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Harold Pinter
Personajes
HARRY, cuarentón
JAMES, treintañero
STELLA, treintañera
BILL, de unos 28 años
OTOÑO
El escenario está dividido en tres zonas; dos penínsulas y un promontorio. Cada zona está separada y es
diferente de las otras.
A la izquierda del escenario, casa de Harry en Belgravia. Interior elegante. Muebles de época. Esta parte
comprende living, hall, puerta de entrada y escalera al primer piso. La salida de la cocina se encuentra debajo
de la escalera.
A la derecha del escenario, departamento de James en Chelsea. Muebles contemporáneos de buen gusto. Esta
parte comprende el living solamente. Arriba, entre bastidores, a la derecha, otros cuartos y puerta de
entrada.
En el centro del escenario, en un promontorio, hay una cabina telefónica.
(La cabina telefónica está iluminada a media luz. Se ve, difusa, una figura dentro de la misma, de espaldas al
público. El resto del escenario está oscuro. En la casa suena el teléfono. Es noche avanzada. La luz en la casa se
enciende. La calle se ilumina. Harry se aproxima a la casa, abre la puerta de entrada e ingresa. Prende una
luz en el hall, se dirige al living, camina hacia el teléfono y levanta el tubo.
HARRY: Hola.
VOZ: ¿Sos vos, Bill?
HARRY: No, está en la cama, ¿Quién es?
VOZ: ¿En la cama?
HARRY: ¿Quién es?
VOZ: ¿Qué hace en la cama?
(Pausa.)
(Pausa.)
(Pausa.)
(La comunicación se corta. Harry cuelga y se queda quieto. La figura abandona la cabina telefónica.
Harry camina despacio, entra al hall y sube las escaleras. La luz disminuye hasta el apagón.
Se ilumina el departamento. Es de mañana.
James, fumando, entra y se sienta en el sofá. Stella viene desde un dormitorio cerrando una pulsera
en su muñeca. Va hacia el armario, saca un atomizador de su cartera y se coloca perfume en el
cuello y las manos. Vuelve a poner el atomizador en su cartera y comienza a calzarse los guantes.)
STELLA: Me voy.
(Pausa.)
¿No vas a ir a la oficina hoy?
(Pausa.)
JAMES: No.
STELLA: Debías encontrarte con esa gente de...
(Pausa. Camina lentamente hasta un sillón, toma su saco y se lo pone.)
Debías encontrarte con esa gente por ese pedido. ¿Quieres que los llame cuando llegue al negocio?
JAMES: Podrías... sí,
STELLA: ¿Qué vas a hacer?
(Él la mira con una leve sonrisa, luego desvía la mirada.)
Jimmy...
(Pausa.)
¿Vas a salir?
(Pausa.)
¿Vas a estar... aquí esta noche?
(James agarra un cenicero de vidrio y tira la ceniza. Mira el cenicero. Stella se da vuelta y sale del cuarto.
Se oye golpear la puerta de entrada. James continúa observando el cenicero. La iluminación baja a media
luz.)
(Se enciende la luz de la casa. Es de mañana. Bill trae una bandeja de la cocina y la coloca sobre la mesa,
la acomoda, sirve té, se sienta, levanta un diario, lee, bebe. Harry, en salto de cama, baja las escaleras, se
tropieza y tambalea.
(Pausa.)
HARRY: Estoy harto de esa varilla de la escalera. ¿Por qué no la atornillas o haces algo? Se supone... se
supone que estás en condiciones de usar tus manos.
(Pausa.)
(Pausa.)
(Pausa.)
(Pausa.)
(Harry se sienta mirando a Bill, quien está leyendo el diario. Después de un momento Bill
levanta la vista.)
BILL: ¿Mmmm?
(Silencio. Harry se para, abandona la habitación y sube las escaleras, pasando
cuidadosamente por sobre la varilla. Bill lee el diario. Suena el teléfono. Bill levanta el
tubo.)
¡Hola!
VOZ: ¿Es usted, Bill?
BILL: ¿Sí?
VOZ: Así que está en casa.
BILL: ¿Quién es?
VOZ: No se mueva de ahí. Enseguida voy.
BILL: ¿Qué quiere decir? ¿Quién es?
VOZ: En unos dos minutos. ¿Está bien?
BILL: No puede hacer eso. Estoy con gente.
VOZ: No importa. Podemos ir a otro cuarto.
BILL: Esto es ridículo. ¿Lo conozco?
VOZ: Me va a conocer cuando me vea.
BILL: ¿Usted me conoce a mí?
VOZ: Quédese donde está. Voy enseguida.
BILL: ¿Pero qué es lo que quiere, quién...? No puede hacer eso. Estoy por salir. No voy a estar en casa.
VOZ: Hasta luego.
STELLA: ¿Jimmy?
(Silencio.)
(Se saca los guantes, apoya su cartera y se queda quieta. Va hacia el tocadiscos y pone un
disco. Es "Charlie Parker". Escucha y luego sale para el dormitorio.)
(Se enciende la luz en la casa. Es de noche.)
(Bill ingresa al living desde la cocina, con revistas. Las tira junto a la chimenea, va hacia la
mesa de las bebidas y se sirve un trago; luego se acuesta en el piso, con la copa en la mano,
junto a la chimenea, Hojea una revista, Stella vuelve al living con un gatito persa blanco.
Se recuesta en el sofá con el, hocicándolo. Harry baja la escalera, mira a Bill, sale y
camina por la calle subiendo hacia la derecha. Bajando desde la izquierda, James llega
hasta la puerta de entrada de la casa. Sigue con la mirada a Harry y toca el timbre. Bill se
para y va hacia la puerta.)
(En el departamento baja la luz a la mitad y se apaga la música.)
BILL: ¿Sí?
JAMES: ¿Bill Lloyd?
BILL: ¿Sí?
JAMES: ¡Oh!, quisiera..., quisiera hablar unas palabras.
(Pausa.)
(Pausa.)
(Pausa.)
(James entra. Bill cierra la puerta. James atraviesa el hall y va al living. Bill lo sigue.
James da una ojeada al cuarto.)
JAMES; ¿Tendrá alguna aceituna?
BILL: ¿Cómo sabía mi nombre?
JAMES: ¿No tiene aceitunas?
BILL: ¿Aceitunas? No, no tengo.
JAMES: ¿Quiere decir que no tiene aceitunas para sus invitados?
BILL: Usted no es mi invitado; es un intruso. ¿Qué es lo que quiere?
JAMES: ¿Le molestaría si me siento?
BILL: Sí, me molestaría.
JAMES: Ya lo superará.
(James se sienta. Bill queda parado. James se levanta, se saca el sobretodo, lo tira encima
de un sillón y se vuelve a sentar.)
(James va hasta una fuente con fruta, desprende una uva, y la come.)
(Silencio.)
(Pausa.)
Ni en sueños haría una cosa así. Bueno, creo que con esto se termina el tema, ¿no le parece?
JAMES: Venga. Le quiero decir una cosa.
BILL: Llegarán visitas en cualquier momento. Cocktails. Me postularé para el Congreso de la próxima
temporada
JAMES: Venga aquí.
BILL: Seré Ministro del Interior.
(James se le acerca.)
JAMES (Confidencialmente): Ya que trata a mí mujer como a una puta, creo que tengo derecho a saber qué
es lo que puede decir al respecto.
BILL: Si yo no conozco a su esposa.
JAMES: Sí que la conoce. La conoció a las diez el viernes pasado en el salón del hotel. Comenzaron a
conversar, la invitó con algunas copas, subieron juntos en el ascensor. En el ascensor usted no le
sacó la vista de encima, descubrieron que estaban los dos en el mismo piso, la ayudó a salir
tomándola del brazo. Usted se detuvo con ella en el pasillo, mirándola. Le tocó el hombro, se
despidió, fue a su habitación, ella fue a la de ella y usted a la suya; se puso el pijama amarillo y un
salto de cama negro, caminó por el pasillo y golpeó a su puerta, usted había olvidado su pasta
dentífrica en la ciudad. Ella abrió la puerta, y usted entró. Ella todavía estaba vestida, usted admiró
la habitación, ¡era tan femenina! Estaba muy despierto, se le había ido el sueño, se sentó, sobre la
cama. Ella quería que se fuera; usted no quiso. Ella se sintió molesta, usted la comprendió, lejos de
su hogar, en un viaje de negocios, vida horrible, especialmente para una mujer, usted la consoló, la
tranquilizó y se quedó.
(Pausa.)
BILL: Mire, ¿le molestaría... irse ahora? Me está dando dolor de cabeza.
JAMES: Usted sabía que ella era casada... ¿Por qué se vio en la necesidad de... hacer eso?
BILL: Ella también debió saber que era casada. ¿Por qué se vio en la necesidad de... hacer lo que hizo?
(Pausa.)
(Con una risita.) ¿Lo pesqué, eh?
(Pausa.)
Bueno, mire, en realidad no es otra cosa que una gran estupidez. Usted lo sabe.
(Bill va hacia el estuche de cigarrillos y prende uno.)
¿Se supone que ella debía resistirse a mí?
JAMES: Un poco.
BILL: ¿Sólo un poco?
JAMES: Sí.
BILL: ¿Usted le cree a ella?
JAMES: Sí.
BILL: ¿Todo lo que dice?
JAMES: Seguro.
BILL: ¿Mordió?
JAMES: No.
BILL: ¿Arañó?
JAMES: Un poco.
BILL: Usted tiene una mujer abnegada, ¿no? Lo mantiene bien informado, hasta en los más mínimos
detalles. Ella arañó un poco, ¿no es cierto? ¿Dónde? (Levanta una mano.) ¿En la mano? No hay
cicatriz. No existe cicatriz en ninguna parte. Absolutamente sin cicatriz. Podemos ir a ver a un
escribano, si quiere. Me desvestiré, y le mostraré mi cuerpo sin cicatrices. Sí, lo que necesitamos es
un testigo independiente. ¿Usted tiene alguna mucama que esté de su parte, o algo así?
JAMES: Usted es gracioso, ¿no es cierto? No pensé que fuese tan bromista. Realmente, tiene sentido del
humor. ¿Sabe como lo llamaría?
BILL: ¿Cómo?
JAMES: Un picaro.
BILL: Oh, muchas gracias.
JAMES: No, me complace hacer un cumplido cuando corresponde. ¿Podríamos tomar una copa?
BILL: Es usted muy bueno.
JAMES: ¿Qué toma?
BILL: ¿Tiene vodka?
JAMES: Veamos. Sí, creo que vamos a encontrar vodka para usted.
BILL: ¡Oh, de rechupete!
JAMES: Repita eso.
BILL: ¿Qué?
JAMES: Esa palabra.
BILL: ¿De rechupete?
JAMES: Eso.
BILL: Rechupete.
JAMES: Maravilloso. Usted probablemente recuerde eso de la escuela, ¿no es cierto?
BILL: Ahora que lo menciona, puede que sea así.
JAMES: Sí, me pareció. Aquí está su vodka.
BILL: ¡Qué generosidad!
JAMES: En absoluto. Salud. (Beben.)
BILL: Salud.
JAMES: Eh, venga para acá.
BILL: ¿Qué?
JAMES: Estoy convencido de que usted generalmente tiene mucho éxito en las fiestas.
BILL: Bueno, es lindo escucharlo, pero yo no diría que tengo tanto éxito.
JAMES: Vamos, estoy seguro que sí. (Pausa.)
BILL: Usted cree que soy exitoso, ¿no es cierto?
JAMES: Creo que lo es en las fiestas,
BILL: No, en realidad no creo que sea para tanto. En cambio, sí lo es el tipo con el que comparto la casa.
JAMES: Ah, me encontré con él. Me pareció un tipo jovial. BILL: Sí, es muy bueno en las fiestas. Tiene
algo de mago. JAMES: ¿Qué, conejos?
BILL: Bueno, no precisamente conejos.
JAMES: ¿No usa conejos?
BILL: No. En realidad no le gustan los conejos. Le dan alergia
JAMES: Pobre tipo.
BILL: Sí, es una lástima.
JAMES: ¿Consultó a un médico?
BILL: Oh, lo padece desde que era así de alto.
JAMES: ¿Se crió en el campo, supongo?
BILL: En cierto sentido, sí.
(Pausa.)
Bueno, viejo, fue un placer conocerlo. Tiene que volver cuando el tiempo mejore.
(James hace un repentino movimiento hacia adelante. Bill retrocede y cae por sobre un puf
al suelo. Risita de James. Pausa.)
Me hizo derramar el trago. Hizo que lo derramara sobre mi chaqueta.
(James está parado sobre él.)
Me sería fácil patearlo desde aquí.
(Pausa.)
¿Dejará que me levante?
(Pausa.)
¿Dejará que me levante?
(Pausa.)
Escuche... tengo que decirle algo.
(Pausa.)
Si usted me dejara levantar...
(Pausa.)
No estoy muy cómodo.
(Pausa.)
Si usted me dejara levantar... yo le diría... le diría la verdad...
(Pausa.)
(Pausa.)
BILL: Bueno. Sólo se lo cuento porque estoy totalmente aburrido... La verdad... es que nunca pasó...
bueno, por lo menos lo que usted dijo. No sabía que ella estaba casada. Nunca me lo dijo. Nunca
dijo una palabra. Nada de eso... sucedió, se lo puedo asegurar. Todo lo que pasó fue... usted en
realidad tuvo razón en que subimos en el ascensor... nosotros... salimos del ascensor y de repente la
tenía entre mis brazos. Realmente no fue culpa mía, nada estaba más lejos de mi mente, fue la
mayor sorpresa de mi vida. De repente le tengo que haber parecido terriblemente atractivo, no lo
sé... pero yo... yo no me negué. De todas maneras sólo nos besamos un poco, sólo durante algunos
minutos, al lado del ascensor, nadie a la vista, y eso fue todo; ella fue a su habitación.
(Se levanta del puf.)
El resto simplemente no sucedió. Quiero decir que yo no haría una cosa así. Quiero decir, ese tipo
de cosa... Eso no significa nada. Puedo entender que usted esté enojado, por supuesto, pero
honestamente no hubo nada más. Sólo algunos besos. (Bill se levanta limpiando su chaqueta.) Lo
siento muchísimo, realmente, quiero decir que no tengo idea de por qué ella inventó todo eso. Pura
fantasía. Realmente se portó mal. Es más bien exagerado. (Pausa.) ¿Usted la conoce bien?
JAMES: Y entonces a eso de la medianoche usted fue al baño privado de ella y se bañó. Usted cantaba
"Cruzando por el campo de centeno". Usó su toalla de baño. Luego caminó por el cuarto con su
toalla de baño, haciendo como si fuese un romano.
BILL: ¿Eso hice?
JAMES: Ahí fue cuando llamé por teléfono.
(Pausa.)
Hablé con ella. Le pregunté como estaba. Me dijo que estaba bien. Su voz era un poco apagada. Le
pedí que hablara más alto. No tenía mucho que contarme. Usted estaba sentado sobre la cama, al
lado de ella.
(Silencio.)
BILL: Sentado no, acostado.
(Apagón.)
(Campanas de iglesia.)
(Luz fuerte sobre el departamento y la casa.)
(Domingo de mañana.)
(James está sentado solo en el living del departamento, leyendo el diario. Harry y Bill están
sentados en living de la casa. Bill lee el diario. Los dos tienen una taza de café delante.)
(Harry lo observa.)
(Silencio.)
(Campanas de iglesia.)
(Silencio.)
(Bill sale y sube las escaleras. Harry abre el diario y lo lee) (En el departamento Stella
entra con una bandeja con café y galletitas. Coloca la bandeja sobre la mesa para café y le
pasa una taza a James. Ella bebe.)
(Pausa.)
HARRY: Hola. ¿Qué? No. Número equivocado. (Cuelga.) Número equivocado. ¿Quién pensás que puede
haber sido?
BILL: No pensé.
HARRY: Ah, de paso, ayer te llamó un tipo.
BILL: ¿Ah, sí?
HARRY: Justo cuando te habías ido.
BILL: ¿Ah, sí?
HARRY: Bueno, llegó la hora de comer. ¿Papas asadas o papas fritas?
BILL: No quiero papas, gracias.
HARRY: ¿No querés papas? Qué cosa extraordinaria. Sí, ese tipo, preguntó por vos, te quería hablar.
BILL: ¿Para qué?
HARRY: Quería saber si alguna vez limpiaste tus zapatos con un producto para lustrar muebles.
BILL: ¿De veras? Qué extraño.
HARRY: No es extraño. Será algún tipo de encuesta nacional. BILL: ¿Qué pinta tenía?
HARRY: Oh... cabello color limón, dientes manchados de marrón, una pierna ortopédica, ojos verde botella
y un postizo. Lo ¿conoces?
BILL: Nunca lo vi.
HARRY: Lo conocerías si lo vieras.
BILL: Lo dudo.
HARRY: ¿Qué, un hombre con ese aspecto?
BILL: Hay muchos hombres así.
HARRY: Eso es cierto. Es muy cierto. Lo único que sucede es que ese fue el hombre que estuvo aquí
anoche.
BILL: ¿Estuvo? No lo vi.
HARRY: Oh, sí, estuvo aquí, pero tengo la rara sensación de que llevaba una careta. Era el mismo hombre,
pero usaba una careta, eso es todo. No bailó aquí anoche, ni hizo gimnasia, ¿no es cierto?
BILL: Nadie bailó aquí anoche.
HARRY: Ahá. Bueno, es por eso que no notaste su pierna ortopédica. Yo no pude dejar de verla cuando
pasé por la puerta de entrada. Porque él estaba parado totalmente desnudo en el escalón superior.
Sin embargo no parecía tener mucho frío. Tenía una bolsa de agua caliente bajo su brazo en lugar de
un sombrero.
BILL: Verdaderamente esas campanadas de la iglesia te dejaron una marca.
HARRY: No ayudaron, pero el nudo de la cuestión, viejo, que vengan extraños a mi casa sin ser invitados.
(Pausa) ¿Quién es ese hombre y qué es lo que quiere?
BILL: ¿Me perdonas? Creo que es hora de que me vista, ¿no crees?
(Pausa.)
STELLA: Él no tiene importancia.
JAMES: ¿Qué querés decir?
STELLA: Él no es importante.
JAMES: ¿Querés decir que cualquiera hubiera sido lo mismo? ¿Querés decir que por casualidad fue él,
pero que también hubiera podido ser cualquier otro?
STELLA: No.
JAMES: ¿Entonces qué?
STELLA: Por supuesto que no hubiera podido ser cualquiera. Fue él. Fue justo... algo que...
JAMES: Eso es lo que quiero decir. Fue él. Por eso creo que vale la pena ir a verlo. Quiero saber cómo es.
Será instructivo, didáctico.
(Pausa.)
STELLA: Por favor, no vayas a verlo. De todos modos, no sabes dónde vive.
JAMES: ¿Entonces pensás que no debo verlo?
STELLA: Eso no hará... que te sientas mejor.
JAMES: Quiero ver si cambió.
STELLA: ¿Qué querés decir?
JAMES: Quiero ver si cambió desde la última vez. Se puede haber venido abajo desde que lo vi por última
vez. Sin embargo debo admitir que parecía estar en buenas condiciones.
STELLA: Nunca lo viste.
(Pausa.)
No lo conoces.
(Pausa.)
Si no sabes dónde vive...
(Pausa.)
¿Cuándo lo viste?
JAMES: Cenamos juntos anoche.
STELLA: ¿Qué?
JAMES: Es un espléndido anfitrión.
STELLA: No lo creo.
JAMES: ¿Estuviste alguna vez en su casa?
(Pausa.)
Es muy linda. ¿Estuviste alguna vez?
STELLA: Lo conocí en Leeds, eso es todo.
JAMES: ¡Ah!, Eso es todo. Bueno, tenemos que ir a su casa alguna noche. No puedo negar que la comida
es buena. Me pareció encantador.
(Pausa.)
Se acordaba bien de lo que pasó. Fue absolutamente franco, como un hombre respetable, íntegro.
Confirmó toda tu historia.
STELLA: ¿Sí?
JAMES: Mmmm. Lo único que... más bien dejó entrever, que fuiste vos la que lo buscó. Por supuesto, es
una forma absolutamente masculina de decir las cosas.
STELLA: Es una mentira.
JAMES: Sabes como son los hombres. Le recordé que te resististe, y que te asqueó todo el asunto, pero que
estuviste -¿cómo se puede decir?- como hipnotizada por él; eso pasa algunas veces. Estaba de
acuerdo con que puede pasar algunas veces. Me contó que una vez un gato lo hipnotizó. Sin
embargo, no entró en más detalles. Debo admitir, también, que hicimos buenas migas. Tenemos los
mismos intereses. Tomando Cognac es de lo más divertido.
STELLA: No me interesa.
JAMES: De hecho, todo este asunto lo divirtió mucho.
STELLA: ¿De veras?
JAMES: Pero especialmente, mientras tomábamos cognac. Sus puntos de vista son correctos, ¿sabes?
Como hombre, tengo que admirarlo.
STELLA: ¿Cuál es su posición?
JAMES: ¿Cuál es tu posición?
STELLA: No sé adonde querés llegar... Justamente no sé adonde querés llegar... yo sólo... Tenía la
esperanza de que entendieras...
(Se cubre la cara, llorando.)
JAMES: Bueno, sí entiendo, pero recién después de haber estado con él. Ahora estoy totalmente feliz. Lo
puedo ver de los dos lados, de tres lados, de todos los lados... de cada uno de los lados. Está
perfectamente claro, no tiene nada de particular, todo volvió a la normalidad. La única diferencia es
que me encontré con un hombre al que puedo respetar. Eso no pasa con frecuencia; no es frecuente
que eso pase, y realmente supongo que es a vos a quien se lo tengo que agradecer.
(Se inclina hacia adelante y le palmea el brazo.)
Gracias.
(Pausa.)
Me hace recordar a un tipo con el que fui a la escuela. Hawkins. Honestamente, me hizo recordar a
Hawkins. Hawkins también era un fanático de la ópera. Así es este... ¿cómo se llama? Yo también
soy un poco fanático de la ópera. Siempre lo mantuve en estricto secreto. Puede ser que alguna
noche vaya con tu amigo a la ópera. Dice que siempre puede conseguir entradas gratis. Conoce a
algunos de esos tipos. Tal vez pueda ubicar al viejo amigo Hawkins e invitarlo a que él también
vaya. Es un tipo muy culto, tu amigo. Creo que es muy inteligente. Tiene una colección de jarrones
chinos fijados a una pared, que le deben haber costado por lo menos mil quinientos cada uno.
Bueno, no se puede evitar observar una cosa así. Quiero decir, que no se puede negar que es un
hombre de buen gusto. En eso se pasa. Bueno, supongo que él te impresionó de la misma forma.
Más bien debo darte las gracias. Después de dos años de matrimonio me parece, sin embargo, que
por accidente abriste todo un nuevo mundo para mí.
STELLA: Hola.
HARRY: ¿Es usted, James?
STELLA: ¿Qué? No, no es. ¿Quién habla?
HARRY: ¿Dónde está James?
STELLA: Salió.
HARRY: ¿Salió? Bueno, está bien. Voy para allá.
STELLA: ¿Qué me está diciendo? ¿Quién es usted?
HARRY: No salga.
(La comunicación se corta. Stella apoya el tubo y se sienta erguida con el gatito en la silla.)
(La iluminación en el departamento queda a media luz.) (Hay apagón en la cabina de
teléfono.)
JAMES: ¿Sabes una cosa? Me haces acordar a un tipo que conocí una vez. Hawkins. Sí. Era un tipo
bastante alto.
BILL: ¿Era alto?
JAMES: Sí.
BILL: ¿Y por qué te hago acordar a él?
JAMES: Era un bromista... (Pausa.)
BILL: ¿Así que era alto?
JAMES: Sí... Eso era.
BILL: Bueno, vos no sos petiso.
JAMES: No soy alto.
BILL: Bastante ancho,
JAMES: Eso no hace que sea alto.
BILL: Nunca dije que lo hiciera.
JAMES: Bueno, ¿qué es lo que estás diciendo?
BILL: Nada. (Pausa.)
JAMES: Tampoco diría que soy ancho.
BILL: Bueno, sólo te ves a vos mismo en el espejo, ¿eh?
JAMES: Eso me basta.
BILL: Engañan.
JAMES: ¿Los espejos?
BILL: Y mucho.
JAMES: ¿Tenes uno?
BILL: ¿Qué?
JAMES: Un espejo.
BILL: Hay uno justo enfrente tuyo.
JAMES: Lo veo.
(James se mira al espejo.)
Vení acá, mírate vos también.
(Bill se para a su lado y mira. Miran juntos. Después James va hacia la izquierda del espejo
y vuelve a observar el reflejo de Bill.)
No creo que los espejos engañen.
STELLA: ¿Sí?
HARRY: ¿Cómo le va? Mi nombre es Harry Kane. Me gustaría tener una charla con usted. No es para
asustarse. ¿Puedo entrar?
STELLA: Sí.
HARRY (entrando): ¿Aquí?
STELLA: Sí.
(Entran en el cuarto.)
HARRY (De pie): Bueno, adiós. Fue muy linda nuestra pequeña charla.
STELLA: Sí.
HARRY: Ahora está todo claro.
STELLA: Me alegro.
HARRY: Ah, el Sr. Lloyd me pidió que le trasmita sus mejores deseos... y sus recuerdos.
(Sale. Ella permanece de pie.) Adiós.
(Se cierra la puerta de entrada. Stella se acuesta en el sofá con el gatíto. Apoya su cabeza,
se queda quieta.)
(Las luces bajan a media luz.)
BILL: ¿De qué tenes miedo?
JAMES (alejándose): ¿Qué es eso?
BILL: ¿Qué?
JAMES: Creía que era un trueno.
BILL (a él): ¿Por qué tenes miedo de agarrar este cuchillo?
JAMES: No tengo miedo. Sólo estaba pensando en el trueno de la semana pasada, cuando vos y mi esposa
estaban en Leeds.
BILL: Oh, no empecemos otra vez. Creía que habíamos dejado atrás todo eso. ¿No es cierto? No me digas
que todavía te preocupa.
JAMES: Oh, no. Sólo es nostalgia.
BILL: Verdaderamente cuando te enteras de la verdad toda herida sana, ¿no es cierto? Quiero decir, cuando
se confirma la verdad. Yo habría pensado que es sí.
JAMES: Por supuesto.
BILL: ¿Qué es lo que queda por pensar? Es algo lamentable que nunca debería repetirse. Sin pasado, sin
futuro. ¿Entendés lo que digo? Sos un tipo que estuvo casado durante dos años. ¿No sos feliz?
Existe un lazo de hierro entre tu mujer y vos. No puede ser quebrado por algo tan trivial como esto.
Me disculpé, ella se disculpó. Honestamente, ¿qué más podes esperar?
(Pausa... James lo mira. Bill sonríe. Harry aparece por la puerta de entrada, la abre y la
cierra silenciosamente, y permanece en el hall, sin ser detectado por los otros.)
JAMES: Nada.
BILL: Toda mujer puede tener tarde o temprano un arrebato de... salvaje sensualidad. Por lo menos a mí me
parece. Es parte de su naturaleza. Aunque fuese el tipo de sensualidad que vos mismo nunca tuviste
la suerte de experimentar. ¿Qué? (Se ríe.) Supongo que es el destino de todo marido. Creo que es el
sistema el que tiene la culpa, no vos. Tal vez ella nunca más necesite hacerlo, quién sabe.
(James se levanta, se acerca a la frutera, y agarra el cuchillo de la fruta. Pasa su dedo a lo
largo de la hoja.)
JAMES: Está bastante afilado.
BILL: ¿Qué querés decir?
JAMES: Dale.
BILL: ¿Cómo?
JAMES: Dale. Vos tenes ese. Yo tengo este.
BILL: ¿Qué tiene?
JAMES: A veces me canso de las palabras, ¿vos no? Juguemos. Para divertirnos.
BILL: ¿Qué tipo de juego?
JAMES: Simulemos un duelo.
BILL: No quiero simular un duelo, gracias.
JAMES: Claro que querés. Dale. El primero al que se toque es una gallina.
BILL: ¿No crees que sea poco ingenioso?
JAMES: En absoluto. Dale, a la primera posición.
BILL: Creía que eramos amigos.
JAMES: Por supuesto que somos amigos. ¿Qué carajo te pasa? No te voy a matar. Es solo un juego, eso es
todo. Estamos jugando un juego. ¿No sos miedoso, no?
BILL: Creo que es estúpido.
JAMES: Caramba. Sos bastante aguafiestas.
BILL: De todas maneras yo dejo mi cuchillo.
JAMES: Bueno, yo lo voy a levantar.
(Pausa.)
BILL:
¿Qué haces con ellos, los tragas?
JAMES: ¿Eso haces vos?
(James lanza el cuchillo a la cara de Bill. Bill levanta una mano para proteger su cara y
toma el cuchillo por la hoja. Se corta la mano.)
BILL: ¡Ah!
JAMES: ¡Qué bien lo atajaste! ¿Qué te pasa?
(Examina la mano de Bill.)
Déjame ver. Ah, sí. Ahora tenes una cicatriz en tu mano. ¿No tenías ninguna antes, no?
(Harry entra en el cuarto.)
HARRY (entrando): ¿Qué hiciste? ¿Te cortaste la mano? Déjame ver. (A James.) Sólo un pequeño corte,
¿no? Es culpa suya por no haberse agachado. Debo haberle dicho millones de veces... que cuando
alguien le tire un cuchillo, lo más estúpido que puede hacer es atajarlo. Se expone a lastimarse,
salvo que fuese de goma. Lo más seguro es agacharse. ¿Usted es el Sr. Horne?
JAMES: Sí, así es.
HARRY: Mucho gusto de conocerlo. Mi nombre es Harry Kane. ¿Lo atendió bien Bill? Le pedí que lo
hiciera quedar hasta que yo volviese. Me alegra que pudiera esperarme. ¿Qué vamos a tomar?
¿Whisky? Permítame que le sirva. Usted y su esposa tienen esa pequeña boutique que está al fondo
de la calle, ¿no es cierto? ¡Qué raro que nunca nos encontráramos viviendo tan cerca, siendo todos
del mismo métier Bueno, acá tiene. ¿Todavía tenes, Bill? ¿Dónde está tu vaso? ¿Es éste? Acá tenes.
¡Oh, deja de frotarte la mano, por Dios! Sólo es un cuchillo para queso. Bueno, Sr. Horne, todo lo
mejor. Brindo por la salud de todos nosotros, por nuestra felicidad y prosperidad para el futuro,
incluyendo a su esposa, por supuesto. Mens sana in corpore sano. Salud.
(Beben.)
De paso, acabo de ver a su esposa. ¡Qué hermoso gatito tiene! Deberías verlo, Bill; es todo blanco.
Tuvimos una charla muy agradable, su esposa y yo. Escuche... viejo... ¿puedo ser sincero con usted?
JAMES: Por supuesto.
HARRY: Su esposa... sabe... me hizo una pequeña confesión. Creo que esa es la palabra. (Pausa.)
(Bill se está chupando la mano.)
Lo que confesó fue... que había inventado todo. Ella fue la que inventó esa desgraciada historia, por
algún motivo extraño. Bill y su esposa nunca se encontraron, ¿sabe?; ni siquiera se hablaron. Eso
coincide con lo que dice Bill, y eso es lo que también su esposa admite. No tuvieron nada que ver
entre ellos; no se conocen. Las mujeres son muy extrañas. Pero supongo que usted sabe más de esto
que yo; es su esposa. En su lugar yo volvería a casa y le golpearía la cabeza con una sartén,
recomendándole que nunca más invente historias como esa.
(Pausa.)
(Pausa.)
HARRY: Bill es un muchacho de tugurio, ¿sabe? Tiene un sentido del humor propio de los tugurios. Por
eso nunca lo llevo a fiestas. Porque tiene mentalidad de tugurio. No tengo nada contra las mentes de
tugurio per se, ¿entiende? Nada en absoluto. Hay un determinado tipo de mentalidad de tugurio que
está perfectamente bien para el tugurio, pero cuando este tipo de mentalidad de tugurio sale de su
ámbito, algunas veces persiste, ¿sabe? y lo pudre todo. Bill es eso. Hay algo ligeramente podrido en
él, ¿no le parece? Como una babosa. No hay nada de malo con las babosas cuando están en su lugar,
pero él es una babosa de tugurio; no hay nada de malo con las babosas de tugurio cuando están en
su lugar, pero esta no quiere mantenerse en su lugar: se arrastra por todas las paredes de hermosas
casas, dejando su baba, ¿no es cierto, muchacho? Larga pequeñas, estúpidas y sórdidas historias
sólo para divertirse, mientras que todos los demás tenemos que correr en círculo para llegar al
meollo de la cuestión, y limar las asperezas. Todo lo que hace es permanecer sentado y chuparse su
mano ensangrentada y descomponerse como la sucia podrida babosa que es. ¿Quiere otro whisky,
Horne?
JAMES: No, creo que debo irme. Bueno, estoy contento de que no pasara nada. Es un gran alivio para mí.
HARRY: Debe serlo.
JAMES: En realidad mi esposa no ha estado bien últimamente. Demasiado trabajo.
HARRY: Eso es malo. Y bueno, usted sabe cómo es en nuestro ramo.
JAMES: Creo que lo mejor que se puede hacer es llevarla a que tome unas largas vacaciones.
HARRY: Al sur de Francia.
JAMES: A las islas griegas.
HARRY: Por supuesto que es indispensable el sol.
JAMES: Lo sé. Las Bermudas.
HARRY: Perfecto.
JAMES: Bueno, muchas gracias, Sr. Kane, por aclararme la mente. Creo que no voy a hablar de eso cuando
llegue a casa. La voy a invitar a salir a tomar una copa o algo así. Olvidarnos de todo.
HARRY: Mejor que se apure. Falta poco para la hora de cierre.
(James se acerca a Bill, quien está sentado.)
JAMES: Lamento haberte cortado la mano. Por supuesto que tuviste suerte al atajarlo. Si no te hubiera
podido cortar la boca. ¿No es tan terrible, no es cierto?
(Pausa.)
Mira... en realidad debería disculparme por esta estúpida historia que mi esposa inventó. La culpa
verdaderamente es toda de ella, y mía, por creerle. No es tu culpa por tomar las cosas como lo
hiciste. Todo este asunto debe haber sido una carga insoportable para vos. ¿Qué te parece si nos
damos la mano como prueba de mi buena disposición?
(Pausa.)
BILL: Nunca la toqué... nos quedamos sentados... en el salón del hotel, en un sofá... durante dos horas...
hablamos... hablamos sobre eso... no nos... movimos del salón... nunca fuimos a su habitación... solo con-
versamos... sobre lo que haríamos... si fuésemos a su habitación... durante dos horas... nunca nos tocamos...
sólo hablamos de eso...
(Largo silencio.)
(James sale de la casa.)
(Harry se sienta. Bill permanece sentado chupando su mano.)
(Silencio.)
(En la casa, la iluminación baja a media luz.)
(En el departamento, la luz aumenta a pleno.)
(Stella está acostada con el gatito.)
(Se cierra la puerta del departamento. James entra. Se queda parado mirándola.)
FIN