Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Sucesión por causa de muerte, conocida como herencia o sucesión universal, comprende
el libre poder de disposición del pater, pero en ésta, el causante dispone en vida el
destino de sus bienes para después de su muerte.
CAUSANTE
El fallecido, conocido entre los romanos como defuntus, mortus. Es la persona que
transmite los derechos sucesorios al heredero.
La persona del causante para poder disponer de un patrimonio debía estar en el pleno
ejercicio de sus derechos, siendo en principio solamente permitido testar a los ciudadanos
romanos, privándose de esta facultad a los peregrinos; a los latinos junianos y los
dediticios; las mujeres ingenuas sui iuris; los hijos de familia; las mujeres in manu, etc.
EL HEREDERO
Una vez fallecido el causante, debe haber ya sea por disposición legal, o disposición
testamentaria una persona que ocupe el puesto, esta persona que recibe los bienes del
difunto recibe el nombre de heredero, adquiriente, sucesor, causahabiente.
Para adquirir la calidad de heredero:
La muerte de un sujeto.
La capacidad de un difunto para tener heredero.
La capacidad de suceder.
Que se diera la delación o llamamiento a la herencia.
La aceptación del heredero.
EL PATRIMONIO
Estaba compuesto por todos los bienes, el caudal activo y pasivo que conformaban el
caudal hereditario, el cual era llamado por los romanos AS, con lo que le daban
configuración monetaria que lo asemejaba a la moneda romana.
Dentro del derecho romano, como dentro del derecho civil y como el derecho pretorio, se
tomaron medidas a fin de poder garantizar el pago de las obligaciones del difunto, así de
esta manera el heredero debía recibir tanto el activo como el pasivo de los bienes
hereditarios, garantizando con esto el pago de las deudas y los bienes de los acreedores.
Referencias
Feregrino, M. G. (06 de Junio de 2016). GRADO CERO PRENSA. Obtenido de GRADO CERO
PRENSA : https://gradoceroprensa.wordpress.com/2016/06/11/las-sucesiones-en-el-derecho-
romano/