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1. Introducción
2. El concepto de Territorio y territorialidad *
3. El concepto de norma
4. Las normas en el lugar
5. El Estado: territorio y soberanía
6. El proceso de integración binacional
7. Estrategia territorial del Estado bajo la concepción de frontera cerrada
8. La transición hacia un uso integrado: la frontera abierta
9. Del "área de frontera" a la " región fronteriza"
10. Consideraciones finales
11. Notas
12. Bibliografía
Introducción
El uso de los espacios fronterizos en el marco de procesos de integración fisica y complementación económica
tienen su propia particularidad. Ella deviene de la condición de contener una frontera. Los procesos de
integración entre dos o más naciones tienen la peculiaridad de poner en evidencia las contradicciones derivadas
de las diversas racionalidades que orientaron las estrategias territoriales del Estado nacional: en épocas en que
la frontera era concebida como una divisoria rígida y cerrada y, en la actualidad, en que se la concibe como
deseable y necesariamente flexible a los efectos de la integración.
Una y otra racionalidad determinaron un uso territorial fronterizo diferente. En el caso de la concepción de
frontera cerrada, las acciones sobre la frontera se limitaron al control de la circulación en general, por
cuestiones de seguridad y soberanía.
En consecuencia la idea de integración era pensada hacia adentro del país, es decir integrar las áreas
periféricas con los centros urbanos más importantes. Ello explica -en gran parte- la escasa infraestructura vial,
de comunicaciones y edilicias en los pasos fronterizos, comparada -por ejemplo- con la modernización actual
de los mismos pasos en el marco del proceso de integración entre Argentina y Chile.
Hasta mediados de la década del '80 predominó la idea de frontera de tensión por ello las políticas territoriales
fronterizas adoptaron la forma espacial de áreas de frontera y/o zonas de seguridad, en los bordes de los
límites fronterizos.
Este trabajo intenta mostrar y demostrar la espacialización territorial de las estrategias del Estado según la
concepción ideológica de frontera. Los recortes territoriales denominados "área de frontera" y "región
fronteriza", serían la resultante espacial de la concepción de frontera cerrada en el primer caso y la de frontera
abierta en el segundo.
Cada una de estas perspectivas conduce a un uso y organización fronteriza particular.
El recorte territorial seleccionado para el análisis incluye la provincia del Neuquén y las Regiones VIII y IX de
Chile; se toma como caso de estudio la provincia del Neuquén. El período analizado comprende desde 1991,
año de creación del Comité de Frontera "Región de Los Lagos", hasta el año 1995, cuando culmina la gestión
político-administrativa del gobernador provincial.
Dichos recortes se fundamentan en dos hechos: en el primer caso, las jurisdicciones político-administrativas
citadas constituyen un sub-comité a los efectos de la integración. Ello significa que en conjunto promueven
acciones según las particularidades e intereses que las vinculan. En el segundo caso, el proceso analizado se
institucionaliza en la región cuando se crea dicho Comité, como un mecanismo para el logro de la integración
con Chile y, aunque el proceso no finaliza en 1995, en ese año se produce un cambio de gestión política, lo
que supone un cambio de estrategia territorial en torno a la integración.
Durante el período `91-`95, la gestión de gobierno provincial estuvo dirigida a institucionalizar el proceso de
integración en la región -es decir, a dar el marco legal e institucional en la fase inicial de dicho proceso- por lo
que su participación y rol en ese período ha sido fundacional en primer término y luego gestor de las acciones
junto a las demás instituciones participantes. La nueva gestión de gobierno encuentra un proceso en marcha, y
el rol que le cabe es continuarlo bajo la misma lógica, aunque -y éste es el cambio que suponemos- define sus
propias políticas territoriales.
No obstante la selección, ambos límites no fueron estrictos, ya que las acciones los trascienden. En
consecuencia, y a los efectos de la mejor comprensión del tema , cuando fue necesario se avanzó más allá de
lo propuesto inicialmente.
El desarrollo de esta investigación -abordada desde la perspectiva geográfica- dio como resultado colocarnos
frente a otro problema asociado y directamente relacionado con la frontera y sobre el que hay que buscar
nuevas teorías: me refiero al concepto de soberanía. El mismo constituye un problema ya que los procesos de
integración conducen a una transferencia gradual de soberanía, tal como se la concibe desde la formación de
los Estados modernos. Estado y soberanía son dos conceptos tradicionalmente asociados y junto a ellos
también está ligado el territorio, que es el soporte físico con límites determinados que define el ámbito dentro
del cual el Estado es soberano. A su vez, la soberanía permanece muy unida a la frontera y aquí es donde
emerge la contradicción ya que, los procesos de integración demandan fronteras flexibles.
Ha sido a través del analisis de las normas que regulan la circulación interfronteriza la que ha puesto en
evidencia dicha contradicción. Las normas son el aspecto central ha ser modificado para dar lugar a la fluidez
de la circulación.
El concepto de norma
Los conceptos incorporados hasta aquí -espacio, tiempo, territorio, territorialidad- nos conducen al tratamiento
de las normas -que constituyen la base de toda organización territorial- como categoría que los articula. El
proceso que estamos analizando -generador de cambios territoriales- demanda la producción de nuevas
normas que lo acompañen, pues las normas existentes fueron producidas para atender una organización
territorial fronteriza bajo una lógica diferente.
Por definición una norma expresa lo que una cosa debe ser [es el "debe ser"] es decir, expresa la obligatoriedad
de una acción. Desde el punto de vista jurídico, una norma indica una regla de conducta, un precepto, una ley.
Una norma fundamental es el precepto fundante de la validez y la unidad de todo un orden normativo; es
condición esencial para que un conjunto de normas constituya un orden, un sistema, es decir que todas ellas
puedan ser referidas a una única norma que las fundamente, unifique y coordine en sus respectivos ámbitos de
validez (6).
Una norma jurídica es la significación lógica creada según ciertos procedimientos instituidos por una comunidad
jurídica. Como manifestación unificada de la voluntad de esa comunidad, formalmente expresada a través de
sus órganos e instancias productoras, regula la acción humana en un tiempo y lugar definidos. Así prescribe a
los individuos, frente a determinadas circunstancias condicionantes, deberes y facultades, y establece
sanciones coactivas cuando éstos no sean cumplidos (7).
Este concepto de norma tiene su fundamento filosófico, ya que desde esa perspectiva una ley es una norma
que expresa obligatoriedad, sea jurídica o moral o ambas al mismo tiempo. El fundamento de esa obligatoriedad
puede hallarse en la voluntad arbitraria, en el consenso de una sociedad o en las exigencias de la razón (8). Se
aprecia que una norma, entonces, tiene carácter arbitral derivado de un interés, por lo que constituye un acto
de voluntad, detrás del cual existe una intencionalidad.
Si el espacio es el conjunto indisociable de sistemas de objetos y sistemas de acciones, el tratamiento de las
normas es esencial ya que constituyen el nexo o bien la mediación entre ambos sistemas. La ejecución de las
normas entonces, define contenidos territoriales, y ellas remiten al tema central de la territorialidad y la acción
del Estado en su condición constitutiva.
En el contexto mundial actual es la primacía de las normas y la política la que define la racionalidad
hegemónica, es decir la racionalidad del mercado y de las instituciones mundiales (FMI, Banco Mundial, etc.).
Esas normas conducen a una regulación global, tendiente a modernizar los lugares según esa racionalidad. En
ese movimiento, el Estado, a través de su acción normatizadora, media entre ambas esferas en procura de
eliminar los obstáculos que impidan el establecimiento de capitales. Recordemos que la soberanía de los
Estados no descansa sólo en el dominio territorial: también es fundamental en su relación con los Estados
vecinos el grado de desarrollo de su economía.
Por esta razón, la modernización de las normas aparece en el momento actual como uno de los mecanismos
para eliminar fricciones. Y esa modernización se orienta hacia el logro de una mayor fluidez, de una más rápida
circulación. Esta es una de las tendencias actuales; paralelamente, aparece otra tendencia a la uniformización
o unificación de normas regulatorias, al menos en la frontera, evidenciándose nuevamente ese doble
movimiento global y local. Milton Santos nos habla de la dialéctica entre la necesidad de fluidez y la necesidad
de la norma (9).
Consideraciones finales
No obstante las transformaciones señaladas en primer término, no caben dudas de que es la creación de una
nueva región la que señala el cambio más profundo asociado a la integración. Si bajo la lógica de frontera
cerrada la estrategia espacial se concretó en recortes territoriales denominados "áreas de frontera", bajo la
nueva lógica, la "región" constituye un nuevo recorte territorial a los efectos de la integración. La Región de los
Lagos, efectivamente, tiene límites precisos, cuenta con una jurisdicción propia, genera acciones desde el
Comité de Frontera tendientes a agilizar el proceso de integración.
En segundo término, aparece como sustantiva la modernización de algunas normas, aquellas que
efectivamente constituían un obstáculo a la integración.
En efecto, ellas fueron creadas para resguardar el subespacio fronterizo, desde una perspectiva de integración
hacia adentro del país. Entonces, ante el cambio de lógica para el uso del territorio fronterizo necesariamente
deben cambiar las normas preexistentes. Ambos aspectos -el acondicionamiento de los pasos fronterizos y la
modernización normativa- están estrechamente unidos, ya que el uso está regulado por la norma, que como ya
hemos afirmado, en esencia es organizacional.
Este cambio de lógica en el uso del territorio condujo a un cambio en las relaciones y vinculaciones entre los
agentes económicos, las instituciones de gestión político-administrativa, de orden nacional, provincial y
municipal, entre las instituciones civiles -cámaras empresariales en general- y aún entre las instituciones
educativas como las universidades, todas ellas ahora vinculadas en torno al logro de los objetivos que propone
el proceso de integración.
A partir de allí, los recursos existentes se revalorizan para el uso compartido y, en su conjunto, el territorio se
organiza en función de la circulación y la fluidez. Así lo demuestran las perspectivas de vinculación
interoceánicas, la infraestructura vial y edilicia efectivamente construida, la modernización de las normas -al
menos de aquellas de más fácil modificación en el corto plazo.
En síntesis la estrategia espacial del Estado en estos espacios en particular, ha sido la de seleccionar
taxonómicamente áreas que denominó de frontera y/o de seguridad -como ya hemos dicho-. Estos son
mecanismos llevados a cabo para controlar e influenciar a personas, vehículos, mercancías que circulan por la
frontera. En épocas de predominio de la ideología del conflicto, el control e influencia del Estado estuvo
dirigido a restringir la localización de extranjeros en áreas de frontera (la rigidez de las normas de residencia
así lo demuestran) y controlar la movilidad espacial de personas y mercancías.
De igual manera la acción de crear divisiones territoriales como las citadas, establece nuevas jerarquías
funcionales desde el momento en que se les otorga la función de consolidar demográfica y económicamente la
frontera. El hecho de haber sido consideradas áreas de prioridad para el desarrollo elevó a esas áreas a un
rango de mayor jerarquía, aunque esta acción haya quedado sólo en el discurso. Esto demuestra que el
territorio puede ser manipulado.
En los últimos tiempos se requiere una concepción de frontera asociada a los procesos de integración. Su
característica principal -como se ha visto- es que ella es diametralmente opuesta a la anterior.
Ha transcurrido casi una década desde que se inció el proceso entre Argentina y Chile. Las acciones en torno
a la integración son muy activas; se incrementan las obras de infraestructura de circulación a ambos lados de
los pasos fronterizos; se realizan convenios y acuerdos comerciales; se ha construído el gasoducto desde la
cuenca neuquina hacia la región colindante. Sin embargo las normas que regulan la circulación aún no han
sido modificadas. Sólo han cambiado algunas
-como hemos señalado-. Ello significa que la movilidad no es ágil, ni fluída, ni flexible.
La hipótesis que guió nuestra investigación precisamente señalaba el interrogante sobre la nueva organización
territorial, funcional al proceso de integración. Concluimos en que efectivamente la Región de los Lagos tiende a
ser funcional a dicho proceso, aunque -como hemos señalado en el desarrollo de la investigación- el proceso es
lento, en especial en los aspectos relacionados con la modernización normativa y la complementación
económica. Por ello afirmamos que tiende a ser funcional.
Si la lógica de frontera cerrada generó una organización territorial basada en relaciones unidireccionales, la
nueva lógica está generando una organización basada en relaciones multidireccionales, desde la Región de los
Lagos hacia el interior de ambos países y desde allí hacia el resto del mundo.
Como resultado de la investigación, emergió un aspecto que merece ser investigado en profundidad, ya que
constituye aún un tema que -en apariencia- contradice en general a los procesos de integración. Nos referimos
al concepto de soberanía. Ella aún está muy relacionada con el límite, la frontera, la seguridad y la integridad
territorial, pero sobre todo a la defensa de la soberanía a partir de la frontera. El cambio en la concepción de
frontera, debería ir también acompañada de un cambio de concepción de soberanía.
Notas
(1) Santos, M. 1991, p.6.
(2) Sack, R.D. 1986.
(3) Sack,op.cit.
(4) Op. cit. p. 5.
(5) Martín, R., 1992.
(6) Ossorio, M. 1994.
(7) Ossorio, op.cit.
(8) Ferrater Mora, 1958.
(9) Santos, M. 1996.
(10) Sanchez, J.E. 1992.
(11) Guiddens, 1994, p. 75.
(12) Taylor, P.J. op. cit. p. 147.
(13) Ut supra, p. 153.
(14) Giddens, A. op.cit., p.46.
(15) Ut supra, p. 62.
(16) Taylor, P. 1994, p.144 y sig.
(17) Sejas, L.1991, p. 63.
(18) La norma denomina colindantes a los provenientes de países cuya ubicación geográfica es colindante con
la del inmueble al que pretenden acceder. No colindantes son aquellos provenientes de países cuya ubicación
geográfica no es colindante con la del inmueble.
(19) Decreto Nro. 483 del 2/5/1996.
(20) Res.205/95.
(21) Res. 205/95 SNF.
(22) La norma no hace referencia al caso específico de Chile; en general, plantea el tema para los países
limítrofes. Dado que el estudio involucra a dicho país, la interpretación y aplicación de la norma se hace para el
caso que se analiza, es decir se reemplaza "país limítrofe" por "región chilena".
(23) Diario La Razón, 28/8/1996.
(24) "Very high frecuency:" "muy alta frecuencia".
(25) Ibíd empresa privada Telefónica de Argentina.
(26) Ibíd empresa Correo Argentino.
Bibliografía
FERRATER MORA : "Diccionario de Filosofía". Buenos Aires. Ed. Sudamericana. 1958.
GIDDENS, Anthony. "Consecuencias de la modernidad". Madrid. España. Alianza editorial. 1994.
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OSSORIO, Manuel: "Diccionario de Ciencias Jurídicas, políticas y sociales". Buenos Aires. Ed. Ruy Díaz S.A.
1994. 20 Ed.
SACK, Robert. "La concepción social del espacio". traducción interna Cátedra de Introducción a la Geografía.
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SANCHEZ, Joan E. "Geografía Política". Madrid. España. Ed. Sincel. 1992.
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SANTOS, Milton. "Espaco & Método". 1ra. ed. 1988. Sao Paulo. Brasil. Nobel. 1988.
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TAYLOR, Peter J. "Geografía Política. Economía-Mundo, Estado-Nación y Localidad". Madrid. España. Trama
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Fuentes
Diario La Razón: 28/8/1996. Buenos Aires. Argentina.
Decreto 483, 2/5/96; 1182/87; 887/94.
Resolución 205/1996. Superintendencia Nacional de Fronteras.
Ley 15.385/1944; 12.913/51; 18.575/70; 23.554/888.
Alicia Laurín
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