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La Pericia
La Pericia
INTEGRANTES
RODRIGO MAMANI
Concordantemente con ese concepto, el art. 457 CPN establece que "será admisible la prueba
pericial cuando la apreciación de los hechos controvertidos requiriere conocimientos
especiales en alguna ciencia, arte, industria o actividad técnica especializada".
De lo expuesto se sigue que los peritos están llamados a informar al juez acerca de las
consecuencias que, objetivamente, de acuerdo con su saber y experiencia técnica, deben
extraerse de los hechos sometidos a su observación. Esta idea sirve para determinar las
siguientes circunstancias que caracterizan la posición del perito frente a la del testigo:
Mientras que el testigo declara sobre hechos percibidos o realizados fuera y con
independencia del proceso, el perito informa sobre hechos percibidos en ocasión de aquél
(por eso dice CAR- NELUTTI que el testigo está [ya] en relación con el hecho sin encargo del
juez, en tanto que el perito se pone en relación con el hecho por encargo del juez); En tanto
que el testigo debe declarar sobre lo que ha visto u oído, el perito debe formular deducciones
sobre los hechos percibidos. Como dice KISCH: aquél da noticias sobre hechos; éste los
enjuicia. Cuadra asimismo recordar que si bien la declaración testimonial puede versar sobre
las deducciones del testigo, éstas valen solamente como hechos subjetivos, pero no como
conclusiones objetivas; En virtud de la relación especial que generalmente tiene el testigo con
el hecho, aquél es, como regla, insustituible. El perito es, en cambio, sustituible o fungible,
pues sus conocimientos son comunes a todos aquellos que integran el sector de su
especialidad técnica.
REQUISITOS Y CLASES
"Si la profesión estuviere reglamentada —dice el art. 464 CPN—, el perito deberá tener título
habilitante en la ciencia, arte, industria o actividad técnica especializada a que pertenezcan
las cuestiones acerca de las cuales deba expedirse". El título habilitante constituye por lo tanto
un requisito condicionado a la circunstancia de que la respectiva profesión se halle
reglamentada, como ocurre con las profesiones de ingeniero, arquitecto y agrimensor,
agrónomo, médico, etcétera. Agrega sobre el punto el mismo artículo que "en caso contrario,
o cuando no hubiere en el lugar del proceso perito con título habilitante, podrá ser nombrada
cualquier persona con conocimiento en la materia".
La prueba pericial puede ser voluntaria o necesaria, según que las partes recurran a ella
espontáneamente o la ley la imponga, como ocurre, por ejemplo, para la determinación de la
edad en ausencia de otra prueba, para la declaración de incapacidad o del cese de ella por
insania o sordomudez, para la partición judicial en las sucesiones etcétera.
Debe agregarse, finalmente, que aun cuando el juez posea conocimientos técnicos en la
materia de que se trate necesariamente debe ser auxilia- do por peritos cuando esta prueba
fuere de rigor, ya que sólo de esa manera cuentan las partes con la posibilidad de controlar,
con objetividad, cómo se ha formado la convicción judicial.
NÚMERO DE PERITOS
El art. 458 CPN prescribe, en su párrafo primero, que "la prueba pe- ricial estará a cargo de un
perito único designado de oficio por el juez, salvo cuando una ley especial establezca un
régimen distinto". Esta norma eleva a la categoría de principio general, con prescindencia del
tipo de proceso de que se trate (ordinario, sumarísimo y de ejecución), que la prueba pericial
debe llevarse a cabo por un perito único designado de oficio por el juez, salvo en el supuesto
de mediar el acuerdo a que se refiere el art. 462. De tal manera queda eliminada la posibilidad
—contemplada por el CPN en su versión originaria y por diversos códigos provinciales— de
que en el proceso ordinario se designen tres peritos, uno por el juez y los restantes a propuesta
de cada una de las partes, o bien designados de oficio en el caso de no existir acuerdo recíproco
entre éstas
El art. 458 prevé sólo dos excepciones, aunque descartando la facultad de las partes para
proponer peritos. Una se refiere a los procesos de declaración de in- capacidad y de
inhabilitación, a cuyo respecto el art. 626, inc. 3o impone la designación de oficio de tres
médicos psiquiatras o legistas. La otra excepción concierne a los juicios por nulidad de
testamento, en los cuales el juez se halla facultado para nombrar de oficio tres peritos si lo
considera conveniente en razón de la importancia y complejidad del asunto. Esta excepción
pareciera justificarse en la imposibilidad de que en esos juicios se forme un cuerpo de escritura
a falta de documentos indubitados o cuando ellos son insuficientes, pues tal circunstancia
puede determinar la necesidad de una prueba pericial más completa.
Agrega el art. 458 que "si los peritos fuesen tres, el juez les impartirá las directivas sobre el
modo de proceder para realizar las operaciones tendientes a la producción y presentación del
dictamen".
Si bien el consultor técnico debe ser una persona especializada en alguna ciencia, arte,
industria o actividad técnica, se diferencia del perito, en sentido estricto, en la circunstancia
de que, mientras éste reviste el carácter de un auxiliar del juez o tribunal y, por lo tanto,
adquiere su condición procesal a raíz del nombramiento judicial y de la subsiguiente
aceptación del cargo, el consultor técnico es un verdadero defensor de la parte, quien lo
designa para que la asesore en los ámbitos de la técnica ajenos al específico saber jurídico.
Por ello, como lo destaca CARNELUTTI, aquél presenta "una figura estrictamente análoga a la
del abogado, y opera en el proceso a manera de este último, por lo cual debe comprendérselo
en el amplio concepto del defensor consultor". En otras palabras el consultor técnico, lo
mismo que el "asiste" a la parte, aunque en cuestiones ajenas al campo de la técnica jurídica.
De ello se sigue que, a diferencia del perito, no debe ser designado por el juez, sino por la
parte, salvo cuando, mediando litisconsorcio, sus integrantes no concuerden en su
designación, en cuyo caso incumbe al juez desinsacular (no ya nombrar) a uno de los
propuestos (art. 459, infine).
"Contestada la vista que correspondiera según el artículo anterior o vencido el plazo para
hacerlo, en la audiencia prevista en el artículo 360 el juez designará el perito y fijará los puntos
de la pericia, pudiendo agregar otros o eliminar los que considere improcedentes o superfluos,
y señalará el plazo dentro del cual el perito deberá cumplir su cometido. Si la resolución no
fijarse dicho plazo se entenderá que es de quince días".
La resolución a que alude la norma es irrecurrible, pero en el caso de que el juez decida
eliminar puntos de pericia en razón de considerarlos improcedentes o superfluos, es aplicable,
tratándose de procesos ordinarios, el régimen de replanteo previsto por el art. 379 CPN.
Cuadra empero observar que la circunstancia de que las partes hayan arribado a un acuerdo
acerca de los puntos de pericia, no excluye la posibilidad de que el juez elimine los que
considere improcedentes o superfluos o de que agregue los que estime convenientes.
PROCEDIMIENTO
Notificación aceptación del cargo y juramento:
De acuerdo con lo prescripto en el art. 469 CPN, el perito debe aceptar el cargo dentro
del tercer día de notificado de su designación. Dicha aceptación que, como se dijo, es
facultativa, tiene lugar ante el prosecretario administrativo, mediante levanta- miento
de acta en el expediente, en la cual también debe hacerse constar que el perito ha
prestado juramento, o formulado promesa de desempeñar fielmente el cargo, en el
caso de no tener título habilitante.
La citación, agrega el art. 469, debe efectuarse por cédula u otro medio autorizado por
ei código (v.gr., telegrama).
El mismo precepto establece que si el perito no acepta o no concurre dentro del plazo
fijado, el juez nombrará a otro en su reemplazo, de oficio y sin otro trámite.
Recusación:
El perito podrá ser recusado por justa causa, dentro del quinto día de la audiencia
preliminar.