Un ingeniero de alimentos se encuentra calificado para diseñar, organizar y dirigir
establecimientos industriales donde las materias primas se someten a
transformaciones físicas, químicas y microbiológicas para la producción de alimentos o sustancias que forman parte de los mismos. Su formación le permite proyectar y controlar sistemas, maquinarias e instrumentos de establecimientos industriales en los que se involucre la fabricación, fraccionamiento o envasado de productos alimenticios. Entre sus objetivos, estará el de investigar y desarrollar técnicas de fabricación, transformación y fraccionamiento de alimentos con el fin de alcanzar un mejor aprovechamiento de los recursos naturales y de las materias primas. Estará a cargo de los controles de calidad de los productos elaborados y sus materias primas y participará en la elaboración de normas alimenticias y en el control de su cumplimiento, dentro de los productos elaborados por los ingenieros de alimentos están las bebidas energéticas que son bebidas sin alcohol y con algunas virtudes estimulantes que desde hace más de una década salieron al mercado mundial, ofreciendo al consumidor el evitar o disminuir la fatiga y el agotamiento, además de aumentar la habilidad mental y desintoxicar el cuerpo. Están compuestas principalmente por cafeína, varias vitaminas, carbohidratos y otras sustancias naturales orgánicas como la taurina, que eliminan la sensación de agotamiento de la persona que las consume. No se deben confundir con las bebidas re-hidratantes ni con otro tipo de bebidas como las gaseosas, ya que inclusive en los mismos envases se advierte que no se consideran bebidas hidratantes. Por contener altas dosis de cafeína pueden producir dependencia.
Parte de la sensación de bienestar producida por las bebidas energéticas es
causada por un efecto energético que se produce por la acción de sustancias psicoactivas (siendo la cafeína, un alcaloide, uno de los ingredientes en estas bebidas) que actúan sobre el sistema nervioso central, inhibiendo los neurotransmisores encargados de transmitir las sensaciones de cansancio, sueño, etc., y potenciando aquellos relacionados con las sensaciones de bienestar y la concentración. La cafeína, por ejemplo, logra aumentar los niveles extracelulares de los neurotransmisores noradrenalina y dopamina en la corteza prefrontal del cerebro, lo que explica buena parte de sus efectos favorables sobre la concentración.
Si bien estas bebidas incluyen en su composición glucosa y otros azúcares que
proporcionan energía al cuerpo (excepto las versiones dietéticas), no eliminan realmente la fatiga muscular ni el agotamiento en general, solamente inhibe temporalmente estas sensaciones, por lo tanto es normal una sensación de decaimiento una vez que acaba su efecto en el organismo. Por otra parte las bebidas deportivas contienen carbohidratos, electrolitos, minerales, vitaminas y saborizantes cuyo objetivo es reponer la pérdida de agua y electrolitos (sodio, potasio) producida durante el ejercicio a través del sudor. Las concentraciones de carbohidratos y electrolitos están formuladas para permitir una absorción máxima del fluído a través del tracto gastrointestinal.