo se representa por un pozo rectangular de profun-
didad V0 = −42 M eV . Las divergencias sucesivas se relacionan
al amarre de los niveles 1S, 2S, 3S y 4S, en que los últimos
tres niveles est án asociados a núcleos con A = 12, 55 y 150 nu-
cleones. Por esta razón, las divergencias se llaman resonancias
de tamaño. Si en la definición (7.74) hacemos U0 7→ −U0 , en
(7.75) y (7.76) debemos reemplazar K0 7→ iK0 . Para la barrera
rectangular de altura U0 > 0 y alcance R, tenemos
 
tanhK0 R
a=R 1− −→ R (7.110)
K0 R U0 ,K0 →∞

198
Teoría del alcance efectivo

V (r)

c R
r
O

−V0

Figura 7.6

donde el límite corresponde al caso especial de la esfera dura .


Ejercicio 7.10. Obtener el resultado (7.77) directamente de la ecua-
ción radial de Schrödinger en onda S y de (7.65). 

7.5.2. Esfera dura más pozo rectangular


Es relativamente directo deducir que para el potencial que
se grafica en la figura 7.6,

+∞ r < c

V (r) = −V0 c < r < R (7.111)

0 r>R

la longitud de dispersión resultante es analítica, a saber


" p !#
R−c tan 2µV0 (R − c)2 /~2
a=c 1+ 1− p . (7.112)
c 2µV0 (R − c)2 /~2

Esta aparece graficada en la figura 7.7. Notamos primero que


(7.79) se reduce a (7.76) si c → 0, y al resultado anterior a = c
si R → 0 o bien V0 → 0. Luego observamos que los polos en
(m−1/2)π, m = 1, 2, . . . corresponden justamente a la condición
(5.35) para que el pozo rectangular, ahora de alcance neto R −c,

199
Dispersión

a/c

O π/2 π 3π/2 q
2µV0 (R − c)2 /h̄2

Figura 7.7

ligue el primero, segundo, . . ., estado S, ya que la presencia del


potencial de esfera dura sólo corre el origen de O hasta c.

Ejercicio 7.11. Deducir (7.79) partiendo de la ecuación radial de Schrö-


dinger en onda S. 

7.5.3. Estados ligados en la teoría de alcance efectivo

A partir de la figura 7.7 es evidente que la longitud de disper-


sión a tiene significado para estados ligados (energía negativa)
y no únicamente para estados de dispersión (energía positiva).
Partiendo del primero y último miembro de (7.71), consideremos
el caso k12 ≡ k 2 > 0, k22 ≡ −ν 2 < 0 (ν real). En este caso v1 (r)
y v2 (r) ambas satisfacen la primera línea de (7.68), o sea,

sin(kr + δ0 )
v100 + k 2 v1 = 0 ⇒ v1 = v10 (0) = k cot δ0
sin δ0
(7.113)
v200 2
− ν v2 = 0 ⇒ v2 = e −|ν|r
, v20 (0) = − |ν| . (7.114)

200
Resonancias

Por otro lado, del último miembro de (7.71), u1 y u2 satisfacen

u001 + k 2 u1 − U u1 = 0 (7.115)
u002 2
− ν u2 − U u2 = 0. (7.116)

La ecuación (7.71) será ahora


Z ∞
k cot δ0 (k) + |ν| = (k 2 + ν 2 ) dr (v1 v2 − u1 u2 )
0
1 2
= (k + ν 2 )ref
2
1 2
(k + ν 2 ) r0 + O(k 2 )
 
−−−→
k→0 2
Recordemos las definiciones de ref y r0 en (7.72); sustituyendo
la definición (7.61) de a en (7.82) queda la relaci ón
1 1
− = − |ν| + ν 2 r0 . (7.117)
a 2
Ejercicio 7.12. Para el deuterón, E = −2.225 MeV, ~2 /m = 41.42
MeV−F 2 con m la masa promedio del nucleón y, empíricamente, r0 =
1.727 F. Estimar la longitud de dispersión a usando (7.83) y comparar
esto con el valor experimental de 5.397 F. 

El resultado experimental es at = 5.397 F, donde el subí


ndice se refiere al estado triplete, es decir, ambos espines pa-
ralelos. Para el estado singulete (espines antiparalelos) se tiene
as = −23.68 F y r0 = 2.51 ± 0.11 F (Noyes, 1963) en tanto que
para protón-protón app = −17.1 F y r0pp = 2.747 ± 0.014 F (No-
yes 1964), de modo que hay cierta dependencia en la carga de
las fuerzas nucleares . Por otro lado, (Von Wetch, 1983) se re-
porta que para el sistema neutrón-neutrón ann = −16.9 ± 0.6 F
y r0nn = 2.65 ± 0.18 F .

7.6. Resonancias

Los resultados obtenidos hasta ahora permiten el siguiente


tratamiento de resonancias. Consideraremos aquí un potencial

201
Dispersión

central tal que V (r) = 0 para r ≥ R pero totalmente arbitrario


en r < R. En esta región la función radial total Rl (k, r) será
por (7.44),
ul (r)
Rl (k, r) ≡ = cos δl jl (kr) − sin δl nl (kr) (7.118)
kr
sin(kr − 12 lπ + δl )
−→ . (7.119)
kr0 kr
En r = R definamos la función
 
r dRl (k, r)
βl (k) ≡ (7.120)
Rl (k, r) dr r=R

que es esencialmente la derivada logarítmica (adimensional). El


punto r = R es el borde de nuestra caja negra, como se llama
a un centro dispersor desconocido. Evaluando (7.85) con (7.84),
queda
cos δl jl0 (kR) − sin δl n0l (kR)
βl (k) = kR (7.121)
cos δl jl (kR) − sin δl nl (kR)
o bien
kRjl0 (kR) − βl (k)jl (kR)
tan δl (k) = . (7.122)
kRn0l (kR) − βl (k)nl (kR)
Se definen las funciones de Hankel esféricas de primera y segunda
especie como
( 1) e±i(x−lπ/2)
hl 2 (x) ≡ jl (x) ± inl (x) −→ (7.123)
x1 x
donde usamos (5.14) y (5.15). Notamos ahora que la matriz de
dispersión Sl (k) es
1 + i tan δl
Sl (k) ≡ e2iδ(k) = . (7.124)
1 − i tan δl
La ecuación (7.87) se transformará, por (7.88) y (7.89), en
(1)0 (2) (1) (2)0
(2)
" #
2iδl hl (kR) hl hl − hl hl
e = − (1) 1 + kR (1) (2) (1)0 (2)
(7.125)
hl (kR) βl hl hl − kRhl hl

202
Resonancias

donde todas las funciones de Hankel y sus derivadas se evaluan


en kr = kR. Dado que por (7.85), βl (k) = ∞ para el poten-
cial de esfera dura de radio R, [ya que entonces Rl (kR) = 0],
llamaremos ξl (k) el defasamiento en onda l producido por la
dispersión por esfera dura. Allí, por (7.90),
(2)
hl (kR)
e2iξl ≡ − (1)
. (7.126)
hl (kR)
Definiendo además las dos funciones, partes real e imaginaria de
la misma expresión,
(1)0 (1)0
( ) ( )
hl (kR) hl (kR)
∆l ≡ Re kR (1) Dl ≡ Im kR (1) (7.127)
hl (kR) hl (kR)
podemos escribir (7.90) como
βl − ∆l + iDl
e2iδl = e2iξl . (7.128)
βl − ∆l − iDl
Ejercicio 7.13. a) Partiendo de (7.85) deducir (7.86), (7.87) y (7.90).
b) Dadas (7.91) y (7.92), deducir (7.93). 

Para calcular la amplitud de dispersión (7.39) conviene uti-


lizar la segunda versión de esa ecuación; interesa tener
 
iδl 2iξl Dl −iξl
e sin δl = e +e sin ξl (7.129)
βl − ∆l − iDl
que se verifica fácilmente. Notamos que para βl → ∞, δl → ξl
como debe ser. Volviendo a la derivada logarítmica (7.85), que
llamaremos βl (E), supongamos que aun en la cercanía de una
resonancia (es decir, de un pico en f (θ) en la energía Er ),

βl (E) ' A + BE (7.130)

con A y B independientes de E. Por (7.94) esto ocurrirá cuando


βl (Er ) = ∆l , o sea
∆l − A Dl
Er = Γ ≡ −2 (7.131)
B B

203
Dispersión

donde la última relación es por ahora una simple definición.


Sustituyendo (7.95) y (7.96), (7.94) se vuelve
 
iδl 2iξl Γ/2 −iξl
e sin δl = e +e sin ξl . (7.132)
Er − E − iΓ/2

La amplitud de dispersión en onda l, por (7.39), queda entonces


como
 
2l + 1 2iξl Γ/2 −iξl
fl (θ) = e +e sin ξl Pl (cos θ).
k Er − E − iΓ/2
(7.133)
En la cercanía energética de la resonancia en cuestión, cuando
E ' Er , la sección diferencial es
2


dσ X
= |f (θ)|2 = fl (θ) (7.134)

dΩ
l=0
(2l + 1)2 Γ2
' |fl (θ)|2 = [Pl (cos θ)]2 + g(ξl )
k2 4(E − Er )2 + Γ2
(7.135)

Aquí hemos definido una parte g(ξl ) que representa el com-


portamiento liso en la energía; ésta además tiende a anular-
se si E es pequeña y/o l grande, ya que por definición ξl ≡
− arctan [jl (kR)/nl (kR)]; véase las ecuaciones (7.45) y (7.46).
Despreciando esta contribución lisa y pequeña, tenemos final-
mente que
Z
π(2l + 1) Γ
σ ' σl = dΩ |fl (θ)|2 =
k2 (E − Er )2 + (Γ/2)2
(7.136)
que es la llamada fórmula de Breit y Wigner para una resonancia
aislada, de altura 4π(2l+1)/k 2 , centrada en E = Er y de anchura
Γ medida a la semialtura.

Ejercicio 7.14. Corroborar estas propiedades de la función σl (E) en


(7.100), esbozándola como función de la energía. 

204
Resonancias

La interpretación de una resonancia, cuando la hay, es la


siguiente. Llamemos a la función total de onda l en la zona
externa r > R , ψlext (r) y en la zona interna r < R, ψlint (r).
Cuando r ' R tendremos, salvo una constante,

ψlext (r) = −il eiδl (2l + 1) {cos δl jl (kr) − sin δl nl (kr)} Pl (cos θ)
(7.137)
' (2l + 1)il eiδl sin δl nl (kR)Pl (cos θ) (en r ' R)
(7.138)

si suponemos que |ξl |  1 y por lo tanto, por (7.45), jl (kR) ' 0.


Como hicimos notar antes, esto equivale por (7.46) a suponer
que la energía es pequeña y/o l grande. Por otro lado, salvo una
constante,
ψlint (r) = eiδl sin δl γl (k, r)Pl (cos θ) (7.139)
donde el primer factor representa según (7.94) la variación rápida
en E, y el segundo factor γl (k, r) tiene una variación lenta en k,
o E = ~2 k 2 /2µ. Por (7.97), suponiendo de nuevo que |ξl |  1,

Γ/2
ψlint (r) ' gl (k, r, θ) (7.140)
(Er − E) − iΓ/2

en donde gl (k, r, θ) es el producto de los dos últimos factores


de (7.102). Es claro que la función de onda anterior satisface la
ecuación de Schrödinger

(~2 k 2 /2µ − Hl )gl (k, r, θ) = 0 (7.141)

con Hl el hamiltoniano total del sistema en onda parcial l. Vemos


por (7.103) que en resonancia, es decir cuando σl es grande, la
función de onda está altamente concentrada dentro de la región
interna. Escribamos la función interna total en onda l depen-
diente del tiempo, como

Ψl (r, t) ≡ ψlint (r)φ(t) (7.142)


' δ(E − Er + iΓ/2) GE (r) φ(t) (7.143)

205
Dispersión

donde el último paso se debe a que la función ψlint (r), por (7.103),
tiende a un pico fuerte en E ' Er − iΓ/2. Notemos que el paso
(7.105) equivale a una continuaci ón analítica del problema a
energías complejas. Ahora la funci ón GE (r) es suave en E y
satisface
~2 k 2
(E − H)GE (r) = 0 E≡ . (7.144)

Luego, como

i~ Ψl (r, t) = EΨl (r, t) (7.145)
∂t
sustituyendo aquí (7.105) tenemos que
 
~ ∂φ(t)
δ(E − Er + iΓ/2)GE (r) + Eφ(t) = 0. (7.146)
i ∂t
Tras integrar sobre E, queda la ecuación
~ ∂ψ(t)
+ (Er − iΓ/2)φ(t) = 0 (7.147)
i ∂t
cuya solución es

φ(t) = e−iEr t/~ e−(Γ/2~)t . (7.148)

Esta solución conduce al factor temporal exponencial en la den-


sidad de probabilidad, dado por
~
|φ(t)|2 = e−t/τ τ≡ (7.149)
Γ
donde τ , que es inversamente proporcional a la anchura Γ, es
la vida media del estado resonante . Cuanto más angosta sea
la resonancia, más se parece a un estado ligado o estacionario,
cuya vida media sería infinita.

7.7. Dispersión coulombiana

Para el caso de un potencial central coulombiano


e2
V (r) = − (7.150)
r

206
Dispersión coulombiana

vimos que la parte radial Rn` (r) de la solución total ψn`m (r) =
Rn` (r)Y`m (θ, φ) para estados ligados está dada por la ecuación
(5.41). Tomando en cuenta que allí h(ρ) resultó ser un polinomio
de orden n − ` − 1, vemos que para r grande,
Rn` (r) −→ rn−1 e−Kr
p
K ≡ 2µ |E| /~2 (n = 1, 2, . . .).
r/a0 →∞
(7.151)
Este decaimiento es más lento que el asociado a un potencial de
corto alcance. En potenciales de corto alcance, tales que V (r) =
0 para r > R , en la región asintótica r  R la ecuación de
Schrö dinger radial se reduce a
−~2 d2
[rR(r)] = E [rR(r)] (7.152)
2µ dr2
con solución
R(r) −→ e−Kr /r. (7.153)
r→∞
Tomando en cuenta la fórmula de Bohr (5.49) para eliminar el
entero n en la ecuación (7.113), tenemos que
exp −Kr + (µe2 /~2 K) ln r
 
e(−Kr+n ln r)
Rn` (r) −→ ≡
r/a0 →∞ r r
(7.154)
−e2 ~2 ~2
E= a0 = ' . (7.155)
2a0 n2 µe2 me2
Si pasamos del espectro discreto al continuo haciendo K = ±ik
de modo que E ≡ −~2 K 2 /2µ = ~2 k 2 /2µ, tendremos que la
forma asintó tica de la función radial (7.116) será
e±i(kr−γ ln r) me2 1
R(r) −→ γ≡− 2
=− . (7.156)
r→∞ r ~ k ka0
Por tanto, en vez de tener la onda esférica pura e±ikr /r que ob-
servamos en (7.10) para un potencial dispersor de corto alcance
, para el potencial de Coulomb , que es de largo alcance, se tiene
una onda esférica deformada por el término logarítmico γ ln r.
Veremos ahora que esta deformación también ocurre en la onda
plana entrante.

207
Dispersión

7.7.1. Solución cuántica exacta


La ecuación de Schrödinger para el potencial de Coulomb

Z1 Z2 e 2
V (r) = (7.157)
r
permite para energías E = ~2 k 2 /2µ positivas una solución más
cómoda en coordenadas parabólicas (ξ, η, θ), definidas por

θ
ξ ≡ r − z = 2r sin2 (7.158)
2
θ
η ≡ r + z ≡ 2r cos2 (7.159)
2
1 y
r = (ξ + η) φ = arctan (7.160)
2 x
donde (x, y, z) son las coordenadas cartesianas y (r, θ, φ) las
coordenadas esféricas. En coordenadas parabólicas el operador
laplaciano es

1 ∂2
 
4 ∂ ∂ ∂ ∂
∇2 = (ξ ) + (η ) + . (7.161)
ξ + η ∂ξ ∂ξ ∂η ∂η ξη ∂φ2

Si suponemos que z es la dirección de incidencia del haz, la funció


n de onda total ψ(ξ, η) no dependerá del ángulo φ por simetría
axial. Esto último sugiere que intentemos la soluci ón

ψ(ξ, η) = eikz Φ(ξ) = eik(η−ξ)/2 Φ(ξ) (7.162)

la que al sustituirse en la ecuación de Schrödinger deja

ξΦ00 (ξ) + (1 − ikξ)Φ0 (ξ) − γkΦ(ξ) = 0 (7.163)


Z1 Z2 e2 µ Z1 Z2 e2
γ≡ = . (7.164)
~2 k ~v
Notamos que esta γ se reduce a la γ usada antes en (7.117) , si
tomamos Z1 = 1 , Z2 = −1 y µ ' m.
Ejercicio 7.15. Verificar (7.122) a partir de (7.119) y (7.121). 

208
Dispersión coulombiana

Reconocemos (7.122) como la ecuación de Kummer (B.7)


con solución regular
Φ(ξ) = CM (−iγ, 1; ikξ) (7.165)
donde C es una constante arbitraria. Una forma asintótica de la
funci ón de Kummer M (a, c; x) para x  1, que generaliza la
forma (B.11) es (Erdelyi, página 278)
Γ(c) x+(a−c) ln x Γ(c) −a ln(−x)
M (a, c; x) −→ e + e . (7.166)
x1 Γ(a) Γ(c − a)
Esto permite escribir la forma asintótica de (7.121) como
(
Ceπγ/2
ψ(ξ, η) = ψ(r, θ) −→ ei[kz+ln k(r−z)]
r→∞ Γ(1 + iγ)
)
ei[kr−γ ln 2kr]
+ fc (θ) (7.167)
r
θ
γ e−2iγ ln sin 2
fc (θ) ≡ − e2iσ0 (7.168)
2k sin2 2θ
σ0 ≡ argΓ(1 + iγ) (7.169)
Γ(1 + iγ)
e2iσ0 = . (7.170)
Γ(1 − iγ)
Escogiendo C ≡ e−πγ/2 Γ(1 + iγ) en (7.125), se tiene una on-
da plana entrante deformada por el largo alcance del potencial
dispersor. También aparece la onda esférica saliente deformada
vista en (7.117) (salvo por una fase sin importancia), multiplica-
da por una amplitud de dispersión (llamada de Coulomb) fc (θ).
Empleando (7.116) y (7.126) se llega finalmente a
2
γ2 Z1 Z2 e 2

dσc 1
= |fc (θ)|2 = 4 θ
≡ 2 4 . (7.171)
dΩ 2
4k sin 2 2µv sin θ/2
Aquí usamos la definición (7.122) de γ y la relación ~k = µv.
El hecho que en (7.129) no aparezca ninguna cantidad cuánti-
ca (como la constante ~ por ejemplo), hace sospechar que és-
te sea un resultado clásico. En efecto, (7.129) es la fórmula

209
Dispersión

de Rutherford, la cual fue obtenida clásicamente en 1911 (véase


http://137.193.61.237/docs/Derivation_of_scattering_formula.pdf).

7.7.2. Desarrollo en ondas parciales


Partiendo de la solución completa ψ(r, θ) de la ecuación de
Schrödinger para el potencial de Coulomb con energías positivas
descomponiéndola en ondas parciales

X
ψ(r, θ) = Al gl (kr)Pl (cos θ). (7.172)
l=0

donde la función gl (kr) será solución de


 2 
d 2 d l(l + 1) 2γ
+ − − + 1 gl (x) = 0 (7.173)
dx2 x dx x2 x

donde x ≡ kr. Como para x → 0 la solución regular es xl ,


definamos
gl (x) ≡ xl eix φl (x) φl (0) = 1. (7.174)
Sustituyendo (7.136) en (7.135) encontramos que

φl (x) = M (l + 1 + iγ, 2l + 2; −2ix) (7.175)

donde M (a, c; x) se define por la equación (B.8). Asintóticamen-


te,

sin(x − lπ/2 − γ ln 2x + σl )
gl (x) −→ (7.176)
x→∞ x
σl ≡ argΓ(l + 1 + iγ) (7.177)
Γ(l + 1 + iγ)
e2iσl = (7.178)
Γ(l + 1 − iγ)

donde notamos que (7.139) y (7.140) generalizan las ecuaciones


(7.127) y (7.128). Generalizando al caso de la dispersión por un
potencial V (r) + Z1 Z2 e2 /r, donde V (r) = 0 si r > R que podría
ser, por ejemplo, el potencial nuclear de corto alcance que siente

210
Dispersión coulombiana

una partícula alfa dispersada por otro núcleo. La función de onda


total será

X ul (kr)
ψ(r) ≡ Cl Pl (cos θ) (7.179)
r
l=0

donde ul (kr) satisfará, para r > R,

d2
 
l(l + 1) 2γ
− − + 1 ul (x) = 0 x ≡ kr > kR.
dx2 x2 x
(7.180)
Esta tendrá para solución regular a Gl (x) y solución irregular a
Hl (x). Asintóticamente, éstas serán,
(
Gl (x) ≡ xgl (x) −→x→∞ sin(x − lπ/2 − γ ln 2x + σl )
ul (x) =
Hl (x) ≡ xhl (x) −→x→∞ cos(x − lπ/2 − γ ln 2x + σl ).
(7.181)
Escribamos la solución general de (7.142), como

ul (x) −→ (1 + Sl )Gl (x) + i(1 − Sl )Hl (x) (7.182)


x>kR
2iδl
Sl ≡ e −→ 1. (7.183)
R→0

Ejercicio 7.16. Comprobar que se satisfacen las ecuaciones


(7.137) − (7.140). 

Empleando (7.143) se tiene, por tanto,

ul (x) −→ e−il (x) + Sl eil (x) (7.184)


x→∞
π
l (x) ≡ x − γ ln 2x − (l + 1) + σl . (7.185)
2

Pedimos que la forma asintótica de la (7.141) sea, como antes,

ei[kr−γ ln 2kr]
ψ(r, θ) −→ ei[kz+γ ln k(r−z)] + f (θ) (7.186)
x→∞ r
z ≡ r cos θ r − z = 2r sin2 (θ/2) (7.187)

211
Dispersión

salvo que ahora f (θ) es la amplitud total. Comparando coefi-


cientes con (7.145), tendremos que
1
Cl = (2l + 1)il eiσl (7.188)
2k

1 X
(2l + 1) Sl e2iσl − 1 Pl (cos θ) −→ fN (θ)
 
f (θ) =
2ik σl →0
l=0
(7.189)

donde fN (θ) es la amplitud de dispersión (nuclear) debida exclu-


sivamente al potencial (nuclear) V (r), como en (7.39). Por otro
lado, si Sl → 0, f (θ) se reduce por (7.147) a la descomposición
en ondas parciales de la amplitud de dispersión de Coulomb,

1 X
fc (θ) = (2l + 1)[e2iσl − 1]Pl (cos θ) (7.190)
2ik
l=0

que tiene la forma de (7.139), excepto que δl se reemplaza por


σl . A diferencia de la serie infinita (7.39); sin embargo, la serie
de Coulomb (7.148) no converge ya que, usando (7.140),

σl+1 ln Γ(l + 2 + iγ)


= −→ O(1). (7.191)
σl ln Γ(l + 1 + iγ) k→0γ→∞

Debemos contrastar esto con (7.47).


Ejercicio 7.17. a) Use la (7.140) y la aproximación de Stirling (A.11)
para demostrar detalladamente el resultado (7.149). b) Use la (7.141),
(7.145) y (7.146) para establecer la (7.147). 

Finalmente, notamos que la ecuación (7.147) puede escribirse


usando (7.148) en la forma

1 X
f (θ) = fc (θ) + (2l + 1)(Sl − 1)e2iσl Pl (cos θ) (7.192)
2ik
l=0

donde es evidente que la suma si convergirá rápidamente. Una


forma alternativa muy común, que expresa la amplitud total

212
Dispersión coulombiana

como suma de contribuciones de Coulomb, nuclear y de interfe-


rencia (CN ), es

f (θ) = fC (θ) + fN (θ) + fCN (θ) (7.193)



1 X
fCN (θ) ≡ (2l + 1)(e2iδl − 1)(e2iσl − 1)Pl (cos θ).
2ik
l=0
(7.194)

Esto permite dar la sección diferencial como


= |f (θ)|2 = |fc (θ)|2 + |fN (θ)|2 + interferencia. (7.195)
dΩ

7.7.3. Polos de la amplitud

Presentaremos ahora una propiedad formidable de la ampli-


tud de dispersió n coulombiana

X
fc (θ) ≡ fl (θ). (7.196)
l=0

Por (7.140) y (A.1), fl tiene polos simples cuando

l + 1 + iγ = 0, −1, −2, . . . (7.197)

o bien, por (7.117), cuando

i
−iγ ≡ − = n = l + 1, l + 2, . . . (l = 0, 1, 2, . . .)
ka0
(7.198)
~2 k 2 ~2 1 e2
E= =− ≡− . (7.199)
2m 2ma20 n2 2a0 n2

Esta última es la fórmula de Bohr-Sommerfeld . Véase la figu-


ra 7.8.

213
Dispersión

0 ∞
.. .. .. .. ..
. . . . .
3s 3p 3d
−1/9 3

2s 2p
−1/4 2

1s
−1 1

 
E
e2 /2a0 n/l 0 1 2 ···

Figura 7.8

7.8. Polos de Regge

La relación (7.154) es en realidad

l = −1 − iγ + {0, −1, −2, . . .} (7.200)


i
≡ −iγ − p ≡ − −p (p = 1, 2, 3, . . .). (7.201)
ka0

Podemos preguntar, para E = ~2 k 2 /2m real, ¿en qu é puntos


de l compleja tendrá polos fl ? La respuesta es para p = 1,

~2 k 2 −e2
E= = (7.202)
2m 2ao (l + 1)2

214
Polos de Regge

Im l

trayectoria
de Regge
(p = 1)

=−∞ =−1

Re l
−1 O 1 2 ∞
=−1/4 =−1/9 =0−

Figura 7.9

o bien,
−1
 ≡ 2ao E/e2 = = −∞ (l = −1) no físico
(l + 1)2
= −1 (l = 0)
= −1/4 (l = 1)
= −1/9 (l = 2)
.. ..
. .
= 0− (l = ∞).
La trayectoria cerrada en el plano l de la figura 7.9 se llama
trayectoria de Regge; pasa por los polos de Regge, que en este
caso del potencial de Coulomb V (r) = −e2 /r se encuentran
sobre el eje real. El polo en Rel = −1 no es físico ya que da
lugar a un estado infinitamente ligado. Por otro lado, para un
potencial de corto alcance tenemos, por (7.89), que
2i
fl ∝ e2iδl − 1 ≡ . (7.203)
cot δl − i
Esto diverge cuando cot δl = i, y a su vez lleva a una ecuació n
compleja
l = l(E) ≡ l0 + il1 (l0 , l1 reales) (7.204)

215
Dispersión

V (r)

r
O D
P
S

Figura 7.10

Im l

estados ligados
resonancias
 = −∞
S P D
Re l
−1 O 1 2
1 2 3

Figura 7.11

que será la trayectoria de Regge correspondiente. Para un poten-


cial como el de la figura 7.10, tendremos los polos y trayectoria
de modo que la curva se desprende del eje real a partir de una
cierta l (real). Si l1  l0 tendremos, por desarrollo de Taylor,

216
Polos de Regge

que
 

cot δl = cot δl0 + il1 cot δl + ... = i (7.205)
∂l l=l0

lo que implica cot δlo = 0 y, por (7.58), para l0 = 0, por ejemplo,



σ0 = −→ ∞ (7.206)
k 2 k→0
esto es precisamente el atributo de una resonancia S.

217
8

MÉTODOS DE APROXIMACIÓN
VARIACIONALES Y SEMICLÁSICOS

Estudiaremos ahora métodos de aproximación que son ade-


cuados para problemas con estados ligados que no permiten solu-
ciones analí ticas o gráficas. El método variacional por lo general
es útil para describir el estado fundamental, en tanto que el mé-
todo semiclásico, o WKB (por Wentzel, Kramers y Brillouin),
lo es para los estados altamente excitados.

8.1. El principio variacional Rayleigh-Ritz

Consideremos un Hamiltoniano general H, cuyo espectro


{En |E0 ≤ E1 ≤ E2 · · · } y cuyas funciones propias correspondien-
tes ψn n = 0, 1, 2, . . ., son desconocidas. Queremos demostrar
que una cota superior rigurosa a la energía E0 del estado fun-
damental, será el valor esperado del Hamiltoniano
E ≡ h φ| H | φi (8.1)
con respecto a cualquier función de prueba φ normalizada. Sólo
pediremos que φ pueda ser desarrollada en términos del conjunto
(supuestamente completo y ortonormal) de las funciones ψn . Es
decir
X∞
φ= Cn ψ n hψn | ψm i = δn,m (8.2)
n=0
donde por hφ| φi = 1 se tiene que

X
|Cn |2 = 1. (8.3)
n=0

219
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

Sustituyendo (8.2) en (8.1) y utilizando el hecho que (En −


H)ψn = 0 , se tiene

X
E= Cn∗ Cm h ψn | H | ψm i (8.4)
n,m=0
X∞ ∞
X
= |Cn |2 En = |Cn |2 (En − E0 ) + E0 (8.5)
n=0 n=0

donde empleamos (8.3) en la última igualdad. Como la suma es


de té rminos no negativos, se concluye que E − E0 ≥ 0. Este
resultado es el teorema variacional de Rayleigh-Ritz
E ≥ E0 . (8.6)
Ejercicio 8.1. Suponiendo que una función de prueba φ, es ortogonal
a los primeros n estados propios de H (digamos, m = 0, 1, 2, . . . , n −
1), demuestre que el valor esperado EE ≡ h φ| H | φi será una cota
superior al n-ésimo estado excitado, es decir, que EE ≥ En . 

8.1.1. El oscilador armónico unidimensional


Como ejemplo de la ecuación (8.5) consideremos el oscilador
armónico unidimensional, cuyo Hamiltoniano, energía y función
propia del estado fundamental son, respectivamente, por (2.96),
(2.103) y (2.106)
~2 ∂ 2 1
H=− 2
+ mω 2 x2 (8.7)
2m ∂x 2
E0 = 21 ~ω (8.8)
√ 2 2
ψ0 (x) = ( πx0 )−1/2 e−x /2x0 (8.9)
p
x0 ≡ ~/mω. (8.10)
Ensayemos con la función de prueba
φ = C(a2 − x2 )2 θ(a − |x|) (8.11)
Z a r
−1/2 5·7·9
hφ| φi = 1 ⇒ C = 2 dx(x2 − a2 )4 =
0 256a9
(8.12)

220
El principio variacional

la cual, por inspección, asemeja cualitativamente a la funci ón


propia ψ0 (x) en (8.6). El valor esperado (8.1) será funci ón del
parámetro a2 , ya que
Z a
~2

2
E(a ) = C −2
dxφ∗ (x)φ00 (x) (8.13)
2m −a
Z a 
1 2 2 2
+ mω dxx |φ(x)| (8.14)
2 −a
  2 11

5·7·9 ~ 256 7 1 2 256a
= a + mω
256a9 2m 3 · 5 · 7 2 5 · 7 · 9 · 11
(8.15)
3 ~2 1
= 2
+ mω 2 a2 . (8.16)
2 ma 22
El valor mínimo de esta cota superior a E0 se obtiene de

dEE(a2 ) √ ~
2
= 0 ⇒ a20 = 33 (8.17)
da r mω
12 1 1
E(a20 ) = ~ω ' 1.04447 ~ω. (8.18)
11 2 2
Es decir, la estimación está sólo un 4 % por encima del valor
exacto E0 = ~ω/2.

Ejercicio 8.2. Considere una partícula en una caja unidimensional de


longitud L centrada en el origen. Construya una función de prueba
φ(x) que satisfaga las condiciones correctas en x = ±L/2 y estime la
energía del estado base cuando φ(x) sea un polinomio a) de segundo
grado y b) de cuarto grado. c) Compare estos resultados con el resul-
tado exacto (2.22) para n = 1. d) Use el polinomio más simple posible
(con un sólo nodo) para estimar la energía del primer estado excita-
do, (2.22) con n = 2. e) ¿Será este valor esperado una cota superior
rigurosa? ¿Por qué? 

8.1.2. Pozos atractivos de forma arbitraria


Una aplicación sumamente interesante y útil del principio
variacional es la demostración que en una y dos dimensiones,

221
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

cualquier pozo potencial atractivo tendrá un estado ligado. Con-


sideremos para una dimensión el pozo

V (x) = −|V (x)| (8.19)

utilizando la función de prueba


2
φ(x) = Ce−αx (8.20)
Z ∞  1/4
2 2α
hφ| φi = dxφ (x) = 1 ⇒ C = . (8.21)
−∞ π

El valor esperado

E(α) = h φ| H | φi (8.22)
~2 2 ∞ 2
Z
2 d 2
=− C dxe−αx 2
e−αx (8.23)
2m −∞ dx
Z ∞
2
−C 2
dx|V (x)|e−2αx (8.24)
−∞
2
r Z ∞
~ α 2α 2
= − dxe−2αx |V (x)| (8.25)
2m π −∞

tendrá un valor mínimo para un valor α = α0 , tal que



dEE(α)
= 0, (8.26)
dα α=α0
r Z ∞
~2 1 2 1 2
− √ dx e−2α0 x |V (x)| (8.27)
2m 2 π α0 −∞
2α0 ∞
r Z
2
+2 dxx2 e−2α0 x |V (x)| = 0. (8.28)
π −∞

Multiplicando la última relación por α0 y sustituyendo en (8.12),


queda

2α0 ∞
r Z  
−2α0 x2 1 2
E(α0 ) = − dx e |V (x)| 2 + 2α0 x < 0.
π −∞
(8.29)

222
El principio variacional

Pero como E(α0 ) ≥ E0 por (8.5), concluimos que la energía


exacta del estado fundamental es negativa

E0 < 0

independientemente de la forma, profundidad y anchura del po-


zo. En (2.17) vimos que el caso muy particular del pozo rectan-
gular tiene siempre un estado ligado.
Ejercicio 8.3. Repita el análisis para dos dimensiones en coordena-
2
das polares r, θ; con la función de prueba Ce−αr . Demuestre a)
∞ 2
que EE(α0 ) = −8α02 0 dr r3 |V (r)|e−2α0 r , y de aquí b) que habrá
R

siempre un estado ligado en el pozo central V (r) = −|V (r)| (indepen-


2
~2
diente de θ), pero sólo si drre−2α0 r |V (r)| > 4m
R
. [Sugerencia: Usar
métodos gráficos para encontrar la condición bajo la cual existe una
solución con α0 > 0.] 

Consideremos finalmente el caso en d = 3 dimensiones con


la función de prueba
 3/4
−αr2
φ(r) = Ce hφ| φi = 1 ⇒ C = 2α/π . (8.30)

Se obtiene que

~2 2 ~2 2 ∞ 2
Z
2 d 2
h φ| − ∇ | φi = −3 C dxe−αx 2
e−αx (8.31)
2m 2m −∞ dx
Z ∞ 2
2 3 ~2 α
× dye−2αy = . (8.32)
−∞ 2 m

Finalmente, E(α0 ) < 0 si y sólo si


Z ∞
2
− dr r2 |V (r)|(1 − 4α0 r2 )e−2α0 r < 0. (8.33)
0

Es decir, no para cualquier pozo potencial en 3 dimensiones ha-


brá un estado ligado.
Ejercicio 8.4. Aplique la condición (8.17) al potencial V (r) = −V0 ×
2 2
(π 1/2 )−3 e−r / , V0 > 0, estudiando en especial el límite  → 0+ . 

223
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

8.1.3. El átomo de hidrógeno

Estimemos el valor de la energía del estado fundamental del


átomo de hidrógeno (cuyo valor exacto es E0 = −e2 /2a0 con
a0 ≡ ~2 /me2 ), usando la función de prueba gaussiana φ(r) =
2
Ce−αr , con α un parámetro variacional. Notemos primero que
Z ∞ Z ∞
−βr2 1 1
drre = dye−y = (8.34)
0 2β 0 2β
Z ∞ r Z ∞ r
−βr2 1 −y 2 1 π
I(β) ≡ dre = dye =
0 β 0 2 β
(8.35)
Z ∞ r
2 1 π
−I 0 (β) = drr2 e−βr = etc. (8.36)
0 4 β3

De I 0 (β) y hφ| φi = 1 obtenemos C = (2α/π)3/4 . Luego



~2
 2
e2 −αr2
Z   
2 d
2 −αr2 2 d
E(α) = 4πC drr e − + − e
0 2m dr2 r dr r
(8.37)
r  r
8 3 π ~2 √

= α − e2 α . (8.38)
π 2 2 2m

El valor de α que minimiza E(α), digamos α0 , se obtiene de


E 0 (α0 ) = 0; esto deja α0 = 8/9πa20 , y por tanto

8 e2 e2
E(α0 ) = − >− = E0 . (8.39)
3π 2a0 2a0

Como 8/3π ' 0.8488, el error es aproximadamente 15 % .

8.1.4. El deuterón

Estimaremos ahora la energía del estado fundamental de una


pareja neutr ón-protón que interactúa con el potencial exponen-
cial (5.83). Con a = 2F y v0 = 36MeV, tenemos una energía de

224
El principio variacional

amarre exacta E0 = −2.2MeV, que es aproximadamente la ener-


gía de amarre del deuter ón. Como función de prueba usamos

φ(r) = R(r)Y00 (θ, φ) ≡ Ce−αr/2a / 4π. (8.40)
Usando (8.18) obtenemos que C = α3 /2a3 , y
~2 2
E(α) = h φ| − ∇ + V (r) | φi (8.41)

~2 α 2
   3
α
= − v0 . (8.42)
2µ 2a α+1
Si usamos ~2 /m ' 41.47Mev-F2 y µ ' m/2, la condición E 0 (α0 ) =
0 conduce a
(α0 + 1)4 6v0 ma2
= ' 20.83 ⇒ α0 ' 1.266 (8.43)
α0 ~2
donde se resolvió gráficamente la ecuación en α0 . Finalmente,
obtenemos
E(α0 ) = −2.13MeV
con un error del 3 % respecto al valor exacto E0 = −2.245MeV.
Ejercicio 8.5. Considere una partícula en un potencial V (x) = V0 (2x/L)2n
(n entero positivo). Note que n = 1 representa a un oscilador armónico
y n = ∞ un pozo infinito. a) Estime la energía del estado fundamental
2 2
en función de n, empleando como función de prueba φ(x) (i) e−x /2a
y (ii) cos(πx/2a) (x ≤ a) y = 0 (x > a), usando a como parámetro
variacional. b) Grafique ambas funciones de prueba φ(x). c) Compare
con el resultado exacto y decida cuál de las dos funciones, (i) o (ii),
da mejor resultado en función de n. 

8.1.5. El charmonio
Ahora estimaremos la energía fundamental del potencial li-
neal (5.95) para onda S. Como función radial de prueba, toma-
remos
2
φ(r) = Cre−βr /2 → 0 para r → 0 (8.44)
Z ∞ r
2 2 β3
dr|φ(r)| = 1 ⇒ C = 4 . (8.45)
0 π

225
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

Dado que el Hamiltoniano H aparece en (5.96), tenemos



~2
Z
2g
E(β) = drφ∗ (r)Hφ(r) = 3 β+√ − V0 (8.46)
0 4µ πβ
2/3

0 4µg
E (β0 ) = 0 ⇒ β0 = √ (8.47)
3~2 π
3 6 1/3 g 2 ~2 1/3
   
E(β0 ) = − V0 ' 0.153GeV. (8.48)
2 π µ

Aquí empleamos los valores de g, µ y V0 utilizados en la figura


6.2, así como el valor exacto de E0 = |x1 |(g 2 ~2 /2µ)1/3 − V0 =
0.151GeV. Este cae sólo un 1.3 % debajo de su valor variacional.

8.1.6. El helio atómico


Pasemos ahora a un ejemplo de un sistema de dos cuerpos
que no puede reducirse al caso de un solo cuerpo, como el del
sistema neutró n-protón . Consideremos los átomos heliodes (dos
electrones) con Hamiltoniano

1 1 Z Z 1
H = − ∇21 − ∇22 − − + (8.49)
2 2 r1 r2 r12
1
≡ H0 + (8.50)
r12

(e = ~ = m = 1) donde r1 y r2 son las coordenadas de los


electrones, y r12 la separación entre ambos; Z = 2 para el he-
lio, Z = 3 para el ion Li+ , etc. Propongamos como función de
prueba el producto de funciones hidrogenoides
0 0
φZ 0 (r1 , r2 ) = Ce−Z r1 e−Z r2 . (8.51)

Aquí Z 0 se tomará como un parámetro variacional que puede


tomar valores no enteros. Usando (7.30), la normalización da

Z 03
Z Z
0
1 = |C| 2 3
d r1 d3 r2 e−2Z (r1 +r2 ) ⇒ C = . (8.52)
π

226
El principio variacional

Por otro lado, tenemos de (8.26) que


Z Z
d r1 d3 r2 φ∗Z 0 (r1 , r2 )H0 φZ 0 (r1 , r2 )
3
(8.53)
Z   Z
0 1 Z −Z 0 r1 0
= 2C 2 d3 r1 e−Z r1 − ∇21 − e d3 r2 e−2Z r2
2 r1
(8.54)
= Z 02 − 2ZZ 0 . (8.55)

Del último paso vemos que si Z = Z 0 , el valor esperado se reduce


a la suma de dos energías del estado fundamental del átomo
hidrogenoide, − 21 Z 2 − 12 Z 2 . El valor esperado de la interacción
−1
r12 es fácil de calcular en coordenadas elípticas s = r1 + r2 ,
t = r1 − r2 y u = |r1 − r2 | ≡ r12 , donde

0≤u≤s≤∞ − u ≤ t ≤ u, (8.56)
d3 r1 d3 r2 = π 2 (s2 − t2 )udsdtdu. (8.57)

Entonces,
Z Z
3 1
d r1 d3 r2 φ2Z 0 (r1 , r2 )
r
Z ∞ Z s Z 12 u
0
= π2C 2 ds du dt e−2Z s (s2 − t2 ) = 58 Z 0 . (8.58)
0 0 −u

−1
Ejercicio 8.6. a) Compruebe
P∞ l la l+1integración (8.29). b) Exprese r12 me-
diante la identidad l=0 (r< /r> )Pl (cos θ) [que generaliza (6.76) o
(C.1)] y, utilizando las dos integrales de (7.30), efectúe las integrales
(8.31) en coordenadas esféricas polares. 

Combinando los resultados (8.29) y (8.31) se tiene, para la


energía variacional
Z Z
E(Z ) = h φz 0 | H | φz 0 i = d r1 d3 r2 φ∗Z 0 (r1 , r2 )HφZ 0 (r1 , r2 )
0 3

(8.59)
02 0 5 0
= Z − 2ZZ + Z . 8 (8.60)

227
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

El mínimo ocurre si

E 0 (Z0 ) = 0 ⇒ Z0 = Z − 5
16 (8.61)

lo cual da para la cota superior mínima


5 2

E(Z0 ) = − Z − 16 ≥ E0 . (8.62)

Esto se interpreta como la suma de dos energías −(Z − 5/16)2 /2


correspondientes a dos electrones independientes, cada uno de
los cuales sienten una carga nuclear hidrogenoide reducida en
5/16, debida al efecto pantalla producido por el otro electrón.
Notamos que el resultado variacional (8.34) es energéticamente
más bajo que el resultado perturbativo a primer orden
−1
| φZ i = − Z 2 − 58 Z

0 + 1 = h φZ | H0 + r12 (8.63)

que se obtiene de (8.32) poniendo Z 0 = Z, precisamente por


la libertad adicional de variar Z 0 . La energía de ionización del
átomo (o ion) helioidal se define como
1
I(Z) ≡ −E(Z) − Z 2 (8.64)
2
donde − 12 Z 2 es la energía de amarre de un electr ón hidroge-
noide y E(Z) es la energía total del átomo (o ion) helioidal. La
tabla 8.1 ilustra los valores de I(Z), en unidades de rydbergs (1
rydberg= e2 /2a0 ' 13.6 eV). Se comparan los valores de E(Z)
perturbativos dados por (8.35), variacionales dados por (8.34) y
experimentales, para varios casos. Observamos que para el he-
lio (Z = 2) el porcentaje de error del cálculo perturbativo es
de 17 %, en tanto que el del variacional es apenas del 6 %. Es-
te último puede reducirse aún m ás si como función de prueba
se trasciende del simple producto (8.27) de orbitales de electrón
independiente. Así, Hylleraas (1928) probó (8.27) multiplicada
por la función (1 + br12 ), con b otro parámetro variacional, redu-
ciendo el error a 0.4 % . Aumentando el número de parámetros
libres de dos a siete, el mismo investigador consiguió reducir el

228
El principio variacional

He Li+ Be++ B+++ C++++


Z 2 3 4 5 6
I perturbativo 1.50 5.250 11 18.750 28.50
I variacional 1.6953 5.445 11.195 18.945 28.695
I experimental 1.810 5.560 11.307 19.061 28.816

Tabla 8.1

error a 0.01 %. Pekeris en 1959, con 1079 parámetros, utilizando


una computadora electrónica, redujo el error a 10−7 %. El mé-
todo variacional se vuelve muy laborioso al aplicarse a átomos
más pesados, pero se consigue un error de ' 1 % (contra 6 % por
perturbaciones) para, por ejemplo, el Li (tres electrones) con dos
parámetros que vienen a ser las cargas efectivas vistas por un
electrón en la órbita 1s o 2s.

8.1.7. El ion H2+


Volvamos a considerar la molécula más sencilla H2+ de la
figura 6.5. Tratándose de un sólo electrón en el campo de dos
protones, que suponemos fijos y separados entre sí por una dis-
tancia R, el Hamiltoniano será

~2 2 e2 e2 e2
H=− ∇ − − + (8.65)
2µ r1 r2 R
donde r1 y r2 son los vectores entre el electrón y el primero
y segundo protón, respectivamente. La función de prueba del
electrón se toma como las dos opciones de signo en

φ(r1 , r2 ) = C± [φ1 (r1 ) ± φ2 (r2 )], (8.66)


α3/2
φi (ri ) = √ e−αri hφi | φi i = 1 i = 1, 2, (8.67)
π

donde las φi (ri ) están normalizadas a la unidad, y donde dispon-


dremos tanto de α como de R como parámetros variacionales.

229
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

De la normalización global, tenemos (figura 6.5)


Z
1 = d3 r|φ(r1 , r2 )|2 = C±
2
hφ1 ± φ2 | φ1 ± φ2 i (8.68)
2
= C± [1 + 1 ± 2 hφ1 | φ2 i] , 2
C± = [2 ± 2S(R)]−1 (8.69)

donde definimos la integral


Z
S(R) ≡ d3 r φ1 r + 12 R φ2 r − 12 R .
 
(8.70)

En consecuencia, la energía variacional es

E(α, R) = h φ| H | φi (8.71)
Z
1
= d3 r (φ1 Hφ1 ± φ2 Hφ1 ) (8.72)
1 ± S(R)
 2
α2

1 ~
= − (8.73)
1 ± S(R) 2µ 2

α(α − 1) − C(R) ± (α − 2)I(R) 1
+ + (8.74)
1 ± S(R) R
donde las integrales C(R), I(R) y también S(R), ya fueron de-
finidas en (6.99), y donde reemplazamos a−1 0 que aparece dentro
de la integral por α. Estas se denominan integrales de doble cen-
tro. Para calcular C(R) usamos (6.76) y (7.30), obteniendo

a0 α 3 e−2αr1
Z
C(R) = d3 r (8.75)
π r2
Z R −2αr1 Z ∞ −2αr1
a0 α 3

2e 2e
= 4π dr1 r1 + dr1 r1 (8.76)
π 0 R R r1
a0 
1 − (1 + αR)e−2αR .

= (8.77)
R
Para determinar S(R) e I(R), conviene usar coordenadas elípti-
cas
r1 + r2 r1 − r2
ξ= η= (8.78)
R R
1 ≤ ξ < ∞, −1 ≤ η ≤ 1, 0 ≤ φ ≤ 2π. (8.79)

230
El principio variacional

Notando de la figura 6.5 que


q
r1 = x2 + y 2 + (z + 21 R)2 (8.80)
q
r2 = x2 + y 2 + (z − 21 R)2 (8.81)
φ = arctan(y/x) (8.82)
podemos llegar a
d3 r = dxdydz = 81 R3 (ξ 2 − η 2 )dξdηdφ (8.83)
y por lo tanto
α3
Z
d3 r exp − α[(r − 12 R) + (r + 12 R)]

S(R) =
π
α3 R 3 ∞
Z Z 1 Z 2π
= dξ dη dφ(ξ 2 − η 2 )e−αRξ (8.84)
π 8 1 −1 0
= [1 + αR + 31 (αR)2 ]e−αR

a0 α 3 e−α(r1 +r2 )
Z
I(R) = d3 r
π r2
Z ∞ Z 1
e−αRξ
3 2 Z 2π
a0 α R
= dξ dη dφ(ξ 2 − η 2 ) (8.85)
π 4 1 −1 0 ξ−η
= a0 α(1 + αR)e−αR .
Ejercicio 8.7. Justifique en detalle a) las ecuaciones (8.45) y b) las
ecuaciones (8.46) y (8.47). 

Los resultados (8.42), (8.46) y (8.47) justifican la ecuación


(6.99). Si β ≡ αR, también nos permiten escribir (8.41) como
E(α, β) = α2 F (β) + αG(β) (8.86)
que debemos minimizar en α y en β. Así,
 
∂ G(β)
E(α, β) = 0 ⇒ α0 = − (8.87)
∂α α=α0 2F (β)
[G(β)]2
E(α0 , β) = − . (8.88)
4F (β)

231
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

E(R)
|φ|2

r
O

Signo inferior

R
O
Signo superior
|φ|2

r
O

Figura 8.1

La minimización en β puede hacerse gráficamente. Para el signo


superior de (8.41) obtenemos el valor β0 ' 2.5, con lo que α0 '
1.25/a0 de (8.49) y, por tanto,

β0 e2
R0 ≡ ' 2a0 E(α0 , β0 ) ' −1.2 . (8.89)
α0 2a0
La figura 8.1 ilustra la energía variacional E(R) como función
de la separación R entre los protones, para ambos signos de
(8.38) y por lo tanto de (8.41): el superior (curva llena) y el
inferior (curva a trazos). Se indican también las densidades de
probabilidad correspondientes. El resultado correspondiente al
signo superior demuestra que la molécula (en realidad, ion) H2+
existe, como estado ligado. La energía de disociación se define
en forma análoga a (8.36) por

e2
D ≡ −E − . (8.90)
2a0
Su valor variacional, comparado con el valor experimental Dexp =

232
La aproximación semiclásica WKB

0.206(e2 /2a0 ) en R0 = 2.03a0 , es entonces


e2
Dvar = 0.20 [2.9 % de error],
2a0
R0 ' 2a0 [1.5 % de error].

Con una función de prueba con sólo un parámetro variacional


m ás, el error en Dvar se puede reducir a 0.17 % (Hameka, pág.
195).
Ejercicio 8.8. Calcule el límite R → ∞ de (8.41) y, usando el valor
α = 1.25/a0 , compare con el resultado (6.100) de la teoría perturba-
tiva degenerada. 

8.2. La aproximación semiclásica WKB

En el límite opuesto al estado fundamental, es decir, para es-


tados altamente excitados, resulta adecuada la aproximación de
Wentzel, Kramers y Brillouin (1926), abreviada WKB, y tam-
bién llamada aproximación semiclásica. La ecuación de Schrö-
dinger dependiente del tiempo para una partí cula de masa m
es
∂Ψ(r, t)
i~ = HΨ(r, t) (8.91)
∂t
~2 2
H≡− ∇ + V (r). (8.92)
2m
Definiendo la función S(r, t), en general compleja, por

Ψ(r, t) ≡ eiS(r,t)/~ (8.93)

es fácil ver que cumplirá la ecuación diferencial


∂S 1 i~ 2
− = (∇S) · (∇S) + V (r) − ∇ S. (8.94)
∂t 2m 2m
Llamando S0 (r, t) ≡ lı́m~→0 S(r, t), el lí mite ~ → 0 de (8.55)
será
∂S0 (∇S0 )2
− = + V (r). (8.95)
∂t 2m

233
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

Esta es la ecuación de Hamilton-Jacobi (dependiente del tiempo)


que generaliza la ecuación (1.40). En mecánica clásica la funció
n S0 (r, t) de Hamilton-Jacobi también puede obtenerse a partir
del Lagrangiano L(r, ṙ, t) = p2 /2m − V (r) mediante
Z t
S0 (r, t) = dt0 L(r, ṙ, t0 ) (8.96)
t0

donde t0 es un instante inicial arbitrario. Una vez que se conozca


S0 (r, t) la ecuación del movimiento será

p = ∇S0 (r, t). (8.97)

Nos limitaremos aquí a estados estacionarios, es decir, a casos


donde
Ψ(r, t) ≡ ψ(r)e−iEt/~ = eiσ(r)/~ e−iEt/~ (8.98)
de modo que, por (8.54),

S(r, t) = σ(r) − Et. (8.99)

Sustituyendo esto en (8.55), queda la ecuación (no lineal) fun-


damental
[∇σ(r)]2 i~ 2
E= + V (r) − ∇ σ(r) (8.100)
2m 2m
que es nolineal y que analizaremos a continuación.
Ejercicio 8.9. Verifique las ecuaciones (8.55) y (8.61). 

Tomando el límite ~ → 0 en (8.61), obtenemos una ecuaci


ón lineal ; si σ0 (r) ≡ lı́m σ(r)
~→0

1
[∇σ0 (r)]2 = E − V (r). (8.101)
2m
De hecho esta es la ecuación de Hamilton-Jacobi independiente
del tiempo (1.40), con A(r) = 1. Nótese que (8.62) será válida si

[∇σ0 (r)]2  ~|∇2 σ0 (r)| (8.102)

234
La aproximación semiclásica WKB

como se ve analizando (8.61) o bien, si


p2 (r) ≡ 2m[E − V (r)] = [∇σ0 (r)]2 . (8.103)
La condición de validez de la aproximación clásica (8.62) es, en
una dimensión,

2
dp(x) ~m dV (x)
p (x)  ~ = (8.104)
dx p(x) dx
o sea,
3
dV (x)
p(x)  m~ . (8.105)
dx
Esto representa una partícula veloz moviéndose en un campo de
variación pequenã. La primera corrección (en ~) al caso pura-
mente clá sico (8.62) se llama la aproximación semiclásica (o de
WKB). Para esto, admitimos que existe el desarrollo
 2
~ ~
σ(r) = σ0 (r) + σ1 (r) + σ2 (r) + · · · . (8.106)
i i
Sustituyendo en la ecuación exacta (8.61), se tiene
"  2 #2
~ ~
∇σ0 + ∇σ1 + ∇σ2 + · · ·
i i
"  2 #
~ ~ ~
+ ∇2 σ0 + ∇2 σ1 + ∇2 σ2 + · · ·
i i i
+ 2m[V (r) − E] = 0. (8.107)
Igualando los coeficientes de (~/i)n n = 0, 1, . . . obtenemos las
ecuaciones diferenciales de primer grado
n=0: (∇σ0 )2 = 2m[E − V (r)] ≡ p2 (r) (8.108)
1 2
n=1: (∇σ1 ) · (∇σ0 ) + 2 ∇ σ0 =0 (8.109)
2
n=2: (∇σ1 ) · (∇σ1 ) + 2(∇σ0 ) · (∇σ2 ) + ∇ σ1 = 0.
(8.110)
.. ..
. . (8.111)

235
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

En principio, éstas pueden utilizarse para encontrar todas las


funciones σn (r) n = 0, 1, 2, . . . en el miembro derecho de (7.67),
empezando por σ0 (r) que se conoce hasta una constante, una
vez que se especifique el potencial V (r). Limitémonos a una
dimensión. Las ecuaciones (8.61) son entonces

dσ0 (x) p
n=0: = ±p(x) = ± 2m[E − V (x)] (8.112)
dx
1 d2 σ0 (x) dσ0

dσ1 (x)
n=1: =− (8.113)
dx 2 dx2 dx
1 d2 σ1 (x)
 
dσ2 (x) dσ1 (x) 2 dσ0
n=2: =− +
dx 2 dx2 dx dx
(8.114)
.. ..
. . (8.115)

Las primeras dos ecuaciones darán

Z
σ0 (x) = ± dxp(x) (8.116)
Z Z
dp(x)
dσ1 = − 21 (8.117)
p(x)
p
σ1 (x) = −ln |p(x)| + lnC (8.118)

donde C es una constante de integración. La función de onda


(7.59) en aproximación WKB será

  
iσ(x)/~ i ~
ψ(x) ≡ e ' exp σ0 (x) + σ1 (x) (8.119)
~ i
 Z 
i C
' exp ± dx0 p(x) p (8.120)
~ |p(x)|

de modo que la función de onda semiclásica puede escribirse

236
La aproximación semiclásica WKB

como
 Z x 
C i 0 0
ψ(x) ' p exp dx p(x ) (8.121)
|p(x)| ~ x0
i x 0
 Z 
C1 0
+p exp − dx p(x ) (8.122)
|p(x)| ~ x0
p
p(x) ≡ 2m[E − V (x)] (8.123)

donde x0 es un punto inicial arbitrario, y C y C1 son constantes.


Hacemos notar que p(x) es real si E > V (x) y puramente ima-
ginaria si E < V (x). El primer caso se refiere a la región en x
llamada clásicamente permitida; el segundo, clá sicamente inac-
cesible. Llamando p(x) ≡ ~k(x), en el primer caso k(x) = k ∗ (x)
y en el segundo k(x) = iK(x), con K real, escribimos la función
de onda WKB en la región clásicamente permitida (E > V (x))
como
Z x 
A
ψ(x) = p sin dx0 k(x0 ) + α (8.124)
|p(x)| x0
p
p(x) = ~k(x) = 2m[E − V (x)] (8.125)

y en la región clásicamente inaccesible, E < V (x),


 Z x 
C 0 0
ψ(x) = p exp − dx K(x ) (8.126)
|p(x)| x0
Z x 
C1 0 0
+p exp dx K(x ) (8.127)
|p(x)| x0
p
p(x) = i~K(x) = i 2m[V (x) − E]. (8.128)

En ambos casos la función en los integrandos es real, y A y α son


constantes. Nótese que las expresiones (8.74) y (8.75) divergen
cuando E = V (x0 ), es decir cuando p(x0 ) = 0: estos puntos x0
se llaman puntos de retorno, a la usanza clá sica. Sin embargo,

237
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

WKB V (x)

(x)

E
1 3
x1 2 x2
x
a1 b2
b1 permitida a2
inaccesible inaccesible

Figura 8.2

en una vecindad de esos puntos podemos desarrollar


p2 (x) = 2m[E − V (x)] (8.129)
 
dV (x)
' 2m[E − V (x)] − 2m (x − x0 ) + · · ·
dx x=x0
(8.130)
' −2mV (x0 )(x − x0 ) + · · · . (8.131)
La ecuación de Schrödinger sin aproximación,
~2 ψ 00 (x) + p2 (x)ψ(x) = 0 (8.132)
se reducirá a la ecuación de Airy (E.1), que puede resolverse
en forma exacta. El empalme de estas soluciones (exactas) con
las soluciones (aproximadas) WKB, (8.74) y (8.75), nos lleva al
resultado fundamental del m étodo: la regla de cuantización de
Bohr-Wilson-Sommerfeld, que deducimos a continuación.

8.2.1. Empalme de soluciones


Dividamos el sistema en las tres regiones indicadas en de la
figura 8.2. La primera y la tercera región son inaccesibles y la
segunda región es la permitida. Marcamos dos vecindades (a1 , b1 )
y (b2 , a2 ) en torno, respectivamente, a los dos puntos de retorno
x1 y x2 . También se dibuja una función de onda típica, que

238
La aproximación semiclásica WKB

i) oscila en la región permitida y

ii) decae exponencialmente en la región inaccesible.

Las porciones divergentes inherentes a las soluciones WKB, (8.74)


y (8.75) (punteadas), se reemplazarán por las porciones regula-
res (en curvas continuas). En la región 1 donde x < a1 y en la
región 3 donde x > a2 , con C = 0 en el primer caso y C1 = 0 en
el segundo, se tiene por (8.75)
 Z x1 
C1 0 0
ψ1 (x) = p exp − dx K(x ) (8.133)
|p| x
 Z x 
C 0 0
ψ3 (x) = p exp − dx K(x ) . (8.134)
|p| x2

En la región 2 donde b1 ≤ x ≤ b2 tenemos por (8.74),


Z x 
A 0 0
ψ2 (x) = p sin dx k(x ) + α . (8.135)
|p| x1

Ahora, en el intervalo (a1 , b1 ) la solución regular de (8.77), usan-


do (8.76) queda como
1/3
2mV 0 (x1 )

ξ≡ − (x1 − x) (8.136)
~2
ψ(x − x1 ) = Ai(ξ) (8.137)

donde hemos usado (E.5). Combinando la condición de aplica-


bilidad de la aproximación WKB (8.66) con (8.76), tenemos

[m~|V 0 (x)|]2/3  |p(x)|2 = |2mV 0 (x0 )(x − x0 )| (8.138)


 1/3
1 ~ 1 ~ λ̄
|x − x0 |  0
 = (8.139)
2 m|V (x)| 2 p 2

donde en el penúltimo paso se volvió a aplicar (8.66). Vemos


pues que como condición de la linealidad supuesta en (8.76), así
como de la aplicabilidad de la aproximación WKB, la longitud de

239
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

onda debe ser mucho menor que la zona de linealidad de V (x);


o bien, que el número de nodos debe ser muy grande. Esto es
consistente con la aplicabilidad del principio de correspondencia
para estados ligados. Tambi én como consecuencia de (8.82),
aplicada al punto x1 de retorno de la figura 8.2, tenemos por la
definición de ξ en (8.81), que debe cumplirse

|ξ|  1. (8.140)

Esto nos permite usar las formas asintóticas (E.8) de la función


de Airy (8.81) para encontrar que en x < x1 :
r
2 3/2 2 −2mV 0 (x1 )
ξ = 2
(x1 − x)3/2
3 3 ~
r
x1 Z x1
−2mV 0 (x1 )
Z
0 0
= dx (x1 − x ) ≡ dx0 K(x0 )
x ~2 x

mientras que en x > x1


r
2 3/2 π 2 −2mV 0 (x1 ) π
|ξ| + = 2
(x − x1 )3/2 +
3 4 3 r ~ 4
Z x
−2mV 0 (x1 ) 0 π
= dx0 2
(x − x1 )1/2 +
~ 4
Zx1x
π
≡ dx0 k(x0 ) + .
x1 4

De este modo, si B es otra constante,


 Rx
B
 √ exp − x 1 dx0 K(x0 ) x = a+

2 |p| 1
ψ(x) = hR
x
i (8.141)
 √B sin 0 0 π
x1 dx k(x ) + 4 x = b−
1.
|p|

Relacionando finalmente estos resultados con (8.76) y (8.80) res-


pectivamente, deducimos que

1
B = A = 2C1 α = π. (8.142)
4

240
La aproximación semiclásica WKB

Un análisis semejante en torno al punto x2 lleva a la identificaci


ón de las constantes C de (8.79) y A de (8.80) como

2C = (−1)n+1 A n = 0, 1, 2, . . . (8.143)

donde el entero no-negativo n está definido por


Z x1
dx0 k(x0 ) ≡ n + 21 π.

(8.144)
x2

Ejercicio 8.10. Corrobore en detalle las relaciones (8.86) y (8.87) si-


guiendo el procedimiento del punto de retorno x1 para establecer las
ecuaciones (8.85). 
H
RxRecordando que p(x) ≡ ~k(x) y llamando la integral dx p(x) ≡
2 x21 dx p(x), la ecuación (8.87) se vuelve la regla de cuantiza-
ción de Bohr-Wilson-Sommerfeld ,
I
dx p(x) = n + 21 h,

n = 0, 1, 2, . . . . (8.145)

El entero n es simplemente el número de nodos de la función


ψ(x) en el intervalo (x1 , x2 ) ya que, por (8.84), la función seno
oscila con fase que va desde π/4 en x1 hasta (n + 3/4)π en
x2 por (8.87). La regla de cuantización
H (8.88) generaliza, por el
sumando 21 , a la regla de Bohr nh = dl p, donde l es el recorrido
orbital. Si la órbita es circular y p es constante, la integral es
2pπr; esto lleva a la cuantización del momento angular orbital
L ≡ pr = n~. Este mismo resultado fue obtenido por de Broglie
suponiendo tan sólo que el número de longitudes de onda que
caben en una órbita circular es entero, a saber 2πr = nλ = nh/p,
de donde pr = L = n~.

8.2.2. El potencial lineal


Como primera aplicación del método WKB para encontrar
el espectro discreto, tomaremos el potencial lineal simétrico

V (x) = a|x| a>0 (8.146)

241
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

V (x)

x
O

Figura 8.3

que se muestra en la figura 8.3, que evidentemente tiene un nú-


mero infinito numerable de niveles. Los puntos de retorno x+ y
x− quedan definidos por E − V (x± ) = 0 como x± = ±E/a. Así,
la ecuación (8.88) se vuelve
Z x+ p
π~ n + 21 =

dx 2m[E − V (x)] (8.147)
x−
√ E/a
Z r
a
= 2mE dx 1 − |x| (8.148)
−E/a E
√ 4E
= 2mE n = 0, 1, 2, . . . . (8.149)
3a
Por consiguiente, la energía en aproximación WKB está dada
por los valores discretos

~a 2/3 3π
   2/3
EnW KB = √ (2n + 1) (8.150)
2m 8
≡ α−2/3 fn2/3 n = 0, 1, 2, . . . , (8.151)

2m 3π
α≡ fn ≡ (2n + 1). (8.152)
~a 8
Por otra parte, la energía exacta del problema, que se reduce a la
ecuación de Airy (E.1), está dada por las raíces de la función de

242
La aproximación semiclásica WKB

Airy regular (E.6) (estados de paridad impar : n = 1, 3, 5, . . .) y


por las raíces de la primera derivada de esa funci ón (estados de
paridad par : n = 0, 2, 4, . . .), véase la figura 8.3. Específicamente,

Ai(−α2/3 En ) = 0 n = 1, 3, . . . (8.153)
0 2/3
Ai (−α En ) = 0 n = 0, 2, . . . . (8.154)

Para n  1, existen expresiones asintóticas para las raíces de


(8.92) ([1], página 450), que son
( 2/3 
7 −2
+ O(fn−4 ) n par

fn 1 − 48 fn
α2/3 En = 2/3  5 −2
(8.155)
+ O(fn−4 ) n impar.

fn 1 + 48 fn

Por lo tanto, el error relativo es

En − EnW KB
 
1
=O 2 (8.156)
En n

y tiende a cero rápidamente para n grande.

Ejercicio 8.11. Use (8.88) para averiguar cuántos niveles ligados ten-
drá el pozo lineal finito V (x) = V0 (|x|/a − 1)θ(a − |x|), si mV0 a2 /~2 =
40. 

8.2.3. El oscilador armónico


Un caso atípico del método WKB es el pozo del oscilador
armó nico unidimensional,

V (x) = 21 mω 2 x2 (8.157a)
r
2E
E = V (±a) = 1
2 mω 2 a2 ⇒ a = . (8.157b)
mω 2

La ecuación (8.88) es ahora


a
πa2
Z
1
 p 2Eπ
2π~ n + 2 = 2mω dx a2 − x2 = 2mω =
−a 2 ω

243
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

2mV (x)/h̄2
α=1
α=5
α = 10
α = 0.5

−1 α = 0.1

x
O 1

Figura 8.4

de lo cual resulta
EnW KB = n + 1

2 ~ω = En n = 0, 1, 2, . . . . (8.158)
Es decir, las energías WKB coinciden con las energías exactas
En para toda n, por lo que el caso del oscilador armónico no es
típico.

8.2.4. Pozos de potencial de la forma |x|α


Consideremos ahora la familia de potenciales simétricos
~2 α
V (x) = |x| α>0 (8.159)
2m
que aparece en la figura 8.4, graficado para x > 0 y para varios
valores de α. Mencionemos que el caso α = 2 es el oscilador
armónico, y α → ∞ representa el pozo rectangular con paredes
impenetrables. Los puntos de retorno son
2mE 1/α
 
x± = ± ≡ ±1/α (8.160)
~2
y (8.88) se vuelve
Z 1/α √
π n + 21 = 2

dx  − xα n = 0, 1, 2, . . . . (8.161)
0

244
La aproximación semiclásica WKB

Con el cambio de variable t ≡ xα / tenemos

21/α+1/2 1 √
Z
1
dt t1/α−1 1 − t

π n+ 2 = (8.162)
α 0

1/α+1/2 π Γ(1/α)
= (8.163)
Γ(1/α + 3/2)

donde en el último paso usamos la definición integral de la funci


ón beta (A.10). Entonces
2α/(α+2)


 Γ(1/α + 3/2)
W
n
KB
= π n + 21 α n = 0, 1, 2, . . .
Γ(1/α)
(8.164)
Ejercicio 8.12. Recupere de (8.101) a) los primeros niveles para α =
1 (comparando con los primeros ceros dados en el apéndice E). b)
El espectro obtenido antes para α = 2. c) Empleando el principio
de incertidumbre calcule la cota inferior a la energía E CI de una
partícula de masa m en el potencial y V (x) = ~2 x/2m (x > 0) V (x) =
∞ (x < 0). d) Para este mismo caso demuestre que E W KB /ECI '
1.228. 

El caso especial α → ∞ correspondiente al pozo rectangular


se obtiene de (8.101) como
1 2 1
W
n
KB
= π 2 n + 12 , n = π 2 (n + 1)2 n = 0, 1, 2, . . . .
4 4
(8.165)
pues de (A.1), Γ(1/α) → α en ese límite. La energía exacta n
se obtuvo en (2.22). Vemos que ambos resultados coinciden sólo
para n  1. Finalmente, notamos que si α → 0 en el potencial
(8.97), la ecuación (8.101) se vuelve

W KB
= [ π n + 12 α]α → 1

n

para n fija. Pero si simultáneamente n → ∞, entonces W n


KB

puede tomar cualquier valor entre 1 e ∞, lo cual no es inconsis-


tente con el espectro de una partícula libre , es decir 2mV (x)/~2 =
1 para toda x.

245
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

8.2.5. Potenciales centrales


Para el caso tridimensional con potenciales centrales, V (r) =
V (r), tenemos en efecto la ecuación
 2 
d 2m
+ 2 [E − Vef (r)] u(r) = 0 u(0) = 0 (8.166)
dr2 ~

donde el potencial efectivo Vef (r) está dado por


(
∞ r<0
Vef (r) = ~2 l(l+1) (8.167)
V (r) + 0 < r < ∞.
2mr2

Para obtener este tipo de problema, Langer (1937) propuso la


transformación

r ≡ ex − ∞ < x < ∞, (8.168)


x/2
u(r) ≡ e φ(x) (8.169)

que convierte (8.103) en la ecuación diferencial en φ(x)


 
00 2m x 2x 1 2

φ (x) + [E − V (e )]e − l + 2 φ(x) = 0 (8.170)
~2

que es del mismo tipo que (8.77). En consecuencia, Langer postul


ó la validez de la regla (8.88) en la forma
Z x2
dx {·}1/2 = π nr + 21

nr = 0, 1, 2, . . . (8.171)
x1

donde {·} es la expresión entre llaves que aparece en (8.106), y


x1 y x2 son las raíces de {·}1/2 = 0. En té rminos de la variable
r original la (8.107) se vuelve
( )1/2
r2 (l + 12 )2
Z
2m
dr [E − V (r)] −
r1 ~2 r2
= nr + 21 π

nr = 0, 1, 2, . . . (8.172)

246
La aproximación semiclásica WKB

donde r1 y r2 son ahora las raíces de la {·} en (8.108) en r.


Notamos que la expresión {·} es idéntica a la que aparecería
en la ecuación de Schrödinger, salvo que en lugar de l(l + 1)
tenemos (l + 1/2)2 . Estos dos términos difieren entre sí cada vez
menos conforme l → ∞. Aplicaremos ahora la regla de Langer
(8.108) al problema de Coulomb y al oscilador tridimensional
sin especificar, por el momento, la constante C que multiplica a
r−2 . Para el caso de Coulomb con energías negativas

Ze2
V (r) = − (8.173)
√ r
r2
ar2 + 2br + c
Z
= nr + 21 π,

dr (8.174)
r1 r
2m mZe2
a≡− |E| b≡ c ≡ constante, (8.175)
~2 ~2
1  p 
r1 r2 } = − b ∓ b2 − ac (8.176)
a

La integral a resolver puede escribirse como

r2 1
p
(1 + x)(1 − x)
Z Z
dr p
(r − r1 )(r2 − r1 ) = α2 dx
r1 r −1 αx + β
(8.177)
r ≡ αx + β α ≡ 12 (r2 − r1 ) β ≡ 12 (r2 + r1 ). (8.178)

p
Introduciendo la variable y ≡ (1 − x)/(1 + x) la integral se
vuelve

∞ 2
(r2 − r1 )2 y2
Z r
r2 π
dy −1 .
= r1
r1 −∞ (y 2 + 1)2 (y 2 + r2 /r1 )2
r1 2
(8.179)
En el plano complejo superior, elpintegrando tiene un polo simple
en y = i, y uno doble en y = i r2 /r1 ; el último paso viene de
aplicar el método de residuos a un contorno que rodea esos dos

247
Métodos de aproximación variacionales y semiclásicos

polos. Finalmente, (8.109) y (8.111) permiten concluir que


mZ 2 e4
E W KB = − 2 nr = 0, 1, 2, . . . .


2 1
2~ nr + 2 + −c
(8.180)
Esto se reduce a la fórmula de Bohr (5.48) y (5.49) si y sólo si
escogemos 2
c = − l + 12 (8.181)
en perfecto acuerdo con el postulado de Langer. El oscilador
armónico isotrópico tiene el potencial
V (r) = 12 mω 2 r2 . (8.182)
En este caso podemos escribir (8.108) sin especificar la constante
c que multiplica el término r−2 , y usando la variable y ≡ r2 ,
como
1 y2 dy p 2
Z
1
ay + by + c = nr + π (8.183)
2 y1 y 2
m2 ω 2 mE
a≡− 2
b≡ 2 c ≡ constante (8.184)
~ ~ p
y1 y2 } = − a1 (b ∓ b2 − ac). (8.185)
Por un procedimiento análogo al caso del sistema Coulomb, se
llega a

E W KB = (2nr + 1 + −c)~ω nr = 0, 1, 2, . . . . (8.186)
Esto es precisamente el espectro del ejercicio 5.8 si y sólo si
adoptamos de nuevo (8.113), ya que 2nr + l = N = 0, 1, 2, . . ..
Ejercicio 8.13. Partiendo de (8.115) compruebe (8.116). 

El método de Langer predice, con notable superioridad al


método WKB unidimensional, los niveles s ligados de varios po-
zos de potencial (Ref.[11], página 423) debido, sin duda, a que
para l = 0 el término (l + 21 )2 no se anula, a diferencia del
término l(l + 1).

248
9

SISTEMAS DE MUCHOS CUERPOS

Hemos visto a través de todo el libro que la ecuación fun-


damental de la mecánica cuántica no-relativista, la ecuación de
Schrödinger, admite solución analítica o por métodos gráficos,
en efecto sólo para el problema de un solo cuerpo. Las poquísi-
mas excepciones a esta regla son los problemas de muchos cuer-
pos exactamente solubles, pero hasta la fecha éstos represen-
tan modelos (hamiltonianos) demasiado particulares o en una
dimensión y por lo tanto poco realistas. Gracias al advenimien-
to de computadoras electrónicas rápidas es factible resolver la
ecuación de Schrödinger para centenares de partículas, principal-
mente bosones, que interactúan en tres dimensiones con fuerzas
realistas, por lo menos para el estado base. Entre los métodos de
integración númerica está el de Monte Carlo, basado en la fun-
ción de Green (y abreviado GFMC) [Ceperley y Kalos, 1970].
Estos métodos han proporcionado una verdadera riqueza de da-
tos frente a los cuales es posible comparar y comprobar la validez
de las distintas teorías y aproximaciones de las soluciones de la
ecuación de Schrödinger de muchos cuerpos en interacción. De
estas teorías veremos aquí sólo las más elementales.

9.1. Simetría de la función de onda

Es bien sabido empíricamente que si tenemos un sistema de


N cuerpos idénticos, la función de onda será simétrica o anti-
simétrica ante la trasposición de todas las coordenadas de dos
partículas cualesquiera. El caso simétrico deja invariante a la
función de onda ante la trasposición y se refiere a partículas lla-

249
Sistemas de muchos cuerpos

madas bosones (de espín intrínseco entero); el caso antisimétrico


hace que la función cambie de signo y describa partículas llama-
das fermiones (de espín intrínseco semientero). En este capítulo
nos restringiremos al último caso.
Si disponemos de un conjunto completo de funciones {ϕk (r)}
[por ejemplo las ondas planas (1.80)] en términos de las cuales
podemos desarrollar las funciones propias ψ(r) de una partícula,
entonces las funciones de onda de un sistema de N partículas
están dadas por el conjunto de todos los posibles determinantes

Φk1 k2 ···kN (r1 , r2 . . . , rN )


1 X
=√ (−1)P P ϕk1 (r1 )ϕk2 (r2 ) · · · ϕkN (rN )
N! P

ϕ (r ) ϕ (r ) . . . ϕ (r )

k1 1 k2 1 kN 1

1 ϕk1 (r2 ) ϕk2 (r2 ) . . . ϕkN (r2 )
≡√ .. .. .. . (9.1)
N ! . . .


ϕk1 (rN ) ϕk2 (rN ) . . . ϕkN (rN )

Aquí, P es la permutación sobre las coordenadas ri , que puede


ser par [(−1)P = +1] o impar [(−1)P = −1]. El producto de
los estados ϕki (rj ) [por ejemplo, ki = (ni , li , mi )] será una base
completa en términos de la cual podemos desarrollar la función
propia antisimétrica ψ(r1 , r2 , . . . , rN ) de un hamiltoniano de N
cuerpos.
Ejercicio 9.1. a) Escriba explícitamente (9.1) para tres partículas (N =
3), donde habrá 3! = 6 términos distintos. b) Demostrar que el deter-
minante (9.1) para N = 3 está normalizado a la unidad si suponemos
que lo están las orbitales de partícula independientes ϕ(r1 ), es decir
si
Z
hki | kj i ≡ d3 r1 ϕ∗ki (r)ϕkj (r) = δij , i, j = 1, 2, . . . , N. (9.2)


Para calcular el valor esperado h Φ| H | Φi de un hamiltoniano


de N cuerpos cualquiera, puede utilizarse un solo determinan-
te Φ del conjunto (infinito) representado por (9.1). Con esto se

250
Simetría de la función de onda

tiene, por el teorema de Rayleigh-Ritz (8.5), una cota superior


rigurosa a la energía del estado fundamental del sistema físico
descrito por ese hamiltoniano. Como H en general está compues-
to por operadores de uno y dos cuerpos, por ejemplo,
PN la energía
cinética −~ N 2 /2m y la energía potencial
P

i=1 i i<j V (rij ), cal-
culemos los valores esperados de los operadores genéricos
N
X N
X
F ≡ fi G≡ gij (9.3)
i=1 i<j

donde i, j = 1, 2, . . . , N son los índices de las partículas. Si P


y P 0 se refieren a trasposiciones que actúan sobre los conjuntos
idénticos (salvo por orden) {ki } y {ki0 }, respectivamente, enton-
ces
Z Z N
X
h Φ| F | Φi ≡ d3 r1 · · · d3 rN Φ∗ (r1 , . . . , rN ) fi Φ(r1 , . . . , rN )
i=1
Z
1 X P +P 0 0
= (−1) PP d3 r 1 · · ·
N! 0
PP
Z N
X
× d3 rN ϕ∗k1 (r1 ) · · · ϕ∗kN (rN ) fi ϕk10 (r1 ) · · · ϕkN
0 (rN )

i=1
Z
N X 0
= (−1)P +P P P 0 d3 r1 ϕ∗k1 (r1 )f1 ϕk10 (r1 )
N! 0
PP
Z Z
× d r2 ϕk2 (r2 )ϕk2 (r2 ) · · · d3 rN ϕ∗kN (rN )ϕkN
3 ∗ 0 0 (rN )

1 X 0
= (−1)P +P P P 0 h k1 | f1 | k10 i δk2 k20 · · · δkN kN
0
(N − 1)! 0 PP

donde en el penúltimo paso se usó el hecho que los índices i, j de


ri y rj son mudos y en el último paso se emplea la normalización
(9.2) que hemos propuesto. Luego
X X
h Φ| F | Φi = δk1 k10 h k1 | f1 k10 = h k1 | f1 | k1 i . (9.4)
k1 k10 k1

Es decir, el valor esperado que al principio era una integral de

251
Sistemas de muchos cuerpos

orden 3N , se reduce ahora a una suma de N términos de inte-


grales de orden tres, pues

Z
h k1 | f1 | k1 i ≡ d3 r1 ϕ∗k1 (r1 )f1 ϕk1 (r1 ). (9.5)

Análogamente, para el operador de dos cuerpos G, tendremos

Z Z
1 X 0
h Φ| G | Φi = (−1)P +P P P 0 3
d r1 · · · d3 rN
N! 0
PP
× ϕ∗k1 (r1 )ϕ∗k2 (r2 ) · · · ϕ∗kN (rN )
X
× gij ϕk10 (r1 )ϕk20 (r2 ) · · · ϕkN
0 (rN )

i<j
1 X 0
= N (N − 1) (−1)P +P P P 0
2N !
P P0
× h k1 k2 | g12 k10 k20 δk3 k30 · · · δkN kN

0

1 X
(δk1 k10 δk2 k20 − δk1 k20 δk2 k10 ) h k1 k2 | g12 k10 k20

=
2 0 0
k1 k2 k1 k2
1X
= [h k1 k2 | g12 | k1 k2 i − h k1 k2 | g12 | k2 k1 i]
2
k1 k2
(9.6)

donde hemos definido la integral sextuple

h k1 k2 | g12 k10 k20 ≡



Z Z
d3 r1 d3 r2 ϕ∗k1 (r1 )ϕ∗k2 (r2 )g12 ϕk10 (r1 )ϕk10 (r2 ). (9.7)

Observamos que la integral original de orden 3N se ha reducido


a una suma de N (N − 1) integrales de orden seis.

252
Gas ideal de fermiones

9.2. Gas ideal de fermiones

Las funciones propias normalizadas de una partícula en una


caja unidimensional de longitud L serán
1
ϕk (x) = √ eikx
L
0
1 ei(k −k)L − 1
Z L
0 ∗

hk| k ≡ dxϕk (x)ϕk0 (x) = −→ δkk0 .
0 L i(k 0 − k) L→∞
(9.8)

Imponiendo condiciones periódicas a la frontera se tiene

ϕk (x) = ϕk (x + L) ⇒ eikL = 1 (9.9)


kL = 2πn n = 0, ±1, ±2, . . . .

La suma sobre k de una función f (k), como ∆n ≡ 1, será


X X
f (k) = ∆nf˜(n)
k n=0,±1,±2,...
L ∞
Z
L X
= ∆kf (k) −→ dk f (k). (9.10)
2π L→∞ 2π −∞
k

Como aplicación inmediata de este resultado tenemos que


L ∞
Z
X 1 0
ϕ∗k (x)ϕk (x0 ) −→ dk eik(x −x) ≡ δ(x − x0 ) (9.11)
L→∞ 2π −∞ L
k

es decir, obtenemos la completez demostrada antes en (1.80)


para ondas planas.
Ejercicio 9.2. Demostrar que las funciones propias de una partícula
libre encerrada en una caja unidimensional de longitud L (es decir,
con condiciones a la frontera ϕ(0) = ϕ(L) = 0) forman también un
conjunto completo. 

En tres dimensiones en lugar de (9.9) tendremos ki = 2πni /L


donde i = x, y, z, con ni = 0, ±1, ±2, . . .. Entonces, en vez de

253
Sistemas de muchos cuerpos

(9.10) se tiene
 3 Z
X L
lı́m f (k) = d3 kf (k). (9.12)
L→∞ 2π
k

Consideremos ahora N partículas libres de espín 1/2, descri-


tas por un solo determinante (9.1) compuesto por N orbitales
ortogonales. Entonces el principio de Pauli se satisface auto-
máticamente ya que el determinante se anula si dos columnas
cualesquiera son idénticas, es decir, si dos partículas ocupan el
mismo estado cuántico. El número N de partículas, que es el
orden del determinante, será ahora la suma finita dada por el
número de órbitas ocupadas koc
 3 Z
XX X L
N= 1=ν 1 −→ ν d3 k
σ k
L→∞ 2π k<kF
oc koc
V 4π 3
=ν k . (9.13)
(2π)3 3 F
Aquí, ν es la ocupación máxima de cada órbita especial; es uno
para electrones polarizados, dos para neutrones o electrones no
polarizados (por las posibles orientaciones de su espín), cuatro
para nucleones, etcétera; kF es el radio máximo (llamado de
Fermi) que se ocupa en el espacio (kx , ky , kz ) y V ≡ L3 es el
volumen total ocupado por los N fermiones. La densidad de
número ρ será entonces

ρ ≡ N/V = νkF3 /6π 2 . (9.14)

Por otro lado, la energía total del sistema de N fermiones


libres es energía cinética pura. Usando (9.4)
N
~2 X 2 ~2 X
hT i ≡ h Φ| − ∇i | Φi = − h k1 σ| ∇21 | k1 σi .
2m 2m
i=1 k1 σ
(9.15)

254
Estrellas enanas blancas y de neutrones

Por (9.5)
Z
1
h k1 σ| ∇21 | k1 σi ≡ d3 r1 e−ik1 ·r1 ∇21 eik1 ·r1
V V
k2
Z
= 1 d3 r1 ≡ −k12 . (9.16)
V V
Por consiguiente, la energía cinética por partícula es

hT i 1 ~2 X 2
Z
1 V
= k1 −→ ν d3 k1 k12
N N 2m V →∞ N (2π)3 k1 <kF
k1 ,σ
1 ~2 V 4π 5 3 ~2 kF2 3
= ν 3
k F = ≡ F (9.17)
N 2m (2π) 5 5 2m 5

donde en el último paso se usó (9.14). La energía F se llama


la energía de Fermi y es la energía cinética máxima que puede
poseer un fermión. Pero la energía promedio es entonces 3/5 de
este valor máximo. Por último, la energía por partícula como
función de la densidad de número (distinta a la densidad de
masa) ρ ≡ N/V , es decir, la ecuación de estado del gas ideal de
fermiones será, usando de nuevo (9.14) en (9.17)

3 ~2 6π 2 ρ 2/3
 
hT i
= ≡ Cν ρ2/3 . (9.18)
N 5 2m ν

Ejercicio 9.3. a) Calcular hT i/N en función de ρ = N/Ld , para d = 1


y d = 2 dimensiones, para un gas de fermiones con ν grados intrínsecos
de libertad. b) Esbozar hT i/N en función de ρ para d = 1, d = 2 y
d = 3. 

9.3. Estrellas enanas blancas y de neutrones

Como aplicación elemental del gas ideal de fermiones con-


sideraremos el problema de las estrellas de neutrones y las lla-
madas enanas blancas. Una estrella normal como nuestro sol
produce energía principalmente por la fusión de núcleos ligeros,
como el hidrógeno, a núcleos más pesados, como el deuterón o

255
Sistemas de muchos cuerpos

el tritón o el helio. La presión térmica proveniente de la energía


cinética de las partículas constituyentes más la presión hacia
afuera de la radiación, se equilibran con la compresión gravi-
tacional hacia adentro de las masas en atracción y la estrella
mantiene una cierta estabilidad de tamaño o radio R , que es
del orden de 7 × 1010 cm. Al agotarse este mecanismo de pro-
ducción de energía por fusión y después de pasar por una etapa
de gigante roja en que la estrella se enfría y se expande enor-
memente, ocurre la muerte de la estrella que dependiendo de la
masa de la estrella puede terminar como alguna de las siguientes
“estrellas remanentes”:

1. Una enana blanca, compuesta principalmente por núcleos


de helio-4 (o carbono-12 o hierro-56) inmersos en un mar
de electrones liberados; el sistema está a temperaturas en-

tre 105 y 107 K y densidades entre 106 y 108 gm/cm3 .

2. Una estrella de neutrones, compuesta en un 99 % por los


neutrones remanentes después de la conversión de los pro-
tones y electrones en neutrones por el proceso de decai-
miento beta inverso p + e− → n + ν forzado por la com-
presión resultante de la gravedad.

3. Y si la masa es suficientemente alta, la estrella termina co-


mo un agujero negro, en que la contracción gravitacional
reduce el tamaño de la estrella a un límite tal que su veloci-
dad de escape es igual a la velocidad de la luz, de modo que
ni los fotones pueden escapar. Este radio, llamado radio de
Schwartzschild Rs , definido (paradójicamente) simplemen-
te por GM m/Rs = mc2 /2, o bien Rs = 2GM/c2 , donde G
es la constante de gravitación, M y m son las masas de la
estrella y la de una partícula de prueba, respectivamente.

El tipo 1 es el remanente de la estrella normal original con


que empezamos, ocurre generalmente cuando la masa de una
estrella es del orden de magnitud de una masa solar M , el
tipo 2 cuando es diez veces M y el tipo 3 cuando es 100 o más

256
Estrellas enanas blancas y de neutrones

 

roja Sol

enana
Sol blanca

estrella
enana de
blanca neutrones

agujero
estrella
de
neutrones negro

Figura 9.1

veces M ; al grado que ningún mecanismo de presión es capaz de


contrarrestar la contracción gravitacional. La figura 9.1 compara
los tamaños relativos de una gigante roja, nuestro sol, una enana
blanca, una estrella de neutrones y un agujero negro. Los radios
de Schwartzschild Rs para cuerpos con la masa de la Tierra o
del Sol serían, respectivamente, un centímetro o tres kilómetros.
Una enana blanca típica con una masa solar M tiene un radio
R ' 10 km, o sea, un poco mayor que el radio correspondiente
de Schwartzschild Rs = 3 km.

La presión que equilibra la compresión gravitacional en la


enana blanca es básicamente la presión del gas degenerado (es

257
Sistemas de muchos cuerpos

decir a T = 0) de fermiones que son los electrones liberados, en


tanto que en la estrella de neutrones la presión es esencialmente
la de los fermiones que son neutrones. De este modo, tratándose
de una esfera de radio R y masa total M tendremos, cerca del
equilibrio
GM 2
' N F (9.19)
R
donde
( 2 2
~ kF /2mN estrella neutrónica
F = q 2 2
(9.20)
2 2 2 4
~ kF c + me c − me c enana blanca.

Aquí mN es la masa del neutrón, que suponemos no-relativista


y por tanto usamos (9.17) y me es la masa de los electrones
liberados en la enana blanca, que suponemos relativistas por su
pequeña masa y por tanto usamos (1.3). En ambos casos, los
fermiones son de dos especies (ν = 2) y por ello, de (9.14), con
V = 4πR3 /3, tendremos que

9π N 1/3
 
kF = (9.21)
4 R3
Consideremos ahora en detalle el caso de las enanas blancas.
Combinando (9.19) y (9.21), se tiene

GM 2 2
  2
 2/3
2 GM 2 9π N
+ 2me c = (~c) (9.22)
RN RN 4 R3
donde N es el número de electrones liberados. Como la masa
total es principalmente la de los nucleones de núcleos ionizados

M ' µmN N (9.23)

donde µ es el número de nucleones por electrón. Para las enanas


blancas compuestas de helio-4 que examinaremos aquí, µ = 2.
Como el número de nucleones en el sol es N ' 1057 y
2/3 ~c
N ' 1038 ' . (9.24)
Gm2N

258
Estrellas enanas blancas y de neutrones

Combinando las ecuaciones (9.22) y (9.23) se tiene

2/3 R 4/3
N 2 + N N = N N 2/3 (9.25)
2λc
~
λc ≡ ' 2.8 × 10−11 cm
me c
donde λc es la longitud de onda de Compton para el electrón.
Dividiendo por N 4/3 tenemos que
"  #
R 1 9π 1/3 1
= λc −x ≥0 (9.26)
N 1/3 2 4 x
N 2/3 M 2/3
   
x≡ =
N 2M

donde la última igualdad se debe a que M ' N mN y a (9.24)


con µ = 2. La desigualdad en (9.26) equivale a la desigualdad

M . 3.26M . (9.27)

Un análisis menos burdo (véase Landau y Lifshitz, pág. 334)


lleva a M ≤ 1.45M , llamado el límite de Chandrasekhar. El lí-
mite sugiere que, para poder terminar como estrella degenerada,
una estrella con masa superior a 1.45M deberá despojarse por
algún mecanismo de su exceso de masa; si no lo hace, se piensa
en la actualidad que terminará como un agujero negro.

Es notable que de las aproximadamente 10,000 enanas blan-


cas ya catalogadas la masa promedio es alrededor de 0.6M y
ninguna masa rebasa el límite de Chandrasekhar. Esto en si se
ha considerado un verdadero truinfo de la mecánica cuántica.
El valor típico de x en (9.27) es tal que

REB ' λc N 1/3 ' 5 × 10−3 R ' Rtierra . (9.28)

Ejercicio 9.4. a) Demuestre que las temperaturas citadas para la enanas


blancas son órdenes de magnitudes menores que la temperatura de
Fermi kTF = F , por lo que se justifica tratar el sistema con T = 0. b)

259
Sistemas de muchos cuerpos

Partiendo de (9.20) encuentre la masa para estrellas neutrónicas cuyo


radio es REN ' 13 km ' 10−5 R . c) Compare las densidades de ma-
sa de una enana blanca y de una estrella neutrónica con la densidad
nuclear ' 3 × 1014 gm/cm3 . d) ¿Cuánto pesaría (en la tierra) 1 cm3
de materia nuclear, de enana blanca y de estrella neutrónica? 

9.4. Aproximación de Hartree-Fock

El tratamiento que hicimos de la estructura estelar se basa


en el modelo de un gas de fermiones a temperatura absoluta ce-
ro y sin interacciones entre las partículas. La función de onda
correspondiente es, por lo tanto, un solo determinante (9.1) que
puede ser compuesto por orbitales que son ondas planas, como
en (9.15-9.17).

Preguntamos si podemos ir más allá del caso del gas ideal,


pero limitándonos todavía a la aproximación del determinante
único. Esto llevará a la aproximación de Hartree-Fock (1929)
que en realidad puede considerarse como un primer paso de una
teoría perturbativa. Tomamos un sistema de N cuerpos de masas
idénticas m con el hamiltoniano dado por la suma de operadores
de uno y dos cuerpos
N
X N
X
H =T +V = Ti + vij (9.29)
i=1 i<j

donde la interacción entre pares vij podría ser, por ejemplo, la


repulsión interelectrónica e2 /rij en un átomo, mólecula o cristal
y el operador Ti la suma de energía cinética −~2 ∇2i /2m y atrac-
ción electrón-núcleo −Ze2 /rij , o inclusive el potencial periódico
en un metal, etcétera. Sea Φ0 el determinante único
1
Φ0 = √ det[ϕki (rj )] (9.30)
N!
cuyos orbitales ϕki (rj ) para i, j = 1, 2, . . . , N son desconocidos,
pero que exigiremos sean ortogonales, a saber
Z
d3 rϕ∗ki (r)ϕkj (r) = δki kj . (9.31)

260
Aproximación de Hartree-Fock

El valor esperado del hamiltoniano (9.30) será, por (9.4), (9.6)


y (9.7) y si etiquetamos los N estados ki = 1, 2, . . . , N entonces
N
X
E = h Φ0 | H | Φ0 i = h ϕk1 | T1 | ϕk1 i
k1 =1
N
X
+ h ϕk1 ϕk2 | v12 | ϕk1 ϕk2 − ϕk2 ϕk1 i . (9.32)
k1 <k2

En el último paso empleamos una abreviatura obvia para los


elementos de matriz llamados directos y de intercambio. La ex-
tremal (es decir, el mínimo, máximo o punto de inflexión) de la
energía E, considerada como una funcional E[ϕ∗k1 , ϕk1 ] de los or-
bitales desconocidos ϕ∗k1 , sujeta a la condición (9.31), se obtiene
de  
δ  X
E[ϕ∗k , ϕk ] − λk1 k2 hϕk1 | ϕk2 i = 0. (9.33)
δϕ∗`
k1 k2

Aquí λk1 k2 son constantes llamadas multiplicadores de Lagrange.


Para calcular (9.34) usamos el hecho evidente de que
δ
ϕ∗ (r0 ) = δk` δ(r − r0 ). (9.34)
δϕ` (r) k

Entonces
Z
δ X
d3 r1 ϕ∗k1 (r1 )T1 ϕk1 (r1 ) ≡ T1 ϕ` (r) (9.35)
δϕ∗`
k1

y así sucesivamente. La (9.34) se reduce entonces a


XZ
T1 ϕ` (r1 ) + d3 r2 ϕ∗k2 (r2 )v12 ϕk2 (r2 )ϕ` (r1 )
k2
XZ
− d3 r2 ϕ∗k2 (r2 )v12 ϕ` (r2 )ϕk2 (r1 )
k2
X
− λ`k2 ϕk2 (r1 ) = 0. (9.36)
k2

261
Sistemas de muchos cuerpos

Ejercicio 9.5. Obtenga (9.36) con detalle a partir de (9.35). 

Multiplicando (9.36) por ϕ∗k (r1 ) e integrando sobre r1 queda


la ecuación matricial
X
h ϕk | T1 | ϕ` i + h ϕk ϕk2 | v12 | ϕ` ϕk2 − ϕk2 ϕ` i
k2
≡ h ϕk | H01 | ϕ` i = λ`k (9.37)

donde es fácil comprobar que el operador H01 es un hamiltoniano


de una sola partícula, actuando sobre la partícula 1. Proviene
del hamiltoniano total (9.29)

H = H0 + V
N
X N
X N
X N
X
H0 ≡ H0i ≡ (Ti + Ui ) V ≡ vij − Ui (9.38)
i=1 i=1 i<j i=1

que está ahora compuesto de un hamiltoniano de partícula inde-


pendiente H0 más una interacción residual V . En el hamiltoniano
independiente que corresponde a la i-ésima partícula

H0i = Ti + Ui (9.39)

aparece ahora un campo medio Ui agregado a los campos antes


existentes en el operador Ti . Por (9.38), el campo medio está
definido en términos de la interacción original v12 por
X
h ϕk | U1 | ϕ` i = h ϕk ϕk2 | v12 | ϕ` ϕk2 − ϕk2 ϕ` i . (9.40)
k2

Este resultado se llama autoconsistente. Tomando N combina-


ciones lineales, digamos φk , de los N orbitales originales {ϕ` |` =
1, 2, . . . , N } de tal manera que la matriz (9.38) quede diagonali-
zada, es decir λ`k → k δk` , habremos transformado el problema
en
h φk | H01 | φ` i = k δk` (9.41)

262
Aproximación de Hartree-Fock

que son las ecuaciones de Hartree-Fock en forma matricial. Supo-


niendo que las N nuevas Pφk son parte de un conjunto completo
infinito, de modo que k | φk i h φk | = 1, al multiplicar (9.41)
por | φk i y sumar sobre k, tendremos
 
XZ
T1 φk1 (r1 ) +  d3 r2 φ∗k2 (r2 )v12 φk2 (r2 ) φk1 (r1 )
k2
XZ
− d3 r2 φ∗k2 (r2 )v12 φk1 (r2 )φk2 (r1 ) = k1 φk1 (r1 ). (9.42)
k2

Esto representa N ecuaciones (k1 = 1, 2, . . . , N ) no lineales in-


tegrodiferenciales acopladas para valores propios de partículas
independientes. Estas son las ecuaciones de Hartree-Fock (HF)
en forma integrodiferencial. Para cada estado propio k1 se tra-
ta, pues, de una ecuación tipo Schrödinger de una partícula (la
primera) que se encuentra en el campo (medio) producido por
todas las demás partículas. El primer corchete es la contribución
directa a este campo; el último término del miembro izquierdo
de (9.42) es la llamada contribución de intercambio, pero su in-
terpetación deja de ser heurística.
Por último, la energía de Hartree-Fock [el valor esperado
(9.33) calculado con los orbitales de HF φk (r) que satisfacen las
ecuaciones (9.36)] será, recordando (9.32)

E = h Φ0 | H | Φ0 i ≡ hHi = hT i + hvi. (9.43)

Ahora, de (9.41), poniendo k = l, sumando sobre kPy reorde-


nando la (9.38) asi como usando el hecho de que k1 <k2 =
1P
2 k1 6=k2 , tendremos que

E = hHi = hT i + 21 hU i (9.44)

donde usamos el resultado que sigue de (9.40) y (9.41), con k = `


y sumando sobre k y de (9.38) que la autoconsistencia exige

hU i = 2hvi. (9.45)

263
Sistemas de muchos cuerpos

En consecuencia, como hH0 i = hT i + hU i de (9.38), podemos


escribir (9.44) en forma alternativa como

N 
X 
1 1 1
E= 2 hT i + 2 hH0 i = 2 h φk | T1 | φk i + k (9.46)
k=1

donde en el último paso usamos (9.41) con k = ` y hemos su-


mado sobre k.

9.4.1. Soluciones de Hartree-Fock triviales


Mostraremos que para un sistema de N fermiones encerrados
en una caja de volumen V e interactuando entre sí a través de
cualquier potencial del tipo v12 = v(r1 −r2 ), (no necesariamente
central), las ondas planas

1
φk (r) = √ ek·r (9.47)
V

proporcionan una solución (trivial) a las ecuaciones de HF (9.43).


Primero, notamos que en (9.43)

~2 2 ~2 k21
T1 φk1 (r1 ) = − ∇1 φk1 (r1 ) = φ (r1 ).
2m 2m k1
El término directo de (9.43) será, además
 
 1 XZ  N
d3 r2 e−ik2 ·r2 v12 eik2 ·r2 φk1 (r1 ) ≡ ν(0)φk1 (r1 )
V  V
k2
(9.48)
Z
ν(q) ≡ d3 r e−iq·r v(r)
(9.49)

donde hemos definido la transformada de Fourier ν(q) de la in-


teracción v(r), con r ≡ r1 −r2 . Por otro lado, el término de inter-

264
Aproximación de Hartree-Fock

cambio de (9.42) se vuelve, multiplicando por e−ik1 ·r1 eik1 ·r1 = 1,


XZ 1 1
d3 r2 √ e−ik2 ·r2 v12 √ e−ik1 ·r2 φk2 (r1 )e−ik1 ·r1 eik1 ·r1
k2
V V
Z
1 X
= d3 r2 e−i(k1 −k2 )·(r1 −r2 ) v(r1 − r2 )φk1 (r1 )
V
k2
1 X
= ν(k1 − k2 )φk1 (r1 ) (9.50)
V
k2

donde en el último paso hemos interpretado d3 r2 como d3 r y


R R

usando (9.49). Como todos los términos del miembro izquierdo


de (9.43), con las soluciones (9.48), equivalen a un número que
multiplica la solución φk1 (r1 ), se satisfacen las ecuaciones (9.43).
Así queda demostrado lo propuesto. En el presente caso, este
número es
~2 k12 N 1 X
k1 = + ν(0) − ν(k1 − k). (9.51)
2m V V
k

Ejercicio 9.6. a) Usar el resultado del ejercicio 9.3 para encontrar


la energía HF (con ondas planas) E para un fluido de fermiones, en
d = 1 y en tres dimensiones con ν grados de libertad intrínsecos, si las
partículas interactúan con −v0 δ(x1 − x2 ) en d = 1 y v0 δ(r1 − r2 ) en
d = 3 (v0 < 0). b) Dado que E ≥ E0 (el valor propio exacto del estado
fundamental), averiguar en qué casos para d y ν se tendría un colapso,
es decir, E0 /N → −∞. [Nota 1: k0 o kF (y por P lo tanto ρ) pueden
considerarse parámetros variacionales. Nota 2: σ1 σ2 hσ1 σ2 | σ1 σ2 i =
2
P P P P
σ1 σ2 1 = ν ; σ1 σ2 hσ1 σ2 | σ2 σ1 i = σ1 σ2 δσ1 σ2 = σ1 1 = ν.] 

9.4.2. Soluciones Hartree-Fock no triviales


Como ilustración de la posibilidad de tener soluciones no tri-
viales, es decir, que no son ondas planas, analicemos el siguiente
ejemplo, muy sencillo, de un cristal líquido. Supongamos, como
generalización de los orbitales de onda plana (9.47) los orbitales

φk (r) ≡ φkσ (r, σz ) ≡ Ceik·r [1 + αeiq·r ]χσ (σz ) (9.52)

265
Sistemas de muchos cuerpos

(el autor y Plastino, 1976) que ocuparán el determinante nor-


malizado
1
Φ0 = √ det[φk (r)] k < kF q ≥ 2kF . (9.53)
N!
Estas siguen obedeciendo la relación de ortogonalidad (9.32), la
cual, tomando en cuenta el espín, se escribe como
XZ
δkk0 = d3 rφ∗k (r)φk0 (r) (9.54)
σz V
p
C = 1/ (1 + α2 )V . (9.55)

En (9.52), χσ (σz ) es una función de espín con variables σz =


±1/2 y estado σ = ±1/2, tal como en el ejercicio 4.8. Aquí α
y q son parámetros variacionales. Imponiendo condiciones pe-
riódicas para los orbitales (9.53), tendremos integrales del tipo
[véase la (1.78)]
Z
lı́m d3 reiQ·r = V δQ,0 (9.56)
V →∞ V

Qx = nx nx = 0, ±1, ±2, . . .
L
y valores análogos para Qy y Qz .
Ejercicio 9.7. Demuestre que los orbitales (9.52) satisfacen las ecua-
ciones de HF matriciales (9.42). 

Definamos lo que podríamos llamar la densidad local (a di-


ferencia de la global ρ ≡ N/V ) en el punto r como

|1 + αeiq·r |2
X X
ρ(r) ≡ |φk (r)|2 = νC 2 (9.57)
k k
P P
donde se empleó (9.53) y el hecho de que σ hχσ | χσ i = σ 1 =
ν. Los sumandos son independientes del índice de suma y la suma
sobre k es independiente de N/ν; por lo tanto
 

ρ(r) = ρ 1 + cos q · r . (9.58)
1 + α2

266
Aproximación de Hartree-Fock

P (r) orden orientacional


(cristal-lı́quido)
desorden
(lı́quido)

λ = 2π/q ≤ π/kF

“lı́quido” “cristal-lı́quido”
(α = 0) (α > 0)

Figura 9.2

Es decir, la densidad local tiene una variación cosenoidal en una


dirección del espacio (la que se elige con el vector q) para la so-
lución no trivial (9.53). Esto contrasta con el caso espacialmente
homogéneo ρ(r) = ρ que tuvimos para la solución trivial (9.48),
a la cual se reduce (9.58) cuando α → 0.
La figura 9.2 contrasta estos dos casos, que podríamos identi-
ficarse como un líquido (desorden completo) y un cristal líquido
(la llamada fase sméctica-A: ordenada en láminas paralelas en-
tre sí y perpendiculares al vector q, cada una de las cuales se
comporta como un líquido bidimensional). Para analizar la tran-
sición del líquido al cristal líquido, basta considerar un hamilto-
niano (9.29) independiente del espín. Llamando | kσi a (9.52),
la energía de HF, de las ecuaciones (9.4) y (9.6), será

E = h Φ0 | H | Φ0 i
X ~2 2
=ν h k| − ∇ | ki
2m 1
k
X
+ 12 [ν 2 h k1 k2 | v12 | k1 k2 i − ν h k1 k2 | v12 | k2 k1 i] (9.59)
k1 k2

267
Sistemas de muchos cuerpos

donde usamos las sumas sobre espines del ejercicio 9.6.


Para una interacción del tipo delta tenemos

v12 ≡ v0 δ(r) v0 = constante r ≡ r1 − r2 (9.60)

con lo cual (9.59) se reducirá a la energía adimensional por par-


tícula
 
2mE 3 20 β 2
(q̃, β) ≡ 2 2 = 1+ q̃
~ kF N 5 3 1+β
 
3 mv0 ρ 2β
+ 1+ (9.61)
4 ~2 kF2 (1 + β)2

con β ≡ α2 , q̃ ≡ q/2kF ≥ 1 y ν = 2. Si α → 0, β → 0 y caemos


en el caso trivial de ondas planas (OP), que es

3 3 mv0 ρ
OP = + . (9.62)
5 4 ~2 kF2

Debemos ahora minimizar (9.61) con respecto a q̃F ≥ 1 y


β ≥ 0 y preguntarnos después si existe una energía menor que la
trivial dada por (9.62). Es evidente, por inspección de (9.61) que
el mínimo en q̃ ocurre precisamente para q̃ ≡ q/2kF = 1, o sea
q = 2kF . Introduciendo el parámetro adicional de acoplamiento

3 mv0 ρ v0 kF m
λ≡ 2 ≡
2
4 ~ kF 4π 2 ~2

donde se usó (9.14) con ν = 2 en el último paso, la (9.61) se


reduce, con q̃ = 1, a
 
3 β 2β 3
(β) = + 4 +λ 1+ 2
−→ + λ ≡ OP (λ).
5 1+β (1 + β) β→0 5
(9.63)
El valor de β que satisface 0 (β) = 0, llamémoslo β0 , es

λ+2
β= ≥0 ⇒ λ ≤ −2, λ > 2. (9.64)
λ−2

268
La aproximación de Thomas-Fermi

Sin embargo, el mínimo sólo se verifica si

00 (β0 ) > 0 ⇒ λ ≤ −2 . (9.65)

Es decir, habrá un mínimo únicamente si la interacción (9.60) es


suficientemente atractiva. Sustituyendo (9.64) en (9.63), se tiene
13 2 3
(β0 ) ≡ (λ) = + + λ. (9.66)
5 λ 2
Pedimos que
2 1
∆ ≡ (λ) − OP (λ) = 2 + + λ≤0 (9.67)
λ 2
para λ ≤ −2.

La figura 9.3 muestra la gráfica de (9.68). Efectivamente, ve-


mos que para λ ≤ −2, la solución no trivial es más estable (tiene
menor energía) que la trivial, (indicada por la curva continua).
La curva en trazos corresponde, por (9.65), a valores negativos
de β0 ≡ α02 , que no son admisibles si α0 es real. El punto indica-
do con un círculo en λ = −2 es un punto de bifurcación donde
las energías de los dos estados tienen el mismo valor; éste puede
considerarse como el punto de la √ transición. El parámetro de or-
den, el factor 2α0 /(1 + α02 ) = 2 β0 /(1 + β0 ) en (9.58), vale cero
en el punto de bifurcación y crece en valor conforme se dismi-
nuye λ a partir del valor crítico −2. La transición de líquido a
cristal líquido es de segundo orden ya que el parámetro de orden
aumenta en forma continua a partir de cero en la figura 9.3.
Ejercicio 9.8. Verificar las ecuaciones (9.55), (9.61) y (9.65)–(9.67).
[Sugerencia: La (9.65) puede establecerse gráficamente.] 

9.5. La aproximación de Thomas-Fermi

La vieja teoría de Thomas y Fermi (1927) para la descripción


de sistemas coulombianos (átomos, moléculas, sólidos, etcétera)
es de gran sencillez. En el fondo fondo también es una de las

269
Sistemas de muchos cuerpos

∆
1 2 3 4
0
−λ

−1
lı́quido cristal lı́quido
−2 β0
1
−3

0 −λ
−4 2 3 4

Figura 9.3

llamadas teorías de campo medio. Pero es de gran interés tam-


bién porque resulta ser asintóticamente exacta en el límite en
que el número de cargas Z para átomos, moléculas y sólidos es
muy grande, o sea Z  1. También es válida para estrellas en el
límite en que el número de partículas tiende al infinito. Estás in-
teractúan con fuerzas gravitacionales puramente atractivas que
son, en el fondo, de tipo coulombiano. La exactitud de la que se
habla aquí se refiere exclusivamente al caso no relativista.
Consideremos un núcleo puntual con carga Ze colocado en
el origen de coordenadas, rodeado por una nube electrónica es-
féricamente simétrica con densidad de carga negativa ρ(r), tal
que
Z
d3 rρ(r) = N (9.68)

será el número total de cargas −e en la nube. Si N = Z se trata


de un átomo neutro, si N > Z de un ion negativo y si N < Z de
un ion positivo. La energía total E se compone de i) la energía ci-
nética electrónica T y ii) la energía potencial núcleo-electrón Vne
y iii) la energía potencial electrón-electrón Vee . Evidentemente,

270
La aproximación de Thomas-Fermi

ésta será una funcional de ρ(r) y tiene la forma

E [ρ(r)] = T + Vne + Vee (9.69)


Z
Ze
Vne ≡ −e d3 rφn (r)ρ(r) φn (r) ≡
r
ρ(r0 )
Z Z
e
Vee ≡ − d3 rφe (r)ρ(r) φe (r) ≡ −e d3 r0
2 |r − r0 |
Z
T ≡ d3 rρ(r)t(r).

Aquí, φn (r) es el potencial electrostático en el punto r debido al


núcleo puntual en el origen y φe (r) el potencial debido a la nube
electrónica. Además, t(r) es, por definición, la energía cinética
por electrón en el punto r. Thomas y Fermi supusieron, como
hipótesis de trabajo, que

3~2
t(r) = C2 ρ(r)2/3 C2 ≡ (3π 2 )2/3 (9.70)
10m
con analogía al resultado (9.18) obtenido para un gas ideal de
fermiones con ν = 2 en tres dimensiones. Aceptando esta hipó-
tesis, la energía total (9.70) se vuelve una funcional explícita en
ρ(r) dada por
Z Z
3 5/3 2 ρ(r)
E [ρ(r)] = C2 d rρ(r) − Ze d3 r
r
ρ(r)ρ(r0 )
Z Z
1
+ e2 d3 r d3 r0 ≡ T + V . (9.71)
2 |r − r0 |

Se busca ahora una ecuación de Euler-Lagrange en ρ(r), tal que


E [ρ(r)] sea (por lo menos) estacionaria, o extremal, ante varia-
ciones funcionales en ρ(r), con la variación sujeta a la condición
(9.69), donde N es una constante. (Esta extremal resulta siempre
ser el mínimo absoluto). Es decir, introduciendo el multiplicador
de Lagrange eφ0 , buscamos que
 Z 
δ 3
E [ρ(r)] − eφ 0 d rρ(r) = 0. (9.72)
δρ(r00 )

271
Sistemas de muchos cuerpos

Por analogía a (9.35), para calcular (9.72) usamos δρ(r)/δρ(r00 ) =


δ(r − r0 ). Por consiguiente queda la ecuación

Ze2 ρ(r0 )
Z
5 00 2/3
C2 ρ(r ) − 00 + e 2
d3 r0 00 + eφ0 = 0.
3 r |r − r0 |

Notamos que el segundo y tercer términos no son más que


−eφn (r00 ) y −eφe (r00 ), respectivamente y definimos el potencial
total
φ(r) ≡ φn (r) + φe (r). (9.73)
Cambiando la variable r00 a r, tenemos
1
ρ(r) = [2me (φ(r) − φ0 )]3/2 . (9.74)
3π 2 ~3
A esta ecuación añadiremos una segunda ecuación que eslabona
φ(r) con ρ(r) y que es la ecuación de Poisson de la electrostática
clásica
∇2 φ(r) = 4πeρ(r) r 6= 0. (9.75)
Combinando ahora (9.75) y (9.76) y reconociendo que por la
simetría esférica y el hecho que φ0 es constante, se tiene que
∇2 φ(r) = (1/r) d2 r[φ(r) − φ0 ]/dr2 . Así llegamos a la ecuación
de Thomas-Fermi para el potencial total φ(r)

1 d2 4e(2me)3/2
r [φ(r) − φ 0 ] = [φ(r) − φ0 ]3/2 . (9.76)
r dr2 3π~3
Esta es una ecuación diferencial no lineal. Para obtener una
solución, requeriremos de dos condiciones a la frontera
Ze
i) φ(r) − φ0 −→ (9.77)
r→0 r
(Z − N )e
ii) φ(r) = para r ≥ r0 . (9.78)
r
La condición (i) implica, por (9.75), que
constante
ρ(r) −→ (9.79)
r→0 r3/2

272
La aproximación de Thomas-Fermi

de modo que la densidad de carga electrónica diverge en el ori-


gen. En (ii) hemos definido un radio r0 a partir del cual la
densidad de la nube se anula. Por el célebre teorema de Newton
que afirma que el efecto de la nube esféricamente simétrica es
como si toda su carga se colocase en el origen, el potencial total
φ(r) es la diferencia indicada. Así, por (9.75) y (9.79) podemos
deducir el significado de
(Z − N )e
φ0 ≡ φ(r0 ) = (9.80)
r0
como el del potencial total en el borde de la nube electrónica.
Observamos que la ecuación fundamental (9.77) es un tanto
incómoda pues tendría que resolverse para cada valor de la pa-
reja de enteros positivos (N, Z). Puede deducirse una ecuación
universal que no adolece de esta desventaja, introduciendo una
longitud α por averiguarse, tal que x = r/α sea adimensional y
una función f (x), también adimensional, definida por
Ze r
φ(r) − φ0 ≡ f (x) x≡ . (9.81)
r α
Sustituyendo en (9.77) llegamos a la ecuación no-lineal
√ d2 f (x)
x = f 3/2 (x)
dx2

i) f (x) −→ 1 (9.82)
x→0
ii) f (x) −→ 0 (9.83)
x≥x0

1 3 2/3 a0 ~2
 
α≡ π a0 ≡ .
2 4 Z 1/3 me2
La primera es la ecuación universal de la teoría de Thomas-
Fermi. Fue una de las primeras ecuaciones resueltas mediante
computadora electrónica digital en 1931, por Bush y Caldwell.
Ejercicio 9.9. a) Verificar (9.77) a partir de (9.73). b) Justificar (9.83)
estableciendo en detalle el valor de la longitud allí indicado. 

273
Sistemas de muchos cuerpos

f (x)

1
C

B A
x
O

Figura 9.4

La figura 9.4 muestra tres tipos de solución numérica en las


que (A) r0 = ∞ (átomos neutros), (B) r0 < ∞ (iones positivos
Z > N ) y la nube tiene soporte compacto y (C) soluciones apro-
piadas para la descripción de un átomo ligado en un cristal. De
la solución numérica se ha averiguado que, para N = Z
4 3/2
f (x) −→ 1 − 1.58807x + x + ··· (9.84)
x1 3
144
−→ + ··· .
x1 x3

Antes de calcular la energía total de Thomas-Fermi E para


átomos neutros en función de Z, anticipamos que ésta será de la
forma −Z ·Z/Z −1/3 = −Z 7/3 , ya que tenemos Z electrones inter-
actuando con Z cargas nucleares positivas, a distancias ' Z −1/3
por (9.83). La energía por electrón E/Z entonces diverge para
Z → ∞ a menos infinito como −Z 4/3 . Es decir, no existe pa-
ra el átomo neutro el límite termodinámico que consiste en una
energía extensiva proporcional al número de partículas, como
se exige en la materia condensada (líquidos, sólidos, etcétera).
Ocurre algo semejante para un sistema de N fermiones idénticos
que interactúan por gravedad, en una estrella por ejemplo, don-
de la energía total diverge como −N 7/3 . Para calcular E(Z) en
forma precisa usaremos el resultado fuerte de que el teorema del
virial (1.148) para un átomo polielectrónico también es válido
en la aproximación de Thomas-Fermi. Si en (9.69) reemplaza-

274
La aproximación de Thomas-Fermi

mos las coordenadas (cartesianas) (x, y, z) por unas escaladas


(λx, λy, λz) ≡ (x, y, z) con λ real, entonces
Z Z
N = d rλ ρ(λr) = d3 rρ(r).
3 3
(9.85)

Es decir, frente al citado escalamiento

ρ(r) 7→ λ3 ρ(λr). (9.86)

En consecuencia, (9.72) se vuelve

λ3 ρ(λr)
Z Z
 3 2
d rλ ρ(λr) − e Zλ d3 r
3 3 5/3 2

E λ ρ(λr) = C2 λ
λr
e 2 Z Z
ρ(λr)ρ(λr )0
+ λ d3 r d3 r0 λ6
2 |λr − λr0 |
≡ λ3 T + λV . (9.87)

Aquí T y V son la energía cinética y potencial promedio definidas


en (9.72), tomando en cuenta que allí r y r0 son variables mudas.
Derivando (9.87) con respecto a λ y exigiendo que para λ = 1
la derivada se anule, se llega a

2T + V = 0 E ≡ T + V = −2T = 12 V (9.88)

que coincide con el resultado exacto (1.148). Por lo tanto, si D


y F son constantes
Z
E = −C2 d3 rρ(r)5/3
Z
= −D d3 rφ5/2 (r)
Z ∞
f 5/2 (x)
= −F dx 1/2 (9.89)
0 x
5
= F f 0 (0)
7
e2
' −0.768745Z 7/3
a0

275
Sistemas de muchos cuerpos

donde en la segunda igualdad especializamos al caso neutro


(N = Z, φ0 = 0) y en la penúltima se usó el valor numérico
de f 0 (0) en (9.84).

Llegamos a esa igualdad por las siguientes consideraciones.


Se tiene la integral
Z ∞ Z ∞
f 5/2 (x)
I≡ dx 1/2 = dxf f 00
0 x 0

por (9.83). Integrando por partes


∞ Z Z
I = ff0 − dx(f 0 )2 = −f 0 (0) − dx(f 0 )2 . (9.90)
0

Por otro lado, también

√ ∞
Z ∞ Z ∞
dx 5/2 √
I≡ √ f 5/2
= 2f (x) x − 5 dx xf 3/2 f 0 . (9.91)
0 x 0 0

Como el término integrado se anula en la frontera y usando de


nuevo (9.83) queda
Z Z
5
I = −5 dxx · f 0 f 00 = dx(f 0 )2 . (9.92)
2

Combinando ahora (9.90) y (9.91) el resultado es I = −5f 0 (0)/7.


Ejercicio 9.10. Verificar el resultado (9.89). 

La energía de un átomo neutro de Thomas-Fermi (9.89) es de


suma importancia pues Lieb y Simon (1974) demostraron que
resulta exacta en el límite Z → ∞. Es decir, coincide con el
resultado de la mecánica cuántica no relativista en ese límite,
que es el estado fundamental de la ecuación de Schrödinger.
Además, se conjetura que (9.89) es el término dominante de una
serie asintótica en potencias descendientes de Z 1/3 , empezando
con 7, 6, 5, . . .. Una deducción heurística de esta serie, a veces
llamada la serie de Thomas-Fermi-Scott y Schwinger (TFSS),

276
La aproximación de Thomas-Fermi

proviene de despreciar la repulsión electrón-electrón en un átomo


con electrones y Z cargas nucleares positivas. Por la fórmula de
Bohr para un átomo hidrogenoide, la energía total será
N
Z2 e2
X  
E(Z) = 2n − 2 = −Z 2 N
2
en unidades de
2n a0
n=1
(9.93)
donde 2n2 es la degeneración de la n-ésima capa atómica y hay,
digamos, N capas totalmente llenas. Por esto último también
tendremos la relación
N
X
Z= 2n2 = 13 N (N + 1)(2N + 1) = 2
3 N 3 + N 2 + 13 N. (9.94)
n=1

Usando el desarrollo binomial para N  1

2N 3 −1/3 1 −1/3
   
−1/3 3
Z = 1+ +
3 2N 2N 2
 1/3  
3 1 1 1
' 1− + − ··· (9.95)
2 N 2N 3N
e invirtiendo la serie, para Z  1 tenemos
1 a1 h a2 a3 i
' 1/3 1 + 1/3 + 2/3 + · · ·
N Z Z Z
Z 1/3
 
α β
N' 1 + 1/3 + 2/3 + · · · (9.96)
a1 Z Z
donde a1 , a2 , a3 , . . . y α, β, . . . son constantes que se pueden de-
terminar a partir de (9.94). Sustituyendo en (9.92), queda final-
mente
E(Z) ' −1.1447Z 7/3 + 12 Z 2 − 0.0728Z 5/3 + · · · para Z  1.
(9.97)
Este resultado heurístico se aproxima al exacto, que sí toman en
cuenta las repulsiones electrón-electrón (serie TFSS)
E(Z) = −0.768745Z 7/3 + 21 Z 2 −0.2699Z 5/3 +· · · para Z  1
(9.98)

277
Sistemas de muchos cuerpos

0.768745 Thomas-Fermi

290
0.7 218
268
168
118
100
85
75
65
60

50 45
35
−E/Z 7/3 40
25
30
(a.u) 20
17

0.6 15
12
9
10 7
5
3
6
4
2
Schrödinger
Hartree-Fock TFSS

0.5
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
Z −1/3

Figura 9.5

obtenido por Plindov y Dimitrieva (1978) y por Schwinger (1980


y 1981). La figura 9.5 compara el resultado de esta serie con las
energías empíricas de los átomos neutros (tomadas como las de
HF para Z > 17, donde el error con respecto a las energías de
Schrödinger sería despreciable a la gráfica). El error máximo es
aproximadamente de 7 % y ocurre para Z menores (Aguilera-
Navarro et al., 1982).
Entre los principales defectos de la teoría de Thomas-Fermi
está la predicción que un cúmulo de átomos no puede ligarse para
formar una molécula [teorema de Teller (1962), véase Balazs
(1967)].

Ejercicio 9.11. Verificar (9.96) en base a (9.92) y (9.93). 

278
Colapso gravitatorio

9.6. Colapso gravitatorio

Por último, esbocemos el colapso inevitable de la materia


en el límite N → ∞ debido a la gravitación, que produce una
energía total proporcional a −N 3 para bosones y −N 7/3 para
fermiones. La energía total será un equilibrio entre la energía
potencial ∼ −GN 2 /R y la cinética ∼ N/(∆x)2 , donde R es
el tamaño global del sistema y ∆x es una dimensión lineal en
que puede moverse cada partícula. Esta es ∆x∼ R para bosones
pero (∆x)3 ∼ R3 /N para fermiones, debido a que el principio
de exclusión de Pauli impide que se sobrepongan las partículas.
Sustituyendo, tenemos entonces
(
N/R2 − GN 2 /R bosones
E(R) = 5/3 2 2
(9.99)
N /R − GN /R fermiones.

Minimizando en R encontramos que esto ocurre para


(
2/GN bosones
R0 = 1/3
(9.100)
2/GN fermiones

lo que deja
(
1
2 3
− 2 G N bosones
E(R0 ) = 1 2 7/3
(9.101)
− 2G N fermiones.

En ambos casos la energía por partícula diverge a −∞ cuando


N → ∞.
Ejercicio 9.12. Demostrar que los resultados son aún más catastrófi-
cos en el caso relativista, cuando la energía cinética es
∼ p ∼ (∆x)−1 . 

279
APÉNDICES
A

FUNCIÓN GAMA

Damos dos definiciones de la función gama Γ(z), ambas de-


bidas a Euler y mostraremos abajo su equivalencia. La primera
definición es
1 · 2 · 3···n
Γ(z) ≡ lı́m nz . (A.1)
n→∞ z(z + 1)(z + 2) · · · (z + n)
Esta función es analítica en todo el plano complejo y tiene polos
simples en los puntos z = 0, −1, −2, . . .. De aquí se sigue la
propiedad fundamental

Γ(z + 1) = zΓ(z). (A.2)

En particular, Γ(1) = 1 = Γ(2); luego Γ(3) = 2Γ(2) = 2. En


general

Γ(n) = 1 · 2 · · · (n − 1) = (n − 1)! para n entero. (A.3)

Notemos que 0! = 1.
La segunda definición es la representación integral
Z ∞
Γ(z) ≡ dte−t tz−1 Re z > 0. (A.4)
0

De aquí pueden establecerse las siguientes propiedades


π
Γ(z) Γ(1 − z) = (A.5)
sin zπ

Γ(1/2) = π (A.6)
2z−1 −1/2
Γ(2z) = 2 π Γ(z)Γ(z + 1/2) (A.7)

281
Función gama

siendo la última identidad es la fórmula de duplicación. Si z es


un semientero negativo, (A.2) nos permite evaluar

Γ(1/2) √
= −2 π
Γ(−1/2) = (A.8)
−1/2
Γ(−1/2) 4√
Γ(−3/2) = = π ... (A.9)
−3/2 3

donde se usó (A.6).


La equivalencia entre (A.1) y (A.4) se obtiene de la siguiente
manera. Sea

t n z−1
Z n  
F (z, n) ≡ dt 1 − t n = 1, 2, . . .
0 n

En consecuencia
Z ∞
F (z, ∞) ≡ lı́m F (z, n) = dte−t tz−1 = Γ(z)
n→∞ 0

donde usamos la definición

t n
 
−t
e ≡ lı́m 1 − . (A.10)
n→∞ n

Por otro lado, si u ≡ t/n


Z 1
F (z, n) = n z
du(1 − u)n u−1
(0 )
uz 1 n 1
Z
z n n−1 z
= n (1 − u) + du(1 − u) u
z 0 z 0
Z 1
z n(n − 1) · · · 1
=n du uz+n−1
z(z + 1)(z + 2) · · · (z + n − 1) 0

donde se integró por partes n veces. Sin embargo, el miembro


derecho no es más que la expresión (A.1) antes de tomar el límite
y por lo tanto (A.1) y (A.4) son equivalentes.

282
Función gama

Otra representación integral de Γ(z) de la forma (A.4) y que


se puede obtener a partir de ésta es la llamada función beta
Z 1
Γ(p)Γ(q)
B(p, q) ≡ dttp−1 (1 − t)q−1 = . (A.11)
0 Γ(p + q)

Por último, mencionaremos la aproximación de Stirling, vá-


lida para |z|  1 y | arg z| < π

ln Γ(z + 1) ≡ ln z!
B2
' z ln z − z + 12 ln 2πz + + ···
2z
B2n
+ + ··· . (A.12)
2n(2n − 1)z 2n−1

Aquí B2n son los Bernoulli números de dados por



(−1)n−1 2(2n)! X −2n
B2n ≡ p n = 1, 2, . . . (A.13)
(2π)2n
p=1

1 1
B0 = 1 B2 = 6 B4 = − 30 ,....
Con la prueba de convergencia del cociente de Cauchy vemos
que la serie infinita (A.11) diverge para toda |1/z| ≥ 0, dado
que los coeficientes (A.12) aumentan sin límite cuando n → ∞;
sin embargo, la serie es una serie asintótica y por lo tanto, es
de gran utilidad para representar el valor del miembro izquierdo
ln z! siempre y cuando se trunque adecuadamente.

283
B

FUNCIÓN HIPERGEOMÉTRICA

Consideremos la serie binomial


∞    
α
X α s α α!
(1 + z) = z ≡ |z| < 1. (B.1)
s s (α − s)! s!
s=0

Es un polinomio de orden α si α es entero positivo y una serie


infinita si no lo es. La condición de convergencia viene de la
prueba del cociente de Cauchy aplicada al término us , o sea

us+1 α − s
lı́m = lı́m
z = |z| < 1.
s→∞ us s→∞ s + 1

Como caso especial tenemos la serie geométrica, cuando α = −1


1
= 1 + x + x2 + · · · |x| < 1 (B.2)
1−x
y generalizándola se define la serie hipergeométrica
ab a(a + 1)b(b + 1) 2
F (a, b; c; x) ≡ 1 + x+ x + ··· (B.3)
c 1 · 2c(c + 1)

Γ(c) X Γ(a + s) Γ(b + s) xs
= |x| < 1
Γ(a) Γ(b) Γ(c + s) s!
s=0
(B.4)

donde c 6= 0, −1, −2, . . .. La serie, en general infinita, se reduce a


un polinomio de orden n si a o b valen −n, es decir si son enteros
negativos. La ecuación (B.3) satisface la ecuación diferencial

x(1 − x)y 00 (x) + [c − (1 + a + b)x]y 0 (x) − aby(x) = 0 (B.5)

285
Función hipergeométrica

como se comprueba por sustitución directa. También por este


método puede verificarse que una segunda solución independien-
te de (B.4) es

x1−c F (a − c + 1, b − c + 1; 2 − c; x) c 6= 0, ±1, ±2, . . . . (B.6)

Es posible continuar F (a, b; c; x) analíticamente más allá de x =


1 y establecer el comportamiento asintótico
Γ(c) Γ(b − a) Γ(c) Γ(a − b)
F (a, b; c; x) −→ (−x)−a = (−x)−b .
|x|1 Γ(b) Γ(c − a) Γ(a) Γ(c − b)
(B.7)
Por otro lado, la función F (a, b; c; x/b), por (B.4), resolverá
la ecuación diferencial
     
x 00 a+1
x 1− y (x) + c − 1 + x y 0 (x) − ay(x) = 0.
b b
El límite b → ∞ de esta ecuación es la llamada ecuación de
Kummer
xy 00 (x) + (c − x)y 0 (x) − ay(x) = 0 (B.8)
cuya solución será

lı́m F (a, b; c; x/b) ≡1 F1 (a; c; x) ≡ M (a, c; x)


b→∞

Γ(c) X Γ(a + s) xs
= c 6= 0, −1, −2, . . . x < ∞.
Γ(a) Γ(c + s) s!
s=0

Aquí se usó la aproximación de Stirling (A.11) para establecer


que
Γ(b + s)
lı́m = 1. (B.9)
b→∞ Γ(b)bs

La función (B.8) es la función hipergeométrica confluente. La


serie converge para toda x < ∞, como puede verse por la prueba
del cociente. También es evidente que se reduce a un polinomio
de orden n si a = −n (n = 0, 1, 2, . . .). Una segunda solución
independiente de (B.7) será, siguiendo (B.5)

x1−c M (a − c + 1, 2 − c; x) c 6= 0, ±1, ±2, . . . . (B.10)

286
Función hipergeométrica

Usando (B.9) en la suma de la (B.8) tres veces, una para cada


Γ incluyendo la s! = Γ(s + 1) ' Γ(s), deducimos fácilmente la
forma asintótica
Γ(c) a−c x
M (a, c; x) −→ x e . (B.11)
x1 Γ(a)

Por último, damos algunos casos especiales que se reducen a


funciones sencillas

F (a, b; b; x) = (1 − x)−a
ln(1 + x)
F (1, 1; 2; x) = −
x
M (−2, 1; x) = 1 − 2x + 12 x2
M (a, a; x) = ex . (B.12)

287
C

POLINOMIOS DE LEGENDRE

Los polinomios de Legendre Pn (cos θ), n = 0, 1, 2, . . ., surgen,


por ejemplo, en electrostática al expresar el potencial debido a
una carga, pero referido a un punto distinto a la ubicación de la
misma (ver figura C.1).
El potencial en el punto P debido a la carga q ubicada sobre
el eje z a una distancia a del origen será, por la ley de los cosenos
y para r > a

q q
φ= =√
r1 r2 + a2 − 2ar cos θ
q 1
= p
r 1 + (a/r) − 2(a/r) cos θ
2

∞  n
qX a
≡ Pn (cos θ) . (C.1)
r r
n=0

Es decir, estamos considerando una función g(t, x) llamada ge-


neratriz o función generadora definida por


1 X
g(t, x) ≡ √ = Pn (x)tn |t| < 1 (C.2)
1 − 2xt + t2 n=0

en la que se realizan los dos desarrollos binomiales sucesivos

289
Polinomios de Legendre

r
r1

θ q

a Z
O

Figura C.1


1 X (2n)!
√ = (2xt − t2 )n
1 − 2xt + t2 n=0 22n (n!)2

X (2n)!
= (2xt)n
2 (n!)2
2n
n=0
n  k
X n! t
× (−1)k
k! (n − k)! 2x
k=0
∞ [n/2]
X X (2n − 2k)! (2x)n−2k tn
= (−1)k .
22n−2k k! (n − k)! (n − 2k)!
n=0 k=0
(C.3)

En el último paso se reordenó la suma, siendo [n/2] el entero


más próximo a n/2 por debajo. Comparando (C.2) y (C.3) se
tiene la fórmula explícita
[n/2]
X (2n − 2k)!
Pn (x) = (−1)k xn−2k (C.4)
2n k! (n − k)! (n − 2k)!
k=0

que evidentemente representa un polinomio de orden n en x y


que además satisface

Pn (−x) = (−1)n Pn (x). (C.5)

290
Polinomios de Legendre

Derivando (A.2) con respecto a t se tiene la identidad



∂g(t, x) x−t X
= 2 3/2
= nPn (x)tn−1 . (C.6)
∂t (1 − 2xt + t ) n=0

Al sustituir aquí (C.2), puede establecerse la relación de recu-


rrencia de tres polinomios sucesivos

(2n + 1)xPn (x) = (n + 1)Pn+1 (x) + nPn−1 (x) n = 1, 2, . . . ,


(C.7)
con la cual, dado que de (C.4) P0 (x) = 1 y P1 (x) = x, se genera
fácilmente la lista completa de polinomios

P2 (x) = 21 (3x2 − 1) P3 (x) = 12 (5x3 − 3x) .... (C.8)

Notamos además de (C.2) con x = ±1, que



1 1 X
√ = = (±)n tn
1 ∓ 2t + t2 1∓t
n=0

de modo que, comparando con (C.2)

Pn (1) = 1 Pn (−1) = (−1)n . (C.9)

Derivando (C.2) ahora con respecto a x tenemos



∂g(t, x) t X
= = P 0 (x)tn (C.10)
∂x (1 − 2xt + t2 )3/2 n=0 n

o, directamente, igualando a cero el coeficiente de cada potencia


en t
0 0
Pn+1 (x) + Pn−1 (x) = 2xPn0 (x) + Pn (x). (C.11)
Prosiguiendo así, se establece que los polinomios Pn (x) satisfa-
cen la ecuación diferencial de segundo orden

(1 − x2 )Pn00 (x) − 2xPn0 (x) + n(n + 1)Pn (x) = 0 (C.12)

llamada la ecuación de Legendre y que aparece en la (4.50) con


m = 0.

291
D

FUNCIONES DE BESSEL

Partimos de la función generatriz


   ∞
x 1 X
g(x, t) ≡ exp t− ≡ Jn (x)tn . (D.1)
2 t n=−∞

El coeficiente Jn (x) en la serie de Taylor en t se llama función


de Bessel de orden (entero) n. Desarrollando los exponenciales
∞  r r X ∞  s −s
xt/2 −x/2t
X x t s x t
e e = (−1)
2 r! 2 s!
r=0 s=0
∞ X ∞
x n+2s (−1)s n
X  
= t (D.2)
n=−∞
2 (n + s)! s!
s=0
donde para llegar a la última expresión hicimos r = n + s. Com-
parando (D.2) con (D.1), se tiene la definición de la función de
Bessel como la serie infinita
∞  n+2s
X (−1)s x xn
Jn (x) = −→ n . (D.3)
s! (n + s)! 2 x→0 2 n!
s=0
Notamos que (D.3) define Jn (x), para n entera, pero
∞  2s−n X ∞  2s−n
X (−1)s x (−1)s x
J−n (x) = =
s! (s − n)! 2 s=n
s! (s − n)! 2
s=0
(D.4)
ya que 1/(s−n)! = 0 para s = 0, 1, . . . , n−1. Llamando s = n+t
en la última suma, se tiene

(−1)n+t x n+2t
X  
J−n (x) = = (−1)n Jn (x) (D.5)
(n + t)! t! 2
t=0

293
Funciones de Bessel

de modo que si n es entera, J−n y Jn no son independientes.


Derivando (D.1) con respecto a t tenemos
     ∞
∂g(x, t) 1 1 x 1 X
= x 1 + 2 exp t− = nJn (x)tn−1 .
∂t 2 t 2 t n=−∞
(D.6)
Sustituyendo (D.1) e igualando a cero los coeficientes de tn−1 ,
queda la relación de recurrencia
2n
Jn−1 (x) + Jn+1 (x) = Jn (x). (D.7)
x
Por otro lado, derivando (D.1) con respecto a x
     ∞
∂g(x, t) 1 1 x 1 X
= t− exp t− = Jn0 (x)tn . (D.8)
∂x 2 t 2 t n=−∞

Sustituyendo aquí (D.1), llegamos a

Jn−1 (x) − Jn+1 (x) = 2Jn0 (x). (D.9)

Sumando (D.7) y (D.9), tenemos


n
Jn−1 (x) − Jn (x) = Jn0 (x). (D.10)
x
Si Zν (x) es una función que satisface las relaciones (D.7), (D.9)
y (D.10) con ν no necesariamente entera ni la función necesa-
riamente dada por la serie (D.3), establecemos que ésta función
satisface la ecuación diferencial de Bessel (de segundo orden)

x2 Zν00 (x) + xZν0 (x) + (x2 − ν 2 )Zν (x) = 0. (D.11)

294
E

FUNCIÓN DE AIRY

La ecuación diferencial de Airy es

η 00 (ξ) − ξη(ξ) = 0. (E.1)

Tiene dos soluciones linealmente independientes Ai(ξ) y B(ξ),


llamadas la primera y la segunda función de Airy. Como B(ξ)
diverge para ξ → ∞, sólo nos concierne la primera solución.
Esta se encuentra fácilmente de la transformada de Fourier f (k)
como sigue. Sea
Z ∞
1
η(ξ) ≡ dkf (k)eikξ . (E.2)
2π −∞

Al sustituir en (E.1) tenemos


Z ∞  
2 ∂
dk f (k) − k + i eikξ = 0. (E.3)
−∞ ∂k

Por inspección, el operador entre paréntesis es hermitiano; de



− k 2 }f ∗ (k)]∗ eikξ = 0 y por tanto
R
modo que dk[{i ∂k
  ∗
∂ 2 ∗ 3 /3
i − k f (k) = 0 f (k) ≡ eik . (E.4)
∂k

Por último, sustituyendo esto en (E.2) obtenemos



k3
Z  
1
η(ξ) = dk cos kξ + ≡ Ai(ξ). (E.5)
π 0 3

295
Función de Airy

0.6 Ai(−ξ)

0.4
0.2
0
2 4 6 8 10 ξ
−0.2 Ai(ξ)
−0.4
−0.6

Figura E.1

La función Ai(ξ) para ξ < 0 y ξ > 0 tiene las siguientes repre-


sentaciones
√     
ξ 2 3/2 2 3/2
 3 J1/3 3 [−ξ] + J−1/3 3 [−ξ] ξ<0


Ai(ξ) = q  
ξ
 π1 3 K1/3 23 ξ 3/2 ξ>0

(E.6)
donde J±1/3 son las funciones de Bessel de orden ±1/3 y K1/3
es la llamada función de Bessel hiperbólica
Kν (z) ≡ 21 π csc νπ iν J−ν (iz) − i−ν Jν (iz) .
 
(E.7)
Usando (5.11), (5.14) y (5.10) podemos deducir de (E.6) y
(E.7) que
Ai(0) ' 0.355
3/2
e−2ξ /3
Ai(ξ) −→ √ 1/4 (E.8)
ξ1 2 π ξ

sin 23 (−ξ)3/2 + 14 π
 
Ai(ξ) −→ . (E.9)
−ξ1 (−ξ)1/4 π
La función Ai(ξ) tiene sus primeros ceros en ' −2.3381, −4.0879,
−5.5206, −6.7867, . . .. Aquí se aprecia el comportamiento osci-

296
Función de Airy

latorio (pero no periódico) para ξ < 0 y el exponencialmente


decreciente para ξ > 0 (ver figura E.1). La rapidez de este de-
caimiento, sin embargo, es intermedio entre el asociado a una
función de onda cuántica en un pozo rectangular, e−cξ y el de
2
las funciones de oscilador armónico, e−cξ .

297
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Esta obra se terminó de imprimir el 15 de mayo de 2002
en S y G editores, S.A de C.V.
Cuapinol 52, Sto. Domingo de los Reyes, Coyoacán.

En su composición se emplearon
tipos Computer Modern de 11,
10:12 y 8:10 puntos de pica.
Está impreso en papel
Cultural de 90 gramos.

Se tiraron 500 ejemplares.

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