Está en la página 1de 10

Color del tiempo

Manuel Bolom
Ik’

Viene la noche sus laditos de vapor


viene lentamente pariendo niebla.
Señor de la noche
¿dónde ha quedado el color de tu huipil negro?
Acaso adorna la casa de los monos danzantes
acaso los ojos temidos del mapache
enmudece de espanto,
se hace agua la boca del jabalí
en el rastro de tu perfumado huipil.
Viene la lluvia sordamente
Viene la noche lengua de tapir
fruto silvestre
tempestad de alegría.
Viene el puma niño
viene los linajes danzadores
viene Bonampak el pintor de ropaje.
k’an

Chan
k’anel
amarillo
madurez
luz
fuego.

Vengo de dónde vienes madre del trueno


de las entrañas del cielo y de la tierra.
¿De qué barro me arrancaste?
¿De qué cántaro me acunaste?
¿Cómo era entonces mi lenguaje?
¿Era de culebra mi llanto?
Placenteramente me envuelvo en la oreja de la tierra amarilla,
de los libros amarillentos del tiempo
y escucha, la vida es la serpiente desnuda.
Bonampak

Desde la casa del pájaro jaguar


los monos danzan y aplauden
rumbosas y misteriosas.
Danzan los muertos y los jaguares divinizados
sobre las piedras blancas, amarillas y verdes gemidoras
a la hora de las luces bruñidas
hilan estrellas, y elevan albas.
Habitación del pájaro jaguar

Comencemos por los rincones donde tejieron la historia


hablemos de los muros y sus lienzos de piedra.
¿cual elijes?
¿el día o a noche?
¿el jaguar o el quetzal?
¿el retrato del prisionero
o la danza del mono y el jaguar?
Quiero el trono para continuar
la raíz de los linajes.
Mira la casa de piedra:
Permanece ahí en medio de la selva
con las sombras.
¿Con cuál habitación deseas quedarte?
¿aquella donde los gemidos de los monos
alguna vez fueron danzantes perfectos?
¿o el cuarto azul
donde se durmió el pájaro jaguar?
Deseo el templo de los frescos
esa roja , amarilla, azul, negra piedra
donde lluvias y quetzales se quedaron petrificados,
donde todavía transpiran la memoria
y no hay hojarasca que lo oculte.
Está saturado de susurros
ecos de linaje
desfigurados rostros
que se ocultan en el olvido.
Tsoj

Surjan de mí,
criaturas tenebrosas!
Pinten la casa al rojo vivo
de aurora, flor de fuego,
quetzal, baba del volcán
saliva de hormigas, cienos y hojarasca.
Que la sangre pura del corazón
viajen por los sueños,
lejos de lo posible y de lo desconocido.
¡Ven, animal de luz! ¡Mono quebrando ya la cáscara del canto¡
Como la roca roja me interrogo:
¿Quién advirtió que la sangre de mi corazón
se adhiera en la piel de la casa?
¿Cómo explicar que el rojo es el llanto del sol?
Hay un enjambre luminoso de rojo
que surgen en nuestras manos en el polen de la tierra,
hundamos nuestras manos para traer el polvo estelar.
Ahí está la selva de Bonampak

Salpicado de monos
y de gritos.
Un personaje espera que lo aborden
para su nueva era.
Es un sabio oxidado
conocedor del tiempo.
En su viaje a xibalba
trae momentos distintos
hasta el uñal de noche.
Chirriar y chirriar pasa el tiempo
algo sucede en la casa mayor.
los cangrejos , el venado, el tigrillo
se miran de reojo
para escuchar el son profundo de lo eterno
y harán danzar el sol.
Sak

Hilandera que tejes


con tus alegres designios
el hilo de la vida.
Mira como avanzas y avanzas
con el tiempo,
mira como arrastras
con paso indiferente
todo el clamor humano.
hilandera desteje,
o al menos,
detén la urdimbre hostil
pues aún vive la esperanza
deja en blanco
y que pinten el linaje
no nacido.
Yax

tsatal bonobil
yaxal bonobil
t’ujumal bonobil
nichimal bonobil
pits’ots’al te’
¿Cómo podría ofrecer a mi amada
el color del universo?
Maceración de hojas de índigo
los músculos presionan con la firme carne de añil
me alegra el corazón de haber puesto en sus ojos
de haber puesto en su mirada
de haber puesto en su lengua
una nueva ración de universo
en lo alto
bajo el ala del cielo
soportando el peso del sol y de las constelaciones
resistiendo el peso bruto de la neblina
pongo mi casa azul para ver los misterios y cantar
y celebrar la danza de las cosas terrestres
junto a mi amada
junto a la belleza de esas hojas que se asoman su color
pinto mi casa temporal bajo el brillo azul de las estrellas
bajo la gloria de los abuelos arboles
bajo el ojo de los pájaros
les vierto agua arcillosa
y hiervo el pigmento
El pintor

Vi un hombre sacando estrellas en


pozo de Bonam-pak’;
color polen de
flores, las guardaba en su morral viejo
para pintar historias en piedras:
jaguares danzantes
monos vociferando.
Contra una piedra quiebra sus dos manos al pintar:
deja esa piel de pigmento amarillo, y azul,
lo muele, lo aplica.
Cuando dibuja las manos
las caras y los ojos
de los hombres con lanza
se enrosca los miedos en su piel
como bejuco amargo.

También podría gustarte