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Introducción
Se calcula que a nivel global uno (1) de cada ciento diez (110) niños presenta autismo1,
Colombia no cuenta con cifras oficiales que establezcan la prevalencia en este país de este
trastorno. Y es que, en las cuatro (1993, 1997, 2003 y 2015) encuestas nacionales de salud
mental no se ha incluido al autismo, puesto que, lo clasifican en el estudio de trastornos
mentales en adultos y niños ─junto a otros grupos de enfermedades como los trastornos
depresivos, los trastornos de ansiedad, el afectivo bipolar, la esquizofrenia, otras psicosis, las
demencias, la discapacidad intelectual y otros─. Algunos datos generales indican que en
https://www.minsalud.gov.co/Paginas/salud-mental-el-autismo.aspx).
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Colombia existe un número aproximado de seis millones de personas con algún tipo de
discapacidad física, sensorial, mental y cognitiva, es decir, más del 13% de nuestra población
posee algún tipo de discapacidad de ella, el 40% son personas con limitación visual, el 37% son
personas con limitación psíquica, el 12% son personas sordas, y el 11% son personas con
limitación física2.
¿De dónde proviene el autismo? El autismo puede explicarse desde diferentes niveles
y enfoques. Durante muchas décadas el autismo era mal diagnosticado y lo intentaban curar con
la terapia de electroshock, o con medicamento poco ortodoxo, muchas veces confundido con
retraso mental o esquizofrenia. El primer texto donde hace mención de este trastorno fue en
1943 cuando Leonor Kanner publicó “Trastorno autista del contacto afectivo”3, fue junto al
trabajo mucho menos difundido de Hans Asperger, la base del estudio moderno del autismo.
Desde entonces muchos especialistas como Bruno Siguiente Bettelheim, Christopher Gilbert,
Ivar Viejo y Ángel Riviére han contribuido de manera significativa en la investigación de este
trastorno.
https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/discapacidad/inform_estad.pdf).
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(sacudimiento de la mano o balanceo del cuerpo), respuestas inusuales a la gente o apego a
objetos y resistencia a cualquier cambio de rutinas. En algunos casos, muestran agresividad y/o
un comportamiento con tendencias a hacerse daño a sí mismos.
Las personas autistas presentan varias dimensiones y en cada dimensión están los cuatro
niveles característicos, lo cual ayuda a identificar la severidad y profundidad del autismo. En
la dimensión social que es la capacidad para disfrutar de la interacción con otros, principalmente
niños de su edad. En el nivel uno presentan aislamiento completo, no apego a personas
específicas y no hay relación con adultos o iguales. En el nivel dos hay incapacidad de relación,
sin embargo, hay un vínculo con adultos particularmente con los padres pero no hay relación
con iguales. En el nivel tres hay relaciones infrecuentes inducidas con iguales, y estas relaciones
son más respuesta que iniciativa propia, si bien pueden jugar cuando los invitan disfrutan más
de las actividades solitarias. En el nivel cuatro tiene motivación de relaciones con iguales, pero,
falta de relación por dificulta para comprender sutilezas sociales y escaza empatía, tienen
conciencia de soledad, pese a que es frecuente que interactúen con los demás, pierden el interés
muy rápido.
4 Ver: RIVIÈRE, Ángel y MARTOS, Juan. (1997). El tratamiento del Autismo. Nuevas Perspectivas.
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La dimensión de la simbolización es la capacidad para representar cualquier cosa,
permitiendo la expresión de forma no verbal. En el nivel hay ausencia completa de juego
funcional y de imitación, su relación con el ambiente es mecánica y enlazada a un contexto
específico. En el nivel dos hay juegos funcionales poco flexibles, imitaciones simples; los
juguetes comunes no los reconocen como tales. En el nivel tres existe dificultad para diferenciar
ficción y realidad ─incluyendo juegos de roles, puesto que, no logran entender que pueden ser
“otro”─, imitación esporádica y espontánea. En el nivel cuatro algunos pueden representar un
personaje fielmente, imitación establecida y dificultad para crear y comprender metáforas.
En las adaptaciones ambientales hay dos componentes las físicas y las auxiliares
personales, en el primer componente se deben tener varios aspectos en cuenta como la adecuada
distribución de los muebles, siempre informando al alumno autista de los cambios e inclusive
hacerlo partícipe de estos mismos, procurar que el salón sea siempre un lugar ordenado, con
bastante información visual que le ayude a la comprensión de diversos temas para que se siente
en un entorno seguro y con sensación de control a sus impulsos. También es necesario
considerar mantenerlos lejos de fuentes visuales y sonoras que los distraigan, iluminación
preferiblemente natural, las sillas y las mesas en las patas con tapas de caucho para minimizar
el ruido.
En el segundo componente debe tenerse en cuenta que requieren objetos personales para
que se les facilite la comprensión y concentración; dependiendo de sus necesidades estos
objetos pueden variar, como por ejemplo si no soportan el ruido, los tapones para los oídos, los
que les molestan la luz y les impiden ver adecuadamente gafas oscuras para opacar o filtrar la
luz, de igual forma otros medios como la calculadora, computador, cámara, grabador u otro
dispositivo para la compensación en las áreas donde presenten dificultades.
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enfatice en la identificación de sus áreas potenciales de desarrollo, necesidades, capacidades y
talentos. En la cual la componen las adaptaciones del acceso al currículo y las adaptaciones del
currículo.
En las adaptaciones del accedo al currículo se utilizan materiales especiales bien sea
gráficos que pueden ser láminas, videos, dibujos gráficos, entre otros, que les permita al
estudiante comprender diferentes temas que les ayuden a ubicarse y a las actividades en su
jornada, dibujos o láminas que estén en proceso de adquirir las cuales deben estar ubicadas en
el tablero o en el escritorio, secuencias didácticas para la realización de una tarea específica,
expresiones emocionales en láminas para que las utilice cuando las necesite. O desde textos en
los cuales en primera medida se debe utilizar libros ilustrados con pocas palabras, carpetas
donde se recopilen ilustraciones, conceptos y/o mapas conceptuales.
Las adaptaciones del currículo son aquellas que se realizan en algunos elementos para
atender a las características particulares de estos estudiantes. Adaptándolos de acuerdo a una
planeación individual donde se planteen varios aspectos como los propósitos y sus contenidos,
y los objetivos, estos últimos se deben basar en elegir los más importantes y necesarios en el
momento actual, los que tienen mayor aplicación para su vida social y se pueden aplicar a su
aprendizaje, también los que les favorezcan en el desarrollo de sus funciones cognitivas:
atención, percepción, memoria, y expresión.
En la dimensión social las posibles metas pueden ser: Utilizar la mirada para iniciar o
mantener una interacción. Desarrollar habilidades de trabajo en equipo. Aprender a actuar en
diferentes espacios de la comunidad. Aprender a participar en actividades deportivas y/o
competitivas. Identificar como es la interacción con ambos sexos, límites y comportamientos
esperados. Aprender a identificar el impacto de su comportamiento en los otros. Identificar y
expresar diferentes emociones y lo que se las genera. Desarrollar intereses, motivación y
conocimiento sobre temas acordes a los de sus pares.
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Dimensión de comunicación: Aprender a conversar sobre temas de actualidad. Ampliar
la comprensión de texto. Dimensión de simbolización: aprender a identificar dobles sentidos,
chistes, metáforas, refranes, modismos.
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Bibliografía
Barohona Fernandes, P., Chaparro Civillo, K. L., Manjarres Carrizales, D., & Rivera
Gomez, M. (2002). El desarrollo de las habilidades sociales como una propuesta
pedagógica de integración para el autismo. Bogotá: Grupo de Procesos Editoriales
ICFES.