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PREPARÁNDONOS PARA EL FINAL

No siempre el fin es la culminación de todo. Puede ser el final de


una etapa brillante para comenzar otra mejor.

Muchas personas muy buenas consiguen grandes logros, alcanzan


sus metas pero muy difícilmente las sostienen.

En algunas ocasiones llegar a la cúspide es fácil, lo difícil es


sostenerse en ese lugar.

Por lo general los seres humanos siempre nos preparamos para


conseguir metas, no para mantenerlas.

La justicia y la santidad no es asunto de un día, es una lucha


continua. Génesis 7: 1 “Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu
casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta
generación.”

No siempre el fin es la culminación de todo. Puede ser el final de


una etapa brillante para comenzar otra mejor.

Muchas personas muy buenas consiguen grandes logros, alcanzan


sus metas pero muy difícilmente las sostienen.

En algunas ocasiones llegar a la cúspide es fácil, lo difícil es


sostenerse en ese lugar.

Por lo general los seres humanos siempre nos preparamos para


conseguir metas, no para mantenerlas.

Siempre debemos saber que por cada siete cosas buenas solo hay
una mala. El problema es que siempre preferimos ver lo malo más
que las cosas buenas. V 2 “Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda
tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta
generación.” Tu esposo(a), tus hijos, tienen muchas cosas buenas,
disfrútalas y no te amargues solo mirando lo malo de ellos.

Dios es bueno y en su misericordia nos da tiempo para


organizarnos, no desperdicies ese tiempo en cosas inservibles. V 4
“Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra
cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra
a todo ser viviente que hice.”

Las necesidades deben servirnos para acercarnos a Dios y para


buscar la forma de superarnos día a día. Por el diluvio Noé tuvo la
necesidad de entrar en el arca. V 7 “Y por causa de las aguas del
diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres
de sus hijos.”

Todos nos preparamos para el nacimiento y muy pocos lo hacen


para la muerte. Prepararnos para la muerte no significa resignarnos
a ella, significa preparar nuestra vida para que nuestra muerte no
se convierta en carga para los demás.

La biblia nos registra ejemplos de siervo de Dios desorganizados,


que después de su muerte dejaron a su familia con deudas y con
muchos problemas. 2 Reyes 4: 1 “Una mujer, de las mujeres de los
hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido
ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha
venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.”

Dios nos manda a poner nuestra vida en orden. 2 reyes 20: 1 “En
aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el
profeta Isaías hijo de Amos, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu
casa, porque morirás, y no vivirás.”

Prepárate el final de cada etapa de nuestra vida termina pronto. La


etapa en que tus hijos son niños, jóvenes o están solteros terminará
pronto, disfrútalos mientras están contigo.

Nuestra vida en el matrimonio será siempre una luna de miel, si


aprendemos a prepararnos para el final de cada una de las etapas
que lo conforman, los 20, los 40, los 50 o cualquiera que sea tu
edad es una etapa maravillosa si la sabes disfrutar.

Toda etapa de nuestra vida sea buena o mala pronto terminará


prepárate para comenzar la que sigue.

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