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PLAN NACIONAL

DE SALUD MENTAL

CONSEJO NACIONAL DE SALUD

COMITÉ NACIONAL DE SALUD MENTAL

Perú, julio del 2005


INDICE

Introducción ……………………………… 3

I Situación de la salud mental en el Perú …………………………….… 6

1.1Principales trastornos clínicos: Depresión, ansiedad y otros


1.2 Aspectos psicopáticos
1.3 Suicidio
1.4 Consumo y abuso de sustancias
1.5 Las violencias
1.5.1 Violencia familiar
1.5.2 Maltrato infantil
1.5.3 Violencia contra la mujer
1.5.4 Violencia sexual e incesto
1.5.5 Violencia política, desplazamientos y secuelas psicosociales
1.5.6 Violencia social
1.5.7 Otros problemas asociados a la vulnerabilidad en salud
mental

II Problemas identificados ………………………………. 16

2.1 En relación a los problemas y trastornos de salud mental.


2.2 En relación a la respuesta del sector salud.
2.3 En relación a la coordinación intersectorial.
2.4 En relación a la comunidad.

III Objetivos y Resultados del Plan ………………………………… 18

3.1 Objetivos marco


3.2 Objetivos generales
3.3 Objetivos específicos

IV Matriz de objetivos, resultados e indicadores ………………………………… 51

2
INTRODUCCIÓN

Este documento, inspirado en los “Lineamientos para la Acción en Salud


Mental” (Ministerio de Salud, 2004) y en la Estrategia Sanitaria Nacional de
Salud Mental y Cultura de Paz (MINSA, 2004), expone un conjunto de
objetivos, resultados y actividades que constituyen una propuesta concertada
de Plan Nacional de Salud Mental, el cual busca promover iniciativas
sectoriales e intersectoriales del mayor impacto que trasciendan los límites de
la enfermedad y generen entornos y estilos de vida saludables.
Se han recogido los aportes del “Proyecto de Plan Nacional de Salud Mental”
elaborado por el Comité Nacional de Salud Mental del Consejo Nacional de
Salud. Asimismo, la presente propuesta de plan ha sido validada a través de
un proceso que incluyó la opinión de expertos y talleres participativos con
representantes de todos los sectores comprometidos con la salud mental.
Es importante destacar que este documento cumple con las diez
recomendaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud – OMS:
tratamiento en la atención primaria; disponibilidad de medicamentos
psicotrópicos; asistencia en comunidad; educación al público; involucramiento
de comunidades, familias y consumidores; políticas y legislación nacional;
desarrollo de recursos humanos; vínculo con otros sectores; vigilancia; apoyo
a la investigación.1
Esta propuesta es el resultado de un proceso que se ha venido desarrollando
desde el año 2001, en el marco de los Lineamientos de Políticas del Sector y
del Modelo de Atención Integral de Salud, elaborados por el Ministerio de
Salud. Estas políticas establecen en su visión al 2010-2020, la mejora de salud
de la población como un resultado del desarrollo socioeconómico y de
afirmación de la democracia en el país. Desde una concepción integral, se
incluye la salud mental como un componente fundamental del desarrollo
humano, que optimiza la productividad, empodera y genera ciudadanía;
constituyendo un indicador de desarrollo de los países.
La integralidad del ser humano supone atender los aspectos somáticos, así
como los psicológicos, socioculturales, históricos y políticos, los cuales actúan
como unidad en su contexto social. La salud mental se plantea como un eje
transversal en las prioridades de salud por ciclo de vida y, como un aspecto
necesario de las acciones de cada sector. Por ello, este es un plan de
concertación intersectorial que involucra a todos los sectores
gubernamentales, así como a instituciones diversas de la sociedad civil.
Esta propuesta fue elaborada en base a un estudio actualizado sobre la
situación de la salud mental en nuestro país, de modo que sus resultados y

1
Organización Mundial de la Salud –OMS-. Informe sobre la Salud Mental en el Mundo 2001. Salud Mental: nuevos
conocimientos, nuevas esperanzas.

3
acciones más importantes, recogen las prioridades surgidas de los problemas y
trastornos prevalentes que se han identificado.
La propuesta plantea cuatro objetivos generales complementarios, cuya
secuencia no implica una prioridad ni un orden en su ejecución:

1. Posicionar la salud mental como un derecho fundamental de la


persona, componente indispensable de la salud integral y del
desarrollo humano en nuestro país.
2. Fortalecer el rol rector del Ministerio de Salud en salud mental
de manera concertada a nivel nacional, regional y local, a fin
de garantizar los derechos ciudadanos y ser factor de cohesión
social.
3. Asegurar el acceso universal a la atención integral en salud
mental, basada en la reestructuración de servicios que
priorice la atención en la comunidad.
4. Promover en la atención de salud mental la equidad en
términos de estrato social, género, ciclo vital y diversidad
cultural; dando atención diferenciada a las poblaciones
vulnerables, especialmente a las afectadas por la violencia
política.

El posicionamiento de la salud mental tiene como componentes


fundamentales: la difusión pública de su rol determinante para una mejor
calidad de vida, el debate sobre los enfoques y políticas y, la organización de
un sistema de información e investigación intersectorial que incluya la
identificación de experiencias exitosas en salud mental.
El rol rector en salud mental supone la conducción de políticas en forma
concertada, contando con un sistema de planificación y evaluación de las
acciones conjuntas intra e intersectoriales y, coordinadas con las
organizaciones de la sociedad civil.
La prioridad de atención en la comunidad supone intervenciones en todo el
proceso de salud-enfermedad. Incluye acciones de promoción, prevención,
tratamiento, rehabilitación y reinserción social. Supone también, desarrollar
la calidad de sus recursos humanos, articulándolos con la comunidad, de
manera tal, que se contribuya a la difusión del tema y a la
desestigmatización de la persona con trastornos mentales. Finalmente,
supone promover una política adecuada y equitativa de medicamentos.
Se ha incluido como cuarto objetivo, un énfasis especial en la intervención
equitativa, especialmente, en las poblaciones afectadas por la violencia
política, contribuyendo con el proceso de reconstrucción nacional y
reconciliación.
Para cumplir cabalmente con estos objetivos, es fundamental la voluntad
política para la institucionalización de la salud mental a nivel multisectorial; a
través de normas, procedimientos, autorizaciones, representaciones y
presupuestos adecuados, para lograr la viabilidad de este nuevo plan, así

4
como el posicionamiento político y social de la salud mental en nuestra
sociedad.
Cada objetivo general tiene varios específicos, a partir de los cuales se
desarrollan resultados y acciones según prioridades en el ciclo de vida y
según niveles de intervención (promoción, prevención, tratamiento y
rehabilitación). Esta propuesta constituye una estructura básica que requiere
establecer las coordinaciones necesarias de manera intra e intersectorial.
Cabe resaltar que esta propuesta ha sido desarrollada por el Comité Nacional
de Salud Mental del Consejo Nacional de Salud, con la cooperación técnica de
la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el aporte de profesionales
especialistas en el campo de la salud mental.

5
I SITUACIÓN DE LA SALUD MENTAL EN PERÚ2

Para abordar el diagnóstico panorámico de la situación de la salud mental en


nuestro país, debemos empezar por definir salud mental. En la actualidad, la
salud mental no se entiende como la ausencia de enfermedades mentales
solamente. La Organización Mundial de la Salud, ha definido a la salud mental
como el estado de bienestar que permite a cada individuo realizar su
potencial, enfrentarse a las dificultades usuales de la vida, trabajar
productiva y fructíferamente y contribuir con su comunidad. De modo que, la
problemática de salud mental incluye no sólo los trastornos mentales sino
también, problemas psicosociales graves, como diversos tipos de violencia; los
cuales generan consecuencias que de no ser abordadas contribuirán a
reproducir de generación en generación este problema.

Este plan está sustentado en información sobre los trastornos y problemas en


salud mental, priorizados en función de su prevalencia. Asumiendo que la
etiología de los trastornos mentales es multifactorial, se ha puesto énfasis en
los determinantes sociales, que consideramos son importantes tanto para la
expresión de los trastornos mentales propiamente dichos, como en la génesis
de los problemas psicosociales identificados.

1.1 Trastornos clínicos: Depresión, ansiedad y otros

No existe información epidemiológica de carácter nacional consistente y


organizada sobre la prevalencia de trastornos mentales en la población
peruana, sin embargo, tenemos los siguientes datos relevantes. El estudio de
Cecilia Sogui (1997) -focalizado en un solo distrito limeño- resalta la
prevalencia de un 32.6% de depresión, explicando que afectaría
fundamentalmente a la población femenina en el periodo del climaterio y a la
masculina en la temprana juventud.

Estudios más recientes del Instituto Especializado en Salud Mental “Honorio


Delgado-Hideyo Noguchi” (2002)3 indican un 19% para depresión en general
(14.5% para varones y 23.3% para mujeres). Sobre los trastornos de ansiedad,
este mismo estudio nos muestra una prevalencia de 25.3% (20.3% para varones
y 30.1% para mujeres). Sobre trastornos psicóticos, el estudio muestra una
prevalencia del 1% (0.7% masculino y 1.3% femenino).

El estudio epidemiológico en la sierra peruana –Ayacucho, Cajamarca y


Huaraz- realizado por el INSM “Honorio Delgado-Hideyo Noguchi” 4 muestra una

2
La información de base ha sido tomada de los “Lineamientos para la Acción en Salud Mental”. MINSA, 2004.
3
IESM “Honorio Delgado-Hideyo Noguchi”. Estudio Epidemiológico Metropolitano de Salud Mental 2002. En: Anales
de Salud Mental, Vol.XVIII, Nos. 1 y 2, 2002.
4
IESM “Honorio Delgado-Hideyo Noguchi”. Estudio Epistemológico en Salud Mental en la Sierra Peruana 2003. En:
Anales de Salud Mental, Vol.XIX, Nos. 1 y 2, 2003.

6
prevalencia de vida de trastornos depresivos del 17%, cifra similar a la ya
mencionada, existiendo diferencias entre varones y mujeres: 13.3% y 20.5%
respectivamente. La prevalencia anual es del 7.4%.
La cifra mayor en prevalencia de vida son los trastornos de ansiedad con un
21.1%. Se observa más frecuente en las mujeres (25.3%) que en los varones
(16.6%). Como veremos más adelante, los varones presentan mayor
prevalencia de uso de sustancias.

1.2 Aspectos psicopáticos


Consideramos especialmente importante, que el estudio realizado en la sierra
peruana haya incluido la medición de estos aspectos, que por sus propias
características no llegan a la consulta clínica. Han sido estudiados a nivel de
tendencias como: permisividad frente a la psicopatía –tolerancia a conductas
delictivas como el robo- y tendencias psicopáticas –mentira frecuente,
violencia y robo-. En la población adulta, se ha encontrado una permisividad
del 11.6% y tendencias psicopáticas en el 4.7% de la población.
Cabe resaltar que para la población adolescente, si bien la permisividad es
menor que en los adultos (9.9%) las tendencias psicopáticas son mucho
mayores (39.4%); el estudio menciona que los resultados son semejantes a los
de Lima y Callao. Obviamente no se puede analizar la psicopatía al margen
del proceso de anomia que vive el país.

1.3 Suicidio
El suicidio, asociado a diferentes cuadros, ocupa el cuarto lugar como causa
de muerte violenta en Lima, constituyendo el 8% de éstas (Instituto de
Medicina Legal, 2001), en una relación de 2:1 entre hombres y mujeres. En un
estudio realizado por el INSM Honorio Delgado-Hideyo Noguchi (1998) 5 se
mencionan los motivos más frecuentes asociados al suicidio: conflictos
conyugales (29.6%), conflictos familiares (27.6%), conflictos sentimentales
(22.1%), etc. Tres cuartas partes de los suicidios están relacionados a alguna
forma de depresión: trastorno depresivo mayor (39.4%) y trastorno reactivo
con síntomas depresivos (35.5%); un 23% está asociado también, con abuso de
alcohol y sustancias.
En otro estudio posterior de esta misma institución (2002), se han encontrado
consideraciones o pensamientos suicidas en el 30.3% de la población
encuestada; este tipo de pensamiento es más entre las mujeres (40.3%) que
entre los varones 19.6%, a diferencia del suicidio consumado. 6 En este mismo
estudio, se observa una tendencia generacional al incremento de indicadores
suicidas. La prevalencia de vida de los deseos de morir en el adulto,
adolescente y adulto mayor es de 30.3%, 29.1% y 27.8%., respectivamente. 7 Si

5
Vásquez, Freddy: Seguimiento de pacientes que presentaron intento de suicidio atendidos en el servicio de
emergencia del INSM Honorio Delgado-Hideyo Noguchi. En: Anales de Salud Mental (1998) XIV: 65-76.
6
IESM “Honorio Delgado-Hideyo Noguchi”. Estudio Epidemiológico Metropolitano de Salud Mental 2002. En: Anales
de Salud Mental, Vol.XVIII, Nos. 1 y 2, 2002.
7
Op. Cit.

7
bien la prevalencia de vida en el adulto es mayor que en los adolescentes, la
prevalencia anual en los adolescentes es mayor respecto a los adultos (15.3%
y 8.5% respectivamente), lo cual pone al suicidio y la depresión entre las
prioridades de la salud mental durante la infancia y adolescencia.
En el estudio realizado en la sierra peruana (2003), para el grupo de mujeres
unidas –o alguna vez unidas- se encontró una prevalencia de vida del deseo de
morirse del 45.5%. La prevalencia de vida de la conducta suicida es mayor en
las mujeres: 3.6% contra 1.7% de los varones. En este mismo estudio,
encontramos una prevalencia de vida del deseo de morir del 34.2% en adultos,
ligeramente superior a los datos anteriores.

1.4 Consumo y abuso de sustancias


Según la Encuesta Nacional De Prevención y Uso De Drogas 8 los dependientes
del consumo de drogas principalmente lo son de alcohol y tabaco, (10.1% y 8.1
% de la población encuestada, respectivamente), mientras que las
dependencias a marihuana, pasta básica de cocaína, clorhidrato de cocaína,
inhalantes y tranquilizantes, sumaron el 0.78%.
Esta misma tendencia se mantiene según la encuesta nacional de DEVIDA
(2002)9 , la cual nos muestra que el 94.2% de personas encuestadas han
consumido alcohol, un 68% ha consumido tabaco, un 5.8 % ha consumido
marihuana; siguen: pasta básica de cocaína (2.1%), clorhidrato de cocaína
(1.8%), inhalantes (1%), tranquilizantes (6.5%). Si bien estos porcentajes no
indican dependencia, sí nos muestran la tendencia de consumo y preferencias
de la población.
Resulta evidente que el consumo de alcohol es un grave problema de salud
pública, asociándose a varios factores psicosociales. En Perú, los varones
tienen una tasa más alta de dependencia al alcohol en relación a las mujeres:
16% frente al 4.9%. El 30% o más de los bebedores desarrollan problemas de
índole familiar y social asociados al consumo; la intoxicación alcohólica puede
producir irritabilidad, conducta violenta y depresión. En el mundo
10
occidental , el 10% de los varones y del 3 al 5% de las mujeres
aproximadamente, desarrollan problemas conductuales severos asociados al
abuso de alcohol. Como los altos niveles de ingesta de alcohol pueden causar
problemas médicos y psiquiátricos, se estima que del 20% al 35% de usuarios
de servicios de salud presentan abuso o dependencia al alcohol.
Sobre el tabaco diremos que la dependencia a la nicotina es la segunda en
prevalencia, y de las más costosas, y a la vez, una de las más tratables. Cabe
agregar que el 50% de los fumadores crónicos desarrolla algún tipo de cáncer
en los países desarrollados 11; se presume que Perú siga ese mismo patrón
mundial.
8
Contradrogas .Encuesta Nacional en Prevención y Uso de Drogas 1998 Lima
9
DEVIDA. Encuesta Nacional sobre Prevención y Consumo de Drogas 2002. Lima, 2003.
10
Schuckit, Marc (2000). Alcohol-Related Disorders. En Sadock B. J. y Sadock V.A. Kaplan & Sadock's
Comprehensive Textbook of Psychiatry. Lippicott Williams & Wilkins. New York.
11
Hughes John (2000). Nicotine-Related Disorders. En Sadock B. J. y Sadock V.A. Kaplan & Sadock's Comprehensive
Textbook of Psychiatry. Lippicott Williams & Wilkins. New York.

8
En el estudio epidemiológico en la sierra peruana (2003) –ya mencionado- se
mantiene que las prevalencias de consumo actual más altas son: alcohol
(46%) y tabaco (17.2%).

1.5 Las violencias

Configuran un conjunto de problemas psicosociales de gran magnitud, de


causas diversas y complejas. Si embargo, cabe subrayar que en función del
enfoque bio-psico-social que sustenta este plan 12, queda claro que las
violencias son expresión dramática del conjunto de condiciones de vida
inhumanas a que está sometida la población peruana (políticas,
socioeconómicas, familiares, de vínculos violentos o de abandono).

Al respecto, es ilustrativa la opinión de J. Gilligan: “La violencia es compleja,


está multi-determinada y se expresa en una variedad de conductas: el
homicidio, el suicidio, el terrorismo, el secuestro, la pena de muerte, etc. Las
causas son múltiples (...) pero podemos dividirlas en tres, las biológicas, las
psicológicas y las socioeconómicas; pero el peso mayor está en el factor
psicológico y en el socioeconómico”.13

De igual manera, en el Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación


se dice: “La violencia añadió crueldad, terror y destrucción a la vida en
condiciones de pobreza, abandono y marginación de muchos pueblos. Sus
efectos se potencian con aquellas huellas de las condiciones injustas de vida.
No podemos entonces hablar de un modo simple de “secuelas de la violencia”
sin atender a la complejidad de la historia que ha producido tal violencia, sin
considerar las particulares formas de vivirlas y hacerles frente”.14
No es de extrañar entonces encontrar resultados como los del estudio ya
mencionado del INSM “Honorio Delgado-Hideyo Noguchi” (2,002), el cual
menciona una prevalencia de tendencias violentas en el 30.2% de la población
encuestada (entre 18 y 91 años).. Asimismo, en el estudio realizado en la
sierra peruana, encontramos una prevalencia de vida de conductas violentas
del 27.5%, incluyendo peleas con algún tipo de armas y abuso físico a
menores.
Este mismo estudio de la sierra peruana, incluyó indicadores sobre estilos de
crianza y su relación con la salud mental. Encontraron una mayor prevalencia
de estilos de crianza negativos en Ayacucho y de sobreprotección en Huaraz.
Asimismo, un incremento de la prevalencia de trastornos psiquiátricos en las
personas que han recibido estilos de crianza negativos. Por ejemplo, el
maltrato infantil –bajo la forma de “le dieron más castigos de los que
merecía”- tiene el impacto más alto en todos los trastornos (50%). Es
interesante que además, la falta de amor y ternura de los padres ocupa es
12
Ministerio de Salud. Lineamientos para la Acción en Salud Mental pp 24-25. Lima, 2004.
13
Entrevista de Susana Villarán al Dr. James Gilligan, psiquiatra, Director del Center for the Study of Violence Harvard
Medical School. 1998.
14
Comisión de la Verdad y Reconciliación. Informe Final. T VIII, Tercera parte, cap. 1, p. 168

9
relatada por el mayor número de personas que padecen trastornos de
ansiedad y depresión: 29.1% y 24% respectivamente. Nuevamente, tenemos un
indicador que nos obliga a intervenir a favor de la infancia y adolescencia
como prioridad en la promoción y prevención de salud mental.
Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, presentamos algunos
indicadores específicos de diversas manifestaciones de la violencia:

Violencia familiar

Según reportes epidemiológicos del MINSA (2000) 15 sobre violencia familiar, se


encontró que el 84.7% de las víctimas fueron mujeres, frente al 15.2% de
varones. Respecto a la edad, el 61% eran menores de 15 años; es decir, las
más afectadas fueron las niñas y adolescentes.
La información sistematizada por los Centros de Emergencia Mujer –CEM-
muestra que un 16% de casos atendidos son niños, niñas y adolescentes hasta
17 años.16 De este total, el 73.1% refiere violencia psicológica, 43.9% violencia
física y 23.9% violencia sexual.

Maltrato infantil

De acuerdo al estudio de Anicama (1999) uno de cada tres limeños


maltrata psicológicamente a sus hijos (36.2%) y dos de cada cuatro o
cinco lo hace físicamente (43.2%). En un estudio anterior (Ponce, 1995)
se resalta que poco más de la mitad de los hijos son maltratados
físicamente (52.3%), de los cuales un 20.4% son golpeados con objetos
flagelantes. La flagelación es el método más practicado sin distinción
de edad, sexo o nivel sociocultural de los niños/as y sus familias.

Cabe resaltar también, el estudio realizado por la Alianza Save the


Children (2003)17 en trece regiones del país, encuestando tanto a niños
y niñas como a sus padres, docentes y otros líderes de la comunidad. El
48% de niñas y niños dijeron recibir castigo físico “ocasionalmente” en
su hogar. En la escuela, los varones son más castigados físicamente que
las mujeres (24% contra 13%). Asimismo, más del 50% de adultos
encuestados refirieron haber sido objeto de castigo físico en sus
hogares cuando eran niños o adolescentes.
En la sistematización de los CEM, ya mencionada, se observa que los
niños y niñas de 6 a 11 años reciben casi el doble de violencia
psicológica que aquellos de 0 a 5 años, casi sin distinción de sexo;
mientras que en la edad de 12 a 17 años, la violencia psicológica hacia
varones desciende y hacia las mujeres se incrementa al doble que en la
edad anterior.

15
Ministerio de Salud. Oficina General de Epidemiología 2000. En: Anales de Salud Mental, vol.XIX, año 2003, # 1 y 2.
16
MIMDES. Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual. “Maltrato y Abuso sexual en niños, niñas y
adolescentes”. Perú 2004.
17
Save the Children. “El Castigo físico y psicológico: una pauta que queremos cambiar”. Lima, 2003.

10
En relación a la violencia física, encontramos que también se duplica
para la edad de 6 a 11 años con relación al grupo de edad de 0-5, sin
distinción de sexo. En el grupo de 12 a 17 años, desciende la violencia
física hacia los varones y nuevamente, se incrementa al doble en las
mujeres.

Violencia contra la mujer

En la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES, 2000), el 41%


de las mujeres “alguna vez unidas” ha sido empujada, golpeada o
agredida físicamente; el 83% a veces y el 16% con frecuencia. En
relación al maltrato psicológico, se han identificado situaciones de
control (34%) como “la ignora o es indiferente”; situaciones de agresión
verbal (48%) como “la grita cuando le habla” y amenazas (25%) como
“me tienes cansado, me voy de la casa”. Del mismo modo, en el
estudio del Congreso de la República 18 el 82.2% de encuestadas afirma
conocer a otra mujer que en el último año ha sido maltratada.
Generalmente, es la violencia física la que impulsa a iniciar la
denuncia, sin embargo, dos tercios de encuestadas refieren que la
violencia psicológica afecta más a las mujeres, pero no necesariamente
denuncian por ello.

Como consecuencia de este problema, se presume que las mujeres


casadas y convivientes presentan trastornos clínicos como episodio
depresivo o depresión mayor –una de cada nueve mujeres unidas sufre
depresión y una de cada diez, ansiedad generalizada-.19
El estudio epidemiológico realizado en la sierra peruana nos muestra
también una alta prevalencia de vida (67.6%) del abuso contra las
mujeres, tales como: intento o actos sexuales inapropiados, agresiones
físicas, agresiones verbales o situaciones de abandono. El 61.3% de
mujeres unidas, en el período de enamoramiento presentaban tratos
inadecuados como: celos, control, mentiras, descuido, engaños,
relaciones sexuales forzadas y maltrato físico, en porcentajes de mayor
a menor. La prevalencia más alta de abuso sistemático se encuentra en
Ayacucho 13.6%; casi el doble si se comparan con Cajamarca 6.9% y
Huaraz 5.5%.
Si correlacionamos las variables de violencia contra la mujer –
especialmente la violencia sistemática- y trastornos clínicos,
encontramos una relación importante: la prevalencia de seis meses del
trastorno de ansiedad en mujeres agredidas sistemáticamente es más
del doble que las mujeres que no son objetos de maltrato sistemático:
10.7% contra 4.3%; la prevalencia de estrés post traumático es de: 2.9%
contra 1.7%; la prevalencia –a seis meses- del episodio depresivo mayor
es de: 15.3% contra 7.4%.

18
“Violencia en la familia en Lima y el Callao”, I Encuesta de Hogares. Ediciones del Congreso del Perú, 2,000.
19
Estudio Epidemiológico Metropolitano de Salud mental 2002. En: Anales de Salud Mental, vol.XIX, año 2003, # 1 y 2.

11
Violencia sexual e incesto
Según reportes del Instituto de Medicina Legal (2001), de todos los
casos de delito contra la libertad sexual, 73% de las víctimas son
mujeres de todas las edades; el 94% de hombres abusados son menores
de 17 años. Del total de víctimas, el 9.7% tiene entre 0 y 5 años; el
27.5% entre 6 y 12 años; el 51.1% entre 13 y 17 años. Según estos
datos, la infancia y adolescencia son los grupos más vulnerables a la
violencia sexual, especialmente las niñas y las adolescentes.
El incesto es un tipo de violencia sexual altamente frecuente que
requiere de políticas preventivas y de atención particulares
Contrariamente a lo que se piensa, gran parte de los casos de violencia
sexual son perpetrados por familiares cercanos, especialmente padre,
hermano, tío, padrastro.. Reportes como el de DESCO (2000) muestran
que el 21.9% de los casos de violencia sexual ocurren dentro de las
propias familias y el 15.5% en casas de amigos y familiares. El 60% de
agresiones sexuales son cometidas por adolescentes de sexo masculino
menores de 18 años.
En la sistematización de los Centros de Emergencia Mujer del Ministerio
de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES), se observa que la violencia
sexual hacia niñas y adolescentes mujeres es más grave aún que la
violencia física o psicológica. En el grupo de edad de 0 a 5 años los
casos de abuso de niñas son el doble que en niños. Entre los 6 a 11
años, se cuadriplica el número de casos de niñas en relación a niños.
Entre los 12 a 17 años se incrementa casi en 25 veces la diferencia
entre niñas y niños. Esta particular distribución epidemiológica del
abuso sexual muestra claramente la situación de desamparo y falta de
poder de niños y niñas pequeños y de adolescentes mujeres. En el
mediano y largo plazo, son graves los efectos sobre el desarrollo
emocional: se bloquea la capacidad de acercamiento y vínculo con
otros, aumenta el riesgo de embarazo no deseado, se genera
disfunción sexual y se causan efectos neurobiológicos que resultan en
cambios funcionales y estructurales de sistema nervioso central.
(Delfos, Nemeroff).

Violencia política, desplazamientos y secuelas


psicosociales 20

De acuerdo al Informe Final de la Comisión de la Verdad y


Reconciliación (CVR), se estima que la cifra más probable de víctimas
fatales de la violencia política es de 69,280 personas, en un intervalo
de confianza al 95 por ciento cuyos límites inferior y superior son
61,007 y 77,552 víctimas, respectivamente. El 85% de estas víctimas
estarían ubicadas en un 85% en los departamentos considerados los más
pobres del país: Ayacucho, Junín, Huánuco, Huancavelica, Apurímac y

20
Conclusiones de la CVR. Informe Final tomo VIII.

12
San Martín, siendo Ayacucho el departamento que concentra más del 40
por ciento de muertos y desaparecidos reportados a la CVR.

De la totalidad de víctimas reportadas, el 79 % vivía en zonas rurales y


el 56 % se ocupaba en actividades agropecuarias, lo cual es un indicador
de la gravedad de las desigualdades de índole étnico-cultural que aún
prevalecen en el país. El 75% de las víctimas fatales de la violencia
política tenían el quechua u otras lenguas nativas como idioma
materno.

La amplitud e intensidad del conflicto vivido acentuaron los graves


desequilibrios nacionales, debilitaron el orden democrático, agudizaron
la pobreza y profundizaron la desigualdad, agravaron formas de
discriminación y exclusión, debilitaron las redes sociales y emocionales,
y propiciaron una cultura de temor y desconfianza. En algunas zonas, la
violencia destruyó y desorganizó la vida social local, especialmente por
el asesinato de dirigentes y autoridades tradicionales y estatales.

Es necesario, sin embargo, resaltar que, pese a las duras condiciones,


hubo personas y poblaciones que resistieron y se esforzaron por la
afirmación de una sociedad constructora de la paz y del derecho.

En el contexto de la violencia política, el desplazamiento masivo desde


las zonas de violencia constituyó un doloroso proceso de desarraigo y
empobrecimiento de cientos de miles de peruanos y peruanas, lo cual
produjo una urbanización desordenada y acelerada, así como un
retroceso histórico en el patrón de ocupación del territorio andino;
afectando las posibilidades de un desarrollo humano sostenible. La
población desplazada vio afectadas sus redes sociales, debiendo
adaptarse con distintos grados de éxito y con gran sufrimiento, a las
nuevas circunstancias. Asimismo, los desplazados por el conflicto
fueron en muchos casos estigmatizados y discriminados en escuelas,
barrios y centros de trabajo. Al retornar, tuvieron que enfrentar graves
problemas de tierras y ausencia de apoyo suficiente para reorganizarse
y sostener a sus familias.

La CVR resalta de manera especial, que esta población ha sido afectada


económica, social y emocionalmente, contribuyendo a fragmentar y
atomizar las redes e instituciones sociales, causando a la vez
resentimiento y tiñendo de violencia la vida familiar y social, así como
las relaciones interpersonales.
En el estudio realizado en la sierra peruana (2003) se encontró que
cerca de un tercio de la población de Ayacucho, Cajamarca y Huaraz
pasó por, al menos, una situación de pérdida personal en los años de
violencia.

La prevalencia de vida de algún tipo de trastorno psiquiátrico en este


último grupo, es de 50%, muy por encima de lo reportado en otras
poblaciones; el trastorno de mayor prevalencia es la ansiedad.

13
Violencia social

Según información del Ministerio Público (2 001) sobre muertes


violentas en el área urbana, el 42.44% de estas muertes son producto
de accidentes de tránsito y el 15.08% son causadas por homicidios. Los
varones tienen tres veces más probabilidad de sufrir muerte violenta
que las mujeres y seis veces más probabilidad de morir por homicidio.

Entre otros actos de violencia social destacan con 15.2% el robo a las
personas y con 16.3% el robo a las viviendas, además de los intentos de
robo frustrado, todo lo cual genera una sensación de inseguridad
ciudadana.

1.6 Otros problemas asociados a la salud mental

Existen problemas sociales que tienen claros componentes de salud mental


que abordar. Es el caso de la violencia juvenil, cuyas causas poco se han
estudiado, haciéndose mención de algunas como: problemas familiares, falta
de oportunidades y canales de participación y recreación; así como búsqueda
de algún referente frente a la anomia y exclusión social.

Otro problema es el embarazo adolescente; de acuerdo al INEI el 13% de las


adolescentes entre 15 y 19 años está embarazada o ya es madre 21. El
embarazo adolescente, además de los riesgos de salud física, ocasiona
también repercusiones emocionales y psicosociales todavía poco abordadas.
Otros problemas sociales de la infancia son los niños, niñas y adolescentes
que trabajan en desmedro de su desarrollo integral -sobre todo los que están
expuestos a situaciones de alto riesgo- y los niños/as y adolescentes en la
calle. Estas situaciones están asociadas a la pobreza y también al abandono
familiar.
Dos poblaciones merecen además especial mención: las personas con
discapacidad y la población de personas adultas mayores. Las personas con
discapacidad, suelen ser discriminadas y excluidas, generándose dificultades
en su desarrollo personal e integración social. De la población adulta mayor
(que representa más del 7% de la población del país) sólo un bajo porcentaje
trabaja o es jubilado; estando la mayoría fuera del sistema de la seguridad
social. Su situación se asocia también al maltrato familiar, a la falta de
canales para desarrollarse productiva y creativamente, a las limitaciones para
la movilización que dan lugar a aislamiento y depresión, a las pérdidas
cognitivas benignas, las demencias, las enfermedades crónicas, los trastornos
ansiosos y la depresión.

21
INEI (1998). Encuesta Nacional de Hogares. Lima.

14
El problema del SIDA merece atención prioritaria porque sigue creciendo
significativamente: más de 15 000 personas se infectan diariamente en el
mundo (Informe ONU/SIDA, 2002); no obstante, los trastornos de salud
mental que se generan alrededor del VIH y SIDA no cuentan con la misma
atención que los aspectos físicos, siendo de conocimiento de los profesionales
de la salud pública, que los estados depresivos bajan las defensas y que la
principal vía de propagación es la conducta sexual humana. Por esta razón, es
fundamental incorporar a los enfermos con SIDA en los planes de salud
mental.

15
II PROBLEMAS IDENTIFICADOS

2.1 En relación a los problemas y trastornos de salud mental

 Elevadas tasas de prevalencia de violencia contra mujeres, niños, niñas


y personas adultas mayores.
 Incremento de la pobreza y de la desigualdad en la distribución de los
recursos, desempleo, falta de protección social, falta de
reconocimiento de los méritos y escasas oportunidades para el ascenso
social que dan lugar a falta de perspectivas para el futuro.
 Graves secuelas psicológicas y económicas en la población que ha
sobrevivido a la violencia política, con dificultad por parte del estado y
de la población no afectada tanto para reconocer la magnitud de la
afectación como para asignar los recursos para la reparación.
 Alta tasa de prevalencia de trastornos ansiosos y depresivos, incluyendo
el incremento de la frecuencia de suicidio e intento de suicidio,
habiendo cambiado nuestro país de ser un país con una tasa baja a ser
un país con tasa moderada de suicidios en los últimos diez años.
 Elevado número de personas con trastornos psicóticos crónicos que no
reciben atención adecuada.
 Gravedad del alcoholismo como problema de salud pública en el país,
con consecuencias negativas sobre la salud física y mental de la
población y repercusiones económicas aún no cuantificadas en su real
magnitud; el consumo de otras sustancias psico-activas se incrementa
continuamente.

2.2 En relación a la respuesta del Estado

 A pesar de las cada vez más claras vinculaciones entre problemas


socioeconómicos y psicosociales –como la pobreza, anomia, distribución
inequitativa de los ingresos, falta de acceso a la educación y al empleo,
violencia, corrupción, falta de perspectivas futuras- y la presencia de
trastornos mentales y del comportamiento, no hay una respuesta
concertada que permita mejorar significativamente las condiciones de
vida de las personas.
 Falta de prioridad de la salud mental en los planes del sector.
 Escaso presupuesto, centralización del mismo y desconocimiento del
gasto real en salud mental.
 Modelo de intervención vigente que tiende a fragmentar el proceso de
promoción, prevención, atención y rehabilitación, optando, muchas
veces, por un sólo aspecto y excluyendo o desvalorizando el otro;
cuando a nivel local la atención debe ocurrir unificadamente.

16
 Centralismo y carácter intramural del modelo de atención, con poca
relación comunitaria.
 Escasa cobertura y acceso a la atención y a los medicamentos
necesarios, especialmente en los casos que producen discapacidad;
como las psicosis crónicas, retraso mental y trastornos orgánicos
cerebrales.
 Inadecuado diagnóstico y manejo integral de los problemas
psicosociales más graves ( como las violencias) y de los trastornos
adictivos (alcoholismo, tabaquismo, ludopatía)
 Recursos humanos poco motivados y capacitados, que laboran en
ambientes mal implementados, donde atienden problemas humanos
graves y reciben poco estímulo para su desarrollo con la consecuencia
de manifestaciones de síndrome de agotamiento y desmoralización.
 Falta de una cultura de buen trato y de respeto a los derechos
humanos de los usuarios.

2.3 En relación a la coordinación intersectorial

 Escasos planes, programas y servicios de salud mental. Los existentes


no están articulados entre los sectores e instituciones del Estado, y no
cuentan con un enfoque de salud pública, produciendo una reducida
cobertura y duplicación de acciones.
 Falta de reconocimiento del Ministerio de Salud (MINSA) como ente
rector en salud mental.
 Ausencia de espacios de coordinación permanente de políticas y planes.
 Baja prioridad de la estrategia de intervención en redes locales
intersectoriales.
 Falta de posicionamiento en los sectores de la importancia de la salud
mental para el desarrollo del país.
 Falta de reconocimiento en los diversos sectores y en las regiones, de
la importancia de la salud mental para el desarrollo del país.

2.4 En relación a la comunidad

 Discriminación, exclusión y estigmatización de las personas, familias y


grupos que sufren problemas de salud mental. Esto favorece la
invisibilización de los problemas y la falta de búsqueda de ayuda.
 Falta de información, conocimiento y actitudes que favorezcan las
iniciativas de intervención en salud mental por parte de la sociedad
civil en forma organizada.
 Desconocimiento de la importancia de la salud mental como
determinante del bienestar y desarrollo de la comunidad, dando lugar a
que las autoridades regionales y locales no incorporen la salud mental
en sus planes.

17
III OBJETIVOS Y RESULTADOS

3.1 OBJETIVOS MARCO

1. Contribuir a la salud mental de los peruanos y las peruanas, sin


distinciones de raza, edad, género y condición social, política o
cultural.

2. Fortalecer las redes sociales y comunitarias como soporte para una


vida sana, incluyendo la salud mental en los planes a nivel
nacional, regional y local.

3.2 OBJETIVOS GENERALES

1) Posicionar la salud mental como un derecho fundamental de la


persona, componente indispensable de la salud integral y del
desarrollo humano en nuestro país.

2) Fortalecer el rol rector del Ministerio de Salud en salud mental de


manera concertada a nivel nacional, regional y local, para garantizar
los derechos ciudadanos y ser factor de cohesión social.

3) Asegurar el acceso universal a la atención integral en salud mental, con


base en la reestructuración de servicios que priorice la atención en la
comunidad.

4) Promover en la atención de la salud mental, la equidad en términos de


estrato social, género, ciclo vital e interculturalidad; dando atención
diferenciada a las poblaciones vulnerables, especialmente a las
afectadas por la violencia política.

Cada objetivo general está compuesto por:

Objetivos específicos

Resultados esperados

18
Indicadores

Medios de verificación

Acciones prioritarias

3.3 OBJETIVOS ESPECÍFICOS

1) Posicionar la salud mental como un derecho fundamental de la persona,


componente indispensable de la salud integral y del desarrollo
humano en nuestro país.

1.1 Colocar en la agenda pública los enfoques, políticas, prioridades


y normativa en salud mental como resultado de un proceso
intenso de abogacía sectorial e intersectorial, a nivel nacional,
regional y local.
1.2 Crear un Sistema de Información e Investigación intersectorial en
salud mental que centralice información, investigue causas y
factores de riesgo, prevalencia, incidencia y magnitud de
problemas de salud mental, identifique experiencias exitosas y
difunda toda esta información a los sectores público y privado.

2) Fortalecer el rol rector del Ministerio de Salud en salud mental de


manera concertada a nivel nacional, regional y local, para garantizar
los derechos ciudadanos y ser factor de cohesión social.

2.1 Elaborar y conducir las políticas y planes de salud mental,


recogiendo opinión de los sectores público y privado.
2.2 Concertar acciones de salud mental con otros sectores y la
sociedad civil.
2.3 Implementar un Sistema de Planificación, Monitoreo,
Supervisión, Evaluación y Sistematización en Salud Mental, de
carácter intra e intersectorial.

3) Asegurar el acceso universal a la atención integral en salud mental, con


base en la reestructuración de servicios, que otorgue prioridad a la
atención en la comunidad.

19
3.1 Desarrollar un Modelo de Atención Integral en Salud Mental,
descentralizado y con participación comunitaria, el cual incluya
la promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación.
3.2 Garantizar el acceso equitativo y uso racional de medicamentos
necesarios para la atención psiquiátrica.
3.3 Fortalecer y desarrollar el potencial de los recursos humanos en
salud mental.
3.4 Asegurar la participación de usuarios de servicios, familiares de
pacientes y organizaciones comunitarias.

4) Promover en la atención de salud mental, la equidad en términos de


estrato social, género, ciclo vital e interculturalidad, dando atención
diferenciada a las poblaciones vulnerables, especialmente a las
afectadas por la violencia política.

4.1 Favorecer el desarrollo de capacidades y la recuperación integral


de las poblaciones vulnerables, especialmente las afectadas por
la violencia política.
4.2 Garantizar la preparación de los recursos humanos de los
sectores del estado, privados y otros, para la atención adecuada
de las poblaciones vulnerables.
4.3 Identificar e incluir en la promoción, prevención y tratamiento
en salud mental, prácticas culturales favorables a ella.

20
OBJETIVO GENERAL 1

POSICIONAR LA SALUD MENTAL COMO UN DERECHO


FUNDAMENTAL DE LA PERSONA, COMPONENTE
INDISPENSABLE DE LA SALUD INTEGRAL
Y DEL DESARROLLO HUMANO EN NUESTRO PAÍS.

La visión tradicional de la salud mental restringe su campo de acción a la


psicopatología, aborda los problemas psíquicos de modo aislado del conjunto
de problemas de salud, dificulta la comprensión de la persona humana como
una unidad bio-psico-social y, mantiene la dicotomía entre lo físico y lo
mental. Generalmente, no aborda los correlatos emocionales de las
enfermedades físicas y tampoco las interrelaciones entre los componentes
físicos y mentales del proceso de enfermar. Esto lleva a priorizar criterios de
morbi-mortalidad, haciendo invisibles los criterios de discapacidad mental y
calidad de vida, restringiendo la comprensión del bienestar de las personas.
Este enfoque contribuye a estigmatizar a las personas con trastornos
mentales, a quienes los sufren y a quienes los atienden.

Así entonces, un modelo integral de salud, precisa de una política general que
incorpore la salud mental como un derecho humano y como un componente
explícito e inherente, reflejando así, la integralidad de la persona en sus
aspectos somáticos y psíquicos.

Una política de salud mental desde la estrategia de atención primaria de


salud, integra en su quehacer los aspectos de promoción, prevención,
atención y rehabilitación, por lo tanto trasciende las fronteras del sector
salud y centra su atención en el conjunto de la sociedad.

Otra razón para enfatizar el componente de salud mental en los planes de


atención primaria es que ésta se encuentra seriamente afectada en el país,
generando sufrimiento y discapacidad, lo cual tiene consecuencias negativas
sobre la vida personal, la productividad y el desarrollo socioeconómico y
cultural.

Plantearse como objetivo el posicionamiento de la salud mental supone la


ardua y difícil tarea de cambiar algunas concepciones muy arraigadas:
sensibilizando, capacitando, atendiendo, rehabilitando. Es especialmente
importante trabajar con los medios de comunicación y todos aquellos
operadores de los circuitos de intervención intersectorial, tales como los

21
legisladores, docentes, policía, abogados y encargados de elaborar y aprobar
presupuestos.

Este objetivo supone también, un buen sistema de información e


investigación. Sabemos que los actuales sistemas no están suficientemente
articulados ni intra ni intersectorialmente. De esta manera, la información
existente resulta parcial, incompleta y general, no suficientemente
desagregada por sexo, edad, origen cultural y social. La información
generalmente, se refiere a problemas de morbilidad y es casi inexistente el
establecimiento de indicadores positivos, que reflejen avances y no sólo
problemas.

Frente a estas dificultades, se busca fortalecer y potenciar los sistemas


existentes para generar y articular modelos, los cuales permitan información
actualizada que alimente la comprensión de los problemas y favorezca la
investigación, la identificación de los recursos y la generación de políticas
públicas saludables debidamente sustentadas.

Objetivo Específico 1.1

Colocar en la agenda pública los enfoques, políticas, prioridades y


normativa en salud mental, como resultado de un proceso intenso de
abogacía sectorial e intersectorial a nivel nacional, regional y local.

RESULTADOS:

1. Identificación, promoción y diseminación de experiencias exitosas de


promoción de la salud mental y de abordaje de trastornos y problemas
psicosociales.
2. Diseminación en alianza con los medios de comunicación y otros
sectores, de las políticas, prioridades, planes y proyectos de salud
mental en ejecución, así como de los cambios normativos que se vayan
generando.
3. Desarrollo y difusión de acciones orientadas a generar conciencia sobre
el derecho a la salud mental y a vencer barreras estructurales y
actitudinales estigmatizantes sobre los aspectos relativos a la salud
mental.

Resultado 1:

1. Identificación, promoción y diseminación de experiencias exitosas de


promoción de la salud mental y de abordaje de trastornos y problemas
psicosociales.

Indicadores:

22
 Número de experiencias exitosas publicadas, según institución.
 Número de experiencias exitosas difundidas en medios, según tema.
 Número de experiencias exitosas replicadas en otras localidades.

Acciones Prioritarias:
 Implementación de experiencias demostrativas en salud mental.
 Búsqueda de experiencias exitosas nacionales e internacionales.
 Realizar versiones “amigables” para su difusión.

Resultado 2:

2. Diseminación en alianza con los medios de comunicación y otros


sectores, de las políticas, prioridades, planes y proyectos de salud
mental en ejecución, así como de los cambios normativos que se vayan
generando.

Indicadores:
 Número de medios y otros espacios que difunden datos epidemiológicos
y propuestas.
 Número de espacios de prensa, radio y televisión en los que se han
difundido los documentos seleccionados.
 Número de páginas Web en las que se han difundido los documentos
seleccionados.
 Número y tipo de tomadores de decisión que, como resultado de la
abogacía, se han comprometido con el quehacer de la salud mental.
 Número de espacios de difusión comunitarios.

Acciones prioritarias:
 Elaborar plan de comunicación en salud mental en cada institución.
 Diseño de estrategia de abogacía para trabajar sostenidamente con
tomadores de decisiones a nivel nacional, regional y local.
 Difundir información epidemiológica del país que refuerce los mensajes
sobre la importancia de intervenir en salud mental.
 Realizar un Foro Nacional anual sobre salud mental.
 Convenios permanentes con los medios y capacitación de éstos en
salud mental.

Resultado 3:

3. Desarrollo y difusión de acciones orientadas a generar conciencia sobre


el derecho a la salud mental y a vencer barreras estructurales y
actitudinales estigmatizantes hacia los trastornos mentales.

Indicadores:
 Número y tipo de acciones intra e interinstitucionales en materia de
salud mental y derechos humanos con impacto en la comunidad,

23
realizadas de acuerdo a objetivos estratégicos en el ámbito local,
regional y nacional.
 Número de personas con discapacidad mental articuladas a los servicios
comunitarios.
 Número de normas técnicas y administrativas; y de iniciativas
legislativas orientadas a la protección de los derechos de las personas
con discapacidad por enfermedad mental.

Acciones Prioritarias:
 Convocar a autoridades locales, regionales y nacionales para coordinar
la aplicación de los Lineamientos para la Acción en Salud Mental y la
Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y Cultura de Paz.
 Realizar actividades de sensibilización con líderes de opinión.
 Elaborar normas técnicas y administrativas e iniciativas legislativas
orientadas a la protección de los derechos de las personas con
discapacidad por enfermedad mental.
 Elaborar normas técnicas y administrativas que garanticen atención de
calidad a las personas con trastornos mentales.
 Impulsar la creación de un sistema nacional de reinserción social
orientado a lograr la inclusión de las personas con discapacidad por
enfermedad mental en las actividades de la comunidad.
 Convocar la participación activa y consciente de los medios de
comunicación para apoyar las estrategias de salud mental.

Objetivo Específico 1.2

Crear un Sistema de Información e Investigación intersectorial en salud


mental que centralice información, investigue causas y factores de riesgo,
prevalencia, incidencia y magnitud de los problemas de salud mental,
identifique experiencias exitosas y difunda toda esta información a los
sectores público y privado.

RESULTADOS:

1. Funcionamiento de Sistema de Investigación y Vigilancia de prioridades


identificadas en salud mental, liderado por el Ministerio de Salud, y
recogiendo la experiencia de otros sistemas.
2. Vigilancia social y comunitaria en salud mental, a nivel nacional,
regional y local, utilizando la información que el sistema genera.

Resultado 1:

24
1. Funcionamiento de Sistema de Investigación y Vigilancia de prioridades
identificadas en salud mental, liderado por el Ministerio de Salud, y
recogiendo la experiencia de otros sistemas.

Indicadores:
 Sistema implementado en el Ministerio de Salud a través de la Oficina
General de Epidemiología y de la Oficina General de Estadística e
Informática, coordinado con otros sectores.
 Registro de actividades de psiquiatría y salud mental del Ministerio de
Salud.
 Número de actividades de psiquiatría y salud mental en los planes
operativos de los establecimientos de salud.
 Hojas de registro de información con criterios unificados entre
sectores.

Acciones prioritarias:
 Análisis de otros modelos y sus estrategias exitosas.
 Diseño del sistema de informaciones en salud mental, incluyendo la
Oficina General de Comunicaciones del Ministerio de Salud.
 Coordinación permanente con áreas de salud mental según nivel y con
oficinas de comunicaciones de otros sectores.
 Implementación de una línea telefónica de orientación en salud
mental.
 Desarrollo de un enlace de salud mental en el portal informativo en
Internet (página web) del Ministerio de Salud.

Resultado 2:

2. Vigilancia social y comunitaria en salud mental, a nivel nacional,


regional y local, utilizando la información que el sistema genera.

Indicadores:
 Informes de ENDES sobre variables de salud mental elegidas.
 Reportes públicos sobre cumplimiento del plan de salud mental.
 Reportes públicos sobre cumplimiento de recomendaciones.

Acciones prioritarias:
 Incluir en la ENDES, variables para investigar y procesar información
sobre temas de salud mental.
 Promover la investigación científica y académica sobre los temas
recomendados por la Comisión de la Verdad y Reconciliación.

25
 Identificar y coordinar con organizaciones de sociedad civil para
acceder al sistema y fortalecer su rol de vigilancia y seguimiento de
compromisos del plan nacional de salud mental.
 Realizar seguimiento especial a las recomendaciones de la Comisión de
la Verdad y Reconciliación, sobre recuperación emocional y psicosocial
de población afectada.

OBJETIVO GENERAL 2

FORTALECER EL ROL RECTOR DEL MINISTERIO DE SALUD


EN SALUD MENTAL, DE MANERA CONCERTADA A NIVEL
NACIONAL, REGIONAL Y LOCAL, PARA PROMOVER LOS
DERECHOS CIUDADANOS Y SER FACTOR DE COHESIÓN
SOCIAL.

La salud mental en el mundo no es una prioridad, a pesar que existen


indicadores muy claros del incremento de trastornos como la depresión
-cuarta causa de discapacidad en el mundo- y problemas psicosociales graves
como las violencias, que generan distintos grados de discapacidad; y
constituyen un componente importante de la “carga global de enfermedad”.
Esta situación vulnera el derecho de las personas a un desarrollo pleno y
afecta su productividad.
En nuestro país, la situación es más grave que en otros países
latinoamericanos. La atención de la salud mental dentro del sector salud ha
sufrido una serie de vicisitudes a lo largo de los años, por el insuficiente
reconocimiento de su importancia en la salud integral de las personas y en el
desarrollo del país. En la actualidad existe una voluntad política favorable al
desarrollo de lineamientos y acciones de salud mental. La promoción de la
salud mental y la atención adecuada de los problemas y trastornos requiere
tener un peso propio, necesita posicionarse conceptual, política y
financieramente. La función rectora entonces, implica la existencia de un
Órgano de Dirección en el más alto nivel, para garantizar su autonomía y
poder, entendido como capacidad de tomar decisiones y resolver problemas,
en tanto Ente Rector. Desde allí, se pueden articular propuestas y enfoques
con otros sectores, garantizando su integralidad.
Respecto a la concertación multisectorial, sabemos que existen redes
distritales y locales que vienen funcionando todavía de manera fragmentada y
focalizada, sin el apoyo político suficiente, porque no se han establecido
procedimientos ni presupuestos para la participación de sus operadores/as. La
rotación y designación de personal poco capacitado y sin poder de decisión,

26
dificulta la referencia y contrarreferencia intra e intersectorial, la cual
garantice la solución de los casos y el uso eficiente de los recursos.

Cabe resaltar sin embargo, los esfuerzos sostenidos de diferentes actores para
lograr un mayor proceso de integración de las instancias de concertación,
atendiendo precisamente, muchos de los problemas mencionados. Desde la
sociedad civil se han aportado enfoques y propuestas pero están poco
articuladas y pueden resultar costosas para su aplicación masiva. Otras
organizaciones sociales y comunitarias que abordan aspectos legales y de
salud integral, no son conscientes que están interviniendo también en salud
mental; y que es importante capacitarse y generar estrategias más eficaces.

Corresponde al rol rector del Ministerio de Salud, la búsqueda de escenarios y


actores para un trabajo intra e intersectorial efectivamente concertado,
tanto en el nivel central como regional y local. Son actores principales:
Salud, Educación, Trabajo, Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, colegios
profesionales, universidades, sociedades científicas, organizaciones de base,
iglesias, empresas, organizaciones no gubernamentales, usuarios y familiares,
asociaciones de jóvenes, gobiernos locales y medios de comunicación masiva.
Sin embargo, todavía se aprecia que no están claramente definidos sus roles,
se confunden acciones de prevención y promoción y, se cruzan o duplican
programas similares.

Los roles de rectoría y concertación suponen un sistema adecuado de


planificación y seguimiento. Sin embargo, tanto en el sector salud como en
otros sectores se han identificado dificultades, como la planificación
centralizada, vertical; poco sustentada en estudios epidemiológicos;
variaciones de las políticas en función de los cambios de autoridades; carencia
de instrumentos adecuados culturalmente y de sistemas de información;
prioridad, por razones de presupuesto, de la evaluación de proceso y no de
impacto, y poca sistematización, producción científica y visibilidad de logros
en salud mental.

Frente a estas dificultades se considera de vital importancia, impulsar una


política pública de Estado desde la rectoría del Ministerio de Salud, que
garantice la continuidad de los sistemas de planificación, monitoreo,
supervisión, seguimiento y evaluación; los cuales deben desarrollarse
sistemática y rigurosamente para asegurar la eficiencia y eficacia de todo
plan o servicio.

Objetivo Específico 2.1

Elaborar y conducir las políticas y planes de salud mental, recogiendo


opinión de los sectores público y privado.

RESULTADOS:

27
1. Creación de órgano de dirección de salud mental, con delegación de
autoridad para crear y conducir las políticas, planes y programas a nivel
nacional, regional y local.
2. Formulación, aplicación y normativa de las políticas en salud mental,
según compromisos internacionales, lineamientos y prioridades
establecidas en la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y
Cultura de Paz; garantizando el acceso, la integralidad, la calidad,
equidad y respeto de los derechos humanos.
3. Establecimiento de prioridades en salud mental para los distintos
niveles de intervención (básica y especializada) y según etapas de vida
y poblaciones especiales, las cuales son articuladas con otros sectores
afines.
4. Integración de las normas y planes del Sistema Nacional Coordinado y
Descentralizado de Salud (SNCDS) en una política nacional de salud
mental.

Resultado 1:
1. Creación de órgano de dirección de salud mental, con delegación de
autoridad para crear y conducir las políticas, planes y programas a
nivel nacional, regional y local.

Indicadores:
 Órgano de Dirección creado, formalizado y funcionando, con facultades
de Ente Rector en salud mental.
 Número de Unidades Orgánicas Regionales de Salud Mental creadas,
formalizadas y funcionando en cada Dirección Regional de Salud del
país.

Acciones prioritarias:
 Propuesta de modificación del ROF y MOF del Ministerio de Salud y de
las Direcciones Regionales de Salud.
 Instalación de las Unidades Orgánicas de Salud Mental en los Consejos
Regionales de Salud.

Resultado 2

2. Formulación, aplicación y normativa de las políticas en salud mental,


según compromisos internacionales, lineamientos y prioridades
establecidas en la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y
Cultura de Paz; garantizando el acceso, la integralidad, la calidad,
equidad y respeto de los derechos humanos.

Indicadores:
 Plan Nacional de Salud Mental aprobado oficialmente.
 Número de DIRESAS y DISAS que implementan planes operativos de
salud mental.
 Número de documentos oficiales difundiendo el plan a los sectores y
ámbitos pertinentes.

28
 Número de propuestas legislativas aprobadas en el Congreso de la
República.

Acciones prioritarias:
 Difusión descentralizada de los Lineamientos para la Acción en Salud
Mental y de la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y Cultura
de Paz.
 Implementación descentralizada del plan nacional de salud mental.
 Presentación y aprobación en la Presidencia del Consejo de Ministros.
 Coordinación permanente con el Comité Nacional de Salud Mental del
Consejo Nacional de Salud como una instancia técnica y asesora
especializada.
 Difusión del plan nacional de salud mental.
 Presentación de propuestas legislativas al Congreso de la República.

Resultado 3:

3. Establecimiento de prioridades en salud mental para los distintos


niveles de intervención (básica y especializada); y según etapas de
vida y poblaciones especiales, las cuales son articuladas con otros
sectores afines.

Indicadores:
 Número y tipo de iniciativas en conjunto con otros sectores generados a
partir de las prioridades de infancia que están en funcionamiento.
 Número y tipo de iniciativas en conjunto con otros sectores generados
a partir de las prioridades de adolescentes y jóvenes que están en
funcionamiento.
 Número y tipo de iniciativas en conjunto con otros sectores generados
a partir de las prioridades de adultos, que están en funcionamiento.
 Número y tipo de iniciativas en conjunto con otros sectores generados a
partir de las prioridades de adultos mayores, que están en
funcionamiento.
 Número y tipo de iniciativas en conjunto con otros sectores generados
a partir de las prioridades de poblaciones nativas, que están en
funcionamiento.
 Número y tipo de iniciativas en conjunto con otros sectores generados a
partir de las prioridades de poblaciones afectadas por violencia
política o desastres, que están en funcionamiento.

Acciones prioritarias:
 Niños y Niñas: Prevención y atención de maltrato, incesto y abuso
sexual, suicidio, bajo rendimiento escolar (problemas de aprendizaje,
déficit de la atención con hiperactividad), trastornos de conducta,
depresión. Promoción de habilidades sociales y vínculos saludables
(pautas de crianza adecuadas).
 Adolescentes: Prevención y atención en el uso de alcohol y otras
drogas, embarazo precoz, suicidios, trastornos de conducta, violencia
juvenil, psicosis de inicio temprano. Promoción de valores, relaciones

29
humanas y estilos de vida saludables, así como oportunidades de
participación y desarrollo integral.
 Adultos jóvenes y maduros: Prevención y atención de la violencia
familiar, ansiedad, depresión, estrés, suicidio, psicosis y abuso del
alcohol y otras drogas. Promover canales de participación social que
favorezcan el desarrollo de capacidades y de opinión.
 Adulto mayor: Depresión, demencias y violencia familiar. Promover
estilos recreativos y de participación social que canalicen la
experiencia de vida.
 Poblaciones nativas: Problemas específicos y necesidades según sus
características culturales. Priorizar la atención de las consecuencias del
consumo de alcohol, la permisividad de algunos grupos frente a la
violencia familiar, y las consecuencias de la exclusión social.
 En poblaciones afectadas por violencia política y desastres se incluirá
la atención del síndrome de estrés post traumático y otras secuelas
como el abuso de alcohol y la violencia. Asimismo, se incorporarán
medidas preventivas en salud mental para los casos de desastre.
 Personas con discapacidad: brindar oportunidades de manera
equitativa y evitando la discriminación.
 Mujeres embarazadas: uso del control pre natal como espacio para
acciones de promoción de la salud, como son: uso del tiempo libre,
relaciones interpersonales significativas, solución de problemas,
negociación de conflictos, estructuración del tiempo. Es también un
buen momento para la detección precoz de ansiedad y depresión. La
atención adecuada del parto previene los problemas de aprendizaje. El
puerperio es una buena etapa para la detección y manejo precoz de
depresión, problemas de vínculo y para la detección y manejo de
esquizofrenia y episodios maniacos. La atención obstétrica que incluye
orientación sobre planificación familiar es asimismo un buen momento
para impulsar la autonomía y el empoderamiento de la mujer.

Resultado 4:

4. Integración de las normas y planes del Sistema Nacional Coordinado y


Descentralizado de Salud (SNCDS) en una política nacional de salud
mental.

Indicadores:
 Número de normas y orientaciones técnicas formuladas, oficializadas y
difundidas en los sectores público y privado.

Acciones prioritarias:
 Definición y actualización de las normas y orientaciones técnicas
prioritarias en cada región, según Lineamientos, Plan Nacional y Modelo
Integral de Salud Mental.
 Oficialización, difusión y aplicación de las normas y orientaciones
técnicas.

30
Objetivo Específico 2.2

Concertar acciones de salud mental con otros sectores y la sociedad civil.

RESULTADOS:

1. Concertación de planes y acciones de salud mental financiados, a nivel


sectorial e intersectorial, garantizando un mayor impacto en la
inclusión de aspectos y problemas vinculados a la salud mental.
2. Definición de prioridades en las acciones y planes concertados.

Resultado 1:
1. Concertación de planes y acciones de salud mental financiados, a nivel
sectorial e intersectorial, garantizando un mayor impacto en la
inclusión de aspectos y problemas vinculados a la salud mental.

Indicadores:
 Número de documentos oficiales que difunden las competencias del
área.
 Acuerdos intra e intersectoriales para la implementación del Plan
Nacional de Salud Mental, según prioridades establecidas, aprobado y
financiado.
 Número de recursos humanos impulsando coordinaciones en salud
mental.
 Número de planes y programas específicos incluidos en el quehacer de
los sectores público y privado a nivel regional y local.
 Comisión multisectorial institucionalizada.
 Sistemas de referencia, contra referencia y seguimiento intra e
intersectoriales funcionando.
 Planes en ejecución incluyen metas y productos específicos difundidos
a opinión pública.
 Continuidad de representantes.

Acciones prioritarias:
 Difusión de poderes y competencias del Órgano de Dirección en Salud
Mental a sectores pertinentes.
 Presentación y acuerdos en torno a un plan articulado de salud mental
con los diferentes sectores y ámbitos pertinentes incluida la
Presidencia del Consejo de Ministros, sociedad civil y organizaciones
de la comunidad.
 Sensibilización de los y las profesionales de salud y otros sectores en
materia de salud mental.
 Revisión del marco legal para establecer coherencia en el sistema
coordinado.
 Diseño y desarrollo de los planes y programas específicos.
 Gestión de recursos financieros sustentados en plan de salud mental.

31
 Asignación de recursos humanos, materiales y financieros.
 Distribución de responsabilidades según plan nacional de salud mental.
 Creación y/o fortalecimiento de espacios permanentes y de consulta
con usuarios, familiares, instituciones comunitarias y de la sociedad
civil.
 Designación de representantes capacitados y estables por períodos que
permitan acumular experiencia.
Resultado 2:

2. Definición de prioridades en las acciones y planes concertados.

Indicadores:
 Modelos de atención, responsables y presupuestos aprobados para los
problemas propuestos.
 Planes articulados en ejecución.
 Modelos de atención, responsables y presupuestos aprobados.
 Incremento de presupuesto para salud mental.
 Número de medios que difunden.
 Número de propuestas implementadas.

Acciones prioritarias

 MINISTERIO DE JUSTICIA, MINISTERIO DEL INTERIOR Y MINISTERIO DE


DEFENSA: Atención a personas que transitan por el circuito legal,
especialmente víctimas de las violencias: niños, niñas, adolescentes, mujeres
y adultos mayores.
 MINISTERIO DEL INTERIOR Y MINISTERIO DE DEFENSA: Atención de víctimas
de emergencias por desastres y por violencia política.
 MINISTERIO DE EDUCACIÓN, MINISTERIO DE JUSTICIA, MINISTERIO DE LA
MUJER Y DESARROLLO SOCIAL, DIRECCIÓN DE SALUD DE LA POLICIA
NACIONAL DEL PERÚ (MINISTERIO DEL INTERIOR): Atención coordinada y
prevención de la violencia familiar, infantil y sexual; atención y prevención
de la violencia juvenil.
 MINISTERIO DE JUSTICIA, MINISTERIO DEL INTERIOR, MINISTERIO DE
DEFENSA Y MINISTERIO DE LA MUJER Y DESARROLLO SOCIAL: Atención a
personas privadas de su libertad y a problemas vinculados con las situaciones
de anomia, como las barras bravas y pandillas.
 MINISTERIO DE EDUCACIÓN, MINISTERIO DE LA MUJER Y DESARROLLO
SOCIAL Y DIRECCIÓN DE SALUD DE LA POLICIA NACIONAL DEL PERU
(MINISTERIO DEL INTERIOR): Promoción de estilos de vida y vínculos
saludables; detección temprana y prevención de: trastornos mentales
infantiles y adolescentes, violencia familiar y maltrato infantil,
adicciones, acciones dirigidas a la prevención de embarazo
adolescente, inicio precoz de la actividad sexual, actividad sexual sin
protección y otros.
 MINISTERIO DE ECONOMÍA Y FINANZAS: Sensibilización para incorporar
en presupuestos nacionales fondos para salud mental.
 MEDIOS DE COMUNICACIÓN: Difusión y apoyo a prioridades
 SOCIEDAD CIVIL Y GOBIERNOS LOCALES: Desarrollo de propuestas
articuladas a cada sector.

32
Objetivo Específico 2.3

Implementar un Sistema de Planificación, Monitoreo, Supervisión, Evaluación


y Sistematización en Salud Mental, intra e intersectorial.

RESULTADOS:

1. Órgano de dirección de salud mental liderando procesos de PME, en


conjunto con otros sectores y la sociedad civil.
2. Órgano de dirección de salud mental, contando con recursos
financieros para los procesos de planificación, monitoreo y evaluación
intra e intersectoriales.

Resultado 1:

1. Órgano de dirección de salud mental liderando procesos de PME en


conjunto con otros sectores y la sociedad civil.

Indicadores:

 Diagnósticos regionales y sectoriales de salud mental especificando


prioridades según problemáticas.

 Planes intersectoriales articulados en ejecución.

 Difusión pública de experiencias exitosas.

 Instrumentos de monitoreo reflejan grados de desarrollo del plan


nacional de salud mental.

Acciones prioritarias:
 Establecimiento de líneas de base en salud mental, en cada región y
sector, aportando información inicial para la planificación de las
intervenciones.
 Talleres de planificación estratégica conjunta entre instancias y
sectores.
 Talleres de evaluación de la eficiencia, eficacia e impacto de las
políticas y acciones de salud mental.
 Monitoreo y supervisión de acciones planificadas en concertación.

Resultado 2:

33
2. Órgano de dirección de salud mental, contando con recursos
financieros para los procesos de planificación, monitoreo y evaluación
intra e intersectoriales.

Indicadores:

 Presupuestos aprobados para acciones coordinadas de salud mental


según plan nacional de salud mental.

 Reportes periódicos de la ejecución presupuestal.

 Proyectos especiales de articulación financiados por la cooperación


internacional en ejecución.

Acciones prioritarias:
 Gestión de partidas presupuestales según plan de salud mental.
 Evaluación de la distribución y ejecución de los recursos asignados.
 Gestión de recursos de la cooperación externa para los programas
especiales y para fortalecer los sistemas de planificación, monitoreo y
evaluación.

OBJETIVO GENERAL 3

ASEGURAR EL ACCESO UNIVERSAL A LA ATENCIÓN


INTEGRAL EN SALUD MENTAL, BASADA EN UN ENFOQUE
DE ATENCIÓN PRIMARIA Y EN LA REESTRUCTURACIÓN
DE SERVICIOS QUE PRIORICE
LA ATENCIÓN EN LA COMUNIDAD22.

Persisten significativas inequidades en la atención y prevención de la salud


mental: la falta de acceso a los servicios por la concentración del gasto y de
los mismos servicios en algunas zonas; la ausencia de una política adecuada
de medicamentos; los insuficientes esfuerzos por adaptar los servicios a otras
culturas, facilitando el acceso y la credibilidad de la población. Asimismo, la
detección temprana de los trastornos y problemas –y su adecuada atención
y/o prevención- se dificulta por la falta de integración efectiva del
componente de salud mental en los diferentes niveles de atención en salud; si
bien el Modelo de Atención Integral en Salud fortalece especialmente, el
primer nivel de atención, no articula adecuadamente con los niveles de mayor
22
Se define Intervención integral comunitaria como un acercamiento que abarca tanto la promoción de la salud como la
prevención, atención y rehabilitación de los trastornos mentales y otros problemas psicosociales.

34
complejidad, por lo cual no siempre garantiza un proceso de rehabilitación
de las personas. La ausencia de una rehabilitación adecuada genera
discapacidad.
Las características culturales y actitudinales del personal de salud y la
comunidad en general, por sus creencias, limitan el acceso a los servicios de
salud mental. Por ello, muchos problemas se sub-registran o son
diagnosticados como de otra índole. Considerando, que la calidad de la
intervención de salud mental depende, entre otros factores, del grado de
desarrollo alcanzado por el personal que la realiza, encontramos que los
recursos humanos están todavía poco capacitados para la atención en salud
mental o participan de procesos de capacitación en donde se repiten los
mismos temas; y no incluyen el cómo operar los mismos. Asimismo, estos
procesos de actualización ocurren de manera centralizada, no cuentan con el
monitoreo para la aplicación de lo aprendido y rotan excesivamente. Todo
esto impide la acumulación de experiencia y genera problemas en el trato
dado a la población, restándole empatía y respeto por sus derechos. De otro
lado, no funcionan adecuadamente los sistemas de referencia, contra
referencia y seguimiento dentro del sector salud, así como entre éste y los
otros sectores involucrados en la salud mental.
Algunos de estos problemas están vinculados –o agravados- con la sobrecarga
emocional que trae consigo el trabajo en salud mental (síndrome de
“burnout”). Este síndrome, normalmente no se identifica ni se atiende,
generando malestar y dificultades en la calidad de la atención, más aún
cuando se suman condiciones de trabajo poco favorables como los bajos
sueldos y la falta de reconocimiento de la especialización.
La efectividad y consideraciones éticas de los modelos de intervención
también son aspectos estrechamente vinculados con la formación de recursos
humanos. Si bien en los últimos años se ha avanzado significativamente en la
creación y ejecución de modelos, muchos de ellos carecen de un enfoque
integral, no han demostrado su efectividad e impacto y se centran más en
prevención y atención descuidando la rehabilitación. De otro lado, no se
recoge suficientemente el aporte de las prácticas comunitarias.

La gravedad de los problemas prevalentes de salud mental en nuestro país: los


trastornos mentales -depresión, ansiedad, psicosis, esquizofrenia, estrés
postraumático, adicciones y suicidios- y los problemas psicosociales -la
violencia política y sus secuelas, la violencia familiar, el abuso sexual, el
consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias psicoactivas, los desastres, los
problemas de aprendizaje escolar y las consecuencias de la anomia y
exclusión social- amerita una investigación permanente. Estos problemas han
sido poco estudiados, pero algunos resultados muestran los factores
socioeconómicos, políticos, culturales y personales que los generan, lo cual
nos obliga a una comprensión multidimensional de los mismos y al concurso de
diversos sectores sociales para su efectivo abordaje.
En síntesis, la intervención en salud mental no está concebida dentro de un
sistema, de allí que las actividades y esfuerzos para combatir los trastornos
mentales y los problemas prioritarios no estén debidamente articulados para

35
lograr objetivos que impacten en el incremento de los niveles de salud mental
de la población. Esta situación requiere de un proceso de reorganización de la
intervención en salud mental generando un nuevo modelo, descentralizado,
con enfoque comunitario y que retroalimente la información de los distintos
niveles de intervención: promoción, prevención, atención, rehabilitación.
Hablar de un nuevo modelo de intervención implica plantear un cambio toda
la estructura, en el largo plazo, garantizando al mismo tiempo la continuidad
del proceso –por etapas- sin interferencias por los cambios de gobierno.
Así, sin importar la magnitud de un área o territorio, un sistema de
intervención de salud debiera:
 identificar a sus ciudadanos usuarios,
 fortalecer sus recursos y generar estilos de vida saludables;
 diagnosticar los trastornos o los problemas que padecen;
 aplicar las intervenciones terapéuticas pertinentes;
 diagnosticar las consecuencias generadas por la enfermedad,
(deficiencia, discapacidad y minusvalía);
 aplicar las intervenciones de rehabilitación pertinentes, y
 facilitar la reintegración social y productiva del individuo como
parte del proceso de recuperación de su salud mental,
haciendo seguimiento y vigilancia; y utilizando la información generada como
retroalimentación.
El Modelo de Intervención Integral de Salud debe priorizar poblaciones de
mayor pobreza y poner énfasis en la promoción y su aporte al desarrollo
humano. Reconocemos el potencial de la promoción en todos los espacios de
socialización como la familia, escuela, trabajo y comunidad. La promoción en
salud mental comprende la atención de los determinantes de la salud mental,
diversificación de estilos de vida y ambientes saludables, facilitando la
expansión de capacidades y competencias, fortaleciendo la identidad y la
autoestima, generando espacios de socialización con respeto y cooperación y,
fomentando vínculos humanos positivos, de participación social activa y
creadora de riqueza. De esta manera, se aporta al desarrollo humano
integral, a una salud general armónica y a la construcción de una sociedad
más democrática y justa. La trascendencia de esta propuesta exige la co-
responsabilidad del sector salud con otros sectores del estado y de la sociedad
civil.
Cabe resaltar como parte importante del modelo, a las organizaciones creadas
con la finalidad de apoyar a las personas que viven con una enfermedad
mental y a sus familiares, así como otras de promoción y abordaje
comunitario de la salud mental. Algunas de éstas se articulan alrededor de los
hospitales psiquiátricos, buscando fortalecer y complementar la atención que
reciben. Otras abordan distintos problemas sociales que afectan la salud
mental de sus miembros, como es el caso de la violencia familiar, abuso
sexual o maltrato infantil.

De igual manera, frente a catástrofes sociales como la vivida durante los 20


años de violencia política, y aún en la actualidad en zonas donde la violencia
se ha focalizado y se ha hecho más compleja con la presencia de narcotráfico,
violencia social generalizada, consumo de alcohol y drogas, y pobreza

36
extrema, se han creado organizaciones de población afectada que han sido
soporte para sus miembros y los de su comunidad. Actualmente, se promueve
que estas organizaciones y otras que pudieran crearse, se articulen más en
función de otros servicios y organizaciones comunitarias en salud mental, así
como de otras redes sociales. De este modo, se pueden constituir en
estrategias de soporte emocional y social.

Así, podemos resumir las estrategias fundamentales para un modelo de


intervención factible:

• Reestructuración de los servicios de salud mental desde la estrategia de


atención primaria de salud.
• Descentralización, fortalecimiento del primer nivel y articulación entre
niveles.
• Articulación comunitaria y participación ciudadana.
• Fomento de relaciones humanas adecuadas en los profesionales (pre y
post grado).
• La educación en salud para la población, promoviendo una vida sana.
• El abordaje multisectorial considerando la complejidad de esta
dimensión.
• La atención de la más alta calidad posible, efectiva, eficiente y
accesible.
• La rehabilitación de las personas con enfermedad mental crónica.
• El desarrollo de instrumentos técnicos administrativos que den soporte.
• Una política de medicamentos que proteja el derecho de las personas a
acceder a medicamentos eficaces y adecuados, por el tiempo necesario
• La investigación y difusión de la información.
Todo este proceso requiere un ente rector que garantice el cumplimiento de
las normas y recoja la experiencia de los profesionales de los distintos
niveles.

Objetivo Específico 3.1

Desarrollar un Modelo de Atención Integral en Salud mental, descentralizado


y con participación comunitaria, que incluya la promoción, prevención,
tratamiento y rehabilitación.

RESULTADOS:

1. acceso garantizado a servicios de salud mental y psiquiatría para


personas en extrema pobreza, personas discapacitadas, personas
afectadas por la violencia política, personas afectadas por desastres,
y comunidades indígenas.
2. Servicios de salud mental y psiquiatría, reestructurados y orientados
hacia un nuevo Modelo de Atención Integral Comunitario y
Descentralizado
3. Acciones de prevención, tratamiento y rehabilitación en salud mental,
efectivas y de calidad, reduciendo niveles de discapacidad,

37
desarrolladas según modelo comunitario descentralizado, por niveles de
complejidad y con enfoque interdisciplinario para los casos que lo
requieran.
4. Estilos de vida y entornos saludables promovidos desde el Estado y la
sociedad civil, con énfasis en factores determinantes y protectores,
priorizados según tipos de poblaciones, ámbitos y ciclo de vida,
incorporando a las redes comunitarias y estableciendo mecanismos de
vigilancia social.
5. Recursos asignados a salud mental, optimizados y redistribuidos para
facilitar la implementación del Modelo de Atención Integral en Salud
Mental Comunitaria.

Resultado 1:

1. Acceso garantizado a servicios de salud mental y psiquiatría para


personas en extrema pobreza, personas discapacitadas, personas
afectadas por la violencia política, personas afectadas por desastres,
y comunidades indígenas.

Indicadores:
Decreto o norma legislativa crea y garantiza aplicación de Seguro Integral
de Salud con prioridad para poblaciones de menores recursos.
Plan de extensión progresiva de la cobertura en cumplimiento, según
cronograma.
Partidas Presupuestarias explícitas para diferentes líneas de salud mental.
Incentivos económicos definidos y difundidos al personal que trabaja en
zonas alejadas.

Acciones prioritarias:
• Inclusión de atenciones de psiquiatría y salud mental en el Seguro
Integral de Salud, mediante el dispositivo legal respectivo
• Reorientación de las asignaciones presupuestales según prioridades
para cada línea de intervención: promoción, prevención, tratamiento y
rehabilitación.
• Asignación de tiempo suficiente para el adecuado abordaje de los
casos, revisando el criterio de productividad, de manera que se adapte
a las características de la demanda real y a las recomendaciones
técnicas vigentes
• Crear una política de incentivos económicos a profesionales que
trabajan en regiones y zonas más deprimidas.
Resultado 2:

2. Servicios de salud mental y psiquiatría, reestructurados y orientados


hacia un nuevo Modelo de Atención Integral Comunitario y
Descentralizado

Indicadores
Número y tipo de instituciones y servicios en salud mental reestructurados
y reorientados, anualmente.

38
Número de equipos especializados.
Número de camas en hospitales generales para internamientos cortos por
problemas de salud mental, anualmente.
Tiempo de espera y tiempo de atención por cada usuario, normatizado.
Porcentaje de casos atendidos por servicio ambulatorio, anualmente.
Porcentaje de equipos de primer nivel capacitados en detección e
intervenciones iniciales en salud mental.
N° de servicios de salud mental con programas de rehabilitación
Porcentaje de casos atendidos en servicios especializados
descentralizados.
Plan de prioridades en cada jurisdicción según diagnóstico de la zona.
Porcentaje de casos atendidos por red comunitaria en funcionamiento,
anualmente.
Número de redes comunitarias funcionando y coordinando
intersectorialmente.
Número de equipos y/o comisiones descentralizadas, de carácter regional.
Número de casos complejos resueltos en las zonas piloto, anualmente.
Mapa de zonas piloto sustentadas con criterios de selección.
Presentación pública de modelo sistematizado y publicado.

Acciones prioritarias:
• Fortalecimiento de las acciones de promoción de la salud.
• Desarrollo de estrategias preventivas a partir de la investigación
epidemiológica.
• Inicio de un proceso gradual de reorganización de los servicios:
desinstitucionalización gradual de hospitales psiquiátricos hacia
servicios comunitarios, según Acuerdos de la Declaración de Caracas,
1990. Igualmente, propiciar la creación de servicios comunitarios, los
cuales permitan la desinstitucionalización paulatina de los pacientes:
casas de medio camino, pensiones protegidas, albergues, hospitales de
día, talleres protegidos, clubes para pacientes y proporcionar servicios
a las familias, en cuyo seno van a vivir los pacientes que salen de los
hospitales psiquiátricos.
• Formación de equipos especializados que se movilicen entre niveles,
capacitando y complementando la atención regional y local.
• Creación y/o fortalecimiento de servicios de salud mental y psiquiatría
en hospitales generales, que incluyan la atención ambulatoria y
hospitalización completa y parcial.
• Fortalecimiento de los primeros niveles de atención en enfoques y
metodologías de salud mental.
• Articulación de servicios y redes descentralizadas comunitarias,
según jurisdicciones.

Resultado 3:

3. Acciones de prevención, tratamiento y rehabilitación en salud mental,


efectivas y de calidad, reduciendo niveles de discapacidad,
desarrolladas según modelo comunitario descentralizado, por niveles de

39
complejidad y con enfoque interdisciplinario para los casos que lo
requieran.

Número de acciones de promoción, según tipo, anualmente.


Número de acciones preventivas, según tipo, anualmente.
Número de programas informativos y educativos, anualmente.
Número guías prácticas usadas en el primer nivel de atención, anualmente
Porcentaje de casos nuevos –de salud mental- detectados, anualmente.
Número de personas que acceden a medicinas de calidad según petitorios
esenciales razonables y guías prácticas consensuadas, anualmente.
Número de profesionales y técnicos de nivel básico capacitados,
anualmente.
Número de profesionales y establecimientos descentralizados prestando
estos servicios.
Uso y aplicación del diagnóstico funcional, complementario al diagnóstico
de enfermedades en el sistema de atención de salud mental
Incremento de porcentaje de pacientes atendidos que son rehabilitados.
Número de redes comunitarias con participación de salud mental.
Incremento de porcentaje de pacientes en seguimiento.
Porcentaje de personal de servicios realizando promoción de salud mental.

Acciones prioritarias:
• Información y educación sobre riesgos potenciales y factores
protectores -según grupos poblacionales, prevalencias y edad- así
como, sobre derechos y deberes de los/las usuarios en todos los niveles
y sectores.
• Detección y prevención de riesgos y trastornos de salud mental en
coordinación con otros sectores e instituciones de la sociedad civil.
• Atención básica y/o de emergencia interdisciplinaria: Diagnóstico
básico, tratamiento psicofarmacológico esencial, intervención en crisis,
consejería individual y familiar, apoyo legal y social, información a
usuarios como un derecho, aplicación oportuna de criterios para la
referencia al nivel especializado, articulación de apoyos con otros
recursos de la comunidad.
• Atención especializada, de mayor complejidad: diagnóstico
diferencial, tratamiento psicofarmacológico especializado, aplicación
oportuna de la contra referencia al nivel básico.
• Rehabilitación especializada: Diagnóstico de las secuelas y
discapacidades en los pacientes y de sus recursos para afrontar su
rehabilitación: psicoterapias, internamiento, contra referencia
oportuna.
• Rehabilitación integral con apoyo de familias y comunidad:
Articulación a redes comunitarias, organizaciones de familiares y
pacientes, a familias vinculadas a otros problemas de salud mental,
grupos de ayuda mutua.
• Difusión de los criterios de la Clasificación Internacional de
Enfermedades vigente.
• Seguimiento de pacientes a través de consultas, visitas domiciliarias y
otras estrategias.

40
Resultado 4:

4. Estado y sociedad civil promoviendo estilos de vida y entornos


saludables con énfasis en factores determinantes y protectores
priorizados, según tipos de poblaciones, ámbitos y ciclo de vida,
incorporando a las redes comunitarias y estableciendo mecanismos de
vigilancia social.

Indicadores:
Número y tipos de cursos de Escuela de Padres implementados con
resultados demostrables en cambio de actitudes, anualmente, según
región.
Número de campañas de sensibilización y difusión que incluyen los
contenidos de salud mental mencionados, según región, anualmente.
Número de proyectos demostrativos implementados con resultados
demostrables en cambio de actitudes, según región, anualmente.
Número de campañas de sensibilización y difusión que incluyen los
contenidos para infancia, adolescencia y adulto mayor, según región,
anualmente.
Comisión mixta salud-educación funcionando.
Comisión técnica mixta supervisando plan de actividades en
implementación.
Grupos organizados emitiendo reportes periódicos sobre el funcionamiento
de las experiencias y otros servicios de salud mental.
Número de grupos de ayuda mutua y grupos comunitarios funcionando en
zonas demostrativas, anualmente.
Número de acciones, según tipo ejecutas en el área de entornos y estilos
de vida saludables con los gobiernos locales y regionales.
Número de escuelas promotoras de la salud que incorporan en sus planes a
sectores de salud mental.
Comité de vigilancia en funcionamiento.
Número de instituciones que realizan acciones de salud mental, según
tipo.

Acciones prioritarias:
• Incorporación en los servicios del Enfoque de promoción:
• Formación de Equipos interdisciplinarios especializados intra o inter
sectoriales para atención de problemas que lo requieran.
• Creación de Escuelas de padres: estilos saludables de crianza: buen
trato, rol protector, enfoque de derechos, participación paterna,
educación equitativa en escuelas, comunidad y servicios para
gestantes y recién nacidos.
Sectores comprometidos: Salud, Educación, MIMDES.
• Educación en valores y desarrollo de recursos: personales y
psicosociales, así como actitudes de autocuidado, derechos, uso
adecuado del tiempo libre, para niñas, niños y adolescentes, en
escuelas y otros espacios comunitarios.
Sectores comprometidos: Salud, Educación, MIMDES.

41
• Red de Escuelas Saludables, que refuercen los vínculos saludables,
habilidades para la vida y el autocuidado.
Sectores comprometidos: Salud, Educación, Universidades.
• Estilos saludables en el ámbito laboral –público y privado- y en
espacios sociales y académicos vinculados.
Sectores comprometidos: Salud, Trabajo, MIMDES.
• Red de Municipios y comunidades saludables: actividad física, control
de drogas, respeto de derechos y seguridad ciudadana, modelos de
resolución de conflictos y fomento de la paz, funcionando en red y
potenciando el aporte de cada actor social.
Sectores comprometidos: Salud, Gobierno Local, MININTER, MIMDES.
• Creación de espacios de promoción de la salud mental en medios
comunicación
• Experiencias demostrativas con poblaciones específicas: comunidades
nativas, población desplazada por violencia política.
• Talleres de capacitación a comunidades, promotores- y otras
instituciones de la sociedad civil sobre mecanismos de vigilancia.
• Creación de un comité de vigilancia y opinión crítica sobre políticas y
acciones de salud mental incluidos los medios y los sectores público y
privado.
• Responsable del sector recoge y procesa evaluaciones de sistema de
vigilancia y retroalimenta los servicios de salud mental.
• Realizar un censo de instituciones que intervienen en salud mental a
nivel nacional.

Resultado 5:

5. Recursos asignados a salud mental, optimizados y redistribuidos para


facilitar la implementación del Modelo de Atención Integral en Salud
Mental Comunitaria.

Indicadores:
Porcentaje de incremento del presupuesto de salud mental para la
implementación del modelo de intervención integral comunitaria.
Porcentaje del presupuesto de la institución asignado a salud mental
comunitaria.
Porcentaje de actividades incorporado al sistema de referencia y contra
referencia en salud mental.
Número de servicios de salud mental en la estructura orgánica de los
hospitales generales.
Porcentaje de los recursos de la cooperación internacional asignados al
modelo.
Acciones prioritarias:
• Elaboración del plan operativo del órgano de dirección de salud mental
que incluya actividades y presupuesto.
• Solicitud a la Oficina General de Planificación Sectorial la propuesta
financiera por componentes y partidas específicas para la asignación y
ejecución del presupuesto a nivel nacional, según prioridades
establecidas.

42
• Articulación intersectorial de presupuestos.
• Concertación con fuentes cooperantes nacionales e internacionales,
según líneas o componentes programados en la propuesta financiera.

Objetivo Específico 3.2

Garantizar el acceso equitativo y uso racional de medicamentos necesarios


para la atención psiquiátrica.

RESULTADOS:

1. Mayor acceso y disponibilidad de los medicamentos básicos y necesarios


para la atención de los trastornos mentales, en todos los sectores
vinculados a la atención de salud.
2. Desarrollo de estrategias que mejoran el uso racional y la seguridad de
los psicofármacos.
3. Guías prácticas de atención y tratamiento garantizan un servicio de
calidad al usuario.

Resultado 1:

1. Mayor acceso y disponibilidad de los medicamentos básicos y necesarios


para la atención de los trastornos mentales, en todos los sectores
vinculados a la atención de salud.

Indicadores:
• Número de estudios de oferta y demanda de medicamentos.
• Número de sustentos técnicos para la inclusión de medicamentos
• Número de medicamentos expedidos en las instituciones de salud.
• Número de compras conjuntas nacionales e internacionales.

Acciones prioritarias:
• Lograr consenso acerca de la necesidad de que el Estado regule el
mercado de los psicofármacos.
• Creación de un comité nacional de psicofármacos encargado de
actualizar el petitorio nacional con criterio técnico y de vigilar que las
guías prácticas de uso en los establecimientos reflejen el avance y
salvaguarden el derecho del acceso del paciente a atención de la mejor
calidad posible.
• Ejecutar compras conjuntas nacionales institucionales e internacionales
de medicamentos.
• Crear un fondo de medicinas de última generación y gestionar
donaciones.
• Verificar la disponibilidad y acceso de los medicamentos en los
servicios.

43
Resultado 2:

2. Desarrollo de estrategias que mejoran el uso racional y la seguridad de


los psicofármacos.

Indicadores:
• Número de iniciativas legislativas propuestas.
• Número de estudios de fármaco-economía realizados.
• Indicadores de prescripción, dispensación y expendio en
establecimientos.

Acciones prioritarias:
• Impulsar iniciativas legislativas orientadas a liberar de impuestos y
aranceles de los medicamentos necesarios.
• Realizar estudios de fármaco-economía costo-beneficio, costo-
efectividad, costo-utilidad, análisis de minimización de costos y
estudios de costo de enfermedad.
• Evaluar el uso de los medicamentos psiquiátricos en los servicios.
• Crear un registro nacional para que los profesionales de salud
notifiquen las reacciones adversas a medicamentos.

Resultado 3:

3. Protocolos de atención y tratamiento garantizan un servicio de calidad


al usuario.

Indicadores:
• Número de guías de tratamiento elaboradas.
• Número de profesionales de salud capacitados, anualmente, según
región.

Acciones Prioritarias:
• Elaborar guías prácticas validadas de tratamiento para los trastornos
mentales de acuerdo a las líneas programáticas priorizadas.

Objetivo Específico 3.3

Fortalecer y desarrollar el potencial de los recursos humanos en salud


mental.

RESULTADOS
1. Política de capacitación integral de recursos humanos permanente, en
todos los sectores, niveles de complejidad y según prioridades de salud
mental.

44
2. Abordaje del Síndrome de Agotamiento Profesional (SAP), en
profesionales y técnicos que atienden casos de alto riesgo en salud.
3. Investigación incorporada como actitud permanente en todos los
niveles de complejidad, generando modelos de abordaje más eficaces y
acordes a los principios de la bioética.

Resultado 1:

1. Política de capacitación integral de recursos humanos permanente, en


todos los sectores, niveles de complejidad y según prioridades de salud
mental.

Indicadores:
• Plan de contenidos adaptado por región, por nivel y por problemas
priorizados, aplicándose.
• Protocolos e instrumentos en uso para desarrollo del plan nacional de
salud mental.
• Opinión de usuarios/as reporta trato respetuoso, equitativo y de
calidad.
• Currícula de universidades con enfoque integral de salud mental,
enfoque de derechos y ética.

Acciones prioritarias:
• Revisión de los sistemas ya existentes de capacitación como son
“Educación Médica Continua” y “Educación en Servicios”.
• Selección de contenidos de programas de capacitación según nivel y
problemas.
• Capacitación en detección, atención y derivación a servicios más
especializados.
• Uso de metodología facilitadora del cambio de actitudes a favor del
respeto, equidad y calidad.
• Reconocimiento e incentivos.
• incorporación, en los planes de estudios y programas de capacitación,
del enfoque integral de salud mental en las instituciones académicas
• Formación de recursos profesionales interdisciplinarios en políticas de
salud mental, deberes y derechos del paciente, así como en ética
profesional.

Resultado 2:

2. Abordaje del Síndrome de Agotamiento Profesional (SAP) en


profesionales y técnicos que atienden casos de alto riesgo en salud.

Indicadores:
• Número de módulos de SAP en aplicación, según región, anualmente.
• Profesionales y técnicos reportan mejorías en el grado de afectación,
según región.
• Legislación en salud incluye protección legal para profesionales.

45
Acciones prioritarias:
• Incluir módulos de estrategias de abordaje de SAP en programas de
capacitación, que les permitan procesar el impacto generado por los
casos y problemas que atienden.
• Formular la iniciativa para la Ley de Salud Mental, que norme aspectos
de protección para los profesionales.

Resultado 3:

3. Investigación incorporada como actitud permanente en todos los


niveles de complejidad, generando modelos de abordaje más eficaces y
acordes a los principios de la bioética.

Indicadores:
• Incremento del número de propuestas de investigación en salud
mental, según región anualmente.
• Número de investigaciones financiadas.
• Convenios de investigación con universidades que cuenten con los
recursos y acreditación en salud mental.
• Planes de estudios incorporan metodologías de investigación en salud
mental.

Acciones prioritarias:
• Realización de Talleres sobre investigación-acción, que forme en una
actitud “investigadora”, dando luces sobre los determinantes
psicosociales de los problemas y trastornos de la salud mental.
• Gestión de fuentes de financiamiento para investigación en salud
mental
• Formación de alianzas estratégicas con universidades e institutos.
• Revisión de contenidos curriculares incorporando metodología de
investigación en salud mental.

Objetivo Específico 3.4

Asegurar la participación de usuarios de servicios, familiares de pacientes y


organizaciones comunitarias.

RESULTADOS

 Usuarios de servicios y familiares, organizados y participando en la


implementación del nuevo modelo.
 Organizaciones comunitarias y otras de la sociedad civil articuladas a
las acciones de promoción, prevención y atención de la salud mental.

INDICADORES:

46
 Tipo de metodologías de intervención comunitarias diferenciadas según
características étnicas y generacionales.
 Número de organizaciones de pacientes y familiares participando.
 Número de organizaciones comunitarias trabajando en red con el sector
público.
 Número de redes locales de servicios que incluyen usuarios, familiares
y organizaciones comunitarias.

ACCIONES PRIORITARIAS:

• Fortalecimiento de las redes de servicios locales.


• Elaboración y difusión de directorios de organizaciones de pacientes,
familiares y organizaciones comunitarias.

OBJETIVO GENERAL 4

PROMOVER EN LA ATENCIÓN DE SALUD MENTAL, LA


EQUIDAD EN TÉRMINOS DE ESTRATO SOCIAL, GÉNERO,
CICLO VITAL E INTERCULTURALIDAD DANDO ATENCIÓN
DIFERENCIADA A LAS POBLACIONES VULNERABLES,
ESPECIALMENTE A LAS AFECTADAS
POR LA VIOLENCIA POLÍTICA.

Perú es un país marcado por la pobreza, especialmente en las zonas rurales y


urbano marginales de todas las regiones. El acceso a la educación y a la salud
integral, así como a servicios básicos, es aún, para estas poblaciones, un
derecho que no se cumple, más aún cuando se ubican en zonas adversas, ya
sea por su inaccesibilidad, su riesgo climático o de enfermedades endémicas.

En este contexto, son especialmente vulnerables las niñas, niños, las mujeres
y las personas adultas mayores, así como las personas con discapacidad física
y mental. Por ello, se hace necesario desarrollar políticas y propuestas
específicas que, a través de la “discriminación positiva” permitan compensar
su situación de inequidad. De manera especial, cabe mencionar a las
poblaciones afectadas por la violencia política. Este plan ha resaltado la
importancia de este reto y se propone contribuir al desarrollo y recuperación
física y mental de toda población vulnerable.

47
Objetivo Específico 4.1

Favorecer el desarrollo de capacidades y la recuperación integral de las


poblaciones vulnerables, especialmente las afectadas por la violencia
política.

RESULTADOS:

1. Redes sociales fortalecidas cumpliendo un rol de soporte, de


fortalecimiento de la identidad cultural y de promoción de recursos en
poblaciones vulnerables, de manera articulada a las acciones
intersectoriales.
2. Poblaciones más vulnerables incluidas en el Seguro Integral de Salud,
con acceso a la atención en salud mental –psiquiátrica y psicológica-,
especialmente en el caso de aquellas afectadas por la violencia
política.
3. La población afectada por la violencia política desarrolla actitudes
relativas a una cultura de paz, en el marco de la reconstrucción de la
memoria histórica.

Resultado 1:

1. Redes sociales fortalecidas cumpliendo un rol de soporte, de


fortalecimiento de la identidad cultural y de promoción de recursos en
poblaciones vulnerables, de manera articulada a las acciones
intersectoriales.

Indicadores:
• Número de agentes y promotores capacitados, coordinando y
desarrollando programas de atención comunitaria a poblaciones
vulnerables, según región, anualmente.
• Número de comités regionales y locales de salud mental desarrollando
un plan de acción conjunto con enfoque de género e interculturalidad,
anualmente.
• Número de decisores de los sectores del Estado involucrados, apoyando
la ejecución de planes de acción intersectoriales.
• Número y tipo de servicios que se ofertan en poblaciones afectadas por
la violencia política, según región, anualmente.

Acciones prioritarias:
• Acciones de fortalecimiento y desarrollo de factores protectores en las
comunidades.
• Desarrollo de capacidades técnicas en agentes comunitarios y
promotores en temas de salud mental.
• Capacitación de comités regionales de salud mental e instalación de
comités locales en poblados más afectados.

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• Articulación del Ministerio de Salud con organizaciones civiles y otros
sectores que trabajan con población afectada.
• Sensibilización y capacitación en temas de salud mental a decisores de
gobiernos locales y regionales y representantes de organizaciones
civiles.

Resultado 2:

2. Poblaciones más vulnerables incluidas en el Seguro Integral de Salud,


con acceso a la atención en salud mental –psiquiátrica y psicológica-,
especialmente en el caso de aquellas afectadas por la violencia
política.

Indicadores:
• Número de personas afectadas por la violencia política afiliadas al
Seguro Integral de Salud y otros afines, anualmente.
• Número de personas atendidas en psiquiatría y psicología en
establecimientos de salud en las zonas afectadas por la violencia
política, anualmente.
• Número de casos identificados, derivados, atendidos y en seguimiento
a través del SIS, anualmente, según región.

Acciones prioritarias:
• Fortalecer recursos humanos del primer nivel y de hospitales generales
para esta tarea.
• Equipos itinerantes de salud mental en las zonas de intervención.
• Realizar intervenciones clínicas en cada una de las zonas de
intervención a través de redes y microrredes establecidas

Resultado 3:

La población afectada por la violencia política desarrolla actitudes relativas a


una cultura de paz, en el marco de la reconstrucción de la memoria histórica.

Indicadores:
• Número de campañas de promoción de la salud realizadas en las zonas
afectadas, anualmente.
• Número de organizaciones y redes comunitarias que trabajan temas de
bienestar y desarrollo comunitario, con énfasis en las zonas afectadas
por la violencia política.

Acciones prioritarias:
• Desarrollo de factores protectores para la prevención de la conducta
violenta en población infantil y adolescente.
• Desarrollo de factores protectores para la prevención de las adicciones
en población infantil y adolescente.
• Talleres de salud mental en la escuela.

49
Objetivo Específico 4.2

Garantizar la cantidad, preparación y distribución equitativa de los


recursos humanos de los sectores del estado, privados y otros, para la
atención adecuada de las poblaciones vulnerables.

RESULTADO:

 Recursos humanos profesionales, técnicos y promotores de salud


adecuadamente preparados, en cantidad suficiente y distribuidos
equitativamente para la atención integral de las poblaciones más
vulnerables, en el marco de una intervención ética.

INDICADORES:

• Porcentaje de personal capacitado en salud mental en todos los


establecimientos de salud de las zonas afectadas por violencia política,
según nivel de complejidad, anualmente.
• Porcentaje de población atendida que refiere haber recibido una
atención de calidad y en cumplimiento de sus derechos, según región,
anualmente.

ACCIONES PRIORITARIAS:

• Integrar el componente de la salud mental integral que incluye


promoción, prevención, asistencia y rehabilitación en la formación de
técnicos y profesionales de los diversos sectores.
• Incorporar en la formación, capacitación y perfeccionamiento de los
recursos humanos los temas referidos a los derechos humanos.
• Promover y coordinar con las entidades formadoras, el desarrollo de
actividades de perfeccionamiento y auspiciar la actualización
profesional.
• Promover programas de soporte emocional al personal de salud, con
énfasis en el equipo de salud mental.

Objetivo Específico 4.3

Identificar e incluir en la promoción, prevención y tratamiento en salud


mental, las prácticas culturales favorables a ella.

RESULTADOS:

50
 Los programas de promoción, prevención y atención en salud
mental, incorporan prácticas culturales favorables a ella.

INDICADORES:

• Número de experiencias identificadas, descritas y sustentadas, según


región, anualmente.
• Número de planes de acción y/o programas que incorporan prácticas
culturales identificadas como favorables a la salud mental, según
región, anualmente.
• Porcentaje de usuarios que reconocen y valoran los programas que
incorporan sus prácticas culturales, según región.

ACCIONES PRIORITARIAS:

• Investigación sobre prácticas culturales favorables a la salud mental en


diversas regiones del país.
• Elaboración de propuestas de intervención en salud mental que
respondan a la cultura de la población atendida.
• Seguimiento y evaluación de los programas de intervención.

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