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INEFICACIA
INEFICACIA
INTRODUCCIÓN……………………………………………………
1.Planteamiento del problema e hipótesis…………………..
2.Objetivos……………………………………………………...
MARCO TEÓRICO
CAPÍTULO I : INEFICACIA……………………………………...
1.1. Ideas preliminares…………………………………...........
1.2. Causas de la Ineficacia……………………………….......
1.2.1.Ineficacia estructural…………………………………
1.2.2.Ineficacia funcional…………………………………..
3.2. RESCISIÓN………………………………………………..
3.2.1. Definición…………………………………………......
3.2.2. Supuestos…………………………………………….
3.2.3. Efectos………………………………………………..
3.3. MUTUO DISENSO
3.3.1. Definición……………………………………………...
3.3.2. Requisitos y forma…………………………………...
3.3.3. Efectos………………………………………………...
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS
INTRODUCCIÓN
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
ineficacia contractual?
HIPÓTESIS
terceros.
son vulnerados.
CAPÍTULO I: INEFICACIA
1.1. IDEAS PRELIMINARES
La regulación de diversos actos jurídicos por parte de nuestro
ordenamiento responde a la necesidad de dar los lineamientos básicos
que deben orientar la celebración de los mismos, para de esa manera
asegurar la consecución de los objetivos queridos por las partes con su
realización, entonces vemos que se busca como consecuencia normal y
esperada “la eficacia” entendida como la capacidad de los actos para
producir sus correspondientes efectos. Entendemos por eficacia a la
consecuencia normal y lógica de los actos jurídicos, la cual se
manifiesta en sus efectos jurídicos.
1
ESPINOZA, Juan. Los principios contenidos en el Título Preliminar del Código Civil peruano de 1984”,
Fondo Editorial de la PUCP, Lima, 2005, p. 281
2
TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. Nulidad del Acto Jurídico, Editorial Grijley, Lima,2002, p.74.
legal cumpliendo los presupuestos y requisitos impuestos por el
ordenamiento.
3
RUBIO CORREA, Marcial. La invalidez del Acto Jurídico. Fondo Editorial de la PUCP, Lima, 1989,
p.13
4
MORALES HERVIA, Rómulo Martín. Estudios sobre teoría general del negocio jurídico, ARA
Editores, Lima, 2002, p. 320
En la doctrina se suele distinguir entre ineficacia e invalidez, ahora las
ideas son contundentes al aceptarse que las figuras de ineficacia e
invalidez guardan una relación de género y especie debido a que todo
contrato inválido es ineficaz pero no todo contrato ineficaz es inválido.
2.1. NULIDAD
2.1.1.- Definición
Según Aníbal Torres, En sentido estricto la nulidad es la sanción legal que priva
de los efectos de un acto jurídico por adolecer de la falta de un elemento
sustancial o la existencia de un vicio al momento de su celebración6.
El acto nulo, que al decir Coviello. 7 , puede equipararse al ser que nace muerto, es
pues, el que carece de alguno de los elementos esenciales o el que se celebra con
transgresión de normas imperativas o de orden publico y, por ello no produce
efectos, ni favorables ni perjudiciales, para los interesados ni para los terceros. El
acto nulo le es de aplicación la máxima romana quod nullum est nullum producitt
effectum, lo que es nulo no produce ningún efecto, lo que significa la negación de
toda eficacia al acto nulo y tenerlo por no celebrado.
El acto nulo es definido por Taboada. 8 , como aquel que carece de algún elemento,
presupuesto o requisito, o como aquel cuyo contenido es ilícito por atentar contra los
principios de orden público, las buenas costumbres, o una o varias normas
imperativas.
6
TORRES VASQUEZ, Aníbal; Acto Jurídico, Editorial San Marcos, Lima-Perú, 1998.
7
Covielo, Cit –Vidal Ramírez Fernando, El acto Jurídico, Gaceta Jurídica, Lima-Perú, 1997.Pág. 490.
8
TABOADA CÓRDOVA, Ob. cit .Pág.83.
9
PERALTA ANDÍA, JAVIER R, Fuentes de las Obligaciones, Idemsa editores, Lima-Perú, 2005.Pág. 140.
puede ser declarada de oficio por el juez cuando resulte manifiesta. Un contrato es
nulo radicalmente cuando no produce efectos jurídicos de ninguna cases y no puede
ser subsanada por confirmación posterior.
El art. 220 establece las características de la nulidad absoluta esto es del acto
jurídico nulo:
a) El acto nulo lo es de pleno derecho;
b) La nulidad puede ser alegada por cualquiera que tenga interés o por el Ministerio
Público;
c) Puede ser declarada de oficio por el órgano jurisdiccional; y
d) No puede subsanarse mediante la confirmación.
b).- El Acto Jurídico Nulo Puede ser Alegada por Quienes Tengan Interés:
Según Romero Montes.11 El derecho a accionar tiene que ver con los
celebrantes o partes y los terceros.
12
Vidal Ramírez. Sostiene que tratándose de las partes, no cabe hacer
distingo alguno, ni por las causas de la nulidad ni por ninguna razón, pues el
acto es nulo Ipso Iure y la sentencia que se dicte es meramente declarativa.
Romero Montes. 13 Sostiene que en cuanto a los terceros si bien éstos no han
tenido participación en la celebración del acto jurídico como parte de ellos, pero
pueden verse perjudicado por sus efectos ya sea en virtud de haber contribuido
a su ejecución y que de alguna manera puedan ser lesionados
económicamente o moralmente, aunque el negocio les sea totalmente ajeno.
10
Ibídem 6. Pág. 503
11
ROMERO MONTES, Curso del Acto Jurídico. Pág. 498
12
VIDAL RAMIREZ, Fernando; teoría General del Acto Jurídico. Pág. 506
13
Ibídem 6, Curso del Acto Jurídico. Pág. 588
c).- La Nulidad Declarada de Oficio: 14
El art. 220 del Código Civil dispone que la nulidad absoluta puede ser
declarada de oficio cuando resulte manifiesta. El interés basado en el orden
público justifica una intervención de oficio del juez competente esto quiere decir
que si el magistrado que conoce de una controversia y constata la existencia
de una causal de nulidad absoluta puede aunque las partes no la invoquen,
declarar la misma sobre el acto jurídico vinculado a la controversia, sin otro
requisito que la nulidad sea manifiesta.
2.1.2.- Supuestos
Las causales de nulidad están enumeradas por el artículo 219 del código civil. 16
“El acto jurídico es nulo: cuando.
a.- falta la manifestación de voluntad del agente.
b.- se haya practicado por persona absolutamente incapaz, salvo lo
dispuesto en el artículo 1358.
c.- objeto es física o jurídicamente imposible o cuando sea indeterminable.
d.- adolezca de simulación absoluta.
e.- su fin sea ilícito.
f.- no revista la forma prescrita bajo sanción de nulidad.
g.- la ley lo declare nulo.”
14
VIDAL RAMIREZ, Fernando, El Acto Jurídico, Gaceta Jurídica, Lima-Perú, 2005. Pág. 499
15
Ibídem14, El Acto Jurídico. Pág. 500
16
Código Civil Peruano. compilación de Delia Revoredo .T.I .Págs. 2008 a 210.
La enumeración de las causales es taxativa, lo que significa que el acto nulo solo
puede serlo por las causales preceptúales por el acotado articulo 219, pues este es
el sentido del sistema adoptado por el código civil.
La causal sub. Examine aparenta una amplitud que realmente no tiene, pues el
mimo código civil restringe, ya que existen casos de falta de manifestación de
voluntad que no conducen a la nulidad absoluta, como es el caso de la violencia
física, que el inciso 2 del articulo 221 considera vicio de nulidad relativa y que por lo
tanto, solo lo conduce a la anulabilidad. La manifestación de voluntad debe dar
contenido a la voluntad interna del sujeto, por lo que el estado de inconciencia
provocado por hipnotismo, embriaguez o narcotismo, se asimilarían a la violencia
física, no puede generar una manifestación de voluntad jurídicamente valida, como
tampoco puede generarla una perturbación grave de la conciencia que excluya la
libre determinación de la voluntad.
17
SESSAREGO FERNANDEZ, Derecho de personas, Lima-Perú,.Pág. 104.
c.- La Imposibilidad Física O Jurídica Del Objeto o su Indeterminación: 18
La imposibilidad del objeto supone la imposibilidad de la existencia de la relación
jurídica a la que se quieren integrar los derechos y deberes nacidos del mismo acto
jurídico, como cuando se pretende transferir el derecho a una persona ya fallecidas
o constituir un derecho real sobre una cosa inexistente.
La imposibilidad jurídica del objeto supone que lo derechos y deberes integrados a
la relación jurídica estén fuera del marco legal o en contradicción al ordenamiento
jurídico ,como cuando las partes ,recíprocamente ,pretenden adquirir derechos y
contraer obligaciones respecto a bienes que no son susceptibles de trafico ,por
ejemplo ,si se pretendiera exportar piezas arqueológicas.
Por ultimo, la determinabilidad del objeto supone su imposibilidad de identificación,
como, por ejemplo, cuando se venden los pisos de un edificio en proyecto de
construcción sin que los compradores determinen la ubicación del piso que
adquieren.
18
Ídem 15.
vendedor no recibe ninguna contraprestación, en conclusión no se realiza ningún
tipo de acto, se engaña que se hace. 19
20
Según CHAN HERNANDEZ. En la simulación, la situación creada mantendrá su
eficacia mientras no se produzca una declaración judicial que la haga cesar, lo que
supone el ejercicio de una acción por quien tenga legítimo interés.
2.1.3.- Efectos
Romero Montes. 24 sostiene que en primer lugar para los efectos ulteriores
interpartes hay que considerar la hipótesis de que se hayan generado las
obligaciones o derechos como consecuencia de que el supuesto acto
jurídico se haya efectuado, esto significa la situación que existía antes de la
celebración de acto jurídico nulo se ha alternado de hecho, quien pretenda
una declaración de nulidad absoluta no conseguirá una nueva situación
jurídica es decir seguirá existiendo la misma situación imperante registrada
antes de la celebración del acto nulo toda vez que éste no tuvo ni puede
tener eficacia alguna.
25
Cuadros Villena. ,. sostiene que los efectos de la declaración de nulidad
con relación a terceros, dependerán de la naturaleza de los actos
realizados con ellos, se trata de la transmisión de derechos reales,
dependerá de si la transmisión se ha realizado a título gratuito u oneroso y
si de buena fe o mala fe, en principio toda transmisión a terceros a título
gratuito será reivindicable, será asimismo reivindicable la transmisión a
título oneroso hecha de mala fe, cuando el tercero conocía el vicio que
24
Ibídem 11. Pág. 320
25
Ibídem 22, Pág., 235,
invalidaba al acto y de la amenaza de su nulidad, pero si el acto de
transmisión hubiese sido a título oneroso y de buena fe no podrá
reivindicarse los bienes transmitidos y sólo quedará a la parte la acción de
daños y perjuicios en contra de la otra, igualmente, tratándose de bienes
muebles serán reivindicables si fueron transmitidos a título gratuito, pero si
hubiesen sido adquiridos de buena fe, a título oneroso y se hubiese
realizado la tradición, serían irreivindicables según la norma del art. 948 del
Código Civil.
2.2. ANULABILIDAD
2.2.1.- Definición
El acto anulable, o sea, el que padece de nulidad relativa, es aquel que reúne los
elementos esenciales o requisitos de validez, y, por lo tanto, es eficaz, pero, por
adolecer de un vicio, a pedido de una de las partes, puede devenir en nulo. No ofrece,
al contrario de lo que ocurre con el acto nulo, dificultades serias en su delimitación
conceptual26.
Por su origen histórico y por su evolución, la anulabilidad está determinada por una
imperfección menos trascendente que la que determina la nulidad.
PUIG PEÑA27, acota que así como la nulidad no produce efectos propios deseados por
las partes, el negocio jurídico afectado de anulabilidad produce ciertamente el efecto a
que se dirige, ya que de momento contiene todos los elementos constitutivos
indispensables solo que, en virtud de estar afectados algunos de estos elementos por
un vicio fundamental, puede ser impugnado y, en consecuencia destruido.
Para BETTI28, anulable es el negocio que, aun no careciendo de los elementos
esenciales y hasta originando la nueva situación jurídica puede, tras la reacción de la
parte interesada, ser removido con fuerza retroactiva y considerando como si nunca
hubiera existido.
La anulabilidad del contrato se genera no precisamente porque hay ausencia de los
elementos esenciales o requisito para la validez en el momento de su celebración, sino
por incapacidad relativa de las partes, por la existencia de vicios de voluntad, por
simulación cuando el acto real que lo contiene perjudica el derecho de tercero y cuando
la ley lo declare anulable, contemplado en el artículo 221 del código civil. Esta
categoría se caracteriza porque el contrato produce todos sus efectos de su
26
Ibídem 14,Pág.510
27
Tratado de Derecho Civil Español. T.I. volumen II. Pág.695
28
Betti. Teoría general del Negocio Jurídico. Pág.353.
celebración, pero estos se destruyen por el ejercicio de la acción anulabilidad o bien se
hace definitiva por confirmación del negocio jurídico 29
Las características del acto anulable las resume el artículo 222 del código civil:
“el acto jurídico anulable es nulo desde su celebración, por efecto de la
sentencia que lo declare. Esta nulidad se pronunciara a petición de parte y no
puede ser alegada por otras personas que aquellas en cuyo beneficio la
establece la ley”. La norma fue adoptada por la comisión revisora con algunos
30
cambios a la redacción de la propuesta por la comisión reformadora y
registra como antecedente al artículo 1126 del código civil de 1936.
Del artículo 222 se infieren las siguientes características:
a.- El acto anulable es válido y eficaz
b.- Requiere de sentencia que lo declare nulo con efecto retroactivo a la fecha de
su celebración
c.- La nulidad solo puede sr alegada por quienes están legitimados especialmente
para accionar y que son sus beneficiarios
d.- Puede subsanarse mediante la confirmación.
b.- El acto anulable requiere de sentencia que lo declare nulo con efecto
retroactivo a la fecha de su celebración
El acto anulable teniendo validez y eficacia, para su celebración requiere
necesariamente que un órgano jurisdiccional lo declare nulo y cuyo efecto que
de ejecutoriad, esto, es, para a la autoridad de cosa juzgada.
Declarada la nulidad, es decir, como bien lo precisa Coviello 32, se considera
como si no hubiese producido nunca efectos jurídicos y, por lo tanto, quedan
destruidos los ya producidos, pues, la sentencia, como pude apreciarse del
acotado para del articulo 222,tiene efecto retroactivo para hacer nulo el acto
anulable desde su elebracion.la retroactividad explica Stolf 33, implica en las
relaciones entre las partes que todo ha de reintegrarse al estado en que se
hallaba antes de la formación del acto.la misma retroactividad opera también
29
Ibídem 9 .Pág.140
30
Ibídem 16. Pág.212 y213
31
Ibídem 14, Pág.514.
32
COVIELLO. Doctrina General del Derecho Civil. Pág.374.
33
STOLF. Teoría del Negocio Jurídico. Pág.99
respecto a los terceros desde que el acto anulable ha perdido su existencia
jurídica.
La sentencia que declara nulo un acto anulable, por lo que queda expuesto, no
es de carácter declarativo sino constitutivo, pues a nulidad es consecuencia,
precisamente, de la declaración del órgano jurisdiccional aun cuando tenga
efecto retroactivo, pues al contrario de lo que ocurre con el acto nulo, que es
inexistente, con valide y eficacia, hasta que se le declare nulo.
c.- La anulabilidad solo puede ser alegada por quienes están legitimados
especialmente para accionar y que son los beneficiarios de la nulidad34.
La nulidad relativa solo se concede a favor de ciertas personas cuyos
intereses privados han sido afectados con la celebración del acto anulable,
mientras que, como se ha visto, la nulidad absoluta se sustenta en
consideraciones, de orden público. Por ello, según león Barandiaran 35,se
justifica que la nulidad relativa no pueda ser alegada por persona extraña al
acto jurídico que se va a impugnar, ni ser declarada de oficio, pues importa una
medida de protección a favor de determinadas personas perjudicadas con el
acto, y solo a ellas compete aprovecharse o no de sus causales.
2.2.2.- Supuestos
El artículo 221 del código civil enumera las siguientes causales de nulidad
relativa;
“El acto jurídico es anulable:
34
Ibídem 14. Pág.514.
35
LEON BARANDIARÁN, José. Acto Juridico.Pág.338.
Por incapacidad relativa del agente.
Por vicio resultante de error, dolo, violencia o intimidación.
Por simulación, cuando el acto real que lo contiene perjudica el derecho
de tercero.
Cuando la ley lo declara anulable.”
La norma registra como antecedente del artículo 1125 del código civil de 1936y
su redacción corresponde a la adoptada por la comisión revisora36.
El acto anulable al igual que el nulo, solo puede serlo por causales
establecidas en el acotado articulo221, pues su enumeración es taxativa.
38
Ibídem 11. Pág.22
39
Ibídem 6 .Pág.703
40
Ídem 39.
que se hayan cumplido con los requisitos de sustancia y forma, esto es, con los
requisitos del articulo 140y no se perjudique el derecho de tercero41.
2.2.3.- Efectos
2.2.2.3.1.- Efectos inter partes
Como consecuencia de la sentencia anulatoria, si el acto ha sido ejecutado
mediante el ejercicio del derecho o el cumplimiento del deber o se han
cumplido las prestaciones en que las obligaciones consisten, las partes
deben restituirse lo que recíprocamente hayan recibido, con sus respectivos
frutos o intereses.
La doctrina considera que puede haber algunas restricciones a la obligación
de restitución, como, por ejemplo, la devolución de frutos consumidos y
ciertos efectos de contratos de tracto sucesivo.
Por ello, a la acción anulatoria puede acumularse una de resarcimiento de
los daños y perjuicios, salvo que la causal invocada sea del error.
Cuando la anulación la genera la incapacidad relativa de una de las partes,
son de aplicación de los artículos 226, 228, Código Civil.
Por el artículo 226: “La incapacidad de una de las partes no puede ser
invocada por la otra en su propio beneficio, salvo cuando es indivisible el
objeto del derecho de la obligación común”.
León Barandiarán, partiendo del principio según el cual la anulabilidad solo
la puede invocar la parte a la que beneficia, la explicó en el sentido de que
se trataba de un acto jurídico que un capaz y un incapaz celebraron como
una sola parte, con otro u otros, de la parte. Como la anulabilidad solo la
puede demandar el incapaz, la acción solo compete al incapaz.
Es decir, si de un lado se obliga un capaz y de otro, simultáneamente, un
capaz y un relativamente incapaz, solo este podrá anular parcialmente el
41
Ibídem 14. Pág.512
42
Ibídem 14. Pág.513
acto, solo a él aprovecha el efecto de la anulación, salvo que fuera
indivisible el objeto, caso en el que aprovechará también al capaz que
juntamente con él se obliga a la prestación, porque entonces el acto se
anula totalmente”.
Por el artículo 228:” Nadie puede repetir lo que pagó un incapaz en virtud
de un obligación anulada, sino en la parte que se hubiere convertido en su
provecho”.
León Barandiarán43, comentando la norma antecedente, recordó que
obedecía al propósito de impedir préstamos de dinero a los incapaces,
ofreciéndoles esta protección. “De este modo -expresó el autor-si es
verdad que la protección existe en cuanto se permite al incapaz anular el
acto, resultaría frustrante obligársele a restituir lo que precisamente por tal
incapacidad ha disipado sin provecho. La ley supone que por razón de su
propia incapacidad, el incapaz ha disipado lo que se le pagó. Más, si se
destruye tal presunción, demostrándose que lo pagado se convirtió en
provecho del incapaz, correspondiendo la prueba de adversario, tiene este
último derecho a la restitución por aplicación de la actio in rem verso
3.1. RESOLUCIÓN
3.1.1. Definición
3.1.2. Supuestos
a) Origen legal
b) Origen convencional
Manuel de la Puente añade: “La resolución deja sin efecto la relación jurídica
patrimonial , la convierte en ineficaz, de tal manera que ella deja de ligar a las
partes en el sentido que ya no subsiste el deber de cumplir las obligaciones
47
Peralta Andía, Javier Rolando y Peralta Zecenarro, Nilda, Fuentes De Las Obligaciones. Editorial
IDEMSA, 2005,p142
que la constituyen, ni consecuentemente ejecutar las respectivas
48
prestaciones” .
48
Ibídem 45 págs. 189 y 190
49
FORNO FLOREZ, Hugo, TEMAS DE DERECHO CONTRACTUAL, Primera Edición, Cultural Cuzco
S.A., Lima, 1987, págs. 75 y 76.
50
Ibídem 47, p.143
a) Por la forma como deja sin efecto un contrato
Convencionales: Cuando lo acuerden las partes.
Legales: las determinadas por la ley
Judiciales: si están sujetas a la decisión de los tribunales.
3.1.3 Efectos
Este efecto liberatorio que se da entre las partes es uno de los principales. Es
decir que al declararse la ineficacia de la relación jurídica obligacional que une
a ambas partes se produce el efecto de liberarlas a ambas de la ejecución de
sus respectivas prestaciones.51
51
Art 1371 del CC.
b) Efecto reintegrativo o restitutivo.- El Art. 1372 tercer párrafo señala que:
“Por razón de la resolución las partes deben restituirse las prestaciones en el
estado en que se encuentran al momento en que se produce la causal de
resolución y si ello no fuera posible, debe reembolsarse en dinero el valor que
tenían en dicho momento”.
Al respecto Manuel de la Puente nos dice: “si producida la resolución queda sin
efecto, a partir de este momento, la relación jurídica patrimonial creada por el
contrato, desaparece también en ese momento la causa o razón en virtud de la
cual tenía derecho a conservar la contraprestación que ha recibido dicha parte,
que es precisamente la reciprocidad de las prestaciones, por lo cual, la falta de
restitución de dicha contraprestación constituiría un enriquecimiento sin causa
a expensas de la otra parte”52
Este criterio de restitución que se aplica como regla general admite una
excepción, que se encuentra reservada a los contratos de ejecución continuada
o periódica en los que la retroactividad encuentra su límite por las prestaciones
y contraprestaciones ya ejecutadas. El sustento de esta excepción resulta de la
propia naturaleza de estos contratos. Los contratos de ejecución continuada o
periódica son aquellos en los que la duración es connatural al contrato y están
en función directa con el interés que las partes desean satisfacer.
52
Ibídem 45, pág. 193.
afecta las prestaciones ya ejecutadas hasta la fecha de la sentencia definitiva o
de la declaración de resolución.
3.2. RESCISIÓN
3.2.1 Definición
El Dr. Pedro Flores Polo, en Diccionario de términos Jurídicos, ha previsto a la
Rescisión como la acción y efecto de rescindir, o dejar sin efecto un acto
jurídico, afectando una serie de actos propios del derecho en sus diversas
disciplinas, y recae sobre contratos y obligaciones en general 54
53
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel, El Contrato en General, Tomo IV, Segunda Edición, Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 1993, p. 411.
54
FLORES POLO, Pedro, Diccionario jurídico fundamental, Editorial GRIJLEY, Lima 2002, Pág.502
55
Definición del Dr. Arias Schereiber acorde al Código Civil Peruano de 1936, en el que los conceptos de
rescisión y resolución eran usados indistintamente, no existía una norma que definiese a la rescisión,
carencia que fue salvada por la Comisión Revisora del Código Civil, con la ponencia del Doctor Manuel La
Puente y Lavalle, vislumbrada en la introducción de los artículos 1370, 1371 y 1372 de nuestro vigente
Código Sustantivo.
conceptualizando a la rescisión como aquel acto que deja sin efecto el
contrato, por una razón que existía al momento que se celebró, agregando, que
si bien en la rescisión de contrato no se encuentra viciado en su origen de un
modo que determine su nulidad o anulabilidad tiene, sin embargo, un gérmen
que puede conducirlo a su disolución.56
56
ARIAS SCHREIBER PEZET. Max. Exegesis del Código civil Peruano de 1984: Contratos Parte
General, Tm. II, Libr. Studium Edic. 1era. edic. 1986. pg.94
57
Íbidem 6, p. 560
58
Franceschetti, Paolo, Il contratto, Edizione Giuridiche Simona, reimpresión, Napoli, 2006, p. 410. Citado
Por TORRES VASQUEZ
59
Por ejemplo, Ghersi dice: “Así como las partes tienen amplitud para darse su propia regulación, es
lógico acordarles la facultad de extinguirla voluntariamente. Esta es la nota característica de la rescisión.
No depende de hechos posteriores. Los contratantes deciden de mutuo acuerdo poner fin al vínculo
contractual (Ghersi, Carlos Alberto, Contratos civiles y comerciales, Parte general y especial, t. 1, Astrea,
Buenos Aires, 1994, p. 266). Citado en TORRES VASQUEZ, Anibal, ob.cit.
A su vez Alberto Spota sostiene que las dos expresiones son intercambiables por tener la misma
connotación, el pensamiento de este autor ha sido influenciado profundamente por el Código Civil
argentino, situación similar a lo que ocurrido en nuestro ordenamiento.( SPOTA, Alberto. "Instituciones de
Derecho Civil, Contratos", Volumen 111, Depalma. BuenosAires, 1977, p. 512. Citado en CODIGO CIVIL
COMENTADO …..)
Otro sector de la doctrina considera que lo que se rescinde son ciertos actos
anulables60. También hay quienes sostienen que la resolución es el género y la
rescisión la especie61.
Las teorías expuestas son ajenas a nuestro sistema, el cual distingue sin
dificultad entre la rescisión que deja sin efecto el contrato por causal existente
al momento de su celebración (art. 1370) y la resolución que deja sin efecto el
contrato por causal sobreviniente a su celebración (art. 1371).
60
Código civil del Ecuador: Art. 1735. El plazo para pedir la rescisión dura cuatro años. Este cuadrienio se
contará en el caso de violencia, desde el día en que ésta hubiere cesado; y en caso de error o de dolo,
desde el día de la celebración del acto o contrato. Cuando la nulidad proviene de una incapacidad legal,
se contará el cuadrienio desde el día en que haya cesado esta incapacidad (…).
61
Albaladejo, Manuel, Derecho civil, t. II, Bosch, Barcelona, 1983, p. 473.
62
Artículo 221.- Causales de anulabilidad
El acto jurídico es anulable: … 2.- Por vicio resultante de error, dolo, violencia o intimidación.
“La Rescisión se declara judicialmente, pero los efectos de
la sentencia se retrotraen al momento que se produce la
causal que la motiva.
63
Es menester hacer mención que el artículo 1372º de nuestro Código Civil tiene una grave carencia de
técnica legislativa por lo siguiente: “La resolución se invoca judicial o extrajudicialmente. En ambos
casos, los efectos de la sentencia se retrotraen al momento en que se produce la causa que la motiva.”
Es incorrecto mencionar “sentencia” en ambos casos, porque en el caso que la resolución se invoque
extrajudicialmente bastará únicamente cumplir con el procedimiento señalado en el artículo 1429º del
Código Civil; es decir cursar una carta notarial, invitando a que durante un plazo no menor de quince días,
la parte que ha incumplido con su prestación la satisfaga, bajo apercibimiento de que el contrato quede
resuelto ipso jure.
Ahora bien, pese a dicho error, nada obstaría para entender que los efectos de la resolución extrajudicial,
también se retrotraen al momento en que se produce la causa que la motiva.
“La acción rescisoria por lesión sólo puede ejercitarse
cuando la desproporción entre las prestaciones al momento
de celebrarse el contrato es mayor de las dos quintas partes
y siempre que tal desproporción resulte del
aprovechamiento por uno de los contratantes de la
necesidad apremiante del otro.
Procede también en los contratos aleatorios, cuando se
produzca la desproporción por causas extrañas al riesgo
propio de ellos.”
Luis Mosset de Espanés considera que la lesión “Se trata de una institución
que tiende a proteger al débil, al necesitado, a la persona que se encuentra en
una situación de inferioridad económica, psíquica o psicológica, frente a aquel
que explotando esa necesidad y aprovechando su situación de superioridad
consigue en un contrato ventajas inicuas. El elemento más notable es el ‘daño’
o lesión que sufre quien recibe menos de lo que le corresponde, o paga mucho
más de lo que debería abonar.”64
Si bien es cierto no es atribución de los autores hablar prolijamente acerca de
la lesión; sí consideramos que mínimamente debemos referirnos a los tres
65
elementos de la lesión, que según Mosset de Espanés, son: Un objetivo (la
desproporción matemática) y dos subjetivos (el aprovechamiento del lesionante
y el estado de inferioridad de la víctima); posición que respetamos, pero que
suscribimos sólo parcialmente; porque tal y como lo expresó Alfredo Bullard
66
Gonzáles , no podemos hablar de un valor absoluto, por cuanto la teoría del
valor nos haría pensar que el hecho de celebrar un contrato y estar dispuesto a
pagar determinada cantidad en una situación apremiante o someterse a
determinadas condiciones, pese al estado de necesidad en que puede una de
las partes estar sumergido se traduce en la inexistencia de la desproporción
matemática, ya que en al momento de celebrar el contrato, la prestación
onerosísima que tiene que asumir la parte necesitada, no es precisamente tan
onerosa, porque si no valiera tanto la contraprestación, no estaría dispuesto en
virtud a la libertad de contratación a someterse a efectuar una prestación, que
para la mayoría sería muy onerosa. En otras palabras, si una persona que tiene
64
Gaceta Jurídica. Código Civil Comentado por los Cien Mejores Especialistas Tomo VII. “La Lesión”.
Páginas 591-593
65
Ibídem 8. Págs. 603-604
66
“La Parábola del Mal Samaritano. Apuntes sobre la Lesión en el Derecho de Contratos”, Themis,
Revista de Derecho Nº 43, 2004.
un diamante y dos nuevos soles en su poder, está en el desierto, muriendo de
sed, y otra persona tiene una botella de agua, y le ofrece la botella a cambio
del costosísimo diamante, la persona que obtuvo la botella de agua no
consideró oneroso el hecho de cambiarla por un carísimo diamante, por la
valoración que dio a la cosa deseada. Claro está para nosotros, que la teoría
de Bullard no es del todo cierta, porque a nuestro entender, la acción rescisoria
por lesión sí debería existir como figura de protección al necesitado, y en
contratos tan abusivos, no hay un real ejercicio ni de la libertad de contratar ni
de la libertad de configuración contractual; sin embargo, sí es cierto y en esa
parte – discrepamos con Mosset de Espanes -, que la valoración de la
prestación es subjetiva, por lo que la desproporción matemática no sería un
elemento objetivo de la lesión, sino subjetivo; salvo que partamos del hecho de
que siempre exista un valor comercial generalizado al momento de celebrar el
contrato, en circunstancias donde no existiera ni necesidad apremiante ni
aprovechamiento de una sola de las partes; hecho que nos llevaría a otra
discusión también. Por lo que somos de la idea que simplemente debería
afirmarse pacíficamente que la lesión tiene Tres elementos (sin importarnos si
son objetivos o subjetivos), que son: La desproporción matemática, el estado
de necesidad apremiante (inferioridad de la víctima) y el aprovechamiento del
lesionante.
DESPROPORCIÓN MATEMÁTICA.- Establece el Código Civil que la
desproporción (entiéndase, respecto de los contratos celebrados en
condiciones estándares o regulares) entre las prestaciones es mayor a las dos
quintas partes. Esto se ejemplificaría así: Una mini-notebook de última
generación debería costar en el mercado una cantidad de mil cuatrocientos
nuevos soles, una señora es la reciente dueña de dicho bien; sin embargo, su
hijo de tres años recién se ha enfermado gravemente y necesita recolectar diez
mil nuevos soles para una intervención, ha logrado captar nueve mil quinientos
soles, por préstamos bancarios y a prestamistas; restándole poco dinero que
recolectar, pero muy urgente pues la situación fisiológica de su niño es de vida
o muerte, por lo que decide vender su mini-notebook a su vecina, quien le dice
que sólo le puede “ayudar” con quinientos soles (que sabe que es la cantidad
faltante para cubrir los gastos de la intervención hospitalaria). En la
desesperación, la madre vende su mini-notebook de mil cuatrocientos nuevos
soles a quinientos nuevos soles. Luego, su hijo puede salir airoso de la
operación, y la madre, repara en el perjuicio de que había sido objeto por parte
de la vecina, así que la demanda por lesión; lo primero que aprecia el juez es la
diferencia de costos. La cantidad por la que debió venderse el bien es S/. 1400
y se vendió por S/. 500; existe una diferencia de S/. 900. Efectuando una de
regla de tres simple, observamos que S/. 1500 es a 1, como S/. 900 es a X; de
donde X es igual a 3/5 (cuatro quintos), por lo que la desproporción matemática
sí se da en el presente caso. Es importante notar que si la desproporción
resultare ser mayor que 2/3 se entenderá que el aprovechamiento del
lesionante es evidente, sin necesidad de que el accionante lo pruebe.
NECESIDAD APREMIANTE.- Este concepto no requiere de mayor explicación,
simplemente la precisión que la procedibilidad de la acción rescisoria exigirá al
demandante la prueba de que se encontraba sumergido en una grave situación
psíquica, económica o física; por la que NO TUVO MÁS REMEDIO que
celebrar un contrato tan oneroso, pues de no haber realizado dicho negocio, su
situación sería crítica. Por ejemplo: la necesidad de agua en un desierto, la
muerte inminente propia o de un familiar, entre otras circunstancias similares.
Es obvio que no habría necesidad apremiante en un contrato matemáticamente
desproporcionado si el fin del agente “perjudicado” es satisfacer una necesidad
de autorrealización (pagar un precio excesivamente alto por un curso de
especialización que en condiciones normales no sería tan costoso), de salud
óptima o estética (pagar mil veces lo que cuesta regularmente una cirugía
facial). Pues en estos casos, sí opera la Teoría del Valor propuesta por Bullard,
donde pese a la existencia de una necesidad y que para algunos podría
resultar apremiante; como, por ejemplo, bajar de peso con dietas carísimas sin
que la salud actual peligre o exista el riesgo de peligrar en el futuro (estando ya
en buenas condiciones), la valoración que le dan al bien o al servicio requerido
es alta con relación al precio de mercado; por lo que existiría desproporción
matemática en virtud a dicho precio pero no de acuerdo a la valoración
subjetiva, y la necesidad apremiante tampoco sería un presupuesto de la
lesión; por cuanto, para la generalidad de las personas, como dice el Derecho
Penal (según la óptica de un tercero imparcial con una diligencia, inteligencia y
otras condiciones promedio), dichas actividades o circunstancias no son
ciertamente apremiantes.
APROVECHAMIENTO DEL LESIONANTE.- Paralelamente a la desproporción
matemática en el negocio jurídico, a la necesidad apremiante del agraviado con
el contrato, debe existir un provecho indebido por parte del lesionante; es a
nuestro entender, per se, el hecho o circunstancia menos fácil de probar, si lo
comprendemos como el hecho real del incremento patrimonial por parte del
lesionante; porque puede ser, que la ventaja obtenida merced al contrato
abusivo o leonino pese a ser real, cierta, no pueda ser verificable o no sea
aparente. Por ello, el aprovechamiento debe comprenderse como una
circunstancia intrínseca a la necesidad apremiante de la persona agraviada,
como correlato del perjuicio irrogado a ella, se obtiene SIEMPRE un beneficio
por parte del lesionante. En la definición y tratado sobre Necesidad apremiante
definimos ciertas situaciones que pese a la existencia de desproporción
matemática, no se configuraba la inferioridad de la víctima por cuanto las
prestaciones excesivas a cargo del “afectado” no eran consideradas como tal
por este, por cuanto no redundaban en asuntos vitales o de suma importancia
para la generalidad de las personas como la vida o la salud (que es diferente
que la salud óptima); en ese caso, no hay estado de necesidad apremiante,
pero el hecho de que haya o no aprovechamiento del lesionante es discutible.
Para nosotros, al no haber estado de necesidad apremiante o inferioridad de la
víctima, es infructífero comprobar si existe un aprovechamiento por parte de la
otra parte.
Para algunos el aprovechamiento podría ser el hecho de obtener una ventaja
desproporcionada, que en circunstancias generales y estándares no se podría
obtener; nos incluimos en ese grupo. Para otros, aparte de la ventaja obtenida
debe converger con esta un dolo de perjudicar a la otra parte; consideramos
nosotros que no es necesario que la persona tenga un móvil de causar
perjuicio a la otra parte, basta con que tenga la intención de beneficiarse y que
de hecho, se beneficie; y esta intención tampoco tiene que obligatoriamente ser
permanente, sino basta con que haya fluido una sola vez al momento de
configurar el contrato, y en efecto, que mediante las cláusulas contractuales y
la vinculación del contrato, la parte llegue a obtener un beneficio o lucro
excesivo. Lo importante es que exista un beneficio que a condiciones normales
no hubiera podido obtener uno de los estipulantes, mientras que con la misma
acción perjudica al otro, sin necesidad de tener la seguridad que su conducta le
causa perjuicio. Claro está, al analizar un caso de Lesión contractual; el juez no
va a valorar sistemáticamente siempre, primero la necesidad apremiante y
luego el aprovechamiento del lesionante; puesto que ambas situaciones, pese
a que para fines didácticos se separen, confluyen en una sola situación.
En este caso, la rescisión de este contrato hará que los efectos se retrotraigan
hasta el momento de la celebración; por lo tanto, la vinculación de las partes a
las estipulaciones contractuales deviene en ineficaz. Esto significa, que el
lesionante deberá restituir la prestación efectuada por el lesionado, y este hará
lo propio para con el aquél; debiendo también, el lesionante pagar una cantidad
dineraria a favor del lesionado por concepto de indemnización de daños y
perjuicios.
70
COMISION REVISORA DEL CODIGO CIVIL PERUANO. BIGIO CHREM, Jack. Exposición de Motivos
oficial del Código Civil Peruano de 1984. Compraventa sobre medida. En: Diario Oficial El Peruano,
separata especial. Lima
Que se pacte que el precio pagado deberá pagarse sin modificaciones y
en cualquier caso, sin importar el grado de diferencia, lo que deriva en
otra modalidad de compra venta específica, la venta ad corpus.
3.3.1.- Definición
Por otro lado, la importancia práctica de la segunda parte del artículo 1313 del
Código radica en que el mutuo disenso se considera como no producido
cuando perjudica derechos de terceros. La seguridad de los actos jurídicos
justifica, sin duda, esta solución. El mutuo disenso es res ínter alios acta entre
las partes que lo celebran y, por tanto, no debe afectar a terceros.72
Es más técnico y preciso que el Art. 1317 del Cód. anterior que decía: "En
caso de haberse perjudicado a un tercero por el mutuo disenso, se tendrá éste
71
OSTERLING PARODI, Felipe. “Las Obligaciones”. Edit. GRIJLEY E.I.R.L. Edic. 8ª. Lima. 2007. p. 229
72
Ibídem 71. p. 230
por no hecho y se reputará subsistente la obligación en lo que sea relativo a
los derechos de la persona perjudicada". 73
73
PALACIO PIMENTEL, Gustavo H. “Las Obligaciones en el Derecho Civil Peruano”. Edit. Huallaga. Edic.
4ª. Lima. 2006. p. 447
74
Ídem 73
75
FERRERO COSTA. Raúl. “Curso de Derecho de las Obligaciones”. Edit. GRIJLEY. Edic. 3ª. Lima. 2001.
p. 353
tratara de un contrato unilateral el acuerdo al que llegaran las partes para
extinguir la obligación no sería un mutuo disenso, sino una condonación.76
76
Ibídem 75. p. 354
77
Ídem 76.
78
Ibídem 73, p. 448
tiempo ilimitado, en que el socio puede pedir la disolución de la Sociedad,
siempre y cuando el renunciante no proceda intempestivamente, ni de mala fe.
79
Ídem 78
específica ad-solemnitatem, también el mutuo disenso deberá revestir tal forma
para que sea válido.80
3.3.3.-.Efectos
4.2. LA NULIDAD
Como el acto nulo lo es erga omnes la sentencia que lo declara afecta también
a los terceros quienes están obligados a la restitución de lo que han adquirido a
quien incurrió en nulidad, por cuanto este no puede transmitir un derecho que
no tiene , o derecho mejor que el que tiene, con excepción, en aplicación del
principio de la fuerza legitimadora de la apariencia, de los terceros que
actuando responsablemente han hecho su adquisición a titulo onerosos y de
buena fe, es decir, creyendo fundadamente en la plena eficacia del acto nulo
con apariencia de validez. Con la nulidad absoluta se trata de amparar no
solamente el interés de las partes intervinientes, sino fundamentalmente el
social.88
La nulidad es siempre oponible a los terceros, por ejemplo: A vende a B un
inmueble con un contrato nulo, y B vende el mismo inmueble a C, A puede
obtener la restitución haciendo valer frente a C, tercero respecto a la venta A-
B, la nulidad de esta. Se aplica el principio general por el cual no habiendo B
adquirido el derecho de propiedad, no podía transferirla a otra.
86
Ibídem 14. Pág.247.
87
Ídem 86
88
Torres Vásquez, Aníbal. Acto Jurídico. Editorial Moreno. Pág. 701
El acto nulo tampoco surte efectos en contra ni a favor de terceros,
independientemente de la buena o mala fe de los celebrantes del acto. El acto
nulo lo es independientemente de la sentencia que lo declara y porque, como
bien afirman Arauz Castex y Llambias89, el acto nulo, por serlo, carece de
energía traslaticia. El código civil no tiene norma al respecto y sería muy
conveniente regulación al respecto.
4.3. LA ANULABILIDAD
La retroactividad de sentencia de anulación no es absoluta (erga omnes) sino
relativa; opera solamente entre las partes y respecto de terceros adquirientes,
sobre la base del acto nulo, a título gratuito sean de buena fe o de mala fe y a
titulo oneroso solamente cuando sean de mala fe. Se aplica el principio por el
cual los terceros no pueden adquirir derechos que provengan de un acto nulo o
anulable, asea, se admite la vigencia de principio: resuelto el derecho de quien
da, se resuelve el derecho de quien recibe, por lo que declarado nulo un acto
anulable los terceros deben restituir lo recibido en base aquel acto anulado. Los
terceros adquirientes a titulo oneroso y de buena fe, independientemente de
que su adquisición la hayan efectuado antes o después de la demanda de
anulación, quedan indemnes frente a la sentencia que pronuncia la anulación;
la sentencia de anulación no les puede ser opuesta.90
La anulabilidad presentan problemas de oponibilidad frente a terceros: un acto
anulable declarado nulo mediante sentencia judicial. No hay ningún problema
cuando el tercero sabia de la invalidez: la sentencia de anulación le es
oponible; no hay ninguna buena fe confianza del tercero que tutelar; igualmente
el tercero sucumbe si ha adquirido a título gratuito, haya o no conocido de la
invalidez. En cambio, prevalece el derecho del tercero que adquirido de buena
fe y a titulo oneroso, en tal caso haya una buena fe confianza del tercero
meritoria de tutela, por lo que resulta justo hacer recaer las consecuencias
dañosas del acto invalido sobre las partes y no sobre el tercero.
Si el acto anulable versa sobre bienes registrados, la anotación en el registro
de la demanda judicial de anulación, coloca a los terceros en grado de conocer
la pendencia de la anulación. Sino obstante adquieren el bien, la sentencia de
anulación le es oponible.
89
Arauz Castex, Manuel y Llambias, Jorgue Joaquin. Derecho Civil. Parte General. T. I. PAG. 459.
90
Ibídem 88, pág. 706
El derecho de los terceros también esta tutelado por el principio general que
dice que en materia de bienes muebles “la posesión vale el titulo” (art. 948), por
el cual el tercero sub adquirente que ha obtenido la posesión de buena fe, no
está sujeto a reivindicación, aunque el titulo de su enajenante sea nulo, o haya
estado anulado, salvo que se trate de bienes perdidos o adquiridos con
infracción de la ley penal.
La acción de anulabilidad constituye un derecho facultativo exclusivo de aquel
en cuyo favor ha sido establecida: la parte afectada, también el tercero
perjudicado con la simulación relativa; esta acción está prohibida a otros
terceros (aun cuando estos tengan un legitimo interés derivado del acto
anulable), a la contraparte al ministerio publico y en ningún caso puede ser
declarada de oficio por el juez. De este modo, el sujeto tutelado con la causal
de anulabilidad es el único arbitro de la suerte del acto, solo a él corresponde
decidir si lo mantiene o no en pie.
4.4 LA RESCISIÓN
Frente a terceros, la rescisión del contrato no afecta los derechos adquiridos
por terceros de buena fe, sea su adquisición a título oneroso o gratuito. Los
contratos son ineficaces entre las partes y frente a terceros adquirentes a título
gratuito o a terceros adquirentes a título oneroso y de mala fe, pero son
eficaces frente a terceros adquirentes a título oneroso y de buena fe. La buena
fe del tercero paraliza los efectos de la rescisión.91
El último párrafo del art. 1372 prescribe que la rescisión y la resolución “No se
perjudican los derechos adquiridos de buena fe”. Los derechos adquiridos por
terceros de buena fe, en el tiempo transcurrido entre la celebración y la
resolución o rescisión del contrato, permanecen inalterables, sea que la
adquisición se haya hecho a título oneroso o a título gratuito. Por ejemplo, si el
comprador ha enajenado el bien a un tercero que lo adquiere a título oneroso o
gratuito y de buena fe, rescindido el contrato del enajenante, el derecho del
adquirente queda incólume. La rescisión solamente afecta los derechos
adquiridos por terceros de mala fe, único caso en que sigue rigiendo el principio
romano que reza: resoluto jure dantis resolvitur jus accipientis, por el cual el
subadquirente queda sin derecho si se rescinde el contrato de adquisición de
su autor (el primer adquirente).
91
www.etorresvasquez.com.pe/RESCISION_Y_RESOLUCION.pdf
La rescisión y la resolución del contrato no perjudican los derechos de terceros
adquirentes de buena fe, sea su adquisición a título oneroso o gratuito. Sin
embargo, rescindido o resuelto el contrato del enajenante (otorgante), el
derecho del tercero adquirente sucumbe si hay otro tercero registral que ha
adquirido el bien a título oneroso y de buena fe. Esto en aplicación del art. 2014
que prescribe: “El tercero que de buena fe adquiere a título oneroso algún
derecho de persona que en el registro aparece con facultades para otorgarlo,
mantiene su adquisición una vez inscrito su derecho, aunque después se
anule, rescinda o resuelva el del otorgante por virtud de causas que no consten
en los registros públicos. La buena fe del tercero se presume mientras no se
pruebe que conocía la inexactitud del registro”.
La rescisión y la resolución dejan sin efecto un contrato con prestaciones
recíprocas; son invocadas por las partes; no operan de oficio por decisión del
juez, ambas no perjudican los derechos de terceros adquiridos de buena fe.
4.5. LA RESOLUCION
Para mantener la coherencia con el sistema seguido por el código civil de
protección de los terceros de buena fe, y en definitiva la seguridad del tráfico
jurídico que justifica tal sistema, la resolución tiene efecto retroactivo con
alcance real relativo. Esto significa que la retroactividad operara entre las
partes plenamente y también frente a los terceros, salvo aquellos que puedan
considerarse de buena fe.
Es importante aclarar que la intangibilidad del tercero de buena fe es solo un
mecanismo de protección de tráfico y no una limitación intrínseca de la
retroactividad, de modo que toda vez que la prestación no pueda ser restituida
in natura por encontrarse en la esfera jurídica de un tercero de buena fe,
deberá restituir su valor en dinero.
En este caso se trata de la buena fe subjetiva y significa que el tercer
adquirente no sabía ni estaba en razonable situación de saber al momento de
celebrar el contrato de adquisición, que el contrato de su enajenante era
resoluble y que había elementos objetivos que permitían esperar que se
produjera la resolución. Por ejemplo, ya se había producido el incumplimiento
(si se trataba de esa causal de resolución) o ya habían ocurrido eventos que
tornaban excesivamente onerosa la prestación (si se tratara de esta otra
hipótesis).92
CONCLUSIONES
94
Ibídem 88, pág. 601
95
www.castillofreyre.com/articulos/plazo_prescriptorio_de_la_accion_de_ineficacia.pdf
En la nulidad:
Como el acto nulo es erga omnes la sentencia que declara la nulidad también
afecta a los terceros quienes están obligados a la restitución de lo que han
adquirido a quien incurrió en nulidad, por cuanto este no puede transmitir un
derecho que no tiene.
La nulidad es siempre oponible a los terceros,
En la anulabilidad:
Cuando el tercero conocía de la invalidez, sus derechos sí resultan afectados.
En cambio, prevalecerá el derecho del tercero que adquirido de buena fe y a
titulo oneroso, en tal caso haya una buena fe confianza del tercero meritoria de
tutela, por lo que resulta justo hacer recaer las consecuencias dañosas del acto
invalido sobre las partes y no sobre el tercero
En la resolución:
La retroactividad operará entre las partes plenamente y también frente a los
terceros, salvo aquellos que puedan considerarse de buena fe.
En la rescisión:
La rescisión del contrato no afecta los derechos adquiridos por terceros de
buena fe, sea su adquisición a título oneroso o gratuito.
En el mutuo disenso:
Al igual que las otras dos formas de ineficacia funcional, el derecho de los
terceros se afectará en función a la verificación de la buena o mala fe.
RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
1. Torres Vasquez, Aníbal; Acto Jurídico, Editorial San Marcos, Lima-Perú, 1998.
2. Taboada Córdoba, Lizardo, Acto Jurídico Y Contratos
Perú, 2005.
Edición, Fondo
17. Editorial De La Pontifica Universidad Católica Del Perú, Lima, 1993, Pág. 188.
18. Arias-Schereiber Pezet, Max. Contratos Parte General, Tomo Ii. Editorial
19. Peralta Andía, Javier Rolando Y Peralta Zecenarro, Nilda, Fuentes De Las
20. Forno Florez, Hugo, Temas De Derecho Contractual, Primera Edición, Cultural
21. Flores Polo, Pedro, Diccionario Jurídico Fundamental, Editorial Grijley, Lima
2002, Pág.502
22. Arias Schreiber Pezet. Max. Exegesis Del Código Civil Peruano De 1984:
Contratos Parte General, Tm. Ii, Libr. Studium Edic. 1era. Edic. 1986. Pg.94
23. Franceschetti, Paolo, Il Contratto, Edizione Giuridiche Simona, Reimpresión,
25. Albaladejo, Manuel, Derecho Civil, T. Ii, Bosch, Barcelona, 1983, P. 473.
26. Gaceta Jurídica. Código Civil Comentado Por Los Cien Mejores Especialistas
27. Comision Revisora Del Codigo Civil Peruano. Bigio Chrem, Jack. Exposición
28. Osterling Parodi, Felipe. “Las Obligaciones”. Edit. Grijley E.I.R.L. Edic. 8ª. Lima.
2007. P. 229
30. Ferrero Costa. Raúl. “Curso De Derecho De Las Obligaciones”. Edit. Grijley.
31. MAZEUD. Lecciones Del Derecho Civil. Primera Parte. Vol. I. pág. 416
32. Torres Vásquez, Aníbal. Acto Jurídico. Editorial Moreno. Pág. 701
33. Arauz Castex, Manuel y Llambias, Jorgue Joaquin. Derecho Civil. Parte
34. www.etorresvasquez.com.pe/RESCISION_Y_RESOLUCION.pdf
35. www.castillofreyre.com/articulos/plazo_prescriptorio_de_la_accion_de_ineficaci
a.pdf
ANEXOS
JURISPRUDENCIAS SOBRE RESOLUCIÓN DE CONTRATO
Jurisprudencia I
Expediente Nº 1839-99-Lima
ANALIZANDO LA JURISPRUDENCI A I
L a d ecisió n jud icia l con t en id a en e l e xp ed ie n te Nº 1 83 9 -9 9, no s p re sen t a u n
ca so en e l q ue la p a rte co mp rad o ra p ret e nd e la re so lu ción d e un con t ra to de
co mp ra ve n ta de un in mue b le por el in cu mp limie n t o de un a o b li ga ción
con ve n cio n a l en virtu d de la cua l e ) ven de d o r, pa ra po de r re cib ir e l pa go de l
sa ld o d e l p re cio (a co rda d o p a ra cua n do se p ro ced a a la in scrip ción reg ist ra l
d e la p ro p ie d ad ), de bí a sa ne a r e l b ie n d e t od a fo rma de g ra va men d en t ro d e
u n p la zo de 45 dí a s co n ta do s a p a rt ir de la ce leb ra ció n de l co n t rat o .
Jurisprudencia II
ANALIZANDO LA JURISPRUDENCIA II
La sentencia en casación que se comenta tiene una doble importancia
por dos razones, a saber:
.Se pronuncia sobre la restitución del bien como efecto de la resolución del contrato de
leasing de pleno derecho por incumplimiento a través de una cláusula expresa, dándonos a
conocer la visión de la Corte Suprema sobro los mecanismos de tutela contractual.
El valor referencial de adquisición del bien era de $ 764 000, lo cual fue dividido en cuotas
mensuales; se estableció que el recurrente podía resolver el contrato de pleno derecho,
cuando la ejecutada incumpliera dos o más cuotas; es así que el banco tenía la facultad de, al
resolverse el contrato, cobrar los adeudos vencidos y por vencer y exigir la devolución del bien.
El Decreto Legislativo Nº 299 entró en vigencia antes del Código Civil de 1984, por lo que su
regulación se hizo en función, por ser una norma especial de aquella, a la del Código Civil de
1936, donde la diferencia entre resolución y rescisión no existía; es decir, el Código Civil
peruano de ese entonces al igual que el Código Civil argentino, tomaban ambas expresiones
como intercambiables por tener la misma connotación. Siendo esto así, cuando se elaboro el
referido decreto legislativo, se hizo siguiendo el lenguaje del Código Civil de 1936, optando por el
término rescisión (pudiendo optar también por el término resolución, ya que eran indistintos).
Posteriormente, cuando vio la luz el nuevo Código Civil de 1984 se estableció claramente las
diferencias entre estas dos instituciones, la rescisión tomó otro tamiz y una regulación distinta
a lo tomado como rescisión por el decreto legislativo, siendo el término resolución lo que en
verdad norma el ya antiguo Decreto Legislativo N 9 299. En efecto, la rescisión al abordar su
análisis en líneas anteriores señalamos que sus causales no pueden ser pactadas por las
partes, sino que ellas provienen por mandato de la ley, diferente a lo que ocurre en la
resolución donde las causales son establecidas por las partes. Entonces, el Decreto Legislativo
Nº 299, si bien habla de rescisión, es solo en el término, mas no en lo que realmente regulaba,
que era la resolución.