L o s c a s c a b e l e s m á g i c o s

Los Gigantes Enojos llegaron al pueblo Desventura y se enfurecieron al encontrarlo alegre ya los
niños divirtiéndose. Entonces, destrozaron los juguetes de los niños y convirtieron al pueblo en
un lugar triste y sombrío en el que nadie se divertía. Antes de abandonar el pueblo, los gigantes
se dirigieron donde el viejo sabio y le arrebataron los cascabeles mágicos que le servían como
amuleto y para espantar a los espíritus. Un día en que los niños se reunieron en la plaza, se
acordaron de lo felices que eran. Entonces, decidieron averiguar qué los había hecho cambiar y
fueron a ver al viejo sabio. Él les confirmó lo que sospechaban: los Gigantes Enojos habían
convertido el pueblo en lo que ahora era. Los niños se propusieron recuperar la alegría de su
pueblo y los cascabeles mágicos. Así, crearon un circo con varios niños artistas. Sus padres, al
verlos, estallaron de risa y emoción. Gracias a ello, les dieron permiso para que hicieran un
recorrido por los diversos pueblos llevando alegría, sin saber su verdadero plan. La idea de los
niños era lograr que los enfurecidos y malgeniados ogros se volvieran seres amigables.