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Capítulo 1 “El significado del trabajo: presentación de la ética deltrabajo”En este primer

capítulo, Bauman define la ética del trabajo como una norma devida con dos
planteamientos. El primero, es que para conseguir lo que quierestienes que hacer algo
valioso y digno de un pago. Se trata de un <<quid proquo >> que es equivalente a <<
doy algo para que me des >>, es decir, espreciso dar primero para recibir después. El
segundo planteamiento afirma queestá mal conformarse con lo conseguido, quedarse
con menos en lugar debuscar más. Por eso trabajar es un valor importante.En realidad,
bajo esta ética del trabajo, se encontraba la ética de la disciplina.Esto quería decir que
el obrero tenía que trabajar con todas sus fuerzasaunque no tuviera motivo para
realizar ese esfuerzo. Aquí estaba el problema,¿cómo obligar a la gente a trabajar sin un
sentido concreto? La solución fuehabituar a los obreros a trabajar sin pensar. La
imposición de esta ética deltrabajo hacia que renunciasen a su libertad.En la práctica, la
ética del trabajo era imponer a los trabajadores control ysubordinación. No se podría
reflexionar, evaluar, elegir… si no que te teníasque limitar a cumplir con las
obligaciones. Se da prioridad a “lo que se puedehacer” en lugar de “lo que es necesario
hacer”. Si no trabajaban no se sentíanrealizados, ya que hacían que la vida de los que
no trabajaban fuese pésima. La introducción de las máquinas y la organización del
trabajo sometieron a losobreros a una rutina mecánica. La ética del trabajo formaba
parte del amplio programa moral y educativo, y lastareas que les mandaban formaban
parte del núcleo de lo que más tarde sellamó el “proceso civilizador”.Muchos fueron los
autores que dieron su opinión (Francis Bacon, Descartes,Diderot, Saint-Simon, Auguste
Comte…) pero quizás el más destacado fue KarlMarx, ya que definió el progreso
histórico como la irrefrenable marcha hacia eldominio total de la naturaleza por el
hombre.El tradicionalismo estaba mal visto, era “menospreciado”. Para los pioneros
dela modernidad “tradición” era una palabra mala. Simbolizaba
tendenciasvergonzosas moralmente y en contra de la ética del trabajo.
Se pensaban que la ética del trabajo resolvería la demanda laboral de laindustria
naciente y también que se desprenderían de esas personas que poruna razón u otra, no
se adaptaban a los cambios y resultaban incapaces deganarse la vida con estas
condiciones. No todos podían trabajar en lasfábricas; había inválidos, débiles,
enfermos y ancianos.Querían “sacárselos de encima” y para ello explica la
estrategia ThomasCarlyle en su ensayo sobre el cartismo publicado en 1837: “ si se les
hace lavida imposible, necesariamente se reducirá el número de mendigos. (…)
Unmétodo aún más rápido es el del arsénico; incluso podría resultar más suave,
siestuviera permitido.”Pretendían en primer lugar, separar a los “auténticos mendigos”
de quienescreían que no lo eran. Y en segundo lugar, querían eliminar la ayuda externa
yasí obligar a los pobres a pensarse dos veces si de verdad podían o no cumplircon la
ética del trabajo. El empleo universal era la meta no alcanzada pero que representaba el
modelodel futuro para las sociedades modernas: el capitalismo y el comunismo. En
eraclásica de la moderna sociedad industrial, el trabajo era el eje de la
vidaindividual y el orden social, así como también la garantía de supervivencia parala
sociedad en sí. En la vida individual, el trabajo de cada hombre aseguraba susustento,
pero el tipo de trabajo realizado definía el lugar al que se podíaaspirar o no tanto entre
los vecinos como en la sociedad. En cuanto al papel dela ética del trabajo en la
regulación del orden social, se puede decir que el lugardonde se trabajaba era el ámbito
más importante para la integración socialporque pasaban allí la mayor parte de sus
horas. Por último, se otorgó un papeldecisivo en lo que los políticos presentaban
como una cuestión desupervivencia y prosperidad para la sociedad, y que
entró en el discursosociológico con el nombre de “reproducción sistémica”. Como
conclusión Bauman explica que, se puede decir que la ética del trabajodesempeñó por
lo tanto, un papel decisivo en la creación de la sociedadmoderna. Pareció ser un
invento básicamente europeo; la mayoría de loshistoriadores estadounidenses
comparten la opinión de que no fue la ética deltrabajo, sino el espíritu de empresa y
movilidad ascendente lo que hizo moverla industria norteamericana. Aquello que
en un principio de la sociedadindustrial había sido un conflicto de poderes
y lucha por la libertad, setransformó poco a poco en la lucha por un mayor
excedente. Por esta y otrasrazones, el crecimiento del consumismo transformó
la vida de los paísesoccidentales dejando a un lado la otra versión de la
modernidad, el comunismo.
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Capítulo 2 “De la ética del trabajo a la estética del consumo” En este segundo
capítulo, Bauman hace referencia a la sociedad deconsumidores y la
sociedad de productores, las diferencias que hay entreestas, como se realiza el
cambio de una a otra, y a que se debe este consumo. La sociedad de consumidores no
es simplemente una sociedad que consume. Es una sociedad en la que las cosas de
consumo varían con el tiempo y lugarpero nadie puede sobrevivir sin consumir de una
forma u otra, en la que tienenla necesidad de desempeñar el papel de consumidor y
tienen como norma lanecesidad y capacidad de consumir buscando si hace falta la
seducción en losproductos. Es una sociedad de consumidores en el mismo sentido en
que lasociedad de nuestros abuelos (los que vieron nacer a la industria) merecía
elnombre de “sociedad de productores”. Se les llama así porque los miembros deesa
sociedad se dedicaron principalmente a la producción y la norma quetenían era
adquirir la capacidad y la voluntad de producir. El paso de una sociedad a otra
no se realiza de forma tajante, si nogradualmente. Este paso significó muchos
y profundos cambios, ya que lo queantes lo daba el trabajo ahora lo da el consumo. El
primero es el cambio en laforma de cómo se prepara y educa a la gente para satisfacer
las condicionesimpuestas por su identidad social. La segunda es que las instituciones
clásicascayeron en desuso, y la tercera, es la rápida disminución de las empresas,
elreemplazo del servicio militar obligatorio por ejércitos pequeños
deprofesionales voluntarios y el progreso tecnológico.También el autor destaca que
el trabajo cuando apareció era la principalherramienta para crear tu propio
destino, es decir, la identidad social. Una vezelegida esa identidad social, podía
definirse la vocación y el puesto de trabajopara toda la vida. Sin embargo, elegir una
carrera laboral (continua y bienestructurada) ya no es posible para todos. Sólo algunas
personas pueden tenerun empleo permanente, seguro y “de por vida”, porque los
nuevos puestos detrabajo suelen ser temporarios o en horarios de tiempo parcial. Así
que, seacual fuere la identidad social que se quiera buscar, ésta deberá ser flexible
paraadaptarse a los tiempos laborales actuales.Las identidades son como los bienes de
consumo, tienen que pertenecer aalguien, pero sólo para ser consumidas y desaparecer
nuevamente para dejarpaso a otras. Las identidades, por lo tanto, sólo se
pueden buscar en elmercado. No hacen falta mecanismos sociales
especializados para la“regulación normativa” , ya que estos antiguos métodos para el
control socialperturbarían las funciones del consumidor y resultaría dañino
para una
sociedad basada en el deseo y la elección del consumismo. La regulaciónnormativa es
por lo tanto “disfuncional”, inconveniente para el buen desarrollodel mercado; además
de ser rechazada por la gente. Una molestia parecida esla reducción de los servicios
sociales, a condición de que esa reducción vayaacompañada de una disminución
de los impuestos. En la práctica lo queimporta es el medio, no el fin.Los
productores pueden cumplir su vocación colectivamente porque laproducción
es una empresa que supone la división de tareas, la cooperación delos agentes y la
coordinación de sus actividades. En cambio, los consumidorespasa lo contrario. El
consumo es una actividad individual, de una sola personay que a la larga es siempre
solitaria. “El consumo colectivo no existe”.La libertad de elección mide la estratificación
en la sociedad de consumo ydefine el ideal de “buena vida”. Cuanta mayor sea la
libertad de elección ycuánto más se la pueda ejercer sin restricciones, mayor será el
lugar que seocupe en la escala social, mayor el respeto público y la autoestima. El
ahorro yla inversión sólo tienen sentido porque en un futuro podrán ampliar
lasposibilidades de elección. En definitiva se puede decir que es la estética, y nola ética,
el elemento integrador en la nueva comunidad de consumidores. Elestatus que se le
da al trabajo es gracias al crecimiento de los criterios estéticos. Se
establecen diferencias entre trabajos. Se clasifican en trabajos de primeracategoría o
también llamados “interesantes”, y los de la segunda categoría llamados “aburridos”.El
autor también explica en este capítulo que la sociedad de consumo en la quevivimos es
la “vida normal” de los ciudadanos, siempre viven despreocupadospor elegir entre una
gran variedad de oportunidades que se les ofrece. Los pobres, en estas comunidades
de consumidores no pueden tener acceso a lo que llamamos “vida normal” y por lo
tanto, no pueden acceder a una vida feliz.

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