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TERROR ANAL: APUNTES SOBRE LOS


PRIMEROS DÍAS DE LA REVOLUCTÓN SBXUAT

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Epílogo

EDIPo Y LA cASTRActóN aNar-

Puesto que hay que empezar por algún lado, empecemos por el
principio. Contemos la historia del ano. Traguémonos el tapiz de
la civllizaciín y tejamos con los hilos que asomarán entre nuestras
piernas la carpa de un nuevo circo. Eso es lo que hizo Guy: anal-
izarce en lugar de psicoanalizarse. En realidad, Guy había leído
a Freud mientras chupaba pollas en las reuniones del partido co-
munista francés y, una cosa lleva a la otra, acabó preguntándose
un día si Edipo tuvo ano.
oÉruse una vez el anorr, dijo, e inventó un mito para explicar
cómo nos habíamos convertido en hetero-humanos y homo-hu-
manos. El mito, lo cuento de memoria, dice así: No nacemos
hombres o mujeres, ni siquiera nacemos niños o niñas. Al nacer
somos un entramado de líquidos, sólidos y geles recubiertos a
su vez por un extraño írgano cuya extensión y peso supera la de
cualquier otro: la piel. Es ese tegumento el que se encarga de que
todo aquello siga contenido presentando una apariencia de uni-
dad insulada a la que llamamos cuerpo. Enrollada en torno al
tubo digestivo, la piel se abre en sus extremos dejando a Ia vista
dos orificios musculares: la boca y el ano. No hay entonces dife-
rencias, todos somos un jirón de piel que, respondiendo a las leyes
de la gravedad, comienza en la boca y acaba en el ano. Pero había
demasiada simetría entre esos dos orificios, y los cuerpos, simples

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tubos dérmicos, asustados de su potencialidad indefinida de go- dad. Hubo que remplazar el daño con una ideología de superio-
zar con todo (la tierra, las rocas, el agua, los animales, otros tubos ridad de modo que sólo se acordaran de su ano al defecar: como
dérmicos) buscaron formas de controlarse y controlar. El miedo a fantoches se creen mejores, más importantes, más fuertes... Han
que toda la piel fuera un írgano sexual sin género les hizo redibu- olvidado que su hegemonía se asienta sobre su castración anal.
jarse el cuerpo, diseñando afueras y adentros, marcando zonas de El ano castrado es el armario del heterosexual. Con la castración
privilegio y zonas de abyección. Fue necesario cerrar el ano para del ano surgió, al hundir el dólar en las tripas húmedas del infante,
sublimar el deseo pansexual transformándolo en vínculo de socia- el pene como significante despótico. El falo apareció como mega-
bilidad, como fue necesario cercar las tierras comunes para señalar $-porno-fetiche-asequible de la nueva Disney-heterosexual-land.
la propiedad privada. Cerrar el ano para que la energía sexual que Los chicos-de-los-anos-castrados erigieron una comunidad a
podría fluir a través de él se convirtiera en honorable y sana cama- la que llamaron Ciudad, Estado, Patria, de cuyos órganos de po-
radería varonil, en intercambio lingüístico, en comunicación, en der y administrativos excluyeron a todos aquellos cuerpos cuyos
prensa, en publicidad, en capital. anos permanecían abiertos: mujeres doblemente perforadas por
Los Santos Padres, temerosos de que el cuerpo nacido conocie- sus anos y sus vaginas, su cuerpo entero transformable en cavidad
ra el placer de no-ser-hombre, de no-ser-humano, de revolcarse uterina capaz de albergar futuros ciudadanos, pero también cuer-
entre los jabalíes y las flores, tomaron todo lo que tenían a mano pos maricas a los que el poder no pudo castrar, cuerpos que renie-
(el fuego, la rueda, el lenguaje, la física nuclear, la biotecnolo- gan de lo que otros consideran evidencia anatímica y que hacen
gía...) y pusieron en marcha una técnica para extirpar del ano de la mutación una estética de vida. En torno a la comunidad de
toda capacidad que no fuera excremental. Después de darle mu- Ios anos cerrados se apuntalan como columnas bobas las familias
chas vueltas encontraron un método limpio para llevar a cabo la con su padre-analmente-castrado y su madre-víscera-hueca dis-
castración del ano: meter un dólar por el culo del niño, mientras puesta a traer al mundo nuevos tubos dérmicos a los que pronto
exclamaban: oCierra el ano y serás propietario, tendrás mujer, se les arrancaráel orificio anal... Hasta que llegue el día de la có-
hijos, objetos, tendrás patria. A partir de ahora serás el amo de tu lera del cordero y los cuerpos-no-castrados-de-ano se rebelen.
identidad". El ano castrado se convirtió en un mero punto de
expulsión de detritus: orificio en el que culmina el conducto di-
gestivo y por el cual se expele el excremento. Puesto a disposición TEXTOS TERRORTSTAS
de los poderes públicos, el ano fue cosido, cerrado, sellado. Así
nació el cuerpo privado. Y la ciudad moderna, con sus adoquines Si todo esto te ha parecido demasiado lineal y contra-bíblico. Si
limpios y sus chimeneas contaminantes: anos de cemento por los ya has cambiado el diván por la arqueología, si lo tuyo es más el
que se des-sublima lo reprimido colectivamente. Así nacieron archivo de microrrevoluciones que la lucha de titanes, también te
los hombres heterosexuales a finales del siglo xlx: son cuerpos lo puedo contar de otra forma.
castrados de ano. Aunque se presenten como jefes y vencedores Roland Barthes, que tenía más dificultades para hablar de
son, en realidad, cuerpos heridos, maltratados. su propia homosexualidad en público que para hacer hermenéu-
En el hombre heterosexual, el ano, entendido únicamente tica, inventa en 197 I una categoría sin saber que sería Ia más
como orificio excretor, no es un órgano. Es la cicatriz que deja en apropiada para califrcar el libro que escribiría un año más tarde
el cuerpo la castración. El ano cerrado es el precio que el cuerpo Guy Hocquenghem: terrorismo textual. Son terroristas, afirma
paga al régimen heterosexual por eI privilegio de su masculini- Barthes, refiriéndose alaobraSade, Fourier y Loyola, aquellos tex-
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tos capaces de "intervenir socialmente», no gracias a su popula- especier, del "hermafroditismo psíquico" y de "la inversión con-
ridad o a su éxito, sino gracias a la ,.violencia que permite que eI génitarr, del ,.cerebro afeminado del homosexual" y del "cuerpo
texto exceda las leyes que una sociedad, una ideología, o una filo- viril de la lesbianar, el tiempo del «ano dilatado" del perverso y
sofía se dan para constituir su propia inteligibilidad históricao.' del "clítoris hipertrofiado de la tríbadarr, el tiempo de los campos
El deseo boru.osexual de Hocquenghem no es simplemente un libro de concentración para los ovioletas" y de las cárceles separadas
entre otros sobre la homosexualidad. Es el primer texto terrorista para los acusados del crimen del vicio.
que confronta directamente el lenguaje heterosexual hegemóni- 1869-1969: Occidente perfecciona sus técnicas de muerte (a
co. Es el primer diagnóstico crítico de la relación entre las que denomina .mejora de la especie») mientras exalta los va-
^cerca
capitalismo y heterosexualidad realizado por un marica que no lores de la famllia blanca heterosexual. Los miembros de la fa-
oculta su condición de ,,escoria social" y ,.anormal» para empezar milia no tienen aoo. Papá no tiene ano. Mamá no tiene ano. El
ahablar. niño no tiene ano. La nila, ni siquiera importa si tiene ano o no
En el texto de Hocquenghem no hay disculpas, excusas o jus- lo tiene.
tificaciones. No las hay porque ya no quiere hacerse el bueno, Entre 1869, momento en el que el lenguaje médico-jurídico
pedir favores jurídicos, reclamar migajas de los ohetero-made- centroeuropeo define por primera vez la oposición entre hetero-
rosr. Y cuando renuncias a los favores y a las migajas, nos enseña sexualidad y homosexualidad como una lucha moral y otgánica
Guy Hocquenghem, comienza la revolución. Siempre a escala lo- entre Ia normalidad y la patología, y l)6), momento de la for-
cal y con minúscula. Y posiblemente la fiesta, aunque eso, paradó- mación de los primeros movimientos de defensa de los derechos
jicamente, implique cierta austeridad que la opulencia de los homosexuales en Estados Unidos y Europa, el discurso he-
siempre está del lado de la hegemonía. -puesto terosexual se extiende como único lenguaje biopolítico sobre el
Y no debió de ser fácil abrir un agujero en eI lenguaje hege- cuerpo y la especie.
mónico: de ahí la necesidad de Hocquenghem de taladrar paso Los ,.anormales, existían pero no habían constituido aún un
a paso los discursos médicos, psiquiátricos, psicoanalíticos, me- saber colectivo sobre sí mismos, no tenían historia, todavía no
diáticos... de manera incesante, como si fuera el principio de una habían transformado la opresión en perspectiva crítica sobre el
tarea que habría de llevarnos siglos. Porque, recordemos, hubo un poder. Aún no había un lenguaje del ano.
tiempo (cuya estela más rabiosa que moribunda se extiende hacia Era el tiempo de las disculpas, de las justificaciones y de la
nosotros) en el que aún no existía ningún lenguaje exterior al vergüenza: el tiempo en el que, por miedo a la persecución o al
relato heterosexual, en el que no existía un afuera de los discursos escarnio público, era preferible ocultarse tras barrocas apologías
dominantes sobre la homosexualidad. del ,,amor entre los hombres griegos, escritas en tercera per-
Era el tiempo de Krafft-Ebing y sus tablas clasificadoras de sona,2 el tiempo de Karl Heinrich Ulrichs y del «magnetismo»
desviaciones sexuales, el tiempo de la persecución jurídica de los que explica que un «un alma de mujer encerrada en un cuerpo
sodomitas, el tiempo en el que los padres de una famllia adinera- de hombre, sienta u¡a atracción natural hacia otro hombre,
da confiaban su hija lesbiana a Freud con la intención de que éste
hiciera de ella una buena esposa, el tiempo de los electroshocks y
2. Yéase, por ejemplo, Ia Iiteratura alemana de finales del siglo xrx en
de las lobotomías, de las .causas de degeneración biológica de la defensa de la homosexuatidad griega como tenclencia innata: Heinrich Hóssli,
Eros: El amor entre lls hombres griegos (1836'[838), Berlín, rosa §7inkel, re-edi-
1. Roland Barthes, Sade, Forrier, Loyola, Points Seuil, París, 1912,p. 14. ción de 1996.
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el tiempo de Proust y sus palabras esconde-maricas, el tiempo A mediados de los años sesenta, del otro lado del Atlántico
en el que Gide respalda su defensa de la homosexualidad mas- pero bajo las mismas premisas (consumo + cultura + experimen-
culina con argumentos misóginos según los cuales nos habría tación corporal), una multitud de bippia construyen un mundo
ido mejor si hubiéramos continuado haciendo la historia entre raro hecho de drogas psicodélicas , rock and roll, gafas con cristales
hombres.r de colores y sexo, y levantan mientras bailan un bloque pacífico de
La heterosexualidad se presenta como un muro consrruido por oposición a la guerra de Vietnam. Algunos descubren súbita-
la naturaleza, pero es sólo un lenguaje: un amasijo de signos, sis- mente que tienen ano. 1968-1988, veinte años en los que aquellos
temas de comunicación, técnicas coercitivas, ortopedias sociales teenagers deciden dotarse de sus propias instituciones, sus mitos
y estilos corporales. fundacionales y sus técnicas de producción de subjetividad como
Pero, ¿alguien sabe cómo se atraviesa un lenguaje dominante? objeto de crítica y espacio posible de transformación. Cambia la
¿Con qué cuerpo? ¿Con qué armas? música, cambian las drogas, pero permanece el furor experimen-
O para formular la cuestión de otro modo: ¿Cómo empezí la tal. Se suceden en esa época un conjunto de microrrevoluciones
revolución del ano? que, frente a los levantamientos tradicionales, se caracterizan por
Como era de esperar, todo comenzó siendo una historia de ni- ser poéticas, lúdicas, corporales, y por rechazar el ámbito de la
ños, incluso mejor sería decir de niñas femenino y masculino política tradicional como espacio primero de la lucha.
no fueran durante la infancia simples-si utopías sd¡6¿¡iy¿5-. H[l En 1968, los adolescentes dotados de saber universitario
deseo homosexual es sobre todo cuestión de infancia» afirma Guy ocupan las calles del barrio latino de París. Las aulas dejan de
Hocquenghem. No se lleven las manos a la cabeza, no se trata ser e[ lugar en el que se adoctrina para volverse centros de de-
de hombres de Iglesia o padres de familia que buscan niños en bate político. Marx y el cine se les han subido a la cabeza: piden
los confesionarios o a la salida de los colegios, se rrata del cuerpo lo imposible, ven playas bajo los adoquines de la metrópolis y
infantil y su deseo de gozar de todo, de convertirse en flor y en piensan reemplazar el código civil por una sola consigna: pro-
jabalí. Durante los años cincuenta, mientras pudre hibido prohibir. A las revueltas callejeras le siguen las mayores
"España» se
en el franquismo y Argelia arde, los vecinos franceses descubren huelgas obreras de la historia de Francia. La rebelión había uni-
la cultura del consumo de masas. A tontas y a locas inventan un do a los trabajadores de Ia fábrica, a los periodistas y a los niños
nuevo sujeto del mercado , el teenager lo llaman ya los economistas lectores. I
en Estados Unidos, lo alimentan con chocolatinas y coca-colas, le Pero Ia revolución que enunciaban, basada en el fin de la lucha
compran un look y un medio de transporte contaminante, le dan de clases, era cosa de homl¡res y no una simple mariconada. La iz-
acceso por primera vez a la educación superior antes de llamarlo quierda define sus límites: ni maricas, ni travestis, ni drogas, sólo
a integrarse en el mercado de trabajo y, sin saberlo, crean un nue- alcohol, su masculinidad y sus chicas. Hocquengheim nos alerta:
vo sujeto político hedonista, opulento pero insatisfecho, lleno de posible que la política revolucionaria en sí misma sea una
"Es
energía y ávido de nuevas experiencias. instancia represiva» (p. I 12). Enseñanza provisional: Las revolu-
ciones no son lo que parecen. Las causas capaces de transformarse
en lógicas de poder no son precisamente las más revolucionarias.
3. Véase Ia traducción de algunos de los textos de Ulrichs en'. Pioneros cle kt
bomosexual, K. H. Ulrichs, K. M. Kertbeny y M. Hirschfeld, editado por Ibon
Zllbiaur, Anthropos, Barcelona, 2OO7 , p. 35-90, y André Gide, Et nunc manetin 4. Yéase Kristin Ross, Mayo del 68 y sus uidat posteriores. Ensayt cL)ntra ld
te; Corldon (1911-1920), Editorial Odisea, Madrid, 2002. despolitizaciín cle la menroria, Acuarela & Machado, Madrid, 2008.
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La revolución no la hacen los mejores, ni la hacen siempre por las Estados Unidos. 1969. Diversos grupos de mujeres surgidos
mejores razones. Además, todo movimiento revolucionario tiene de la lucha pacifista y de los movimientos por los derechos civi-
su jefe de marketing: aquellos que labelizan un bloque revolucio- les de los negros ocupan las calles de Atlanta parodiando el desfile
nario y designan quiénes pertenecen y quiénes no pertenecen a de Miss America para reclamar ,.la emancipación de la mujer de
é1. Conclusión: Las revolucionestambién construyen sus propios la categoría de trabajadora sexual gratuita". En pocos meses, hay
márgenes. Corolario: La revolución no había llegado todavía a su asambleas de mujeres en todas las universidades de California,
estadio anal. piquetes frente a los principales museos y centros cívicos de Ia
Pronto las chicas, los maricas, las lesbianas, las travestis y los nación. Las feministas definen una forma específica de opresión a
transexuales entran en ruptura anal con el movimiento viril de la que llaman .,sexismorr, denominan «patriarcado" al sistema de
izquierda. En Francia, el 26 de agosto de l97O un pequeño gru- parentesco y transmisión de poder que lo legitima y dibuian las
po de mujeres, entre las que se encuentran Christine Delphy y estrategias de una lucha por la emancipación de las muieres en el
Monique \Wittig, llevan a cabo una parodia calleiera, inspirada espacio público: superación de los roles tradicionales de madre y
en las acciones de teatro de guerrilla, en la que rinden homenaje esposa dentro de las instituciones familiares y domésticas, acceso
a la mujer del soldado desconocido: "Hay alguien todavía más a la contracepción y al aborto, independencia económica e inter-
desconocido que el soldado desconocido: su mujerr, reza la pan- vención en el ámbito de las decisiones políticas.
carta. Se uata de una crítica de la invisibilidad histórica de las La revuelta es absorbida por No\r (National Organízation o{
muieres y de Ia dominación masculina tanto en las instituciones §7omen), un grupo creado por Betty Freidan en 1966 que canali-
que estructuran la vida cotidiana, como la famllia o el trabaio, zarálos esfuerzos haciala igualdad legal entre hombres y mujeres.
como en las instituciones que archivan, monumentalizan y pro- Labatalla por establecer un equilibrio entre ambos polos parece
ducen la historia. Esa acción relativamente modesta será la pri- desdibujar las diferencias internas dentro de los colectivos de mu-
mera que reciba atención mediática dando lugar a la constitución jeres proyectando un sujeto feminista que excluye a sus propias
del Movimiento de Liberación de Mujeres (rtrr'). minorías sexuales y políticas. Conclusión provisional: El feminis-
Pocos meses más tarde el movimiento será recuperado por un mo heterosexual tiene miedo de la revolución anal.
feminismo blanco, heterosexual y liberal que se centrará (a través En mayo de 1970, Rita Mae Brown y un grupo que se hace
de figuras como Antoniette Fouque o Giséle Halimi) en la lucha llamar .Lavander Menace, (la ame¡aza violeta) se subleva con-
por los derechos reproductivos de la mujer (aborto, anticoncep- tra la exclusión de las lesbianas y la marginalizaciín de sus de-
ción), excluyendo a las lesbianas, las travestis, las trabajadoras mandas dentro del movimiento feminista Nosí. Se produce así la
sexuales o las mujeres migrantes del discursr¡ feminista dominan- primera ruptura entre el feminismo y el llamado olesbianismo
te. Enseñanza provisional: Las revoluciones no son lo que parecen radical". Conclusión provisional: El feminismo tarilbién ha cas-
y bla bla bla. Corolario: No sé por qué continuamos tragándonos la trado su ano.
versión de la historia que nos dice que la revolución homosexual En Francia, el 5 de mafzo de 197 T, Ia escritora, activista de
la hicieron los gays. Rectifiquemos: La revolución homosexual la izquierda y miembro del urr Frangoise d'Eaubonne, junto con
empezaron las lesbianas, las maricas afeminadas y las travestis un grupo de lesbianas atacan armadas con salchichones al pro-
únicas que necesitaban de la revolución para sobrevivir-. fesor Lejeune mientras éste imparte una conferencia contra el
-las
lmplicaciones temporales de estos zigzagtrcos políticos: La revo- aborto en el Teatro de la Mutualité de París. Surge así el llama-
lución anal será lenta. do r,Commando Saucisson, (comando salchichón), movimiento

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en torno al que se aglutinará después eI Frente Homosexual de cos dominantes, pero también de ruptura con los "buenos ho-
Acción Revolucionaria (nuan). El Commando Saucisson inventa mosexuales» de Arcadie y con olas buenas chicas» del feminismo
el terrorismo anal. Ridiculizando al mismo tiempo las porras poli- Iiberal.
ciales y los penes como instrumentos de Ia política tradicional, el En el ruan, Hocquenghem aprende que es posible atravesar
salchichón apelaa la analidad: hecho con la piel del tubo intestinal el lenguaje dominante. El r'-uan inventa Ia gramática de la revo-
de los corderos y los cerdos, su forma no deja de recordar a la de los lución anal y del feminismo queer por venir: sexocidio, falocracia,
excrementos humanos o animales. Poco después, el Commando ecofeminismo.... El FHAR denLrncia la opresión política de la homo-
Saucisson toma al asalto el estudio de radio desde el que se emite sexualidad en un régimen que FranEoise d'Eaubonne denomina
el programa de Ménie Gregoire dedicado a la cuestión homo- "La por primera vez ,rfalócrata» y «heteronormativo», criticando to-
sexualidad ese doloroso problema". Si hay que abrir el ano público, das las instituciones de normalizaciín .heteropatriarcales" (la
habrá que hacedo por lavía cultural. Los medios de comunicación famllia, el colegio, el hospital, la prisión) y la centralidad de
son redes extensas y difusas de construcción y normalización dela los aparatos de construcción de la identidad sexual dentro del
identidad. TERRoRTsMo ANAL = TERRoRTsMo KULTURAL. capitalismo. El anfiteatro de la Facultad de Bellas Artes de París
Si las lesbianas se ven desplazadas por la construcción de un (el mismo en el que tendrán lugar las asambleas del colectivo
feminismo hegemónico, los maricas y las travestis son excluidos a ACT uP durante los noventa) en el que el r"gan se reúne todos los
su vez dentro de las prácricas y los discursos de extrema izquierda jueves durante los años setenta se vuelve un espacio de construc-
que consideran la
"homosexualidad, y las "drogas, como sínto- ción de nuevos imaginarios políticos. Las cuestiones de raza, cla-
mas de decadencia burguesa. La aparición en Francia del ruan se y sexo público vertebran por primera vez esos debates, cuyos
en l9Jl, en torno a escritores y activ.istas como Daniel Guerin, enunciados («maricas e institucionesrr, .,hacer el amor con los
Jean-Louis Bor¡ FranEoise d'Eaubonne, Guy Hocquenghem, árabesr, .el sexo entre los adolescentesrr, ,.placer clitoridiano",
René Schérer o Michel Cressole será la respuesta a esas exclusio- «proletariado y sodomía>), <<viva el colegio erótico"...) se rebelan
nes de maricas, lesbianas, transexuales y travesris de los grupos explícitamente frente a la castración anal que domina el lengua-
feministas y de izquierda. El n'san surge de las cenizas homófobas je de la izquierda.
y lesbófobas de Mayo del 68 y del movimiento feminista. Tendrá Al puan se une el grupo Gazolines (formado por locas, mari-
por objetivo hacer visible la disidencia sexual en el seno de Ia ex- cas y travestis, entre las que se encuentran Marie France, Héléne
trema izquierda; pero también polítizar la sexualidad distancián- Hazeray Maud Molyneux). Influidas por la cultura glam rock,van
dose del movimiento Arcadie,' que hacía de la homosexualidad a ser las primeras en utilizar técnicas de teatralización paródica
masculina una tendencia ¡atural (a menudo secrera, privada y del espacio público, prácticas que serán después reconceptuali-
vergonzosa) frente a la que el sujeto homosexual no tiene opción zadas por la teoría queer como políticas performati'üas o carnp: se
y que sólo demanda ser respetada socialmente. trata de ponerle música, de echarle a la austera y anal-castrada iz-
Guy Hocquenghem escribe El deseo bortosexual en el FHAR, en quierda unas boas de plumas rosas, unas rayas de coca y unos mi-
ese contexto de resquebrajamiento de los discursos eurocéntri- ligramos de estrógenos. En 197 1, el pnan otganiza por primera
vez una manifestación en las calles de París: "Nuestro cuerpo es
). Movimiento francés fundado en 1954 por André Baudry en rorno a la políticor, "Familia = contaminaciónr, "Proletarios de todos los
publicación de una revista sobre la
"homofilia" o el establecimiento de relacio- países sodomizaos los unos a los otrosr... El lenguaje hegemónico
nes afectivas no sexuales- entre dos hombres. y su trasunto físico, el espacio público, han sido atravesados.
-y
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Ese mismo año, aparece en el Estado español durante la dic- lesbianas porque elegimos nuestro propio placer. Nuestro placer
tadura franquista el grupo clandestino unrn (Movimiento no es ni una masturbaci6¡ a dos, ni infantilismo psicosexual, ni
Español de Liberación Homosexual) como respuesta al recrude- una caricatura de las relaciones hombre-mujer. Nuestro placer
cimiento de la represión de los homosexuales a través de la Ley existe fuera de toda norma. Somos lesbianas y estamos orgullosas
de Peligrosidad y Rehabilitación Social. Sin embargo, su activi- de serlo. rt
dad se verá limitada por la dureza de la persecución policial. Este Comienza así un proceso de fragmentación y de desplazamien-
grupo se transformará después en el rucc (Front d'Alliberament to que pone en cuestión la aftrmación de un único sujeto femi-
Gai de Catalunya), pero no resurgirá de forma pública hasta la nista y de un único sujeto homosexual... un proceso muy similar
transición en l9l7 . Por las Ramblas barcelonesas, entre militares al que tendrá lugar en la década de los ochenta en el feminismo
y curas, se pasea Ocaña vestido de virgen andaluza acompañado y los movimientos hom<lsexuales americanos y que dará hgar a
por Nazario y los cuarenta maricas.6 los movimientos queer. Se dibujan ya las que serán para eI resto
Mientras tanto, en 1972 surgen las Gouines Rouges, (bolle- del siglo las dos vías de acción política que emergen de los mo-
ras rojas), entre las que se encuentra Monique \X/ittig, Christine vimientos de izquierda: revolución o normalización, colectivizar
Delphy y Marie-Jo Bonnet, como reacción frente al carácter ,rfa- el ano o cerrarlo.
lócrata, y de los movimientos de izquierda, incluido
"lesbófobo"
el ¡'nan. Los grupos lesbianos de izquierda no se encuentran en
la intersección entre movimientos feministas y movimientos ho- polítlc,q.s DEL ANo
mosexuales, afr.rmao las activistas rojas, sino que precisamente
se sitúan en el espacio no ocupado por ninguno de los dos. Las Si todo esto te ha parecido demasiado lineal y contra-bíblico; si ya
lesbianas se hayan, como afirma Teresa de Lauretis, en el ángulo has cambiado la hagiografía de nuestras heroínas por la asamblea
muerto, en el punto de ciego de la representación política.7 Del anal, si lo tuyo es más el videojuego teórico que el teatro de civi-
mismo modo que la homofobia definía el deseo homosexual, la lizaciones, también te Io puedo contar de otra forma.
existencia lesbiana, dicen, se encuentra en el no-lugar que dibu- Prepárate para jtgar: El deseo bornosexual es un arma. Pero no
jan la lesbofobia del movimiento feminista y la misoginia del mo- es una lámina de acero, ni una bala, ni un misil, ni es tampoco una
vimiento homosexual. «Hay lesbianas encima de este escenario y bomba. Aunque su potencia de transformación (que no de destruc-
las hay también en esta sala. Si subimos al escenario es porque ción) multiplica la de todos ellos. El texto de Guy Hocquenghem
no tenemos vergüenza de lo que somos. Nos encierran en el si- es un arma crítica inventada por una de las escasas revoluciones
lencio, nos insultan porque nos negamos a someternos a la ley de no cruentas de la historia del siglo xx: eI feminismo y los movi-
los falócratas y de los hetero-maderos. Somos subversivas. Somos mientos de lucha por la emancipación de las minorías sexuales
activan la primera revolución hecha con lenguaje, drogas, música
y sexo. Separándose de las armas tanatopolíticas que caracrcrízan
6. E¡ 1919 Alberto Cardín se ocupa de Ia edición del libro de Guy Hoc- las luchas históricas del siglo xx (desde Ia metralla pasando por
quenghem y René Schérer Álbum sistemático de la iafancia, Anagrama.
el gas de las cámaras de Auschwitzhasta la bomba n), el movi-
7. Teresa de Lauretis toma esta imagen del análisis que hizo Patricia §flhi-
te de Ia película Madame X: An Ab¡olute Rul¿r de Ulrike Ottinger. Véase: Teresa
miento gay, lesbiano y trans coloca Ia vulnerabilidad del cuerpo
de Lauretis, .Sexual Indifference and Lesbian Representation",TheatreJournal,
vol. 40, n|'2. (mayo,1988), pp. l5r-117. 8. Les Gouines Rouges, Gulliaer, n."1, París, noviembre de lL)72.
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y su supervivencia en el centro del discurso político y hace de la revolucionaria altamente manejable y pensada para su uso co-
cultura, como foro de creación e intercambio de ideas en el que
(en
se definen los límites de lo socialmente posible, el centro de la ¿Cómo saber si aún tienes ano? ¿Cómo escribir con el ano
lucha. caso de que aún lo tengas)? ¿Qué podemos aprender del ano?
Estas revoluciones pacíficas podrían denominarse, pensando ¿Cómo hacer la revolución anal? Busca.
en la teoría libidinal dibujada por El deseo bomosexual, políticas ¿De verdad sabes qué es un ano? Entonces, responde: ¿Es el
del ano. Se trata de formas de acción y crítica qlre surgen como ano un órgano sexual? Y en caso de que lo fuera, ¿de qué sexo?
reacción tanto frente a las estrategias biopolíticas de finales del ¿Y a qué sexualidad pertenecen las prácticas que lo implican?...
siglo xIx y del xx que habían inventado la desviación sexual y sus Entonces, no respondas. Primero descarta toda certeza anatómica,
patologías a través de métodos médico-jurídicos, como frente a desconfía de las evidencias visuales y lingüísticas.
los excesos tanatopolíticos de mediados del siglo xx: Auschwitz, Remítete primero al diccionario de la lengua española de la
Hiroshima, pero también las guerras de descolonización de Real Academia. Ano: "Orificio que remata el tubo digestivo y
Argelia y Vietnam. Entre 1968 y 1988 se inventan las políticas por el cual se expele el excremento». Compara esta definición con
del ano como agenciamientos colectivos frente a las (bio/tanato-) las de otros órganos situados en un área próxima. Pene: .Órgano
políticas de guerra que hasta ahora habían sido las formas tradi- masculino del hombre y de algunos animales que sirve para mic-
cionales de gobierno de lo social: ejercicios de poder en los que la cionar y c<-,pularr. Vagina: oConducto membranoso que en las
mutilación y la muerte se han convertido en formas de defender hembras de los mamíferos se extiende desde la vulva hasta la ma-
la vida de las poblaciones. Estas micropolíticas de maricas, bolle- triz". Vulva' .Partes que rodean y constituyen la parte externa
ras, travestis y transexuales se oponen al modelo tradicional de la de Ia vaginat . Matriz: "Víscera hueca, de forma redoma, situada
política colr-:.o gt¿err¿¿ (tanto biopolítica como tanatopolítica hallan en el interior de la pelvis de la mujer y de las hembras de los
sus referencias en la guerra como último modelo de control), y mamíferos, donde se produce la hemorragia menstrual y se de-
proponen un nuevo modelo de la política como relación, fiesta, sarrolla el feto hasta el momento del partor. Primera conclusión
comunicación, autoexperimentación y placer. provisional: Algunos órganos gozan de un estatuto biopolítico
Podríamos decir que las políticas del ano son contra-biopolí- privilegiado. Sólo el pene aparece como un órgano sexual, siendo
ticas. Por tanto, políticas del cuerpo, redefiniciones de la especie el ano y lavagina relegados a órganos excretores y gestadores res-
humana y de sus modos de (re-)producción. Pero aquí el cuerpo pectivamente. Pero, ¿'cómo definir entonces las prácticas de amor
ya no se concibe como depósito natural de cualidades o defectos anal? Un pene que no copula, según esta definición, ¿puede seguir
que han de preservarse o eliminarse mediante la educaciín, \a siendo considerado pene? Y un ano que copula, ¿debe considerar-
disciplina, la esterilización o la muerte. Ya no se trata del cuer- se pene, membrana o víscera hueca? Dejemos estas cuestiones en
po humano, ni del cuerpo femenino y masculino, ni del cuerpo suspenso. Sospecha derivada: La Real Academia de la Lengua está
racialmente superior o inferior, sino del cuerpo como plataforma en el ajo con el Régimen de Castración Anal. La tarea de los y las
relacional vulnerable, histórica y socialmente construida, cuyos activistas del ruran será inventar un lenguaje anal.
límites se ven constantemente redefinidos.
El d.eseo bomosexual es un manual de instrucciones para hacer
funcionar un orificio anti-sistema instalado en todos y cada uno
de los cuerpos: el aNo. Preciso, ofensivo, vital, es una máquina
150 | T"..o, unul Saber anal I fS r

SABER ANAL de la crítica de la reducción de la economía libidinal


a mecanis-
mos psicofamiliares esbozada enEl anti-Edipo,peto también de la
noción ds .interpelación, tal y como Althusser la elabora en
El deseo ltoruosexual es, en forma de anticipación y de proyecto, el
la .Ideología y los aparatos ideológicos del Estado" o de la teoría
primer ejemplo de una forma de saber que hoy conocemos como
teoría queer. Elaborada en Estados Unidos por un coniunto de teó- de la odes-sublimación represiva, de Marcuse. Pero esta relación
ricos y activistas maricas y bolleras a finales de los años ochenta, no es unidireccional: la filosofía postestructural es' a su vez, la
la teoría queer podría definirse, siguiendo a Hocquenghem, como inflexión que produjeton en las disciplinas tradicionales (filo-
una críticade los fundamentos sexistas y heterocentrados que im- sofía, antropología, sociología, historia) las retóricas de la dife-
pregnan el discurso de la modernidad. Dos elementos parecen rencia, el análisis de la opresión y Ia resistencia a la norma que
específicos en esta tarea crítica: En primer lugar, y a diferencia introducen los movimientos micropolíticos que emergen afina-
de otras prácticas de saber, la teoría queer proviene directamente les de los años sesenta. Ambos elementos aparecen por primera
del activismo, se trata de un .saber situado, (Donna Haruway) vez en los textos del r"uan, de Guy Hocquenghem, René Schérer,
\üTittig así como en el número
que emerge de las estrategias de lucha frente a la normalización FranEoise d'Eaubonne y Monique
inventadas durante el último siglo por las minorías sexopolíti- especial de la revista Rechercbes .Trois milliards de pervers" edi-
cas. Los textos inaugurales de la teoría queere tendtán innume- tado por el ruan.
rables puntos comunes con los textos de Guy Hocquenghem y Durante los años posteriores a la segunda guerra mundial, co-
del n'nan: uso de la injuria (queer, homosexual, marica, bollera) mienza a generarse en Francia un saber que surge del impacto
como eje de enunciación y de producción de saber, crítica de la de las políticas de descolonización, de los movimientos obreros,
normalización heterosexual, desplazamiento de las oposiciones estudiantiles, feministas y homosexuales en los discursos produ-
tradicionales hombre/mujer, hetero/homosexual, elaboración de cidos por el marxismo, el existencialismo, el psicoanálisis y la
una teoría compleja de la opresión que incluya los ejes de raza, filosofía estructural. Pero no hay primero una teoría postestructu-
clase, edad, discapacidad... En este sentido, la teotía qaeer no es ral que luego se queeriza al ser repensada por escritores y escritoras
sólo una ciencia de Ia opresión sexual, sino un cuestionamiento maricas, bolleras y transexuales, sino que la teoría postestructu-
radical de los modos de producción de subietividad en la moder- ral es ya el resultado de un intenso proceso de cuestionamiento
nidad capitalista. sexopolítico de las categorías antropológicas, psicológicas y filo-
En segundo lugar, aquello que definirá alateotía quw et térmi- sóficas que dominan la ecología conceptual de los años cincuenta.
nos críticos y que hace de los textos de Hocquenghem su más claro Derrida, Deleuze, Guattari y Foucault son ran herederos del femi-
precedente es, como ha señalado Michael Moon, la reapropiación nismo y de los movimientos homosexuales como estos lo son de
de los conceptos elaborados por la filosofía postestructural. Y esto la llamada fi losofía postestructural.
en un circuito de retroalimentacion teoríalpráctica política en el Al mismo tiempo que se produce una revuelta en las calles
que sería diffcil distinguir la causa del efecto. Encontraremos en de París, tiene lugar también una sacudida profunda del sistema
Hocquenghem, por ejemplo, lecturas que hoy llamaríamos queer educativo y de sus formas de producción y transmisión de saber.
A finales de 1968, Foucault, que acaba de volver de Túnez don-
de los estudiantes se han rebelado ya et marzo, asume la direc-
9. Me rehero especialmente a Gender Trouble de Judith Butler, 1989, al ción del departamento de filosofía de la Universidad de París 8-
artículo .Queer Theory, publicado por Teresa de L¿uretis en 1991 en la revista
Difference¡ y a La epistemología ¡l¿l arrnarit¡ de Eve K. Sedgwick. Vncennes. Aunque la idea del ministro Edgar Faure del gobierno
152 | T...o. u.,rl
Saber anal I fll

En 1969, Deleuze y Guattari publican El aruti-Edipo. Capitalis-


del general de Gaulle era alejar del centro de París las revueltas
mo y equizofrenia, abriendo un modo inédito de práctica filosófica
estudiantiles llevándolas hacia los barrios periféricos, el resultado
y de crítica cultural. El mensaje es claro: los mitos con los que
fue la construcción en Vincennes de un centro de producción de
trabaja el psicoanálisis deben ser tratados como metáforas polí-
saber disidente insertado en las redes mismas del sistema univer-
ticas. La máquina deseante del inconsciente funciona como una
sitario francés: en torno a Foucault se reúnen Gilles Deleuze y
máquina social, es decir, como un sistema económico-político de
Félix Guattari, uoa parte cle la izquierda maoísta, pero también
producción. De todas las máquinas de control y represión, la fa-
un buen número de jóvenes de la izquierda althusseriana entre
milia (el triángulo mamá-papá-el-niño) apafece como la base de la
los que se encuentran Jean-FranEois Lyotard, Jacques Ranciére y
pirámide despótica, a la que se enchufan en concatenación de flujos
Alain Badiou.
todas las otras máquinas capitalistas. La consigna es revoluciona-
Se perfila así una forma de acción política distinta de la que
ria. El afecto alegre y colectivo. Deleuze y Guattari lo explican de
propone en su momento Sartre. Mientras que Sartre aparece como
este modo: .No nos dirigimos a quienes piensan que el psicoa-
un intelectual-tres-en-uno listo para defender todas las causas (el
nálisis sigue el camino correcto y riene una visión apropiada del
movimiento obrero, el judaísmo, la excentricidad de Genet...),
inconsciente. Nos dirigimos a quienes piensan que es monótono,
Foucault dibuja la figura de un intelectual específico al mismo
triste, como un runrún (Edipo, la castración, la pulsión de muer-
tiempo modesto e implicado en las causas que defiende. Pero se-
gún Foucault la implicación tampoco ha de asumir un rostro, sino
te, etcétera). Nos dirigimos a los inconscientes que protestan.
Buscamos aliados. Tenemos gran necesidad de aliados. Tenemos
que debe ser impersonal. Aunque sea Foucault quien durante los
la impresión de que nuestros aliados están ya por ahí, que se nos
años serenra elabore las hipótesis más radicales acerca del carácter
han adelantado, que hay mucha gente que estáhanta, que pien-
histórico y políticamente construido de la sexualidad, nunca se
sa, siente y trabaja en una dirección análoga a la nuestra: no se
presentará como protagonista de la escena sexopolítica disidente,
trata de una moda, sino de algo más profundo, una especie de at-
no enunciará nunca (excepto en una breve entrevista que concede
mósfera que se respira y en la que se llevan a cabo investigaciones
en uno de sus viajes a Estados Unidos) su .homosexualidad" en
convergentes en dominios muy diferentesr."'
primera persona, sino que, en segundo plano, actúa como dina-
mizador de un campo de fuerzas con el que dice no poder identi-
Y habrá alianzas: El Hocquenghem de El deseo bomosexual es
un lector de El anti-Edipl, del mismo modo que D & G son lecto-
ficarse por completo. Quizás iunto con las técnicas de incitación
res de Foucault y se dejan inspirar por las revueltas estudiantiles
a la confesión de la verdad del sexo frente a las que Foucault dice
resistir, existen también otro conjunto de técnicas de producción
y sexuales que recorren Francia. El anti-Edipo surge en realidad
de estos intercambios, de la búsqueda de un nuevo lenguaje que
de silencio que hacen imposible articular la posición de un suje-
redefina las relaciones entre poder, deseo y subietividad en el seno
to de enunciación homosexual productor de saber crítico sobre sí
de 1o que Guattari comienza a denominar el "capitalismo mun-
mismo y sobre la sociedad dentro de las instituciones universi-
tarias francesas. ¿Qué hubiera implicado a mediados de los años
dial integrado". Del mismo modo, El deseo bontosexual no es sim-
plemente una aplicación de las teorías de la producción deseante
setenta que el director del departamento de filosofía de Vincennes
de El anti-Edipo, sino su extensión y su implicación en una crítica
hubiera enunciado públicamente su .homosexualidad" o su par-

rl
t' i ticipación en prácticas sadomasoquistas? ¿Cómo habría afectado
esa enunciación a la recepción y la lectura de la Historia de la 10. L'Arc, n." 49, 1972. Entrevista con Gilles Deleuze y Félix Guattari
realizada por Catherine Backés-Clément.
sexualidad o de Los anormales?
b4 T...o. urul Saber anal 155
|
del capitalismo que tome en consideración la sexualidad como algunos miembros del pnan (René Schérer y un grlrpo de mari-
un motor central de la producción. La influencia aquí es tanto cas, travestis y bolleras) que exclamaba con El anti-Edipo en la
de Deleuze y Guattari como de Foucault, Schérer y Frangoise mano haber encontrado lateoría necesaria apartir de la cual llevar
d'Eaubonne. a cabo una crítica del régimen heterosexual.'' Hocquenghem, que
En la década de los setenta, Vincennes se convierte en un la- acaba de terminar El deseo hontosexual, propone al cpnpl la publi-
boratorio de propuestas de acción de resistencia a la normaliza- cación de un número especial de la revista Recbercba dedicado a
ción institucional. En febrero de 197 l, Foucault forma junto con la homosexualidad. El resultado será "Trois milliards de pervers:
Grande encyclopédie des homosexualités". Este número (dedica-
Jean-Marie Domenach, director de la revista Esprit, y con el his-
toriador Pierre Vidal-Naquet el crp (Grupo de Información sobre do entre otras cosas ala crítica del sistema educativo heterosexual,
las Prisiones). El clp tiene como objetivo abrir puntos de fuga a las relaciones sexuales con «los árabes, y a la pedofilia) será el
en el sistema de encierro penitenciario francés estableciendo vías más célebre y provocador de la historia de la revista y desencade-
de comunicación con el ,.exterior, que revelen cómo funcionan nará una persecución judicial contra su editor (oficialmente Félix
los dispositivos de poder y subjetivación que la prisión oculta. Y Guattari, cuyo despacho en la clínica de La Borde y domicilio
abrir Ia prisión es abrir el ano del cuerpo social. Una de las prime- privado serán inspeccionados) que conducirá a la retirada de la
ras acciones consiste en llevar a cabo una encuesta pública entre revista de Ia venta por «atentado contra la moral y las buenas cos-
los internos de las diferentes instituciones penitenciales francesas tumbres,. El veredicto exige la destrucción de todos los ejempla-
res de la revista que constituye según los jueces
que permite a los encarcelados producir un conocimiento sobre la "un despliegue
prisión y sus técnicas de subjetivación que atraviese y cuestione detallado de tormentos y desviaciones sexuales» y que presenta
perversosr.
el poder de los muros. "la exposición minuciosa de una minoría de
Entretanto se organiza también el crRFI, una red de más de Es en este contexto donde la figura y el discurso de Guy
setenta y cinco investigadores independientes (entre los que se Hocquenghem van a producir un desplazamiento radical del suje-
encuentran Deleuze, Guattari, Anne Querrien, y Foucault, entre to de la enunciación científica y política. El ano homosexual habla
otros).conectados con diferentes grupos de izquierda. El cnnu y produce por primera vez un saber sobre sí mismo. Este saber no
propone tomar los métodos de colectivizactón de conocimiento procede de la culpabilidad o de la vergüenza, no busca excusarse
surgidos de Mayo del 68 para repensar la transformación urbanís- o legitimarse, no es descripción de la patología o de la deficiencia,
tica, la producción artística, la csra psiquiátrica, la educación o sino que se presenta como una forma de crítica política y de trans-
la economía: nEn las reuniones se habla de las investigaciones en formación social. Entre Sartre-el-universal que enuncia todas las
curso, pero también de las implicaciones subietivas, del deseo".r' causas políticas como si fueran suyas y Foucault-el-impersonal
Huyendo del estilo académico y de la publicación de autor crean que reniega de la posibilidad de articular su posición dentro de
la revista Rubercba con el objetivo de ,.poner enprácticaagencia- las luchas que anima, aparecerá un nuevo tipo de revolucionarios
mientos colectivos de enunciaciónr. locales y anales precursores de lo que luego será la política queer,
Et biógrafo de Deleuze y Guattari relata el impacto que causó entre los que Hocquenghem será primero y paradigmático.
en el crnrl la apanción de Guy Hocquenghem acompañado por Guy Hocquenghem había entrado en las juventudes comunis-
tas (Jeunesses communistes révolutionaires, de afiliación trotskista)

11. FranEois Dosse,Gilles DeleuzeetFélixGuaxari' Biograpbiecroisée,2OO1 ,

p.120. 12. Op. cit. p.326.


156 | T...o, unul El método anal I Sl

con tan sólo quince años, pero pronto comprende que su «orien- gesto de coraje. Es al mismo tiempo una declaración de guerra y
tación homosexual» supone un obstáculo pata ser aceptado en- un modo de exponerse, vulnerable, frente al lenguaje y la mirada
rre los militantes del partido, que abandona definitivamente en dominantes. Es decir: aquí estoy, soy simplemente un ano.
l)65, pero al que forzará durante toda su vida a reconocer su
omitología heterocentrada". Participa en las primeras revueltas
estudiantiles de Mayo del 68 en la Rue Lussac del barrio latino nr uÉrooo aNar
de París. En I9'7 I, junto con otros maricas y lesbianas, confisca el
número 12 de la revista del partido comunista francés Tout ce que Goy Hocquenghem, Franqoise d'Eaubonne, René Schérer,
nous aoulons y publica una portada que exige la liberación política Monique §7ittig, los activistas del pHnn y las Gouines Rouges
P de mujeres y minorías sexuales. oReclamamos nuestra feminidad inventan una forma de conocimiento anal (marica-bollera-trans)
hi como las mujeres rechazan la suya, al mismo tiempo que afir- que desplaza la enunciación científica tradicional produciendo
k
i¿,i
mamos que estos roles no tienen significado." El número 12 de una auténtica ruptura epistemológica. Félix Guattari describe
#
p:
la revista es denunciado como .obsceno y un atentado contra la bien este seísmo científico en la introducción de "Trois milliards
moralrr, confiscado por la policía y retirado de la venta. de perversr: "El objeto de este dosier homosexualidades,
-las
hoy, en Francia- no podía abordarse sin cuestionar los métodos
Formado como filósofo en la prestigiosa, blanca y heterocen-
trada École Normale, Guy ejerce después como periodista en ordinarios de la investigación en ciencias humanas que, con el
Libération, que durante los años setenta se define aún como un pretexto de objetividad, intentan cuidadosamente establecer una
espacio de debate militante de izquierda. El 10 de enero de 1972, distancia máxima entre el investigador y su objeto. EI análisis
concede una entrevis ta a la revista Le N ouuel Obseraateur en la que institucional a su propio método de análisis es-
dice abiertamente que es marica su madre responde a quizopolítico -refiriéndose
que él había puesto en marcha en la clínica de La
-incluso
la entrevista con una ¡a¡¡'¿ ¿.Sjs¡¡a-. Se convierte así en el primer Borde- por el contrario implica un descentramiento radical de
intelectual francés capaz de articular públicamente una identidad la enunciación científica. Pero no basta, para conseguirlo, con
política de .maricar. Guy Hocquenghem será uno de los prime- contentarse con "dar la palabra" a los sujetos concernidos, sino
ros activistas sexuales que entienda los medios de comunicación que es necesario crear las condiciones de un ejercicio total, qui-
como espacios posibles de nokupación culturalr, producción de zás paroxístico, de esta enunciación. Se ¡¡¿¡¿ Guattari-,
-di6sa) el pseudo-
de superar tres tipos de censura epistemológica:
visibilidad y transformación social. La lucha comienza por un uso
subversivo de los medios de comunicación entendidos como flu- objetivismo de las investigaciones de campo de carácter social;
jos polémicos (no informativos) y como vectores de producción b) los prejuicios psicoanalíticos que proponen una comprensión
de espacio público.'r Hay dos tipos de escritores: los que mienten psicológica, tópica y económica de la homosexualidad ("fijacrón
para decir la verdad y los que dicen la verdad para exponer una pre-genitales, pre-edípica o pre-simbólica", en continuidad con
mentira colectiva. Guy pertenece a estos últimos. Decirse homo- la psicología patológica del siglo xlx); c) pero también de des-
sexual no es en 1972 ní una pose, ni una moda, ni siquiera un plazar los modelos tradicionales de la militancia homosexualr.
Ya no se trata de la defensa de las reivindicaciones de mino-
rías inocentes y oprimidas, ni de la homosexualidad-víctima, de
13. En I97) saca del armario al editor de la revista Actuel para la que tra-
Ia homosexualidad edípica, culpable, avergonzada y miserable.
l>aja,lo que llevará a que sus amigos Ie conozcan como «el ángel exterminador"
haciendo referencia a la película de Buñuel. ol-os homosexuales hablan en nombre de todos ¡6rn§¡s ds
-s¡
158 | T".ro. u.rul El mérodo anal I f ll

la mayoría silenciosa- y cuestionan todas las formas de produc- ración, estratégicamente situada en una cartografía de los anor-
ción deseanter.'a males junto con otras figuras liminares como la mujer violenta, la
Se dibuja así otra forma de conocimiento, otro sujeto de la prostituta, el hombre criminal, el enfermo mental o el discapaci-
enunciación científrca, pero también se despeja otro campo epis- tado. La expresión "A la mierda con todo. Que os den por el culo"
temológico, se reconfigura el territorio de lo que hasta entonces podría resumir bien esta estrategia metodológica.
resulta invisible. Guattari: "Mayo del 68 nos ha enseñado a leer Forzosamente colectivo y político, este saber no puede sino arti-
Ios muros y después hemos empezado a descifrar los grafitos de cularse en primera lrrsona. Y esto no porque se trate de un registro
las prisiones, los hospitales y los baños públicos. FIe ahí todo un de testimonio o de autobiografía, sino porque hasta ahora la homose-
nuevo espíritu científico que está por hacer». El objetivo ya no es xualidad no ha podido darse como saber sobre sí o síntesis reflexiva.
.salvar a los prisioneros>) o ,,dar voz a los l-rabitantes de los barrios desde tu ano>>, es decir, explícame cuáles son los flujos de
"Habla
periÍéricos" hablando por ellos sino *crear las condiciones de la poder (libidinales, económicos, lingüísticos...) que te constituyen.
enunciación» a través de las cuales "los prisione¡s5r, .,las asocia- Habla desde donde nunca creíste que una palabra pudiera enunciarse
ciones de vecinos, o .los homosexuales, puedan producir un saber como nombre propio. Es necesario jugar ala parodia de dibujar un yo
sobre sí mismos, reapropiándose de las tecnologías de poder que les que se aftrma como marica, bollera o travesti para poner de manifies-
constituyen como abyectos. to los fallos constitutivos del sujeto tradicional de la representación
Los activistas del pruaR buscan una forma de producción de democrática. La enunciación científica pasa así bruscamente de la ter-
saber acerca de la homosexualidad que escape a las trampas del sa- cera persona del singular (el científico que habla del nhomosexualr) a
ber científico, de la interpretación psicoanalítica, pero también dos articulaciones locales: la enunciación en primera persona (.,yo, el
de los discursos confesionales y victimistas, de las narraciones de homosexualr) y la segunda persona del plural («vosotros los hetero-
la culpa y de las peticiones de respeto. Por una parte, cuestionan sexualesrr, .sois vosotros los que tenéis miedo").
los criterios de objetividad propios de las ciencias humanas como Aquí, la salida del armario no toma laforma de la confesión,
parte del dispositivo de control que había creado las categorías sino, por decirlo en los términos de Judith Butler, de la "inver-
homosexual/heterosexual. Pero también, desplazan el método sión performativa>>: la afirmación «soy homosexual» no es un
psicoanalítico y los mitos que constituyen su base hermenéu- enunciado soberano, sino una "citación descontextualizada, de
tica exponiendo las metáforas raciales y sexuales que subyacen la injuria. La palabra.,homosexual", lejos de tener un valor on-
F a ésta. tológico, opera como un boomerang político. El enunciado «soy
& El diván ha sido remplazado por el taller, la asamblea dialógica homosexual» no contiene verdad alguna sobre la identidad del
&.
& por la backroont,la encuesta epidemiológica por la deconstrucción que habla, sino que dice: el sujeto que hasta ahora ha sido cons-
i: de las metáforas científicas, la cura individual por la experimenta- truido como abyecto (analizado, reducido a ano social) excede la
t: ción colectiva, la lobotomía por la genealogía política. Se elabora injuria, no se deja contener por la violencia de los términos que lo
i.
i::: así por primera vez una ciencia del ano que surge de la ruptura constituyen y habla, creando un nuevo contexto de enunciación y
de la llamada "distancia científicao que marcó la tradición cen- abriendo la posibilidad a formas futuras de legitimación.'5
i, troeuropea y colonial de las ciencias humanas y que condujo ala
É
H'i producción del ,.homosexual, como figura política de la degene-
Fl
P
15. Sobre Ia reapropiación performativa de la iniuria, véase: Judith But-
I 14. Félix Guattari, Recberches, "Trois milliards...», op. cit., p. 3. le4 Lenguaje, poder e identiday' Ediciones Síntesis, Madrid, 1997, pp. 1)-73.
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160 | T"..o. urul Políticas de identidad y normalización anal I tOt

El punto de partida de El deseo hotnosexual y del Rapport contre inventos políticos que toman Ia forma de cuerpos, Ia consistencia
la normalité del ¡'rIaR será expropiar la noción de homosexualidad de la vida.
a los discursos médico-jurídicos por los que fue inventada para Las preguntas etiológicas: ¿cómo se llega a ser homosexual?
redefinirla como <<categoría psicopoliciacat , efecto de un sistema ¿Tuvo la culpa papá o mamá?, son reemplazadas por la interro-
de control y regulación de los flujos sociales del deseo (p. 23). gacióo política: ¿cuáles son las causas de Ia normalidad hetero-
No queda wa cabeza en la biblioteca de títeres de la historia de sexual? ¿Cuáles son los mecanismos de control y represión que
la sexualidad: pasan por su barbeúa Freud, Ferenczi, Kinse¡ aseguran que la heterosexualidad (con su ritual coreografía cor-
Martin Hoffman, Adler, Nacht, Stekel... A través de un análisis poral y sus rígidas instituciones de relación y filiación) siga apa-
detallado de los textos, Guy Hocquenghem despeja la incógnita reciendo como la única sexualidad natural? Ya no es cuestión de
política de las ecuaciones psicológicas y psiquiátricas que han explicar qué es ,.el deseo homosexualrr, sino de llevar a cabo un
construido históricamente la categoría de homosexualidad. Ni análisis detallado sobre las técnicas de domesticación, castigo y
«perversión sexual, (Krafft-Ebing), ni "orientación de la libido" recompensa que hacen posible la regularidad estricta y calculada
(Freud), ni siquiera <<práctica sexual entre personas del mismo del ndeseo heterosexual". EI problema no es el sexo anal, sino la
sexo, (Kinsey). La homosexualidad es el efecto de un régimen civilización del hombre-castrado-de-ano.
político que Hocquenghem siguiendo a Deleuze y Guattari de-
nomina «capitalismo» 1l eue Monique Wittig llamará después
nheterosexualidadr: "La sociedad capitalista fabrica la homose- PoLíTICAS DE IDENTIDAD Y NORMALIZACIóN ANAL
xualidad como produce 1o proletario, suscitando a cada momen-
to su propio límite. La homosexualidad es una fabricación del Hocquenghem será no solamente uno de los inventores del .,sa-
mundo normal, 1p. 23).De ahí la conclusión lapidaria: No hay ber anal" y dtnamizador de sus políticas sino también aquel que
homosexualidad sin homofobia. El deseo bomosexual constitllye, de manera más lúcida indicó las posibles trampas que acechaban
de este modo, el primer ejercicio de des-psiquiarizacion de la al movimiento homosexual con la entrada en la esfera pública y
homosexualidad, semejaote al que hoy intentan los activistas la integración en las instituciones sociales hegemónicas (familia,
transexuales, transgéneros e intersexuales con las categorías de escuela, ejército, museo, hospital...). Hocquenghem, estudian-
«transexualidad, e ointersexualidad".'6 r.La homosexualidad", do la relación entre hornosexualidad y fascismo, alerta sobre los
dice HocquenS¡hem oa Ia vez no existe y existe: es su modo de peligros de una posible revolución sexual que tuviera como ob-
existencia el que pone en tela de juicio la certeza de su existencia, jetivo <,normalizar la homosexualidad", transformándola en una
(p. 2). Se aproxima de este modo a identificar por primera vez el forma de satisfacción sexual natural paralela a la heterosexual.
curioso estatuto metafísico de las entidades biopolíticas: la homo- Pandójicamente, nos dice Hocquenghem, esta forma de revolu-
sexualidad y la heterosexualidad (como la raza o la pureza de san- ción sexual resolvería "el problema homosexual" haciéndolo des-
gre) no son ni verdaderas ni falsas, ocupan el espacio de las má- apafecef.
quinas sociales, son constructos históricos, ficciones somáticas, Por ello, los activistas del ruan van a elaborar una noción
política de,.homosexualidad expandida": La homosexualidad
no puede ser una identidad entre otras. Son homosexuales todas
16. Mientras que la categoría de la homosexualidad desaparece del uso
en 1973, en parte gracias a la presión de los grupos homosexuales, la categoría aquellas formas de deseo, relación y placer que, dicen, existen fue-
«transexualid¿d» entra a forma¡ parte del us» en 1980. ra de la norma heterosexual burguesa. El deseo homosexual es, en
I
162 | T"..o. o.tul Políticas de identidacl y normalización anal | rcl

definitiva, el nombre de una ruptura con la norma. Quieren huir so. El decenio L980-1990 coincidirá en Estados Unidos con el
de este modo de Ia especialización políticaqueharía de los "bue- momento de expansión de las políticas de identidad gays, pero
nos gays y las buenas lesbianas" funcionarios homosexuales que también con el período en el que las estrategias neoliberales y la
se ocupan de la defensa de los derechos individuales de los ho- globalización de su modelo capitalista serán entendidas y legi-
mosexuales. En el Rapport clntre ld notmalité afirman: nNo somos timadas como fuerzas de democratizaciífi del mundo, primero
revolucionarios especializados en cuestiones de la sexualidad... frente al totalitarismo comunista, y más tarde frente al terrorismo
Nuestro objetivo es el ámbito completo de lo político, (I"HAR, islámico. Será también el momento de Ia cústalizaciín del sida
lgll). En el discurso del FHAR, la sexualidad ha dejado de ser como nueva enfermedad cultural de masas en torno a la que se
una cuestión periférica en la crítica del capitalismo para conver- aglutinarán las retóricas homófobas y eugenésicas que ya esta-
piedra de toque que permite diagnosticar los procesos ban presentes desde finales del siglo xlx. EI virus del sida, como
. tirse en la
, si se tratara de una crtstalízación biopolítica ardía de algunas
¡ de domesticación a través de los que se produce el sujeto dócil de
i:
I la sociedad fordista. La homosexualidad no es aquí, como a veces intenciones eugenésicas que Occidente había puesto a prueba a
¡
quiere dar a entender la hetero-izquierda, un motor revoluciona- través del experimento nazi, cambia el medioambiente y las con-
rio, sino un modelo, entre otros, de resistencia y de recodificación diciones generales de inmunidad en el que se inventan nuevas
de los flujos de saber-poder. estrategias de supervivencia y se llevan a cabo otras micropolíti-
Hocquenghem y el nuan denuncian la llegada ya en 197 2 de w cas revolucionarias. En este contexto de repliegue de las fuerzas
movimiento homosexual que se ha dejado castrar el ano. Critican revolucionarias, las micropolíticas qaeer de finales de los ochenta
desde el principio la aparición de un movimiento homosexual nor- y los noventa (acr ul, Lesbian Avengers, Radical Fur¡ prácticas
malizado cuyas retóricas de liberación han sido recuperadas por la drag king, emergencia de las políticas transgénero e intersexuales)
propaganda .individuo, familia, patriar, un movimiento homo- serán modos de supervivencia de las políticas del ano a las que el
sexual manso que busca el consenso, el respeto justo de la diferencia FHAR, las Gouines Rouges y los Gazolines habían dado forma.
tolerable, la iotegración. Las políticas de identidad gays (y, en mu- pn1984 muete Michel Foucault de sida. En 1988, Guy
cha menor medida, lesbianas) aceptaránlalógica liberal en la que Hocquenghem. Dos años antes de su muerte, Guy denunciará en
existencia y representación políticas significan derecho al consumo el agrio panfleto Lettre ouuerte á ceux qui sont passés du col Mao au
y a la visibilidad mediática. Del mismo modo que habían criticado Rotary (Carta abierta a aquellos que han cambiado el cuello Mao
cómo la izquierda hizo del «problema de los homosexuales' una por el club Rotary) cómo los movimientos revolucionarios, en
causa de segundo orden con respecto a la urgencia de la revolución busca de visibilidad, se han visto absorbidos por su propio pro-
obrera, dejando el .margen, como estrecho territorio político de ceso de espectacularización. Porque no basta con haber tenido el
las minorías sexuales, ahora critican el riesgo de colaboración de los ano abierto. Es necesario seguir haciendo de él un campo relacio-
homosexuales en proyectos estatales de represión de la sexualidad nal. ¿Cómo hacer política sin renunciar al a¡o? ¿Cómo reclamar
que separen a los nperversos» de los ,,buenos homosexuale5', los representación sin renunciar al ano? No renunciar al a¡o significa
.yonquis, de los ,.sobriosr, las camioneras de las lesbianas discre- no darle más al poder de lo que éste nos exige. La pregunta de
tas y cultivadas, Ios transexuales dispuestos a encontrar su verdade- antaño ¿cómo hacer Ia revolución anal? se metamorfosea ahora
ro sexo de los disÍóricos sin remedio. en esta otra: ¿cómo evitar el marketing anal? ¿Cómo sobrevivir a
La paranoia anti-identitaria del nnan puede hoy considerarse los efectos normalizantes de las políticas de la identidad? ¿Cómo
como un diagnóstico lúcido de una mutación política en cur- sobrevivir con el ano colectivo y abierto?
164 | T...o. unul Educastración anal | rcS

No hay directivas, no hay una agenda ni un programa preciso, EDUCASTRACIóN ANAL: INFANCIA, MASTURBACIÓN
pero sí dos recomendaciones que se destilan de los primeros días Y ESCRITURA
de la revolución anal:
Desconfía de tu deseo, sea cual sea. Desconfía de tu identidad, En 1914, dos años después de la aparición de El deseo bontosexual,
sea cual sea. La identidad no existe sino como espejismo político. René Schérer, amigo y amante de Hocquenghem, publica Emile
El deseo no es una reserva de verdad, sino un artefa.cto construido Peruerti, sin duda uno de los textos más radicales y controvertidos
culturalmente, modelado por la violencia social, los incentivos y del postestructuralismo francés. El sujeto «niño, en los textos de
las recompensas, pero también por el miedo a la exclusión. No Schérer es sometido al mismo proceso de deconstrucción al que
hay deseo homosexual y deseo heterosexual, del mismo modo antes habían sido expuestos los conglomerados políticos .mujer,
que tampoco hay deseo bisexual: el deseo es siempre un recorte (Simone de Beauvoir) y (Hocquenghem). El niño
"homosexual"
arbitrario en un flujo ininterrumpido y polívoco. Así entende- aparece aquí como un artefacto biopolíticamente construido que
mos que el título del libro de Hocquenghem, El deseo horuosexual, permite la producción y normalización del adulto. Si de Beauvoir
como el de Monique \Wittig, El cuerpo lesltiano, apuntan, con un había afirmado que no se nace mujer, aún más radicalmente po-
guiño paródico, a mecanismos de construcción política y no a dríamos decir con Schérer «no se nace niñor.17 Para Schérer, Guy
en tidades o sustancias. Hocquenghem y los activistas del nuan, el sistema educativo es
La revolución anal es impura. Los activistas del rnan afirman el dispositivo específico que produce al niño, a través de una ope-
en "Trois milliards de pervers": .Este texto no se presenta como ración política singular: la des-sexualización del cuerpo infantil y l

un manifiesto, menos aún como una teoría. Arrastra todo un con- la descalificación de sus afectos.''
junto de elementos confusos: lo cómico voluntario e involuntario, La infancia no es un estadio pre-político sino, por el contra-
elementos políticos revolucionarios mezclados con elementos ra- rio, un momento en el que los aparatos biopolíticos funcionan
cistas y fascistas, trozos de sexualidad edípica, mezclados con una de manera más despótica y silenciosa sobre eI cuerpo. El primer
tendencia hacia algo distinto en sexualidad ... Podríamos decir objetivo de la tarea educativa es la privatizaciín del ano (control
que los elementos reaccionarios o incluso fascistas que subsisten de esfínteres), llevando a cabo un diseño sexopolítico del cuerpo
en un revolucionario son una traición potencial. Pero a partir del en el que ciertas zonas son radicalmente excluidas de la econo-
momento en eI que introducimos el deseo, la libido, el incons- mía libidinal. Después viene la represión de la masturbación, el
ciente en el campo político, todo se complica: porque las inversio- aprendizale de la escritura y de la lectura y la inserción en la
La represión de la masturbación que se
nes libidinales fascistas y revolucionarias, racistas y antirracistas, "máquina heterosexualr.
se mezclan y se distribuyen en la misma persona, creando nuevas extiende desde el siglo xvll hasta la actualidad tendría por obieto
condiciones que permiten el análisis de las yuxtaposiciones del librar al niño de un peligro anterior a toda relaci6n social, un
deseo, fuera de toda referencia ala apariencia, la mistificación o
la traicióno. No hay ni puede haber pretensión de purificación 11. "Enfant, diríamos en la acepción fr¿ncesa que utiliza Schérer y que,
con ventaja para nuestra lectura, no tiene género.
del sujeto político, sino a riesgo de normalización, opresión y 18. La cuestión de la infancia y del sexo infantil, central en los textos de
reproducción de nuevas exclusiones. Los activistas del rHan afir- Hocquenghem y del ruran parecen ser un nuevo tabú en las ciencias sociales
man un mal sujeto político, un suieto con fallas, que de ningún e incluso en la crítica queer contemporánea. Sólo algunos autores como Steven
modo es puramente revolucionario. Una revolución pura (limpia) Angelides o Lee Edelman trabajan hoy en Ia c¡ítica de la "cronología política
ha dejado de ser una revolución anal' del cuerpor.
166 | T"..o. unul La nifla, Ia lesbiana, el ano total 167

peligro en el que su propio cuerpo, afectos e imaginación son sus ano. El problema no proviene de una eventual envidia de pene
peores enemigos, con el fin de insertar sus energías libidinales en de los cuerpos denominados .muieresr, sino de la negación del
el circuito de producción y reproducción de capital. ano de aquellos cuerpos que se piensan como <<masculinos". Para
Existe, nos revela Schérer, una relación estructural entre in- aprender, y para enseñar (a ser heterosexual), por lo tanto, es nece-
fancia y escritura. Históricamente, la infancia aparece con la im- sario cerrar el ano, evitar la pasividad. La relación de aprendizaje
prenta y la cultura del libro. EI acceso a la lectura como técnica debe ser una relación de transferencia de saber viril.
de subjetivación marca la diferencia entre dos tipos de cuerpos:
los infantes o cuerpos-sin-texto y los adultos a los que se puede
acceder de modo virtual a través de la lectura y la escritura. AIIí t
LA NIÑA, LA LESBIANA, EL ANO TOTAL
¡l
donde estaba la masturbación vendrán el aprendizaje de la escri- tr
i
li
'ra
tura y la lectura, el seguimiento rítmico de las clases, la discipli- ¡ Pero, ¿dónde queda la víscera hueca, dónde queda el ano de la
: na del cuerpo, el encierro y la repetición de tareas: la mano que niña?
acariciabael cuerpo sujeta ahora un instrumento a través del cual Tánto en la Pedagogia peruertida de Schérer como en El deseo
el cuerpo deja un rastro y se vuelve sujeto. Nos encontramos aquí ltomosexual de Hocquenghem se trata desde el principio de Edipo
frente a una incitación represiva paradójica: no se trata tanto de y del ano masculino, de Emilio y de las relaciones con su precep-
eliminar la masturbación, sino de conseguir a través del control tor. Se nos dice que el educador mismo tiempo parte del
y la privatización de las prácticas de producción de placer au- dispositivo de vigilancia panóptica-al de un surplus de
y beneficiario
toerótico de fabricar Lrn nuevo sujeto sexual, individualizado y placer escópico- pone un lápiz en la mano del pequeño Emilio
autoconsciente, que se percibe a sí mismo como el continente de masturbador misma mano que hasta ahora sujetaba frenéti-
-la
camenre su pene- y le enseña a escribir. Pero nada se sabe de la
una identidad sexual y que se siente como un peligro potencial
para sí mismo. Aprendemos así a tener miedo de nuestro cuerpo, niña, que ni tiene pene, ni parece masturbarse. Por tanto, la niña
a olvidar que tenemos ano y a aftrmar una identidad. (víscera hueca, lesbiana, marimacho) parece caer fuera del circui-
En las instituciones educativas y en la familia, esta des-sexuali- to masturbación-escritura-educación que preside la pedagogía
zació¡ adopta la forma específica de una represión de la homose- masculina. Lo que parece escapar a veces a estos por otra parte
xualidad. Examinando las normas que regulan el sistema educativo agudos y provocativos análisis es que la institución educativa es
francés, el rrnRn afirma: "La pedagogía es una disciplina heteronor- ante todo, por decirlo con Teresa de Lauretis, una ,,industria po-
mativa» destinada a transformar el cuerpo en sujeto heteterosexual' lítica de genderización" del cuerpo. Si ha¡ como indica Schérer,
Pero el deseo homosexual no es completamente reprimido sino que des-sexualización, o normalización heterosexual del cuerpo' como
se ve desplazado, al mismo tiempo substituido y velado, por el esta- dice Hocquenghem, es sobre todo gracias y a través de la produc-
blecimiento de una serie de relaciones homoeróticas de camaradería ción de la masculinidad y la feminidad normativas. Podríamos
que serán, desde el punto de vista de lactíticafeminista de Frangoise decir, con Butler y Deborah Britzman, que el colegio (y
Judith
d'Eaubonne o de Delphy, la base del rechazo al mismo tiempo de la por extensión la universidad, el museo, la biblioteca, el archivo...)
feminidad y de la pasividad. Cerrar el ano es desfeminizar el cuerpo' es un espacio altamente performativo donde el cuerpo del alum-
Ése es el régimen genitopolítico que d'Eaubonne denominatáfalo' no (tubo dérmico más que niño o niña) aprende, ensaya y pone a
crático. No se trata de que los hombres tengan pene y de que las mu- prueba modelos discursivos, estéticos y biopolíticos de normali-
jeres no, se trata de que los hombres se presentan como si no tuvieran dad y de desviación de género.

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168 | Te.ror u.,rl La ntira,la lesbiana, el ano total | rc»
El desplazamiento que lleva a cabo Judith Butler, desde una transgénero y transexuales, como Del LaGrace Volcano, Dean
ontología del sexo (sexo como anatomía y esencia) a un género Spader o Pat Califia insisten hoy en que existe una continuidad
performativo (género como práctica cultural e histórica), invita coercitiva entre el control de los dispositivos culturales de repro-
a pensar la identidad de género y sexual como tácticas discipli- ducción sexual y de filiación y la normalizaciín de los modelos
narias, como efectos de un proceso pedagógico de genderizacrón, educativos de reproducción cultural. Una revolución anal por
un proceso de incorporación de normas a través de repeticiones venir tendría que elaborar un modelo educativo en el que fuera
coercitivas que ocultan su dimensión histórica y contingente y posible explicitar colectivamente los dispositivos de construcción
que se afirman como naturales. Frente al espacio educativo como de minorías desviadas (de clase, de raza, de religión, de género, de
un medio en el que la heterosexualidad institucionalizada consti- sexualidad, de edad...), así como la historia oposicional, las narra-
tuye la norma de todo posible agenciamiento, el cuerpo queer (ni tivas disidentes y las plataformas de resistencia que hacen posible
masculino ni femenino, ni infantil ni adulto, ni humano ni ani- la supervivencia de estos sujetos abyectos de la historia.
mal) es aquel que se construye como suieto que resiste y contesta La historia de la normalizacií¡, de la lectura, de la escritura y
a ese proceso de normalización pedagógica, encontrando puntos de su pedagogía no son historias de signos, no son hermenéuticas,
de fuga que permitan agenciamientos desviados. Aquí queer no se sino historias de cuerpos, procesos de incorporación subjetivante
entiende simplemente como una práctica sexual o una identidad de saber que determinan potencias de actuar. Biopolíticamente
sexual, sino por una pafte como el efecto de un conjunto de fuer- la edad adulta es eso: la edad del libro y del ano cerrado. Cabría
zas de opresión y de resistencia, pero también como un espacio de preguntarse con Hocquenghem si es posible leer y escribir con el
empoderamiento y de movilización revolucionaria. ano abierto y cómo serían una escritura y una lectura anales.
Treinta años después de la publicación de El dueo bomosexual Lo que parece claro es que el movimiento de censura des-
y de la Pedagogía peruertida,los movimientos intersexuales darán encadenado en Francia tras la publicación de los textos de
un golpe definitivo aI sistema sexo/género tradicional exponien- Hocquenghem, Schérer y el nHan sobre el <<amor por los niños»
do los dispositivos tecnopolíticos a través de los que se constru- era el síntoma de una mutación de las categorías medico-jurídicas
ye la normalidad de la diferencia sexual en la infancia. Como con las que Occidentehabía modelado el deseo y la producción de
mostraron los estudios de Susan Kessler y corroboran hoy las la especie. Las estrategias de conocimiento y control que llevan
prácticas críticas de activistas intersexuales como Cheryl Chase y a la estigmarización o la criminalizacií¡ social estaban despla-
Mauro Cabral, si el cuerpo intersexual es intervenido y mutilado zándose desde la figura decimonónica del homosexual, absorbida
en la infancia es precisamente porque las instituciones de socia- y normalizada por la "cultura gayrr,ltastalafigura del pedófilo
lización (familia, colegio, administraciones estatales y locales.. )
. como nuevo límite de lo humano.'e Habría que preguntarse con
no pueden funcionar con un cuerpo que pone en cuestión las Hocquenghem y Schérer: ¿Qué quiere decir pedofiliaT ¿Cuál es
categorías binarias de sexo y género con las que éstas trabajan. Al la relación política que existe entre los constructos de edad y de
rechazar la asignación normativa de sexo masculino o femenino, sexualidad? ¿'Cuál es la máquina social que la pedofilia encarna?
el cuerpo intersexual es situado en el límite de 1o humano: desde ¿Qué produce y qué consume esta máquina pedofílica? ¿Qué pla-
un punto de vista institucional, no tiene rostro ni nombre, es un
simple ano. l). I-a categoría de sexo transgeneracional (junto con la necrofrlia, por ejem-
Las instituciones educativas operan aquí como auténticas plo) es Ia única que continúa siendo en las sociedades democráticas europeas
técnicas de normalización del sexo y del género. Los críticos objeto de represión legal después de lL)79.
l7O I Terror u.,ul Utopía ana[ | tlt

cer colectivo nos procura la sexualización de lainfancia? ¿Cuál es 1. El ano no tiene sexo, ni género, como la mano, escapa a
el deseo sublimado tras el delirio paranoico frente a la pedofilia? la retórica de la diferencia sexual. Situado en la parte trasera e
¿Acaso no es el miedo a reconocer los deseos pedófilos colectivos inferior del cuerpo, el ano borra también las diferencias persona-
que se codifican y territorializanatravés de la institución de la fa- lizadoras y privatizantes del rostro. El ano desafía Ia lógica de la
milia lo que nos hace ver e inventar al pedófilo como figura de 1o identificación de lo masculino y lo femenino. No hay partición
abyecto? ¿Qué hay de pedofilia en el ndeseo de tener un hijo" ? ¿Y del mundo en dos. El ano es un órgano post-identitario: .IJn uso
en la promoción del cuerpo joven y su reconstrucción técnica? social del ano, que no fuese sublimado, habría de correr el riesgo
En los textos publicados en 1913 en la revista Recbercbes, el de la pérdida de la identidad" (p. 78). Rechazando la diferencia
; lenguaje del rnan abre una nueva dirección política.'o Habla sexual y lalógica antropomórfica del rostro y el genital, el ano
&\.
un colectivo de niños pederastas. No es éste un movimiento de (y su extremo opuesto, la boca) sienta las bases para una inaliena-
adultos que buscan «proteger» a los menores de los peligros de la ble igualdad sexual: todo cuerpo (humano o animal) es primero
sexualidad o de "iniciarlos, al placer, sino un movimiento de y sobre todo ano. Ni pene, ni vagina, sino tubo oral-anal. En el
menores que buscan redefinir los límites de su cuerpo, hablar horizonte de la democracia sexual post-humana está el ano, como
F de su propia sexualidad, tomar decisiones acerca del placer y de cavidad orgásmica y músculo receptor no-reproductivo, compar-
§l

fl, los modos de producirlo y regularlo. "El r"rraR ha formado una tido por todos.
li comisión de menores que dicen: no queremos que los tipos nos 2. El ano es un biopuerto. No se trata simplemente de un
*r
tiren los tejos, que nos obliguen a hacer el amor, como si los me- símbolo o una metáfora, sino de un puerto de inserción a través
§l
H. nores fuéramos el objeto sexual de los pederastas, de la pederastia del que un cuerpo queda abierto y expuesto a otro u a otros. Es esa
§r
*n
platónica, pedagógica, reaccionaria. La liberación del colegio pasa dimensión portal la que exige al cuerpo masculino heterosexual la
::
i por la liberación contra ese tipo de pederastas. Ese movimiento castración anal: todo lo que es socialmente femenino podría entrar
de liberación es también un movimiento de menores contra los a contaminar el cuerpo masculino através del ano, dejando al des-
pederastas adultos." cubierto su estatuto de igual con respecto a cualquier otro cuerpo.
La presencia del ano (incluso castrado) en el cuerpo con biopene-
penetrador disuelve la oposición entre hetero y homosexual, entre
ut:opía aNar activos y pasivos, penetradores y penetrados. Desplaza la sexuali-
dad desde el pene penetrante hacia el ano receptor, borrando así
Los primeros días de la revolución no fueron muchos, pero apor- las líneas de segregación de género, sexo y sexualidad.
taron algunas lecciones. Aquí están; éstas son algunas (sólo algu- ). El ano funciona como punto cero a partir del cual se puede
nas) de las sorpresas que depara el uso colectivo del ano. Vrtudes comeozar una operación de desterritorialización del cuerpo hete-
revolucionarias anales, podríamos decir, si no fuera por el riesgo rosexual, o dicho de otro modo de desgenitalización de la sexua-
de verlas transformadas en Facebook anal o en AnoMySpace. lidad reducida a penetración pene-vagina. No se trata de hacer
del ano un nuevo centro, sino de poner en marcha un proceso de
desjerarquización y descentralización que haría de cualquier otro
6rgano, orificio o poro, un posible biopuerto anal. Se despliegan
20. Los artículos sobre "pedofrlia" fueron una de Ias causas de la prohi-
bición de la revista y continúan hoy siendo inaccesibles en las republic¿ciones
así un conjunto de prácticas irreductibles a la identidad mascu-
digitales del número de .Trois milliards de pervers,. lina/femenina, homo/hetero: lavativa, dilatación, lubrificación,
L72 | Te.ror u.,ul

penetración con la lengua, con el puño o con dildo'.. Frente a la


bl
§I máquina heterosexual se alza la máquina anal. La conexión no
EaI
t': ierárqúca de los órganos, la redistribución pública del placer y la
á¡ colectivización del ano anuncia un «comunismo sexual, (p. 88)
ilt!
i:
por venir.
4. Históricamente el ano ha sido contenido como órgano ab-
Biblio gafía
yecto, nunca suficientemente limpio , iamás lo bastante silencio-
so. No es, ni puede ser políticamente correcto. El ano no produce,
o más bien produce únicamente basura, detrirus. No se puede
esperar de este órgano producción de beneficio ni plusvalía: ni
.rp"r-u, ni óvulo, ni reproducción sexual. Sólo mierda. Ése es el
lugar excelso de la no-producción ecológica. O mejor, el punto de
fuga por el que el capital escapa y vuelve ala tierra convertido en ANGELIDES, Steven, oFeminism, Child Sexual Abuse, and the
humus. Aunque sería imaginable que las estrategias de produc- Erasure of Child Sexuality", GLQ: A Journal of Lesbian and
ción de capital vinieran a reterritorializar el placer anal, tendrían Gay Studies, vol. 10, n." 2,2004, pp. l4l-177 .
qLre estar dispuestas a ser transformadas en mierda. BARTHES, Roland, Srtde, Fourier, Loyola, Cátedra,Madrid, 1997 .
5. Los órganos (tanto bio como tecnoprótesis) no reapropiables BUTLER, Judith, El y subaersión dc la
género en disputa, Feminisnto

en la economía libidinat heterosexual son anales: dildos, orificios ident idad, Paidóslb&tca, Barcelona, 2007 .
nasales y bucales, implantes, cortes o huecos ya existentes o aque- BUTLER, Judith, Lenguaje, poder e identidad, Ediciones Síntesis,
llos producidos con la intención de ser penetrados. La vagina que Madrid,2004.
no procrea, que es extraída de la máquina heterosexual, deja de DtsLErJZE, Gilles y Guarrnnt, Félix, El anti-Edipo. Capitalisruo y
ser una «víscera hueca, que busca ser "llenada>> pana convertir- esquizofrenia, Paidós, Barcelona, 1 998.

se en un órgano de características anales. De ahí la expresión de DossE, FranEois, Gilles Deleuze et Félix Guattari, Biograpbie crois,ie,
Monique \üTittig: "Las lesbianas no tienen vagina". Del mismo La Découverte, París, 2007 .
modo, desde un punto de vista biopolítico estricto y dentro de EDELMAN, Lee, No Future: Queer Tbeory and tbe Deatb Driae,Duke
una economía de reproducción sexual de la especie, los maricas University Press, Durham, 2004.
no tienen pene, puesto que no penetran vaginas (sino anos, bo- ERIBoN, Didier, Reflexiones sobre la cuestiín gay, Anagrama,
cas...). Barcelona, 2001.
Só1o me queda desearte lo mejor: Colectiviza tu ano. EI arma la normalité, Champ Libre, Parí§, 197 1.
I,-HAR, Rappctrt contre
es modesta, pero la posibilidad de acción cetcana e infinita. LAURETIS, Teresade, Theory: Lesbian and Gay Sexualitiesr,
"Queer
Differences: a Journal of Feminist Cultural Studies (3:2), pp. lii-
BEATRIZ PRECIADO
MooN, Michael, introducción a la edición americana de Guy
Hocquenghem, Homosexual Desire, Duke University Press,
1993.
scHÉRER, F.:eoé,La pedagogía pmtertida, Laertes, Barcelona, 1984.
174 | T".ro, unul

sEDGstICK, Eve K., La epistemología del arntario, Ediciones de la


Tempestad, Barcelona, 1 998.
.Trois milliards de perversr, Recbercbes,París, marzo de 1973.
\íEEKS, Jeffrey, introducción a la edición inglesa de Guy
I{ocquenghem, Homosexual Desire, Allison and Busby Press,
Londres, 1978.
\íIT'rIG, Monique, El pensamiento beterosexual, Egales, Barcelona,
200r.

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