uo ldspasvo desea
vineulada al hecho de que se desplegaba siempre dentro del
dispositvo de sexualided, yno fuera de él o contra é. El hecho
de que tantas cosas hayan podido cambiar en el comport
:miento sexual de las sociedades occidentaes sin que se haya
realizado ninguna de las promesas 0 condiciones poiticas que
Reich consideraba necesatas, basta para probar que toda la
“revolucién” del sexo, toda a lucha "antirrepresiva” no repre
sentaba nada mis, ni tampoco nada menos —lo que ya era im
portantisimo—, que un desplazamiento y un giro ticticos en el
ran dispositivo de sexualidad. Pero también se comprende
por qué no se podia pedir a esa critica que fueew Ia trama para
tuna historia de ese mismo dispesitivo, Ni el principio de un
‘movimiento para desmantelato,
V, DERECHO DE MUERTE Y PODER SOBRE LA VIDADurante mucho tiempo, uno de los privilegios caractersticos
dl poder sobersno fue el derecho de vida y muerte. Sin duda
deriva formalmente de la vieja patiapotestas que dabe al pa
dee de familia romano el derecho de “disponer” de la vida de
‘ss hijs al igual que de la de sus esclavos; se a habia “dado”,
podia quitirsela. El derecho de vida y muerte tal como se
formula en los tericos clésics ya es una forma considerable
mente atenviada, Desde el soberanc basta sus sibdits, ya nose
concibe que tl privilegio se eferza en lo absoluto e incondici
nnalmente, sino en los tnicos casos en que el soberano se en:
ccuentra expucsto en su existencia misma: una especie de dere:
cho de réplics, Esti amenazado por sus enemigos exteriores,
‘que quieren derribarlo o discutir sus derechos? Puede enton:
ceshacer la guerra legitimamente y peda sus sibdites que to-
men parte en la defensa del Estado; sin “proponerse directa
mente su muerte”, es lito para él “exponet sus vidas”: en este
sentido ejerce sobre ellos un derecho “indirecto” de vida y
muerte! Pero sies uno desus ibditos el que se levanta contra
Ly teansgeede sus leyes, entonces el soberano puede ejercer
sobre su vida un poder directo: a titlo de castigo, lo mataré
Asientendido, el derecho de vida y muerte ya no es un privle
io absolute: esté condicionado por la defensa del soberano y
su propia supervivencia, Hay que considerarlo, como Hob:
T'S Paleo, Lot ele matread facade 1734), p 48Me Derecho de mucty poder sabre Lavi
bes, une transposicidn al principe del derecho de cada cual a
defender su vida al precio de la muerte de otros? 20 hay que
ver ahiun derecho especifco que aparece con la formacién de
ese nuevo se juridico que sel soberano?*. De todos modes, el
derecho de vida y muerte tanto en esa forma moderna, rlativa
y limitada, como en su antigua forma absoluta es un derecho
dlisimétrico. El soberano no ejerce su derecho sobte la vida
sino poniendo en accién su derecho de matat, reteniéndolo;
‘no indica su poder sobre la vida sino en virtud de la muerte que
puede exigir El derecho que se formula como "de vida y mcr
te" esen realidad el derecho de hacer morito de dejar vive.
Después de todo, era simbolizedo por la espada. Y quizi haya
{que eferiresa forma jurdica a un tipo histrico de sociedad en
donde el poder se ejercia esencialmente como instancia de
deduccisn, mecanismo de sustraccibn, derecho de apropiasse
cde una parte delas riquezas, extorsén de productos, debienes, de
servicios, de trabajo y de sangre, impucsto a los sibditos. El
poder era ante todo derecho de aptopiacién: de las cosas, del
tiempo, los cuerposy finalmente la vida; culminaba en el prvi:
Tegio de apoderarse de a vida para suprimira
‘Ahora bien el Occidente conocié desde la edad clésca una
profundisima transformacin de esos mecanismos de poder.
Las "deducciones” ya no son la forma mayor, sino sso una pie
za entte otras que poscen funciones de inctacién, de reforea
rmiento, de control, de vigilancia, de aumento y organizacién
das fuerzas que somete: un poder destinado a producir fuer
* "Asi como sn erp compuesto pe tne calidad ue oe
cuetran en ingune de oe cuetpos simples de la mela go forma ts
también un cuerpo moral pace ener en vir del unin msn de as,
eons gusto componente dre gue no reves formalin
inguno eos parce cayo eric sito cresponde als conduc
rex Pufendot, act. 92.
Derecho de muerte y poder sobre avid ws
as, a hacerlas erecer y ordenarlas mis que a ebstaculizalas,
doblegerlss o destruislas. A partir de entonces el derecho de
muerte tendi a desplazarse, 0 a menos « apoyarse en las exi
gencias de wn poder que aclministra fa vida, y a conformarse a
lo que recaman dichas exigencias, Esa muerte, que se fundaba
ten el derecho del soberano defenderse, oa exigir ser defendi
do, aparecis como el simple envés del derecho que posee el
‘cuctpo social de asegurar su vida, mantenerla y desarrollara
Sin embargo, nunca las guerras fueron tan sangzientas como 3
partir del siglo x0% , incluso salvando las distancias, nunca
hasta entonces los regimenes habian practicado sobre sus pro
pias poblaciones holocaustos semejantes. Pero ese formidable
poder de muerte —y esto quizi sea lo quele da una pare desu
fuerza y del cinismo con que ha levado tan lejos sus propios
limites parece ahora como el complemento de un poder que
se ejerce positivamente sobre la vida, que procura administrar-
1a, aumentarla, multiplicada,cjrcer sobre ella coattoles preci
sos y regulaciones generale. Las guertas ya no se hacen en
nombre del soberano al que hay que defender, se hacen en
nombre de la existencia de todos; se educa a poblaciones ent:
188 para que se maten mutwamente en nombre de la necesidad
«que tienen de vivir, Las matanzas han legado a ser vitals, Fue
cen tanto que gerentes del vida fla supervivenca, de os euer
pos y la raza, como tantos repimenes pudieron hacer tantas
‘guernas, haciendo matar a tantos hombres. Y por un gire que
permite cerrar el cifculo, cuanto en mayor medida la tecnolo-
sia de las guerras les ha permitido virar hacia la destruccién
‘mativa, tanto mis la decisién que les inicia y la que les da fin
responden a la cuestin desnuda dela supervivencia, Hoy as
tuacién atémica es el resultado final de ese proceso: el poder de
cexponer a una peblacién a una muerte general es el envés del
poder de garantizar a otta su existencia. El principio de poderM6 Derecho de mace pode sere lida
‘macar para poder vit, que sostenta la tctiea de los combates,
te a vuelto principio de estratega entre Estados; pero la exis:
tencia en cuestién ya no es aquella juridica, de la soberania,
sino Is puramente bioldgics de una poblacin. Si el genocidio
cx porciero el suefo de los poderes moderns, ello no se debe
‘ua retorno, en la actualidad, del viejo derecho de mata, se
debe a quel poder residey se ejerce en cl nivel dela vida, de a
specie, dela taza y de los fendmenos masivos de poblacién,
En otto nivel, yo habria podido elegir el ejemplo dela pena
de muerte, Junto con la guerra, fue durante mucho tiempo la
‘cra forma del derecho de espada; consttuia la respuesta del
soberano « quien atacaba su voluntad, su ley, su persona, Los
‘que mucren en el cadalsoescasean cada vez ms, ala inversa de
los que mueren en las guerra. Pero es por las mismas azones
por lo que éstos son mis numerosos y aquéllos mas escasos.
‘Desde que el poder asumis como funcién administra la vida,
1 fue el nacimiento de sentimientos humanitarios lo que hizo
cada ver mis dificil la aplicacién dela pena de muerte, sino la
razin de ser del poder ylaligia desu efereicio. ¢C6mo puede
tun poder ejercer en el acto de matar sus ms alas prerrogat:
vas, sisu papel mayor es asegurar,refrzar, sostener, multipl-
carl vids y ponetls en orden? Pata semejante poder la eject
cin capital es aa ver el imite, el escindaloy la contradicts,
De ahi el hecho de que no se pudo mantenetla sino invocando
menos la enormidad del crimen que la monstruosidad del er
‘inal, sa incorregibilidad, y la salvaguarda de la sociedad, Se
mata legitimamente a quienes signiican para los dems una es
pecie de peligro biolégico
oda decirse que el viejo derecho de hacer morir 0 dejar
vivir fue remplazado por el poder de hacer vivir o de arojar a
Ja muerte. Quis se explique as esa descalificacién dela muer
la por la reciente caida en desusa de los rtuaes que ls
Derecho de mace per sae lid ro
acompaitaban. Fl cuidado puesto en esquivar la muerte esta
ligado menos a una nueva angustia que a ornaria insoportable
para nuestras sociedades que al hecho de que los procedi
‘mientos de poder no han dejado de apartarse de ella, En cl
paso de un mundo a otro, la muerte era el refevo de una sobe-
‘ania terrestre por otra singularmente mis poderosa el fasto
que la rodeaba era signo del eavicter politic de la cerernonia
[Ahora es en Ia vida ya lo largo de su desarrollo dande el poder
cstablece su fuerza Ia muerte es su limite, el momento gue no
puede apresar; se rorna el punto mas secreto de a exstenca, el
mas “privado". No hay que asombrars sel suicidio—antario
‘un crimen, puesto que era una manera de usurpar el derecho
cde muerte que sélo el soberano, el de aqui abajo o el del mis
alls, podia ejercer— Ieg6 a ser durante el siglo XIX una de ls
primeras conductas que entraron en el campo del andlsis so