2006,Vol
.15,Nº2,25-35 I
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Se desarrolla un modelo psicoterapéutico para madres de niñas y niños que sufrieron abuso sexual intrafamiliar,
considerando que el apoyo materno es el factor más significativo en la moderación del impacto traumático en los
niños.La literatura tradicional se ha centrado en dilucidar el rol de la madre en la génesis del abuso, predominando
activación de sus recursos protectores, permita acoger el impacto traumático de la madre ante el abuso y sus
Palabras claves:abuso sexual, psicoterapia del abuso sexual, madres, victimización secundaria.
This article explains the development of a psychotherapeutic model for mothers of girls and boys who have
undergone intra-
familiar sexual abuse.Our model considers that maternal support is the most significant factor
in the origins of sexual abuse with a predominating blame approach, which contributes to her disqualification as
a protective figure.Far from a blame approach, our method proposes a responsibility approach highlighting the
deal with her traumatic impact when they have to face her child’
s sexual abuse and its consequences.This model
describes both, therapeutic goals with the mother and process stages.
Keywords:child sexual abuse, child sexual abuse psychotherapy, mothers, secondary victimization.
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26 SINCLAIR Y MARTÍNEZ
luego en un Proyecto de investigación con sexual con el padre abusador o, simplemente, por
financiamiento Fondecyt (1030933) desarrollado ser pasiva, sumisa o dependiente (Martínez, 1996).
Como objetivo, el artículo se propone presentar la nes a partir de investigaciones con grupos peque-
1
reflexión crítica del equipo investigador , exponien- ños o bien apreciaciones clínicas con escaso fun-
do la opción por un paradigma no culpabilizador al damento empírico que contribuyen a una visión
momento de intervenir con aquellas madres que mues- estereotipada acerca de la madre (W omacket al.,
tran disposición a creer en la ocurrencia del abuso 1999). Por tanto, conllevan el riesgo de reforzar mi-
sufrido por su hijo(a). Dentro de los casos de abuso tos y prejuicios sociales que introducen sesgos en
intrafamiliar, cometidos por la figura paterna o por otros la práctica de investigadores y terapeutas.
miembros de la familia extensa, el presente artículo se Esta visión culpabilizadora aparece estrecha-
centra en la intervención con la madre que debe asu- mente relacionada con la expectativa social de una
mir sola la protección de sus hijos, ya sea porque el madre perfecta que, por un lado, es capaz de prote-
abusador es el padre o padrastro, o bien, porque no ger a sus hijos de cualquier peligro, daño o sufri-
tiene pareja. El modelo terapéutico propuesto puede miento y, por otro, es quien tiene mayor influencia
hacerse extensivo a la intervención con otras figuras en todo cuanto ocurre al interior de su familia. Es
que desempeñen el rol materno con el niño(a), como así como, esta expectativa de madre perfecta so-
la abuela, una tía o, incluso, una hermana adulta. brecarga a la mujer con una responsabilidad, casi
punto entre dos paradigmas que pueden estar a la base sus hijos (Carter, 1999).
de la intervención con la madre, analizando las La psicología como disciplina no está exenta de
implicancias clínicas de cada uno de ellos. Posterior- dicha visión. A modo de ejemplo, dentro de la tera-
mente se expondrán las vivencias que surgen en ella a pia familiar, el intento de explicar el abuso exclusi-
raíz de la divulgación del abuso, describiendo las dis- vamente a partir del concepto de familia
tintas áreas de impacto posibles. Por último, se desa- disfuncional aparece estrechamente relacionado
rrollará la propuesta de un modelo psicoterapéutico con la tendencia a culpabilizar a las madres de pro-
para la intervención individual con madres de niños y ducir y mantener las circunstancias familiares en
niñas que han sufrido abuso sexual, con las diversas las que éste ocurrió (Gavey et al., 1990;Print &
fases y focos del proceso, para concluir con las re- Dey, 1998).
flexiones acerca de los principales aportes y proyec- Sin embargo, en nuestra sociedad predomina
En la literatura tradicional sobre el tema ha pre- de el padre abusa del poder que la sociedad le otor-
respecto al abuso sufrido por su hijo o hija, espe- poder y sus opciones, tanto dentro como fuera de
cialmente si éste ha sido cometido por el padre o la familia (Gavey et al., 1990;James & MacKinnon,
Tan, 1990;Schonberg, 1992;W omack, Miller & En este marco, una perspectiva culpabilizadora
Lassiter, 1999). En concordancia con ello, los es- de la madre contribuye a la impunidad del abusa-
fuerzos se dirigen a dilucidar cuál ha sido su rol en dor ya que justifica o, al menos minimiza, su res-
la ocurrencia del mismo, realizándose afirmaciones ponsabilidad respecto al abuso cometido. A su vez,
relativas a que ella es cómplice del abusador, sabe favorece la descalificación a priori de la madre como
facilitado el abuso por presentar actitudes poco Es innegable que, tratándose de un grupo hete-
protectoras o negligentes, por no mantener vida rogéneo, existen casos en que la madre es cómplice
y/
o instigadora del abuso, descalifica a la víctima y
Araya y Ana María Arón abusado del niño(a). Sin embargo, dentro de la va-
TERAPIA CON MADRES DE NIÑAS Y NIÑOS QUE HAN SUFRIDO ABUSO SEXUAL 27
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28 SINCLAIR Y MARTÍNEZ
Tabla 1
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puesta a creer que éste ha ocurrido, sufre un intenso complejizar el impacto traumático de la revelación
su esposo o pareja. Por tanto, aún cuando ella intente Como parte del impacto, la madre muestra difi-
apoyar y proteger a su hijo(a), sus propias vivencias cultades para integrar el abuso como una realidad
traumáticas funcionan como una interferencia para que efectivamente ocurrió, por lo cual, tal como se-
registrar y dar respuesta efectiva a las necesidades ñalan Womack et al. (1999), es esperable que se mues-
del niño(a) (Gavey et al., 1990; Hooper, 1994/1992; tre ambivalente y oscile entre creer en la ocurrencia
Lewin & Bergin, 2001; Malacrea, 2000/1998). del abuso y negar lo sucedido. Asimismo, suele ex-
Ante la revelación del abuso, surgen en la madre perimentar sentimientos complejos y, a menudo con-
que cree una serie de vivencias que pueden ser agru- tradictorios respecto al abusador, incluyendo incre-
padas en tres ámbitos. Estos se refieren a la dulidad, deseos de protegerlo, rabia, pena o temor.
victimización secundaria, las vivencias respecto al Ante la revelación, generalmente sobreviene en ella
niño(a) y las vivencias respecto al rol materno. una intensa sensación de que toda su visión de mun-
Diferentes autores han destacado que al ente- sideren a todos cuantos quiere (Malacrea, 2000/1998).
rarse que su hijo o hija ha sido víctima de abuso Su confusión se intensifica al enfrentar expecta-
sexual, la madre puede experimentar un trauma de tivas sociales contradictorias, que ante la revelación
características y magnitud similar al sufrido por el del abuso se vuelven incompatibles. Por un lado, la
niño(a) (Banyard, Englund & Rozelle, 2001; Crawford, mujer ha sido socializada para depender de una pa-
1999; Hopper, 1994/1992; Malacrea, 2000/1998; Myer, reja y mantener esta relación en toda circunstancia
1985citado en Print & Dey, 1998; Ovaris, 1991 citado y, además, se la considera responsable de la unión
en Womack et al., 1999; Timmons-Mitchell et al., familiar. Por otro lado, es su deber privilegiar la pro-
1997). Por tanto, ella puede ser considerada una víc- tección de sus hijos y postergarse a sí misma por el
Por otra parte, en los casos de abuso sexual Según Hopper (1994/1992), la experiencia de la
intrafamiliar aparece en la madre, una alta incidencia madre que cree en la ocurrencia del abuso puede ser
de maltrato físico y/o psicológico por parte de su conceptualizada como una serie de pérdidas; pérdi-
pareja, como asimismo una alta incidencia de abuso da de la confianza en el hombre que abusó de su
sexual infantil en su propia historia de vida (Hopper, hijo(a), pérdida de control sobre su propia vida y la
1994/1992). En estos casos, la victimización primaria del niño(a), pérdida de su identidad como buena
TERAPIA CON MADRES DE NIÑAS Y NIÑOS QUE HAN SUFRIDO ABUSO SEXUAL 29
madre, pérdida de la sensación de normalidad fami- suela existir una relación madre e hijo(a) caracteriza-
liar y de la visión de un mundo confiable y predecible. da por el conflicto y la distancia emocional (Berliner
Por otra parte, la revelación del abuso implica & Conte, 1990 citado en Hopper, 1994/1992).
una crisis para el niño(a) y para cada uno de los Por otra parte, la madre experimenta una gran
miembros no-abusivos de la familia, lo que le impo- angustia ante la magnitud de los efectos del abuso
complejas y estresantes en un momento en que su del hecho en sí y tiene la percepción de que éste ha
nivel de recursos, por lo general, se reduce a causa causado un daño irreparable en su hijo(a). Sin em-
del impacto ante la revelación (Gavey et al., 1990; bargo, por lo general, no alcanza a dimensionar las
pacto, la madre debe enfrentar diversos cambios y Según nuestra experiencia clínica, aparece en ella
estresores vitales, tales como: la preocupación por los efectos a largo plazo que
1. Tomar decisiones en cuanto a la detención del éste podría tener, predominando temores relaciona-
abuso y las implicancias judiciales del mismo. dos con el desarrollo sexual del niño(a), claramente
2. Clarificar sus sentimientos hacia el abusador y influidos por los estereotipos tradicionales de géne-
decidir respecto a su relación con él. ro. Es así como, en el caso de un niño varón la madre
3. Ser receptiva al sufrimiento del niño(a) víctima suele temer que su hijo sea un futuro abusador o se
del abuso y a los sentimientos de sus otros hijos convierta en homosexual. En el caso de una niña
4. En caso de separarse del abusador, generalmen- sexualmente o bien, tenga serias dificultades para
te debe enfrentar una merma en su situación eco- establecer una buena relación de pareja.
nómica y cambios significativos en su estilo de La madre siente que las consecuencias del abu-
vida que la afectan a sí misma y a los hijos. so van a determinar inevitablemente el futuro del
Tal como señala Malacrea (2000/1998), la gran niño(a) y de ella misma y suele inhibirse en su des-
paradoja de la madre potencialmente protectora es empeño materno por temor a acrecentar el daño;
que debe dar solución a aquello que ella no ha cau- mostrando dificultades para manejar los límites, in-
sado, pero cuyas consecuencias le toca enfrentar. curriendo en actitudes permisivas, eludiendo el tema
Por otra parte, no es infrecuente que la madre del abuso o actuando de manera sobreprotectora.
deba asumir situaciones de falta de apoyo, conflicto Por otra parte, el impacto del abuso puede mani-
o, incluso, ruptura de vínculos significativos con festarse en el niño(a) a través de reacciones y con-
miembros de la familia que no creyeron en el abuso, ductas muy disruptivas y de difícil manejo, que im-
se aliaron con el abusador y/o descalificaron sus ponen a la madre una demanda adicional en su rela-
intentos de protección al niño(a) (Martínez, Sinclair, ción con él, ya que dan cuenta de necesidades espe-
Araya & Arón, 2005). Esto, sin duda, agrava su su- ciales que ella no alcanza a registrar o, simplemente,
Los sentimientos de la madre hacia su hijo(a) en la percepción de sí misma como madre. La expec-
suelen ser complejos y contradictorios. Pueden co- tativa de que una buena madre debiera ser capaz de
existir en ella la tristeza y preocupación por el niño(a), impedir que dañaran a sus hijos contribuye a que
junto sentimientos de rabia, culpa y traición (Gavey generalmente ella se culpe de la ocurrencia del abu-
cerbar conflictos existentes previamente en la rela- La madre tiene la sensación de que tras la revela-
ción de la madre con su hijo(a). Este aspecto se rele- ción, no es posible volver a confiar en sus propios
va al considerar que el abusador, suele manipular el juicios y percepciones, lo cual la inseguriza como
alejamiento del niño(a) de las fuentes potenciales de mujer y como madre. Concordantemente, predomi-
apoyo, especialmente de la madre, a fin de aumentar nan en ella sentimientos de inadecuación y fracaso
su indefensión ante el abuso. Esto contribuye a que en su rol materno, lo cual contribuye a que se invalide
30 SINCLAIR Y MARTÍNEZ
a sí misma como figura protectora, se sienta poco Dado lo anterior, se proponen dos objetivos com-
capaz de cuidar a su hijo(a) y apoyarlo en la supera- plementarios para la terapia con la madre, a saber:
ción de los efectos del abuso. 1. Acoger a la madre en tanto víctima secundaria
rimentados por la madre suelen ser reforzados por la 2. Potenciar a la madre en su rol como agente acti-
falta de apoyo y las actitudes culpabilizadoras que, vo en el proceso de reparación con su hijo.
en muchos casos, suelen adoptar familiares, amigos, Como madre, su inclusión en la intervención su-
o incluso, profesionales de diferentes instituciones pone que el equipo terapéutico defina su relación
judiciales o de salud mental (Martínez et al., 2005). con ella en un marco de asociación y co-responsabi-
En efecto, el rechazo emocional que genera en lidad, que permita trabajar en conjunto en base a los
diferentes actores sociales la existencia del abuso recursos complementarios de la madre y de los tera-
sexual infantil, junto con los mitos y prejuicios so- peutas, a fin de potenciar las posibilidades inheren-
ciales asociados al rol materno, contribuyen a que tes al rol de cada uno.
mantengan una visión culpabilizadora hacia la ma- madre un espacio propio dentro del diseño tera-
Lo más grave es que esta culpabilización aparece tácito de la relevancia de su rol. Por otra parte,
como un factor preponderante en la invisibilización dado que el niño(a) suele sentirse culpable de
del sufrimiento de la madre y en la falta de apoyo haber causado sufrimiento a su madre tras la re-
efectivo para enfrentar las consecuencias del abuso. velación, el saber que ella cuenta con un espacio
Terapia con la Madre: Propuesta de un contribuye a liberarlo del rol protector que fre-
En base a lo revisado en los párrafos anteriores, Tomando en cuenta los aspectos antes señala-
se desprende que la madre necesita apoyo para lo- dos, en el trabajo terapéutico con la madre se propo-
grar actuar de una manera coherente con las necesi- nen dos etapas que, aún cuando se superponen
dades del niño(a). Sin embargo, según nuestra expe- recursivamente a lo largo del tiempo, determinan
riencia clínica, una intervención que sólo intente énfasis distintos en la intervención. Estas son:
activarla hacia la protección de su hijo(a), sin tomar Protección. Esta fase se refiere al enfrentamien-
en cuenta la complejidad de la situación que le toca to de las dificultades propias de la crisis post-reve-
enfrentar, corre el riesgo de sobre exigirla e inadver- lación y enfatiza la activación de medidas que ga-
tidamente culpabilizarla, dado que se trata de un ranticen la detención del abuso y la interrupción de
mandato muy difícil de cumplir. todo contacto del abusador con el niño(a).
Teniendo presente que la madre que cree en la re- Reparación del daño. Esta fase se centra en la
velación es una víctima secundaria del abuso, la inter- creación de un contexto relacional madre-hijo(a) que
vención con ella deberá, por un lado, brindarle apoyo promueva la elaboración e integración de la experien-
con respecto a sus propias vivencias traumáticas y, cia traumática, tanto en la madre como en el niño(a).
por otro, fortalecerla como figura protectora, tanto en La distinción entre ambas etapas permite incor-
como en la generación de condiciones favorables para de las consecuencias del abuso y facilita que la
la superación de los efectos del abuso. madre visualice una perspectiva de proceso que la
Se trata entonces de una intervención compleja ayude a priorizar las necesidades propias del mo-
que supone acoger las necesidades de la madre en mento. Ello contribuye a contener su incertidum-
una doble dimensión; como madre pero también bre respecto al futuro y su urgencia por resolver,
como mujer que requiere de apoyo para sí misma, en la medida en que puede visualizarse a sí misma
más allá de su rol materno. En este sentido, la inclu- con un grado de control progresivo en el enfrenta-
complemento a la terapia del niño(a), sino que como A continuación se desarrollan ambas fases del
un espacio terapéutico con objetivos propios den- proceso terapéutico y los ámbitos más relevantes a
tro del diseño global de la intervención (Martínez considerar en la intervención individual con la ma-
Tabla 2
divulgación
Sentir que no vuelve a ser Respetando su ritmo y posibilidad Presionando a que entregue
Sentirse comprendido en su Comunicándole la pena que siente Perdiendo de vista el dolor del niño
Sentir que hizo bien al contar Felicitándolo por haberle contado Retándolo por no haber hablado
consecuencias de la divulgación
Sentirse seguro y protegido Asegurándole que tomará medidas No activándose hacia la protección
experiencia y elaborar sus resonancias. Dado que se ayudarla a transitar de una postura de culpabili-
trata de un proceso intenso y doloroso, es necesario zación ante el abuso a una postura de responsabili-
tomar resguardos para cautelar el riesgo de amplifica- dad ante la reparación de los efectos de éste en el
este punto cabe destacar la importancia de: resignificación de la experiencia, ayudar a la madre a
a) Definir una relación cooperativa que permita a la superar sus sentimientos de culpa supone la
madre sentirse con la libertad de decidir qué as- deconstrucción del discurso abusivo a través de
pectos necesita abordar y en qué momento. intervenciones que le permitan visibilizar las dinámi-
b) Focalizarse en los aspectos más interferentes de cas interaccionales propias del abuso, enfatizando
está dispuesta y preparada para abordarlos. & Sinclair, 2001). En último término, se trata de ayu-
c) Graduar la intensidad emocional de las sesiones, darla a diferenciarse del abusador y reconocerse a sí
manteniendo un equilibrio entre dos estrategias misma como víctima secundaria del abuso, identifi-
terapéuticas complementarias; abordar el impac- cando las restricciones que pudo haber tenido para
to del abuso y focalizarse en otros temas rele- detectar previamente lo ocurrido. Ello no excluye la
d) Ayudar a la madre a reconocer los recursos que terapia, la madre realice una sana autocrítica de sus
le han permitido ir enfrentando las consecuen- actuaciones maternas, que sin justificar la ocurren-
cias del abuso, como también identificar áreas cia del abuso, efectivamente pueden haber implica-
libres de la influencia de éste (Llanos & Sinclair, do algún grado de desprotección del niño(a).
del abuso. Un objetivo transversal de la interven- de ayudar a la madre a elaborar las experiencias do-
ción con la madre, en esta etapa y en la anterior, es lorosas asociadas a las actuaciones de otros signifi-
TERAPIA CON MADRES DE NIÑAS Y NIÑOS QUE HAN SUFRIDO ABUSO SEXUAL 33
Tabla 3
Desculpabilizando, acogiendo
confusiones
Sentirse valioso y competente Mostrándole sus cualidades, Enfatizando sólo sus debilidades
e intereses
Verse a sí mismo como un Tratándolo como un niño igual a Tratándolo como un niño enfermo,
Sentir que puede seguir siendo Promoviendo que juegue, lo pase Restringiendo el juego y el
un niño bien y comparta con otros niños contacto con otros niños
incondicional
Contar con vínculos de buen trato Tratándolo con respeto y Desvalorizando su modo de
cativos y favorecer la reflexión crítica de éstas a la su vez, posibles de ser acogidas y reguladas desde
luz de los factores mantenedores del sistema abusi- su rol materno. Esto contribuye a desmitificar la
vo. Ello incluye las situaciones de falta de apoyo, causalidad lineal del abuso en la psicopatología adul-
conflicto, ruptura o pérdida de miembros de la fami- ta y debilitar el poder estigmatizador de los sucesos
lia o de la red primaria, como asimismo las situacio- abusivos en la vida del niño(a), lo cual se ve reforza-
nes de victimización secundaria, ya sea hacia el do por el reconocimiento de áreas libres de la influen-
niño(a) o hacia ella, por parte de funcionarios o pro- cia del abuso y recursos presentes en su hijo(a). El
Desestigmatización de su hijo(a) como un niño(a) sido irremediablemente dañado por el abuso, pero que
irremediablemente dañado por el abuso. En la sí requiere apoyo para lograr superar aspectos espe-
resignificación de la experiencia traumática, tan im- cíficos, permite a la madre empatizar más claramente
madre a identificar en forma más precisa y realista los necesidades, al margen de su propio impacto como
tales efectos y destacar su carácter reactivo favorece Reconocimiento y activación de recursos ma-
que la madre pueda percibirlos como reacciones sus- ternos orientados a la reparación con el niño(a).
ceptibles de ser superadas con el debido apoyo y, a Al entender el abuso sexual como una situación
34 SINCLAIR Y MARTÍNEZ
traumática y dolorosa que puede afectar el normal estar alerta al riesgo de actuar a partir de
madre deba generar alternativas específicas que le Teniendo presente la existencia de madres
permitan dar respuesta a las necesidades especiales desprotectoras o con escasas posibilidades de cam-
que esté presentando su hijo(a). Por tanto, se re- bio, desde nuestra perspectiva, sólo en un contexto
quiere incorporar al proceso terapéutico una orien- de responsabilidad donde sea posible vincularse y
tación respecto de cuáles son las actitudes y con- visibilizar a la persona de la madre, se podrá realizar
ductas concretas que, desde su rol materno, ella en cada caso una evaluación clínica consistente y
puede implementar para apoyar al niño(a) ante el justa de sus reales capacidades en tanto figura res-
que obstaculizan dicho proceso (ver Tabla 3). está presente, la asociación con la madre sólo puede
Una pauta como la anterior no sólo permite ayu- ser lograda desde un enfoque que destaca la res-
dar a la madre a desarrollar nuevas estrategias para ponsabilidad en lugar de la culpabilización. Esta pers-
promover la reparación, sino que también posibilita pectiva se contrapone a la estigmatización que la
identificar aquellas acciones que ella ya se encon- sociedad hace de la madre en estos casos, brindán-
traba realizando y, sin embargo, no había considera- dole a aquella mujer que cree en su hijo(a) un espa-
do significativas para tal objetivo. Poder identificar cio donde, sin ser juzgada, reciba apoyo frente a las
los avances dentro del proceso de reparación signi- múltiples tareas y dificultades que se le presentan
lado, ser reconocida en sus recursos, constituye en Por otro lado, considerar la persona de la madre
sí mismo un acto reparatorio que la ayuda a ir recu- y el impacto traumático que ha sufrido, constituye
de un niño(a), pues a medida que va creciendo sur- nes con las madres es una tarea que, necesariamen-
gen diferentes necesidades a las cuales los adultos te, requiere contar con recursos específicos y con
deben responder. De ahí la relevancia de considerar profesionales con formación y experiencia en tera-
el apoyo de las figuras de su entorno natural, te- pia con adultos, que a su vez puedan coordinarse
niendo en cuenta que cuando existe una madre po- adecuadamente con los terapeutas que trabajan di-
tencialmente protectora, será ella quien lo acompa- rectamente con los niños(as).
ñe a lo largo de este difícil proceso. La madre se El trabajo recién expuesto representa un esfuer-
convierte entonces en un pilar fundamental del tra- zo por desarrollar un tema al cual se ha prestado
bajo terapéutico, siendo concordante con el plan- escasa atención dentro de las alternativas de abor-
teamiento de diferentes autores que indican que su daje del abuso sexual infantil. Si bien el apoyo a la
activa inclusión en la intervención realizada con su madre tiene un beneficio importante para el niño(a)
hijo(a), mejora las posibilidades de reparación del quien es, sin duda, el destinatario principal de las
cuenta que más allá de los objetivos, procedimien- da en su dolor y considerada como una persona que
tos y técnicas terapéuticas que se utilicen en las también requiere y merece vivir un proceso de repa-
crucial el marco de creencias desde el cual nos esta- Tal como se ha señalado previamente, el modelo
mos aproximando a ella. Lo anterior releva la necesi- propuesto está diseñado para la intervención indivi-
dad de revisar como terapeutas los sesgos que se dual con la madre, condición necesaria durante la fase
pudiesen tener respecto a las madres de estos de protección. Sin embargo, cuando el abuso ya se
niños(as), como asimismo los propios prejuicios y encuentra detenido, los objetivos planteados para la
estereotipos negativos hacia ellas. Esto resulta es- fase de reparación pueden ser abordados en una
pecialmente relevante dado que se trata de una po- modalidad individual, o bien, ser ampliados a un dise-
blación clínica muy heterogénea, que nos obliga a ño grupal, según se estime pertinente en cada caso.
TERAPIA CON MADRES DE NIÑAS Y NIÑOS QUE HAN SUFRIDO ABUSO SEXUAL 35
t hi n k we kn o w a bo u t mo t he rs, a n d i mp l i c a t i o n s f
or
tante de desarrollar en este ámbito es el apoyo clíni-
inter
v ention. Journal ofChild Sexual Abuse, 7(3), 55-72.
co a los padres varones cuando el abusador ha sido
Deblinger
, E., Steer
, R. & Lippmann, J. (1999). M ater
nal
20.
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Eve rson, M ., Hu n t e r
, W ., R u n yo n , D. , Ede l s o hn , G. &
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, M . (1989). M ater
nal suppor
t f
ollowing disclousur
e
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a sushij
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amily”
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a mi l y t he ra p y myt hs .
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depr
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off
ending mother
s ofchild
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es un tema prácticamente ignorado por la literatura
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, C. (2001). Ter
apia de r
epar
ación
so sexual inf
ant
il: Sist
e mat
ización y evaluación de un
el entorno familiar y extrafamiliar. Se releva entonces
mo delo t
e r a péut
ico gr u pa l (Informe final Pro ye c t o
la importancia de complementar las intervenciones
Fondecyt 1030933). Pontif
icia Univer
sidad Católica de
var
iables r
elated to sexually abused children’
s f
unctioning.
tores sociales que se vinculan con el niño(a) puedan
Child Abuse & Neglect
, 25, 1159-
1176.
colaborar, directa o indirectamente, en la reparación
Pr
int, B. & Dey, C. (1998). Empower
ing mother
s ofsexually
de los efectos del abuso, contribuyendo así al impe- abused children. A positive f
ramewor
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& E. Suar
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Referencias pias f
ort
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mas Sociales.