Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
habían sido más o menos cordiales, tal y como demuestran los varios tratados que habían
firmado (509 a.C., 306 a.C. y 278 a.C. —este último para ofrecerse ayuda mutua ante los
ataques realizados por Pirro en la Magna Grecia y Sicilia—). Tras la expulsión de Pirro de la
zona, Roma ocupó el territorio del sur de la península, por lo que se vio obligada a defender los
intereses de las ciudades griegas frente a los cartagineses. A partir de aquí las buenas relaciones
entre ambas potencias se truncaron.
PERÍODO DE ENTREGUERRAS.
Cartago mantuvo varias guerras contra los mercenarios —muchos de los cuales buscaron apoyo
en Roma—, cuyas consecuencias negativas supusieron que Cerdeña y Córcega pasaran el 238
a.C. a ser nuevas provincias romanas.
Tras la Primera Guerra Púnica los cartagineses recuperaron el poder militar y económico gracias
a la conquista de la Península Ibérica, mientras que los romanos afianzaron las fronteras
interiores de la Península Italiana. Los romanos querían eliminar a cualquier adversario sobre el
control del comercio del Mediterráneo y los cartagineses querían recuperar las posiciones
perdidas en la anterior guerra.
Ambas potencias necesitaban un casus belli y, para ello, Roma intervino en los asuntos de
Sagunto, ciudad de la órbita cartaginesa, hecho que contravenía el tratado del 241 a. C. entre
Roma y Cartago, que suponía la violación del respeto mutuo de los aliados de ambas potencias.
Sagunto se convirtió en la excusa perfecta para Roma. Tras sitiar Aníbal la ciudad de Sagunto,
Roma consideró que el tratado había sido violado, pues Sagunto tenía el estatus de aliada de
roma y por tanto, la acción militar contra ella contravenía los acuerdos del 241 a. C. En ese año
Sagunto no era aliada de Roma, pero los romanos interpretaron que el tratado incluía a los
futuros aliados, mientras que los cartagineses lo interpretaron como los aliados que tenían en el
momento de firmar el pacto entre Roma y Asdrúbal el 226 a.C. El río Ebro se convirtió en la
frontera entre romanos y cartagineses en Hispania. Los romanos firmaron el tratado del Ebro
porque no era el momento de enfrentarse a los cartagineses, ya que tenían problemas con las
tribus del Valle del Po y el conflicto con Iliria.