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Enfermedades relacionadas con la alimentación y las hormonas

Hiperlipemias

¿Qué son las hiperlipemias?


Las HIPERLIPEMIAS, son un conjunto de trastornos del
metabolismo de las grasas o lípidos, que se caracterizan por
un aumento en sangre de las mismas, principalmente del
colesterol y/o los triglicéridos. Aunque las Hiperlipemias en sí
mismas no causan síntomas, la importancia de diagnosticar estos
trastornos radica en la relación que tiene con el desarrollo de
arteriosclerosis o endurecimiento y oclusión de las arterias, lo que
se traduce en falta de riego sanguíneo al corazón o enfermedad
cardiovascular (angina de pecho, infarto de corazón), al cerebro o
enfermedad cerebrovascular (ictus cerebral), o enfermedad
arterial periférica por oclusión de las arterias en extremidades. En
caso de tener triglicéridos muy altos en sangre se pueden
producir pancreatitis. Las hipelipemias se pueden presentar a
cualquier edad, aunque son más frecuentes en adultos a partir de
los 50 años.

¿Qué síntomas presenta la hiperlipemia?


En la mayoría de los casos la elevación de grasas en la sangre no
produce síntomas agudos, por lo que es necesario realizar un
análisis de sangre para efectuar el diagnóstico. Es una
enfermedad silente que prácticamente no da síntomas hasta
que aparecen aquellos relacionados con enfermedad
cardiovascular como, dolor en el pecho por infarto de corazón,
perdida de conciencia, fuerza o sensibilidad, problemas en el
habla, en la visón etc. relacionados con la enfermedad cerebro
vascular, o dolores y frialdad en pies y piernas por falta de riego
sanguíneo en las mismas.
Cuando excepcionalmente las cifras de triglicéridos son muy
elevadas pueden producir episodios de dolor
abdominaldebido a pancreatitis, aumento de tamaño del hígado y
bazo y aparición de erupciones de grasa en la piel llamada
xantomatosis eruptiva. En caso de hipercolesterolemias severas
pueden aparecer nódulos o placas amarillentos por depósitos de
colesterol en tendones que se llaman xantomas o en los párpados
conocidos como xantelasmas.

Tratamiento de las hiperlipemias


El tratamientos de las hipelipemias generalmente es de por
vida, aunque en algunos casos de hipelipemias secundarias este
se puede suspender una vez resuelta la causa que lo originó. Se
tratan con medidas higiénico dietéticas basadas en la restricción
de grasas saturadas o de origen animal (nata, mantequilla,
manteca, tocino, carnes grasas embutidos grasos, quesos grasos,
foigras, aceites de palma y coco y bollería industrial) y grasas
trans de forma que no pasen del 7% del total de las calorías de la
dieta. También se debe controlar el colesterol de la dieta de forma
que no pase de 300 mg diarios (yema de huevo, casquería). En
caso de triglicéridos altos es recomendable restringir además,
azúcares dulces y alcohol. Hay que hacer ejercicio físico
diariamente y vigilar el peso. Son recomendables dietas ricas
en carbohidratos de absorción lenta (legumbres, pasta,
cereales integrales, verduras, frutas), tomar aceite de oliva virgen
como grasa principal y alimentos proteicos principalmente
pescados, carnes blancas y aves. Son recomendables alimentos
ricos en ácidos grasos Ω3, como pescados azules y frutos secos.
Dentro de las bebidas, solo se recomienda vino tinto con
moderación. Se pueden utilizar productos (yogures, margarinas
etc.) con esteroles o estanoles vegetales.
El tratamiento farmacológico consiste en el uso de las
estatinas (simvastatina, atorvastatina, rosuvastatina, pitivastatina)
para disminuir el riesgo cardiovascular. En el caso de un nivel
muy alto de triglicéridos se usan los fibratos. En casos extremos,
bajo supervisión del experto, se pueden utilizar las estatinas y los
fibratos juntos, lo que puede aumentar el riesgo de daño muscular
o miopatía. Estos fármacos tienen claramente demostrada su
eficacia y seguridad en el tratamiento y prevención de la
enfermedad cardiovascular. El resto de tratamientos, naturales,
fitoterapias etc, no.

Causas de las hiperlipemias


Las hiperlipemias pueden ser de origen genético, en cuyo caso
se denomina hiperlipemias primarias, o bien ser secundarias a
otras enfermedades o toma de fármacos. Las formas primarias
afectan a un 5% de la población, pueden presentarse desde los
primeros años de vida, y siempre hay historia familiar previa de
grasas altas en sangre o de enfermedad cardiovascular o
pancreatitis. A este tipo pertenecen la hipercolesterolemia familiar,
la hipertrigliceridemia familiar y la hiperlipemia familiar
combinada. Las hiperlipemias secundarias suelen asociarse a
otras enfermedadescomo la diabetes mellitus
descompensada, al hipotiroidismo, al síndrome nefrótico,
insuficiencia renal crónica, a la ictericia obstructiva, a la anorexia
nerviosa, al lupus eritematoso. También aparecen asociadas a el
alcoholismo y tabaquismo, y al tratamiento con anticonceptivos
orales, diuréticos como las tiazidas, o fármacos antipsicóticos
como la clonzapina y olanzapina, y a fármacos antivirales que se
utilizan en pacientes con HIV

Prevención de la hiperlimias
La prevención de las hipelipemias debe hacerse mediante
diagnostico precoz (analítica de sangre) en personas jóvenes con
factores de riesgo cardiovascular.

En población general sin antecedentes de riesgo cardiovascular


es necesario evitar la obesidad, realizar una dieta sana baja en
grasas saturada de origen animal y azucares y mantener un estilo
de vida activa realizando actividad física diariamente.

Es importante así mismo evitar el tabaco y vigilar la tensión


arterial.

Obesidad

¿Qué es la obesidad?
La obesidad se define como un aumento de composición de
grasa corporal. Este aumento se traduce en un incremento del
peso y aunque no todo incremento del peso corporal es debido a
un aumento del tejido adiposo, en la práctica médica el concepto
de obesidad está relacionado con el peso corporal. La obesidad
debe ser entendida como una enfermedad crónica, de forma
semejante que lo es la diabetes mellitus o la hipertensión arterial.
La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y
multifactorial, que suele iniciarse en la infancia y adolescencia, y
que tiene su origen en una interacción genética y ambiental,
siendo más importante la parte ambiental o conductual, que
se establece por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto
energético.
La obesidad es la enfermedad metabólica más prevalente del
mundo occidental y es fuente de una gran morbimortalidad y
costes.

El incremento del riesgo de mortalidad en relación a la obesidad


está, en parte, asociado a las alteraciones que constituyen el
denominado síndrome metabólico.

Los efectos económicos de la obesidad son muy


importantes. El coste económico atribuido a la obesidad incluye
el coste directo (atención a las enfermedades relacionadas con la
obesidad) y el indirecto (por pérdida de productividad laboral).

Epidemiología
Según la OMS, en la actualidad 1200 millones de personas
tienen problemas de sobrepeso/obesidad y, aproximadamente
el mismo número de personas sufre desnutrición. De continuar
este proceso de sobrecarga ponderal con la tendencia actual, en
el año 2040 la totalidad de la población europea tendría
sobrepeso. En España la Encuesta Nacional de Salud (ENS,
2013) refleja que un 27,8% de la población española que tiene
entre 2 y 17 años, padece obesidad y sobrepeso, y se manifiesta
de forma similar en ambos sexos. En la población adulta, la
obesidad afecta ya al 17% de la población de 18 y más años
(18% de los varones y 16% de las mujeres). Desde la primera
Encuesta Nacional de Salud en 1987, la obesidad sigue una línea
ascendente en ambos sexos, más marcada en hombres que en
mujeres.
Los factores educativos, sociales y económicos también están
impactando de manera diferente en las cifras españolas: así la
obesidad crece según se desciende en la escala social, y el nivel
educativo es menor.

 Grados de obesidad
 Según el Indice de Masa Corporal
 I.M.C.
 18,5-24,9 Kg/m2 Normopeso
 25-26,9 Kg/m2 Sobrepeso grado I
 27-29,9 Kg/m2 Sobrepeso grado II
 30-34,9 Kg/m2 Obesidad tipo I
 35-39,9 Kg/m2 Obesidad tipo II
 40-49,9 Kg/m2 Obesidad tipo III o mórbida
 50 Kg/m2 Obesidad tipo IV o extrema
 ¿Cuál es la relacion entre la obesidad y el
cáncer?
Los pacientes obesos tienen un mayor riesgo de padecer
ciertas neoplasias, especialmente de tumores
hormonodependientes. En mujeres obesas es más frecuente el
cáncer de endometrio, el de mama y el de vesícula biliar. En los
hombres el cáncer de próstata, y en ambos sexos el de colon y
recto.

Tratamiento de la obesidad
Las principales herramientas terapéuticas de las que se dispone
para luchar contra la obesidad son el tratamiento dietético, base
irrenunciable de la terapia, la educación y modificación de la
conducta, el incremento de la actividad física, la lucha contra el
sedentarismo y la escasísima terapia farmacológica disponible.

El incremento de la prevalencia de la obesidad en los países


occidentales no ha sido paralelo al desarrollo de nuevos
fármacos eficaces y seguros a largo plazo para el tratamiento del
exceso de peso más allá de los cambios en el estilo de vida.
Muchos de los fármacos que se han utilizado para el tratamiento
de la obesidad fueron retirados por efectos secundarios
indeseables para la salud a largo plazo. En Europa está
comercializado el orlistat, como único fármaco para el
tratamiento de la obesidad. En Estados Unidos para tratamiento a
corto plazo están disponibles el dietilpropion y fentermina.
Recientemente la FDA aprobó la lorcaserina y la combinación de
fentermina y topiramato.
Tratamiento quirúrgico

40 Kg/mLos criterios para cirugía bariátrica son: edad 18-65


años; IMC 2 35 kg/mó IMC 2 con comorbilidades mayores
asociadas mejorables tras la pérdida ponderal; fracasos
continuados a tratamientos convencionales supervisados;
ausencia de trastornos endocrinos causantes de la obesidad y
estabilidad psicológica y capacidad para comprender,
comprometerse y adherirse a los cambios que supone la cirugía
bariátrica.

Las diferentes opciones quirúrgicas pueden clasificarse en las


categorías siguientes:

-procedimientos restrictivos

-procedimientos malabsortivos

-procedimientos mixtos, restrictivos y malabsortivos..

Los diferentes procedimientos pueden realizarse tanto por vía


abierta (laparotomía), como por vía laparoscópica.
Entre los procedimientos restrictivos cuyo objetivo es inducir una
sensación de saciedad temprana, con un consumo limitado de
alimentos, sin alterar la fisiología digestiva están: la banda
gástrica ajustable laparóscopica, la gastroplastia vertical en banda
o anillada, la gastrectomía tubular o tubo gástrico.

Entre los procedimientos malabsortivos están la derivación


yeyunoilelal y otras formas de bypass intestinal. Estas técnicas se
han ido abandonando debido a una tasa inaceptable de
complicaciones.

Los procedimientos mixtos asocian una derivación gastrointestinal


al componente restrictivo gástrico con el objeto de modificar la
fisiología del proceso digestivo y disminuir parcialmente la
absorción de nutrientes. Entre estos procedimientos están: la
derivación gástrica o by pass gástrico en “Y” de Roux
(preferentemente restrictiva y parcialmente malabsortiva) y la
derivación biliopancreática (parcialmente restrictiva y
preferentemente malabsortiva) que incluye la DBP de Scopinaro y
sus variantes y la DBP de Larrad.

Causas de la obesidad
La obesidad en sí misma es un factor de riesgo para la salud de
la población, que influye en el desarrollo y en la progresión de
diversas enfermedades contribuyendo a reducir la esperanza de
vida en los individuos obesos, que empeora su calidad de vida,
que limita en gran medida su actividad y que provoca además
problemas de autoestima, movilidad, relación social, laboral y
sexual. Tres factores influyen directamente en este proceso: el
grado de obesidad, el tiempo de evolución de la misma, y la
edad de los individuos obesos.
Existe una relación directa entre el IMC y el riesgo de
morbimortalidad de los obesos, que deriva de las patologías
asociadas y llega a convertir la obesidad en una enfermedad en sí
misma y de ahí el término “obesidad mórbida”.

¿Qué enfermedades están asociadas?

La obesidad se asocia a un gran número de enfermedades,


favoreciendo su aparición, facilitando su progresión y
empeorando su pronóstico, este hecho es especialmente
importante en la obesidad mórbida.

Alteraciones cardiovasculares
Dislipemias: La hipertrigliceridemia y la hipercolesterolemia,
especialmente a expensas de la fracción LDL son comunes en
pacientes con obesidad mórbida. La causa de aparición de
dislipemias en los pacientes con obesidad mórbida es mixta y
debida a múltiples factores. En los pacientes no tratados las
dislipemias favorecen los depósitos vasculares endoluminales de
ateromas y la aparición de cardiopatía isquémica y de
hipertensión arterial.
Cardiopatía isquémica. Se ve favorecida por la presencia
crónica de hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia de larga
evolución, así como la frecuente asociación de obesidad con la
diabetes mellitus tipo 2 y el síndrome de hipercoagulabilidad de la
sangre.
Hipertensión arterial
Estasis venoso con hipercoagulabilidad
Alteraciones endocrinas
Diabetes tipo 2. Un 90% de los pacientes diabéticos son obesos.
El índice de resolución completa de la DM2 tras cirugía bariátrica
es alto y depende en parte de la técnica quirúrgica utilizada.
Hipotiroidismo subclínico
Dismenorrea, alteración de la fertilidad y ovarios
poliquísticos en mujeres.
Síndrome metabólico
 Alteraciones digestivas

 Esteatosis hepática, esteatohepatitis y cirrosis hepática
 Colelitiasis y colecistitis aguda
 Reflujo gastroesofágico
 Alteraciones de la calidad de vida

 Procesos degenerativos osteoarticulares por sobrecarga


 Gota, por hiperuricemia mantenida y depósitos de ácido urico
 Incontinencia urinaria, por hiperpresión abdominal e hipotonía del
suelo pélvico
 Ulceras varicosas
 Alteraciones psicológicas, especialmente síndromes depresivos

Diabetes mellitus

¿Qué es la diabetes mellitus?


Bajo el término “diabetes mellitus” se engloban un grupo de
enfermedades metabólicascuyo nexo común es la
hiperglucemia debido a un déficit de la secreción de insulina, o
defectos de la acción de ésta o ambos trastornos.

Epidemiología de la diabetes
La diabetes mellitus es una de las enfermedades no
contagiosas más frecuentes del mundo. Es la cuarta causa de
muerte en la mayoría de países desarrollados y hay pruebas
sólidas de que tiene dimensiones epidémicas en muchos países
en desarrollo económico y de reciente industrialización. La
diabetes es, sin lugar a dudas, uno de los problemas sanitarios
más exigentes del siglo XXI.
Se calcula que la prevalencia mundial de la diabetes será del
9,9% en 2030 y el número de personas con diabetes en dicho
año podría alcanzar los 552 millones. Alrededor del 50% de la
enfermedad permanece sin diagnosticar.
La hiperglucemia crónica, incluso en ausencia de síntomas,
conlleva lesiones en múltiples tejidos con daños especialmente
sensibles en los pequeños vasos de la retina, los riñones y los
nervios periféricos. Por ello la diabetes es una de las principales
causas de ceguera, amputaciones y enfermedad renal terminal en
las sociedades desarrolladas.
En resumen, la diabetes es un problema sanitario mundial
frecuente y grave, el cual, en la mayoría de los países, se ha
desarrollado en paralelo a los rápidos cambios culturales y
sociales, el envejecimiento de la población, el aumento de la
urbanización, los cambios de dieta, la reducción de la actividad
física y otros comportamientos poco saludables. Este incremento
de la prevalencia de la enfermedad determina un coste
económico muy importante para la sociedad.

¿Cómo se clasifica la enfermedad?


La clasificación de la diabetes incluye cuatro tipologías clínicas:
Diabetes mellitus tipo 1 (DM1). Resulta de la destrucción de las
células beta del páncreas que suele provocar una deficiencia
absoluta de insulina. Representa el 5-10% de los casos de DM .

Diabetes mellitus tipo 2 (DM2). Resulta de un déficit progresivo


de la secreción de insulina, que se superpone a una situación
basal de resistencia a la misma. Supone el 90-95% de las formas
de DM. Se asocia en un 90% de los casos a obesidad.
Otros tipos específicos de diabetes por otras causas, como
alteraciones genéticas en la función de las células beta, defectos
genéticos en la acción de la insulina, enfermedades del páncreas
exocrino y diabetes inducida por fármacos o productos químicos
(como en el tratamiento VIH/SIDA o después de un trasplante de
órganos).

Diabetes mellitus gestacional (diagnosticada durante el


embarazo).

Tratamiento de la diabetes mellitus


El tratamiento personalizado es actualmente el paradigma en el
abordaje terapéutico de la diabetes tipo 2.

La educación diabetológica del paciente y sus familiares o


cuidadores constituye la base fundamental de todas las
intervenciones, que han de ser estructuradas y planificadas,
incluyendo recomendaciones sobre alimentación, ejercicio físico,
y tratamiento farmacológico.
El objetivo del control glucémico será establecido de forma
individualizada atendiendo a la edad del paciente, los años de
evolución de la enfermedad, la presencia de complicaciones
micro o macrovasculares, la comorbilidad asociada, así como a
las capacidades y recursos disponibles para conseguir dicho
objetivo.

Los objetivos terapéuticos deben orientarse hacia un abordaje


global e integral, para reducir el riesgo cardiovascular 100
mg/dl). 140/90 mm Hg) y de lípidos (LDL , las complicaciones
agudas y crónicas y para mejorar la calidad de vida. Es de vital
importancia el control de cifras de tensión arterial (
El tratamiento incluye antidiabéticos orales con diferentes
mecanismos de acción: sensibilizadores a la acción de la insulina
(biguanidas y glitazonas); reguladores de la secreción de insulina
(sulfonilureas y glinidas); inhibidores de la alfa-glucosidasa
(acarbosa); inhibidores del DPP-4; inhibidores del SGLT2
(derivados de la glifozina que actúan como glucosúricos.

Incluido en el arsenal terapéutico están también los agonistas de


los receptores GLP-1.
El tratamiento de la diabetes incluye además la utilización de la
insulina y de los análogos de insulina, bien de acción lenta o
rápida.

Los dispositivos de ICSI (Infusión Continua Subcutánea de


Insulina) son aparatos que albergan un reservorio de insulina
rápida que se dispensa de forma subcutánea de manera
continua. Se emplean en diabéticos tipo 1 que no se controlan
con el tratamiento insulínico habitual.
La posibilidad de utilizar la cirugía gastrointestinal como
tratamiento 35 Kg/mcapaz de revertir o mejorar la diabetes
mellitus se está realizando ya en la actualidad. La cirugía
metabólica se debería considerar en pacientes con obesidad (IMC
2
), especialmente si la DM2 o sus comorbilidades son difíciles de
controlar con cambios en el estilo de vida y tratamiento
farmacológico.

Causas y complicaciones de la diabetes mellitus


El aumento significativo en la esperanza de vida de la población
diabética, consecuencia del empleo generalizado de la insulina y
los antidiabéticos orales, ha dado lugar a una mayor prevalencia
de las denominadas complicaciones crónicas de la diabetes
mellitus.

Las complicaciones crónicas de la diabetes se pueden clasificar


en:
complicaciones microvasculares: nefropatía diabética, neuropatía
diabética y retinopatía diabética.
complicaciones macrovasculares: arteriopatía periférica,
enfermedad cerebrovascular, cardiopatía isquémica y
miocardiopatía diabética.
complicaciones no vasculares: glaucoma, cataratas, necrosis
papilar renal, infecciones urinarias, lesiones cutáneas.
Complicaciones agudas de la diabetes mellitus

Son: la cetoacidosis diabética, el síndrome hiperglucémico


hiperosmolar y lahipoglucemia.
La cetoacidosis diabética es una complicación metabólica aguda
propia de la diabetes mellitus tipo 1 (también puede ocurrir en la
tipo 2 bajo condiciones de estrés extremo (infección grave,
traumatismo o emergencia cardiovascular).

El síndrome hiperglucémico hiperosmolar es más frecuente en


pacientes ancianos con DM2.

La hipoglucemia se debe definir por la presencia de la triada


de Whipple: síntomas de hipoglucemia (adrenérgicos o
neurogénicos y neuroglucopénicos); baja concentración de
glucosa (glucosa en plasma venoso 50 mg/dl y 70 mg/dl si se
trata de paciente diabético) y mejoría de los síntomas tras la
normalización de los niveles de glucemia.
Trastornos alimenticios

Qué son los trastornos alimenticios


Los trastornos de la alimentación (TCA) son trastornos mentales
que afectan principalmente a mujeres (90% de los casos),
mayoritariamente de edades comprendidas entre los 13 y 25
años, si bien no son infrecuentes los casos que se inician de
forma temprana (<12 años) o tardíamente (>26 años). La
prevalencia de los distintos tipos de TCA en nuestro país oscila
entre el 4.1% y el 6.4%. Si nos centramos en los distintos subtipos
diagnósticos, la prevalencia de la Anorexia nerviosa en mujeres
se sitúa entre el 0.14% y el 0.9%, la de la Bulimia nerviosa, entre
el 0.41% y el 2.9% y la de lo cuadros parciales (denominados
Trastornos de la Conducta Alimentaria no especificados) entre el
2.7% y el 5.3%. Estas tasas son similares a las observadas en
Europa y en EEUU.

En las últimas décadas, la clasificación diagnóstica de los TCA ha


ido experimentando una serie de cambios. En base a la versión
actualizada del Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales
(APA, 2013), los TCA se clasificarían principalmente en varios
grupos: Anorexia nerviosa (AN), Bulimia nerviosa (BN), Trastorno
por Atracón (TA), Trastorno del Conducta Alimentaria No
Especificado (TCANE), Trastornos de la ingestión y de la
conducta alimentaria de la infancia o la niñez (tales como pica,
trastorno de rumiación y trastorno de consumo restrictivo/evitativo
de la comida).

Síntomas de trastorno alimenticio


En general, si bien los distintos TCA suelen presentar de forma
común varios de los síntomas, tales como preocupación por el
peso, figura y alimentación, éstos variarán en función del
diagnóstico. En el caso de la AN, los síntomas físicos y
conductuales más evidentes serán: miedo a aumentar de peso a
pesar de encontrase en claro bajo peso, preocupación continua
por este tema y la figura, y restricción alimentaria, intercalada o no
por períodos de sobreingesta y/o vómitos. La BN, presenta como
característica principal, la presencia de atracones regulares
(episodios de sobreingesta voraz), con pérdida de control sobre
esta conducta y posterior conducta compensatoria de vómito y/u
otro tipo de conducta de purga. En el caso de TA, la característica
principal será la presencia de atracones, de forma regular y
periódica, sin presencia de conducta compensatoria posterior.
Consecuentemente, la mayoría de estos pacientes se
encontrarán en obesidad (85-90% de casos).

Los TCA suelen presentar comorbilidades, y presentarse de forma


paralela, con otros trastornos mentales, tales como trastornos
afectivos, trastornos de ansiedad, trastornos de personalidad,
trastornos del control de los impulsos y abuso de sustancias.

Tratamientos de los trastornos de la conducta


alimentaria
En general, los estudios coinciden en establecer como objetivos
prioritarios de sus intervenciones, la restauración o normalización
del peso (en AN) y/o conducta alimentaria, la consecución y
mantenimiento de estados nutricionales adecuados, el tratamiento
de los factores desencadenantes y mantenedores (conductuales,
cognitivos y relacionales), el tratamiento de las complicaciones
somáticas, la psicoeducación sobre patrones alimentarios y
emocionales saludables, el tratamiento de los trastornos
comórbidos asociados (físicos y psíquicos), conseguir el soporte
familiar y la prevención de recaídas.

La terapia cognitivo-conductual (TCC) para los TCA es un


tratamiento eficaz, para pacientes con BN, TA y TCANE. En TA,
la TCC resulta eficaz para la remisión de atracones, sin embargo
no tanto para la modificación de peso. Finalmente, con respecto a
las pacientes con AN, no hay evidencias de que la TCC sea más
eficaz que otras terapias psicológicas. Si bien la TCC mejora el
peso y actitudes hacia la comida en estas pacientes, la eficacia
de tratamiento sigue siendo claramente insuficiente hasta el
momento. Los estudios sobre la eficacia de los fármacos en los
TCA es relativamente escasa y limitada. Teniendo en cuenta
estos condicionantes, los fármacos que han mostrado algún tipo
de beneficio, siempre como tratamiento combinado.

Algunos tratamientos novedosos que recientemente han


mostrado resultados prometedores en TCA englobarían los
siguientes: nuevas tecnologías y tratamientos basados en internet
(especialmente en fases iniciales y en casos de menor gravedad),
rehabilitación cognitiva y terapia centrada en las emociones.

Causas de trastornos alimenticios


Los TCA no presentan causas únicas que justifiquen su aparición,
sino factores múltiples de vulnerabilidad que favorecen su
eclosión especialmente durante la adolescencia. Estos factores
de riesgo son biológicos y genéticos (sistema serotoninérgico y
dopaminergico, sistema hormonal y endocrino, temperamento,
género), ambientales compartidos (estilos alimentarios familiares,
publicitarios, estilos familiares...) y ambientales no compartidos o
individuales (críticas respecto al físico, rasgos de personalidad,
hábitos alimentarios específicos, perfiles neuropsicológicos
disfuncionales, estresores, experiencias traumáticas).
 Prevención de los trastornos alimenticios
Los programas de prevención primaria específicos para los TCA
suelen incluir estrategias psicoeducativas, incremento de las
actitudes y pensamiento crítico hacia los mensajes expresados,
de forma más o menos explícita, a través de los medios de
comunicación (media literacy), técnicas de inducción y disonancia
e intervenciones orientadas a minimizar los factores de riesgo en
los TCA.

En el caso de los TCA, los grupos de riesgo presentan un perfil


sociodemográfico determinado por la edad (adolescentes y
jóvenes), por el género (mujeres), por las actividades
profesionales o recreativas que realizan. Hasta el momento, se
han explorado los programas dirigidos a poblaciones concretas
como los orientados a adolescentes, a mujeres con elevada
insatisfacción con su imagen, a mujeres con sintomatología
alimentaria subclínica o a mujeres atletas.

Hipercolesterolemia
¿Qué es la hipercolesterolemia?
El colesterol es una sustancia grasa que forma parte de un
conjunto denominado lípidos y es fundamental en el
mantenimiento de la estructura de las células del organismo y es
la base para la síntesis de otras sustancias como vitaminas u
hormonas sexuales.
La hipercolesterolemia consiste en la presencia de colesterol
en sangre por encima de los niveles considerados
normales. Estos niveles han sido establecidos en base a
estudios realizados en grupos muy amplios de población,
relacionando los niveles de colesterol con el riesgo de sufrir
enfermedades ocasionadas por la aterosclerosis (enfermedad
coronaria, enfermedad cerebrovascular isquémica y enfermedad
vascular periférica).
Los niveles de colesterol total no reflejan bien la situación de
riesgo ya que existe un colesterol “malo” que llamado LDL-
colesterol que refleja mejor el riesgo de padecer la enfermedad
aterosclerótica y se ha establecido como límite de normalidad 160
mg/dl, límite que desciende cuando se asocian otros factores de
riesgo como hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes mellitus.
Existe otro tipo de colesterol que denominamos “bueno” ó HDL-
colesterol y que al contrario que el anterior previene la
enfermedad aterosclerótica, porque su función es eliminar el
colesterol del organismo y a mayores niveles mayores existe
mayor protección.
Tabla de valores de lípidos en sangre:

Síntomas de la hipercolesterolemia
La hipercolesterolemia es una enfermedad asintomática hasta
que aparece la alteración cardiovascular que puede producir
(infarto, angina, etc.), aunque a veces pueden aparecer
acumulaciones cutáneas de colesterol (xantomas o
xantelasmas), si bien los xantelas pueden aparecer también en
personas con niveles normales de colesterol. Estos dos tipos de
alteraciones cutáneas relacionadas con la hipercolesterolemia
aparecen con una mayor frecuencia en aquellas que son debidas
a un defecto genético ya conocido, más que en la de carácter
poligénico.
Dada la importancia de la hipercolesterolemia como factor de
riesgo, aprovechando cualquier contacto con los servicios
sanitarios en el que se realice una analítica, conviene realizar
una determinación sérica de colesterol total y de
triglicéridos. Esta determinación es recomendable realizarla una
vez antes de los 35 años en varones y de los 45 años en mujeres,
y después con una periodicidad cada 5 o 6 años.

Tratamiento para la hipercolesterolemia


La hipercolesterolemia no puede curarse, pero si se pueden
mantener las cifras de colesterol dentro de los valores que se
consideran normales con el tratamiento adecuado, consiguiendo
que disminuya su efecto como factor de riesgo para las
enfermedades cardiovasculares.
El tratamiento de la hipercolesterolemia debe basarse en las
medidas higiénico-dietéticas y cuando estas no alcancen el
objetivo se debe añadir tratamiento farmacológico; este será
individualizado para cada persona, ya que se deben tener en
cuenta otros factores de riesgo, así como posibles patologías
asociadas.
Las medidas higiénico-dietéticas fundamentales son:

 No fumar.
 Seguir unos hábitos dietéticos de acuerdo con la denominada
“dieta mediterránea”.
 Reducir el consumo de grasas saturadas y el colesterol, y
aumentar el consumo de grasas monoinsaturadas.
 Consumir pescado al menos 3 días por semana, especialmente
pescado azul.
 Consumir diariamente alimentos con alto contenido en fibra (25-
30g/día).
 Realizar ejercicio físico aeróbico moderado (caminar, nadar, subir
escaleras, bailar), un mínimo de 30 minutos 5 días a la semana,
con una intensidad de 60-80% de la frecuencia cardiaca máxima.
Los fármacos hipolipemiantes de elección son las estatinas,
fármacos que han demostrado reducir los episodios coronarios y
la mortalidad coronaria. Si no se consigue disminuir el colesterol
LDL (colesterol malo) con la dosis máxima de una estatina, es
preciso cambiar a otra más potente, o asociar una estatina a una
resina o ezetimibe.

Causas de la hipercolesterolemia
El origen del colesterol en el organismo tiene dos fuentes, la
externa que proviene de la dieta, y la interna que se produce el
propio organismo, principalmente en el hígado. Debido a que el
organismo puede producir su propio colesterol, existe la
posibilidad que personas, que no consuman exceso de colesterol,
tengan niveles sanguíneos elevados por tener algún desorden
genético-metabólico que da lugar a dicha elevación ó aumento de
la producción en el hígado ó alteración de la eliminación a través
de la bilis. Asimismo, se pueden distinguir dos tipos de
hipercolesterolemia:
Primaria: derivada de problemas en los sistemas metabólicos del
colesterol y factores genéticos antes referidos.
Secundaria: el aumento de colesterol se asocia a enfermedades
hepáticas, endocrinas (diabetes mellitus, hipotiroidismo…) y
renales (síndrome nefrótico o insuficiencia renal crónica).
Además, existen fármacos que pueden aumentar los niveles de
colesterol LDL, favoreciendo el desarrollo de hipercolesterolemia,
como son los esteroides anabolizantes, anticonceptivos, los
betabloqueantes y algunos fármacos antihipertensivos.
Existen numerosos trastornos que pueden ocasionar
hipercolesterolemias graves, si bien su desarrollo se debe
normalmente a factores genéticos. Dentro de las formas más
importantes de colesterolemia se encuentran la
hipercolesterolemia familiar heterocigota, la hipercolesterolemia
poligénica grave, y la hipercolesterolemia familiar combinada.

Cómo prevenir la hipercolesterolemia


La prevención es fundamental, ya que el desarrollo de la
enfermedad cardiovascular se fragua en el transcurso de muchos
años y la aparición de los síntomas de la enfermedad no es más
que la etapa final de un proceso que podemos evitar, o
retrasar, con una dieta y un estilo de vida cardiosaludable, la
realización de un ejercicio moderado. Estas dos acciones ayudan
también a prevenir o controlar otros factores de riesgo para las
enfermedades cardiovasculares que, con una cierta frecuencia,
se asocian a la hipercolesterolemia, como son la hipertensión, la
diabetes o la obesidad.

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