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Reduce:

Lo mejor que podemos hacer por el planeta es explotarlo lo menos


posible, con un enfoque justo, ético y utilizar sus recursos de
manera sustentable. En el centro de la crisis ambiental se encuentra
nuestra sociedad consumista. Aquí hay algunas preguntas que
puedes hacerte antes de comprar: ¿Es realmente necesario lo que
estoy a punto de comprar?, ¿Este producto fue elaborado de manera
que no contamine o de manera sustentable?, ¿Durará mucho
tiempo?, ¿Contaminará al ser desechado?, ¿Dónde fue fabricado y
bajo qué circunstancias?, ¿Fueron usados los materiales para
hacerlos reusables o reciclables? ¿Existe un producto similar pero
con menos empaques? La idea es que cada uno de nosotros
hagamos un consumo razonado, no comprar por comprar sin mirar a
quién o a qué podamos dañar.

Cuando hablamos de reducir lo que estamos diciendo es que se debe


tratar de reducir o simplificar el consumo de los productos directos, o sea,
todo aquello que se compra y se consume, ya que esto tiene una relación
directa con los desperdicios, a la vez que también la tiene con nuestro
bolsillo. Por ejemplo, en vez de comprar 6 botellas pequeñas de una
bebida, se puede conseguir una o dos grandes, teniendo el mismo
producto pero menos envases sobre los que preocuparse.
Reúsa:
Debido a que vivimos en una “sociedad desechable”, constantemente somos
instados a comprar artículos “nuevos” o “mejorados” aun cuando el que tenemos
puede ser reusado o reparado.

Cuando compramos, debemos buscar artículos durables y repararlos cuando sea


necesario. Así, los bienes de uso durarán mucho tiempo y podrán pasar de
generación en generación. Si algo no es usable para su propósito original, trata de
ser creativo y piensa de qué otra forma emplearlo. Si ya no lo necesitas, piensa si
alguien más puede utilizarlo.

Ejemplos: utilizar la otra cara de las hojas impresas, rellenar botellas,etc.

Las botellas desechables se pueden convertir en ladrillos ecológicos si en su interior se les


ponen todas las bolsas de plástico que ya no se usan. Las cajitas o frascos metal o
plástico se pueden pintar o decorar con técnicas de decoupage y utilizarse nuevamente
ahora para guardar distintos elementos.
Recicla:
En vez de tirar un artículo cuando ya no lo puedes usar, ¡recíclalo!. A pesar
de que el reciclaje no es perfecto — ya que requiere de energía y los
procesos para cambiar algo en otra cosa a menudo producen subproductos
no deseados y a veces tóxicos— es mejor que enviar lo que desechaste a
los tiraderos de basura o lo que es peor ¡incinerarlos!

Es posible reciclar: papel, cartón, vidrio, metales, aluminio, madera,


plásticos de los números 1, 2 y 4 (en la parte inferior o posterior del
producto viene un número dentro de un triángulo hecho con flechas). Los
demás plásticos no se reciclan y mucho menos el número 3 que es PVC o
vinil que es altamente tóxico.

Ejemplo: el vidrio y la mayoría de plásticos se pueden reciclar calentándolos


hasta que se funden y dándoles una nueva forma. Es como utilizar algo de su
principio, aunque la eficiencia no es del cien por cien en general. En el caso del
vidrio en concreto, sí es completamente reciclable: de una botella se podría
obtener otra botella.

Esta es una de las erres más populares debido a que el sistema de consumo
actual ha preferido usar envases de materiales reciclables pero no
biodegradables e esta forma se necesita el empleo en mayor forma personal y
energía en el proceso.

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