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GESTIÓN PÚBLICA Y DERECHO DISCIPLINARIO

TRABAJO FASE No 2

Trabajo presentado al Doctor: FABIAN MENDOZA

En la materia de: GESTIÓN PÚBLICA Y DERECHO DISCIPLINARIO

Elaborado por:

MARIA CRISTINA FONSECA

GLADYS MOJICA

NUVIS NEGRETE VEGA

YESID MAURICIO ROMERO RAMIREZ

NATALIA KATHERINE SÁNCHEZ ALVARADO

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y ADISTANCIA – UNAD

ESCUELA DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS, CONTABLES, ECONÓMICAS Y DE

NEGOCIOS

ESPECIALIZACIÓN EN GESTIÓN PÚBLICA

OCTUBRE, 2014
¿Qué es un proceso disciplinario?

El proceso disciplinario en un conjunto de actividades encaminadas a investigar y sancionar

determinados comportamientos o conductas de los servidores públicos o particulares que ejerzan

funciones públicas, que conlleven al cumplimiento de deberes, extralimitaciones en el ejercicio de

derechos y funciones, incurrir en prohibiciones y violación del régimen de inhabilidades,

incompatibilidades, impedimentos y conflicto de intereses.

Fines del Derecho Disciplinario

Establece la Ley 734 de 2002, que " la finalidad de la ley disciplinaria es la de garantizar el

cumplimiento de los fines y funciones del Estado en relación con las conductas de los servidores

públicos que los afecten o pongan en peligro, lo cual se logra a través de la respectiva acción

disciplinaria".

Esta desde luego, se adelanta con el objeto de establecer la existencia de faltas disciplinarias,

entendidas como el incumplimiento de los deberes, el abuso o extra limitaciones de los derechos

y funciones, y la incursión en prohibiciones, impedimentos, inhabilidades y conflicto de intereses,

sin justificación alguna, de conformidad con el artículo 23 de la citada Ley.

Las conductas objeto de reproche del derecho disciplinario son aquellas que quebrantan

sustancialmente los deberes que impone el ejercicio de la función pública, contrariando los fines

esenciales del Estado Social y democrático de derecho.


Estructura De La Falta Disciplinaria

Esta se presenta cuando el servidor público, en ejercicio o por razón del cargo, realiza un

comportamiento contrario a derecho, injustificadamente, pues con su conducta; violenta normas

subjetivas de determinación es decir ir en contra de nuestra constitución de leyes, elementos que

conducen a la configuración de la infracción disciplinaria, esto es, a la suma de dos elementos

relevantes como son el acto ilícito sustancial más la culpabilidad en una de sus modalidades:

dolosa o culposa.

Toda persona que aspire a desempeñar una función pública, bien como servidor o particular, debe

tener claros los conceptos generales de aquellas categorías o normas subjetivas de determinación,

con el propósito de prevenir su inobservancia.

Estas normas subjetivas de determinación actúan sobre el servidor público para prevenir que

cometa la conducta, arraigado en él el sentido de la prohibición y el sentido del cumplimiento del

deber para que se abstenga de infringirlo.

Para la atribución de responsabilidad, para hacer la imputación de una conducta como falta a una

persona, lo primero que tiene que establecerse es si existe el primer criterio jurídico de imputación

en sede disciplinaria, esto es, la existencia de una previa relación de sujeción especial del imputado

para con el estado. Hay que determinar, previo a cualquier análisis si el agente es sujeto del derecho

disciplinario.
CASO VÍA BOGOTÁ-GIRARDOT

Entidad afectada: Agencia Nacional de Infraestructura (ANI)

Monto estimado: $170.800 millones

Génesis del caso

Presuntas irregularidades respecto a la ejecución del contrato para el diseño, Construcción,

rehabilitación, operación y mantenimiento del proyecto vial Bosa- Granada-Girardot, suscrito

entre dicha entidad pública y la Sociedad Concesión Autopista Bogotá – Girardot.

Afectación social

Que la autopista Bogotá-Girardot cuente con retrasos e ineficiencias en su ejecución perjudica de

manera inmediata a quienes transitan por la vía. Los retrasos incrementan la estructura de costos

y de este modo afectan a futuro los recursos públicos provenientes de los aportes de los ciudadanos

vía impuestos.

Se investiga a NÉSTOR IVÁN MORENO ROJAS, quien, para la fecha de los hechos, se

desempeñaba como senador de la República, identificado con la cédula de ciudadanía 19.436.718,

expedida en Bogotá, nació en Miami (Estados Unidos) el 8 de febrero de 1961, hijo de MARÍA

EUGENIA ROJAS DE MORENO y SAMUEL MORENO DÍAZ, casado con LUCY LUNA DE

MORENO.
Cargo Posiblemente, a finales del mes de julio del 2008, en la ciudad de Miami, EEUU, en la

Collins Avenue 171, en el establecimiento comercial StarBucks Coffe, se reunieron en un

desayuno IVÁN MORENO ROJAS, ÁLVARO DÁVILA PEÑA, MIGUEL NULE VELILLA y

GUIDO NULE MARINO; en dicha reunión el señor IVÁN MORENO ROJAS, prevalido de su

condición de senador de la República y de hermano del alcalde de Bogotá, SAMUEL MORENO

ROJAS, le solicitó a los señores MIGUEL NULE VELILLA y GUIDO NULE MARINO que le

entregaran las áreas de uso exclusivo de la Concesión Bogotá-Girardot, en la cual algunas de las

empresas de su grupo empresarial eran concesionarios, para colocar estaciones de gasolina,

negocio al que se dedicaba la esposa de IVÁN MORENO ROJAS, LUCY DE MORENO,

prometiéndoles un mejor trato por parte de la administración distrital y la entrega de futuros

contratos.

Dicha solicitud fue actualizada en tres reuniones realizadas en Bogotá, en el segundo semestre de

2008, la primera en el apartamento de ÁLVARO DÁVILA, ubicado en la carrera 4ª Este No 110-

21, las otras dos reuniones se llevaron a cabo en la casa de IVÁN MORENO ROJAS, ubicada en

la carrera 15 No 37-36.

Para concretar la solicitud, la esposa de IVÁN MORENO, durante el 2009, visitó a MIGUEL

NULE, en las instalaciones de la empresa Concesión Bogotá-Girardot, con el fin de perfeccionar

la entrega de las áreas de uso exclusivo, para lo cual se firmó un contrato de usufructo entre LUCY

DE MORENO y el grupo NULE, el cual fue elaborado por el abogado ÁLVARO DÁVILA.

Objeto de Investigación Disciplinaria

Este comportamiento se adecua al tipo penal objetivo consagrado en el artículo 404 del Código

Penal, que dice:


El servidor público que abusando de su cargo o de sus funciones constriña o induzca a alguien a

dar o prometer al mismo servidor o a un tercero, dinero o cualquier otra utilidad indebidos, o los

solicite, incurrirá en prisión de […]. Configurándose de esta manera la falta gravísima consagrada

en el numeral 1º del artículo 48 del Código Disciplinario Único, que dice:

Faltas gravísimas. Son faltas gravísimas las siguientes:

Realizar objetivamente una descripción típica consagrada en la ley como delito sancionable a

título de dolo, cuando se cometa en razón, con ocasión o como consecuencia de la función o cargo,

o abusando del mismo Dicho comportamiento se le imputa al disciplinado a título de dolo.

El servidor público que abusando de su cargo o de sus funciones constriña o induzca a alguien a

dar o prometer al mismo servidor o a un tercero, dinero o cualquier otra utilidad indebidos, o los

solicite, incurrirá en prisión de […] [Negrillas fuera del texto original]

La finalidad del derecho, entre ellos el derecho disciplinario, se repite, es lo justo, es decir la

voluntas ius suum cuique tribuendi, el darle a cada uno lo suyo, por eso el artículo 20 del Código

Disciplinario Único dispuso: «En la interpretación y aplicación de la ley disciplinaria el

funcionario competente debe tener en cuenta que la finalidad del proceso es la prevalencia de la

justicia […]». Para el caso del derecho disciplinario, esa relación de dar a cada uno lo que

corresponde se da entre la infracción al deber funcional y la sanción. Quien infringe su deber le

corresponde una sanción. Una visión así de la justicia es contraria a la justicia utilitarista que hoy

se ha venido a llamar justicia premial.


Según este caso Via Bogota –Girardot se evidencia una investigación disciplinaria gravísima ya

que el objetivo del derecho disciplinario es Verificar la ocurrencia de la conducta, determinar si

es constitutiva de falta disciplinaria, esclarecer los motivos determinantes, las circunstancias de

tiempo, modo y lugar en las que se cometió, el perjuicio causado a la administración pública con

la falta y la responsabilidad disciplinaria del disciplinado, para proceder a la formulación de

cargos, si se reunieren los requisitos legales para ello, o al archivo definitivo de las diligencias.

El derecho disciplinario es el conjunto de normas sustanciales y procesales en virtud de la cuales

el Estado asegura la obediencia, la disciplina y el cumplimiento ético y moral, de los servidores

públicos; con miras a garantizar en cumplimiento correcto, eficaz, eficiente, honesto, moral,

igualitario ,rápido, imparcial, transparente y económico de la función pública

De acuerdo al análisis del caso VIA BOGOTA-GIRARDOT la acción disciplinaria se produce en

virtud de la relación de subordinación que existe entre el funcionario y la administración en el

ámbito de la función pública, y se origina en el incumplimiento de un deber o de una prohibición,

la omisión o extralimitación en el ejercicio de las funciones, entre otras.

De esta manera, la finalidad de la acción disciplinaria es garantizar el buen desempeño de los

servidores públicos, con miras al cumplimiento de la función pública. Esta acción disciplinaria se

encamina a esclarecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que se comete la conducta

disciplinaria, a la vez que los motivos determinantes de la misma y los perjuicios que ocasiona a

la administración pública.
En el derecho disciplinario y en especial en este caso se aborda la problemática de la corrupción,

como una de las principales manifestaciones sobre las deficiencia en la asignación de los recursos

de la nación, máxime cuando se ha logrado visibilizar de forma fehaciente la intervención de altos

funcionarios del Estado en la concurrencia de conductas delictivas y faltas disciplinarias que

frenan y atrasan las obras o proyectos con las respectivas consecuencias patrimoniales para el

Estado, el cual debe continuar con las obras, asumiendo costos no programados.

El derecho sancionatorio en la Contratación estatal de Colombia está marcado por factores y

fenómenos que dan una caracterización muy especial, generando un complejo panorama en la

forma como se viene aplicando por parte de los operadores judiciales, sobre todo en estos

momentos coyunturales donde la opinión pública se ha visto impactada como servidores públicos

y contratistas se confabulan para sacar provecho ilícito de la mayoría de contratos estatales,

generando un clima de rechazo e indignación, en donde el papel de la justicia será el de actuar

bajo el imperativo de restablecer la moral pública.

Las soluciones no están aún a la vista, sobre todo cuando la problemática de la corrupción tiene

sumida la mayoría de instituciones estatales, en donde los organismos de control y vigilancia se

han visto impotentes para descifrar de forma certera la dinámica que se desarrolla, quedando las

sanciones como una simple anécdota ya que no toca de forma contundente el accionar ilícito tanto

de los servidores públicos como de los contratistas. Estamos hablando de problemas de eficiencia

y eficacia a la hora de castigar dichas conductas.


El fenómeno de la corrupción alcanza una trascendencia socio-política con profundas raíces

económicas, en cuanto a que esta última es el motor que impulsa las conductas ilícitas, formando

en el ciudadano común la idea que una de las formas más eficaces de mejoramiento de calidad de

vida sólo se alcanza a través de contratos públicos en donde habrá un porcentaje para quienes den

vía libre al mismo y gane la adjudicación requerida. En estos casos los beneficiarios son

funcionarios ligados a los contratos y los contratistas, quienes se encargan de repartir una comisión

como requisito previo para la aprobación de los mismos. La gravedad de este asunto estriba en

que detrás de este fenómenos está la misma clase política, que anda y vive en los pasillos del

Congreso y de las mismas entidades; la que ha sabido aprovechar los vacíos jurídicos en esta

materia para direccionar los recursos del Estado en beneficio de sus intereses particulares, bien

sean del orden político, económico o social.

La responsabilidad disciplinaria está definida como aquella que afecta directamente la imagen del

funcionario, su investidura. En este tipo de responsabilidad se enmarcan las conductas que si bien

no constituyen delitos, perturban el cabal y adecuado cumplimiento de las funciones asignadas a

la persona cuya sanción depende de la gravedad de la falta. En este sentido la responsabilidad va

en dos niveles o escenarios; uno interno a través del Control disciplinario interno, el cual es

realizado por la entidad en la que se encuentra vinculado el funcionario y otro el control

disciplinario externo que es realizado directamente por el Ministerio Publico.

El conjunto de leyes aplicables a los contratistas está definido por varias leyes que determinan con

claridad la ley aplicable en este caso es la ley 734 de 2002 la cual contempla:

Responsabilidad económica o pecuniaria


En estos casos, el nivel de responsabilidad del funcionario se ubica “frente a la Administración y

frente al particular por los perjuicios causados con su actuación en desarrollo de la actividad

administrativa que tiene a su cargo. Aquí es en donde el funcionario ve afectado su patrimonio.

Lamprea enuncia que en cuanto a los contratistas, cómo la cláusula de sanción economía está

relacionada con el incumplimiento del contratista, a quien se debe exigir que cumpla con lo

pactado en el contrato, señalando igualmente que la doctrina civil prevé tres situaciones en las

cuales se debe aplicar: Simple mora, simple incumplimiento e incumplimiento grave.

Responsabilidad Fiscal

Este tipo de responsabilidad se da cuando el Estado busca que sea el funcionario el que resarza el

daño ocasionado; se sigue contra el funcionario con la finalidad de obtener resarcimiento en los

daños ocasionados al patrimonio público como consecuencia de la conducta dolosa o culposa en

su gestión fiscal, es decir en el manejo o administración de los recursos o fondos públicos a su

cargo y que en los términos del artículo 4 de la ley 610 de 2000 busca el pago de una

indemnización pecuniaria que compense el perjuicio sufrido por la respectiva entidad estatal.

Este tipo de responsabilidad está dada por el conjunto de actividades o acciones que emprende la

Contraloría que buscan determinar la responsabilidad de los servidores públicos y de los

particulares “cuando en el ejercicio de la gestión fiscal o con ocasión de esta, causen por acción u

omisión y en forma dolosa o culposa un daño al patrimonio del Estado. Esta definición determina

cómo el principio de potestad disciplinaria en estos casos es exclusivo de la Contraloría, pero

únicamente en lo relativo a la pérdida del patrimonio del Estado, es decir que está directamente

relacionado con el cuidado de sus recursos económicos.

Responsabilidad Política
Las conductas constitutivas de delito por parte de los funcionarios pueden convertirse en causales

de perdida de investidura de los congresistas, diputados y concejales, el cual desarrolla ante el

Consejo de Estado. No obstante es de observarse cómo la procuraduría actual, en manos del

Procurador ALEJANDRO ORDOÑEZ, ha tomado decisiones de trascendencia política no sólo

nacional, sino internacional, como es el hecho de la destitución de la hoy ex senadora Piedad

Córdoba. Esta posición se ha seguido adelantando de forma continua con otros funcionarios

públicos, como la destitución del cargo al Alcalde Samuel Moreno por tres meses, dejando el

precedente de que es posible que el Ministerio Publico actué para proteger no sólo el patrimonio

del Estado, sino la correcta administración pública.

Responsabilidad Personal del Funcionario Público

Este tipo de responsabilidad se determina cuando las conductas o actos que se reprochan sólo

comprometen de forma directa y exclusiva, es decir cuando se encuentra separado de su función

pública. Laubaudere señala dos eventos en los cuales la responsabilidad recae en personal:

1. En primer lugar cuando se trata de un acto realizado por el funcionario fuera del ejercicio

de sus funciones, completamente en su vida privada o por lo menos al margen del ejercicio

propiamente dichos de sus funciones.

2. En razón del fin, cuando el acto realizado en el ejercicio de las funciones, ha tenido mala

intención.

Conductas en que puede incurrir un funcionario

 Los fines del contrato no sean cumplidos realmente y a cabalidad.

 Responder por actuaciones y omisiones antijurídicas.


 Abrir licitaciones o concursos sin los correspondientes pliego de condiciones, términos de

referencia, diseños, estudios, planos y evaluaciones necesarias.

 Igualmente cuando dichos pliegos se elaboran de forma incompleta, ambigua o confusa.

 Celebrar contratos sin los requisitos legales o sin tener competencia para ello.

Responsabilidad Estatal

Este tipo de responsabilidad es el que más daño ha ocasionado, en la medida que es el Estado

quien debe indemnizar de forma directa la actividad contractual que afecte al contratista y una de

las problemáticas más difíciles de asimilar y manejar por el mismo Estado, sobre todo porque este

tipo de responsabilidad tiene su fuente en la demandas que instauran los particulares, sobre todo

los contratistas. Las entidades responderán por las actuaciones que les sean imputables y que

causen perjuicios a sus contratistas, en tales casos se deberán indemnizar la disminución

patrimonial que se ocasione, la prolongación de la misma y la ganancia, beneficio o provecho

dejados de percibir por el contratista. Sin duda este es uno de los temas más álgidos pues son los

mismos contratistas los que posibilitan en muchos casos, de forma consciente, la ocurrencia de

este tipo de responsabilidad con la aquiescencia de los funcionarios públicos encargados

precisamente de denunciar y castigar.

Responsabilidad de los Consultores, Interventores y Asesores.

Estos tendrán dos tipos de responsabilidad: penal y civil. En estos casos la sanción obedece al

incumplimiento del contrato o a hechos u omisiones que se le puedan imputar y que dejen como

consecuencia el daño o los perjuicios a las entidades “derivados de la celebración y ejecución de

los contratos respecto de los cuales hayan ejercido o ejerzan las funciones de consultoría,
interventoría o asesoría. A nivel penal se establece que este será del mismo nivel que se encuentran

los servidores públicos, es decir que el régimen de responsabilidad será igual para efectos penales

el contratista, el interventor, el consultor y el asesor se consideran particulares que cumplen

funciones públicas en todo lo concerniente a la celebración, ejecución y liquidación de los

contratos que celebren con las entidades estatales y por lo tanto estarán sujetos a la responsabilidad

que en esa materia señala la ley para los servidores públicos.

BIBLIOGRAFÍA

DESPACHO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN. Radicación No IUS 2010-

349363

Ley 80 de 1993 Y Reglamentación Vista en Marco Legal.

VEGA DE HERRERA, Mariela y ORDOÑEZ, Alejandro. CONTRATACIÓN ESTATAL. Edit.

TEMIS.

HERRERA, Benjamín .CONTRATOS ESTATALES. Ediciones Jurídicas Gustavo Ibañez.


Manual de Contratación de Entidades Públicas:

ALCALDÍA DE BOGOTÁ

GOBERNACIÓN DE CUNDIMARCA

Ley 734 de 2002 Código Único Disciplinario

Constitución Política de Colombia 1991

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Instituto Colombiano de Derecho Disciplinarios. Lecciones de Derecho Disciplinario. Bogotá.

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www.procuraduria.gov.co

http://www.fbscgr.gov.co

file:///C:/Users/user7Downloads/ABCES_Accion_Disciplinaria_de_los_servidores_publicos.pdf

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