Hay que tratar de cuidar el lenguaje tanto verbal como no verbal, ser natural, sonreír y
controlar, en la medida de lo posibles, conductas que demuestren nuestro nerviosismo
como: modernos las uñas, movernos continuamente, juguetear con el bolígrafo…
Prestar atención a las preguntas del entrevistador/a para dar respuestas directas y
concretas, que muestren nuestra seguridad y
que resalten nuestras cualidades, formación, experiencia o conocimiento del sector.
Una de las cosas importante que no podemos olvidar antes de salir de la entrevista es
conocer cómo va a continuar el proceso de selección. Es conveniente también anotar el
nombre de la persona que nos ha entrevistado y agradecerle el tiempo invertido.
Una vez pasada la entrevista debemos analizar los aspectos positivos, los negativos y las
áreas de mejora a tener en cuenta para aquellas futuras que podamos tener. También es
recomendable llevar un control de las empresas que nos han entrevistado y las fechas,
porque si pasado un tiempo prudencial no hemos tenido ninguna noticia del resultado
de la misma, debemos llamar e informarnos del proceso.
El último consejo de este post, y quizás el más difícil de seguir, es no desesperarnos si no
conseguimos el puesto de trabajo, porque por cada entrevista que hacemos
aprendemos algo nuevo y tarde o temprano aparecerá nuestra oportunidad.
Toda persona que ha estado o que está en búsqueda activa de empleo tiene un mismo objetivo;
“acceder a una entrevista de trabajo”, pero como todos sabemos, esto conlleva un esfuerzo y
un gran trabajo previo (elaboración de CV, de cartas de presentación, investigación de
empresas, incrementar la red de contactos…) por tanto el llegar a tener una entrevista, no sólo
significa que el esfuerzo realizado merece la pena, sino que si nos han llamado para la
entrevista, quiere decir que están interesados en nosotros.
Ya dimos algunos consejos sobre el antes, durante y el después de la entrevista y hoy
pretendemos comentar algunas recomendaciones o consejos para que, en la medida de lo
posible, podamos controlar nuestros nervios y sentirnos seguros a la hora de la entrevista:
Se recomienda, al menos el día antes de la entrevista, realizar alguna actividad
gratificante para nosotros como hacer algo de deporte, escuchar música, realizar ejercicios
de relajación, pasear…
Al terminar es importante anotar nuestra impresión, como hemos actuado, en que hemos
destacado, que podríamos mejorar…. al fin y al cabo consigamos el puesto o no, habremos
aprendido algo nuevo y tendremos una nueva experiencia
LA COMUNICACIÓN NO VERBAL EN LA
ENTREVISTA DE TRABAJO: 10 PAUTAS
CLAVE
Diciembre 1, 2015 - Por Orientacion_laboral - Categorías: Entrevista De Trabajo, Universidad De Sevilla - 4
¿Sabías que en un proceso comunicativo, sólo un pequeño porcentaje de la información se
transmite mediante lenguaje verbal? La mayoría de la información se obtiene mediante la
observación y percepción de elementos no verbales, entre ellos: el entorno, la imagen
personal, los gestos, la mirada, las expresiones faciales, la utilización del espacio, la postura
corporal, el tono de voz, el timbre, el volumen, el uso de silencios y la fluidez del habla.
En este Post veremos algunos consejos para proyectar una imagen adecuada a las expectativas
y demandas del mercado laboral.
Prepara el escenario
En la mayoría de ocasiones, la entrevista tendrá lugar en la empresa, y seremos nosotros
quienes podamos extraer información del entorno. Sin embargo, la entrevista por Skype, o
herramienta análoga, es una práctica cada vez más habitual, especialmente cuando hay una
distancia geográfica entre la persona candidata y quien realiza la entrevista.
En estos casos, hemos de escoger un espacio adecuado, limpio y ordenado, con
elementos que contribuyan a mostrar una imagen madura, positiva y profesional de nosotros
mismos.
Cuida tu imagen
Tanto si celebramos la entrevista por Skype, como si acudimos a la empresa, es importante
que prestemos especial atención a nuestro aspecto y nos preocupemos de llevar una
indumentaria adecuada para la ocasión. Una imagen agradable y acorde a la cultura
empresarial, incrementaránotablemente nuestras posibilidades de ser seleccionados o
seleccionadas.
Hay 5 errores que no debemos cometer:
Aseo insuficiente.
Oler a tabaco, alcohol y otras sustancias poco deseables, o abusar de perfumes demasiado
intensos.
Presentar un aspecto desaliñado: ropa deteriorada, rota, sucia o muy arrugada, barba
descuidada, pelo despeinado, zapatos sucios…
Portar símbolos que puedan provocar rechazo o prejuicios en el interlocutor o
interlocutora.
Lucir una imagen demasiado extravagante o no acorde al puesto o la empresa.
Si hemos tenido ocasión de contactar con diferentes empresas, probablemente hayamos
reconocido cierta identidad corporativa, o similitud en el estilo e indumentaria, entre
empleados de una misma compañía. En ocasiones, se deba a las normas, implícitas o
explícitas, de la empresa, sobre la imagen que se considera adecuada. Otras veces, la empresa
se ha esforzado en buscar perfiles con determinadas características personales, que en cierta
medida, han sido también evaluadas a partir de la imagen que proyectaban las personas
candidatas. Con independencia de si fue antes el huevo o la gallina, vestir de manera acorde
a la empresa, no nos asegurará el puesto, pero puede ayudarnos a causar una buena impresión,
así que no debemos restarle importancia.
Por muy profesional que sea la persona que nos evalúa, es muy difícil despojarse de
prejuicios y de la influencia de sesgos cognitivos como el efecto halo (generalización errónea
sobre las características de una persona basada en la percepción de una sola cualidad, o
primera impresión). Además, no siempre corresponderá a un profesional de la selección,
valorar nuestra idoneidad o tomar la última decisión, por lo que debemos estar preparados
para otras posibilidades.
Para acertar en nuestra elección, es recomendable que nos acerquemos al lugar de
trabajo, y observemos cómo suelen vestir los empleados. Al mismo tiempo,
debemos preguntarnos quéimagen queremos proyectar, en función de nuestro perfil
profesional, o el perfil que busca la empresa. Seguramente, nos hayamos fijado en que
profesionales de la abogacía, la banca, la intervención social, el diseño, o la moda, lucen
estilismos diferentes. También las empresas, en función de su sector o cultura empresarial,
prefieren proyectar una imagen más conservadora o más fresca. Para obtener información
sobre la empresa, podemos recurrir a su página web, o a su actividad en las redes sociales. Si
no lo terminamos de ver claro, lo menos arriesgado será decidirnos por un estilo formal,
neutro y conservador.
Con carácter general, los expertos recomiendan colores claros para la camisa, neutros o fríos
para el resto de la indumentaria, complementos discretos, maquillaje sencillo, peinado
natural, zapatos cerrados. Sin embargo, para determinados puestos de trabajo, este estilo
puede resultar demasiado sobrio o conservador.
También es importante que el modelo escogido nos resulte cómodo, y nos permita movernos
con libertad, sin apretarnos o provocarnos molestias, que puedan distraernos o
desconcentrarnos durante la entrevista.
Piensa en positivo
Una sonrisa puede abrirnos muchas puertas, siempre que sea sincera. La sonrisa forzada,
puede resultar desagradable e incluso provocar rechazo. Cuando nuestra sonrisa es sincera,
no sólo sonreímos con la boca, también lo hacemos con los ojos, formando ligeras patas de
gallo. Para ser capaces de sonreír sinceramente, resultar agradables y transmitir confianza,
es fundamental que nuestros pensamientos sean positivos. En el post de cómo superar una
entrevista de trabajo, encontraremos algunos consejos que nos ayudarán a tener una actitud
positiva.
Si la interacción se produce de pie, o sin mesa que actúe como barrera física, debemos
respetar el espacio vital de la persona con la que hablamos, para no resultar invasivos. Nos
daremos cuenta de que estamos invadiendo su espacio, si la persona tiende a dar pequeños
pasos hacia atrás, a medida que nosotros nos acercamos.
La distancia interpersonal idónea varía en función de factores personales y culturales. En caso
que nos ocupa, se considera adecuada una distancia de 1 a 1,5 metros.
En cuanto al contacto físico, es desaconsejable que toquemos a nuestro
interlocutor o interlocutora, de forma injustificada. Tan sólo estableceremos contacto
físico en el saludo inicial y en la despedida. Para ello, optaremos por un estrechón de mano
simple y firme, salvo que la otra persona inicie una modalidad de saludo diferente.
Escoge un tono y volumen adecuado.
Es frecuente que los nervios nos jueguen malas pasadas en las entrevistas, y tendamos a
emplear un volumen excesivamente bajo. Al hacerlo, estaremos transmitiendo
escasa confianza y una excesiva timidez. Tampoco conviene que superemos el volumen de
voz de la persona que nos entrevista, de esta manera, podemos resultar intimidatorios,
prepotentes o excesivamente dominantes, y puede que esta imagen nos perjudique de cara al
puesto.
En encuentros de este tipo debemos evitar el sarcasmo, la ironía o el cinismo, pueden
dificultar la comunicación y proyectar una imagen negativa de nosotros.
Hemos de procurar expresarnos con fluidez, en la medida que lo consigamos, estaremos
transmitiendo no sólo mayores habilidades comunicativas, sino también mayor conocimiento
de nuestra profesión y seguridad en nosotros mismos. Para conseguirlo, es importante que
nos familiaricemos y conozcamos en profundidad nuestro campo de trabajo.
Haciéndonos eco de vuestra inquietud por superar con éxito la ambicionada entrevista, esta
semana seguimos con el tema. Ya vimos algunos consejos generales para superar
una entrevista de trabajo, y enfrentarnos al antes, durante y después. Hoy queremos
presentaros la entrevista por competencias, uno de los métodos preferidos por quienes
seleccionan personal para escoger la candidatura idónea. Si no habéis oído hablar de ella, este
post os será de gran ayuda.
La entrevista por competencias persigue conocer las competencias de la persona candidata, a
partir del análisis de su comportamiento.
Para obtener esta información, quien dirige la entrevista, indaga en el pasado del candidato o
candidata, mediante la formulación de preguntas, que tratan de recomponer situaciones
concretas, y lo ocurrido en ellas. Por ejemplo: Veo en tu C.V. que durante tus estudios
estuviste trabajando en el departamento de quejas y reclamaciones de una cadena
comercial, ¿Alguna vez tuviste que enfrentarte a una situación desagradable con un cliente?
¿Cuál fue la situación? ¿Qué papel desempeñabas? ¿Cómo actuaste? ¿Qué te llevó a ello?
¿Qué consecuencias tuvo? ¿Cómo reaccionó el cliente? ¿Cómo te sentiste al respecto? ¿Qué
posición adoptó tu superior?
La conducta pasada se ha revelado como un fuerte predictor de comportamientos futuros,
especialmente cuando la persona percibe como satisfactorios los resultados de su acción. Esto
no significa que estemos condenados a repetir siempre las mismas conductas, siempre
podemos aprender de los errores.
Menos utilizadas son las preguntas hipotéticas, tipo: ¿Qué harías si un cliente insultara a tu
compañera de trabajo? La razón de que se utilicen menos, es que no son tan reveladoras como
las anteriores, del verdadero comportamiento de la persona. Ante estas preguntas, tendemos
a elaborar un discurso sobre una forma de actuar ideal e impecable, que en la mayoría de los
casos sólo demuestra que conocemos el modo en que deberíamos actuar, pero no predice
cómo actuaríamos realmente.
Además de la entrevista, existen otras vías para analizar el comportamiento en un proceso de
selección. Las más destacadas son las dinámicas de grupo o pruebas
situacionales (Assessment Method Center), en las que las personas candidatas se enfrentan,
de manera real o simulada, a situaciones similares a aquellas que deberán resolver en el
ejercicio del puesto de trabajo al que aspiran. Hablaremos de ellas en posteriores
publicaciones.
¿Cómo podemos saber si nos harán una entrevista por competencias?
Es difícil saberlo con seguridad, pero analizar bien la oferta de trabajo y saber quién nos
entrevistará, puede darnos algunas pistas.
Si en la oferta observamos que se hace mucho hincapié en las competencias requeridas, sean
éstas técnicas o transversales, será probable que la persona encargada de hacer la selección
utilice este tipo de entrevista.
Cuando la persona que nos entreviste sea experta en selección, habrá más posibilidades de
que utilice esta modalidad de entrevista, y en función de su perfil profesional, tenderá
a centrarse más en competencias transversales, como la capacidad comunicativa o de trabajo
en equipo, o en competencias técnicas y específicas de nuestra profesión. Una entrevista
completa debe evaluar competencias de ambos tipos. No obstante, no debemos
sacar conclusiones precipitadas, las personas siempre pueden sorprendernos.
Durante la entrevista, sabremos que nos estamos enfrentando a una entrevista por
competencias, si nos preguntan sobre el modo en que resolvimos situaciones pasadas.
¿Cómo podemos superar con éxito una entrevista por competencias?
Para superar con éxito una entrevista por competencias es importante que preparemos bien
el encuentro.
Nuestra primera tarea será averiguar todo lo que podamos sobre las características de la
empresa (misión, visión, cultura, filosofía), el área en el que se enmarcará nuestra actividad y
las funcionesque nos serán asignadas. Si la oferta no recoge esta información, o no sabemos
la empresa para la que estamos siendo seleccionados, podremos tomar como
referencia otras ofertas más detalladasde puestos similares y otras empresas del sector.
A partir de estos datos trataremos de averiguar las competencias técnicas y transversales
necesarias para el correcto desempeño del puesto.
Por ejemplo, podemos presuponer que una empresa dedicada a la desarrollo software, que
opera en un mercado dinámico, y tiene una necesidad constante de innovar, buscará
profesionales con disposición hacia el aprendizaje e iniciativa
Si además, sabemos que la empresa tiene una estructura horizontal y sin jerarquías, cabe
esperar que valoren de forma muy positiva profesionales implicados, responsables y
efectivos con capacidad para organizarse el propio trabajo.
Y por último, basándonos en las funciones asignadas, sabremos las competencias técnicas y
transversales requeridas para su adecuado desempeño. Así, en un puesto de ventas, o relación
directa con el cliente, intuiremos como competencias fundamentales las habilidades
comunicativas, la capacidad de negociación y resolución de problemas, y la orientación al
cliente.
Llegados a este punto, podemos hacernos una idea bastante afinada del perfil idóneo para el
puesto, pero, ¿qué hay de nosotros? ¿nos ajustamos a ese perfil?
Nuestro objetivo ahora es demostrar a la persona que tenemos enfrente que somos el
candidato o candidata ideal para el puesto. Para ello, nos esforzaremos en rebuscar entre
nuestras experienciasaquellas situaciones, en las que fuimos capaces de resolver de forma
exitosa, alguna dificultad.