Está en la página 1de 2

Ephemerella rotunda.

Ninfa.

La descripción del estado larvario de los insectos del Orden Ephemeroptera está llena de
ingredientes que pudieran componer el guión de una película de terror. De temible aspecto y
de voraz apetito, contradicen en todo al inofensivo insecto alado que de ellos resulta. Las
Efímeras adultas, de gracioso vuelo y fugaz existencia, no tienen nada que ver con los
monstruosos organismos subacuáticos que metamórficamente las preceden: armados de letales
quijadas, respiración branquial y complejísimos sensores de calor y movimiento, poseen
además la ventaja evolutiva de una autocrítica sustentable, la noción política de cada proceso o
estrategia que asegure su supervivencia y una suerte de activismo suave a favor de su propio
derecho de existir.

Las efímeras tienen una metamorfosis incompleta, lo que significa que pasan por las etapas de
huevo, ninfa y adulto, sin la necesidad del estadio de transición en aislamiento conocido como
pupa, común en otros insectos. El estado de larva o ninfa ocupa el mayor tiempo dentro de su
ciclo de vida y mudan su exoesqueleto de 20 a 30 veces durante casi un año. Después de eso, la
ninfa emerge a la superficie del agua y se transforma en un insecto alado, que en cuestión de
horas, completa su ciclo al aparearse en el aire, caer al agua y depositar miles de huevecillos en
la superficie o bajo ella dependiendo de cada especie, quedando finalmente a la deriva, a
merced total de los peces. De ahí la importancia de cada etapa en el ciclo de vida de estos
insectos en tanto se elija uno u otro señuelo que ha de remedar en tiempo y forma, cada una de
ellas.

Es un hecho, los peces son selectivos en función de la identificación (por el mecanismo que
sea; instinto o una inteligencia incipiente) de las etapas en que estos insectos se encuentren en
su entorno, y rechazarán cualquier intento de captura por medio de un patrón artificial que no
coincida con la etapa metamórfica correcta para épocas específicas del año. Siendo Ephemerella
un organismo con una posible representación como adulto tan breve en comparación con la
simulación del estado juvenil, el pescador habrá de observar todo indicio que sugiera el día
mismo de la emergencia, eclosión, precipitación y oviposición como generadores en los peces
de un frenesí alimenticio tan sucinto como espectacular. Diversos factores como zonas
geográficas, condiciones atmosféricas y demás accidentes en mayor o menor medida
impredecibles que ocurren cada temporada también afectan este fenómeno, lo que supone la
contemplación metódica y consecuente de tales circunstancias.

Las ninfas sacan lo mejor de una juventud tan duradera, y se expresan abiertamente partidarias
de tendencias e ideologías que refuercen un carácter cercano a lo novedoso, lo justo y lo
políticamente correcto. En una modalidad expresiva, el impulso creativo de la ninfa busca
cuestionar aunque sin destruir o incomodar, pero se refiere a la destrucción y al desagrado
como categorías de denuncia, de trabajo y de referencia. Importunar es algo que comienza a
salir de la definición en cuanto uno se pregunte sobre la función de sus esfuerzos. La
percepción de lo contemporáneo en un organismo sujeto a una temporalidad tal -como eje
biológico o discursivo- es una discordancia y una disidencia en sí; es la memoria reminiscente
de una ruptura que se anuncia.
A pesar de su apariencia feroz, las ninfas son pequeños animales muy susceptibles por lo que
hay que matizar cualquier juicio discriminante o excluyente que pudiera emitirse frente a ellas.

También podría gustarte