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2. HEGEL y la filosofía alemana a la búsqueda de los principios.

En LUTERO la autoridad, cabeza de una comunidad cristiana, instaura y defiende


la Reforma, pero no se preocupa LUTERO en concretar cuales son los fundamentos
dogmáticos de esta autoridad, existente a priori. La Filosofía alemana toma sobre sus
hombros la responsabilidad de justificar la autoridad, ante la lejanía del Creador; los
grandes filósofos y juristas alemanes del XIX, imaginan un Estado nuevo, de ética
comunitaria, sostenido por la autoridad, que debía ser obedecido como realidad del ideal de
libertad. Un renovado Estado alemán, basado en un mesianismo filosófico-germanista, se
gesta de modo torturado a lo largo del XIX, y se consolida en las postrimerías del siglo bajo
el predominio de una Prusia protestante, especialmente tras la victoria de Sedan.
La filosofía cumplirá en el nuevo Estado alemán de libertad religiosa la misma
función que antaño cumplía la religión protestante: justificar el poder autoritario 1. La
autoridad se define como realidad de la comunidad, la propiedad y el orden, y tiene
vocación de superar trescientos años de guerras de religión en Alemania. La misma
autoridad que en su día había llevado el peso de implantar la Reforma, sostener la Iglesia y
defender el orden frente a la revolución campesina y los herejes, proclama y sostiene hoy la
libertad religiosa2.

1
El idealismo alemán asume con rotundidad el gran problema abierto por la teología luterana: la búsqueda de
un fundamento dogmático para el conocimiento y para el derecho. Los juristas protestantes se esforzaron
siempre en fundar el derecho en la sola razón, pues la fe es una experiencia preferentemente personal
(GOYARD-FABRE, Kant et le problème du droit, París, 1975). KANT hace entrar en crisis al pensamiento
de la ilustración al explicar, con argumentos convincentes, que la razón por sí sola no puede llegar a fundar
principios morales: Cfr. Fundamentación metafísica de las costumbres, 6.’ ed., Madrid, 1980; HARTMANN,
La filosofía del idealismo alemán, trad. esp., Buenos Aires, 1960. KANT ofrece como alternativa la moral del
imperativo categórico: una moral sin valores sustanciales, determinada por la realidad práctica (a mi parecer
eufemismo para referirse a la autoridad). ARANGUREN dice que KANT es el filósofo protestante por
antonomasia (Catolicismo y Protestantismo como formas de existencia, Madrid, 1963. Pág. 63). A. GINZO
FERNANDEZ, Protestantismo y filosofía, Madrid 2000, desarrolla en detalle los comentarios filosóficos que
ligan en Alemania el pensamiento de Kant con el del Reformador (Pág. 106 y sigs.). K. BARTH dedica a
KANT un largo espacio entre los teólogos protestantes del XVIII (Protestant theology in the nineteenth
century: its background and history [trad. Ing. de Brian Cozens y John Bowden], London 2001). KANT al
hacer del pensamiento individual y subjetivo el fundamento absoluto del conocimiento reivindica para nuestra
inteligencia la perfecta inmanencia, la independencia absoluta, la soledad universal (MARITAIN, Tres
reformadores, sd., si., Pág. 111). La fe en KANT, como realidad estrictamente individual, queda relegada al
mundo interior.
2
El pensamiento moral de la filosofía moderna quiere reconquistar «algo que en otro tiempo fue poseído con
mayor seguridad aún, algo perteneciente al viejo patrimonio de la fe... » (NIETZSCHE, Más allá del bien y
del mal, cit., Pág. 26). La crítica de Nietzsche contra toda metafísica se basa en que impone valores, y por ello
mismo atrofia y debilita la vida (cfr. FINK, La filosofía de Nietzsche, Madrid, 1966, Pág. 18). Podrían
subrayarse ciertas analogías entre NIETZSCHE y LUTERO. NIETZSCHE parte de la crítica a la
institucionalización del movimiento cristiano y judío por la acción manipuladora de una casta sacerdotal; es la
misma crítica de LUTERO a la Iglesia católica, pero ampliada ahora a toda la doctrina cristiana y aún Judía.
La contraposición nietzscheana entre el Jesús histórico su manipulación perversa por una casta sacerdotal y la
reivindicación de una «verdad auténtica» es la misma posición de LUTERO en su critica a la Iglesia;
NIETZSCHE critica el idealismo, LUTERO la metafísica. Ambos son irracionales a la búsqueda de la
autenticidad del hombre, ambos identifican racionalismo y dogmatismo ambos parten también de utilizar un
HEGEL es el gran filósofo del derecho secular y del Estado mesiánico. En
HEGEL llega a su culminación la filosofía de raíz protestante, destinada a dar sentido a la
autoridad secular providencial. La propia filosofía hegeliana que sustenta el Estado alemán
del XIX, no oculta, al contrario lo afirma tajantemente, que el protestantismo se define
como principio primero de eticidad del Estado, y que esa religión es un presupuesto
histórico necesario para alcanzar la libertad religiosa3.
El designio providencial de la autoridad frente al hombre individuo (¿pecador?)
parte de una comunidad (¿redimido?), es el gran tema filosófico que fundamenta el Estado,
y le da aureola religiosa. El edificio sistemático de la filosofía hegeliana crea el templo de
una nueva divinidad presente (el espíritu), en el mundo que ha declarado la divinidad
escondida4.

estilo directo, violento, insultante. NIETZSCHE nos presenta al Estado como la teología de la muerte de Dios
(al menos del Dios subjetivo de los cristianos); en el anticristo aparece claramente formulada y desarrollada la
idea de que todo concepto es una imagen de la divinidad. En particular, el Estado, como divinidad presente
superior, es, según NIETZSCHE, la muerte de los pueblos, el ídolo de los débiles, el paraíso de la
mediocridad y de la irresponsabilidad. Es un invento de los débiles para someter a los fuertes; es —dice
ZARATHOUSTRA el más frío de los monstruos fríos; es frío incluso cuando miente, y esta es la mentira que
se desliza de su boca: «Yo el Estado soy el pueblo». Allí donde el Estado acaba comienza el hombre (Así
habla Zarathoustra..., cit., Pág. 82 y sigs.), pues el hombre gregario es la única especie de hombre permitida
(Más allá del bien y del mal, cit., Pág. 129).
3
Parafraseando a NIETZSCHE, podemos decir que la verdad era la luterana, y que el nuevo Estado
autoritario buscaba sustentar con otro nombre (con la nueva terminología que le había prestado la filosofía)
los mismos principios luteranos que habían fundado el impulso político del Estado prusiano. Asistimos a
fines del XVIII al inicio de un claro proceso de crisis de la ortodoxia luterana por el asalto de procesos
contradictorio como son el pietismo y el romanticismo por un lado, y la ilustración y el desarrollo del Estado
secular autoritario por otro. En ese contexto se producen notorias conversiones al catolicismo, y fue
especialmente escandalosa la conversión al catolicismo de F. SCHLEGEL (A. GINZO FERNANDEZ, cit.,
Pág. 83). SCHMITT se refiere a la crisis de la teología luterana tras el fin de la primera guerra mundial
representada por la conversión al catolicismo del profesor de teología de la universidad protestante de Bonn,
Erik Peterson (Teología política II. La leyenda de la liquidación de toda teología política, recopilado por
ORESTES AGUILAR Carl Schmitt, Teólogo de la política, México 2001, Pág. 395 y sigs). En especial, los
ciudadanos prusianos debían sentir un gran vértigo ante la crisis de identidad que para el Estado (protestante,
prusiano, alemán) representaba la igualdad religiosa de católicos y protestantes, y pienso que el principio
luterano del Estado, debía ser confiado a la “autoridad” del Káiser. Esta era la autentica paradoja, hacer
compatible el Estado alemán igualitario con la conservación del protestantismo. Después de la anexión de
Alsacia y Lorena la población católica alemana se incrementa sustancialmente, y el partido católico del centro
representa un serio envite político, pues en marzo de 1871 gano 58 asientos en el parlamento, y su número se
incremento a 94 en 1874. Bismark, practicante luterano, no concebía que un católico pudiera ser un buen
servidor del Estado. M.A. DRURY, Anticatholicism in Germany, Britain and the United States A review
and critic of recent scholarship, Church History, 2001, interpreta la Kulturkampf como un intento de integrar
a los católicos en la nueva conciencia ilustrada de Alemania, que solo consigue reforzar el sentimiento
católico de una parte de Alemania. Pero quizás, como veremos después, se debe interpretar como el primer
paso hacia una nueva religión nitzscheiana, específicamente alemana, que exalta el Estado como identidad
racial del nuevo alemán superador del cristianismo.
4
La relación entre HEGEL y LUTERO es subrayada por los más diversos autores en los campos más
encontrados. Por ejemplo, ya en un antiguo estudio, ZUBIRI hacía partir el nacimiento del pensamiento
filosófico moderno de LUTERO (Sobre el problema de la filosofía, en «Revista de Occidente», 115, 118,
1933, Pág. 116). HEGEL confesó explícitamente ser luterano y haber asumido en su filosofía las verdades del
luteranismo (R. FLOREZ La incidencia del luteranismo en el pensamiento moderno, «Revista Agustiniana»,
75, 1983, Pág. 376). K. BARTH establece la analogía de HEGEL como Tomas de Aquino del mundo luterano
(en su obra sobre la teología protestante del siglo XIX). DILTHEY, en su obra sobre el joven HEGEL, ve en
HEGEL el filósofo que resulta de la teología protestante (Selected writings, trad. ing. Rickman, Cambridge,
1976, Pág. 5). Ver recientemente F. M. CACCIATORE, protestantísimo e filosofia in Hegel, 2003. Hegel
toma la subjetividad del espíritu de la oposición entre evangelio y ley, contra el positivismo de las religiones
no protestantes; la identidad entre el espíritu subjetivo, la encuentra en la teología luterana de la eucaristía que
explica la naturaleza de la Iglesia. En HEGEL la forma kantiana se hace realidad, y el hombre, la historia y el
Estado, en triple esencia unitaria, se amalgaman como encarnación del espíritu. La afirmación de
NIETZSCHE es, en este sentido, muy acertada: la necesidad de fundamentar una moral ha desarrollado la
Filosofía, y no al revés, como se cree comúnmente. Aunque la afirmación se reproduce en distintos lugares de
la obra de NIETZSCHE, puede verse, por ejemplo, en Más allá del bien y del mal, trad. esp., Pág. 30. Dice
NIETZSCHE que el pastor protestante es el abuelo de la filosofía alemana, y el protestantismo su pecado
original (El anticristo, trad. esp., Madrid, 1982, Pág. 29). En La genealogía de la tragedia viene a contraponer
el racionalismo idealista frente a lo trágico; con SÓCRATES, según NIETZSCHE, ha llegado el final de la
época trágica y se asiste al comienzo del hombre teórico. SÓCRATES es el responsable del nacimiento de la
metafísica y culpable de la génesis del Cristianismo; por eso puede NIETZSCHE afirmar que el Estado es la
teología de la muerte de Dios: frente al idealismo exalta la fuerza y el poder. En Su búsqueda los jóvenes
teólogos de Tubinga salieron a registrar la maleza, pero Dios ha muerto. Toda la Filosofía alemana es una
Teología camuflada.

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