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La música en la Edad Media presenta dos áreas: La música religiosa representada por el
canto gregoriano y la música profana o popular representada por los trovadores, troveros,
juglares y goliardos.
El canto gregoriano, las canciones de los trovadores y las melodías profanas y religiosas de
la Edad Media son esencialmente monódicas (una sola voz). Simultáneamente sin embargo,
se da el principio de la Polifonía, que se convierte en el medio de expresión musical decisivo,
por no decir exclusivo de la moderna civilización europea.
La polifonía consistía en superponer dos, tres o cuatro voces cantadas de forma paralela.
Con el avance de los órganos, se llegó a mediados del S. XII, a concebir un tipo de
composición caracterizado por el uso de una voz principal (tenor), que servirá de juego a los
restantes para dar estructura a la obra.
Dicha estructura estaba cimentada sobre los principios del contrapunto ( punctum contra
punctum), es decir, nota contra nota.
En Francia con motivo de las CRUZADAS, surgen los TROVADORES, que eran poetas
músicos instruidos en monasterios y escuelas episcopales, pues eran de origen noble; le
cantaban al amor cortés, un amor idealizado en el que se elogia a la mujer; pero también
le cantan al espíritu caballeresco, a los héroes de las cruzadas; cantaban en lengua
vernacular y se acompañaban de un instrumento de cuerda (viola, cítara, etc.), que hacía
de soporte de la voz.
Los trovadores aparecen en las postrimerías del S.XI, cuando en Europa empezaba a
disfrutarse de un tiempo de paz en la zona de Provenza, siendo el primer trovador
conocido GUILLERMO IX, duque de Aquitania, así mismo, se destaca a RICARDO
CORAZÓN DE LEÓN. Llegaron a su mayor esplendor alrededor de 1 200.
- Hacia el Norte de Francia, donde se llamaron troveros; cabe destacar entre ellos a
Ricardo Corazón de León.
- Hacia el Este llegando al Norte de Italia.
- Hacia el Sur, estableciéndose especialmente: En Galicia, donde las canciones se
llamaron cantigas. Es preciso citar a Alfonso X “El Sabio”, en cuya corte se redactaron
las famosas cantigas Cantigas de Santa María.
Juntamente con los trovadores surgen los JUGLARES, personajes medio cronistas, actores
y músicos, que iban de lugar en lugar, distrayendo al pueblo durante las ferias, cantando
También surgen los GOLIARDOS, quienes eran clérigos o estudiantes vagabundos que
llevaban una vida desordenada o irregular.
Se conoce como Goliardos a los monjes que habían abandonado sus conventos, pedían
limosna y vagabundeaban de una región a otra. Durante su estancia en los conventos
habían recibido la doble formación musical y literaria y explotaban sus conocimientos en
una serie de canciones por lo general dedicadas al vino, a la comida y al amor. Sus textos
estaban llenos de burlas dirigidas al clero, a la vida monástica y a las costumbres
religiosas. Se dirigen a un estrato social muy concreto y se ha dicho de ellos, llamados
también “clerici vagante”, que suponen una primera muestra de contracultura.
Gran parte de las canciones de los goliardos se ha perdido, pero nos han llegado
testimonios de sus obras desde el S. XI. El primero que fue localizado es el manuscrito de
Munich, que procede de la abadía de Beurón, y se conoce con el nombre de Carmina
Burana, fechado en el S. XII.
La poesía de los Goliardos escrita en lengua latina y contenida entre otras colecciones, en
los CARMINA BURANA (S.XII), canta los placeres de la vida y el amor, parodia himnos
litúrgicos y satiriza a las personalidades políticas y eclesiásticas.
A Alfonso X, Rey de Castilla y León, se le conoce con el sobrenombre de “El Sabio”, por el
gran papel desarrollado en su scriptorium. Una de las manifestaciones de su buen juicio
fue la de admitir a trabajar en su corte a judíos, árabes y cristianos; eruditos que
realizaron una labor muy importante y significativa del momento histórico de convivencia
de estas culturas.
Una de las obras salidas del escritorio fue la colección de las Cantigas a Santa María. En el
prólogo, Alfonso X pide a la “bella dama María” que quiera aceptarlo como trovador suyo.
Encontramos después más de 400 melodías dedicadas a la Virgen, que son un compendio
de la monodia medioeval europea, ya que, entre los cristianos trabajaron en la corte del
rey sabio, trovadores llegados de más allá de los Pirineos.
El texto de las cantigas, escrito en gallego, hace referencia en su mayor parte a milagros
de la Virgen narrados de forma legendaria. Se intercalan otras llamadas de loor en las
cuales se interrumpe la narración para alabar a la Virgen.
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