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Decálogo de lo que nunca debes hacer

1. Ser pesimista. Deja a un lado las actitudes extremadamente críticas o


derrotistas y piensa y exprésate en positivo.
2. Mostrar inquietud. Si eres propenso a ponerte nervioso, tienes que
encontrar y poner en práctica las técnicas que mejor funcionen para
controlar tu nivel de tensión.
3. Criticar empresas o ex compañeros. Si hablas mal de lugares y personas
con las que has compartido tu vida laboral puede ser señal de que no sabes
trabajar en equipo.
4. Ser esquivo. Hay que tener preparadas respuestas para posibles preguntas
tipo y estar muy atento al desarrollo de la entrevista. En ocasiones te
preguntarán lo mismo varias veces de diferentes formas. Ten claros tus
planteamientos.
5. No quites la palabra. Espera a que el entrevistador finalice de plantear la
pregunta o sus argumentos. Interrumpir a tu interlocutor es señal de no
saber escuchar, lo que denota poca profesionalidad.
6. No te andes por las ramas. Tienes que ser directo, claro y conciso,
evitando entrar muy al detalle en los temas que se traten, aunque seas un
experto en la materia.Ten en cuenta que el entrevistador normalmente tiene
previsto un tiempo de duración para la entrevista.
7. Mentir. Contar aspectos sobre tu currículo, experiencia laboral,
conocimientos o habilidades que no correspondan con la realidad acaba
siendo contraproducente, ya que estás creando falsas expectativas.
8. Utilizar palabras vulgares. Cuida tu lenguaje, ya que también denota
educación y profesionalidad.
9. Adoptar una mala postura. Sentarte excesivamente reclinado, estirar las
piernas o estirar los brazos, colocar las manos en la nuca, etcétera, puede
dar mala imagen. Ensaya en casa posturas formales y adecuadas con las
que te sientas cómodo.
10. Mascar chicle. Aunque te sirva para aplacar los nervios o aclarar la voz,
entrar a una entrevista masticando chicle o comiendo un caramelo no es
aconsejable. Si tu garganta tiende a secarse por los nervios, una buena
opción es beber agua poco antes de la cita o durante la misma, si te la
ofrecen.

Más que palabras


El comportamiento gestual ofrecerá una información muy valiosa al seleccionador.
Aprende a controlarlo para evitar que te traicione.

La entrevista de trabajo es el objetivo principal de toda persona que está en búsqueda


activa de empleo, ya que supone un paso más para conseguir el deseado puesto de
trabajo. El tener una cita para una entrevista de trabajo implica que la empresa ha leído
nuestra carta de presentación, nuestro CV y que está interesada en conocer nuestra
candidatura con mayor profundidad.

En el post de hoy queremos indicaros algunas recomendaciones básicas sobre cómo


enfrentarnos a una entrevista de trabajo y salir satisfecho/a con nosotros mismos, incluso si
al final no conseguimos dicho puesto de trabajo, ya que, como todo en esta vida, es
bueno tener experiencias en hacer entrevistas y la única forma de adquirirla es
acudiendo a las mismas. Además, siempre podemos sacar algún nuevo aprendizaje.
“¿Que es una entrevista de trabajo?”
Es una primera toma de contacto entre el candidato/a y la empresa seleccionadora, cuyo
objetivo consiste en analizar la idoneidad de la persona al puesto de trabajo, basándose
en sus competencias, habilidades y característica personales por un lado y por otro
lado analizando si dicha persona se ajusta adecuadamente a las condiciones y
características del puesto en cuestión.
“¿Qué hacer cuando nos citan para una entrevista de trabajo?”
A continuación, os dejamos algunos consejos a tener en cuenta para que nuestra
entrevista salga lo más exitosa posible. Para ello, vamos a diferenciar entre el antes,
durante y después de la misma.

Antes de acudir a la entrevista de trabajo debemos:

- Hacer un análisis previo de nosotros/as mismos/as analizando nuestros puntos fuertes y


débiles, reflexionando sobre nuestras cualidades personales, profesionales, debilidades o
mejoras. Una herramienta que nos puede ser de gran utilidad es el análisis DAFO

- Recopilar información sobre la empresa (sector al que se dedica, situación en la que se


encuentra, nº de empleados…) y sobre el puesto ofertado (funciones, características,
habilidades requeridas…) con esto demostraremos al seleccionador/a que tenemos
verdadero interés en formar parte de la organización.

- Preparar respuestas a posibles preguntas que puedan hacernos, además de conocer a la


perfección nuestro CV. Confirmar la asistencia, la hora y fecha de la entrevista y
asegúrarnos que sabemos llegar correctamente al lugar de la entrevista, ya que es
recomendable no sólo ser puntual, sino incluso llegar unos minutos antes de la hora
citada.
- Otro aspecto a tener en cuenta es ¿Cómo vestirnos para la entrevista de trabajo?
Debemos pensar que la imagen que demos dirá mucho de nosotros/as, por eso, hay que
tener en cuenta el tipo de empresa a la que acudimos y arreglarnos en función a la misma
y al puesto al que optamos. Esto no significa que tengamos que ir siempre de traje de
chaqueta, sino mostrarnos tal como somos, procurando transmitir una imagen
profesional.

Durante la entrevista de trabajo:

Hay que tratar de cuidar el lenguaje tanto verbal como no verbal, ser natural, sonreír y
controlar, en la medida de lo posibles, conductas que demuestren nuestro nerviosismo
como: modernos las uñas, movernos continuamente, juguetear con el bolígrafo…
Prestar atención a las preguntas del entrevistador/a para dar respuestas directas y
concretas, que muestren nuestra seguridad y
que resalten nuestras cualidades, formación, experiencia o conocimiento del sector.

También debemos utilizar un tono adecuado de voz, evitando en lo posible el uso de


muletillas. No interrumpir al entrevistador/a y si nos hemos quedado con alguna duda,
preguntarla, cuando éste/a haya finalizado su exposición, incluso podemos tomar
notas de lo hablado durante la entrevista.

Una de las cosas importante que no podemos olvidar antes de salir de la entrevista es
conocer cómo va a continuar el proceso de selección. Es conveniente también anotar el
nombre de la persona que nos ha entrevistado y agradecerle el tiempo invertido.

Después de la entrevista de trabajo:

Una vez pasada la entrevista debemos analizar los aspectos positivos, los negativos y las
áreas de mejora a tener en cuenta para aquellas futuras que podamos tener. También es
recomendable llevar un control de las empresas que nos han entrevistado y las fechas,
porque si pasado un tiempo prudencial no hemos tenido ninguna noticia del resultado
de la misma, debemos llamar e informarnos del proceso.
El último consejo de este post, y quizás el más difícil de seguir, es no desesperarnos si no
conseguimos el puesto de trabajo, porque por cada entrevista que hacemos
aprendemos algo nuevo y tarde o temprano aparecerá nuestra oportunidad.

CÓMO SUPERAR UNA ENTREVISTA DE


TRABAJO

Toda persona que ha estado o que está en búsqueda activa de empleo tiene un mismo objetivo;
“acceder a una entrevista de trabajo”, pero como todos sabemos, esto conlleva un esfuerzo y
un gran trabajo previo (elaboración de CV, de cartas de presentación, investigación de
empresas, incrementar la red de contactos…) por tanto el llegar a tener una entrevista, no sólo
significa que el esfuerzo realizado merece la pena, sino que si nos han llamado para la
entrevista, quiere decir que están interesados en nosotros.
Ya dimos algunos consejos sobre el antes, durante y el después de la entrevista y hoy
pretendemos comentar algunas recomendaciones o consejos para que, en la medida de lo
posible, podamos controlar nuestros nervios y sentirnos seguros a la hora de la entrevista:
 Se recomienda, al menos el día antes de la entrevista, realizar alguna actividad
gratificante para nosotros como hacer algo de deporte, escuchar música, realizar ejercicios
de relajación, pasear…

 Fomentar el pensamiento positivo y controlar el negativo. Hay que recordar que si


nos han llamado para entrevistarnos es porque les interesamos, así que debemos sentirnos
satisfechos y orgullosos por haber llegado a este punto dentro del proceso de búsqueda de
empleo, al que no es nada fácil llegar.
 Acudir a la entrevista con una actitud positiva. Si ya tenemos experiencias de otras
entrevistas y no hemos conseguido el resultado esperado, no podemos generalizar y pensar
que otra vez obtendremos el mismo resultado ya que no todas las entrevistas son iguales,
ni los entrevistadores, ni las situaciones… cada entrevista implica una situación distinta y
genera nuevas experiencias. Debemos sacar lo positivo de cada una de ellas, aprender de
la experiencia y mejorar aquello que consideremos oportuno, pero no nos ha de servir para
venirnos abajo.
 Al acudir a una entrevista de trabajo nos encontraremos con otras personas que también
aspiran al mismo puesto. Es importante intentar no compararnos con los demás
candidatos, lo cuál nos puede poner más nerviosos, así que es mejor intentar pensar que
todos somos diferentes, que tenemos diversas cualidades y que nosotros resaltaremos las
nuestras. Cuando nos comparamos con otras personas, sólo podemos comparar la imagen
exterior de la otra persona pero no sabemos absolutamente nada de las capacidades o
conocimientos de los otros candidatos. Pensemos en todas nuestras capacidades,
conocimientos y habilidades relacionadas con el puesto al que vamos a aspirar.
 Es fundamental y muy importante conocer al detalle nuestro currículum. Aunque parece
algo sencillo y una tontería, a veces algunos candidatos alteran el orden de las
experiencias o no recuerdan bien las funciones o fechas de otros puestos, esto puede
provocarnos una sensación de inseguridad y no causar muy buena impresión al
entrevistador.
 Preparar respuestas a posibles preguntas de la entrevista, ensaya el tono de voz, las
posturas corporales… podemos entrenar con algunos amigos o incluso delante del espejo.
Existen varias páginas web donde encontraremos posibles preguntas en las entrevistas de
trabajo.
 Como ya comentamos anteriormente, es fundamental antes de acudir a la
entrevista obtener la mayor información posible sobre la empresa, sobre el puesto, su
recorrido, sus servicios, sus empleados…
 Acudir a la entrevista con tiempo suficiente, ya que en cualquier momento puede ocurrir
un imprevisto que hará que nos pongamos nerviosos e incluso alterados. Si salimos con
tiempo suficiente nos dará tiempo a resolver cualquier situación y llegar a tiempo a la
entrevista. Como ya comentamos lo ideal es estar en las oficinas unos 5 minutos antes de
la hora acordada.
 Si por un motivo justificado vamos a llegar tarde, antes de perder la calmar y ponernos
nervioso, debemos llamar por teléfono y avisar de lo ocurrido. Si avisamos con tiempo
suficiente, explicamos el motivo y nos disculpamos, lo normal es que el entrevistador sea
comprensivo y nos cite para otro día.
 Si durante la entrevista cometemos algún error, no recordamos algún dato,
tartamudeamos… hay que intentar no bloquearnos, ni paralizarnos, sino todo lo contrario,
pensar que esto es algo muy común, tomar aire y seguir adelante con nuestra estrategia.
Los pequeños errores no influyen tanto como creemos y lo que estamos demostrando es
la importancia que tiene para nosotros la entrevista.
 Por último recordaros que no debemos irnos de la entrevista sin resolver cualquier duda
que nos haya surgido y sin saber cuál será el siguiente paso.

Al terminar es importante anotar nuestra impresión, como hemos actuado, en que hemos
destacado, que podríamos mejorar…. al fin y al cabo consigamos el puesto o no, habremos
aprendido algo nuevo y tendremos una nueva experiencia

LA COMUNICACIÓN NO VERBAL EN LA
ENTREVISTA DE TRABAJO: 10 PAUTAS
CLAVE
Diciembre 1, 2015 - Por Orientacion_laboral - Categorías: Entrevista De Trabajo, Universidad De Sevilla - 4
¿Sabías que en un proceso comunicativo, sólo un pequeño porcentaje de la información se
transmite mediante lenguaje verbal? La mayoría de la información se obtiene mediante la
observación y percepción de elementos no verbales, entre ellos: el entorno, la imagen
personal, los gestos, la mirada, las expresiones faciales, la utilización del espacio, la postura
corporal, el tono de voz, el timbre, el volumen, el uso de silencios y la fluidez del habla.

La entrevista de trabajo, no es una excepción, en ella, la interpretación de estos elementos


juega un papel fundamental. Por este motivo, debemos prestarles especial atención, si
queremos ser evaluados positivamente.

En este Post veremos algunos consejos para proyectar una imagen adecuada a las expectativas
y demandas del mercado laboral.

Prepara el escenario
En la mayoría de ocasiones, la entrevista tendrá lugar en la empresa, y seremos nosotros
quienes podamos extraer información del entorno. Sin embargo, la entrevista por Skype, o
herramienta análoga, es una práctica cada vez más habitual, especialmente cuando hay una
distancia geográfica entre la persona candidata y quien realiza la entrevista.
En estos casos, hemos de escoger un espacio adecuado, limpio y ordenado, con
elementos que contribuyan a mostrar una imagen madura, positiva y profesional de nosotros
mismos.

Cuida tu imagen
Tanto si celebramos la entrevista por Skype, como si acudimos a la empresa, es importante
que prestemos especial atención a nuestro aspecto y nos preocupemos de llevar una
indumentaria adecuada para la ocasión. Una imagen agradable y acorde a la cultura
empresarial, incrementaránotablemente nuestras posibilidades de ser seleccionados o
seleccionadas.
Hay 5 errores que no debemos cometer:
 Aseo insuficiente.
 Oler a tabaco, alcohol y otras sustancias poco deseables, o abusar de perfumes demasiado
intensos.
 Presentar un aspecto desaliñado: ropa deteriorada, rota, sucia o muy arrugada, barba
descuidada, pelo despeinado, zapatos sucios…
 Portar símbolos que puedan provocar rechazo o prejuicios en el interlocutor o
interlocutora.
 Lucir una imagen demasiado extravagante o no acorde al puesto o la empresa.
Si hemos tenido ocasión de contactar con diferentes empresas, probablemente hayamos
reconocido cierta identidad corporativa, o similitud en el estilo e indumentaria, entre
empleados de una misma compañía. En ocasiones, se deba a las normas, implícitas o
explícitas, de la empresa, sobre la imagen que se considera adecuada. Otras veces, la empresa
se ha esforzado en buscar perfiles con determinadas características personales, que en cierta
medida, han sido también evaluadas a partir de la imagen que proyectaban las personas
candidatas. Con independencia de si fue antes el huevo o la gallina, vestir de manera acorde
a la empresa, no nos asegurará el puesto, pero puede ayudarnos a causar una buena impresión,
así que no debemos restarle importancia.
Por muy profesional que sea la persona que nos evalúa, es muy difícil despojarse de
prejuicios y de la influencia de sesgos cognitivos como el efecto halo (generalización errónea
sobre las características de una persona basada en la percepción de una sola cualidad, o
primera impresión). Además, no siempre corresponderá a un profesional de la selección,
valorar nuestra idoneidad o tomar la última decisión, por lo que debemos estar preparados
para otras posibilidades.
Para acertar en nuestra elección, es recomendable que nos acerquemos al lugar de
trabajo, y observemos cómo suelen vestir los empleados. Al mismo tiempo,
debemos preguntarnos quéimagen queremos proyectar, en función de nuestro perfil
profesional, o el perfil que busca la empresa. Seguramente, nos hayamos fijado en que
profesionales de la abogacía, la banca, la intervención social, el diseño, o la moda, lucen
estilismos diferentes. También las empresas, en función de su sector o cultura empresarial,
prefieren proyectar una imagen más conservadora o más fresca. Para obtener información
sobre la empresa, podemos recurrir a su página web, o a su actividad en las redes sociales. Si
no lo terminamos de ver claro, lo menos arriesgado será decidirnos por un estilo formal,
neutro y conservador.
Con carácter general, los expertos recomiendan colores claros para la camisa, neutros o fríos
para el resto de la indumentaria, complementos discretos, maquillaje sencillo, peinado
natural, zapatos cerrados. Sin embargo, para determinados puestos de trabajo, este estilo
puede resultar demasiado sobrio o conservador.
También es importante que el modelo escogido nos resulte cómodo, y nos permita movernos
con libertad, sin apretarnos o provocarnos molestias, que puedan distraernos o
desconcentrarnos durante la entrevista.

Vigila tu postura y centra tu atención

Nuestra postura durante la interacción puede ayudarnos a transmitir seguridad y entusiasmo.


Para conseguirlo, debemos mantener una postura erguida, con los hombros en línea recta con
la espalda, no demasiado arqueados (reflejan tensión), pero tampoco excesivamente relajados
(puede interpretarse como falta de interés por el puesto).
Al sentarnos, debemos procurar ocupar todo el asiento e inclinar ligeramente la espalda hacia
delante, en posición de escucha activa, en lugar de colocarnos tímidamente en el borde de la
silla, como si quisiéramos salir corriendo. Tampoco debemos recostarnos sobre el respaldo,
puede transmitir prepotencia o escaso interés.
Si lo necesitamos, podemos apoyarnos en la mesa, utilizando el espacio más próximo a
nuestro asiento, sin invadir el espacio de nuestro interlocutor. Es importante que respetemos
la privacidad de quien nos entrevista, evitando dirigir la mirada hacia sus anotaciones.
Cuando hablemos con nuestro interlocutor o interlocutora, debemos mantener en él o
ella lamirada, y siempre a la altura de los ojos, sin bajarla, o desviarla hacia otras partes de
la habitación. Una mirada hacia la persona, por debajo de la línea de los ojos, es inapropiada
en un entorno laboral, mirar hacia abajo y uno mismo, denota excesiva timidez o falta de
confianza, y recorrer con la mirada la habitación mientras nos hablan, puede transmitir
desinterés.

Apóyate en los gestos


Podemos realizar gestos con nuestras manos o cabeza para enfatizar, acompañar o
complementar nuestro discurso, de esta manera, transmitiremos mayor entusiasmo, vitalidad
y confianza, que si escondemos las manos mientras hablamos. También podemos utilizarlos
para regular el proceso comunicativo, marcando el inicio o el fin de nuestra intervención; o
servirnos de ellos para manifestar nuestro interés por lo que nos están diciendo. Por ejemplo,
si asentimos suavemente con la cabeza, mientras nos hablan, estaremos transmitiendo
conformidad e interés por lo que nos dicen, mientras que si lo hacemos con celeridad,
expresamos que ya hemos escuchado suficiente, y queremos el turno de palabra.
Es fundamental que evitemos gestos que denoten emociones negativas, o pongan de
manifiesto que tratamos de reprimirlas, como apretar los puños. Tampoco conviene que nos
llevemos continuamente las manos a la boca, este gesto dificulta la comunicación, y puede
interpretarse como falta de sinceridad o confianza.

Exprésate con sinceridad


Debemos tener en cuenta que si nuestro lenguaje verbal y no verbal transmiten mensajes
contradictorios, quien nos entreviste dará más peso a este último, por ser más difícil de
manipular. De modo, que no nos servirá de nada expresar nuestro entusiasmo por el puesto,
si mientras nos explican las condiciones, se nos bajan las cejas mostrando decepción. Y
restaremos confianza en nuestra aptitud, si conforme nos van explicando nuestras funciones,
empezamos a poner cara de preocupación, y a realizar gestos de desbordamiento.
Un buen intercomunicador sabrá interpretar a través de nuestros gestos, expresiones o incluso
la dirección de nuestra mirada, si nuestro discurso es sincero o estamos tratando de ocultar
algo. Así que ¡mucho cuidado con la falta de honestidad!, es uno de los principios más
valorados por todas las empresas.

Piensa en positivo
Una sonrisa puede abrirnos muchas puertas, siempre que sea sincera. La sonrisa forzada,
puede resultar desagradable e incluso provocar rechazo. Cuando nuestra sonrisa es sincera,
no sólo sonreímos con la boca, también lo hacemos con los ojos, formando ligeras patas de
gallo. Para ser capaces de sonreír sinceramente, resultar agradables y transmitir confianza,
es fundamental que nuestros pensamientos sean positivos. En el post de cómo superar una
entrevista de trabajo, encontraremos algunos consejos que nos ayudarán a tener una actitud
positiva.

Muévete con naturalidad y soltura.


Desde nuestra entrada en el edificio, debemos sentirnos cómodos en las instalaciones, ¿quién
sabe?, quizás sea nuestro próximo lugar de trabajo. Al desplazarnos, evitaremos arrastrar los
pies (denota desidia), así como mantener constantemente las manos en los bolsillos. Si vamos
cargados, debemos dejarnos libres el brazo y la mano derecha, para poder responder sin
demora, cuando nos ofrezcan el saludo.
Respeta el espacio interpersonal.

Si la interacción se produce de pie, o sin mesa que actúe como barrera física, debemos
respetar el espacio vital de la persona con la que hablamos, para no resultar invasivos. Nos
daremos cuenta de que estamos invadiendo su espacio, si la persona tiende a dar pequeños
pasos hacia atrás, a medida que nosotros nos acercamos.
La distancia interpersonal idónea varía en función de factores personales y culturales. En caso
que nos ocupa, se considera adecuada una distancia de 1 a 1,5 metros.
En cuanto al contacto físico, es desaconsejable que toquemos a nuestro
interlocutor o interlocutora, de forma injustificada. Tan sólo estableceremos contacto
físico en el saludo inicial y en la despedida. Para ello, optaremos por un estrechón de mano
simple y firme, salvo que la otra persona inicie una modalidad de saludo diferente.
Escoge un tono y volumen adecuado.
Es frecuente que los nervios nos jueguen malas pasadas en las entrevistas, y tendamos a
emplear un volumen excesivamente bajo. Al hacerlo, estaremos transmitiendo
escasa confianza y una excesiva timidez. Tampoco conviene que superemos el volumen de
voz de la persona que nos entrevista, de esta manera, podemos resultar intimidatorios,
prepotentes o excesivamente dominantes, y puede que esta imagen nos perjudique de cara al
puesto.
En encuentros de este tipo debemos evitar el sarcasmo, la ironía o el cinismo, pueden
dificultar la comunicación y proyectar una imagen negativa de nosotros.
Hemos de procurar expresarnos con fluidez, en la medida que lo consigamos, estaremos
transmitiendo no sólo mayores habilidades comunicativas, sino también mayor conocimiento
de nuestra profesión y seguridad en nosotros mismos. Para conseguirlo, es importante que
nos familiaricemos y conozcamos en profundidad nuestro campo de trabajo.

Aprovecha los silencios.


Durante el desarrollo de la entrevista, resulta fundamental que sepamos distinguir los tipos
de silencios, e identificar los más adecuados para realizar nuestras intervenciones.
Habrá pausas de tipo reflexivo, que sirvan a nuestro interlocutor o interlocutora, para
asimilar a distintos niveles, la información que se está generando en el encuentro. Durante las
mismas, no conviene atosigar a quien nos está entrevistando, con comentarios irrelevantes.
Al hacerlo, no le estamos permitiendo reflexionar, y nuestra preocupación por llenar un
silencio, transmite nerviosismo y ansiedad.
Otras pausas, pueden producirse con la finalidad de acentuar lo dicho con anterioridad, o lo
que se va a decir. Nosotros también podemos usarlas para centrar la atención sobre los
aspectos más relevantes de nuestro discurso.
Y por último, están los silencios que provoca el entrevistador o entrevistadora, como
invitación a que desarrollemos más una idea, o demos una respuesta más completa. Éstos
últimos, son los que debemos aprovechar para realizar una intervención plenamente
satisfactoria. Los identificaremos por la expresión de inconformidad, o satisfacción a medias,
que los acompaña.
Muchas veces, surgen a raíz de algo que dijimos, que levantó las orejas de quien nos evalúa,
y son provocados a conciencia, para que terminemos de decir lo que nos guardamos de
exponer en la primera intervención. Ante estos silencios, debemos tener cuidado de no hablar
por hablar, ni meternos en jardines de los que no podamos salir.
Otras veces, surgen durante una evaluación por competencias, cuando nuestra respuesta a
cómo resolvimos determinada situación no terminó de satisfacer a quien nos entrevista. Ante
situaciones de este tipo, aprovechar el silencio para ofrecer una respuesta más completa y
convincente, puede ser nuestra última oportunidad de salvar la candidatura. ¡No la
desaprovechemos!

ENTREVISTA POR COMPETENCIAS


Noviembre 10, 2015 - Por Orientacion_laboral - Categorías: Entrevista De Trabajo, Universidad De Sevilla - 1

Haciéndonos eco de vuestra inquietud por superar con éxito la ambicionada entrevista, esta
semana seguimos con el tema. Ya vimos algunos consejos generales para superar
una entrevista de trabajo, y enfrentarnos al antes, durante y después. Hoy queremos
presentaros la entrevista por competencias, uno de los métodos preferidos por quienes
seleccionan personal para escoger la candidatura idónea. Si no habéis oído hablar de ella, este
post os será de gran ayuda.
La entrevista por competencias persigue conocer las competencias de la persona candidata, a
partir del análisis de su comportamiento.
Para obtener esta información, quien dirige la entrevista, indaga en el pasado del candidato o
candidata, mediante la formulación de preguntas, que tratan de recomponer situaciones
concretas, y lo ocurrido en ellas. Por ejemplo: Veo en tu C.V. que durante tus estudios
estuviste trabajando en el departamento de quejas y reclamaciones de una cadena
comercial, ¿Alguna vez tuviste que enfrentarte a una situación desagradable con un cliente?
¿Cuál fue la situación? ¿Qué papel desempeñabas? ¿Cómo actuaste? ¿Qué te llevó a ello?
¿Qué consecuencias tuvo? ¿Cómo reaccionó el cliente? ¿Cómo te sentiste al respecto? ¿Qué
posición adoptó tu superior?
La conducta pasada se ha revelado como un fuerte predictor de comportamientos futuros,
especialmente cuando la persona percibe como satisfactorios los resultados de su acción. Esto
no significa que estemos condenados a repetir siempre las mismas conductas, siempre
podemos aprender de los errores.
Menos utilizadas son las preguntas hipotéticas, tipo: ¿Qué harías si un cliente insultara a tu
compañera de trabajo? La razón de que se utilicen menos, es que no son tan reveladoras como
las anteriores, del verdadero comportamiento de la persona. Ante estas preguntas, tendemos
a elaborar un discurso sobre una forma de actuar ideal e impecable, que en la mayoría de los
casos sólo demuestra que conocemos el modo en que deberíamos actuar, pero no predice
cómo actuaríamos realmente.
Además de la entrevista, existen otras vías para analizar el comportamiento en un proceso de
selección. Las más destacadas son las dinámicas de grupo o pruebas
situacionales (Assessment Method Center), en las que las personas candidatas se enfrentan,
de manera real o simulada, a situaciones similares a aquellas que deberán resolver en el
ejercicio del puesto de trabajo al que aspiran. Hablaremos de ellas en posteriores
publicaciones.
¿Cómo podemos saber si nos harán una entrevista por competencias?
Es difícil saberlo con seguridad, pero analizar bien la oferta de trabajo y saber quién nos
entrevistará, puede darnos algunas pistas.
Si en la oferta observamos que se hace mucho hincapié en las competencias requeridas, sean
éstas técnicas o transversales, será probable que la persona encargada de hacer la selección
utilice este tipo de entrevista.
Cuando la persona que nos entreviste sea experta en selección, habrá más posibilidades de
que utilice esta modalidad de entrevista, y en función de su perfil profesional, tenderá
a centrarse más en competencias transversales, como la capacidad comunicativa o de trabajo
en equipo, o en competencias técnicas y específicas de nuestra profesión. Una entrevista
completa debe evaluar competencias de ambos tipos. No obstante, no debemos
sacar conclusiones precipitadas, las personas siempre pueden sorprendernos.
Durante la entrevista, sabremos que nos estamos enfrentando a una entrevista por
competencias, si nos preguntan sobre el modo en que resolvimos situaciones pasadas.
¿Cómo podemos superar con éxito una entrevista por competencias?
Para superar con éxito una entrevista por competencias es importante que preparemos bien
el encuentro.
Nuestra primera tarea será averiguar todo lo que podamos sobre las características de la
empresa (misión, visión, cultura, filosofía), el área en el que se enmarcará nuestra actividad y
las funcionesque nos serán asignadas. Si la oferta no recoge esta información, o no sabemos
la empresa para la que estamos siendo seleccionados, podremos tomar como
referencia otras ofertas más detalladasde puestos similares y otras empresas del sector.
A partir de estos datos trataremos de averiguar las competencias técnicas y transversales
necesarias para el correcto desempeño del puesto.
Por ejemplo, podemos presuponer que una empresa dedicada a la desarrollo software, que
opera en un mercado dinámico, y tiene una necesidad constante de innovar, buscará
profesionales con disposición hacia el aprendizaje e iniciativa
Si además, sabemos que la empresa tiene una estructura horizontal y sin jerarquías, cabe
esperar que valoren de forma muy positiva profesionales implicados, responsables y
efectivos con capacidad para organizarse el propio trabajo.
Y por último, basándonos en las funciones asignadas, sabremos las competencias técnicas y
transversales requeridas para su adecuado desempeño. Así, en un puesto de ventas, o relación
directa con el cliente, intuiremos como competencias fundamentales las habilidades
comunicativas, la capacidad de negociación y resolución de problemas, y la orientación al
cliente.
Llegados a este punto, podemos hacernos una idea bastante afinada del perfil idóneo para el
puesto, pero, ¿qué hay de nosotros? ¿nos ajustamos a ese perfil?
Nuestro objetivo ahora es demostrar a la persona que tenemos enfrente que somos el
candidato o candidata ideal para el puesto. Para ello, nos esforzaremos en rebuscar entre
nuestras experienciasaquellas situaciones, en las que fuimos capaces de resolver de forma
exitosa, alguna dificultad.

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