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Materiales superconductores

Los materiales superconductores son aquellos que poseen


superconductividad, que es la capacidad de conducir corriente eléctrica sin
resistencia y pérdida de energía en determinadas condiciones.
La resistividad eléctrica de un conductor metálico disminuye gradualmente
a medida que la temperatura se reduce. Sin embargo, en los conductores
ordinarios, como el cobre y la plata, las impurezas y otros defectos producen
un valor límite. Incluso cerca de cero absoluto una muestra de cobre
muestra una resistencia no nula. La resistencia de un superconductor, en
cambio, desciende bruscamente a cero cuando el material se enfría por
debajo de su temperatura crítica. Una corriente eléctrica que fluye en una
espiral de cable superconductor puede persistir indefinidamente sin fuente
de alimentación. Al igual que el ferromagnetismo y las líneas espectrales
atómicas, la superconductividad es un fenómeno de la mecánica cuántica.

Comportamiento magnético

Aunque la propiedad más sobresaliente de los superconductores es la


ausencia de resistencia, lo cierto es que no podemos decir que se trate de
un material de conductividad infinita, ya que este tipo de material por sí
sólo no tiene sentido termodinámico. En realidad un material
superconductor de tipo I es perfectamente diamagnético. Esto hace que no
permita que penetre el campo, lo que se conoce como efecto Meissner.

El campo magnético distingue dos tipos de superconductores: los de tipo I,


que no permiten en absoluto que penetre un campo magnético externo (lo
cual conlleva un esfuerzo energético alto, e implica la ruptura brusca del
estado superconductor si se supera la temperatura crítica), y los de tipo II,
que son superconductores imperfectos, en el sentido en que el campo
realmente penetra a través de pequeñas canalizaciones denominadas
vórtices de Abrikosov, o fluxones. Estos dos tipos de superconductores son
de hecho dos fases diferentes que fueron predichas por Lev Davidovich
Landau y Aleksey Alekséyevich Abrikósov.

Cuando a un superconductor de tipo II le aplicamos un campo magnético


externo débil lo repele perfectamente. Si lo aumentamos, el sistema se
vuelve inestable y prefiere introducir vórtices para disminuir su energía.
Éstos van aumentando en número colocándose en redes de vórtices que
pueden ser observados mediante técnicas adecuadas. Cuando el campo es
suficientemente alto, el número de defectos es tan alto que el material deja
de ser superconductor. Éste es el campo crítico que hace que un material
deje de ser superconductor y que depende de la temperatura.

Comportamiento eléctrico
La aparición del superdiamagnetismo es debida a la capacidad del material
de crear supercorrientes. Éstas son corrientes de electrones que no disipan
energía, de manera que se pueden mantener eternamente sin obedecer el
Efecto Joule de pérdida de energía por generación de calor. Las corrientes
crean el intenso campo magnético necesario para sustentar el efecto
Meissner. Estas mismas corrientes permiten transmitir energía sin gasto
energético, lo que representa el efecto más espectacular de este tipo de
materiales. Debido a que la cantidad de electrones superconductores es
finita, la cantidad de corriente que puede soportar el material es limitada.
Por tanto, existe una corriente crítica a partir de la cual el material deja de
ser superconductor y comienza a disipar energía.

En los superconductores de tipo II, la aparición de fluxones provoca que,


incluso para corrientes inferiores a la crítica, se detecte una cierta disipación
de energía debida al choque de los vórtices con los átomos de la red.

Obtención de materiales superconductores

Debido a las bajas temperaturas que se necesitan para conseguir la


superconductividad, los materiales más comunes se suelen enfriar con helio
líquido (el nitrógeno líquido sólo es útil cuando se manejan
superconductores de alta temperatura). El montaje necesario es complejo y
costoso, utilizándose en muy contadas aplicaciones como, por ejemplo, la
construcción de electroimanes muy potentes para resonancia magnética
nuclear.

Sin embargo, en los años 80 se descubrieron los superconductores de alta


temperatura, que muestran la transición de fase a temperaturas superiores
a la transición líquido-vapor del nitrógeno líquido. Esto ha abaratado mucho
los costos en el estudio de estos materiales y abierto la puerta a la
existencia de materiales superconductores a temperatura ambiente, lo que
supondría una revolución en la industria del siglo XXI. La mayor desventaja
de estos materiales es su composición cerámica, lo que lo hace poco
apropiado para fabricar cables mediante deformación plástica, el uso más
obvio de este tipo de materiales. Sin embargo se han desarrollado técnicas
nuevas para la fabricación de cintas como IBAD (deposición asistida
mediante haz de iones). Mediante esta técnica se han logrado cables de
longitudes mayores de 1 kilómetro.

Un superconductor no es simplemente un conductor normal


perfecto

Al contrario de lo que se podría pensar en principio, un superconductor se


comporta de un modo muy distinto a los conductores normales: no se trata
de un conductor cuya resistencia es cercana a cero, sino que la resistencia
es exactamente igual a cero. Esto no se puede explicar mediante los
modelos empleados para los conductores habituales, como por ejemplo el
modelo de Drude.

Aplicaciones

Los imanes superconductores son algunos de los electroimanes más


poderosos conocidos. Se utilizan en los trenes maglev, en máquinas para la
resonancia magnética nuclear en hospitales y en el direccionamiento del
haz de un acelerador de partículas. También pueden utilizarse para la
separación magnética, en donde partículas magnéticas débiles se extraen
de un fondo de partículas menos o no magnéticas, como en las industrias de
pigmentos.

Los superconductores se han utilizado también para hacer circuitos digitales


y filtros de radiofrecuencia y microondas para estaciones base de telefonía
móvil.

Los superconductores se usan para construir uniones Josephson, que son los
bloques de construcción de los SQUIDs (dispositivos superconductores de
interferencia cuántica), los magnetómetros conocidos más sensibles. Una
serie de dispositivos Josephson se han utilizado para definir el voltio en el
sistema internacional (SI). En función de la modalidad de funcionamiento,
una unión Josephson se puede utilizar como detector de fotones o como
mezclador. El gran cambio en la resistencia a la transición del estado normal
al estado superconductor se utiliza para construir termómetros en
detectores de fotones criogénicos.

Están apareciendo nuevos mercados donde la relativa eficiencia, el tamaño


y el peso de los dispositivos basados en los superconductores de alta
temperatura son superiores a los gastos adicionales que ellos suponen.

Aplicaciones futuras prometedoras incluyen transformadores de alto


rendimiento, dispositivos de almacenamiento de energía, la transmisión de
energía eléctrica, motores eléctricos (por ejemplo, para la propulsión de
vehículos, como en vactrains o trenes maglev) y dispositivos de levitación
magnética. Sin embargo la superconductividad es sensible a los campos
magnéticos en movimiento de modo que las aplicaciones que usan corriente
alterna (por ejemplo, los transformadores) serán más difícil de elaborar que
las que dependen de corriente continua.

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