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Los recursos expresivos utilizados en Entrevista de Bernardo con el Rey son: en el plano sonoro: anáforas,
aliteraciones, epanadiplosis y reduplicación; en el sintáctico: hipérbaton; y en el semántico: imágenes táctiles,
auditivas y visuales.
1. Plano sonoro
1.1. Anáforas.
Se usa el recurso de la anáfora “los ciento” , para decir que cien soldados van a ir al Carpio,
y otros cien a cerrar los caminos como táctica para que no lleguen al Carpio. A mi entender, son tierras
que el Rey dio a Bernardo como pago por haberlo rescatado.
1.2. Aliteración.
En las estrofas que marcare a continuación, aparecen fonemas iguales al final de cada línea e intercalándose
creando así una sonoridad especial.
1.3, Epanadiplosis.
1.4. Reduplicación.
2. Plano sintáctico.
Hipérbaton.
En este Romance hay varios momentos donde se repiten alteraciones
del orden tradicional en las oraciones, algunos ejemplos:
Con cartas sus mensajeros
el rey al Carpio envió:
de traición se receló:
las cartas echó en el suelo
y al mensajero habló:
3. Plano semántico.
Si bien se hacen presentes imágenes gustativas y visuales, las que predominan son táctiles.
Imágenes Táctiles
Hay varios versos que plasman imágenes referidas al sentido del tacto. Aquí algunas.
Gustativas
El siguiente es uno de los versos que aluden a las imágenes gustativas.
Visuales
También hay versos referentes a las imágenes visuales. Un ejemplo es:
De este modo, con los recursos expresivos mencionados anteriormente, este romance presenta un diálogo entre Bernardo y
el Rey, cuando Bernardo recibe un mensaje de este haciendo un reclamo injusto, continuado del enfrentamiento entre
ambos, al borde de un conflicto bélico.
Análisis de la fábula La leona y el oso.
El desarrollo de la fábula La leona y el oso es llevado a cabo mediante una serie de recursos expresivos, a
saber, en el plano sonoro: aliteración; en el sintáctico: hipérbaton; y en el semántico: imágenes visuales,
táctiles y auditivas.
1. Plano sonoro
Aliteración.
A lo largo de toda la fábula se repiten los últimos fonemas de un verso con los
últimos fonemas del verso siguiente. La repetición de va cambiando cada dos versos.
2. Plano sintáctico.
Hipérbaton.
Hay dos versos que hacen referencia a este recurso expresivo.
3. Plano semántico.
Imágenes auditivas.
Estos son algunos ejemplos de los cuales en el caso marcado,
se encuentra la única imagen visual que comparte un mismo verso con la auditiva
Imagen gustativa.
Se da en un solo caso donde la osa hace mención a los
hijos de los demás animales que come la leona.
El poema Quien sabe, cuya métrica es irregular, está compuesto en su totalidad por interrogantes universales
de nuestra sociedad, las cuales se caracterizan por el uso de la anáfora y la comparación y por estar
enmarcadas por conectores.
En la totalidad de los versos, cuyo tema es la pregunta del yo poeta sobre la dudosa existencia de un dios, se
extiende desde el inicio hasta el final por conectores, que en este caso, son los signos de pregunta que con el
silencio de una respuesta, saltan directamente a la otra pregunta. A través del empleo de las anáforas “te
importa” y “que”, hay un pensamiento crítico sobre las ideas impuestas por la religión, interrumpiendo por
dos preguntas comparativas donde se alude al sufrimiento religioso contra los sentimientos humanos, seguido
de nuevas anáforas como “acaso” y “habrá” donde insinúa la naturaleza humana del sentir placer, hasta la
duda de que el hombre creo a dios. Y de esta manera continua hasta el final.
El ritmo es elíptico, ya que, siendo pregunta tras pregunta, acelera su ritmo de lectura. Los verbos utilizados
aquí corresponden a la segunda persona del modo subjuntivo.
Los personajes principales de este cuento son Abelardo y César, y los secundarios son sus
amigos de la infancia (el colorado Martínez, el negro y Aníbal), un niño y la prostituta y su
marido.
La voz es homodiegética, pues el narrador es autodiegético (1º persona) con focalización
interna desde el punto de vista del protagonista. En esta historia sólo se conoce lo que sabe
Abelardo.
El discurso elegido por el autor es directo, es decir, el narrador se borra de la escena y los
personajes tienen la palabra, lo que genera ilusión de realidad. Por esta razón, es
fundamental la elección de la escena. Esto se evidencia en el uso de los diálogos que hacen
que el tiempo del relato sea igual al de la historia. También es utilizado el resumen, cuya
finalidad es hacer que la duración del relato sea menor a la duración de los hechos de la
historia. Por medio de este procedimiento se logra en pocas líneas condensar toda la
infancia de los protagonistas.
Respecto al tiempo del relato, si bien Abelardo rememora tiempos pasados, en ningún
momento el tiempo del relato se ve interrumpido por la narración de hechos anteriores o
posteriores.
La velocidad del discurso es sustentada por la frecuencia del mismo. En El marica,
predomina el relato singulativo. Sin embargo, es lícito mencionar que hay una gran
cantidad de fragmentos que corresponden al relato iterativo.
Respecto al nivel de la historia, los núcleos, es decir las acciones principales, pueden
ordenarse de la siguiente manera: van al prostíbulo / entran de a uno / ingresa Abelardo /
César se escapa / Abelardo lo va a buscar / lo encuentra y lo golpea / César se va. Esto lo
cuenta Abelardo en una carta dirigida a César.
En este cuento, son muy escasos y poco relevantes los informantes. Respecto a las catálisis
son sustanciales en el inicio y el final de la historia, cuando se cuenta cómo era el vínculo
entre Abelardo y César. Por ejemplo, “siempre andábamos juntos”.
En el caso de los indicios, estos tienen una función de suma importancia a la hora de
mostrar la angustia y hasta culpa que siente en la actualidad Abelardo, quien escribe en la
carta que “hay cosas que uno lleva mordidas, trampeadas en la vergüenza para toda la
vida”. También hay indicios que demuestran la configuración de la personalidad de los
protagonistas. A César no le “gustaba trepar a los arboles ni romper faroles a cascotazos”.
Por último, en la frase final cuando Abelardo confiesa “yo tampoco pude”, el autor de
delega al lector la tarea de cargar de sentido esta frase. Abelardo si bien paso con “la
gorda” no pudo hacer nada, el también hubiese querido huir. Abelardo y César, no son tan
diferentes.