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Otra Economía, 5(8):59-72, enero-junio 2011

© 2011 by Unisinos - doi: 10.4013/otra.2011.58.05

El proyecto de soberanía alimentaria: construyendo otras


economías para el buen vivir1

The project of food sovereignty: Building other economies for the buen vivir

Laura María Gutiérrez Escobar2


lgutierr@live.unc.edu

Resumen. Este artículo explora cómo las economías Abstract. My paper explores how peasant econo-
campesinas pueden no solamente cuestionar el mo- mies not only question the corporate food regime
delo de la agroindustria multinacional (McMichael, (McMichael, 2009) but also provide elements for
2009), sino también aportar elementos para imaginar imagining and constructing other economies that
y construir otras economías basadas en la solidari- are based on solidarity and the “buen vivir”. I
dad y el “buen vivir”. En específico analizo el con- analyze La Vía Campesina’s concept of food sover-
cepto de soberanía alimentaria, acuñado por La Vía eignty and how the Peace Community of San José
Campesina, y cómo ha sido implementado por la Co- de Apartadó in Colombia has implemented it. I ar-
munidad de Paz de San José de Apartadó en Colom- gue that the counter-hegemonic potential of food
bia. Argumento que el potencial contra-hegemónico sovereignty is that it conceives the production of
de la soberanía alimentaria es que concibe la produc- food not mainly as a commodity, but as a way to
ción de comida no como una mercancía, sino como guarantee social reproduction and collective well-
una forma de garantizar la reproducción social y el being based on principles of solidarity, reciprocity,
bienestar colectivo a partir de principios de solidari- environmental sustainability, and forms of grass-
dad, reciprocidad, sostenibilidad ambiental y formas roots democracy and self-government.
de democracia de base y autogobierno.

Palabras clave: soberanía alimentaria, La Vía Cam- Key words: food sovereignty, La Vía Campesina,
pesina, buen vivir, economía solidaria, Comunidad buen vivir, solidarity economy, Comunidad de Paz
de Paz de San José de Apartadó. de San José de Apartadó.

Introduccion sobre el campesinado, sino también brindarnos


elementos para pensar y construir otras eco-
Este artículo propone que el concepto de nomías y sistemas alimentarios. La soberanía
soberanía alimentaria, acuñado por La Vía alimentaria supone un nuevo sistema alimen-
Campesina, puede no solamente cuestionar tario a partir de la reivindicación de prácticas
el modelo de desarrollo y bienestar occidental y racionalidades socio-económicas alternativas
-en específico el promovido por la agroindus- que hacen parte del modo de vida campesino:
tria multinacional- y las visiones hegemónicas la solidaridad social y la democracia de base

1
Este artículo se basa en una ponencia para la conferencia “Otras economías para el bien común y el buen vivir en
América Latina”, Universidad Nacional de Costa Rica, 25-27 abril de 2012. Agradezco a Arturo Escobar, Marie-Josée
Massicote, José Luis Coraggio, Natalia Robledo, Maura Brighenti, Natalia Quiroga, y Diana Gómez por sus comentarios
y correcciones, así como a Juana Camacho y Michal Menser por permitirme incoporar sus textos. Este artículo se nutre
de las discusiones de la conferencia en Costa Rica y del Social Movements Working Group y Latin American Political
Imaginaries Working Group de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, EE.UU.
2
Estudiante del doctorado en antropología de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. CB # 311, 301 Alumini
Building. Chapel Hill, N.C., 27599, USA.
El proyecto de soberanía alimentaria: construyendo otras economías para el buen vivir

que buscan garantizar el bienestar colectivo; los Las racionalidades económicas


conocimientos agrícolas de las comunidades alternativas como punto de partida
rurales; y las relaciones más armónicas con la
para construir otras economías
naturaleza. Estas prácticas y racionalidades que
sustentan el proyecto de soberanía alimentaria
El pensamiento hegemónico occidental ha
contrastan, en gran medida, con las hegemóni-
presentado el triunfo global del capitalismo
cas capitalistas que se basan en la acumulación
como el culmen del proceso civilizatorio huma-
de capital, la maximización de la ganancia en
no. En consecuencia, el mercado auto-regulado,
el corto plazo, la concepción de la naturaleza
el modelo del ‘individuo racional’ y la supuesta
como un conjunto de recursos para ser explo-
capacidad del hombre para dominar la natu-
tados, y la promoción del interés individual
raleza, han sido concebidos como universales,
basado en el cálculo de costo-beneficio, la com-
petencia en el supuesto libre mercado y la pri- ‘naturales’ y superiores. Uno de los resultados
macía del conocimiento ‘experto’. más perjudiciales de la hegemonía de este dis-
En la primera parte, presento algunos pos- curso (neo)liberal ha sido la supuesta imposi-
tulados de la economía solidaria y el pensa- bilidad de pensar otros sistemas económicos
miento decolonial latinoamericano sobre la y tipos de sociedad al argüirse, por un lado, la
importancia de valorar y teorizar la diversidad inevitabilidad del capitalismo y, por el otro, la
de prácticas y racionalidades económicas y po- inferioridad de la diferencia económica o de to-
líticas que surgen de grupos subalternos como das aquellas formas económicas no-capitalistas
los campesinos y sus movimientos sociales, o subsumidas dentro del capitalismo.
específicamente La Vía Campesina (LVC). En Las teorías sobre economía solidaria y el
la segunda, analizo cómo la soberanía alimen- pensamiento decolonial que están surgien-
taria promueve y reivindica la solidaridad so- do en Latinoamérica entienden al capitalis-
cial mediante la conceptualización de la comi- mo como parte del origen y desarrollo de la
da como un valor de uso común -es decir, un modernidad y la estructura de dominación
bien producido colectivamente para satisfacer global (neo)colonial3. Igualmente han avan-
las necesidades materiales y simbólicas de la zado en teorizar otras economías a partir de
comunidad en su conjunto-, y no como una las prácticas y racionalidades alternativas que
mercancía. Igualmente exploro cómo LVC, a han sido invisibilizadas por la modernidad,
través de la agroecología, reivindica a las co- como las relaciones de solidaridad y recipro-
munidades campesinas como productoras de cidad entre las comunidades y entre éstas y la
conocimiento y reafirma la importancia de es- naturaleza, y las formas de democracia direc-
tablecer relaciones más armónicas con la na- ta o de base que emergen de la cotidianidad
turaleza, o lo que el economista ecuatoriano, social y laboral de estos grupos subalternos.
Alberto Acosta, denomina el ‘socio-biocen- Los estudios sobre economía solidaria4 par-
trismo’. En la tercera, me centro en la manera ten de reconocer las potencialidades de las ex-
como La Vía Campesina ha desarrollado nue- periencias cooperativistas y autonomistas que
vas formas de poder que puedan sustentar un surgieron en Latinoamérica, como las fábricas
sistema alimenticio y unas relaciones sociales tomadas en la Argentina, a raíz de la crisis pro-
más justas y sostenibles basadas en la ‘unidad vocada por las reformas neoliberales. A partir
en la diferencia’, en la autodeterminación y en de estas experiencias populares, se delinearon
la reconceptualización del rol del Estado. En las características de una economía solidaria
las conclusiones propongo algunos puntos de que pudiera radicalizar y politizar estas tradi-
discusión. A manera de ejemplo somero, incor- ciones, prácticas y lógicas económicas alterna-
poro algunas reflexiones sobre la Comunidad tivas dentro de un proyecto de transformación
de San José de Apartadó en Colombia. social más amplio.5

3
Para una perspectiva general sobre la economía solidaria, consultar Coraggio (2007). Para el pensamiento decolonial,
Andreotti (s.f.).
4
En este artículo, utilizamos el termino de ‘economía solidaria’ aunque estamos conscientes de que existen múltiples concep-
tos utilizados en esta vertiente teórica como Economía solidaria (Luiz Inácio Gaiger y Paul Singer), Economía de solidaridad
(Luis Razeto), Economía social y solidaria (José Luis Coraggio) y Economía popular (Aníbal Quijano), entre otras.
5
Paul Singer (2007, in Coraggio, 2007), por ejemplo, ha identificado las características ideales de una cooperativa de pro-
ducción. Entre estas, se destacan la posesión colectiva de los medios de producción, la gestión democrática en cuanto a la
división del trabajo y del ingreso, así como del uso del excedente.

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Laura María Gutiérrez Escobar

Las experiencias cooperativistas en Latino- partir de las jerarquías raciales establecidas


américa han mostrado la importancia de que desde la Colonia6.
los trabajadores recobren el control sobre sus El concepto del ‘buen vivir’ se ha constitui-
formas de subsistencia y de transformar el tra- do en uno de los aspectos clave de la crítica
bajo para que no sea la fuente de degradación decolonial al modelo de desarrollo y las nocio-
de la condición humana, sino que permita una nes de bienestar y riqueza del paradigma capi-
vida digna donde se satisfagan las necesida- talista moderno desde los grupos subalternos,
des materiales y culturales, o lo que Coraggio en especial indígenas (Acosta, 2010; Gudynas,
ha denominado la ‘reproducción ampliada de 2011)7. Para el ecologista uruguayo Eduardo
la vida de todos’ (Coraggio, 2007, p. 21). Gudynas, el buen vivir parte de que el bienes-
Coraggio enfatiza la necesidad de la ‘des- tar y la riqueza no son únicamente un asunto
conexión cultural’ respecto al capitalismo lo de ingresos económicos o bienes materiales ni
cual implica un nuevo lenguaje económico que que se resuelve solamente en el mercado. El
reclame, bajos otros significados, conceptos buen vivir está definido como el
clave como productividad, eficiencia, merca-
do, y acumulación de capital. Por ejemplo, Co- reconocimiento social y cultural, los códigos de
raggio habla de ‘suficiencia’ (en vez de la sola conductas éticas e incluso espirituales en relación
eficiencia) sustentada en la solidaridad, así con la sociedad y con la naturaleza, los valores
como de la “productividad y competitividad humanos […] Lo humano se realiza (o debe reali-
sistémicas, es decir medibles en avances de la zarse) en comunidad, con y en función de otros
colectividad y no sólo de individualidades su- seres humanos, sin pretender dominar a la natu-
raleza (Gudynas, 2011, p. 11-12).
madas” (Coraggio, 2007, p. 19). Igualmente, la
economía social y solidaria se construye a par-
tir de reconocer la pluralidad económica, que El postulado central del buen vivir, según
combine iniciativas estatales, privadas, comu- el cual la solidaridad debe ser la base del sis-
nitarias y cooperativas, entre otras. Esta plura- tema económico y de la sociedad en general,
lidad económica también se expresa en formas se deriva de la institución de la minka. Esta, a
de intercambio alternativas, como el trueque, su vez, se origina en los ayllus o comunidades
y las formas de trabajo y redistribución colec- indígenas andinas definidas partir de redes de
tiva del excedente, basadas en la movilización parentesco (Muyolema, 2011). A través de la
de mano de obra y recursos a partir de la reci- minka se establecen relaciones de reciprocidad
procidad (Coraggio, 2007). que garantizan la sobreviviencia y el bienestar
Para el pensamiento decolonial, la moder- de todos los miembros del ayllu mediante el
nidad no puede entenderse sin su otra “cara trabajo colectivo y la redistribución de la tierra
oculta,” la de la colonialidad del poder, que y otros recursos comunes, de acuerdo con las
se estableció a partir de la oposición dicotó- necesidades de cada una de las familias (Gu-
mica entre ‘nosotros’ (blancos, civilizados, tiérrez Escobar, 2010).
racionales) y los ‘otros’ (inferiores, salvajes, El establecimiento de relaciones más armó-
atrasados) (Quijano, 2007; Mignolo, 2002). nicas con la naturaleza es también parte cen-
Como resultado de esta colonialidad del po- tral del buen vivir. Alberto Acosta plantea la
der, el capitalismo ha sido construido como necesidad del ‘socio-biocentrismo’ por el cual
hegemónico a partir de la invisibilización y nuestros sistemas económicos deben garanti-
marginalización de lo que Mignolo (2002) lla- zar “la integridad de los procesos naturales,
ma la ‘diferencia colonial’, o el hecho de que los flujos de energía y materiales de la biosfe-
las prácticas y subjetividades económicas no- ra y la biodiversidad del planeta sin dejar de
capitalistas, que correspondían a los pueblos mejorar las condiciones de vida de todos los
no-blancos, fueran construidas como inferio- habitantes” (Acosta, 2010, p. 19). De esta ma-
res, siguiendo la lógica de la dominación a nera, se plantea una crítica al ambientalismo

6
En mi opinión, la teoría decolonial puede llevar a la reificación de la raza como el eje estructurador de la dominación en
su afán por superar el determinismo de clase.
7
El buen vivir se relaciona con las ideas del pueblo quechua ecuatoriano sobre el suma kawsay y de los aymaras bolivianos
de Suma Qamaña. Según Gudynas: “Mientras que el primero (Suma Kawsay) refiere a la idea de un buen vivir en sentido
amplio, el segundo puede ser además interpretado como una buena vida en comunidad o ‘buen convivir’ [...]. En el caso
boliviano también se recogen otras expresiones análogas provenientes de otros pueblos indígenas tales como ñandereko (vida
armoniosa) y teko kavi (vida buena) de los guaraníes” (Gudynas, 2011, p. 2)

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El proyecto de soberanía alimentaria: construyendo otras economías para el buen vivir

que no está cruzado por la pregunta sobre las que Arturo Escobar ha planteado como la ne-
desigualdades sociales y cómo estas tienen cesidad de que las ciencias sociales incorpo-
distintas implicaciones en la construcción de ren “[...] otras formas de conocimiento, como
sociedades y sistemas productivos ecológicos aquellas de los activistas-intelectuales que
y socialmente sostenibles y justos. habitan los mundos de muchos de los actua-
Finalmente, el buen vivir plantea la nece- les movimientos sociales [...]” (Escobar, 2010,
sidad de repensar las estructuras políticas de p. 3, traducción mía)9.
la modernidad, en especial el Estado-nación y A continuación discutimos los potenciales
la democracia representativa. Para los inves- contra-hegemónicos del modo de vida campe-
tigadores Boris Marañón y Dania López no es sino y del proyecto de soberanía alimentaria,
posible construir sistemas económicos alter- según han sido planteados por LVC, para la
nativos, basados en la solidaridad y la igual- construcción de otros sistemas alimentarios y
dad social, sin “una estructura de autoridad otras sociedades más justas y ecológicamente
alternativa a la del estado capitalista [...] aso- sostenibles.
ciada a la democracia directa que apoye un
sistema de control del trabajo basado en la LVC y su proyecto de soberanía
reciprocidad” (Marañón y López, 2010). Esta alimentaria como ejemplo de “otras
democracia directa significa la devolución de economías”
poder desde las instituciones burocráticas y
centralizadas -ya sean los partidos políticos o LVC y la defensa del modo de vida
el Estado- hacia las organizaciones populares
campesino
y las comunidades, y el cuerpo social en gene-
ral, basadas en las prácticas organizativas de
La Vía Campesina, tal vez el movimiento
la vida cotidiana.
transnacional de campesinos y otros produc-
En síntesis, el buen vivir se enmarca en la
tores agrícolas más importante de los últimos
búsqueda de lo que Arturo Escobar ha deno- veinte años, ha analizado las inequidades del
minado una ‘sociedad otra’ post-capitalista modelo de desarrollo o lo que José María Tor-
y post-liberal donde “[...] el ‘post’ señala las tosa ha llamado ‘maldesarrollo’ (Tortosa, 2008
nociones de que la economía no es esencial o in Acosta, 2010, p. 9).
naturalmente capitalista, las sociedades no son Según LVC, el régimen alimentario corpo-
naturalmente liberales y el Estado no es la úni- rativo (McMichael, 2009)10 es en gran medida
ca forma de instituir el poder social [...]” (Esco- el responsable por las múltiples crisis que vi-
bar, 2010, p. 12). vimos y, por tanto, es incapaz y no está inte-
La centralidad del planteamiento del buen resado en encontrar verdaderas soluciones
vivir para el debate público y académico so- a las mismas. Las semillas transgénicas, los
bre la necesidad de pensar y construir otras agro-combustibles, las prácticas de dumping y
formas de economía hace evidente un nuevo el monocultivo industrial no solamente pro-
relacionamiento con movimientos sociales ducen la quiebra de los campesinos y su de-
como La Vía Campesina no como atrasados pendencia de las grandes corporaciones para
e inferiores y, por tanto, objeto de interven- sobrevivir como agricultores, sino también las
ción y modernización, pero como espacios y crisis alimentarias mundiales, la ampliación
sujetos productores de conocimiento, prácti- de la frontera agraria a zonas altamente biodi-
cas y racionalidades económicas alternativas versas como el Amazonas, y la contaminación
o lo que Casas-Cortés et al. (2008) han llama- de fuentes de agua y suelos que contribuyen
do ‘conocimientos-prácticas’8. El proyecto de al calentamiento global y la destrucción de la
soberanía alimentaria de LVC demuestra lo vida en el planeta.

8
Para Casas-Cortés et al., los conocimientos-practicas enfatizan el “carácter concreto, corporal, vivido y situado” del cono-
cimiento lo que implica problematizar la distinción que existe, en las ciencias sociales, entre sujeto y objeto de estudio.
Así mismo, para las autoras, al reconocer a los movimientos sociales como “espacios y procesos en los cuales se generan,
modifican y movilizan conocimientos por diversos actores, se adquieren reflexiones políticas importantes, tanto sobre las
dinámicas políticas de estos movimientos contemporáneos, como sobre las de la sociedad en su conjunto (Casas-Cortés
et al., 2008, p. 20, traducción mía).
9
Como afirma Arturo Escobar, es necesario preguntarse “[...] desde dónde piensa uno, con quién y con cual propósito [...]
la investigación es, más que nunca, simultáneamente teórica y política” (Escobar, 2010, p. 3, traducción mía).
10
El término original es corporate food regime.

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A partir de esta crítica al régimen alimenta- nos y a partir de sus propios procesos demo-
rio corporativo, la Vía Campesina ha desafia- cráticos. La soberanía alimentaria representa
do el lugar subordinado asignado por la mo- entonces la lucha de los pequeños productores
dernidad a los campesinos y a sus formas de para recuperar el control colectivo sobre los
producción económicas como el ‘otro’ inferior sistemas agrícolas; control que ha sido apro-
al capitalismo y al sujeto racional empresarial. piado por las corporaciones transnacionales y
Por tanto, La Vía Campesina ha constituido su las instituciones de gobernanza neoliberal:
propio locus de enunciación11, al desafiar esta
visión capitalocéntrica y eurocéntrica del cam- [La soberanía alimentaria] nos ofrece una estrate-
pesinado, para pasar a reivindicar su derecho gia para resistir y desmantelar el comercio libre
a seguir viviendo como campesinos: “tenemos y corporativo y el régimen alimentario actual, y
el derecho de continuar existiendo como cam- para encauzar los sistemas alimentarios, agríco-
las, pastoriles y de pesca para que pasen a estar
pesinos y campesinas, y tenemos la responsa-
gestionados por los productores y productoras
bilidad de alimentar a nuestros pueblos. Esta-
locales (La Vía Campesina, 2008).
mos aquí [...] y nos negamos a desaparecer”
(La Vía Campesina, 2008).
Mi intención no es promover visiones
Igualmente, LVC ha defendido el modo de
esencialistas sobre los campesinos que les
vida campesino porque produce, a diferencia
adjudiquen un intrínseco ethos colectivo
del régimen alimentario corporativo, benefi-
y ecológico que nos lleve a producir una
cios colectivos para la humanidad, como la
versión campesina del “salvaje ecológico”
preservación de la biodiversidad y la lucha
o “comunitario”. Es evidente que no todas
contra el calentamiento global, a la vez que
las formas de economía campesina se basan
produce comida sana y cuturalmente apro-
en la politización consciente de prácticas y
piada. LVC ha argumentado que los peque-
valores solidarios y ecológicos. La pobreza
ños productores rurales son los verdaderos
y marginalización de la economía de mer-
‘cuidadores’ de la biodiversidad -en vez de
cado podrían, en parte, explicar por qué
la agroindustria multinacional- gracias al po-
las diversas formas colectivas de trabajo y
licultivo, los conocimientos tradicionales, la
fertilización cruzada y la utilización de mé- distribución de excedentes, así como la pro-
todos naturales para el control de plagas y el ducción ambientalmente sostenible, se han
abono del suelo: mantenido, en mayor o menor grado, en las
comunidades campesinas. También es cierto
Sólo la agricultura campesina alimenta a los que los campesinos elijen ciertos nichos de
pueblos, mientras que el agronegocio produce mercado -como el comercio justo u orgáni-
productos de exportación y agrocombustibles co- no solamente a partir de consideraciones
para alimentar a los automóviles en lugar de los ecológicas, sino por una opción calculada en
seres humanos [...] sólo la producción campesina términos de las mejores oportunidades eco-
agroecológica puede desvincular el precio de los nómicas que estos representan. Además, la
alimentos del precio de petróleo, recuperar los
producción de sus parcelas es, en parte, ma-
suelos degradados por la agricultura industrial,
y producir alimentos sanos y cercanos para nues-
nejada de acuerdo con consideraciones de
tros pueblos. La agricultura industrial calienta inversión de capital y cálculo de ganancia.
al planeta, y la agricultura campesina enfría al Puede decirse entonces que los campesinos
planeta (La Vía Campesina, 2008). no se encuentran completamente al margen
de las lógicas y prácticas capitalistas dado que
Finalmente, el concepto de soberanía ali- participan del mercado, aunque en posición
mentaria enfatiza que los campesinos y otros subordinada. Mas bien, la economía campesi-
pequeños productores rurales no sólo tienen na correspondería a la categoría de “economía
el derecho a sobrevivir, sino también a hacerlo popular” donde la solidaridad en momentos se
en condiciones de dignidad y autonomía defi- restringe a estrategias de sobrevivencia de las
nidas soberanamente, o en sus propios térmi- personas directamente involucradas en la pro-

11
El locus de enunciación es la “posición epistemológica desde donde se habla” (Andreotti, s.f., p. 3). Es decir, la manera en
que la subjetividad, tomando en cuenta la condición de clase, el género, la identidad sexual, etc, influencia la manera en
que los sujetos producen conocimiento. La propuesta de decolonizar el conocimiento parte de reconocer y hacer explícito
el locus de enunciación de cada persona o grupo para revelar los procesos de dominación y las posibilidades de resisten-
cia inscritas en la producción de conocimiento (Escobar, 2010, p. 3).

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El proyecto de soberanía alimentaria: construyendo otras economías para el buen vivir

ducción, sin extenderse a un proyecto político natural para la fertilidad permanente del suelo
más amplio (Coraggio, 2007). Según Coraggio: […] Todo progreso en la agricultura capitalista
es un progreso en el arte, no solamente de robar
Hay que diferenciar entre la solidaridad entre al trabajador, sino de robar al suelo (Marx, 1990
los miembros de una micro-organización y la [1867] in Bellamy Foster, 2000, p. 241).
solidaridad con la vida de todos los miembros de
comunidades o sociedades más amplias, o como En un primer nivel, la soberanía alimen-
dice Lisboa, lo que hace una diferencia es la soli- taria implica que la producción de comida
daridad ad-extra (Coraggio, 2007, p. 21, énfasis debe orientarse por su valor de uso, en vez
en el original).
de por su capacidad para producir plusva-
lía o lo que podría entenderse, en términos
Es importante resaltar, sin embargo, que
de Coraggio, como la ‘reproducción amplia-
las diversas formas que asume la economía
da de la vida’ (Coraggio, 2007); y por lo que
campesina tienen en común un ‘ethos barroco’
Hanna Wittman llama la ‘reparación de la
en el que coexisten los valores substantivos y
ruptura metabólica’ que implica el mode-
mercantiles (Melo de Lisboa, citado por Cora-
lo de la agro-industria (Wittman, 2009). En
ggio, 2007). En otras palabras, en la economía
este sentido, LVC ha argumentado que la
campesina hay una lógica alternativa a la del
producción de alimentos debe estar primor-
individuo racional que se rige por el análisis
dialmente orientada a suplir las necesidades
de costo-beneficio. Es precisamente esa lógica
humanas, tanto físicas como culturales, y en
alternativa la que la LVC ha demostrado que
armonía con la naturaleza: “La soberanía
es fructífera para pensar y construir otras eco-
alimentaria es el derecho de los pueblos a
nomías y otros sistemas alimentarios.
alimentos nutritivos [...], accesibles, produ-
cidos de forma sostenible y ecológica [...] (La
Soberanía alimentaria Vía Campesina, 2008).
como buen vivir En un segundo nivel, la soberanía alimen-
taria es la defensa del acervo cultural de las
El proyecto de soberanía comunidades rurales y de los pueblos del
alimentaria de LVC mundo. La Vía Campesina ha denunciado
que el régimen corporativo busca homogeni-
La soberanía alimentaria ofrece una al- zar los hábitos alimenticios a nivel global con
ternativa para reformar nuestros sistemas la cultura de la comida rápida y altamente
alimenticios en varios niveles. Primero consi- procesada, atentando contra la diversidad de
dero que la soberanía alimentaria parte de lo tradiciones culinarias que hacen parte de la
que podría plantearse como la combinación reproducción cultural de los pueblos. Por esta
de dos conceptos importantes de Marx: el ‘va- razón, LVC ha defendido la supervivencia de
lor de uso’ y el ‘metabolismo socionatural’. las diversas formas de economía campesina,
Marx definió como valor de uso el valor que indígena, pastoril, entre otras, que mantienen
un objeto adquiere cuando ha sido producido la diversidad cultural:
para satisfacer las necesidades fisiológicas y
sociales humanas y que, por tanto, se extingue Se intenta imponer el patrón alimentario de las
o se realiza en el consumo del mismo (Marx, corporaciones trasnacionales como el único vi-
1990 [1867]). En cuanto al metabolismo socio- able, apropiado y correcto en un mundo global; se
trata de un verdadero imperialismo alimentario
natural, Marx entiende ya claramente cómo la
que atenta contra la diversidad de las culturas
agricultura industrial perturba las relaciones alimentarias de los pueblos, sus identidades na-
de dependencia de los seres humanos con la cionales, culturales y étnicas (Foro Mundial so-
naturaleza y, en especial, la capacidad de las bre Soberanía Alimentaria, 2001).
comunidades rurales para producir alimen-
tos para sí mismas y para la sociedad en su LVC reconoce entonces las redes de soli-
conjunto: daridad y los procesos culturales que se for-
jan a partir de la comida. En efecto, la produc-
[La produccion capitalista] perturba la interac-
ción y el consumo de alimentos atraviesa la
ción metabólica entre el hombre y la tierra, es
decir, impide que se devuelvan a la tierra los construcción de identidades y memorias co-
elementos constituyentes consumidos por el lectivas (Camacho, 2011, versión preliminar).
hombre en forma de alimentos y ropa, e impide, Por ejemplo, gran parte de las identidades re-
por lo tanto, el funcionamiento del eterno estado gionales y nacionales se expresan a partir de

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Laura María Gutiérrez Escobar

los distintos platos y tradiciones culinarias. La soberanía alimentaria en la práctica:


La antropóloga colombiana Natalia Roble- la Comunidad de Paz de San José de
do analiza como la panela, un endulzante
Apartado en Colombia
natural derivado de la caña, fue considera-
do como “el producto insignia de la cultu-
La Comunidad de Paz de San José de Apar-
ra colombiana durante el siglo XX”, a cuyo
tadó, en la región del Urabá antioqueño en
consumo se le atribuía, dado su alto valor Colombia, es un ejemplo interesante de sobe-
nutricional, la “entereza y valentía del pue- ranía alimentaria, aunque no está directamen-
blo colombiano para superar las más duras te relacionado con LVC12. Esta comunidad ha
adversidades” y un rol importante en la implementado progresivamente su propio
construcción de la nación (Robledo, 2010). sistema educativo y justicia comunitaria, así
En un tercer nivel, la lucha por la sobera- como su autosuficiencia alimentaria en medio
nía alimentaria y de las nuevas visiones de del conflicto armado en Colombia. En un prin-
LVC sobre el campesinado evidencian cómo cipio, la autosuficiencia alimentaria surgió de
la agricultura moderna ha implicado la do- la necesidad ante los continuos bloqueos de
minación de la metis o el conocimiento prác- las vías por parte de los grupos armados que
tico local de los campesinos por el episteme impedían la venta y compra de productos en
del conocimiento científico que se basa en los mercados locales y amenazaban con provo-
el modelo cartesiano (Desmerais, 2007). Por car hambruna dentro de la comunidad. En este
tanto, LVC nos alerta sobre la imposibilidad contexto de guerra, la solidaridad y reciproci-
de que otras economías -y en específico otros dad fueron fundamentales para la sobreviven-
sistemas alimentarios- puedan emerger sin cia de la comunidad. A medida que se fueron
el desafío a las narrativas del desarrollo occi- organizando como comunidad de Paz, los ha-
dental, o lo que Coraggio (2007) denomina la bitantes de San José fueron politizando estas
‘desconexión cultural’ y Maldonado Torres estrategias de supervivencia para crear una
(2004, p. 6-7), la ‘desobediencia epistémica’. forma de organización social distinta donde se
Así mismo sobre la necesidad de producir garantizara el bienestar de todos los miembros
no solamente otros conocimientos sino tam- de la comunidad:
bién ‘conocimientos de otras maneras’ que
no tienen la pretensión del paradigma cientí- Nuestra forma de trabajar tenía sentido no sólo
fico moderno de ser universales y neutrales, porque necesitábamos subsistir sino porque la
sino que son ‘conocimientos situados’, en forma en que trabajábamos nos permitía crecer
este caso, en las realidades y cosmovisiones como comunidad [...] Para nosotros el trabajo
de los pequeños productores rurales y sus es resistencia diaria, resistencia construida por
nosotros mismos. Queremos vivir una lógica
dirigentes y organizaciones de base (Esco-
diferente a la del mercado, una lógica en la que
bar, 2010). lo importante es vivir dignamente sabiendo que
LVC plantea entonces la importancia de todos en la comunidad estamos luchando juntos
recuperar las prácticas y conocimientos ances- para lograrlo (CPSJA, 2006).
trales campesinos, indígenas y de los pueblos
afro-descendientes sobre la biodiversidad y De esta manera, se estableció una forma
las formas de cultivo: de economía solidaria por la cual las familias
forman grupos de trabajo para cultivar colec-
Un verdadero modo de producción a futuro de- tivamente, y de una forma ecológicamente
berá estar basado en los conocimientos tradi- sostenible, donde la comunidad en su con-
cionales de la gente que trabaja la tierra quienes junto garantiza el acceso a la tierra, las herra-
hacen uso de los recursos disponibles sin dañar el mientas, las semillas y, a veces, la alimentación
medio ambiente. Esto no significa que las nuevas
(Tuberquia, 2011; CPSJA, 2006). En San José de
tecnologías serán rechazadas o que no se deberá
permitir la exportación de productos. Pero si Apartadó, la producción agrícola está orienta-
quiere decir que las nuevas tecnologías deberán da principalmente a la autosubsistencia, pero
apoyar y desarrollar a futuro modos de produc- también hay diversos cultivos comerciales or-
ción sostenible campesina en vez de destruirlo gánicos, en especial de cacao y banano, que
[...] (La Vía Campesina, 2002). se producen dentro de acuerdos de ‘comercio

12
Desde el 2010, cuatro veredas (Guineo, Las Claras, Alto Joaquín y Puerto Nuevo) en el municipio de Tierralta, Depar-
tamento de Cordóba, son parte de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó.

Otra Economía, vol. 5, n. 8, enero-junio 2011 65


El proyecto de soberanía alimentaria: construyendo otras economías para el buen vivir

justo’ con distintas empresas de Europa y Esta- formas de organización política que puedan
dos Unidos13. La reinversión de las ganancias democratizar nuestros sistemas económicos.
obtenidas de la venta para el mercado se de- LVC, a partir de la soberanía alimentaria, ha
cide de manera colectiva en las asambleas de planteado que la única forma de construir sis-
la comunidad (Tuberquia, 2011; CPSJA, 2006). temas alimenticios más justos es a partir de
En “historia vivida”, un documento sobre la la democratización del proceso por el cual se
historia de la Comunidad de Paz, se puede ob- toman decisiones sobre la forma de organizar
servar la lógica alternativa de su sistema pro- dichos sistemas, desde la producción hasta el
ductivo en la que la solidaridad no está dada, consumo:
sino que se construye colectiva y democrática-
mente a partir de las prácticas cotidianas de La soberanía alimentaria es el derecho de los pue-
resistencia: blos […] a decidir su propio sistema alimentario
y productivo […] La soberanía alimentaria da
Indudablemente este trabajo en grupos no ha sido prioridad a las economías locales y a los merca-
fácil. Este esfuerzo nos ha costado años y seguimos dos locales y nacionales, y otorga el poder a los
en un trabajo constante ya que siempre existe el campesinos y a la agricultura familiar, la pesca
riesgo de que las posiciones individualistas qui- artesanal y el pastoreo tradicional, y coloca la
eran imponerse sobre el bienestar colectivo. No ha producción alimentaria, la distribución y el con-
sido fácil que todos nos sintamos y nos pensemos sumo sobre la base de la sostenibilidad medioam-
como parte de una comunidad [...] Ha implicado biental, social y económica […] La soberanía ali-
días de encontrarnos todos y reflexionar, de hacer mentaria supone nuevas relaciones sociales libres
reuniones de grupos de coordinadores, han sido de opresión y desigualdades entre los hombres y
años y años de nuevas iniciativas, de estar en el mujeres, pueblos, grupos raciales, clases sociales
lugar de trabajo como lugar de reflexión, como lu- y generaciones (La Vía Campesina, 2008).
gar de resistencia (CPSJA, 2006).
El concepto de soberanía alimentaria de
La comunidad de Paz de San José de Apar- LVC implica una multiplicidad de espacios de
tadó es un ejemplo concreto de cómo la im- soberanía que cuestionan la supremacía del
plementación de la soberanía alimentaria, Estado-nación y se oponen al modelo de la go-
mediante la democratización de la toma de bernabilidad neoliberal transnacional, o lo que
decisiones sobre la producción de comida y la Antonio Negri ha llamado la ‘soberanía impe-
incorporación de técnicas de cultivo que se ba- rial de-centrada’ (Negri, 2008). LVC en sí mis-
san en los ciclos naturales, puede llevar a una ma implica diferentes niveles de la soberanía:
transformación de las subjetividades económi- a pesar de que se ha comprometido a defender
cas que impulsen la producción guiada por el los derechos de las comunidades rurales sobre
valor de uso, nuevas relaciones sociales solida- la producción de alimentos, su circunscripción
rias y el intento por restaurar el metabolismo transnacional -que incluye los consumidores y
socio-natural (Wittman, 2009, p. 819). los trabajadores migrantes- hace que sea impo-
sible e indeseable restringir el significado de la
Soberanía alimentaria y la soberanía a lo ‘local’ o la comunidad, ya que
ambas se insertan en los múltiples espacios y
construcción de sistemas d
redes de lo urbano, rural, regional y transna-
e poder alternativos cional (Patel, 2009).
De esta manera, la soberanía alimentaria
LVC como ‘soberanía radicalmente puede entenderse como una propuesta de ‘so-
democrática y de-centrada’ beranía radicalmente democrática y de-cen-
trada’, donde la soberanía debería dispersarse
Si partimos de una visión holística de la so- por todos los actores del sistema alimenticio
ciedad en la que la economía no se constituye de modo que una amplia gama de comunida-
como una esfera separada de los demás proce- des locales y pequeños productores de alimen-
sos sociales, es necesario plantearnos nuevas tos y consumidores puedan decidir de manera

13
La comunidad tiene una posición crítica frente al comercio justo dado que, si bien pueden vender sus productos a
precios superiores que en otras redes mercantiles, las ganancias son muy desiguales entre la comunidad y las empresas
con las que comercian. Incluso, con la reciente crisis económica, las empresas extranjeras estaban ofreciendo precios de
compra inferiores a los del mercado nacional (Tuberquia, 2011).

66 Otra Economía, vol. 5, n. 8, enero-junio 2011


Laura María Gutiérrez Escobar

autónoma y democrática la forma en que se y propuestas de sus constituyentes y han sido


producen, distribuyen y consumen alimentos. legitimados por los mismos (Desmerais, 2007).
Por lo tanto, LVC está luchando por el control
democrático popular sobre el régimen de ali- La cuestión del Estado
mentos que limita la concentración y la centra-
lización del poder de decisión en instituciones La Vía Campesina apoya a las organizacio-
no representativas de los intereses de la ma- nes de base comunitaria y busca inspiración en
yoría de la población mundial tales como las luchas pasadas que subordinan la lógica del
ONGs, las instituciones financieras internacio- mercado al bienestar social reflejado en prác-
nales, las empresas multinacionales y los órga- ticas de ayuda mutua, reciprocidad y solida-
nos de gobierno neoliberal, como la OMC. Con ridad. Las iniciativas auto-gestionadas de los
respecto al Estado-nación, la posición de LVC campamentos del MST son un buen ejemplo
es más compleja, como veremos más adelante. de cómo grupos de campesinos han fomen-
LVC podría entenderse como un proyec- tado las invasiones de tierra y promovido los
to político para ‘dispersar el poder’ (Zibechi, mercados campesinos, la agricultura comuni-
2010) -más no realmente anti-estatal- a partir taria, los bancos de comida y el intercambio de
de las dinámicas de organización interna que semillas, entre otros (Wittman, 2009, p. 815).
reflejan su compromiso de mantener el pro- Con todo, la LVC incluye la soberanía na-
ceso de toma de decisiones de la forma más cional como parte de la soberanía alimentaria
colectiva y horizontal posible, sin apelar a un y, por tanto, reconoce la legitimidad y poder
poder centralizador o a estructuras jerárqui- del Estado, siempre y cuando sus políticas re-
cas. Según Raj Patel: flejen procesos democráticos. En la primera
declaración de LVC en Mons, Bélgica, en 1993,
[...] uno de los rasgos centrales que caracteriza
se afirma el “derecho de cada país a definir su
a la organización es la ausencia de un secretari-
ado encargado del diseño de las políticas [...] la
propia política agrícola de acuerdo al interés
ausencia de una autoridad soberana que puede nacional y en concertación con las organizacio-
determinar lo que cualquier miembro, organiza- nes campesinas e indígenas, garantizando su
ción o país [miembro de LVC] puede hacer (Patel, real participación” (LVC, 1993, en Desmerais,
2009, p. 669, traducción mía). 2007, p. 77, traducción mía).
Para LVC, la soberanía alimentaria incluye
Asimismo, Paul Nicholson define a LVC la capacidad de las naciones, especialmente
como “[...] un movimiento que, en términos de en el sur global, para garantizar la producción
su organización ha seguido siendo autónomo, nacional de alimentos y diseñar e implemen-
independiente, y horizontal. Es un movimien- tar políticas de desarrollo agrario que no estén
to desde abajo” (Nicholson, 2009, p. 677, tra- subordinadas al interés de las corporaciones
ducción mía). multinacionales, instituciones financieras in-
Según Desmerais, los mecanismos de con- ternacionales y organismos de gobernanza
sulta y rendición de cuentas en todos los ni- global (OMC, Banco Mundial, FMI, etc.). En
veles organizativos de LVC son claves para su concepto, la reducción del papel del Estado
asegurar que el proceso de toma de decisiones en la agricultura y la importación de comida
entre las distintas organizaciones y regiones barata han atentado contra la calidad de vida
sea democrático (Desmerais, 2007)14. Este pro- de los campesinos, dejándolos a merced de los
ceso democrático se sustenta en las Conferen- mecanismos del mercado internacional donde
cias Internacionales y las Asambleas de Muje- no pueden competir con las multinacionales.
res que se reúnen cada tres o cuatro años para La eliminación progresiva de las políticas de
discutir los objetivos, las estrategias y las cam- redistribución de recursos estatales ya limita-
pañas de LVC a nivel general. Las Conferencias dos -especialmente los subsidios y el acceso a
Internacionales son precedidas por encuentros créditos blandos-, junto con las importaciones
regionales y locales donde se busca garantizar masivas de alimentos baratos, como parte de
que los representantes de las distintas organi- acuerdos de libre comercio, y los programas
zaciones están enterados de las problemáticas de ayuda alimentaria, se han traducido en ma-

14
LVC está dividida en ocho regiones: el sureste y oriente asiático, el sur de Asia, Norteamérica, América central, Suraméri-
ca, el Caribe, Europa y África (Desmerais, 2007, p. 28).

Otra Economía, vol. 5, n. 8, enero-junio 2011 67


El proyecto de soberanía alimentaria: construyendo otras economías para el buen vivir

yores costos de producción y reducción de la importantes, como los mercados campesinos


demanda local y nacional para los pequeños y el Plan Maestro de Abastecimiento de Ali-
productores agrícolas que, a su vez, los ha lle- mentos y Seguridad Alimentaria de Bogotá
vado a la quiebra y la pérdida de sus tierras que han sido promovidos por las administra-
(Borras, 2009): ciones de izquierda de Luis Eduardo Garzón y
Samuel Moreno15.
La concepción promovida por el neoliberalismo La Comunidad de Paz de San José de Apar-
sobre las ventajas comparativas produce graves tadó es una experiencia de soberanía alimen-
perjuicios para los sistemas alimentarios. Dentro taria campesina que cuestiona radicalmente la
de esta lógica, la importación de alimentos bási-
legitimidad del Estado, dada su participación
cos tiende a desmantelar la producción doméstica
para comprarlos “más baratos” a los países ricos,
directa e indirecta en la violación de derechos
induciendo a la reorientación de sus recursos pro- humanos en el contexto del conflicto armado16.
ductivos a cultivos de exportación “más competi- Por tanto, esta comunidad afirma el derecho a
tivos y de mayor valor agregado” para los merca- la autodeterminación y ha implementado pro-
dos del Primer Mundo. Es una mentira que los gresivamente su propio sistema educativo y
países no deban preocuparse por establecer y con- justicia comunitaria, así como su autosuficien-
ducir políticas de Estado que garanticen la segu- cia alimentaria (Tuberquia, 2011; CPSJA, 2006).
ridad alimentaria de sus ciudadanos. Los neoli- El proceso de la Comunidad de Paz mues-
berales argumentan que el supermercado global
tra la importancia de democratizar los pro-
de los países exportadores les resuelve cualquier
pedido sin problema alguno (Foro Mundial sobre
cesos productivos, y la sociedad en general,
Soberanía Alimentaria, 2001). para poder sostener formas socio-económicas
alternativas como la economía comunitaria.
Evidentemente la posibilidad de que la so- Las formas de democracia de la comunidad se
beranía alimentaria sea impulsada o apoyada entienden como:
desde el Estado depende en gran medida de
si existen gobiernos críticos del neoliberalis- [...] búsquedas participativas [donde] el liderazgo
es un compromiso que no puede traer ni privi-
mo y de la agricultura corporativa. En países
legios, ni gamonalismos. Los grupos de trabajo
como Venezuela y Cuba, el Estado ha jugado han sido la realidad de la comunidad en cuanto
un rol importante en la promoción de la so- a participación; las decisiones estructurales y de
beranía alimentaria. Si bien el gobierno vene- principios de la comunidad las toman los grupos,
zolano tiene relaciones con multinacionales quienes reflexionan conjuntamente y luego entre
y existen problemas de escasez de comida, todos se debate para decidir (CPSJA, 2006).
también ha sido promotor de la soberanía ali-
mentaria mediante el apoyo directo e indirec- La comunidad de Paz podría pensarse
to a las cooperativas agrícolas con programas como una forma de poder disperso que cons-
de distribución de tierra, créditos blandos, truye formas de democracia directa, a través
educación y salud, investigación en agroeco- de asambleas comunitarias, que impiden la
logía y regulación de precios que facilitan a centralización y burocratización del proceso
los pequeños productores el vivir de su tra- de toma de decisiones y ejercen control sobre
bajo (Menser, 2012 [en prensa]). los líderes, en semejanza con la ‘democracia
Por el contrario, en países como Colombia, del ayllu’ en las comunidades aymaras de Bo-
los gobiernos desde la década de los noventa livia17. Si bien la Comunidad de Paz es enfá-
han sido profundamente neoliberales y, por tica en afirmar su soberanía frente al Estado
tanto, enemigos de la soberanía alimentaria. actual colombiano que “pretende cada vez
Sin embargo ha habido iniciativas localizadas más ahogar la organización de las comuni-

15
Para mayor información, ver: http://www.alimentabogota.gov.co/.
16
Frente a las continuas violaciones de derechos humanos perpetradas por los distintos grupos armados, esta comu-
nidad se declaró neutral frente a todos los actores armados y exigió que los mismos cumplieran con las estipulaciones
del derecho internacional sobre la protección de la población civil en escenarios de conflicto como el colombiano (Tu-
berquia, 2011).
17
La estructura organizativa de la comunidad parte de comités de trabajo sobre diferentes áreas de interés como edu-
cación, salud, formación política y derechos humanos, entre otros. Los miembros de estos comités presentan hasta 10 can-
didatos para conformar el consejo interno de la comunidad que se compone de 8 personas y que debe buscar la paridad de
género. Después de múltiples elecciones directas de toda la comunidad se reduce la lista de candidatos a los 8 requeridos
que deben ser ratificados por toda la comunidad reunida en asamblea y obtener una aprobación del 98% (CPSJA, 2006).

68 Otra Economía, vol. 5, n. 8, enero-junio 2011


Laura María Gutiérrez Escobar

dades y sus alternativas de resistencia”, tam- de la India, por ejemplo, que no tiene en Inglater-
bién plantea dentro de su horizonte político ra, en los Estados Unidos o Canadá. Llamamos
la “búsqueda de la justicia y de un Estado le- a nuestro movimiento La Vía Campesina, enten-
gítimo” (CPSJA, 2006). diendo que se trata de un proceso de la cultura
campesina, una “forma” campesina (Nicholson,
2009, p. 678, traducción mía).
Construir ‘unidad en la diferencia’:
la microfísica del poder Sin embargo, esta política de la ‘unidad en
la diferencia’ ha tenido resultados ambivalen-
La Vía Campesina está comprometida con tes dado que las relaciones de desigualdad en
la agricultura sostenible a pequeña escala y la nuestras sociedades no solamente se expresan
soberanía alimentaria, basadas en principios al nivel estructural, sino que permean nuestras
de solidaridad y alianzas en la diferencia en- subjetividades y están encarnadas en nuestros
tre una variedad de organizaciones. En Vía cuerpos, en especial el de las mujeres que,
Campesina convergen los movimientos de como ha mostrado el feminismo, es un terri-
mujeres, feministas, indígenas y ecologistas, torio de control político. Por lo tanto, este ha
asociaciones de consumidores, iniciativas de sido un proceso difícil y desigual en LVC. Las
agricultura urbana, y representantes de comu- desigualdades regionales han sido marcadas
nidades de pescadores y pastores, entre otros. dado que las organizaciones afiliadas a LVC
Los documentos presentados en las conferen- en Latinoamérica y Europa han dominado la
cias internacionales de Vía Campesina son formulación de sus políticas y la geopolítica de
notables por la diversidad de sus demandas sus acciones; aunque esta situación está cam-
que incluyen la condenación del patriarcado, biando lentamente con la mayor participación
el racismo y el neocolonialismo; el derecho a la de Asia y la reciente creación de la regional
autodeterminación y el territorio para los pue- en África. Igualmente, las cuestiones de raza/
blos indígenas; y condiciones de trabajo dig- racismo y la identidad sexual han sido poco
nas para los trabajadores inmigrantes en los abordadas (Desmerais, 2007). La preocupación
Estados Unidos y Europa (La Vía Campesina, por la igualdad de género -y, en menor medi-
2007, 2008). da, la inclusión de las cosmovisiones indígenas
Esta heterogeneidad de movimientos so- y las políticas de etnicidad- ha logrado mayor
ciales que convergen en LVC representa un prominencia y visibilidad en LVC.18
compromiso de reconocer y luchar contra las La cuestión de género ha permeado el dis-
diversas formas de opresión que no se pueden curso y la práctica política de LVC a partir de
reducir a la explotación económica o de clase, un proceso liderado por las organizaciones fe-
sino que incluyen el género, la identidad se- ministas y de mujeres. En específico, las muje-
xual, el racismo, etc. LVC abiertamente discute res presionaron porque la soberanía alimenta-
sobre asuntos de género, raza, clase, etnicidad ria incluyera la producción orgánica, libre de
y relaciones norte-sur promoviendo un respeto pesticidas y otros químicos, como resultado
mutuo por la diferencia (Desmerais, 2007). de su papel en la producción y preparación de
La redefinición de los campesinos no sola- comida y en el cuidado de los niños, es decir,
mente en el sentido de clase como trabajadores como responsables del bienestar de la familia
agrícolas, sino como un modo de vida, es uno (Desmerais, 2007).
de los resultados más interesantes del compro- Igualmente, la Comisión de Mujeres lanzó
miso de la Vía Campesina con una política de en el 2010 la “Campaña Mundial por el Fin de
la unidad en la diferencia. Según Paul Nichol- la Violencia hacia las Mujeres del Campo”,
son, el campesino tiene que ser entendido no donde se promovió la discusión de las formas
como una identidad fija, sino como contingen- especificas en que las mujeres del campo son
te, como un proceso social, en función del con- objeto de violencia y dominación en todos los
texto cultural y geográfico. ámbitos:

[...] La palabra “campesino” tiene un significado Las mujeres del campo vivimos asechadas por
claro en el contexto de América Latina y la pala- las múltiples expresiones de violencia capital-
bra “campesino” tiene una realidad en el contexto ista y patriarcal que se replican en el cotidiano

18
La influencia de las organizaciones indígenas en LVC se encuentra en la defensa y recuperación no sólo de la tierra, sino
del territorio, de los conocimientos tradicionales y de la autodeterminación (La Vía Campesina, 2007).

Otra Economía, vol. 5, n. 8, enero-junio 2011 69


El proyecto de soberanía alimentaria: construyendo otras economías para el buen vivir

de nuestras vidas, en la casa, en la sociedad, la fragmentación y la heterogeneidad inheren-


en las relaciones personales y políticas, en la te de la vida social, existen procesos estructu-
negación de la validez de nuestros conocimien- rales que afectan negativamente a la población
tos, trabajo y contribución económica (La Vía rural de manera similar:
Campesina, 2010).
Esta base común es que entendemos que la crisis
La perspectiva de género en LVC ha sido de la agricultura familiar campesina es la misma
también significativa para desafiar la construc- en todo el mundo. Las causas son las mismas, ya
ción patriarcal de la economía y la producción sea en Wisconsin o São Paulo. La realidad es la
agrícola que marginaliza las contribuciones de misma, y las mismas políticas neoliberales, o más
las mujeres a la reproducción de la fuerza de bien capitalistas, han causado esta crisis (Nichol-
trabajo y, por tanto, a la viabilidad de nuestros son, 2009, p. 678, traducción mía).
sistemas económicos; así como define el espa-
cio de lo doméstico, asociado a las mismas, Esta unidad en la diferencia sugiere in-
como no productivo: terrogantes sobre cómo transformar los sis-
temas socio-económicos teniendo en cuenta
El patriarcal modelo capitalista homologante y todos los aspectos del poder y cómo están
estandarizador anula toda posibilidad de recon- relacionados: tanto los procesos estructurales
ocimiento al trabajo de las mujeres campesinas de dominación como las actualizaciones de
que se ocupan de la recreación de la biodiver- esta dominación en la vida cotidiana, en las
sidad alimentaria, de la manutención de los subjetividades individuales y en las relacio-
sistemas de conocimientos para la salud, de su nes interpersonales; en la macro y microfísica
contribución en el cuidado de los ecosistemas,
del poder (Foucault, 2003).
en la transmisión de los saberes agrícolas (La
Vía Campesina, 2010).
Conclusiones
En este sentido, LVC contribuye a redefinir
a la mujer cómo sujeto económico, lo cual es un Las múltiples crisis que vivimos, como la
paso importante no solamente para corregir los alimentaria, energética y ambiental, apuntan a
sesgos patriarcales de la economía política, sino una crisis civilizatoria de la modernidad capi-
como un aporte teórico-político a la construc- talista occidental (Escobar, 2010).
ción de otras economías. La actividad domésti- Movimientos como LVC y la Comunidad
ca de las mujeres muestra la importancia de la de Paz de San José de Apartadó representan la
solidaridad dado que se rige por la orientación posibilidad de crear otras economías basadas
hacia el cuidado; su lógica productiva es la re- en el buen vivir, a partir de la politización de
producción de la familia basada en el bienestar seis elementos que están presentes, en mayor
físico (alimentación, higiene) y emocional (el o menor medida, en las comunidades rurales:
afecto, la protección, la solidaridad). Primero, la producción de comida por su
En cuanto a la ‘unidad’ en esta política de valor de uso, es decir, para satisfacer las nece-
la ‘unidad en la diferencia’, ésta se construye sidades físicas y sociales de los seres humanos
a partir de la oposición al sistema capitalista y y no por su capacidad para producir plusvalía.
procesos estructurales de dominación como el Segundo, la solidaridad social que se ex-
neocolonialismo, el neoliberalismo, el racismo presa en las relaciones interpersonales, las
y el patriarcado, que amenazan la subsistencia prácticas económicas cotidianas basadas en la
de campesinos en todo el mundo. Este carác- reciprocidad, el trabajo y la propiedad colecti-
ter contra-hegemónico es precisamente lo que va, y la preocupación por el bienestar del otro.
diferencia LVC de otras organizaciones agra- Tercero, la concepción no utilitaria de la na-
rias reformistas, y a la soberanía alimentaria turaleza, que reconoce la interrelación y depen-
de la ‘seguridad alimentaria’, propuesta por la dencia entre ésta y los seres humanos, al tiem-
FAO, que sólo se refiere al derecho de todas po que busca la justicia social o lo que Alberto
las personas a tener alimentos suficientes y nu- Acosta denomina el ‘socio-biocentrismo’.
tritivos, pero sin preocuparse por la forma en Cuarto, la reivindicación de otras formas
que estos alimentos son producidos y distri- de producción de conocimiento que emergen
buidos (Borras, 2009; Desmerais, 2007). Por lo de los grupos subalternos, en este caso, el co-
tanto, en el centro de la unidad en la diferencia nocimiento situado en las formas de vida y
existe todavía un fuerte énfasis en la economía producción de las comunidades campesinas,
política, y el reconocimiento de que, a pesar de indígenas y afro-descendientes.

70 Otra Economía, vol. 5, n. 8, enero-junio 2011


Laura María Gutiérrez Escobar

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