CHILE Y LA EVOLUCIÓN DE SUS FRONTERAS
Como sabemos, actualmente Chile limita al norte con Perú. Al este, con Bolivia y Argentina. Al
oeste con el océano Pacífico y al sur con el Polo Sur.
Los límites territoriales actuales de Chile son el resultado de tratados internacionales y
diversos procesos históricos que conformaron el territorio nacional desde antes de la
Independencia. Las fronteras con nuestros países vecinos comenzaron a definirse con mayor
importancia en el siglo XIX en un proceso histórico que buscaba consolidar, por un lado, la
soberanía de una república recién independizada, y por otro lado, establecer una
identidad nacional.
Durante la Colonia el territorio de Chile se extendió entre los paralelos 27º y 41º latitud Sur,
hasta que la Real Cédula de Carlos V del 29 de Septiembre de 1554 amplió la jurisdicción de
Pedro de Valdivia hasta el Estrecho de Magallanes. Al año siguiente se extendió el límite
hasta el Sur del Estrecho de Magallanes, sin especificar el territorio hasta entonces
desconocido. En agosto de 1563, una Real Cédula segregó Tucumán de la Capitanía
General de Chile, y en 1797 el Virreinato del Perú, por autorización de la Corona española, se
encargó de la defensa de la isla de Chiloé, que fue apartada de la jurisdicción de la Capitanía
chilena. Desde estas divisiones, el territorio chileno permaneció inalterable hasta
las Reformas Borbónicas de 1776, puesto que estas establecieron la creación del Virreinato de
Buenos Aires y la separación de la provincia de Cuyo del Reino de Chile.
Apoyados en el principio Utis Possidetis, proveniente del derecho romano, los gobernantes
del Chile independiente conservaron los límites definidos por la Corona española. Y así quedó
expresado en la Constitución de 1833:
“Artículo 1°. El territorio de Chile se extiende desde el desierto de Atacama hasta el Cabo de
Hornos, y desde las cordilleras de los Andes hasta el mar Pacífico, comprendiendo el
Archipiélago de Chiloé, todas las islas adyacentes, y las de Juan Fernández”. (Constitución
Política de la República Chilena, 1833).
Durante el siglo XIX los límites territoriales de Chile fueron modificándose como resultado de
diversos tratados con nuestros países vecinos.
Con Argentina se firmó el Tratado de Límites de 1881, que entregó la soberanía a Chile sobre
el Estrecho de Magallanes, pero cedió el derecho histórico de Chile sobre la Patagonia. Con
Perú, después de la Guerra del Pacífico, se firmó el Tratado de Lima de 1929, que estableció
el límite entre ambas naciones.
En la Antártica, Chile afirma la posesión de derechos soberanos sobre un territorio que se
ubica entre los 60° y los 90° latitud sur y entre los 53° y 90° longitud oeste.
En este territorio Chile respeta el Tratado Antártico de 1959, en que se estableció que el
territorio antártico podía ser utilizado solo con fines científicos y pacíficos.
“Además, el territorio insular chileno está constituido por cerca de seis mil islas continentales,
pertenecientes a la Placa Sudamericana, y por las islas oceánicas de San Félix y San Ambrosio,
pertenecientes a la Placa de Nazca y descubiertas por el capitán Juan Fernández en 1574,
quien descubrió el mismo año el Archipiélago que lleva su nombre.
Corresponden también a las islas oceánicas de soberanía chilena la Isla de Pascua, descubierta
en 1722 e incorporada a Chile en 1888, y la Isla Salas y Gómez, descubierta en 1793”.
Adaptado de www.memoriachilena.cl
CHILE Y LA EVOLUCIÓN DE SUS FRONTERAS
Como sabemos, actualmente Chile limita al norte con Perú. Al este, con Bolivia y Argentina. Al
oeste con el océano Pacífico y al sur con el Polo Sur.
Los límites territoriales actuales de Chile son el resultado de tratados internacionales y
diversos procesos históricos que conformaron el territorio nacional desde antes de la
Independencia. Las fronteras con nuestros países vecinos comenzaron a definirse con mayor
importancia en el siglo XIX en un proceso histórico que buscaba consolidar, por un lado, la
soberanía de una república recién independizada, y por otro lado, establecer una
identidad nacional.
Durante la Colonia el territorio de Chile se extendió entre los paralelos 27º y 41º latitud Sur,
hasta que la Real Cédula de Carlos V del 29 de Septiembre de 1554 amplió la jurisdicción de
Pedro de Valdivia hasta el Estrecho de Magallanes. Al año siguiente se extendió el límite
hasta el Sur del Estrecho de Magallanes, sin especificar el territorio hasta entonces
desconocido. En agosto de 1563, una Real Cédula segregó Tucumán de la Capitanía
General de Chile, y en 1797 el Virreinato del Perú, por autorización de la Corona española, se
encargó de la defensa de la isla de Chiloé, que fue apartada de la jurisdicción de la Capitanía
chilena. Desde estas divisiones, el territorio chileno permaneció inalterable hasta
las Reformas Borbónicas de 1776, puesto que estas establecieron la creación del Virreinato de
Buenos Aires y la separación de la provincia de Cuyo del Reino de Chile.
Apoyados en el principio Utis Possidetis, proveniente del derecho romano, los gobernantes
del Chile independiente conservaron los límites definidos por la Corona española. Y así quedó
expresado en la Constitución de 1833:
“Artículo 1°. El territorio de Chile se extiende desde el desierto de Atacama hasta el Cabo de
Hornos, y desde las cordilleras de los Andes hasta el mar Pacífico, comprendiendo el
Archipiélago de Chiloé, todas las islas adyacentes, y las de Juan Fernández”. (Constitución
Política de la República Chilena, 1833).
Durante el siglo XIX los límites territoriales de Chile fueron modificándose como resultado de
diversos tratados con nuestros países vecinos.
Con Argentina se firmó el Tratado de Límites de 1881, que entregó la soberanía a Chile sobre
el Estrecho de Magallanes, pero cedió el derecho histórico de Chile sobre la Patagonia. Con
Perú, después de la Guerra del Pacífico, se firmó el Tratado de Lima de 1929, que estableció
el límite entre ambas naciones.
En la Antártica, Chile afirma la posesión de derechos soberanos sobre un territorio que se
ubica entre los 60° y los 90° latitud sur y entre los 53° y 90° longitud oeste.
En este territorio Chile respeta el Tratado Antártico de 1959, en que se estableció que el
territorio antártico podía ser utilizado solo con fines científicos y pacíficos.
“Además, el territorio insular chileno está constituido por cerca de seis mil islas continentales,
pertenecientes a la Placa Sudamericana, y por las islas oceánicas de San Félix y San Ambrosio,
pertenecientes a la Placa de Nazca y descubiertas por el capitán Juan Fernández en 1574,
quien descubrió el mismo año el Archipiélago que lleva su nombre.
Corresponden también a las islas oceánicas de soberanía chilena la Isla de Pascua, descubierta
en 1722 e incorporada a Chile en 1888, y la Isla Salas y Gómez, descubierta en 1793”.
Adaptado de www.memoriachilena.cl