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El profesor debe ser visto como un ser humano integral, con motivaciones, emociones,
desempeños, que le facilitan generar ciertos procesos de enseñanza y que está en
permanente proceso de formación.
Esta propuesta está interesada en generar ambientes de aprendizaje propicios para los
maestros, que les permita desplegarse como personas y como profesionales; superar sus
miedos y retos y lograr un reconocimiento oportuno y pertinente.
La teoría de las múltiples inteligencias nos permite observar a los maestros y maestras en
sus diversos dominios y reconocer que cada uno es más hábil en uno u otro dominio, lo
cual debe reconocerse como punto de partida para su pleno desarrollo humano y
profesional.
2. EL APRENDIZ diverso
Es de todos reconocido que la escuela alberga gran diversidad de estudiantes, dada por
condiciones sociales, culturales, económicas, de género, con discapacidad. Además de las
condiciones particulares de cada aprendiz y su contexto familiar, se hace necesario
considerar que tienen distintos estilos de aprendizaje: centrado, disperso, intenso, relajado,
resistente, pasivo, activo, autorregulado, jocoso, serio, etc.
Se reconocen aprendices que son más hábiles en dominar tareas espaciales, visuales,
corporales, musicales, lingüísticas, lógico-matemáticas, de naturaleza individual, al igual
que interpersonales e intra personales, de naturaleza grupal.
Desde las teorías del desarrollo humano desde la década de los 70´s Gardner proponía la
teoría de las inteligencias múltiples donde plantea que todos somos inteligentes, que la
inteligencia es un atributo plural, múltiple de naturaleza individual, pero contextualizada
en una cultura específica. Además nos mostró las inmensas posibilidades de identificarlas,
explorarlas y especialmente, cultivarlas.
Así, en este curso se reconoce este importante aporte que reconoce las múltiples
inteligencias que tienen todos los miembros de las comunidades educativas (docentes,
estudiantes, administrativos, familias, etc).
Inteligencia Corporal: Habilidad para solucionar problemas o crear productos con el propio
cuerpo.
Inteligencia interpersonal: Es la habilidad para entender a otras personas; darse cuenta de sus
metas, motivaciones, intenciones y trabajar efectivamente con ellos.
Inteligencia Intrapersonal: Se refiere a la sensibilidad hacia los deseos, miedos, metas propias y la
capacidad para usar este conocimiento efectivamente en la planeación y consecución de su propio
proyecto de vida.
Las transformaciones se deben dar en paralelo y son las que generan condiciones
favorables para las innovaciones educativas.
-Se pueden considerar dos niveles en la capacidad de un alumno. Por un lado el limite de
lo que el solo puede hacer, el cual se denomina “nivel de desarrollo real”. Por otro, el
límite de lo que puede hacer con ayuda, el “nivel de desarrollo potencial”.
Este análisis es válido para definir con precisión las posibilidades de un alumno y
especialmente porque permite delimitar en que espacio o zona debe realizarse una acción
de enseñanza y que papel tiene en el desarrollo de las capacidades humanas. Para el caso
de la atención a la diversidad este tema debe ser de dominio del docente, para que pueda
establecer, cualificar, dosificar, matizar su rol en el proceso.
Retomando a Vigotsky:
En cada alumno y para cada contenido de aprendizaje existe una zona que esta próxima a
desarrollarse y otra que en ese momento esta fuera de su alcance.
En la ZDP es en donde deben situarse los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
En la ZDP es donde se desencadena el proceso de construcción de conocimiento del
alumno y se avanza en el desarrollo.
2. La condición para que se produzca tal autonomía esta dada, aunque resulte paradójico,
por esta ayuda recibida. El apoyo debe ser pensado como un apoyo transitorio
encaminado al logro de la meta y la autonomía futura. Es una ayuda, no un reemplazo.
3. Aunque Vigotski no especifica que rasgos debe cumplir la ayuda, solo afirma que
requiere de distintas instancias de buen aprendizaje. Las posibilidades de aprender y
desarrollarse dependen de las ZDP que se creen en la interacción educativa. Los apoyos se
construyen con una lógica de Andamiaje, que es también un concepto central para esta
propuesta de atención a la diversidad.
Andamiaje
Sucesivamente la posición del andamio deberá elevarse para enlazar con la nueva
construcción (en las nuevas ZDP). Al final el andamio se retira, pero es claro que sin él la
construcción no hubiera sido posible. Esta formulación de andamiaje fue planteada por el
psicólogo Jerome Bruner.
Es a través del andamiaje que se puede intervenir en la ZDP, ya que el docente crea
situaciones de enseñanza que facilitan la internalización de los contenidos a aprender.
Las características que debe reunir un formato de andamiaje son:
Ajustable: debe adaptarse al nivel de competencia del sujeto menos experto y a los
progresos que se produzcan y permitir la ajustabilidad a lo largo de su uso.
El sujeto debe ser consciente de que es ayudado, de este modo facilitara el avance hacia la
autonomía. En este sentido se debe construir y adaptar el apoyo con la aprobación y en lo
posible colaboración del aprendiz.
El trabajo colaborativo aquí se entiende como la movilización de todos los recursos físicos,
cognitivos, emocionales, sociales, personales, didácticos y docentes, para alcanzar las
metas educativas. Es decir que los retos que se plantean para los aprendices, los grupos y
las aulas requieren que se involucren todos los actores posibles, en el marco de lo que se
conoce como Aula-escuela, Aula-ciudad, Aula-laboratorio, modelos retomados de la
escuela activa, de Escuela Nueva, entre otros.
El aula de trabajo colaborativo parte del reconocimiento de que todos sus miembros son
valiosos y tienen conocimientos importantes que aportar, aún cuando cada uno de ellos
asume su proceso de aprendizaje de manera distinta. En este sentido se retoman las
definiciones de estilos de trabajo reportadas por el Proyecto Spectrum (Krewchesky,
Gardner y Feldman, 1994) del proyecto SPECTRUM de la Universidad de Harvard. Los
presentan de la siguiente manera:
-Se entrega con facilidad. Inicia la actividad con impaciencia e interés; está atento y se adapta al formato y
contenido de la actividad. En ocasiones comienza por su cuenta, quizá incluso antes de que se le explique de
qué actividad se trata.
-Reacio a participar. Se resiste a la estructura de la actividad. Puede hacer falta que se le persuada o se
reestructure el formato de ésta. Es posible que imponga su propio plan y se desvíe de los objetivos de la
actividad.
-Confiado en sí mismo. Parece estar complacido con los materiales y su capacidad; se mueve, da respuestas y
opiniones con rapidez y seguridad. (La seguridad puede ser independiente al éxito o capacidad reales)
-Dubitativo. Duda en la actividad; puede parecer inseguro sobre el modo de utilizar los materiales, incluso
después de las explicaciones. Le cuesta dar respuesta o constantemente necesita la aprobación.
-Divertido. Disfruta con los materiales o la actividad; los utiliza con desenvoltura, haciendo frecuentes
comentarios espontáneos o prolongaciones divertidas de la tarea.
-Serio. Enfoca la actividad de forma directa. Aborda los materiales como si se tratara de un trabajo del que se
excluye el juego. Puede estar serio y demostrar que disfruta la actividad.
-Fácil de distraer. Tiene dificultad para desentenderse de la actividad que lo rodea en clase. La atención en la
tarea aparece y desaparece sucesivamente.
-Constante. Es tenaz al realizar la actividad, responde a los problemas con ecuanimidad y continúa a pesar de
las dificultades; también puede ser constante sin que se presenten dificultades.
-Frustrado por la actividad. Tiene dificultad para soslayar las partes problemáticas de la actividad; se dirige a
otros para que resuelvan sus problemas y se muestra reacio a continuar la tarea.
-Impulsivo. Su trabajo carece de continuidad; lo hace con tanta rapidez que es descuidado.
-Reflexivo. Hace comentarios o evalúa su trabajo de forma negativa o positiva. Se detiene para valorar su
proceso y cómo éste se ajusta a sus expectativas, esperanzas, etc.
-Apto para trabajar despacio. Utiliza o necesita mucho tiempo para preparar y ejecutar su tarea; trabaja
despacio aunque de forma metódica, en una determinada actividad.
-Apto para trabajar deprisa. El ritmo del estudiante es más rápido que el de la mayoría de los compañeros;
inicia la actividad y se adentra en ella de inmediato.
-Hablador. El niño charla con el adulto mientras trabaja en una actividad; inicia conversaciones relacionadas o
no con las tarea (pero no como medio para evitarla)
-Callado. El estudiante habla muy poco mientras trabaja; sólo lo hace cuando lo exige la actividad (el hecho de
no hablar no tiene por qué deberse a la incomodidad ni a la duda).
-Responde a claves visuales, auditivas o cinestésicas. El niño muestra su necesidad o preferencia por iniciar
una tarea a través de estímulos visuales (mirando con mucha atención los materiales), estímulos auditivos
(escuchando las directrices, la música) o estímulos cinestésicos (tocando los materiales o empleando el
movimiento como ayuda a la comprensión)
-Demuestra un enfoque planificado. El niño muestra una utilización estratégica de los materiales o de la
información; declara sus objetivos y, a continuación, pasa a cumplirlos, describiendo con frecuencia su
progreso.
-Aporta a la tarea sus capacidades más destacadas. El niño utiliza sus propias tendencias como medio de
participación en una determinada actividad o de interpretación de la misma.
-Descubre elementos humorísticos en el área de contenidos. El niño descubre un elemento de humor en el área
de contenidos o en la actividad; es capaz de detenerse y poner de manifiesto una faceta absurda, irónica o
imprevista de la tarea en relación con la definición que se haya dado de la misma.
-Utiliza materiales de formas imprevistas. El estudiante redefine los materiales y las actividades de manera
peculiar, novedosa o imaginativa. Señale si el uso imprevisto influye en el proceso o en el producto del niño y
cómo.
-Se enorgullece por sus logros. El niño manifiesta su alegría por el éxito obtenido con un material o actividad.
-Atiende a los detalles; es observador. El estudiante se percata de los aspectos sutiles de los materiales o de la
actividad.
-Es curioso en relación con los materiales. El estudiante hace muchas preguntas sobre la naturaleza de las
cosas y cómo y por qué están hechas de un modo determinado.
-Muestra su preocupación por la respuesta “correcta”. Con frecuencia, el niño pregunta al adulto si lo que
ejecuta está bien; puede preguntar si otros compañeros lo hacen bien; el niño muestra su satisfacción cuando lo
que hace es lo “correcto” y su disgusto cuando realiza algo “incorrecto”.
-Se centra en la interacción con el adulto. Al estudiante le interesa más estar con el adulto que con los
materiales; busca continuamente la interacción con él mediante la conversación, el contacto visual, sentarse en
sus rodillas, etcétera. Incluso cuando está realizando una actividad trata de mantener algún tipo de interacción
con el adulto.
Esta diversidad de estilos de trabajo pone en evidencia la amplísima diversidad del aula.
Esta diversidad deberá ser reconocida con anterioridad por parte de los docentes para
evitar que se deteriore el ambiente de aprendizaje y el trabajo colaborativo que se espera
desarrollar en el aula.
5. LOS MATERIALES COMO CONECTORES ENTRE EL APRENDIZ Y EL
APRENDIZAJE
La escuela ha vivido diversas experiencias de relación con los materiales que van desde la
escuela con centro de recursos y materiales, hasta aquella que se resiste al uso o no puede
contar con objetos, artefactos, dispositivos que medien el aprendizaje. Los dos extremos
son excesivos; la propuesta aquí es usar los materiales como apoyo, como facilitadores,
específicamente como mediadores del aprendizaje (Prieto Castillo, 1996).
Los materiales son concebidos en esta propuesta formativa como conectores entre unos
aprendices y unos docentes, cuya relación se construye en el momento de la interacción, se
flexibiliza y produce conocimiento, innovación, placer.
Kit de materiales para docentes. Se definen como los materiales didácticos, disponibles en
el mercado o creados por los docentes, los padres u otros alumnos de años anteriores que
responden en especial al primer principio de DUA: Múltiples modos de presentación de
la información.
Kit de materiales para aprendices. Se definen como los materiales didácticos, disponibles
en el mercado o creados por los docentes, los padres u otros alumnos de años anteriores
que responden en especial al segundo principio de DUA: Múltiples modos de expresión
de lo aprendido por parte de los estudiantes.
Las rúbricas se entienden como las planteó Steve Siedel, del proyecto Portfolios de la
Escuela de educación de Harvard, como una herramienta de calificación utilizada para
realizar evaluaciones subjetivas. Es un conjunto de criterios y estándares ligados a los
objetivos de aprendizaje usados para evaluar la actuación de alumnos en la construcción
de productos resultado de aprendizajes.
• Incluir lo que sea posible de ser observado en por lo menos un buen número de
alumnos. (Si se cumplen los dos requisitos, éste y el anterior, lo más factible es que el
número de variables sea bastante limitado).
• Para cada variable se deben definir los indicadores, los que también deben ser
conocidos por los alumnos e, incluso, según los casos, acordados con ellos: cuáles,
frecuencia, cantidad, calidad, importancia relativa (ponderación). Por ejemplo, ¿cuáles
son los indicadores que van a permitir juzgar si el alumno ha logrado una
determinada destreza o que su participación en tareas grupales es positiva? Habrá que
definir tipo y calidad de la participación, frecuencia aproximada para ser considerada
suficiente u óptima, etc. Esto permite poner límite al subjetivismo-no a la subjetividad
legítima.
Usos:
Son útiles tanto para la evaluación diagnóstica, como continua o final.
En una situación evaluativo de diagnóstico, podemos tener preparada una rúbrica
para registrar conocimientos previos, intereses, etc., relativos al espacio curricular, a
partir de actividades individuales y grupales.
En una evaluación continua, para hacer el seguimiento en el aprendizaje de una
competencia.
En una evaluación de resultados, para tener previstos los contenidos a evaluar y sus
indicadores.
Los alumnos deberían contar con el instrumento para hacer su propio seguimiento.
Los docentes pueden elaborar tablas de este tipo para todos y cada uno de los aspectos
que consideren necesario evaluar, tanto para hacer un seguimiento del progreso de sus
alumnos como para adjudicar puntajes.
Más adelante, en este documento, se presentan varios ejemplos del kit de materiales.
Como lo plantea Roselló (2010) “el paso de un modelo de escuela selectiva y uniforme a
una escuela inclusiva y de calidad, capaz de promover la igualdad de oportunidades y
atender a la diversidad del alumnado, reclama nuevas maneras de pensar y diseñar los
procesos de enseñanza-aprendizaje”. Estas nuevas maneras identificaron tres elementos
claves en la planeación curricular para la atención a la diversidad: 1) El uso del libro de
texto, como elemento obligado. 2) La planificación entendida como un proceso de toma de
decisiones sobre los diferentes elementos que componen el currículo escolar, como una
oportunidad para personalizar y flexibilizar el currículo, diseñando un proceso de
aprendizaje con múltiples actividades y recursos, un proceso en el que puedan participar
todos los alumnos sin exclusiones y que, a su vez, resulte útil para todos” .. “3) La
evaluación con una planificación flexible que reclama recoger y disponer de la máxima
información sobre las condiciones específicas y singulares de aprendizaje que presentan
nuestros alumnos. Tal debe ser la finalidad básica de la evaluación: implicar al
profesorado y al alumnado en procesos de recogida de información y evidencias sobre el
aprendizaje y la enseñanza, con la finalidad de contribuir al crecimiento profesional y
académico en ambos casos” (Roselló, 2010 ).
Sin lugar a dudas, hoy por hoy, persisten y cohabitan todos los regímenes de
comunicación y es el maestro como diseñador del ecosistema el que debe estructurar los
ambientes de aprendizaje de una manera significativa, tanto los físicos, como los
visuales, gráficos, logísticos y emocionales (Debray, R; 1991).
Todo el clima físico y social tiene también una alta incidencia en el éxito de las
propuestas pedagógicas. Estos aspectos deben revisarse, aún en las condiciones más
limitadas y restrictivas, para tratar de aminorar los impactos negativos.
Las interacciones entre todos los miembros de la comunidad escolar deben ser
armónicas; con el grupo docente, el grupo administrativo, el vigilante, los padres de
familia, el equipo de servicios generales, la biblioteca la cafetería y los servicios de
transporte y alimentación, entre otros.