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El Papa vino a enseñar la paz: ¿el país le

aprenderá?
'Perdón' y 'reconciliación', las palabras más usadas en el país por el sumo pontífice.
Era inevitable. La política terminó por convertirse en un asunto de fondo de la visita a
Colombia del papa Francisco, a pesar de que, desde que esta se anunció, en el Vaticano los
boletines oficiales se esforzaron por delimitarla a un propósito apostólico.

La Iglesia católica había condicionado en el 2016 su llegada al país a lo que pasara con la
entonces guerrilla de las Farc. “Yo prometo que cuando este acuerdo sea blindado por
el plebiscito y el reconocimiento internacional, estaré en Colombia para enseñar la
paz”.

Para Francisco, el país no puede seguir chapoteando en las diferencias. Hay que
avanzar. De hecho, la intensísima agenda, que pidió él mismo, estuvo marcada por un
lema que simboliza la coyuntura actual del país: “Demos el primer paso”.

Pero ¿cómo? Él dio las claves. En Villavicencio, por ejemplo, puerta de entrada a un vasto
territorio que sirvió de santuario a la guerrilla, tras escuchar los dramáticos testimonios de
cuatro personas que en ese instante representaron a los ocho millones de víctimas que dejó
medio siglo de conflicto armado, dijo: “Colombia, abre tu corazón de pueblo de Dios y
déjate reconciliar. No temas a la verdad ni a la justicia. Queridos colombianos: no tengan
temor a pedir y a ofrecer el perdón. No se resistan a la reconciliación para acercarse,
reencontrarse como hermanos y superar las enemistades”. Y argumentó: “Es hora de sanar
heridas, de tender puentes, de limar diferencias. Es la hora para desactivar los odios,
renunciar a las venganzas y abrirse a la convivencia basada en la justicia, en la verdad”.

Tarea colectiva
¿Podría interpretarse entonces que el Papa vino a apoyar el proceso de paz? “Por supuesto
que sí –dice el también padre de la comunidad jesuita Francisco de Roux–. Vino a
respaldar el proceso de paz en que estamos, pero él da un paso adelante para que lo
mejoremos y consolidemos entre todos”. Pero ¿por qué Francisco se metió en un asunto
tan complejo? Y, además, ¿de manera tan sonora? “El Papa da el mensaje público y, por
eso político, en el sentido no partidista, que corresponde dar a la Iglesia: animar y apoyar
todo lo que nos hace crecer como comunidad humana, en justicia social, reconciliación y
paz”, explica De Roux.

“La paz es lo que Colombia busca desde hace mucho tiempo y trabaja para conseguirla”,
dijo el Papa en un video divulgado al abordar el avión que lo traería el miércoles desde
Roma y en el que de manera directa mostraba el propósito que lo entusiasmaba a atravesar
el océano Atlántico.
Una tarea que él, sin embargo, sabe no será un camino de rosas. “En todo este proceso,
largo, difícil, pero esperanzador de la reconciliación, resulta indispensable también asumir
la verdad. Es un desafío grande, pero necesario”, reiteró ante 600.000 personas que lo
fueron a ver en Villavicencio.
La paz es lo que Colombia busca desde hace mucho tiempo y trabaja para conseguirla
Los milagros

El punto de partida lo marcó con la insistencia en las palabras ‘perdón’ y


‘reconciliación’, que se asocian al momento que vive el país con la firma de la paz con las
Farc, el cese del fuego con el Eln e incluso a la posibilidad de un sometimiento a la ley del
‘clan del Golfo’, una organización criminal conformada por 3.000 hombres.

Para él, la reiteración día y noche de Francisco de darle una oportunidad a la paz y empezar
a construir una sociedad en armonía es un jalón de orejas que deben sentir los que él llama
“católicos conservadores”, de quienes dice que no han releído el Evangelio que sentencia:
“No solo hay que perdonar siete veces, sino setenta veces siete”.

“El balance de la visita se explica por su combinación vigorosa de dulzura y fortaleza, pues
tocó el corazón de la gente e interpeló a toda la dirigencia colombiana para que, todos y de
todas las orientaciones políticas, recuperen los valores tutelares y superen odios, venganzas
y cálculos mezquinos”.

En efecto, uno de los instantes en los que Francisco tuvo más eco fue cuando habló: “Se
necesitan leyes justas que puedan garantizar esa armonía y ayudar a superar los conflictos
que han desgarrado esta nación por décadas; leyes que no nacen de la exigencia pragmática
de ordenar la sociedad, sino del deseo de resolver las causas estructurales de la pobreza que
generan exclusión y violencia”.

Cuatro frases claves de una visita histórica

“La búsqueda de la paz es un trabajo abierto, una tarea que no da tregua y que exige el
compromiso de todos (...) que nos pide no decaer en el esfuerzo por construir la unidad de
la nación (...) y persistir en la cultura del encuentro”.

“El lema de este país dice: ‘Libertad y orden’. En estas dos palabras se encierra toda una
enseñanza. Los ciudadanos deben ser valorados en su libertad y protegidos por un orden
estable”.

“No es la ley del más fuerte, sino la fuerza de la ley, la que es aprobada por todos, quien
rige la convivencia pacífica. Se necesitan leyes justas que puedan garantizar esa armonía”.

“Sanemos el dolor y acojamos a todo ser humano que cometió delitos, los reconoce, se
arrepiente y se compromete a reparar, contribuyendo a la construcción del orden nuevo
donde brille la justicia y la paz”.

¿Qué le dejó a Colombia la visita del papa Francisco?

Eso significa que, según expertos consultados por Colprensa, la huella que dejó Su Santidad tiene
que verse desde dos ópticas distintas -la política y la misional- para que esa amalgama sabiamente
combinada alcance su verdadero propósito planteado en el eslogan de la visita: “Demos el primer
paso", en este caso hacia la reconciliación nacional.

En lo apostólico, el balance de la visita de Francisco no pudo ser mejor. El líder religioso más
importante del mundo occidental logró despertar el sentimiento nacionalista cuando habló de “un
país privilegiado por la naturaleza”. En su visita a la Casa de Nariño, el Obispo de Roma dijo:
“Colombia es una nación bendecida de muchísimas maneras; la naturaleza pródiga no solo permite
la admiración por su belleza sino que también invita a un cuidadoso respeto por su diversidad”.

Pero también formuló un llamado a la jerarquía eclesiástica a “abrirse más a la gente”, a “buscar
las ovejas y no esperar que las ovejas vengan a su pastor”, y los invitó a “una Iglesia de puertas
abiertas que debe salir de los púlpitos”, y hasta a salir “a donde se están dando los debates de las
ideas”, al referirse a la importancia de las redes sociales. “Allí también está la palabra de Dios”,
dijo.
En ese sentido, el Papa “ha hablado de cuatro pilares fundamentales: la verdad, la
misericordia, la justicia y la paz. Con esos cuatro pilares el Papa Francisco quiere que todos
demos el primer paso hacia la reconciliación”, explica monseñor Héctor Fabio Henao,
Director de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Colombiana.

Claro, el prelado reconoce que la reconciliación no es un camino fácil y mucho menos rápido, por
eso considera que el principal mensaje del Vicario de Cristo es “que como sociedad nos unamos
en el largo camino de construir una paz estable y duradera”, agrega monseñor Henao.

Pero también en un país de inmensas mayorías católicas, un mensaje cargado de alegría y


esperanza, de invitación a vivir a plenitud y soñar en grande, como les dijo a los jóvenes, lo que
muestra es que a pesar de sus 80 años, Francisco “tiene una fuerza sobrenatural que toca lo más
profundo del corazón. Es la fuerza de Dios que a través del Papa Francisco que llega a llenar tanto
vacío y tanto dolor que ha dejado la violencia en esta sufrida nación colombiana”, al decir de
monseñor Juan Carlos Cárdenas, Obispo Auxiliar de Cali y miembro del Comité Ejecutivo de la
visita papal.
“¿Qué nos queda de esta visita? Nos queda agradecimiento a Dios, porque vino a Colombia, que
tanto lo necesitaba; nos queda la emoción de profundos mensajes que nos ha llegado al alma, que
nos ha enseñado a valorar las cosas buenas y bellas que tiene nuestro país. Pero también como
Iglesia y como obispos nos queda una gran responsabilidad de tener el altoparlante encendido
para que la fuerza, la pureza y la integridad del mensaje que el Santo Padre no caiga en tierra
estéril”, añade monseñor Cárdenas.
LA MUJER EN LA CONSTRUCCION DE LA FAMILIA Y EN LA FORMACION DE LOS HIJOS

LA MUJER EN LA FORMACIÓN DE LA FAMILIA


La mujer como miembro fundador de la familia, primera célula que forma la sociedad, tiene un papel
importante en la creación, formación y mantenimiento de valores de las personas que la integran. Su sueño de
tener hijos, su naturaleza de ser madre, se hace realidad; pero también es allí donde empieza su mayor
responsabilidad con la sociedad. En la actualidad, el desarrollo tecnológico y social permiten a la mujer
alternar diferentes papeles. Ser madre, esposa, ejecutiva, empleada y ama de casa, son funciones todas de la
misma importancia, a las que ella imprime su sello inconfundible: el de mujer.
Su nobilísima función de madre no siempre es bien recompensada y sólo un día al año se recuerda, mientras
ella mantiene unida física y moralmente a la familia, llevándola adelante, hora tras hora, todos los días,
constituyéndose en el personaje central en la vida de los hijos, que les proporciona compañía, así como una
pauta de valores.

Ser madre significa para la mujer una experiencia rica en sentimientos, pero también llena de conflictos. Vive
los logros de sus hijos, y sus fracasos los siente como propios; y es que entre madre e hijo existe una
comunicación única, que el sociólogo René Spitz ratifica en su teoría: La pareja humana del niño es la madre
irremplazable

Con regaños y fuertes llamados de atención, ella primero moldea nuestro comportamiento,
sin negar en ocasiones la oportunidad a la palmada que enseña que a los hermanos no hay
que pegarles y a las plantas no maltratarlas. Pero cuando el niño va creciendo, la enseñanza
de los principios morales ocupa ahora el lugar preferente y va sembrando la tradición de
una familia. Es aquí cuando la mujer actual, a pesar de sus compromisos laborales, necesita
distribuir sabiamente su tiempo para sus hijos que aunque a veces es poco es valioso por la
calidad de la entrega. El sociólogo Harlow, en uno de sus estudios, lo confirma: El cuidado
de la madre en la vida del hijo es favorable y estimulante no sólo en la infancia sino
también en épocas posteriores .

Entrega las pautas de comportamiento para sus hijos y estimula el desarrollo de sus
habilidades, para llevar una vida íntegra, basada en el respeto y la verdad, enseñándoles a
afrontar la realidad con valor, sin escapar de ella por medios artificiales como la droga, el
alcoholismo y otros vicios que llevan a la destrucción personal, familiar y social.

La mujer es un miembro imprescindible en todo hogar, y su falta es tan significativa que


existen muchos hogares que se han disuelto totalmente ante su ausencia.

Ama de casa o empleada, ejecutiva o no, la madre es el pilar sobre el que se levantan varias
vidas, y de su incansable siembra, recoge los frutos en sus hijos que formarán otras
familias, pero siempre en la mujer estará la responsabilidad de educar una familia. La
importancia del papel de la mujer en la familia, el escritor Mclever lo sintetizó en un solo
verso: El que educa a un hombre/ educa a un individuo, el que educa a una mujer/ educa a
una familia.

ESTRAIDO EL TIEMPO Por: MARTHA DONNY MOSQUERA

Jesús edifica la iglesia sobre el fundamento de los apóstoles:

Efesios 2: 20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la


principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,

Ahora los conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios (versículo 19)
ingresan en un proceso de construcción. Pablo cambia la idea de lo político y familiar y pasa
a describir a la iglesia como un edificio donde los conciudadanos y la familia son edificados
para la gloria de Dios.

Para Pablo la iglesia no sólo es una nueva nación y una nueva familia, sino también
figurativamente es como un nuevo edificio, una hermosa construcción. En esta edificación
resalta el cimiento que es fundamental en todo edificio. Pablo dice que los conciudadanos de
los santos, y miembros de la familia de Dios (versículo 19) son edificados sobre el
fundamento de los apóstoles y profetas. Los creyentes en Cristo son como un edificio
levantado sobre una estructura totalmente sólida, la cual es Cristo.

Los apóstoles eran los testigos vivientes, los que con experiencia personal declaraban a las
iglesias que Cristo había resucitado. Los profetas, eran los predicadores cristianos, los que
proclamaban la palabra de Dios a las iglesias. En este contexto, el que es la base del mensaje
de reconciliación, el que es nuestra paz, es también la principal piedra del ángulo Jesucristo
mismo. La piedra principal de esta edificación es Jesucristo mismo. Isaías dice: por tanto,
Dios el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra
probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure. Isaías
28:16.

Pablo se refiere a Cristo como el fundamento. Porque nadie puede poner otro fundamento
que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 1Corintios 3:11. Y aquí en Efesios 2:20 el
fundamento de los apóstoles y los profetas es Cristo. Todo el que desecha a Jesucristo como
el fundamento de la iglesia va por mal camino. En estos tiempos la iglesia está desechando a
Cristo y está coqueteando con la sicología, con recetas administrativas, elementos de
persuasión o de manipulación de masas, la música, la prosperidad, la sanidad y otras cosas
más, para edificar a la iglesia. La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser
cabeza del ángulo. Salmo 118:22. Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra
que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto,
y es cosa maravillosa a nuestros ojos? Mateo 21:42. Es Cristo quien da a la iglesia una
correcta dirección. Él la compró con su sangre preciosa. Por lo tanto, nadie tiene derecho a
edificar su iglesia sobre otro fundamento que no sea Jesucristo mismo.

Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser
cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:11,12.

Dios te siga bendiciendo.

Jesucristo es, pues, el soporte de los apóstoles y profetas, y éstos son el soporte en Cristo de la obra de Dios
Iglesia universal en pleno resulta entonces "columna y baluarte de la verdad'' (1 Ti. 3

Jesucristo, el Hijo enviado en el nombre del Padre, es por lo tanto el Apóstol de nuestra
profesión o confesión (He. 3:1), y el Mesías Profeta (Dt. 18:15; Hch. 3:22-26). En los días de
su carne, es decir, de su paso terrenal por Palestina, Él escogió a doce (12) que fuesen
testigos oculares de su ministerio, sus padecimientos y resurrección, los cuales son los 12
apóstoles del Cordero, sólo doce (12): Pedro, Jacobo el mayor, Juan, Andrés, Felipe,
Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo Alfeo, Judas Tadeo Lebeo, Simón cananita y Matías; éstos
son sus doce testigos autorizados en cuanto a que ocularmente vieron con sus propios ojos
al Verbo de vida, le oyeron con sus propios oídos, y le tocaron con sus propias manos desde
el comienzo de su ministerio en días de Juan el Bautista, hasta Su ascensión corporal al cielo,
40 días después de Su gloriosa resurrección (Hch. 1:12-16). Son llamados: "Los doce
apóstoles del Cordero", y eran conocidos en la Iglesia primitiva como los Doce (Hch. 6:2; 1
Co. 15:5). Estos 12 se sentarán sobre doce tronos juzgando a las 12 tribus de Israel (Lc. 22:28-
30; Mt. 19:28). Sus nombres (de estos 12), estarán en los 12 cimientos de los muros de la
Santa Ciudad, la Nueva Jerusalén (Ap. 21:14): "Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos,
y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero". Gracias al testimonio de
estos doce testigos oculares escogidos de antemano, la Iglesia está edificada en la certeza
de la historicidad de la persona, obra y doctrina del Cristo. Fueron ellos quienes establecieron
la tradición salvífica que fue recogida en su núcleo esencial en el Nuevo Testamento.

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