Hipocresía
La fuerza de nuestra vida espiritual corresponde directamente con el lugar que tiene
la Biblia en nuestras mentes y vidas. Solemnemente digo esto por la experiencia de
cincuenta y cuatro años. Los primeros tres años después de mi conversión, me
descuidé de la palabra de Dios. Desde que comencé a estudiarla diligentemente, la
bendición ha sido maravillosa. He leído la Biblia de principio a fin cien veces, y cada
vez con mayor deleite. Cada vez me parece como un libro nuevo. Me ha sido de gran
bendición el estudio consecutivo, diligente, y diario. Me parece un día perdido si en él
no me he gozado en la palabra de Dios.
La falta de estudio de la palabra es la causa mayor de los problemas en las iglesias. Por
que no estudian la Biblia, los miembros no conocen bien la palabra de Dios. Resulta
que casi no hablan con Dios, porque los que estudian la Biblia, oran. Y si no oran, ¡no
es de extrañar que muchas veces no están en buenas relaciones con otros! Sin
alimento diario del estudio de la Biblia, la fe padece hambre y se declina hasta que no
tiene fuerza. Romanos 14 nos recuerda que los que son débiles en la fe son los que
más a menudo están envueltos en dudas y disputas. D. L. Moody dijo:
Oré por fe, y pensé que un día la fe habría de venir y me golpearía como el relámpago.
Pero parecía que la fe no vendría. Un día leí en Romanos 10 que “la fe es por el oír, y el
oir, por la palabra de Dios”. Yo había cerrado mi Biblia y había orado por fe. Ahora abrí
mi Biblia, y comencé a estudiar, y desde entonces mi fe está creciendo.
Sin el estudio de la Biblia y sin la oración no podemos crecer en nuestra vida cristiana.
Estudiar la Biblia es permitir que Dios nos hable; orar es hablar nosotros con él.
El propósito de estudiar la palabra es para poder usarla bien. Eso quiere decir que hay
maneras correctas y también maneras incorrectas de estudiar la Biblia. En este
capítulo examinaremos siete reglas útiles para el estudio de la Biblia: (1) Discernir
correctamente la santidad espiritual de la palabra de Dios; (2) Distinguir
correctamente entre las épocas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento de la
palabra de Dios; (3) Diferenciar correctamente entre las clases de literatura y palabras
de la Biblia; (4) Descubrir correctamente cada libro de la Biblia en su totalidad; (5)
Dividir correctamente el texto bíblico en sus partes; (6) Averiguar correctamente el
ambiente histórico y el escenario del texto; (7) Digerir correctamente el mensaje y
aplicarlo a nuestra vida. No se puede estudiar completa y correctamente ningún
pasaje de la Biblia sin usar todas estas siete reglas sencillas. El estudio incorrecto
puede ser tan dañoso como no estudiar nada.
—T. Gill
Versión española de Pablo Yoder
Quizá la cosa que más confunde a los estudiantes de la Biblia es que no distinguen
correctamente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Hombres tan inteligentes
como Lutero y Calvino hicieron mucho daño por mezclar los dos pactos. Mandaron
que los cristianos bautizaran a los infantes porque en el Antiguo Testamento los
infantes fueron circuncidados. Mandaron que los cristianos guerrearan porque lo
hicieron en el Antiguo Testamento.
Hay que reconocer que hay dos partes principales en la palabra de Dios. En el Antiguo
Testamento, Dios escogió una nación mesiánica y una familia mesiánica para preparar
el camino para Jesucristo el Mesías, por medio de quien todas las naciones serían
bendecidas. Así es que el pueblo de Israel nunca fue un fin en sí mismo, sino fue el
medio para llegar a un fin (Gálatas 3.16). Hay un progreso de revelación desde el
Antiguo hasta el Nuevo Testamento. Ahora el Nuevo Testamento es nuestra regla de fe
y práctica. Los que se olvidan de eso han causado gran daño y confusión. El Antiguo
Testamento tenía la promesa; el Nuevo tiene el cumplimiento. El antiguo muestra el
símbolo; el Nuevo la realidad. El Antiguo tiene leyes para los de corazones duros; el
Nuevo tiene leyes para los de corazones regenerados. El Antiguo subraya la ley; el
Nuevo subraya la gracia y la verdad. El Antiguo tuvo un pueblo natural, un reino
natural, un terreno natural, mientras que el Nuevo se concentra en un pueblo
espiritual, un reino espiritual (la iglesia), y una patria celestial. El Antiguo era sólo una
revelación parcial y preparatoria; el Nuevo es completo, la culminación del plan de
Dios. Por esto, de cualquier versículo que estudiamos, debemos preguntamos: ¿A cuál
pacto pertenece?
Si esto se entiende bien y se toma en cuenta, evitará mucha confusión. Los cristianos
ya no tratarán de aprobar los permisos o las costumbres del Antiguo Testamento,
porque éstos han sido cumplidos y reemplazados por la ley espiritual del nuevo pacto.
Aquí incluimos cosas como: la poligamia, la guerra, el divorcio, la política, el baile, los
instrumentos musicales, los sacrificios de animales, el guardar el día séptimo, los días
de fiesta, la dieta, el nacionalismo, el racismo, un templo natural, etc. Estudia Mateo
5.38–39; Gálatas 3.24–25; 2 Timoteo 2.15; Mateo 19.8; 2 Corintios 3.6–11; Hebreos
7.18–22; 8.7; 9.1,15; 11.16; 12.28. Todos éstos subrayan la sencilla verdad que el
Antiguo Testamento era un ayo para llevarnos a Cristo, y “si aquel primero hubiera
sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo”
(Hebreos 8.7). Hay maestros falsos llamados “dispensacionalistas” que menosprecian
la iglesia y exaltan el judaísmo. Aun procuran separar el Nuevo Testamento en
supuestas partes judaicas y partes cristianas. Las notas en la Biblia de Scofield dicen
audazmente que el Sermón del Monte es para un reino futuro y que no es para la
iglesia. Su tema repetida es la restauración de un reino terrenal judaico en el cual
Cristo reinará sobre un grupo mezclado de personas mortales e inmortales,
gobernando a los pecadores por fuerza, etc. Muchos dispensacionalistas quieren
reconstruir el templo y restaurar los sacrificios de animales, etc. No pueden entender
los cumplimientos espirituales de las profecías, y parece que más que otra cosa
quieren volver a las cosas naturales del pacto viejo.
El Apocalipsis contiene muchas figuras: mujer significa iglesia; bestia significa reino;
cuernos quiere decir reyes; aguas, gente; vino, ira; copa, indignación; lino fino, justicia;
candelero, la iglesia; estrella, ángel; incienso, oración; etc. Por tanto, es muy probable
que las arpas de Apocalipsis no son arpas reales, sino que en armonía con lo de arriba,
esto debe ser interpretado como lenguaje figurativo. En Apocalipsis 5.8 se mencionan
juntas las arpas y las copas de oro llenas de incienso. Explica que el incienso es la
oración de los santos, demostrando que las copas no son copas reales. Esto muestra
que las arpas mencionadas con ellas tampoco son arpas reales.
Si estás estudiando seriamente alguna porción de la Biblia, saca el tiempo para ver el
libro en su totalidad. Descubre su tema general, su estructura completa, su propósito,
sus materias mayores, y su conclusión. Toma el libro de Romanos como ejemplo.
Mirándolo en conjunto, se ve que tiene dieciséis capítulos que se dividen en dos partes
(como la mayoría de las epístolas más largas de Pablo); capítulos 1–8 son doctrinales
y capítulos 9–16 son prácticos. El tema de la carta entera es obvio:la justificación por
fe y el vivir por fe. Los versículos claves son Romanos1.16–17. Los primeros ocho
capítulos explican el plan de la salvación, cómo se puede ser justificado y santificado
por fe en Cristo. Los últimos ocho capítulos explican cómo vivir la vida cristiana
práctica. Capítulos 9–11 dan advertencias contra la apostasía. Capítulos 12–13 dan
enseñanzas sobre la disconformidad, la unidad, y la no resistencia. Capítulo 14 habla
de cómo tratar con diferencias de creencia. El libro concluye con más enseñanza sobre
la unidad (capítulo 15) y con comentarios personales, salutaciones, y la bendición
(capítulo 16).Conociendo la estructura y el propósito entero del libro, no nos
equivocaremos como los que sacan sólo una parte fuera del contexto.
Muchas doctrinas falsas e ideas erróneas están basadas sobre algún versículo de la
Biblia sacado de su contexto. Son fácilmente expuestas y corregidas cuando el
versículo se ve en el contexto en que Dios lo ha puesto. Es un pecado contra la palabra
de Diossacar versículos del contexto y basar alguna idea favorita sobre ellos. El
método de sacar un texto para probar una idea infringe la integridad de la escritura.
Los predicadores que de costumbre buscan un texto en el cual basar un sermón
generalmente son demasiado perezosos e ignorantes como para escudriñar el
contexto y estudiarlo en conjunto para predicar un mensaje expositivo del texto en su
escenario. Tendremos más santidad con más predicación según la Biblia.
Ahora, primero pregunta: ¿quién habla? Es Juan el apóstol. ¿Quién habla con él?
Alguien del cielo. ¿Cuándo sucedió esto? Inmediatamente después del mensaje de
Cristo a las siete iglesias en Apocalipsis 1, 2 y 3. ¿Qué significa este versículo? Una voz
celestial invita a Juan a que suba al cielo por medio de una visión (Apocalipsis 4.2) y
que oiga lo que va a suceder después de estas cosas. Notamos que en el contexto está
claro que la voz se dirige a Juan personalmente. Pero imagínate que hay quienes sacan
de ese versículo las palabras “sube acá” y ¡afirman que se refieren al “rapto de la
iglesia de este mundo”! Usar bien la palabra de verdad significa permitirla tener su
significado correcto, no hacerla decir algo inventado.
Ahora por tu parte,lector más afable, toma como de buen valor lo que te ofrezco aquí
con una buena voluntad, y no permitas que esta traducción presente cause detrimento
a las otras que antes han sido traducidas del griego, o a las que serán traducidas en el
futuro. Porque si abres los ojos y consideras bien el don del Espíritu Santo en eso,
verás que una traducción declara, abre, e ilustra otra, y que en muchos casos una es un
comentario claro de otra.
Otra ayuda muy buena es el libro por Daniel Kauffman, Doctrinas de la Biblia.
Yo creo que la razón mayor por la cual he permanecido en servicio feliz y útil, es que
he sido un amador de la santa escritura. Ha sido mi costumbre leer toda la Biblia
cuatro veces por año, en un espíritu piadoso aplicarla al corazón, y practicar lo que
encuentro allí. Por sesenta y nueve años he sido un hombre feliz; ¡feliz, feliz,feliz!
Sí, amigos, usen recursos para el estudio de la Biblia como un compendio bíblico sano,
una concordancia, versiones o traducciones sanas, etc. Más que todo usen la Biblia
misma, ¡procuren usar bien la palabra de verdad! Si la usan bien, serán útiles al
Maestro y a toda la humanidad.
Preguntas de estudio