Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Aymara
Índice
[ocultar]
1Historia
2Demografía
o 2.1Aimaras en Argentina
o 2.2Aimaras en Bolivia
o 2.3Aimaras en Perú
o 2.4Grupos étnicos aymaras
3Cultura
o 3.1Wiphala
o 3.2Uso de la hoja de coca
4Calendario aimara
o 4.1Año nuevo aimara
4.1.1Recibimiento del Sol
4.1.2Creencias
5Véase también
6Referencias
7Enlaces externos
Historia[editar]
Los habitantes se asocian como la civilización centrada en Tiahuanaco (Tiwanaku),
aunque Tiahuanaco es una cultura posterior seguida de la de los Incas. Hay evidencia
lingüística que sugiere que los aymaras provinieron de más al norte, ocupando la meseta
del Titicaca después de la caída de Tiahuanaco. No se han encontrado evidencias de
habitantes de la civilización de Tiahuanaco que tuvieran lenguaje escrito.
El territorio tiahuanaco fue fundado aproximadamente en el 200 a. C., como una pequeña
villa, y creció a proporciones urbanas entre el 300 y el 500, consiguiendo un importante
poder regional en el sur de los Andes. En su máxima extensión, la ciudad cubría
aproximadamente 6 km², y tuvo una población máxima de unos 1000 habitantes. Su estilo
de alfarería era único, del encontrado hasta 2006 en Sudamérica. Una característica
importante son las enormes piedras que se encontraron en el lugar; de aproximadamente
diez toneladas, las cuales ellos cortaban, les daban forma cuadrada o rectangular y
esculpían. Colapsó repentinamente aproximadamente en 1200. La ciudad fue abandonada
y su estilo artístico se desvaneció.
Desaparecido el Imperio Tiwanaku, la región quedó fragmentada y fue ocupada por etnias
aimaras. Estos aymaras se caracterizan por sus necrópolis compuestas por tumbas en
forma de torres-chullpas. Existen también algunas fortalezas denominadas pucaras.
Demografía[editar]
Distribución de aimaras por municipio en Bolivia de acuerdo al censo de 2001.
Aimaras en Argentina[editar]
La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004-2005, complementaria
del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001 de Argentina, dio como
resultado que se reconocieron y/o descienden en primera generación del pueblo aimara
4104 personas en Argentina.17
El Censo Nacional de Población de 2010 en Argentina reveló la existencia de 20 822
personas que se auto-reconocieron como aimaras en todo el país, 9606 de los cuales en la
ciudad de Buenos Aires, 6152 en la provincia de Buenos Aires, 773 en la de Jujuy, 358 en
la de Neuquén y 326 en la de Tucumán.1819
Aimaras en Bolivia[editar]
La población que se auto-reconoció como aimara en el censo boliviano de 2001 fue de
1 277 881 personas. Este número bajó a 1 191 352 en el censo de 2012.20
Aimaras en Perú[editar]
Grupos étnicos aymaras[editar]
Una parte del segmento amerindio son los aymaras. En cuanto al idioma aimara el último
censo realizado el 2007 en el Perú, dio como resultado una población de 443 248
aymarahablantes.
Los datos censales confirman al aymara como la segunda lengua amerindia más difundida
en el Perú. La región Punoconcentra la mayor cantidad de aimarahablantes, superando los
300 mil; seguidamente la región Tacna supera por poco los 45 mil aymarahablantes; y
finalmente las regiones de Moquegua, Lima y Arequipa concentran poblaciones
importantes de hablantes de esta lengua.21
A los aimaras generalmente se les agrupa en un sólo grupo etnolingüístico, pero se
pueden reconocer varios grupos entre los que destacan los Lupacas, Urus y Pacajes.
En el caso de la etnia Uru o Uro, hablaban la lengua uruquilla que se considera extinta en
Perú. Habitaron gran parte del sur de Perú, norte de Chile y el occidente de Bolivia, y su
origen étnico se remontaría a épocas anteriores a los incas.22
Desde el 2009, el proyecto de "Salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial de las
comunidades aimaras de Bolivia, Perú y Chile", forman parte de la Lista representativa del
patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la UNESCO.23
Dentro de las etnias aimaras en el Perú, también se incluyen a dos etnias aisladas
geográficamente de las demás etnias aymaras que por tradición habitan los alrededores
de la meseta del Collao. Estas etnias son los Jaqarus24 y los Kawkis que habitan las
sierras del distrito de Tupe, Provincia de Yauyos, en la región Lima. Las lenguas de estas
etnias fueron estudiadas por primera vez en 1959 por Martha Hardmann, catalogándolas
en la familia aru o aymara.25
En el caso del Jaqaru, se calcula su población en 2300 habitantes,26 y actualmente se
hacen grandes esfuerzos por salvar a esta lengua de la extinción.24 Las tradiciones
textiles, musicales y orales de esta etnia son únicas27 y sólo se la puede encontrar en un
reducido espacio geográfico de la Región Lima.
Los kawki o cauqui, en cambio, se distribuyen en una zona tan reducida como unos
cuantos poblados en la provincia de Yauyos, (Cachuy, Chavín y Canchán). Con una
lengua al borde de la extinción. Fue Martha Hardmann quien relacionó a la lengua de los
kawki como una de las lenguas vivas de la familia jaquí en la que se incluye al aimara.28
Cultura[editar]
Wiphala[editar]
Artículo principal: Wiphala
Bandera wiphala.
Su idioma es la lengua aimara, aunque muchos de ellos hablan castellano como
consecuencia de la colonización o conquista española. Su símbolo o bandera es
la Wiphala. No obstante, la misma ha sido cuestionada por muchos historiadores al no
existir antecedentes históricos que demuestren su origen aimara (en sí mismas, las
banderas son símbolos europeos); al contrario, algunos indicios apuntan a un surgimiento
moderno de la Wiphala (durante el siglo XX).
Uso de la hoja de coca[editar]
Algunas personas acostumbran masticar la hoja sagrada de coca (Erythroxylum coca). Por
su condición de hoja sagrada durante la época del imperio incaico, su uso estaba
restringido al inca, nobleza y sacerdotes bajo pena de muerte. Además del uso en
masticación, utilizan las hojas de coca en remedios al igual que en rituales. Durante este
último siglo, estas plantaciones les han traído conflictos con las autoridades, por prevenir
la creación de la droga cocaína. Sin embargo, la coca tiene gran participación en la religión
de los aimaras, al igual que antes con los incas y últimamente se ha convertido en un
símbolo cultural de su identidad. Los cultos de Amaru, Mallku y Pachamama son las
formas más antiguas de celebración que los aimaras aún realizan.
Calendario aimara[editar]
Año nuevo aimara[editar]
Aún no existen fundamentos históricos para determinar que el año aimara se celebra el 21
de junio o para establecer un cómputo exacto del año que se cumple (por ejemplo, en el
2017 se llegaría al año 5525 del calendario aimara; tal fecha (21 de junio) coincide con el
solsticio de invierno, el cual fue festejado ancestralmente por el pueblo quechua en la
fiesta del Inti Raymi.
A partir del año 2013, el día 21 de junio es «feriado nacional inamovible» en Bolivia.29
Recibimiento del Sol[editar]
En Tiwanaku antes del 21 de junio los comunarios y turistas que vienen a conocer y a
compartir esta fiesta milenaria, el día 20 de junio realizan una víspera similar al Año Nuevo
tradicional igualmente para despedir el año viejo. A partir entre las 6:00 y 7:00 de la
mañana, se preparan con música folclórica tradicional y rituales para recibir el nuevo año
frente a la Puerta del Solcon la entrada de los primeros rayos del sol, como también la
llegada del solsticio y la época del invierno.
Creencias[editar]
Esta tradición milenaria que se ha conservado en su cosmovisión ancestral, dice que la
llegada de todos los años es para el bienestar y la buena fertilización de la cosecha. Lo
mismo y similar al año nuevo tradicional, para los creyentes los años venideros serán de
gran prosperidad para quienes lo deseen. Los sacerdotes comunarios, realizan rituales y
agradecen a la Pachamama solicitando su bendición.
Algunos conceptos propios de dicha cosmovisión (como el "suma qamaña") fueron
recogidos en la última reforma constitucional boliviana como parte de la política del
gobierno de Evo Morales, para la dignificación de la identidad indígena.[cita requerida] Su
creencia no se aprecia en forma de adoraciones exageradas en lo abstracto o invisible,
tienen una religiosidad viviente, donde los vivos y los muertos no dejan de existir, es decir,
solo cumplen un ciclo de vida para volver al inicio. Las divinidades son energías, son su
sobrevivencias. EL Tata-Inti o el dios sol o como la Pachamama o la madre tierra, son los
puntos de partidas de todo. Por eso toda ceremonia se inicia mirando hacia arriba, hacia el
sol.