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Merge con TO) PUUUUETTEEUN | Expresamos nuestra terminante oposicién a la propuesta de una instancia mediadora —dle la cual formarta parte ta Iglesia catotica—enlos juicios que se vienen desarvollan- do destinados.a la consecuci6n dela verdad respecto de la participacién de miembros de las fuerzas armadas en el {errorismo de Estado, Primero, porque dicha instancia se superpondria y devaluarfael actual funcionamiento efec livo de la justicia. Es impertinente utilizar la experiencia ciilena en curso para avalar este procedimiento, ya que lo {que en una situacién como aquella quizés pueda suponer ttnavance (esolojuzgarin la sociedad chilena, sus partidos politicos y sus organismos de derechos humanos). en la situacién argentina, con una ya larga tradicién de actua- ‘cin de la justicia en un marco de respaldo de la gran mayorkade la poblacién, constiuiria sinduda un retroceso, soloatnbuiblea las presiones de los militares directamente implicados cn tos casos sobre los que se debe seguir | investigando, En este sentido, el gobiero no debe admitir due sea el propio jefe del Fiército quien encabece esas Los militares y la justicia presiones. En segundo lugar, porgue resulta ‘qucse pretendacolocara la Iglesia cat6li instancia de mediacién. Y Ia Iglesia catolica argentina, salvo excepciones conocidas, también estavo involucrada —por accion u omisién— en aquel proceso de detenciones ilegales, tortura, muerte, de ‘saparici6n de personas ¥ apropiaciGn de ninos que caracte- ‘Az0el horror argentino de aquellos aflos, Aqui debe desta ccarseotradiferencia conel caso chileno, yaque latrayectoria ‘dela Iglesia le ha dado alli autoridad moral y politicaen estos Temas como para consituirse en una protagonista valida, ‘mientras que la Iglesia argentina ni siquiera ha revisado su propia trayectoriacomoparainiciar laautocriticaquele debe ala sociedad, Por todo ello, nos qponemos a cualquier insancia que limite cl accionar de la usticia en los juicios por la verdad © en Ia prosecucién de los juicios por violacién de los derechos humanos en la Argentina, Consejo de Direccién y Consejo Asesor de Punto de Vista | 67 Sumario 1 Rail Beceyro, Rafael Filippelli, David Oubifia. Alan Pauls, Estética del c representacion 10. Gonvalo Aguilar, Rodolfo Walsh, mas allé de la literatura 15. Teixeira Coelho, Modos (recientes) del imaginario Revista de cultura ‘Afio XXIII + Némero 67 Buenos Aires, Agosto de 2000 1e, nuevos realismos, Las ilustraciones fueron especialmen- te realizadas para Punto de Vista por Adolfo Nigro (Rosario, 1942) Consejo de direceién: Carlos Altamirano Tosé Aricé (1931-1991) ‘Aden Gorelike Marfa Teresa Gramugho Hilda Sabato Beatriz Sarlo Hugo Vezzetti Consejo axesor: Rail Beceyro Jorge De Rafael Filippelli Federico Monjeau Oscar Terdn de la descomposicién social en Brasil. Stete imagenes vistas y dos anti-imdgenes revistas Emilio Tenti Fanfani, Exclusién social y accién colectiva en la Argentina de hoy 29 Laura Golbert, Gabriel Kessler, Las Idgicas de la violencia ¥ la cuestidn social faristella Svampa, Clases medias, cuestion social y nuevos marcos de sociabitidad 41. Javier Auyero, Los estallidos en provincia: slobalizacién y conflicos locales Directors: Beatriz Sarlo Diseno, Estudio Vese y Josefina Darriba Exterior: 60 USS (seis nameros) Argentina: 24 S (ues nimeros) Punto de Vista recibe toda su correspondencia, giros y cheques a nombre de Beatriz Sarto, Casilla de Correo 39, Sucursal 49, Buenos Aires, Argentina. ‘Teléfono; 4381-7229 E-mail: lasarta@inea.com.ar Composicién, armado e impresion: Nuevo Offset, Viel 1444, Buenos Aires, Estética del cine, nuevos realismos, representacién Rati! Beceyro, Rafael Fitippelli, David Oubina, Alan Pauls Rafael Filippelli: Una de las cuestio- ‘nes que llama més la atenci6n en una suerte de estado actual del cine, ¢s el fen6meno que Ia critica ha dado en Namar el nuevo neorrealismo, deno- in a la que se suele agregar el Wyetivo “urbano": nuevo neorrealis: ‘mo urbano, Me pregunto cudnto ha te- nid que ver en esta fGrmala el rela- tivo éxito de algunas peliculas de Kiarostami: 0 quizds habeia que pen- slo en relacion con la cuestiOn que jempre plantea el cine: un arte de racteristicas fuertemente analégic: que suscita, en distinios periods, una discusin sobre el realismo, Si algo es necesario actarar, me parece, es que las posibilidades de ta representacién realista no estén ligadas a los conteni- dos temiiticos sino a potticas. Ahora "4 €S un conjanto més ‘que de elecciones positivas, 0 tanto como de elecciones positivas, de ne- gaciones 0 priv ‘no too peo- cedimiento formal es admisible siem- pre en determinado marco, aunque todo procedimiento formal sea hipo- téticam ‘ible siempre en un marco diferente, Tengo ta impresién de que este nuevo neorrealismo tiende ‘trabajar dentro de un sistema que no Je impone demasiadas opciones for- males; dicho de otra manera, hay una especie de stock genérico de proce- dimientos a los que se echa mano de tun modo euya maxi Wificil de captar. ¥ me pregunto si esto no se co- recta con la susttucién de la idea, muy precist, de plano, por ka de imagen. Alan Pauls: Este retorno de Jo real en el cine tiende a ser pensado con crite- Fios y textos de hace cincuenta ales, de la época del neorrealismo, Para mi este retorno tiene muchas formas, que de Nanni Moretti a Mundo griao alas Silvia Prieto que se ponen a ha- blar a cdmara en la pelicula de Martin Rejuman, tamtas formas que uno bien podria preguntarse {qué quiere decir que to real reworna? Si hay reworno de lo real habria que pensarlo en relacién con un contesto en el que supuesta mente eso llamado real ya no exisie mds. Yo preferiria referirme al retor- no de algo llamado “li experiencia” Rafael Filippelli: Tomando el desa- fo planteado por Alan de considerar “la experiencia”. El neorrealismo era una suerte de descripciGa global de la ad, realizada por una concien- cia también global, aguello que Ros- sellin’ Hamaba el "amor", aquello que establece vinculos entre experiencias dispersas. Desde el punto de vista for- mal, e! neortealismo se opone fuerte mente tanto al naturalismo como al verismo, Su representaci6n de lo real no est hasada tanto en la elecci6n de los temas sino en una perspectiva de conciencia sobre fo social. Dicho a fa manera de Bazin: lo que es realista en Roma, ciudad abierta © en Paisi es la resistencia italiana al fascismo; pero fo que es neortealisia comsiste cn su pucsta en escena, en una represcntt- cia aa ver sin(Gtica y eliptica de los hechos. EL neoreatismo se oponria al andlisis moral, politico, social 0 psi- coldgico, de los personajes y de ta ac cin, Mientras que yo encuentro que 1 nuevo neorrealismo irabaja precisa mente a partir de los personajes y de la acci6n, Aungue no es el ease de Silvia Prieto que, segin creo, iene una Tinea més directa eon et neorrealismo ‘que Mundo gria, por su preocupacigin por la puesta en escena. En Silvia Prie~ to ta puesta en escena es too. Y eso no sucede con Mundo ri David Oubifa: Lo que en la denomi- nacién nuevo neorreatisino me inco~ moda es que no ponga en evidencia sobre qué supuestos s€ apoy nexidn. Me parece que se esté toma do en cuenta més una temitica que tuna puesta en escena. La conexién en- tre Pizza, birra y faso y Roma, ciudad abierta es mas bien un referente de precarizacién, para usar una palabra de moda, Lo que hay en comén entre cesas dos peliculas es est cualidad del referemte y no una idea formal. Pizza, birra y faso hereda més de ta tlevi- sin, dé Gasoleras. que de Ri La conexién entonces es superfic piste de un lugar comin sobre el ne- Conrealismo, y no s¢ la piensa sobre la hase de operaciones de puesta en es cena, Fiso es también 10 que parece ‘estar en el inesperado éxito de un cine ‘como el de Kiarostami 0 cl de Rohe mer, 10 que conectaria a esos cincas- tas tan distintos. Una pelicula de Roh- ‘mer. en un nivel superficial, se puede ver muy cOmodamente, como unit: ¢ pemnite una aproxi- mic ameble, Lo que to sucede en las peliculas de Tsai Ming- liamg, que si bien presentan algo asi como una vuelis a una cierta forma de realismo, trabajan com una exaspera- cin de los tiempos que, de entrada, peticionan una visidn menos amable por parte del espectador. No digo que sea mejor que el cine de Rohmer, sino «que hay aspectos en Rohmer que, mal centendidos, pemiten pensarto como un director que sélo estaréa comtando una historia entretenida: un conflicio so bre sil chico se queda con la chica, que es lo mismo que impo Ga soleros. Raiil Beceyro: Nos estamos pregun. tado, desde el comicnzo, cuiles. som hoy las caracteristicas del cine. Qui- zis deberfamos preguntarnos mo se puede pensar hoy cl cine, cules son Jos problemas que merecen ser toma- dos en cuenta. Me parece que una de cess cuestiones es lo que se lamé cl retorno de lo real. y que yo Hamarta fa cuestidn del registro, 6 la tentacién do- cumental. Muchas de las peliculas mis estimables presentan hoy materiales 0 procedimientos que podrian tlamarse directamente documentales. Pongo un ejemplo: una de kas mejores peliculas de Kiarostami es, en mi opinién, Pr: mer plano, que presenta una narracion muy curiosa, En un momento. ef es- pectador se da cuenta ue que lo que ha visto es la reconstrucci6n, para lt pelicula, de acontecimientos reales su- cedidos en cl paulo, presentados por las personas reales gue han particip- do en ellos: y a partir de este punto, la pelicula aleanza la realidad y comin filmar avontecimientos que se ¢s- tin produciendo en ef momento en que s¢ los esta filmando, Pxta esta peticu- la de Kiarostami que mas claramente cexhibe estos materiales y procedimien- nera mds organizada posible. En el fi nal de Silvia Priezo. a diferencia de to que dijo Rafael, me parece que lo que falta es Ta puesta en excena, y lo que se ofrece es el acopio de material “e~ al", [in Mundo griia to que se pucde pereibir es cierto material temético y un minimo de organizacién narrative. n el caso de Rohmer, que trajo Dax vid. yo creo que corresponderia ile renciar lo temético de Ia puesta en es cen: si bien es posible que en lo temético David tenga raz6n, la cxas- perante, agresiva, puesta en escena de Rohmer hace que esa pelicula no pee: dda ser percibida asimitindola t un t po de naracion televisiva. Hay gue hacer un gran esfuerzo para ver ka pe licula de Rohmer como ta historia de tun muchacho y tres chicas, dad de una forma. La Gnica respuesta ores s¢ sintigron incoModos frente tuna puesta en escema de Rohmer? Lo ‘que me parece interesante es que cxista {a posibilidad de la amahilidad y ta no amabitidad juntas: es algo que Roh- mer trabajo toda su vida, Toa la obra de Rohmer es a teologéa y el vaude- ville, Si alguien ve una pelicula de Rohmer y pregunta ;con quign s° «i ‘06 la chica finalmente? no est ieyen= do “mat, Pero quisiera volver a la cuestion del neorrealisme: no se pue- de establecer una especie de herencia catre lo que vemos hoy como neorre alismo y el neorreatismo de tos cin cuenta. No se heredan genes: lo que s¢ hereda es una especie de idea muy imaginaria, un recuerdo, un lugar co- min, una eGlala de trasmisin de co- sas de un época a otra. Rafael Filippelli: Coincido, porque lo contrario seria pensar que In trasmi si6n es un proceso que deja intacto to trasmitide, De todos moos quisiera pensar. que an en la forma difusa del recuerdo, hay algunos elementos. que fancionan, en un sentido fuerte, den- tro del registro 0 de Io documenta Me refiero at lt situacidn del registro, ya lo que de ella queda en ct film. Se trata del azar y de la materialidad, dos cosas bicn distintas. EL azar: no hay nada en ¢l reatismo actual que indique ‘que el azar tiene algdn papel «se pa pel que jugaba, para dar un ejemplo, Ia Mluvia en Ladrones de bicicletas, donde una Muvia desvia svatrosamente destino no s6lo de fos protazonistas sino de la propia narracion, Por st- puesto que seria anacrénico rectam: tuna continuidad con nna podtica que cuenta afios, pero al ccuestiones muy hisicas del cine po- rian no ser pasadas por alto, No hay ningdn programa a cumplir: hay pro- hlemas que raturalmente puedn reci- bir disintas solnciones pero que no pueden ser pasados por alto a menos {que se los reemplace por otros proble- amas igualmente inieresantes, Yo crco que en ta pelicula de Martin Rejtman no hay herencias sino la mares de esos problemas (que no estén aludidos en Mundo gria) y.enetecto, Silvia Prie- 10 eveca tanto el azar como ta ma terialidad, EL programa de Rossellini noes el de Visconti, ni el de Visconti ¢ el de De Sica pero en ellos hay mis allé de coincidencias epocales, tuna visién de la materialidad del es. pacio, que creo que es uno de los pro: blemax que no se puede pasar por al- 10, ¢sa forma de relacion que el espeicio mantiene con la dimensidn temporal No me niego a aceptar que haya un cine donde el war no juegue ningdin papel, pero tengo que plantearme la -gunta: {qué pasa con la matcriali- dad y el tiempo. cuando se registra de este modo? David Oubifis: Me parece que estés exigiendy que, $1 se ¥ 20, deberian respetarse sus protoco- los, pero esos protocolos no son obli gados para una pelicula que se hace hoy en fa Argentina, que no ticne que compartir los que tenia una pelicula italiana de 1948. a recupersr al- Rafuel Filippelli: Lo que me pregun Woes por qui 9 cuestiones, que no son sOlo del realismo sino de la modemidad en el cine, son abandon- das. No digo: sin azar no hay realis mo, Digo simplemente: no hay a me pregunto por qué Radi Beceyro: Yo eco que ra y faso primero y Murdo gria des puts se caracterizan por dos rasg Uno temitico, de pertenencia social de sus personajes, para decirlo rapid mente, los personajes son pobres. Y tuna cuestién formal: avsencia de ver 6m narrativa, Alan Pauls: Yo no seria tan lapidaio. Hay cosas que yo advierto, y que ad- gusta 0 no me pasa con ef cin sentino y no me importa si me gusta 0 no me gusta, No me inte- esa saber eso, no me interesa ni si quiera quien dirigié esa pe licula, Por primera vez, veo el cine jentino come algo que va avanzan. doen ura direceién muy confusa, pe- ro que tiene un movimiento. A tome jor dura seis meses més, pero es no me import de modo homogéneo y decidido en et Veo a que no estaba cine ‘argentino anterior. Hoy forma y produccién son el mismo problema Pensar ta forma es pet ciGn, Este es un rasge que t comin Pizza, birra y faso, Mund gria, Silvia Prieto, Crisintemp, la pe licula de Albertina Cari, Chicos ri cos. ta pelicula de Bellotti. Peasar a la ver la produccién y la forma no da wiamente peliculas buenas. pero to que da es un cine no acomplejado, Y enesto se diferencia del cine tino anterior que estaba completamente acomplejado y era victima de todas las cosas que no podia ser ni tener. El de hoy puede ser mal cine pero no ke so no me parece menor. lampoco es menor es la produc. Lo ovo que trinsformacién que hay en los acto- res. Nosotros caras que estén en las nuevas pelfcu: las, No hay nombres propios dettis de no reconocemos Las los actores, sos actores existen micn= tras dura la pelicula y dejan de existir ‘cuando termina. Ya la ver, ta incor poracion 1 le no autores, Este ago si podria ser heredero de cierta tmdicia neorealista. No me interesa mucho discutir si las peliculas son ma- las @ buenas, sino qué es lo que me resulta interesante en elas, David Oubifia: A mf también me re~ sulla més reconfortamte ir hoy a ver cine argentino donde, coincido, cl pro- blema de la forma ¢s el de la produc- Bebedlleddesseeilledtelsyy pene es cone ete tene een cess ne oo eee ee ee ee assessed ci6n, Pero, igual, el intemogante s gue, pomue hay diferentes modos de resolver la relacién entre forma y pro- duccion, La forma en que lo resucive Sapir en Picado fino es més interesan- te y, en ese sentido, nunca es indife renie el modo en que se establece la relacién entre forma y produccién. Est relaci6n es el punto de panda y no cl punto de legada. Muchas peliculas dan la impresign de que si se filma los fi- nes de semana y por fuera del sindiea to, eso ya les asegura alguna esistica. ‘Alan Pauls: Si Sut flmaran tos fines de 5 drfa mal, Porque ellos siempre reivis dicaron otra cosa. Iban al Instituto de “ine a decir necesito tantos millones de d6tares. No pueden pensar formal- mente el problema de la produccién ‘nj pueden pensar. desde el punto de vista de la produccién. el problema de 1a forma. En un pats quebrado desde hace décadas los cineastas querfan ha- cer peliculas de dos millones de déta- res. Esa ideologta también qucbro. Rafael Filippelli: Me alegro tanto a fines de os sesenta. con 10s De la Torre, los Bamey Finn, los Aristarain, Pero incluso estas peliculas que plan tean el problema de la relacion cntre forma y produccién, lo saben todo de simismas, Eso pasaba en las peliculas de De fa Torre y pasa en muchas de las actuales, son como peliculas de te sis. La dinica pelicula que me genera a imi una diferencia en este sentido es Silvia Prieto, diria incluso deste cl panto de vista sociologico. La repre- sentacién sociolégica que hace Rejt- man se sale del clisé convencional de los pobres precarizados. Pizza, birra y ‘fas0 0 Murdo griia reduplican aquello ‘que ya sabiamos. Esto no pasa en Sil- Vig Prieto, tampoco en tos episodios de Mala época, donde me da kr im= presiGn de que sus directores estan investigando algo que ni yo ni ellos sabfamos previamente, ni como da- to social ni como forma de repre- sentacién, ‘Alan Pauls: Quiz4s porque la pelicu- ade Martin Rejuman mucsira algo que te resulta mas ajeno que los chicos de Pizza, birra ¥ faso. Pero 10 que me parece interesante es que el nuevo ne argentino est mucho mls interesa- do ea mostrar mandos que en mostrar personajes, hérors. Rafael Filippelli: Eso seria un rasgo neomealista. Alan Pauls: En efecto: describir mun- dos. Por suerte, el cine argentino se volvi6 muy descriptivo, Por eso hay peliculas que pueden ser malas pero tienen cinco minutos dispersos donde aparece realmente una observacién. Rafael Filippelli: Entonces vos encon~ iis un rasgo tipico de fa modemiceud que pondria en un mismo plano los ‘elementos descriptivos y los elemen- tos narrativos, FMe rasgo esti no S610 en el neorteatismo sino en Antonioni. Alan Pauls: Yo dirfa més, Me parece ‘que Ia herencia de este cine argentino no ¢s con el neorrealismo sino con kt neva ola, o més bien, el modo en que la nueva ola vio el neorealismo. Hay algo de Rossellini encamado en ‘Anna Karina. Y también Antonioni tic- ne esta sensiblidad fashion, Cuando hoy veo las peliculas de Antonioni, Yeo todo el tiempo moda, diseflo, au- tos. ¥ lo mismo en Godard. Entonces Ja nucva ola ¢s el eslabén intermedio. Llamo fashion a una especie de es- fuerzo de deseripcién de los usos y Jas costumbres contemporineos a la Epoea en que se hizo la pelicula. Sil- Via Prieto es una pelicula “costumbris- ta” en este mismo sentido, pres tuna Kégica actual de les intercambios, Rafael Filippelli: Tomo el desafio. A eso lo Hlamds fashion. Yo dirt respecto de la nouvelle vagu ‘no puede sostayarse es el pop. La for- ma de procesar, al menos en Godard, algunos rasgos del neorrealismo es a través del pop. su iconografia. sus carteles, la historieta, los géneros me- nores, Rail Beceyro: Alan se refiere a 10 “desenppuvo™ y subraya la capacidad de Antonioni para captar en sus peli- ‘culas elementos culturales dc una ¢po~ cca, y no s6lo la informaci6n documen- tal de una época que to fotografia proporciona. Y sostiene gue estas pe- liculas argentinas también tienen un fuerte elemento “descriptive”. Fn este caso, Alan alude no s6lo a tos muc- bes sino a ciertas formas de “transac: Gn”, Entonces estamos frente a un rasgo del cine documental a secas, pienso en Wiseman 0 Depardon, y en estos films argentinos aparece una pecie de tentaciGn documental mas 0 menos claborada, consistente en la Presentacion de usos materiales. y cculturales propios de la época en que se produce fa pelicula. Incluidos de diversas maneras, hay materiales. y procedimientos documentales que son percibidos en ta descripcion y también en esos actores desconoci- dos (que probablemente hoy ya se estén conviniendo en conoeides) que operan como “personas” y no como Dayid Oubiiia: Yo creo que la cues- fién no past por una divisi6n entre documental y ficcin 0 entre narra- cion y descripcion, Tal vez sf pase en algunos realizadores, tal vez en K rostai 0 en Moret, pero la evestion no past por ahi en Gaspar Not 0 en Sokurov 0 Tsai Ming-liang 0 en las Histoire(s) du cinéma de Godard. No estoy seguro de que Ia descripein sea Jo que defina una nueva tendencia. En todo caso hay distintos modos de des- cripeién, En el comienzo de El rio, de ‘Tsai Ming-liang. se presentan en for- ma paralela tres personajes. un ado- lescente, una mujer y un hombre. El adolescente va en una moto, el hom- bre se tropieza con él en la calle, e chico se cae, el hombre to ayuda a levantarse, el chico ni siquiera se lo agradece... Y recién después de varios tos. nos damos cuenta de que ¢s- tos tres personajes son una familia, que Jos espacios en donde los vefamnos mo- verse pertenectan a la misma casa y aque los personajes andaban por ese es pacio comin sin tener ninguna comu- nicacién, Ese modo de registrar, aun- que quizé no habria que Mamarlo registro sino una cierta organizacién, produce una diferencia. Me parece, de todos modos, que la cuesti6n no past s6lo por la deseripcién, Otro eslabsn para pensar el nuevo cine es Casavel- tes y, poe supuesto, Jarmusch Rafael Filippelli: Antes de Uegar a Casaveties. y Jarmusch, a los cuales, Hegsiremos fatalmente, quisiera disere- ‘par con ka ascciaciéa que Radl pan- tea entre ta descripeién y lo documen- tal. Si hay una cuatidad del cine modemo en relaci6n con lo descripti- vvo, no ¢s precisamente que lo descrip tivo produzca to documental de un film, sino lo més fictivo. EI elemento descriptivo tiene que ver con procedi- rmientos que vienen de la literatara. y no del documental, porque la descrip- cin, en el cine modemno, es ms afin al discurso indirecto libre y al flujo de Conciencia que al registro, Lo descrip- tivo, en el cine modemo, es una di- mensidn subjetiva, fundamte de subje- tividades. Una subjetividad se conoce asi misma y se muestra en la deserip- i6n, No se puede pensar que tas lar- gas caminatas de Jeanne Mores en La noche tienen que ver con to docu- mental, Por el contrario, son un largo mondlogo interior, donde Finalmente s€ puede entender que esa descripcién era la conciencia, en todo caso com- prartid, de ta pelicula y de Jeanne Mo- reau en la pelicula, dé todo to que ha- bia pasalo en esa noche. Considerar ladescripcién como prictica documen- {al y la narraci6n s6lo como fiecional una equivocacion, La descripciGn esta irrupeidn mas docidida de ta sub- jetividad, No quiero exagerar, de t0- dos modos: la filmacién de un: ments en unit iska de Sie aventura, tiene re pero son mucho menos importantes co- mo documentalizacién que como in tervencién del narrador. como inter- deseripcién tampoco esté tan fuerte: mente vinculada al registro de to que aconteceria indeper climara. Lo descriptive no puede milarse ffcilmente a documentacion ni a registro, La escena de la tormenta est filmada con una planificacién que responde a Ta perspectiva narrativa y I registro. 0 seat que hry unc fcs te marca subjetiva en la descri Alan Pauls: Fstoy de acuerdo con Ra- fael en que la descripcién no necesa- riamente Hleva al documenta y tal vez pueda llevar. por un camino muy re- occido, a una especie de fieeién pura Conira este sentido, es interesante ver ‘como est4 reagrupando sus fuerzas ka ideologta realista, Por ejemplo. ta co- bertura que hizo EI Amante de Mundo gria. Nabia una eritica de ta peticata y también una nota de Claudia Acuia, La revista envié a Claudia Acuna a Jos pagos de Trapero, a San Justo. ¥ allf pas6 un dia con Trapero, contado por Acufta como si fuera Una excur- siéna los indios rangueles. En un mo- mento del dia salen a hacer fotos 2 kas vias de! fesrocaril. Se les acercan tes tipos, de aspecto muy pesado, uno de ellos con un fierro en la mano, Fs un momento de zozobra, Entonces, sigue Ja nota, ‘Trapero se acerca alos tipos y les pide un cigarrillo, Acutla esr be: eso los desarmé por completo. Es lun momento extraordinario, para Pie rre Bourdieu. Lo que Hama la aten- ‘cién es que toda ta critica de Mundo gnc, insiste en la transparencia de la pelicula, en su abstinencia formal. Pe- ro Claudia Acufa, en st nota, revels que la secuencia que la critica juze6 el colmo de la transparencia fue mon- tada treinta y seis veces. Fs gracioso, en ta cobertura de El Amante, el mo- do en que una nota pone en ridiculo otra: sobre la seeuencia que la consideraba como Ia transpa- nguaje, ta nota de Acuna revelaha que habia sido montada trein- ta y seis veces, Rafael Filippelli: sea que hay una confusién entre ideologia realista y es- (ética realist Alan Pauls: Obvio. Si estés del tado de Silvia Prieto, so un formalista, cla- se media, Raiil Beceyro: La recepcién critica de Mundo gria percibi6 algo que estéen la pelicula y que elogia: todo lo que tiene que ver con la cucsti6n temitica, y la presentacién de medios populares ‘con escaser. de puesta en escena que es juzgada como una presentacign di- recta, sin mediaciones. En realidad, esa critica elogiosa describe et objet cibe agudamente su inmediatez. ;No Gta una lecture pesible de aguel “retorno de lo reat"? ;No estamos hae blando mis © menos de lo mismo, pe +0 excuchamos nuestras propias voces como deformadas por la vor de Fl Amante?) Nosotros tambien caracter vamos Mundo gria, y otras peliculas 2 partic de un acereamiento temético al mundo social popular: y de una sim- plicidagl formal. de insuficiencia en ta construccién de la narracién, de casi ausencia de mediaci6n narrativa, ET Amante elogia lo mismo que yo perci bo erficamente porque, para mi, sin sa insiancia narrativa no se puede es- tablecer una relacién con nadie, ni con Jos humildes, ni con los ricos. David Oubiia: Bsa entrevista de Acu fia, en un punto, es muy injusta con la pelicula de Trapero, porque desearta fn significacién del hecho de que al- quien haya compaginado treinta y seis veces la pelfcula, Es hablar bien de la pelicula porque Trapero vive en San Justo. La cobertura de EI Amante pos: tula que la pelicula funciona como cr6- nica, en una relacién directa con su realizaor. Ext ¢s una version muy su- erficial del realismo. Y ta cuestion del compaginado, que la misma nota ca, muestra que hay un realizado que x est haciendo cargo de que wna es ‘ica realista €> también una articula i6n y no un puro registro, Alan Pauls: Se eree que lo dnico que hay para ver es fa transparencia © ba anéedota de los muchaches de San Jus- 10 con un fierro en ta mano, {Pero de qué transparencia me estén hablando? Nada que cuesta treinta ys sginaciones diferentes, es transparente. Rafael Filippelli: No estoy de acver do, Se puede compaginar treinta seis veces una escena y producir um relato twansparemte. La transparencia es una ilusin que puede lograrse a través de ‘una toma gnica, como Bergman, 0 por treinta y seis compaginaciones. La tmansparencia no es la toma Gnica que se renuncia a editar. La transparencia 8 una relacion entre el espectador y 4a pantalla, sustentada en la ilusién de que no hay una figura intermedia en- tre la narracién y su referencia, La transparencia esté basada en la ilusion de que no hay narrador. Dayid Oubifa: No se trata de treints y seis intentos de regisiros, sino de treinta y seis formas de organizar cl material en la edici6n, Rafael Filippelli: Fs lo mismo. Una compaginaciOn reiterada de Lt misma escena puede ser hecha segin la es tética de la transparencia, Si pensa- mos que esto 20 es posible, contend: mes el cine de ka transparencia con el documental. El cine de cia se basa en la adecuacion estindar del plano al contenido manifiesto de 1o y en la desaparicién de las me jones que construyen Ia figura del dor. Por lo tanto filmar para poder cenciysr distintas posibilidades de mon taje no implica obhigstonamente rom- per con ef cine de fa transparencia, Fn esta discusion no fay mucho espacio part las consts que dice Claus Acuna, a wransparce- Rad Beceyro: £1 Amante elogia ta inmediatez y una relaciOn directa con fo repreventado. David Oubifia: Pero eso es una inge: ‘ouidad. Rail Beceyro: No sé lo que es. Lo que yo percibo es ade unit instancia narrativa. Pero asf volvemos ‘alpumode putida, Alan, 1 tun conjunto mis vasto que Mundo 3 y Pizza, birra y faso, posiergaba cs especie de valoracidn a li que yo me imo. porque no ke resultaba digna de afencivin y. en sv lugar, sefalaba a relacién entre modo de produccidn y forma, ka cuestion de los actores, y cl el mento “deseriptivo”. Suspendia la ‘evestin del juicio que consideraina po ar la pre seni en el cine argentino, por prime= ra vez, de €80s tes TANZES. ria Alan Pauls: Sucede que para que vos, Rail, reconozeas nia forma es nec sario que fa elaboracién de «sa forma haya satistecho ciertos reyuisitos. Yo me preguato, en cambio, be punto lus pelfeules que hoy se hae Argentina deen ser sometidas a e308 requisitos, para deeretar si ests peliculas tienen uns elaboracion for- mal o no fa tienen, Yo ereo a priori que on ef cine no hay nada inmediato. Esa es mi premix, Toxo to que veo 5 formal, Por eso yo m0 descarto for mas porque no suisfagan mis requisi tos, Prefier una posicién més tole rante, Los requisitos que debe complir un eines qué Ratil Beceyro: Ni esumoy aqut para iscutir unt lista de requisitos. Cur VV WALEL do uno se siente interesado en una pe- Hicula es por ciertas mzones. En mi caso, hablo de un principio de cons: uccidn, por se le puede dar otto nombre, Acepto totalmente tu extre~ ma tolerancia, Pero los dos sabemos que no ¢s fo mismo uaa mala que una buena pelicula, Quizis pucdas pu mucho ticmpo satisfecho con esos re= {quisitos minimos, esos tres masgos. que son los que despiertan tu interés, con cl juivio de valor en suspenso. Pero quizas también, vos en algdn momento digas: bueno, no todo es lo mismo, y ‘comicnces a interestste més por un film (que por otro, més que interesarte por todos, de manera maciza, Ademés, yo tno creo que sea un valor ser extrema ddamente jolerante con las pelicults Alan Pauls: Cambien tolerante pore Fi0so. Raail Beeeyro: De acuerdo. Pero tam bien uno todos los alos deseubre a, Uno no tiene una lista de nor- te mas obligatorias, Pero, ner ninguna lista, no suspendo el jui- cio de valor. En cuanto ala mediacion: estoy de acuerdo, nada es inmediato, Pero cuando to que estd en el medio es un conjunto azaroso de procedi- micntos de todo tipo, es dificil kumar a eso mediacién David Oubiia: En un punto incide bastante el diseurso que rode peliculas, En las declaraciones que bi- ieron Caetano y Stagnaro sobre st pelicula dieron a entender que Pizza, birra ¥ faso tue casi un producto del azar o de la inspiracion mas capricho- sa. Uno no llega @ las pelfeulas come 4 aconteeimientos puros, sino a través a las de una masa de discursos que no ne- cesariamente coinciden con lo que des: pués uno ve. Pizza, birra y faso fue prescutada casi como un producto dl war: Jos tipos que se reunian en los ures, escribfan y tvieron suerte euan- do pusieron la efimara... Si ta pelic 26 mala, no lo es por falta de prevencidn, sino por- que no logra lo que quiere conseguir. pero no por falta de pkinificacién ni por falta de cultura cinematogrifica: “actano y Stagnaro no son © wos, vieron cientos de pe ‘Son completamente responsables de 10 que filman y de que sus planos, me usten © Noa ME, les sulgan o no les Alan Pauls; Yo erco. adems. que Pi 2a, birra ¥ faso es una pelicula homo- génca y compacta, que no traicion sus propio principios, Rafael Filippelli: El principio de me~ diacion es algo max que la homoge- nidad: es la opersciOn, las operacio- cenire fo que se vara fil lano, Por eso, yo doy vucltas alrededor de ka idea de plano y de sw desaparicién, Cuando dess la idea de plano, desapareee ta mirada. Entonces mavegamos en una especie de magm: que es la imagen, Si alguien dice que todo est ado formalmente es como si {Cues son medi dijera que fas posticas? Porque donde todo es verdaderamente posible, es en a tele- EE Moretti le Rafad Filippelli: Entonces me quedo con Fassbinder, Alemania en otofo, Fassbinder, con su amante negro, es- condiendo la droga porque han escu- chado una sirena policial... ese tipo ti- rado contra la pared blanca, desnudo, tocéndose, mientras. habla por teléfo- 1o sobre Ia represiOn, Eso es distinto a la familia Moretti. David Oubifa: Kiarostami también tabaja ese limite confuso entre fe Gi6n y verismo, Pero lo trabaja a su favor. Me parece que Moretti, como en algunas peliculas de Ackerman, so- bre todo en tas que ella actia, inter- viene en sus peliculas en situaciones ‘que tienen un componente muy fuerte de verdad y al mismo tiempo son fic- cionaes. Alan Pauls: A mi me parece que la ‘gean diferencia es que Moretti incor- Pora cl arte conceptual al cine, Have tun uso conceptual de sf mismo, el mis- mo uso que hace Godard cuando se one en sus peliculas. Fs el cine des- ppués del arte conc kerman, Kiarostami ¢s anterior al ante conceptual. ‘ne que me interesa a mi es cGmMo se organizan los materiales, ¥ en ese sen- tido, cuando veo una pelicula de Mo- nada esta prohibide, que todo podria cnirar, que puede echar mano a todo. Alan Pauls: fsa es una descripcién perfecta de Godard. Puede meter todo y uret ver que todo esté adentro, todo es Gotard, Oubina: Pero yo dirfa que es ano por omisién. Porque esa especie de omnipresencia de la figu- rade Moretti, termina diluyéndota por Wy un efecto de bora fodard organiza to- da la historia del cine y la hace pasar por Godard. Moretti hace un movi- miento que en un sentido es igual y en otro sentido es inverso, Est espe= cie de mostracion impiidica de si mis- mo genera el efecto contrario al pro visible Rafael Filippelli: Pero tambin se po- dria decir que Vivir su vida ¢s la pe- licula de 1a mujer del director. Pero no es eso, Anna Karina no funciona como lt mujer de Godard y naxka fin ciona en las peliculas de Godard co: mo en fa realidad, David Oubiiia: Me refiero a las peli- ‘alas, 9 videos, de Godard donde ne él una presencia fisica. Alan Pauls: Habria que ver oSmo se pone Godard en sus peliculas, los par- Tamentos que se adjudica, la ropa. Rafael Filippelli: £1 ti0 loco de Car men, un visionario, conspirador, 1000 en King Lear. ;¥ Moreti? Alan Pauls: Es exactamente lo mis- mo. El golpeado, el amnésico, el tipo ‘que tiene un problema perceptivo.o men- tal, el idiots, cl que esta afvera. Lo que ‘une Moretti y a Godard es a idea de que fa estupider. es una materia, David Oubiia: Lo que yo entiendo es que Moretti presupon Gosard. Alan Pauls: Lo que es pertinente ala discusiOn es que Moretti es godar no en el sentido de una cierta relacién con To real. En ese punto yo creo que Moret es godardiano de una manera que, incluso a Godard, le podria re- saltar ieconocibl David Oubiia: Yo creo que la pre- sencia de Godard en sus peliculas es como una offenda, Fs fo que dice J Louis Leutrat: Godard entrega su pro- pio cuerpo al cine en el mismo senti- do en que se dice que alguien “entrega sa cuerpo a la ciencia” para que se diseccione. Porque su personae es 10- , 0 tonto, un minusvalido, 0 un bu- fon, un descentrado. Y el personaje de Moretti es también siempre un des- ccentrado, que no entiends fos debates politicos, que ha quedado afuera. Go- ‘hud también es alguien que se ha que- dado afuera. De todos mods, haty di ferencias. Godard tiende a orquestar todo Io que entra en el film bajo sa Orbits, FI movimiento de Moreiti es el inverso, cl de dilvirse. De todss for ‘mas, yO no dirfa que Moretti ¢s un heredero de Godard. Es, como probe: blemente muchos otros, alguien que lo presupone porque viene, literalmen- te, después. Alan Pauls: Obviamente en Moretti no hay procedimientos formales go- dardianos, como hay por ejemplo en Mal Hartley. En Moretti no hay pro- cedimientos formales, a menos que tuno considere que el arte conceptual es una baterfa de procedimientos for- males, Porque Moretti es también un cineasta de la no forma y uno no festa preparado para ver cine de la no forma. Raiil Receyro: Tengo la impresion de ‘que, en esta conversacion, Moretti va a quedar como el cineasta det siglo XXL Rafael Filippelli: No sé qué podria ser un cine, oun ane, de la no forma. Yo sigo preocupado con algo que tie: rhe que ver con la forma. Me sigue preocupando el plano cinematogrifi- co frente, 1 opuesto, lx imagen. El plano es el deseo det cine, la forma en que se recorta el pandptico. ‘Alan Pauls: Hay planos en todos los cineastas que mencionamos acs. David Oubifia: La nocién de plano presupone una preeminencia det con- ceepto de puesta en escena, Y. para to- mar a Godard por ejemplo, en sus Gi- timas peliculas no trabaja tanto sobre la idea de puesta en escena sino sobre la postproduccion. Las peliculas de la serie Historias del cine estén he- chas completamente al margen de la idea de rodaje. Me pregunto, enton. ces, qué quiere decir un plano en ese tipo de peliculas. EI sentido no esta privilegiadamente determinado por cl recorte que supone el plano, 1a puesta de edmara en un rodaje, sino que 4 producido por muchas otras va- riables, como introduccién de soni- «dos © superposiciones que se realizan en la postproduccién y no en fa pues- cescena, La nocién de puesta en escena, en el sentido baziniano. me parece que no funciona cm las dit mas peliculas de Godard, donde la nocién de pl ser pros blemética. Alan Pauls: Part mf un plano, ahora, es un limite intemo mas alld del cual algo pasa a ser otra cosa. El plano es tun Iimite intemo y I imagen es el no de plano para que dé cuenta a ta ver de un plano de rodaje y de un plano de postproduecién. Rafael Pilippelli: Un campo (un pla 1o) tiene como presupuesto la proton gaci6n imaginaria de agucllo que esti npo. Todo el cine se hasé en David Oubifia: De nuevo: esa nocién cestt muy ligada a la operacién de en- culre, En as dtimas peliculas de Go- dard, més que la idea de un recorte est la de una construceign, ;C6mo se modifica ta noci6n de plano en tos tl- imos videos y la dliimas peliculas de joxtard? Rafael Filippelli; No hace sino traba Jar cl plano, Cuando en Dos 0 tres cosas que sé de ella.. David Oubitia: Dije las dltimas peli- culas de Godant. Rafael Filippelli: No se modifies mu- ccho cl encuaddre de Dos 0 tres cosas que sé de ella, si se to compara con os encuadres For ever Mozart. En Dewx foi cinquante ans. los encua- dres de Piccoli son fos mismos, Es el mismo sistema Alan Pauls que 108 pel qué cosa Hablamos del plano por- ie Seguir hablando de Rafael Filippelli: Nos permite seguir hhablando del cine. En algdn punto, o se ha- bla de Godard 0 se habla det futuro del cine, Algo debe medio, Rafael Filippelli: Hablemos de Tar kovsky, Alan Pauls: Tarkovsky no est4 entre Godard y et futuro det cine, No es el eslabén con el futuro, Rafael Filippelli: No hay una eseena en Godard que plantee la indecibili- dad como la escena de la television en EL sacrifici. Esa indecibili parece anterior a Goxavd. David Oubifa: Lo kovsky es que trabay ccontrario a lo que deberia trahajar t0- do et cine. Es ef pasado del cine. Lo ‘gna llevar el cine tres siglos antes, Tar kKovsky ha hecho fo posible por llevar el celuloide a una materia que sea pa- reeida al marmol, Mientras que G dard hoy esta pensando el celuloide cen terminos de electronica, Rafael Filippelli: P1 plano secuencia de la bicicleta, en EU sacrificio. es de tuna modernidad radical, Hay una ma sa de tiempo y una masa de espacio contadas sin cortes © incorporando cl svar. Como sucede en el plano secuet cia donde se toca Mozart en Weekend y en el plano secuencia final de El pasajero de Anwonioni. Tarkovsky 00 trabaja menos con el azar que Godard © Antonioni. OrbisTertius Revista de Teoria y Crises Literaria SUSCRIPCIONES Ainciuido flere néreo) ‘América Latina Restodal mundo PAGOS: Cheque on dsiar Alan Pauls; Ds tan artesana David Oubifia: Esa escena es un o- uenaje a Dia de fiesta de Tati, que fue el gran moderne melancdtico, que ‘a su modo también clausuraba algo. Alan Pauls: Godard es el dniay que puede Hevar el cine en una direccion que ni siquiera puede Hevar el nom- bre de cine. Tarkovsky, biera hecho peliculas PictOricas, més religiosas, max subli- mes. En cambio Godard no retrocede incluso ante la idea de estar haciendo algo que no es cine. Rafael Filippelli: No se me ocurre el cjemplo, No conozco ninguna peli la de Godard que no sea cine de la manera més brutal. David Oubiiia: Godard trabaja en for- mato de cine, y al mismo tiempo tra baja en video, en cortometraje. A\ ‘viesa todos Jos formatos y siempre es Godard. Por eso tiene una relaciGn con el future, pero no una relacién de re: sistencia, sino de vision, Y no es el ‘0, Nombramos también otros ci= tas esta noch Ese distogo tuvo lugar en la Redaccidn de Panto de Vista (eepitrada poe Santiago Palavecino y edando poe Beatns Sarl). La versie que se publics fue resisada poe lon pticipanies. NUEVA SOCIEDAD ANUAL BreNAL (nim) (i2nume.) USs "50 (USS. 8 USS 80 USS 145, ‘8 nombre de NUEVA mbre de 1969, el ditt gente sindical Raimundo Ongaro le di- jo a Rodolfo Walsh después de leer “No entiendo 1 no de sus esctitos: scribe para los but comentario, que podria h ‘Walsh tenia autondad en el cz Ktico, comienza a cobrar. desde en: tonces, proporciones exorbitantes, Fx In trayectoria de Walsh porque. hacia esa época, no 56. lo estaba revisando en elm mado, en este proc tivo Principal por ¢1 cual abandonar ta fic ion: “La denuncia waducida al arte de la novela —sostiene en la entrevis ta de Ricardo Piglia— se vuelve ino- fensiva, no molesta para nada, es de- mo arte” (p. 219. Mientras ta fiecién tuna esfera desvinew in directa, la ofensa tes timoni n de los sujetos y sus conflictos, asi como la perspeciiva —politica, no artistic: de resolverlos, Por un lado, entonce: cestin los aliados. a quienes no se debe ofender, ¥ por otro estén los “ene gos’, que también determi reacciGn, el valor de la obra. ssi queda asf pendiente de las necesi- dades técticas (una de las palabras mas usadas en el yocabulario militante de la época) y de una serie de lealtades que regulan tanto to dicho en el texto como sus omisiones, Pero plantear Ia cuestién estétic desde la necesidad de instrumentali- zar su eficacia, conduce al escritor. por tun lado, a desconocer los efectos me- diatos de ta distraceiGn esiétiea y, por oro, a anular ta especificidad de las posiciones. como si al letmdo sblo le quedara la tarea de ser un mediador (cosa que, en realidad, ni siquiera se aplica a ;Quién mato a Roserdo?) Como veremos, Rodolfo Walsh tuvo ‘que pasar por el fracaso de ta militan politica y experimentar la imposi bilidad de hacer lo que denominaba para volver a reconocer cl carieter dindmi- ‘co que podian tener las posiciones que le ofreeia ta uadicién leurada. Laofen. ‘embargo las cosas no eran tan sim ples y aquf el voluntarismo de Walsh tropezaba con sus propias cavilacio- nes y dudas. En 1973 ubli- ear el cuento “Un oscuro dia de just. cia” precedido por la enuevista de Ricardo Piglia ttulads “Hoy es impo- sible en la Argentina hacer literatura desvinculada de ta politica’, En un contradiccién Nagrame que no siem- pre ha sido puesta de relieve, Walsh sostiene que que abandonar La que consta de un cuento de los irlandeses. Ademas de la recuperacion de ta firma de escritor, Walsh termina recu- rriendo —en este libro— at un tipo de ProducciOn muy alejada de su propues- ta de hacer una “literatura clandesti- na", Sin embargo, en la entrevista-prt- Jogo el autor se preocups por politizar 1 trama de “Un oscuro dia de justi cia” a partir del hecho de que el cuen- to fe eserito en Jos mismos das de la myente del "Che" Guevara en Boliv 4o que alienta la comparaciGn entre & te y la figara mestanica de Malcolm ‘como una de sus posibles lecturas. Lo cierto es que hacia esa fecha Walsh fo tenga textos literarios terminados y {que uno de fos relatos a tos que habia dedicalo mas esfuerzos. y al que in- tent6 dar forma enue 1968 y 1972, ‘nunca pudo ser finalizadky: es el ct to que en la cdicion de Seix Barral se titula “Ese hombre". Ya cuando en 1970 Germin Rorenmacher Ie come ta que, con Somigliana. Cossa y Ta- fesnik, estén escribiendo una obra te tral colectiva sobre el peronismo, Walst cen sus papeles person ‘0s que presentaha: nenciona este caento y sefla, les, los desl £1, Germén, escribié una parte en que un comisario peronista fe dice a un rilitante peronista antes de lortural: ‘Vo sos peronists, yo también say pe ronista, Vos terés uns carta de Perén, yo tengo otra earta de Perdn, Vas a mo- it por zon" y le da a la picana, Mi presencia tal ver inttanguiliza 2 Germsn, Hago lo posible para tran Guilizarlo, Le digo que yo tambign ten go un euento emperado. que se lama TE Hombre”. donde digo cosas como ‘gue no me decide a termi narlo, publicario, Entonces se anima Estas cosas hay que empezar a éaas. Pe cuento, que ficcionsliza trevista que Walsh tuyiera con Perén, si bien tiene “Esa mujer sauna situacién ab- solutamente distinta, Mientras.“ mujer” es Ia escenificacion de un agonismo y de un posible interc bio (unos “papeles” por el “cadiiver" 5. Bie homve...opsit. p15, sbeayao mi, En i edcin, tan muaucineamente anotaa por Daniel Link, wo se die se ata de “Exe heen te ta feo 70. no solo el s¢ llega a expiicitar sino en “Fse hombre nismo nune: métzico € que el in osihle, EI narador es seducido por 1 Vigjo” y. en ningén momento, pue de ponerse en una situacién de tran- n. “sas cosas” de Ins que bbl Walsh en el diario jams se dicen vento, ys voluntad es arrac clave polt- tica de esos aos. Lo que muestra este io inconcluso es que, en politica, cada vez que hay discrepancia, Ia le- altad debe wansformarse en obedie cia para poder subsist. En este hueco que el relato testimonial no puede Ih Ish no puede ofender al lider al, mezcla de sabio y de padre), se constituye Ia ficcién de “Un oscuro dia de justicia” en el que el ejemplo del “Che”, en ta interpretacién, puede en esos dias rewomaha al pais ® La tealtad que. en términos de ¢: aliza a “Ese hombre”, con- nuevas potencialidades, La fiecién no sirve, en “Un oscuro ditt de justicin”, como ofensa, pero sf como instrumen- to para reflexionar sobre ella: con la alegoria, en tanio “lenguaje formal de la subjetividad negociada”,” se reve- lan as potencialidades de la ficcién como factor politico y se configura desobediencia (la interpretacién que diserepa) como posibilidad de Ia lec- tuna, Asi. en este cuento, Collins se decide a redactar una carta —género cen ef que Walsh depositard fa siniests politico-literaria de sus dtimos dfa Wo la tntimidkad ya. no es posible. ido la ofenst constituye a los per- sonajes como sujetos, cuando lt con- iencia del terror exige el intercambio entre pares (“la condueta y la locura del celador Gielty eran ya una ofensa para todos”), Ea este caso, Ia ficcién decir, no de un modo ofensivo pero sf perceptible, los riesgos de cons truir una imaginacién politica y lite cen Ik que todas las fichas se juegan a esa cate Timitada de fa tealta, 4 Un lugar comin se viene repitiendo alrededor de i teratura fntima —como dice José Emi- lio Pacheco en el prélogo a ka Obra literaria completa— no es menos s0- ni menos politica que Operaciin ‘masacre”. Sin embargo, la inmediatez del testimonio y el documento no pue- den ponerse iano a ficcidn sin disolver sus expec les: In “literatura intima” de Walsh supone que cualquier detalle puede ser leido desde una perspectiva politica Gate n una de las interpr de “Un oscuro dia de justici en ningiin momento sostien lo hace ¢ Quién maié a Rosendo?, que 1¥ que politizarlo todo, La dife cia es importante porque. en el primer spta que el caricter erftico 0 encia de cicrtas dimensiones a no depende de su operatividad practica 0, si se quic de su capacidad de ofensa inmedia Es decir, una negatividad de to po co en términes instrumentales que abre el espacio, para ta literatura, de una ‘experimentacién formal con la ambi- sedad y ta indeterminacién, zonas ue, en los libros de testimonio, apa- n como resistencias 4 ser climina- das, La “Titeratura fatima” de los c tos es menos politica sin por eso ser menos eritica y mantiene una dimen. sion del cntte to muy clabor da que no dey Ios ef Ela ismo Walsh aceptd esia divi si6n, sunque en términos tan m {queos que convertéan las contradic nes dindmieas de los letrados. en aporias irresolubles: segin su clasiti- «atciOn, mientras los libros de cuentos pertenecfan a la “literatura burguesa”, los libros testimoniales pertenecfan, “al ver", a la “literatura revoluciona- No es dificil reconover en la pos. ura de Walsh un componente pop lista que se define, bisicamente. en la idea de que el escritor debe ir desha. Gigndoxe de sus caracterfsticas burgue- Sas part integrarse al campo det pu io. como sé et pueblo fuer el lugar nel que la iberacion ya esta asegu- 6n de este “pasarse a 6 Vee as palabras de Walsh en la interpreta ca gue hace del evetto en bs entrevista coe Pigha: “Muy apicable a situsciones me wstrae:concretamente pro pio totalmente miso, dee la persona, ef hisoe haciendo ls revolaciSa ex vez de ser cl conjunto del pusblo cusa mejor cxprestn ex sin dada el oe, en exte caso el Che Guesara, peo gue vin tipo atado poe sande que sea puede hacer abyolutamcate 8a (he Lo mo es wm tipo wend de fuera pocgue fo hay ninguna sonaodacién peyorativa para el tion que ene de afvers, que se ple, 58 jeg ec un béeoe[..] pero aprenden que te tenet {pe cominar cate eller” (ps 213) “The Musical Absolu gue, wien. $6, worane B 4 pueblo” es muy lejana, pero en los ios 60 estuvo alentada —entre otras ‘cosas— por los eseritos del “ Guevara quien. en un influyente dis- eurso de 1959, sostuve: “Y a los se ores profesores, mis colegas, tengo que decirles algo parecido: hay gue pintarse de negro, de mukato, de obre- ro y de campesino: hay que baiar al pucblo, hay que vibrar con el pueblo. es decir, Jas mecesidades todss de Cu- ba entera”. Atos despues, Régis De- bray, también un hombre del circulo guevarista, se dirigia a los intelectua- Tes (en quienes encontraria mucho eo) sintetizando su posicién en estos tér- minos: “Sin fusil, pésima pluma, sin pluma, pésimo fusil” (las palabras eran arcaicas pero la consigna actualisima).* Hubo, ademds, otro hombre muy pe ximoal “Che, el periodista Jorge Ri cardo Masetti, que ejercié una gran influencia sobre Walsh. Amigo per- sonal y compatero del importante emprendimiento periodistico de Prensa Latina a principios de los se- senta, en marzo de 1969 Walsh es- cribi6 el prologo a su libro Los que tuctan y los que Horan, Iniciador, cn el norte argentino, de una guerri- Ha mal calculada (su pronuneiamien- to coincidi6 con el inicio del gobier- no de Illia). Masetti adquiere, a los ojos de Walsh, la estatura de un hé- roe: ef hombre que se decide a d jarlo todo y que es capas de “vivir Lo que fascina a Walsh es el abandono del individuatismo, como mare: ra de la arrogancia burguesa, y It ymersiGN en UN ANONiMAtO gue SHO sabe de acciones y no de acumula- ciones. pasaje hacia esas posiciones po= pulists y anti es dificimen- te pod convivir con la resistencia de Walsh a sactificar su literatura, En su interpretaciOn, esta resistencia n0 cons- tituia cl recenocimiento de que su ¢s- tilo 0 sus cualidades de eseritor pod an ser centrales en la lucha politica, sino el rasgo distintivo, como escri- be en su diario, de “una estructura mental que seguia siendo burguest (p. 93). Con este ffcil expediente de denominar “burgués” todo aquetio que no fuera abandono del vano hombre del eseritor 0 del individua- lismo, Walsh s6lo ia a poder opo- nerle @ una “literatura burguesa” un proyecto que. por mas violencia que sjerciera sobre su propio pasado. s6- lo podfa disolverse en la acci6n po- litica, Meses antes de su asesinato, Walsh iment6 un repliegue que es descript asi por quien era entonces su pareja, anos, como miembro de la organiza- cién montoneros habia sido un mi is “Vuclvo a ser Rodolfo cribia cons tantemente”? Ademds de continuar su cextraordinaria tarea como periodista en ta clandestinidad, comienza en ese en- jntométicamente, a escribir y las cartas, géneros en les que ta imimidad y la firma son valores clave. Y encuentra en la Car: ta-a (a junta militar (iemada con su nombre y en la que se define en tanto ‘escritor), como le sucediera al peque- fo Collins, un instramento para la re- sistencia, pero ya no en nombre de tuna lealtad a una instancia superior sino como modo de romper el cerco del tenor mediante 1a alianza entre iquales. El repliegue hacia su nombre cs, en cierta manera, la recuperacion ‘del capital adquirido durante su trie yectoria como escritor, de la figura del intelectual que conquisté, con su ps labra. cierta autoridad y, fundamen talmente, de algo que parecia haber olvidado cn los aftos anteriores: Ia fuerza que pueden tener los mitos li- terarios en disponibitidad cuando un eseritor quiere dar testimonio en tie pos dificiles, 8 La fase, que es oita vartnte mis de fos Innumerables atranques antintolectualistas ‘que Debray veria modulando al menos desde [Revoluctin on la revoluci? (La abana Casa de las Américas, 1967), est tomada 6 la=Cart a sus amigos” que el francés eset 1 durante el proceso de Camitt (Ser Esa ox sobre Aménca Latina, México. Era. 1969, 248. 5, "Ripor€ smcligensa en la vida de Rodolfo Walsh de Lilla Ferra, ineiido en Rodolfo Walsh, vive, Buenos Aves, La Flor. 1994, 9. 198, 200, FioPAME ICA SAUL SOSNOWSKI REVISTA IBEROAMERICANA Instituto Internacional de Literatura Theroamericana Suseri Socios d inidul para ectudiartes: USS 30.00 Individual para protesores jubilados: USS 30.00 Socios protectores: USS 80.00 ién anual: TILE: USS 55.00 5 Pueblo Court Gaithersburgh MD 20878 USA Tarllas do Suscripcién Biblotecas.@ Insttuciones USS 21 ‘Susonpconos indviduales USS 30 Parocinadores USS 30 (Excopeisn Ato NPs 1, 2y 3USS 25) Insttucionss suscriptoras: USS 70.00 Insttuciones protoctoras: USS 60.00, Paises latinoamericanos: individual: USS 30.00, Insttuciores: USS 35,00 Directora: Mabel Morafia Secretario-Tesorero: Bobby J. Chamberlain 1312 CL, Universidad de Pittsburgh Pittsburgh PA 15260 USA, Modbos (recientes) del imagina en el Brasil de la descomposicién Siete imagenes vistas y dos anti-imdgenes revistas Teixeira Coetno Hay un aspecto del imaginario joven, del imaginario en formacién en el Bra- sil de hoy que definitivamente asusta, tanto en sf mismo como por To que puede generar en un futuro préximo. Me refiero t lis pesaillas que a niflos de cuatro, seis, desputs lescentes de uece, quince, y ahora j6- venes de dieciocho, diecinueve afios, Y que se traducen esencialment: en ura situaciOn en ta que un ladrén, wn asaltante, quiere entrar a sus casas 0 std en sus cuartos o los persigue por las calles. Es una peslilla recurrente, que ni yo ni mi generacion conoci ‘mos, al menos no con esa intensidad Y esa frecuencia, Nuestras noches se 6 #PaereEe a age Coe. é @€ e vvieron espantadas por otras pes: quizé tanto 0 més densas. Pero dife- rentes. La particularidad de ésta es que no se refiene al universo de: las iméige- hes mas 0 menos inevitables, como las pesadillas que remiten a un imagi- nario colectivo arquetipico o al imagi- nario individual, singular, con sus tra 270s especiticos derivados de un estado umiliar, Esta nueva remite, al contrario, al uni verso de las imagenes historica 0 so- cialmente determinadas (algo en cier- ta medida novedoso en un pais sin guerras como éste), que estén lejos de Fevelarse como inevitables 0 me in principio, seria posible pensar «que estas imagenes pertenocen all uni- verso no de la totalidad det conjunto social brasileto (para no usar, 8 pro- Pisito, el éemino “sociedad”, sino al universo de uno de sus segmentos, el de una clase media que puede sentir recelo por el arrebato de sus bienes porque todavia los tiene. Sin embar- 20, no ¢s nada improbable (pienso en los favelados que aplavden a la poli- ‘cia cuando se enfremta con Jos rarco- traficanies) que se trate de una ima xen compartida, en alguna medida, por oiras clases. Lo que me interesa saber Jo que me preocupa— es qué tipo Ue imaginario puede ayudar muir esta imagen recurrente en las pe sadillas y qué papel desempeftaré ese imaginario en la organizaciGn indivi dual y en ta estructuraciéa de las re Iaciones sociales, Porque ¢s el imag nario el que da un efecto de discurso y de insereién en el mundo. Es el imaginario, en suma, el que dirige: no hay que vacilar en esta afirmacién ni en la identificacién de sus consi cuencias. Mi primers imagen del ima ginario de 1a descompoxicién en el Brasil comtempordnco es por consi- guiente la det miedo interiorizado, Registro ahora otra imagen que impei- ‘me su propia fisicalidad sobre el ima- sinario individual colectivo y que es ‘comparida por el amplio grupo de per- sonas que viven en esto que hace ya raucho tiempo dejé de ser una ciudad, San Pablo, No es la imagen inmaterial construida oscuramemte en fa caverna Personal de cada uno, a 10 largo de la 16 poche; es una imagen bi © offece at los ojos en ef dia —tos ojos del paseante en una ciudad como San Pablo estén siempre Vigilames, tamo si ese paseante es un peatén como si se desplaza en auto {las personas no permanecen mas, ef «sta ciudad, no paran, no se detienen: se desplazan siempre pari no ser nun ‘a Sorprendidas en sus lugares, lo que significa en rigor que ya no tienen tu jgares, que no hay més lugar). La ima ‘gen que se offece continuamente a los (ojos vigilantes, y que los ojos vigilan- tes no pueden dejar de ver, tiene la forma de un cartel adhesvo amarito {y negro que los aulos exhiben en sus Vidrios, que anuncia a todos ¥ « nadie (a nadie porque ese imaginario no en- ceventra interlocutor) que la. persona que esté adeniro “ya fue asaltad!”. Son nillares de imagenes que se imponen alos ojos de los paseantes. en los otros autos 0 fuera de ellos. :Qué &s exac- tamente lo que pide o implora quien ostenta ese mensaje? {Que la autori- dad pablica tome providencias? ;Que el asaltante que esté a la esperaen ese cruce 0 esquina, condotido, asalte otro transedinte? 20 lo que se esta di- ciendo es que yo ya fut asaltado, ta ya fuiste asaltado, nosotros ya fuimos asaliados, ustedes serdn asaltadosy ue, por fo tanto, fx impunidad es to- otras ar la condicién de asaltado (a veces, fingir que ya sé fue asalta- do) u ocultarla? Fn esas situaciones extremas, como en una pesadilla, ta Agia de Ia comunicacién (del sofia dor consigo mismo y con los otros. asi como la comunicaciéin det asalta- do consigo mismo, con el asalante y con los otros asaltados, que a esta al- ura ya somos toxlos) es extravagan- te, casi esotérica. No se sabe exacta- mente qué s¢ esta comunicando, un signo sucto en ef aire, un modo hnisico de expresién més que una for- ma definida de comunicacién, Sélo un historiador del sentido, en un fu- turo a mediano 0 largo plazo, podré retornar a este momento del fin de siglo y proponer una interpretacién aceptable. Llamaria a esta segunda imagen, por lo tanto, Ia imagen de la sesperacion colectiva sin dest natario. sera imagen que colecciono es ‘otra imagen fisiea, visible a simple vis- ta, otra imagen de agresién como lit anterior: la imagen de los graffiti: en edificios y casas de San Pablo, Las pintadas se extienden a to largo de ki- Kometros. Fn ests inscripciones débil ente cripticas hay un sentido prima- rio, estipido, que intenta transmit a ‘una patota que otra patota ya pas6 por all, asf como los cachorros que pase an por una manzana orinan en 10s pos tes, los dboles y las tapias para decir les a los otros cachorros que ellos pasaon por allf primero, Sin embar- 20. no hace fala ser un perito en se- iotogia para entender que esas pin tadas quieren transmitir un significado final ms smplio que ¢s el de una enor- me agresién contra la ciudad, contra todo y todos en ta ciudad —una agre- sién victoriosa ya que a ella asisten todos jinicamente en la posicién de es- pectadores. Es posible dehatir det damente y con agudeza acerca de tos motivos de esa agresion. Es posible decir, en el extremo menos sofistica- do det espectro, que se trata de una respuestaa la agresi6n Fisica y simbi- fica que la ciudad impone a todos, es pecialmente a los més desposetdos, y. cn el extremo més expecioso, sugeric ‘que, en una sociedad donde el valor esti en el aparecer (en el diario 0 en Ja televisi6n, aungue sea en Ta tribuna de una eancha o entre el pablico de un programa degrakanie), ese es el mo- do que algunos encuentran para ha- conse ver secreiamente, es decir, ocul- tando neur6ticamente su identidad en el mismo acto de afirmarla, por miedo Ia policfa (por otra parte inexisten- te): incluso se puede decir que, cn tt Hamada sociedad de ta informacién, fen la que los mensajes se cruzan y se atropellan por todas partes, comunica- es ty que menos existe: por lo e busca la expresidn pura y sim- ple, dénde y eémo sea, en fa forma de 4a pintada. La imagen de conjunto ge- nerada por la acumulaci6n de grafftt? 5 la de una ciudad en guerra: los tra- 70s grucsos de esos graffitti son como agujeros abierios en las paredes de las ‘casas por morteros de gram calibre, ta 20s que disiorsionan, que ocultan la forma original de las edificaciones y las borran, literalmente, del mapa Las ppintadas borran todo. Solo no borran, saparentemerte, una Gnica cosa: los car teles publicitarios. Anduve en auto du- rante dos dias, a fin del aiho pasado. en basea de un cartel pintado. Fue en vano. Alguno dederia estar pintado, Pero comienzo a sospechar que no. esos dos dias, en ef cuadritatero for- mado por Ios tercero, cuarto y quinto nuevos centros de la ciudad, en exe ‘cuadnlatero de oro como lo llamo, nin- sgn cartel pintado, Fxplicaciones para el fendmeno: 1) las empresas de car tcles publictarios mantienen una. es- Jgilancia sobre sus urea dificil: 2) esas empresas pagan un tributo preventivo a fas patotas para que no alaguen sus instrumentos de trabajo: no es invia- ble; 3) una hipétesis que me seduce més: las patos no pintan sus propios suefios, Sus propios imaginarias, aque- los materializados en la exuberancia de mujeres lindas. hombres sin ropas yy sus bellos autos rodeadlos de bienes de consumo descables: esta lectura puede parecer arcaicamente: marxista, Yen ese caso quiz valga ta pera res catar una sugestién implicita en ella, ta de una pervertida y tampoco nueva lucha de clases en la que se atacan las posesiones de la “otra” clase pero 0 la represeniacién de esas posesiones. La tercera imagen que rescato es, de este modo, la de lt rsignacién colee- tiva frente a la violencia simblica, Todavia cabe una cuarta imagen en este texto limitado, Como fa anterior, tampoco es fruto de una elucubracién teOricat es bien fisica, esté dotada de ‘una materialidad completamente visi- ble y aparece también en los vidrios. de los autos de ta ciudad de San Pablo, fuso, Esta imagen es una frase que di- ce esenciaimente, con pequetias varia. Siento vergtienza de los concejales de San Pablo. Mi cuana imagen es por tanto la de la vergiien- za: Ta vergiencza civiea, para usar un {érmino que an conserva para noso- tros, brasilefios, un sentido muy sos- pechoso y desagnidable, dala la pro- ximidad. temporal con la reciente UbBUULUUEY dictadura, 0, para recurtir a owo tér- mino tomado en su dimension etimo: légica primera, la vergbenza polit Se trata de una vergUenza frente a lt politica entendida como {a activi de la represeatacién legal obl de los muches por uno solo —pero me interesa tomarla en su sentido de vergiienza frente a una polis adminis tmda y representada de ese modo. El punto de partida de esta vergaenza es la esfera municipal, pero todos sabe mos que la misma vergienza se am- pa hi televisiva extiende, bia al infinite... 0 i Esta im nas no percibimos la existencia ¢ centidad que las perso: politica abarcadora, que ati Fe 9 &O %e' oo”, BeaaQettee®*sa Fem ®ea viese la vida colectiva y la dirija hacia la consecucion de aguello que consti- de los tiempos el ob- jetivo bisico del hombre y ta soci dad, Ia bisqueda de ta felicidad, pakibra que hoy suena como blasfe: mia, inmoralidad estupidez mont ‘Combinada con las anteriores, tuy6 a lo esta imagen dice que no se percibe ninguna idea de ciudadanéa que una 2 los gobemantes y a los gobernados ni, y esto es importante, a esos entre sf (ca quign le estoy diciendo que “ya fui asiltado"?), que una aquello que en San Pablo se Hamaban barrios, y que hoy son apenas z nombre—, en torno de la idea de una ciudad, (a cust nes entonces la de la vergiienza polit A estas cuatro imsigenes —una de cae ul, reednditamente subj tivo, y las otras tres de una objetivi dad alarmantemente visible— puedo sumar otras tres que ayudan a consti- tuir el cuadro que me interes, Tienen que ver con la televisiGn, dimension de imporuncia fundamental en laela- borucion de un imaginario colectivo. La primera de este segundo y par Licular grupo se refiere al modo de pro- a del sentido que la televisién, cen sus programas y en sus publicida- des, tiende a privil destacar dos modos de produccion del sentido, En uno, el modo metaférico, tun signo sustituye al referente inicial ‘eguida sustituido por otro que fa su ver sale de la escena en favor de un tercero, y asi de seguido, al infini to, en una cadena vertical de creacion de nuevos significados. Por el modo metonimico, los simbolos ya genera- dos metajéricamente no son sustitui- ar. Me interesa 18 dos unos por otfos, sino que son dis- uestos unos al lado de los otros en lun juego combinavorio en el que s6to varfa la posici6n relativa de los sig- ‘nos, Fsos des modos operan o deberi= ‘an operar en conjunto, Separarlos es fraginentar fa significacién, tracturanr do al sujcto ¢ instalando en é1 fo que se Mama adecuadamente alienaciéa ‘porque, entre otras cosas, el modo me- taférico es e] modo del comport to, de la praxis, proxtuctor del efecto de mundo, mientras que et modo me- tonimico ¢s el modo del discurso, del hablar sobre el hacer. del efecto de discuno, En rigor, uno no es mas im- portante que el oiro: si el sujeto se construye en la prictica por el modo metafirico, por el metonimico reco- noce a Ios ofros y se hace reconocer or medio del discurso sobre Ia prac: tica. Lino es nada sin el otro: lo que se puede decir es que tna configuraciéa es may metaférica que metonimica y tra, mas metontinica que metaférica No cabe duda, sin embargo, de que fa gran creacién es metaforica, y de que €l juego mewnimico actéa, de manera predominante, como ta vulgarizacién de las propuestas metaféricas (a no ser cuando esti en manos de los grandes cereadores). Fn la TV brasilefa, no obs. tante, prevalece el universo metonimi- 0 de los efectos de discurso: no se crean sfmbolos. sino que se los extrae de sus lugares de origen y se los combina en brdenes mas 0 menos va Fiagos —pero sobre todo menos que Inds, y alejados de su lugar original de un modo tal que su sentido se ve corrofdo 0 invertida, Fn est condici6n, Jos signos sefalan to inmediato (fun- ci6n tvisica de la metonimia) € impi- den ta abstracci6n, la. generalizacién, Ja expansion de ta reflexion, La meta: fora es siempre una alusiin —pero la TV brasitena detest la alusién por qué en ela los significados se ampli an y escapan al control. ‘Uno de Jos casos més Hamativos de esa operseién metonimica ocurrié hace aproximadamente dos afles en ta forma de tn comercial de detergente elaborado por una de las marcas mis conocidas del pats. que desde hace tiempo utiliza a un mismo actor que logrd establecer con el pablico una fuerte relactin de empatta. En este co mercial, el actor aparece como et Che Guevara, con ef uniforme, a barba ra- inconfundibles y se vale de expresiones mundialmente conoci- das del intelectual gueriliero, como “Hay que ser duro pero sin perder la temura jams" —cita empleada pars significar que hay que sex duro con Jos zérmenes de la sucieds! pero s perder de vista que es necesitio ga rantizar la suavidad de las manos de la mujer que usa el detergemte (por ue siempre es la mujer la que usa et deiergente en la pileta de lavar, nunca el hombre), ¥ alli estaba entonces 1 Che Guevara en a televisicn, 30 aos después, grotescamente vendiendo de- temgente (el actor tiene gestox afemi- nados, y cumple con los. peores pro= infsticos sobre To que hari Ia television con la cultura: en ta mayorka de los espectadores provoca expresiones del Tipo “qué gracioso que es. qué simpa- tice, qué idea imeresamte”), Interro- galo acerea de los motives que to Hevaron a utilizar ta figura del Che Guevara, el publicisia —uno de los més poderosos del Brasil— dijo que Jo haba hecho porque el Che ex ahora tun pop-icon internacional y, en ese sentido, materia prima de la publici- dad. No le molest, asf como no le ‘molest6 a fa mayoria de las personas. insensibilizadas. la impropiedad de esa apropiacién y mistifcacién cultural de una parte de la historia latinoamerica nna por fa publicidad, impropicdal cla- risima para quien se detenga en un aspecto basico del derecho y ta ética, En efecto, la figura det Che Guevara no deberia ser usa en un comercial de television porque el Che fue o un criminal o un marti o simplemente ‘unser massicrado en sus derechos mits fundamentales. Para muchos, el Che fue un criminal —y si fue un erimi- figura no pucde ser asada para vender detergente, Para otros, ef Che fue un mértir del proyecto de libera- cién de América Latina —y en ese easo. st figura y su memoria no puc- den ser usadas para vender detergente ajo los masgos de un actor que strib- ye a todo un carfcter risible y tonto. En tercer lugar. como minimo, el Che ‘Guevara fue una persona aprisionada fuera de las nomas legales. asesinada ‘una gjecucién privada ¥ cuyo cadiver, al que se le negé se pultura conocida, fue profanado con la amputacion de las manos para im- pedir su reconocimiento, Nada de es- to, sin emtargo, parece haber aflors- do en 1a conciencia de! publicista, si es que la tiene, ni en ta memoria his- X6rica de columnistas periodisticos € intelectuales, para no hablar del resio de la poblaciéin, De hecho, en este ca s0, todo el sentido hisi6ricw parce perdido y, junto con él, Ia capacidad de distinguir entre valores. de modo (que un criminal o un mértir o una per- sona vilipendiada y un detergente se toman una misma cosa graciosa. Ese caso configura una situacién radical ywinario de Ia descompoxici6n, su principio no resulta extri- flo: constituye incluso Ia hase de la ‘operacin publicitaria y del discurso televisivo, del cual es nicleo genera dor. Los productores de imagenes para a TY pereiben que: kt metafora m0 tes Cconviene porque escapa al control de quien ta crea. Las metaforas son pell- ‘grosas, dice el narador de Milan Kun- dora en La insoportable levedad del ser. No se debe jugar con las metéforas, dice, Una simple metifora puede He var al amor... y €s0 es exactamente Jo que no se quicre. Ia quinta imagen puede ser asf descrita como la de la hegemonia de tn recombinacién des- contextusilizada del sentido o imagen metoniméa (ats La segunda imagen de este segundo grupo se refiere a la presencia en fa televisién del mismo caso de desma- tcrializacion de interlocutores detecta- do, en una modatidad diferente, en episontio del adhesivo “ya fui asalta- do”, Fs interesante indagar sobre aquel ‘© aquella a quien le habla ta TV bree leila hoy y, en especial, indagar so- bre quién te habla al expectador hoy en la TV brasilefia, Es sabido que ka “TV brasilefa le habla a un sujeto cual- ‘quiera en ura situaci6n cualquiera esto . Me mis destacar que asf como el especta- dor ve una escena en ta pantalla pero std fuera de ella, del mismo modo est fuera de escena la vor de la TV {que habla al espectador en off en los comerciales ¥ en los comentarios de las noticias. Las TV tienen una cara, Inde sus presentadores 0 “anclas”: esas ras Son, no obstante, Figurosamente descartables porque no tienen vida peo- pia, len textos preparades y mo lo- ‘gfan 0 no pueden. por determinacién, atribuir parte de su propia vida a esos lextos, Asi, por encima de esas caras, prcdomina, en el tiempo, una vor eté- fea, desmaterializady, | q 4 La desmaterializacion de fos que ablan por la TV Meg6 a su punto cul- en una campana electoral, en el inicio de ta década del noventa, pa- ragohemador del estado de San Pablo. En esa eleccisn se postulaba un pol tico de derecha ligado a la dictadura militar en los altos sesenta y ochenta, ue tiene en San Pablo un niicleo du 0 de electores conservadores que lo manticne en la superficie desde hace aivos, Su penetraci6n en ese nécleo no le garantizaba, sin embargo. la clee- cién y cl problema era edimo ampliar su electorado. Un pequefo problem: ta simple vision de su figura de hom- bre arrogante, autoritario, exaltado, provocaba, como hoy twxavta provo- a, un fuerte rechawo en ef conjunto més amplio de los clectores. Y ese era reconocido por su propio equipo de marketing, La salida fue ocultar al candidato detris de la mediacién de ka TV. FI no apareceria en el programa politico: en su lugar se veria Ia figura de una mujer simpética. ni joven ni vigja, vestida con buen gusto y sin ex e308, que anunciaria sonriendo tas buenas cuatidades dei candidato, visi- ble apenas de pasada, de ver en cuan- do, mudo, durante fracciones de se- gundo. En resumen, el candidato seria ‘maostrado lo menos posible, otros apa- recerian cn su lugar, otros hablarian por él. La TV sustituirfa al candiino, EL candidato serfa ta imagen de la TV. EL recurso no fancioné complctamen tey el candidato fue derrotado. El epi- sodio puede ser lefdo como un indica- dot del poder en definitiva relative que iene In TV. Pero no puede dejar de ser visto como la exaceracién del principio de la desmaterializacién de los sujetos en Ia TV. Fn este caso es- Pecifico, ct recurso no funciond. Y. sin embargo, ese es el mismo princi- pio que rige todo el resto de la pric- a televisiva. No siempre fue asi y tampoco es asf todo el tiempo, Aun durante ta dictadura militar, las per sonas hablaban en la TV con mens jes propios que. por coincidenci por fabricacién, eran los mismos que los det estamemto en el poder, Hoy, sin embargo, prevalece en Ia TV abienta, que todavia tiene la mayor audiencia, ta diluci6n del interlocu- tor en los portavoces, fas voces en off. las caras sin rostro. ;Quién ha- bla conmigo por la TV? digo finalmente que ya fui avaltado? sta imagen es, por consiguiemte, la de la desinaterializacion de los sujetos piiblicos TT La tercera imagen de este segundo al modo habitu silen: 1 juego es una podeross ma- nifestacién del imaginario que organi- 74 el mundo y el discurso. Fntre las diferentes: manifestaciones del juego —el juego de imitacidn, et juego de competiciOn 0 antagonismo y el juego de azar, por ejemplo—, la TV brasile- ‘a privilegia cl juego competitive. el sonsstico. ef juego a menudo Violento 0 simbdlicamente violento que implica ta victoria de uno y lt erro (la muerte) det ott Es la cons tante: en los espectéculos deportivos, sin duda, pero también en los progra- mas “infanttes”, en ta programacioa de las tardes de domingo, en los deba- tes politicos en visperas de eleeciones Ceuando hay debates), en las mesas re dondas y en tas noticias. La vida es tun conflicto y un azar. hay que resig- nase al enfentamiento y al poder, a a suerte del més fuerte 0 del clegido. que surge disfrazaado por las destino. En verdad, juego es, en la misma det “ya fui asaltado”, la misma de In vergienza ante los con- «xjales, incluso la misma que se siente frente a los graffiti, Ia misma que transforma a todos en espectadores de Jo que pasa al lado 0 encima de ellos. Us la represemtaci6n del universo bra- silefio como algo marcado por el jue- 20 agonistico del conflicto an medida, resigns Estas son algunas de tas imagenes, creo que centrales, de aquello que desde hace un tiempo describo com io de la descomposicion —imaginario que earacteriza un largo momento de la cultura brasileta y en fel que el actual serfa el més fuerte Pero no el nico, Hace trece aos hice Dor primera vez una referencia pi ca.a ese imaginario! Desde entonces hasta ahora, he coleccionado indicios de su elaboraci6n, reelaboracién, con- firmacion 0 invalidacion —y lo que hhe encontrado son sefiales de que ¢: imaginario no se reelabora sino que acentda su rasgo central y lo desarro- Ila, La descomposicién se multiptica: la descomposicion de Ia vida urbana, sccuestrada en el espacio cerralo de les shopping centers; ta descomposi- ci6n de los interlocutores: la descom- posicién de los juegos de imitacién, emulacién y cooperacién por los jue- 0s de antagonismo; ta descompost cién de ta metafora en la metoni- Ia descomposicién del ente al puede mia’ Politico org derivar la ma ciudadania, En estos tree aflos, entonces, las seftales no disminuyeron. Por el con- tran, Pero 0 que no digo mas, si es que algin dia lo dije, es que el imagi- nario de la descomposteion marca a ka ccultura brasitena como un todo. Ese imaginario marca, en veruad, ala cul tura publica brasileta, otro modo Je desir que lo que esta siendo destruido ‘en este pais, al menos desde ta dicta- dura militar de 1964, es la esfera po blica de las relaciones de las personas 1. Moxdemo pris modem, San Pablo, Hari centre sf y entre éstas y quienes las ad- ministran, Con a descomposicida de la esfera pablica desaparece cl esp io piblico —y en su lugar se abre un abismo que estamos lejos de atrave- sar, Un indicio de exa fractura gigan- tesca existente en la culture politica brasileta es la reciente huelga en la Universidad de San Pablo, El discur- so de las entidades huclguistas conti- nda asumiendo un modelo de re sentacién forjado durante fa dictadura ‘militar, que puede ser resumido en la descripeién de un mundo constituido por dos entes, el nosotros y el ellos, {que no convergen en un punto comin: se colocan en los extremos de un enor- y son fruto de ta Jee imagenes senalidas, n constiutiva det imagi- 1 brasileino tal como se ma- nifiesta en todas o en 1a mayoria de las etapas culturales de este pals: de tun lado, nosotros, del otro, ellos —y ‘nosotros no tenemos nada que ver con ellos. En todo caso, foc per ciento cl discurso que asumimas, con riz6n, d= ante la dictadura militar y to conti nda siendo ahora, travestida en fa for- ma de un diseurso fragmentato y fragmentador con la coherencia de una neurosis: ef discurso predominsante una universidad que, sin embargo, mu- cho més quieé que la mayoria © que cualquier otro ente pablico brasileno, esti formada s6lo por nosotros —pri- mera persona del plural, claro—, ade ds de estar también constituida por eslabones que se tuereen y se retuer- cen sobre sf mismos de modo inextsi- ‘cable, por cierto... Nosotros y ellos. {Pero ellos somos nosotros! Somos no- sotros los que los colocamos all, es decir, los que colocamos a los diri- gemtes alld donde se encuentran, so- ‘mos nosotros fos que, en Ia universi= dad, limitamos In competencia y la cficacia de exor dirigentes al punto de la inercia y del conformismo, somos nosotros los que no asumimas Io que les demandamos a ellos... y sin em- ‘argo continuamos con el discurso det nosotros y del ellos, un discurso cnor- memente acomodaticio y autoexclu- yyente que confirma la tendencia hacia tuna continua posicién de espectado- res. Cito este Gemplo, soy consciente de que sumamente polémico, para re- saltar un indicio det abismo cultural derivado de la descomposiciin siste- mética y continua de la esfera pablica en el Brasil En otras palabras. la cul- tura privada del brasilefio, del brasile- fo que se pone de manifesto en la médsica popular de un compositor en particular, interpretada por un cantor ‘© un miisico en particular y ofda por tuna persons en particular 0 por el con: junto de pauticulires que constituyen ‘un auditorio de mosica popalar, © ta cultura privada del brasileflo que se dispone a dar una informacion a un extranjero en Ia calle y mostrarle ast a cordiatidad que, proverbialmente, nos constituye, esa cultura privada to- davia no vesapareci6, Ese mismo in dividuo particular 0 privado, no obs- ante, cuando esté situado en una situacién pablica, como un estadio de ftbol, en la fila del Smnibus © con- duciendo un auto particular (y este es tun ejemplo evidente de mo, en esa condici6n, una persona, en Ia vertien- te nis pacifiea, ignoa completamen: te que existe otm mundo a su alrede- dor y atris de sf y se coloen en el medio de la calle por donde deben pat sar dos autos en paralclo 0 estacions donde no debe, y. en la vertiente mas violenta, tira su auto sobre aquel que os atravesar legalmente la fanja pe- atonal) es un caso vivo de fa descom- posiciGn del espacio piblico, de laes- fera poblica, de la vida pibliea y. por lo tanto. de fa cultura politica del pats, ces cultura que permite fa vida en con- junto, s6lo posible cuando la mayoria {no 6s necesario que sean todos) mira a mayor parte del tiempo (no es ne ceesario que sea todo el tiempo). cier- tas cosas comunes (no es necesario que sea una misma cosa) Si bien no es posible hablar de una descomposicién cultural integral, es perfectamente pertinente mencionsa un pesinismwo cultural piblico? que de- sembocst en la descomposicion de pr0- ccesos como el que sustenta el orgutlo nacional, que es para las naciones 10 que la auioestima es para las perso- nas: una condicién necesaria para cl propio desurollo, segén la formula de Richard Rorty.” Es verdad que en la vida de los pafses (para evitar otro tér- mino complicado: naciones) los mo- mentas y los sentimientos de orgullo se mezcian con los de vergdenzat, Has- ta aqui, no hay problema, El proble- ma surge cuando los momentos y sen- timiemos de vergienza prevalecen sobre los de orgullo, como parece ser el caso brasileiio hoy. La ausencia de orgullo por la dimensi6n pablica de la vida colectiva, sumada al abismo en- ire lo pablico y lo privado (traducido en una formula que me parece muy clara y apropiada: en el Brasil, 1o que ces mfo, es mio; lo que es piblico, tam- bien ¢s mfo—Io que significa incluso por extension que 10 que es del otro también es mio—), estén entre las cau sas ciertas de la violencia que se trans- forma en una pextdilla en estado de Vigilia Viokencia que, asi entendid, no pode jamés ser enevadrada y suelta por el marco econmice. radigma econdmivo de explicac la dindmica social ya no da cuenta de la realidad brasileia del fin de siglo, y este punto me parece fundamental. Si tun Iadrén que actéa en el tréfico con- gestionado del Vale do Anhangabati en San Pablo factura mil délares por mies, de acuerdo con una investigacion realizada pocun diario, es evidente que la economia del Brasil no tendré nin- ‘guna posibilidad. ni siquiera al fin de las décadas iniciales del siglo XX1, de eliminar el problema porque no hay manera de garantizar mil d6lares pot mes a quien carece de toxla instruc- cién, Si el escenario esbozado aqut y fen otfos lugares 8 ComreCto, 108 ¢5- fuerzos para revertir el proceso de descomposicion deherin manifestar- se sobre todo en una base cultural, S6lo una accién cultural concertada Puede accionar la marcha atrés en ese proceso. La apuesta por fa accién cultural, y por la accin cultural republicana, ‘me parece incluso inevitable en el Bra- sil. Otros paises. como Iran —y muy 2. La investgacién sobre cultura politica y ‘onentaaion de valores de los estudiantes de Ta UUSP. ealizads por ol Obeervstori de Poitene ‘Cuhturales en 1998, confirma ese punto: opt mis del joven respecto de su eapacidad per sonal para enltenar el mundo, pestmismo ante Jo colestivo. 3. Achieving our eowntry. Harvard University Press, 1997, probablemente también los Estados ‘Unidos—, encuentran 0 encontraron en lareligi6a el instrumento de construc iin de esa esfera pablica sostenida cen a fusion entre ef nosotros y el ellos, ‘asf como vieron en ella el catalizador del orguilo nacional y de la minimiza- idm de la fractura entre Io paiblico y lo privado, [1 recurso a la ideologia ¥ al mito fue también en el pasado igual- mente effeas. para es0s objetivos: pero tanto 1a una como ef otro estin evi- dentemente en declinaci¢n, Resta la accién cultural republicana. {Qué haver conerctiunente? Pucde sonar anticuado traer este tema a la superficie en este momento hist6rico, Pero antes de deseartarlo Jel todo se- ria conveniente investigar acerea de si no hay una conveniencia tietica y ex- plorarler me refiere a Iu cvestiGn de ka identidad nacional, arduamente traha- jada en otros paises. como Francin y los Estados Unidos, replanteada en el Brasil a inicios de los afos sesenta y dejada de tado por la diciadura mili tar, que se apropi6 de ella para darle ‘ot; signo, La identidad nacional su- fro también ina considerable descom- posicion durante fa segunda mitad det iglo XX en et Brasil. Después de ta redemocratizacién, en los afios ochen- ta, Ia cuestién de la identidad nacional fue prematuramemte dejada de lado por 1a intelligentsia brasiteia. tal vez. co- mo un gesto de rechazo at lo que la dlictadura militar intent6 hacer con ella Svperado, Finalmente, ese trauma, e5- te seria un tema para explorar. al contrario de lo que ta teologia de ta glohatizaciOn, si me permiten la ex resin, imtenta hacer creer. Més an cuando el Estado no desaparecis y no pedemos dejar que desaparezca, en kt en que el Estado ¢s ta nica y a Ghima entidad capaz. de ofrecer mo- tivos de orgullo nacional, como una ‘educacién bvisica prolongada, una si lod individual satisfactoria y una jubi- lacion que no sea una ofensa al ser ‘humano, Eso no lo permitird: nunca la globalizacion, En la lista de To que es posible co- menzar 4 hacer (y que es por con- siguiente 1a segunda de estas dos imigenes antevistas de un contra-ima- ginario de la deseomposicién) hay al- ‘20 que quiero destacar y que tiene que ver con aguello que nosotros, en la universidad, polemoy hacer para cone tramestar el imaginario de la descom- posicién. Sin duda, es necesario reco- hhocer que no todo, en este pais. es lo por la vorigine de! imagina- Fio de fa descomposicion, Pero no puc= do dejar de desiacar algunos de tos topos donde ese imaginario especifico cencontré un aliado ¥ de percibir que no seria muy diffcil deconsiruirio allt mismo. Me refiero al trabajo de co- ‘rosi6n de un imaginario piblico, de- mogritico, Hevado a exbo por et dis curso universitario en su conjunto durante las htimas dScadas. Me toc6 atravesr ef mundo universitario bra ‘eno desde el fatidico ano 1964, lo que significa que estoy en la universi dad desde hace més tiempo del que seria, acaso, prudente, Cito esto part decir que fueron infinitas las ocasio- nex que tuve de eomprobar emo todo ef discuno universitrio, de aquella y de las décadas siguientes, tomé ta for- sma de un discurso de ta descomposi ida que ming las bases de una verde dera cultura politica y. en particalar de una cultura que se podria Hamar proyectual, por no decir ut6pica, res- porsable del lanzamiento de nuevas dimensiones ereativas para el indivi- duo ¥ el colectivo, El dltimo momen- to en que algo de este tipo recorrié las aulas de la universidad fue en 1968 —y no fueron los profesores quienes impulsaron ese imaginario sino los alumnos. De allf en adelante los pro: fesores confundieron penssamiento eri tico com pensumiento cinien y pens miento aihilista, Nada servia, todo estaba equivocado, ningdn partido po- litico podia representar un oyu Se mai il megaci6én del universo social cir- reli, de naturalera convergente 0 * Cuanto mucho, fa uni versidad insistié en el suministro de tun conocimiento para el poder, dejan- do de lado el conocimiento para el s- ber y. lo que es agin més relevante, para el sentir, De moto especifico, se insiti6 en un conocimiento teencert- tico, incluso en el campo de Tas hu- manidades, lo que dio como resulta- do, como pudimos verificar en una in- vestigacién hecha hace dos aos en ka USP, una inmensa mayoria de etu- diantes con un bajo sentido de cultura politica y, sobre todo, con un alto sen- tido de desereimiento en lo que se reffere al imaginario pOblico bign, con un fuerte desereis et propio papel de kt culture —que, como expresaron, no saben part qué sirve. En un momento en el que ta idad pierde, y tal vez defi el monopolio del eon micnto cientifico y tecnolégi oY cuando sus diplomas ya no garuntizan cl ascenso social, hay algo que lla todavia pusde hacer: dejande incluso tun poco de lado el saber, abrirse para cl xentir y. de modo mis particular. organizarse en tomo de 10 que Emst Bloch Ham6. tal vez de un modo algo cientificista, el principio esperanza, que poxrét ser mis Hanamente expre= saido S6lo por el segundo término: oF- sganizarse en tomo de la esperanza. de una esperanza laica, Un verso de Fer- randy Pessoa dice: “Fui exdlucado por fa imaginaci6n”. De hecho, todos s0- mos educalos por la imaginacion y ese es al menos un punto que pose- mos tener en comin con el pocta-filé- sofo, Por otro lato, el filésofo-pocta Bachelard observaha, ya hace mis de cincventa aos, que las imagenes que andahan por abi le impedian imagi- nar. Dos rogistros que s6lo en ane riencia son antagénicos: las imagenes que estin por ahi nos dejan imag nar, si, ¢ incluso nos eduecan —pero Part un imaginario que positivamen- te no propone nada. s6lo dispone. Si nos podemos dar cuenta de esto en la universidad habremos encontrado no, por cierto. ef Onico pero sf, en todo, caso, un fuerte antidoto para cl imagi- nario de la descomposicién, -inites del “Mendes. Rio de Janeito, mayo de 2000, Teixcira Coelho es distor det Musso de Asc Meer de la Vniveesidal de San Pablo. La wadacsia fr de Ads Sean, 2 Exclusién social y accién colectiva en la Argentina de hoy Emilio Tenti Fanfani pees see eg Los dominados del 2000 El campo de la exclusion social es un espacio construido alrededor de dos polos, Por una parte estin aquelos in- dividuos que se integran a los campos productivos mas dinémicos: empress de servicio y de produccin multina- Clonal, intensivas en capital y teeno= ogia, altamente productivas y que dis- Inbuyen ingresos altos: por cl otro estin los que literalmente “se quedan afvera”, ex decir, 10s desempleados cer6nicos y los “inempleables”. Entre ellos, estan los que mt siquiera poscen el capital minimo requerido para bo- rar una insereién aunque sea preci. ria tema de Ia economia mo: netaria, En el medio estin todos os que tienen una insercion detec twos do Ue trabajo, ya se Porque, por falta de estimulos, han de sistido de ingresar al mismo o bien enen una its minos de tiempo, 9 forman parte del Wo trabajo informal y de baja Productividad. ECONO de 1 mere: pir La exclusion y ene contrar un comdn denominador en esa masa heterogénea de individuos que sufren las “miserias del mundo"? ,Qué es lo que define en forma “mas pura la situacin de exclusién’ Es probable que el nicleo duro de ta exclusion sea (ms que ls no perteneneia que sugie- 1 término) la no funcionalidad, es funci6n con respecto y al, respecto de Ios intereses ‘grupos dominantes de la soci Jaul (los “estanleeidos"), Rober ( tel (1995) califica alos excluidos co- mo supernumerarios. es decir. gente yue esta demds, “sobran” desde los pa rimetros flncionales de os. podero- sos, Podrian no existir y los equili- brios bisicos de la sociedad n0 se alteration, Las condiciones de vida de tos ex- cluidos, al igual que las de muchos formalmente “incluidos”' amenavan la integraciGn social. Hasta Megan a po- ner en duda la existencia misma de ese neferente empirico que se designa con el sustantivo de “sociedad” como excio social comun de un coajunto de individvos cn situaciin de interde- pendencia subjctiva-y objetiva, M ‘que de “Ia sociedad argentina” habria que pensar les de vida cuyas relaciones de in- terdependencia son mas ojetivas que 1. Ls imepuridad o¢ una sensiciin genera ‘aa en el abajo Mewble, No wile la pace capes, sine lor que se qua ¥ “He tet el pean de la espa de Dares a sual hoe ceasionan un dao pricoligco tamo a fos trabajacdores com la pra organiracia, coe sfectie muy diflee de evalua”, Las conse tewncias probable son um debvitamiemo de Ia caf y bs wood engi pa 1a brea y garamizar Ia peductividad reali a ms sma onganieacién productva, que de este modo se vuclve mas Neate, pro nemo compeiia, subjetivas (mediadas por la conciel i de perienencia 2 una to- talidad que trasciende a los individuos cen cuanto tales). Mais aun, desde cier- ‘economicista, pi {que algunos grupos no son “nece ios” (no aportan nada al conjunto) cn la medida en que nadie depends de ellos. Esta es quiz4s la forma mas ex- trema de exclusién, el wecho de que muchos seres humanos, pese @ lan cionalidad y la ciudadant y juridica, se han desprendido det sist ma de relaciones de int que constituye kx base det “ te de" (la sociedad, ef pais, la nacién, ta Patri de desarollo, ¢! tan mentado y do achique del Fstado seri wn an Ia de un achique de sociedad (achique de provincias, achique de cludadanta, achique demogrifico, etc.) Los perdedores del modelo de de: sairollo actual tienen tna doble exine tencia, Fxisten como objetividad, es decir. como conjunto de individu, familias y comunidades, victimas de la exclusin social, Pero también exis ten como sujetos sociales, Jotados de capucidades variables de accién colec tiva, La pregunta que se impone es la siguiente: jen qué medida esta exis- tencia materiaVobjetiva de los exclu dos se corresponde con una presencia arios donde se construye “esfera pablica” en ka Argent: palabras, zeuil es ef peso ative que tienen estos grUPOS en Ex relaciones de fuerza que manticnen con otros acteres colectives en el campo de las politicas pithlicas donde gla y orientan recursos pablicos Dominacién simbélica LadimensiOn material de la exclusion wwompafiads por una situacidn de dominacién simbstica. £1 incluido tie sapacidades que le son negadas a los exeluidos. Todos los grupos domi: nantes tienden a desurrollar miento de supenioridad, Lo conirano 1pO de Los dominadlos, nde ser estigimatizat- sucede en el ¢ EL excluido 1 do, desprecialo, desvalorizado, Sino se interviene en ese circulo, Ia domi nacién material se reciela en domina- cidn simbélica, que a su vez tiends a mantener 4 los poderosos en sus peo: pias posiciones de dominacién, El campo de Ia inclusion esta mas inte ‘grado, cohesionado, organizado. Este Giferencial de identidad © imtegraciGn ces fa fuente de un sumplus de poder Mientras los do forma coodin: imtereses (los acidad de tienen Ia “decidir”, “amenazar”, exeluidos, por definiciéa, tienen gran- des dificultades que superar para nner una presencia en los escenaios po: blicos, Los mercado hacen politica en tica y efectiva forma sist Los excluidos, por ahora, tienen d ficultad hasta pari resistir y defender posiciones conquistadas. 1a cons vencra logic es un deteriora del equ librio de poder entre los grupos, desmedro de los excluidos. Los pri- meros tienden a monopolizar no sélo la riqueza producida, sino también la capacidad de imponer visiones del mundo al conjunto de incluso a los propios “pobres y deshe~ redades”, que tienden a perder hasta apucidad de ponerse un nombre sociedad & por los dominantes (y sus fracciones intelectuales), Todos los nombres que emplean (y empl qu) para denotar a los grupos dominados (de semplealo, pobre, pobre estructural nuevo pobre, precario, informal, ete.) son nombres impuestos, Cuando Ia ex cclusién es total, se pierde hasta esta capacidad basica que es cl fundamen tode la propia identidad. L.os “pobres’ existen, pero como realidad consirui- da por lox dominates. Los “ricos” ‘en cambio, no cxisten porque nadie (y menos los dominantes) tiene interés en denominarse asi, En demasiadas ocasiones, a los pobres, despojados de todo poder de nombraniento (capaci: wean as ams dad genrica de hacer cosas con pa bras), slo les queda ef recurso det insulto, que es mas una descarga emo- cional que un operative cfieaz de nom tramicnto del adversario, Sino se rompen estos ciculos viciosos simbd Ticos, tos excluidos pueden Megar a evaluarse a sf mismos con las norm: de los adversarios, La consecvencia es ta auto-denigraci6n, la desvalorizacién, ‘aida de la nutoestima y toxos 10s efectos paralizanes colaerales, Pew lo peor es que, como eseribia lias, ticnden a experimentar subjetiva y emocionalmente “su inferioridad de poder como un signo de inferior hnumana” (Fhias, Ny Scotson, J.L 1997, pag. 42). Cuando esto sucede estamos cevea de In deshumani mais completa esa que est en la base de todas las prfiticas y conductas 1 salvajes” ¢ inhumanas (violenci discriminada, delincuencia, eriminali- dad. ete). Lo ewl tiende a reforzar os prejuicios iniciales de los grupos del establishment y a alemtar las pot ticas represivas mis rea Grupos sociales itméticos y actores La condicion de existencia de tas vic~ as de Ia cuestin social contempa- qucnee eel qereregan SUPE TURE = =~ =~ oo a= a = —~— =o =a ama === opanulad rainga es trigica [los tienen une exis tencia material pero aritmética, ex de- cir, son ura suma de sujetos de came Yy hoeso que viven situaciones de ne tesidad y desamparo pero con po eupseidad para setuar en forma cole tiva, Poseen poeos recursos para acu- molar fuereas, para corstituirse en una sola fuerza capes de heacerse sentir y en bos escenaries piblicos. Et . {donde esi La vor de es0s 400,000 jovenes que no estudian ni trabajan ¥ viven en Buenos Aires y el Gran Buenos Aites? ,Cual es el poder {ue tienen los mites le homies y a= jenes mayores de 65 alos que n0 tie- nen nin una cobertura previsional ni foira fuente de recursos pam satisfacer tas necesidades de la vids? ;Qvé c pacidad tienen de hacerse ofr los mis de dos millones de desempleadtos del pais? Todos juntos. ;son algo més que tuna ciffa? ,Qué capacidad tienen de negociar salanios y condiciones de t bajo los miles de trabajadores infor- males, precarios y “en negro"? La Gni- cea fuera que se les reconoce €s la del voto. Pero es un voto estéril en la me- dida en que, al no estar en condicio- ws de participar como tivos en el escenario poiftico, estin condenados a elegir entre ofertas po- Ihicas que respondent de otros grupos. De allf la decepcién, pangen! iT res cole fT) gh uette qd blatath star, el desinterés, cuando no Ia Hisa y Hana agresiOn contra el mun- do de la politica. ¥ de esta manera, el circulo vicioso se cierra una vez. mas condenand a los excluidas sociales a lu exclusiGn politica que los convierte en “seres de otro mundo" Los grupos sociales dominantes tienen presencta fuerte en los espacios pablicos (los medies de comunicacin de masas. Ia calle, etc.) y en los espa cios estatates donde se toman decisio- nes relevantes para el conjunto de la sociedad, De mas esti decir que en este sentido, los mis ricos tienen ven ‘comparutivas apreciables. Ellos, que tienen mas fuerza en individuates (algunos hombres de ne- gocio tienen la capacidad de hacerse Or personalmente en kas més altas es juno de represemtacion alguno), tan- bign estin en mejores condiciones para sumarias, coonfinarlas y muli- plicarlas a través de la accién colecti~ va organizada La tnica accién colectiva que » ajusta al modelo de sociedad del para- ma neoliberal contemporinco es elec jones del n politico, Desde esta perspectiva la par 0 econémico y ‘ho indivi- ticipacidn es siempre un he dual: una compra, una of wt encuesta. “L0 tini- 60 que exisien son fos individuos. sus familias” (Margaret ‘Thatcher d= ait), lo demds es pura abstraccion 0 leresdo de sOciOtOgos y ‘colectivistas”, Clo que en las anti podas de-este individuatisno extreme esti la tentacin de personificar y atsi- buir propicdaes tipicas de las perso- mas a hs emtidades colectivas, Esto ‘curre con cierta frecuencia cuando se dice que “el Estado quiere”, la “bur- _guesfa decidli6”, “los mercados temet ecc., ete. Pesea todo, no deben quedar dudas de que existen ciertos actores {que son algo mas que suma de indi duos. Nadie duda de ta existencta det una opinién en Fstdo argentino, la Sociedad Rural la Unién Industial Argentina, la(s) CGT, ADEBA, la CTERA, oe! sind: ‘cato de fos camioneros, y que estos sociales tienen intereses, re jecutan aceiones conforme Jas ms © menos explicitas. Por una paradoja trigica, justamen- te aquellos grupos més suberdinados de Ia sociedad, que més necesitan su- mar fuersas para ser (enidos en cuen: ta, son los que estén en peores conil cciones de hacerlo ya que también estan csposcides de aquelles bienes cultu- lex (capacidades expre- sivas, capacidad de tomar decisiones fen grupo, tiempo, recursos Financie < para construir mee rales y 8 nisms estables y fuerts de represen tacién, EI problema es que a la pobreza social corresponde una pobreza politi- ecnotable. En exio se diferencian gran- demente de los explotados del capita fismo, los obreros. Estos. Inego de nucha lucha y esfuerzos sistematicos fuernn capaces de desplegar sistema de representaciin onganizados y esta bles que les permiticron modifica el ‘equilibrio de pover que fan con fos capitalistas y et propio Pstado. El sindicato y el partido fueron podero- sos instrumentos de construccién de tun poder obrero que se tradujo en re- elas que tendian a limitar la fuerza de istas en el momento de la in laboral. El trabajo se con mpleo, es decir. en una ac tivided socialmente regulada que no quodabs enteramente librada a la ca packdad de imposicién de! capital? A los efectos de Ia accion cokecti+ posiciones. intereses, traycctorias. y subjetividades como para generar pers peciivas, visiones y estrateg nes de acci6n, En kt m ceneuentran “los pobres desde siempre” (pobres “estructurates”, en la jerga so cloestadisiea). “nuevos pobres™ (los desclasados y docadentes de todo ti- po: desde el asilariado “despedilo™ has el pequefio empresario amuina do, fa “clase media venida a menos”, a “yulnerattes” (poblaciones, que ocupan posiciones laborales y so- ciales extremadamente inestables). ), Tos {Cémo “eonstruir una actor cotect xo" 1 partir de semejante diversidad? La fuerza de fos dominantes también sé construye con la dehilidad de los grupos dominados. EL poder es siem- pre un equilibrio entre fuerzas, el re- sultado de una relacién y no una pro- piedad o sustancia que se repavte, La protesta social y sus aleances cluides no tienen la misma ¢ pacidad de acumular fuerza y actuar en forma coordinada, solidaria. orga: sizada y permanente. Esta desventaja, que es preciso analizar y compren- der. explica dos hechos fundamenta les. FI primero es la gran capacidad de “aguante” de los perdedores y ex- eluidos. Las explosiones sociales re- gistmadas en 6pocas recientes son po- ca cosa en relacién con el tamano de 1a cuestiGn social comtempordnca en la Argentina, En efecto, pese al dra- matismo de los cambios registrados durante Ia tiltima década, al cardcter ceadat ver més desigual de la distribu- cidn de recursos, al debilitamiento de jal general no se encuentra amenavada. embargo el empobrecimicnto exclusidn estén detris de las pro- lestas sociales tanto tradicionales (iiuelgas y manifestaciones caliejeras) ‘como de otro tipo relativamente nove- doso (pucbladas, cortes de ruta, etc.). iCudl es la l6gica de estos aconteci tos que se han venido reiterando fina de los éltimos afos? Uno de los Factores que aparece a pri- mera vista es que los que asi se mani- stan, ademds de una misma situa cin de necesidad, comparten un determinado. Son Tos habitantes de pueblos y ciudades (Cu- tal-c6, Tanga), particukurmente afec- lads por tos procesos de transforma cin econémica y social. espacio teritor Cate tvcontar que en esi todo oro apa se end reisrando ua beuseo cambio ini de ponder entre Ia uerza del ‘en bencfico de Ia p> mera Una prucha mde de que las rloctones sociak Ea la Argentina actual, la fraccion més dominida de las clases domina- das (los desempleados, subempleados, informales, precarios) corre cl riesgo de constituirse en una especie de ma- sa de maniobra de la fraccion dom nante de las elases Jominadas: las bu- rocractas sindicales de los asalariados del sector formal de la economia. Fs {os “representantes” no s6lo “domi- nan” asus represcntados, sino que también tienden a instrument ta fu za de los més excluidos. Ea efecto, ‘cuando llevan 1 eabo sus protestas elie sicas (huclgas. y manifestaciones. de plaza) tienden a asumir (discursiva- mente, ¢s decir, en los discursos y Con- signas) la representacién de “wos los perdedores del modelo”. Sin embar- go, cuando se trita de armar la agen- da en la mesa de negociaciones con el gobiemo, terminan por privilegiar sus intereses especificos, que muchas ve es se restringen a sus intereses buro- riticos y nt siqulera toman en cunt los intereses de sus represemtados di- rectos (los asalasiados del sector fore mal de la economia). Hasta tanto no resuelvan en forma auténoma los pro- ‘blemas de representacion, los exclui- dos tenderin a ser objeto de una doble exclusi6a. Pr otra parte, aquellos grupos cu- yas condiciones de vide constituyen ‘un obsticulo para el despliegue dhe ciones colgetivas sistemiticas estin ccondenados a entre diversas ofertas externas de representacidn. To- das las. fuerzas politi (desde las que representan al hasta Its que expresin los intereses ‘onganizados del mundo del trabajo) y todas tas fuer/as sociales en general (iglesias, organizaciones no gubema- mentales de diverso tipo, ete.) tienen un imerés en “les pobre”, tos pelan”. les ofrecen sus buchos oficios, Se atopostulan como portadores de sus intereses y se offecen para hablar ‘en nombre de ellos, Pero siempre se trata de una representacién externa, y ‘como tal, inestable. Mis alld de las “buenas o malas intenciones” de esta oferta de representacién. 10 cierto es teen- tre representantes y representados, en estos casos, es mas significativa y es- tien el origen dz muchos fendmenos de “malversuciéa de confianza"y “manipulacion’, que terminan por mi- rar ta ereencia de los exeluides en ls virudes propias de la accion co- leetiva. ‘Con respecto a lay nuevas mani- festaciones de Ia protesta social el corte de ruta en Tartagal e> ejemplar. Faas son algunas de as “lecciones b) Ios protagonistas. no son “los trie bajadores”, sino los trabaijadores despedidos, ahora “desempicados” de YPIy otros pendedores del mo delo, que se suman aa lucha (m3- cestros, pequefios comerciantes, es- tudiantes, informales, precarios, ancianos, et ©) a protesia tiene una organtzacton ad foe. wna coordinacién en. su propio desarrollo y no €3 un acon tecimienio programado y contro- Jado por uni insti 4) as organizacion dicionates”, sindieatos y part politicos, juegan ua papel muy seeundurio a causa de su déticit de legitimidad ante la poblacién; ©) quienes juegan con mas éxito un pape! mediader son lox represen tantes de ta Iglesia y otros cultos religiosos: a cién mayor es el trae mes de nego- jones Io que se exige son unsas Trabajar”, es decir, po- sociale nemigo” ¢ “la contrapane esa patwonal (el mundo de fa em presi), sino el Estado y sus repre- semtantes ent todos los tiveles y pedres (municipio, provincia, Na- ‘cidn, Poder legislative, ete.) hy) el movimiento logra cierto carie- {er unificador en términos de acto- res sociales. Pese a que tiene pro- agonists (los despedidos de YPP. a" a nctones sociales diversos que ticnen intereses, expectativas y udiciones especificas (los co merciantes, los docentes, los estu- diantes, etc. i) pexe a la construccidn de una es pecie de “interés. general” en fa protesta, os grupos no pierden su idemtidad. in Tartagal, “en el pi- ‘quete sur estaban “los de abajo", desocupados, changarines, cc. nds al norie, a unos 300 metros se conformd ou con docentes, co- merciantes etc., localizado al lado de los tangues de almacenamiento MALY Véequer. j) la protesta se concreta en el corte de ruta y constituye una manera de “hacerse ver", de romper el ais- lamiento y ef “ninguneo” al que los reduce su situacién de exelu- siGn social y territorial (estan muy lejos del Centro —Buenos Aires— donde se toman decisiones de po- ities social), Durante el hempo que dura el corte de nuta, tos “exclui- dos” conguistan un existent so cial en el contexto nacional. La pprewst y los medios de comunica ion comtribuyen a esta construc idn social, EL hecho de constitui tun obstéculo real a la libre circu- lacién de personas y mereancfas ¥ la presencia en los medios les otor- gan un poder temporal que ellos pueden poner y usar en la mesa de . Es probable que tos excluidos s6lo puedan hacerse oir eciones que de una ma- era uw otra afectan el desarrollo ja normal del resto de ta poblacién, Cuando lo logran. se vuelven momenténeamente “im- prewindibles |i protesta, como hecho extracot iano y extraordinario rompe ta ro tina de Jes excluides, permite la idetificacion de los “enemigos” (que muchas veces se materializa ki 3. Las categorite uifizadas por Chace Tily ts cating "cuatro sglon de bebe populae’ fr Franca (Till, 1986, eitado por Paez Le ‘esta 1594, 6) son Ses pata compeender el seat de Ine protests wcraes de la Argentina contemperines. Fa efecto. Tilly se inerex poe Ine accinnes colestvas dtcontinuas que se mt nifistan como ententasicno (contention), Be to la defamicin meluye una condicidn que n05 les en general y es que en este tipo de em actus a favor de sus imtereses, sino gue alle Inde fo hace deforma que afecta de una ma- feta diets, sible y sipnifiativa fa realiza ci6n por ttos tndividuos propias fresss” (Tilly, 1986, 3). ten ciertas cosas © lugares del po- der, como dependencias piblicas. as de empresas), permite la conformacion de un “nosotros’ bien real (se ven todos en ef mis: mo lugar, xe ven en ta television ‘como protagonisias de una misma accicn), pero cuyo bajo grado de institucion Precario © inestabte: 1) se trata de una relacién de h antazdnica pero que n0 coraz6n del problema, como cra el caso de las luchas obreras del siglo pasado, Los manifest expresan su malestar y su agresi- vidad contra los representantes del Estado, justunente en un mo: ‘mento en que el Estado tiene ca da vez. menos que ver con los procesos de reproduccién evond- mica y social. enemigos de los exctuidos estan demasiado lejos © son mi tractos (el Fondo Mon punta al Los verdaderos Més alld del “efecto de imi pliado por los medios de comunica- ldn modernos (%; Porque no hi como los de Cutni-C6?"), las protes: tas relativamente espontéineas y poco previsibles que aparecen en distintos puntos del terrtorio nacional, no exis ten mecanismos relativamente estables de coondinacién entre las fuerzas que se despliegan en esos diversos esce- harios, Hasta tanto la presencia de los exeluidos y perdedows de este capita lismo se manifieste en forma intenmni- lente y aislada, no constiuye ningunat samenaza para fos equilibrios. genera- les del poder a nivel nacional, Esmas, wuta, tenderfan a constituir mis un problema repre- sivo que estrictamente poltticn-so. cial, Sin embargo, quién sabe si no existen *hilos de pélvora invisibles” enire esos pequefios incendios loca- lizados que en algén momento (que nadie puede excluir del escenario) enciendan una especie de “hoguern icional”, con resultados imprevi- sibles en términos de cosios y bene- ficios politicos, socia (Tenti Fanfani, 1993), Construir ta unidad en Iu diversidad En el capitalismo clisico existian dos grandes protagonistas de la vida so: cial y politica: aquellos que represen- taban Jos intereses de 10s no propieta- fos de les medios de produccién (los Sindicalos obrerosy sus partides) y Jos que representatan los intereses de los propietarios (las asociaciones pa- tuowales y sus partidos). Este es el es quema ideal tpico. La realidad es siempre mucho més compleja que teorfa, Pero lo que es preciso rescatar aquf es que los g s fueres de sociedad tenia un sclaje en la reali cial, EI lugar que se ocupaba en las relaciones econimicas determinaba, en lena medida no sto kas clases soci les, sino wmbign fa conformaciéa de las organizaciones inds representativas de la sociedad, Hoy esta isn esté en crisis. Los partidos ya no son partidos de elase y los dominados y perdedores del mexclo ya no tienen ‘una expresign crganizada ¢ institueio- nalizada, [in poras palabras, en tas so ciedides actuales la conformacidin de tos actores soctaes colectivos es mas arbitraria que nunca. Cualquier ele- mento (0 eonjunto de elementos 0 pro- piedades) de Ia identidad de Los indi viduos puede constituirse en el comin denominador de una identidad y de nat pertenencia social, I as organiza- clones representativas son cada ver més ef resultado de un trabajo politi co, ideol6gico, cultural y organizativo y no el simple resultalo nevesario de tuna situacion objetiva determinada, Es ims, muchas condiciones objetivas de vida se usan en forma suetia 9 combi- nada para constuir grupos en el len guaje comin y en las Ciencias soci Jes contempordneas, como por cjemplo compartir un mismo n tuna inisma edad, lugar de residencia, al, género, so a determinados servicios, ete. el de ingreso, Ast habiamos de “madres sol bajo de fa linea de pobreza’, "jovenes entre 15 y 18 afios que no trabajan ni cestudian”, “personas con més de 75 aos jefes de hogs bilatorio”, “ratajadores en negro”, “asalariados precarios”, etc, que diff cilmente construyan mecanismos de én que les permitan actuat © participar cn las luchas donde se asignan recur sos y se definen reglas que estructu: ran la vide colectiv Si los determinismos econdmicos ¥ ocupacionales ya no tienen el peso que tenéan en el viejo capitalismo, {Onde encontrar hoy los recursos ne- sin ben 2 cesarios para que los ciudadanos que compasten nocesidades e intereses peur ficipen en forma orgénica en la vida pillica de la Argentina contempord- nea? Es probable que el determinismo de la economia y la ocupacion sea re: ‘empkvado por el poder de ta cultura, las ideas y ka movitizacion social. La construcciGn de los grupos y movi- fakes es hoy una tarea de “intelectwales” en el sentido amplio y gramsciano del térmmino. Los intelee tuales (los profesionales, ex decir, tos que viven del trabjo intelectual y los otros, los militantes, Ios voluntazios in- teresulos en el bien comin) juegan un papel fundamental, No existe un protagonista “portador” det interés ge- ‘consinuctor” de una sociedad mis rica, mis libre y més justa, La historia no silo no tiene libreto prede- terminado. Tampoco tiene protagonis- tas predestindos a una mision deter minada, Hoy es preciso “inventar” un proyecto y “constnutr” un protigonise fa. Este no puede ser mas que un mo- Vieniento social que. al mismo tiempo que reconoce y valora la diversivad (de situaciones de vid, de i de necesidades), es capiy, de trascen derla en funeidn de un proyecto de sociedid més humana donde “todos 4 Quiénes pueden tener inte- n trascender Sas propios intereses ‘corporativos? {Cémo se puede alentar cl desinterés? {Dénde encontrar los promotores del movimiento, social? {Qué nombre ponertes a los intereses que trascienden 1o particular? ;COmo ir més alli de la simple confianza en 8s “las reservas morales y éticas de ta humanidal"? Mas allé de Las preguntas puede afimmarse que en diversos ambitos de 1a vida nacional existen personas y or- ‘ganizaciones que objetivamente parti- cipan de un movimiento social preo- cupado por 1a construceiin de. una sociedad justa. Nadie sabe cusindo ni como esta multitud de iniciativas par- ticulares y locales puede Hegar a con- formar mas que una simple yuxtapo- sicin de iniciativas y esfuerzos objetivamente orientalos por un bori- zomte ético comin, Existe una multi- tud de experiencias de lucha colectiva que van Je Ia reflexién a la protesta, de las acciones defensivas a las i vativas, que van construyendo, mis alli de fos discursos y los “progra- mas”, nuevas formas de convivencia yy sociabilidad, tanto en el campo de la produecidn como en el de la politi ca y la cultura, Los intelectuales no tienen fa responsabilidad de hacer el proyecto, sino de acompatiar, contri- viquecer la reflexividad Ue low aicores, proveer un Ienguaje. comba- tir lax represe eresadas y sectoriales del mundo y de ninguna manera definir “lo que hay que hae mo hay que hacerlo” ni “eudndo” ‘Cuando la mayoria de los argenti- nos percihan que. mis alld de las si- tuaciones inmestiatas y particulares que generan el malestar y el sufrimiento (que padecen, existe una “causatidad estructural” comiin (una logica produc- tiva, una ética yuna politica inhu- mana) y que es allf donde hay que ar, comenzaran a darse tas condi clones para {1 conformacisin de iden Hdades, pertenencias y avcio tivas. Es probable también que cl movimicuto social que resulte tascien- da las fronteras nacionales, ya que 1a “causalidad estructural” de los ms- les argentinos hunde sus rafces mu- cho més allé de las fronteras nacio= nales y afecta a la humanidad como miento social “humani ser nacional e intemacional al mismo tiempo como Io son las fuerzas mis dahinas del capitalismo actualmente dominante. Bilogratia Maria Angela y Viaquen, Hse (1997): IPF ol rat: we aercarment Ta tap XXI Congress da ALAS, Coniseso ‘de Trabalho No. 13 Gedo). Castel R (1995), Fer métamonphoses de la ques- in sta, Une chronique ee sara, Pa tos Fay Fliac Ny Scotson JL. (1997): Loguques de Tetelusion Perez Led "Cand He fra Yor as de Ia esters” (Movitentas Socraes teria e hstxia). Zona AWerta “Tents Fanfani FE. (1993), "Cuestiones de exch iba soci y pobtica", Desiqualdad y ex lesin Desf de ba politic social de la Angentinaie finde siglo (A. Minin com piladon), UINICEP/Losada, Buenos. Altes 198 “Tilly, Chatter (1986): The eemtemtinue French ‘Four Certurtes of Poplar Struggle, Cam Iidye, Mace: The Belknap Press of Har sand Uninceiy Press N24 - 2000 Prismas Revista de historia intelectual Textos: Q. Skinner, A. Lovejoy, L. Namier homenaje @ Adolfo Prieto Articulos, Lecturas, Resenias Anuario del Programa de historia intelectual Universidad Nacional de Quilmes ESTUDIOS SOCIALES Revista Universitaria Semestral Consejo de Redaccién: Dario Macor (Director), Picardo Falcon, Eduardo Hourcade, Enrique Mases, O’elia Pianetto, Hugo Quiroga N° 18 - Primer semestre 2000 Escriben: Sidicaro * Quiroga» Delamata + Faleén « Valiente + Devoto* Rapalo = Grilo * Pesavento + Acha Esvunos Socates, Universidad Nacional del Utoral, 9 de julio 3563, Sania Fe, Argentina teelax recto: (042) 571184 Dima consestonnencu a: Casila de Correo 383, Sarta Fe. Argentina Las légicas de Ia violencia y la cuestién soci Laura Gotbert, Gabriel Kessler WY SSSA 4d ; Introduccién Hoy gran parte de los argentines vi- yen con el temor de ser victimas de un detito, ;Los datos existentes mues tran un aumento de la criminalidad tal ue justifique la honda preocupacién social? ,0 en ese miedo se eristalizan incertidumbres. que. amenaza de la violencia, sar ilidad econdm ? El desasosiego frente a al no difere ia violencia arse de otras fuentes de inquietud esta tonees, magi so —como pare eacién del miedo, encarnado en cl Apress = \eutejes = =e we temor a la victimizacion, podria evar a construir el “problema del detito en la Argentina” y a proponer soluciones no solo apresuradas sino también cequivocas al confundirse la sensacién de inseguridad en lt pobl riminalidad propiamente dicha, Tal confusi6n lleva a que los responsables politicos propongan medidas dirigidas més a tranquilizer a la poblacién que cenfrentar un problema euyas carac- teristicas y magnitud aiin no conocen con precision, in con I ‘Como esto sucede simultineamen- te con el aumento del desempleo y de {a pobreza, fai insegu- ridad colectiva puede presionar hacia tuna redefinici6n riesgosa de la cues- én social: del énfasis en a protee- ion a fos que van quedando en los margenes de la sociedad al desvelo por defender a la sociedad de ta “amena- za que ellos representan. La conse- ccuenciat de este ambivalente proceso es que se ha ido consiruyendo en el espacio pdblico una cuestién crimi- I que todavia no ha sido invest da ni defini nos, A esto se suma qui ance y contor- preg Por el delito ha sido hist6ricamente conflictiva, puesto que encierra cues- Tiones ideoldgicas centrales a la vida en sociedad. Las ideas preexistentes sobre las normas y el orden social, so- bre la transeresin y el castigo, sobre la justicia y la libertad tiften la cons- truccién del problema y, por ende, la asqueda de soluciones, Por esta ra ‘26n, conocer con precisiGn lo que esti sucediendo en el mundo del delito, quiénes son sus actores y ¢ sentido de sus acciones, resulta tun elemento clave en la planificacién de politicas piiblicas Con la intencién de contribuir a precisar los aleances y la magnitud del fendmeno delictivo comenzamos, en 1009, una investigaciOn sobre jovenes protagonistas de delitos contra la pro- Piedad con uso de violencia, pert necientes en su mayor populares,! euyos primeros y mas so- a sector 1, Ha investipacign se hiso en el marco de tan Proyecto sere CobesiGn Social pot el Progrann de Neciowes U Desarrollo (PNUD). 29 30 bresalientes resultados se sintetizan en este articulo, La perspectiva adoptada fue la siguiente: el erimen y el delito cconfiguran un fenémeno complejo que es delerminado y condicionado por miltiples factores. Su comprensiGn es Indisoctable de la de otros hechos que caracterizan ala sociedad argentina de fas ohimas décadas: 1 aumento del desempleo y otras formas de precari- ‘aci6n laboral, ta ereeiente desigual dad y segregacion socio-espacial, cl empobrecimiento de sectores tradicio- nalmente estables y tas dificultades cerecientes de movilidad social, entre otros, Es decir, el ineremento de la violencia remite al tereno més am- plio y complejo de ta cuesticn social, Pero considerar el contexto social de origen no aleanza para explicar el problema, es necesario clucidar el sen ido que los actores dan a tales ex- periencias. Desde este abordaje in- tentamos responder los. siguientes interrogantes: ;Cuales son los cambios ‘cuantitatives y cualitativos registrados en las acciones delictivas? {Quignes son tos protigonistas de estos hechos? {Cul es cl sentido que imprimen a sus acciones? ¢Fstamno atsisticndo a la emergencia de formas andmicas de delito y violencia? Y, sies ast, ceuiles son sus caracteristicas? {Cém0 se &x- plica el aparente aso innecesario de la violencia en tales actos? Tos resultados de la investigacién mencionada, nos permiten plantearal- unos temas conienadlos de antem:ino por el sentido comin, como la racio: nalidad que rige ef comportamiento de cestosactores. su relacién con el traka- jo, ladroga y las armas, Ponemos ¢s pecial énfasis en ellos porque son cues tones cruciales a ta hora de definir y buscar soluciones. La magnitud del problema Por razones de economia de espacio cen este punto slo nos Himitaremos a seflalar as tendencias més importan- tes en lo que hace al aumento det de~ lito, al perfil de los protagonistas y de las vietimas asf como a la evolucion del gasto piblico y privado destinado a la seguridad. La informacién es- tadistica existente confirma un aumen- to del niimen de detitos en ta altima décads, en particular los comespon- dicntes a inftacciones contra ta pro piedad, Y si bien tay més delitos vio- Tentos que en el pasado, la magnitud det problema es mucho menor que en otros paises de ta region, Con respec- {0 al perfil de tos protagonistas de los actos ilegales, fos datos més sobrest- les que surgen de la informaciGn, asada en aquellos que tienen iada causa judicial— son los siguien- tes: 1) no hay asoeiaciéa entre el uso de drogas ilegales y tos actos delict- vos: b) el nivel educative de Jos pro- tagonistas de esos actos es bajo: ¢) en su mayoria, son no reincidemtes, fo que podria estar mostrando una poblacién ‘que esti ingresando en el terreno de las acciones ilegales. Una de las fncetas menos sefiala- das de ta desigualdad es que la ma- yoria de las victimas de tales hechos provienen de los sectores mas pobres de la poblacign, en parte debido a que fo sOlo a oferta de servicios ve segu- fidad privada sino también la paiblica (comisirias) presenta importantes ferencias entre los barrios de sectores de mayores ingresos con respect a aquellos habitados por personas de me- nores recurs. También se pado de lectar que el temor esti modificando fnumerosos comportamientos, EI mis sobresiliente es ef abandono de ba- rrios considerados pelignosos ¥ ka res- triccién de comtactos sociales. Por tiie mo, el aumento del temor social ¥ ke presiGn de lt opinién piblica ev6 a que en Tos ditimos ales hubiera. un considerable crecimiento dct gasio pablico y privado en temas ligados a eguridad, A su vez, ha aumentado ignificativamente la posesién de ar- mas entre los pariculares. Inmediatismo y repentismo {Cémo clucidar la Wbgica de tas accio- hes de estos jévenes? Un punto de par lida necesario es la constatacion de que sus demands de consumo son simila res.a las de sus pares de clases socia- les superiones. Aspiran aropa de deter- minadas marcas, dinero para diversion incluso, visitar el interior del pats o paises extranjeros. Han nacido y ere- ccido en Buenos Aires y sus anhelos den cucata del impacto homogeneiza: dor tanto de los medios de comunica- ifn como del pasaje por cl sistema educative padlico, Pero sobre todo, aguello que quieren, fo quieren ya. Es: tw inmediatisno, raxgo pico de la ado- lescencia, ¢s particularmente importan- {e porque, para obiener rpidamente lo que desean, no les queda otro cx 10 que robar. No delinquen con Ia iencién de acumular 0 ahorrar dine: ro, sino para realizar un gasto en ¢ momento; a Yeoes, consumos indivi duales: ropa. viaies, © grupales, como ir a bailar, comprar cerveza y, hasta en algin caso, festejar un cumpleafios, Una de las facelas del inmediatis- ‘mo es el repentisma, Afirmaciones co- ‘mo “estabamos en la calle, vimes apa- recer wa vieja con un bolso ¥ nos ‘mandanos” sugieren ta cocxistencia de acciones consideradas racionales ‘con otras que diffcilmente podrian ser ‘caracterizadas como tales, La falta de racionalidad se evidencia en ta ausen- cia de planificacién y de un célculo previo de Tos costos y beneficies de ta aaceidn, Pero al mismo tiempo, ki elec- ‘ifn dela vietima muestra su racions- lidad: se trata de una “vieja”, la ima- gen mis sicabada de la fragitidad y la indefension. E1 repentismo es un tema ceeniral a ser considerado a ta hora de planificar politicas pablicas, puesto que pone en cuestién los fundamentos de la teoria de ta disuasién, en la que se basa las propuestas tis Corrientes para combatir el delito que se discu- ten hoy en ta Argentina Para dicha teorfa el aumento de las penas y de ka probatilidad de ser aprehendido al co meter un delito tendria un efecto di- suasivo sobre eventuales delincventes: cuando éste planifique su accionar, et mayor costo eventual (las probabili- dades de ser aprehendide y Ia dureza de la pena) lo desaconsejard de tomar tales rumbos. Pero la teorta de ta di- soasi6n presapone un actor micional que planifique con anticipaciéa y es- tratégicamente sus movimientos, so- pesando de antemano los riesgos. Las aciones de los j6venes entrevistados no parecen estar regidas principalmen- te por edlcules de costo/bencticio. No silo porque earecen de Ia informacién necesaria sino, sobre todo. ponyue tal tipo de racionalidad ccondmica requie: re de un grado y forma de socializa- ‘cidn que no es fa que eslos jovenes fexpresan, Sus logicas de acci6n arti- cela otros recursos y significados, que incluyen pero no se Himitan a los que guian a un supuesto homo economi- cus racional. Las tres Kigicas de accién Las acciones de estos j6venes estin guiadas por tres Kigicaes que se refuer- zan entre sf, En primer lugar, la l6gi- ca de la necesidad: carceen de dinero, van juntando las moneditas de 5 y 10 ‘centavos para viajar. para comprar cer- veza, marihuana 0 ir a bailar. Cada centavo tiene valor, por lo que puede sorprender fa tmportancia que otorgan a botines sumamente exiguos, Elesta- do de necesidad es una exper cconstante y para escapar Je ¢1, cule quier recurso es vélido: pedir, waha- jar, “apretar” a alguien en la calle, .0- bar; scgin los céxtigos compartidos, practicamente cualquier medio es Iegitimo si permite obtener dinero. Con todo, rige una diferenciacién tajarte en Ia asignacién de los recursos: ta ganancia féeil, es decir, el producto de lo robado, se gasta fécilmente en salidas. “bardo” 0 alguna prenca de- seada, y el dinero que costs ganar, «que reciben cuando eventualmente tra- niin, comprar dtiles escolares 0 cualquier ‘otto fin socialmente Legitimo, 1a logica del ventajeo contsibuye a kegitimar todo medio para alcuvar tun objetivo. Fla sugicre que en toda interaeeién cana a cara sigitada por un cconflicto de intereses, se debe “venta jear” al competidor. es decir obtener Jodeseado apelando a cualquier estra- tegia. No propone abizos de proce- dimientes fijos, por lo que el sentido de Ia accién se puede i definiendo en su transcurso. En el enfrentamiento se ir optando por la forma que permi- tink ventajear. Asi, un pedido de dine: ro en Ia calle sin éxito se vuelve un apriete” y, si éste fracasa, terminard fen un robo, Pero ventajear implica también reflejos rapidos, hacer el mo- vimiento preciso antes que el ri ‘uma anticipacion sobre la jugada del otto, Jo que ayuda a comprender el uso de Ia violencia cuando se prest- —tmuchas veces equivocadamen- que el conirineante esti armado. Por Ohiimo entra en juego la fdgicat del aguante, Con su clara connotacion ‘de masculinidad y de orgullo de ta for- taleafisica en los sectores populares, con su intrincada relactén con cl ftbol, “tener aguante” ¢s un valor cen= tral a ta hora de hacerse valer ante el ‘grupo de pares. Tener aguante: ser ca- pv de mantener fa mirada 0 la inten ante todo oponente: no “achicar- se” frente a alguien de mayor pone y dar batalla —aunque se pierda— ante Enfrentanse a un adversario tincamte mas fuerte en una pel grupo de polictts fuertemente arma dos, Estas y otras situaciones legit mavas por kt ldgica del aguante ayu- dan a comprender el uso de ta violencia sin medir los riesg ‘Trayectorias inestables De un tmbajo publieado en 1990, de O. Altimir y L. Becearia, se pueden deducir algunas de las mutaciones miis profundas en el mundo labora arg tino de fos afios 90, La mayor parte de Jos nuevos puestos de trabajo creados sunierior eorresponden a com baja remu- jemente. su votatilidad es muy alta, implicando una elevada inestabi- Jidal de los ingresos, A estos puestos acceden, por to general, aquellos con menor nivel educativo y ealificaeiGn, mds adn si se trata de nuevos ingre- sanies al mereado de trabajo. Del lado de la Sociedad, entonces, se van con- figurando trayectorias laborales sig~ nnadis por fa inestabilidad: una alta rotacién entre puestos distintos, t0- dosellos precarios, de corta duracién, poco calificados. intereatados paw pe- riodos de desempleo, subempleo ¢, in- ccluso, de slid del mundo taboral por €l desaiento, ‘Todo sucede como si los distintos problemas del mercado de trabajo re-

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