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Síndrome de Abstinencia a Cocaína (SAC)

Dra Bibiana Marrone

En los últimos años, se ha incrementado progresivamente el consumo indebido de sustancias


en niños y adolescentes, por lo que la consulta en guardia se ha transformado en una urgencia
compleja para el personal de área crítica, por su difícil diagnóstico y manejo. La droga más
frecuente de consumo en niños y adolescentes es la cocaína, por lo que sólo haré mención al
cuadro de abstinencia aguda a esta droga.
Se define como Síndrome de Abstinencia (SA) al “conjunto de síntomas predecibles, que
puede presentarse en un individuo, que disminuye o aumenta abruptamente alguna droga
activa en el sistema nervioso central”.
El SA reúne determinadas características:
Son específicas para cada droga;
Se toma una misma sustancia o parecida para aliviar los síntomas;
Incluye síntomas físicos, psicológicos y un deseo intenso de consumir la sustancia;
Implica un cambio adaptativo en el sistema nervioso del consumidor debido a la ausencia de la
sustancia,
Y cada grupo de sustancias producen síntomas característicos que en general son opuestos a
los efectos que producía.
Las sustancias que producen síndrome de abstinencia son múltiples: (alcohol, anfetaminas,
cocaína, nicotina, opioides y sedantes, neurolépticos) y muchas veces se combinan entre sí
dando síntomas que se mezclan con el de las distintas sustancias.
La cocaína es un alcaloide de sabor amargo que se extrae de las hojas de coca y se presenta en
diferentes formas: las más frecuentes son el clorhidrato de cocaína, la pasta base, el té de coca
y el crack, y sus vías de administración pueden ser la oral, la inhalatoria y la endovenosa. Tiene
acción anestésica local. Se la conoce como la blanca, nieve, champagne ó polvo dorado.
La pasta base o “Paco” son las hojas de cocaína procesadas con gasolina, y posteriormente con
ácido sulfúrico, lo que le da el efecto tan destructivo a este compuesto.
El clorhidrato de cocaína es hidrosoluble, de consumo intranasal (snifado).
El té de coca tiene una concentración de cocaína entre 0,13 y 0,60 %.
La vía de administración determina la velocidad de comienzo de la acción, la concentración en
sangre y la duración de los efectos.
La excreción urinaria representa el 90% de la dosis consumida.
El cuadro de abstinencia presenta importantes efectos adversos sistémicos (hipertensión,
infartos, arritmias), y a nivel del sistema nervioso central sus mayores manifestaciones son
convulsiones, ACV, episodios psicóticos y crisis de ansiedad.

La fase aguda (abstinencia aguda), aparece al cabo de 6 a 12hs y dura hasta 4 días. Es una
etapa de hundimiento psíquico y físico con reducción progresiva del deseo de consumo de
droga.
La sintomatología psíquica de esa etapa es la depresión, la dificultad para concentrarse, el
aturdimiento, la labilidad emocional (irritabilidad y ansiedad) y la amnesia.
Síntomas físicos: trastornos de la coordinación y la marcha, vértigo, disartria, taquicardia
Síntomas compensatorios: hipersomnia, bulimia, astenia, anhedonia, craving

Podemos definir 3 etapas en la fase aguda:


Inicial: agitación, depresión, anorexia, deseo de droga (“craving”)
Media: fatiga, depresión, anorexia, disforia, sueño, “no deseo de droga”
Tardía: agotamiento, hipersomnia, hiperfagia, no deseo de droga.

Realizar un correcto diagnóstico determinará el tratamiento a seguir, ya que no es el mismo


que para otras sustancias de consumo.
La evaluación/atención del paciente requiere la intervención de todo el equipo de Salud
Mental conjuntamente con distintas disciplinas médicas y no médicas. Cada una con sus
funciones específicas y diferentes miradas permiten un abordaje integral. La evaluación clínica
no es menor, por las complicaciones cardiológicas, neurológicas ó metabólicas frecuentes.
Se deberán realizar análisis de rutina, control de signos vitales (TA, FC, FR, T°) y estudios
complementarios (ECG, Rx de tórax). Muchas veces se utilizan tiras reactivas en orina que
permiten determinar el tipo de sustancia consumida. Es frecuente el uso de psicofármacos y a
veces contención mecánica por el cuadro de agitación que pone en riesgo al propio paciente y
al personal que lo asiste. Es conveniente realizar la evaluación psiquiátrica y toxicológica en
forma conjunta, para evitar generar mayor inquietud en el paciente.
La mejoría del episodio depende de varios factores, y puede requerir una internación en
guardia por 48 a 72hs.

Caso clínico
Paciente de 15 años, en situación de calle ingresa a la guardia traído por personal de Desarrollo
Social, refiriendo que lo encontraron durmiendo en la plaza.

Ni el personal que lo acompaña ni el paciente pueden precisar qué consumió en las últimas
24hs, tampoco aportan datos de la historia previa.

El paciente ingresa gritando que se quiere ir; intenta escaparse y es muy difícil calmarlo por lo
que junto a la psicóloga se le explica porqué está allí; finalmente se tranquiliza. Comenzamos la
entrevista conjuntamente con toxicología: colabora muy poco y no da mucha información.
Reconoce que habitualmente consume paco y Poxiran, no precisa en que cantidades ni desde
cuando. Sí que en todo el día no consumió porque no tenía dinero para comprarlo. El paciente
está inquieto, nervioso, con dificultades al hablar, irritable, por momentos se enoja y pide que
lo dejemos tranquilo, que lo dejemos ir a la plaza a fumar. Nuevamente se tranquiliza, dice
que tiene hambre y que nos vayamos que quiere dormir.

Se pide la evaluación del médico clínico, quién solicita control de la presión arterial y otros
signos vitales, ECG, análisis de sangre, placa de tórax, y una orina, la que da positiva para
cocaína. El resto de los exámenes y estudios son normales. Finalmente el paciente se duerme,
no requiriendo en este caso intervención farmacológica.

Luego se despierta enojado, gritando: “déjenme, no quiere estar acá”. Nuevamente se duerme
y permanecerá en observación, evaluando a lo largo de las horas su evolución.

En resumen, el sdme de abstinencia a cocaína se solapa con efectos de otros tipos de


sustancias por el consumo simultáneo. Disforia, depresión, insomnio, irritabilidad, astenia,
ansiedad, hiperfagia, suelen ser las manifestaciones más habituales. El tratamiento en la
urgencia requiere la participación de un equipo interdisciplinario con tratamientos de soporte
clínico-farmacológico para su estabilización y recuperación.

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