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HISTORIA DE AMÉRICA II

UNIDAD IV:

12. “Economía-mundo y economía colonia: mercado externo y mercado interno”.


GARAVAGLIA Y MARCHENA

1. Los metales preciosos y el Nuevo Mundo

 Desde el inicio de la aventura americana, los metales preciosos ocuparon un papel


fundamental en el flujo mercantil de Ameé rica. Durante tres siglos y medio, el metal
precioso fue la mercancíéa por excelencia en las relaciones entre las nuevas colonias y
Europa.
 En los inicios de la colonizacioé n estos metales teníéan dos fuentes fundamentales:
- Los placeres: lavaderos de oro de origen aluvial.
- Los tesoros: acumulados por las sociedades indíégenas.
 Las primeras grandes minas de extraccioé n soé lo aparecieron varias deé cadas despueé s
del ué ltimo viaje de Coloé n (entre 1538 y 1546) y fue con ellas cuando la plata dominoé
ampliamente sobre el otro desde los anñ os cuarenta en adelante.
 En los primeros tiempos el oro fluíéa desde el Caribe.
 Dado que llegaba mucha maé s plata que oro, ello daba como resultado inevitable le
lenta desvalorizacioé n de la primera respecto del segundo, proceso que se arrastraríéa
durante todo el períéodo colonial.
 Papel de las colonias americanas en la economíéa peninsular: a mediados del siglo XVI,
los ingresos procedentes de las Indias constituíéan el rubro maé s relevante de todas las
rentas de la Real Hacienda castellana.
 Estos ingresos de la Real Hacienda procedentes de Ameé rica no siempre estaban
presentes cuando se les necesitaba, y por ello eran considerados ingresos no fijos.
 El metaé lico llegaba a Espanñ a por mar. Durante bastante tiempo, hasta mediados del
siglo XVI, se dejoé a los navíéos liberados a su suerte en la travesíéa de vuelta desde
Ameé rica, pero las incursiones crecientes de los piratas y de las naves de las otras
potencias europeas interesadas en apropiarse el tesoro hispaé nico obligaron a acudir al
sistema de flotas. Se instituyeron asíé dos flotas: una se dirigíéa a Nueva Espanñ a y la otra,
conocida como “galeones”, navegaba hacia Tierra Firme. Estas flotas se ocuparon
anualmente del traé fico entre las colonias y la madre patria.
 La economíéa europea sufrioé un enorme impacto con la irrupcioé n de esa masa enorme
de metales preciosos. A partir de los anñ os 1500-1503, los precios europeos detuvieron
su evolucioé n negativa; asíé desde esa primera deé cada, y sobre todo, desde mediados del
siglo XVI, una ola inflacionaria sacudioé a la economíéa europea que se convirtioé , poco a
poco, en uno de los centros maé s dinaé micos de la economíéa-mundo en formacioé n.
 Hamilton lo llamoé revolución de los precios. Relaciona la inflacioé n europea con la
llegada de metal americano, reforzando notablemente a los partidarios de las teoríéas
cuantitativas de la moneda.
 Otros autores han elaborado una sucesioé n de acontecimientos por completo distinta a
la imaginada por Hamilton: mayor actividad econoé mica > mayores precios > creciente
demanda de metales preciosos > mayor actividad minera.
2. El flujo de metaé lico y el mercado interno colonial

 La mayor parte del metaé lico que llegaba a la peníénsula lo hacíéa por víéas legales,
transitaba a traveé s de mecanismos comerciales.
 Relevancia de la mineríéa como “polo estructurador” de los flujos econoé micos internos
y “primer motor” de todo el sistema.
 En los centros mineros se daba el siguiente fenoé meno: el metal precioso, medida de
todos los valores, pero a su vez mercancíéa, abundaba y, por lo tanto, era relativamente
barato. Las demaé s mercancíéas escaseaban y por ende eran relativamente caras.
 La inflacioé n se transmitíéa, mediante la “cinta transportadora” de los intercambios
mercantiles, a todo el espacio colonial.
 Se establecíéan centros econoé micos de diversa presioé n, que eran los puntos de
redistribucioé n de mercancíéas hacia el interior del espacio colonial y de metal precioso
al exterior. Esos centros, a su vez, eran tributarios de Sevilla y ello permitíéa que gran
parte del metaé lico tomara el camino de la peníénsula.
 No todo el metaé lico producido era exportado, pues una parte era atesorado por la
Iglesia y por los particulares y por otra parte era utilizada en gastos de defensa
internos. Finalmente un porcentaje, bastante escaso, funcionaba como circulante.
 Este mismo mecanismo se volvíéa a repetir en la ciudad andaluza: aquíé tambieé n el
metal americano era relativamente barato y las mercancíéas, que llegaban desde toda
Europa, relativamente caras. Obviamente, esto condujo al conocido fenoé meno de la
fuga de metaé lico hacia las ciudades y centros econoé micos de la Europa maé s avanzada
que, en ué ltima instancia, eran los que se lucraban aprovisionando, por intermedio de
Sevilla, al mercado americano.
 Gran parte del metaé lico americano seguíéa su camino, pero tampoco se deteníéa
demasiado en el espacio econoé mico de Europa occidental, porque en gran medida
terminaba su largo viaje en Oriente, en especial, gracias a la intermediacioé n otomana y
a los viajes portugueses por el cabo de Buena Esperanza. Desde el Imperio continuaba
su viaje, atravesando Persia hacia el sur de Asia y la India.
 En 1545 Potosíé se incorporo a la naciente economíéa colonial. Raé pidamente, se
convirtioé en un polo de atraccioé n para una poblacioé n que acudioé desde todos los
pueblos del mundo andino y de Ameé rica. En una primera etapa, que duroé hasta los
anñ os setenta, la mayor parte del proceso productivo estuvo en manos indíégenas y la
teé cnica seguíéa los caminos de la teé cnica prehispaé nica. En los setenta, el virrey Toledo
introdujo la teé cnica de la amalgama, de esta manera tambieé n se multiplicaron la fuerza
de atraccioé n de Potosíé como mercado, y por lo tanto, sus exigencias de
aprisionamiento.
 Asíé fue como un verdadero rio de mercancíéas fluyoé hacia Potosíé para ser
intercambiadas por el metal precioso.
 De este modo, las minas iban estructurando a su alrededor cíérculos de
aprovisionamiento mercantil, lo cual posibilitaba tambieé n la circulacioé n intensa de
plata dentro del espacio colonial.
 Tambieé n se hallaban presentes en Potosíé las mercancíéas importadas desde la
economíéa atlaé ntica.
 Papel superlativo que el mercado interno teníéa en el funcionamiento del sistema
colonial americano: el mercado interno era la rueda mayor sobre la cual descansaba
todo el sistema de circulacioé n de metales preciosos.
 Ademaé s de los metales, Ameé rica enviaba al Viejo Mundo otros productos que, si bien
eran menos decisivos en los intercambios, teníéan importancia en la estructura de
algunos sistemas productivos en el interior del espacio americano:
- La grana cochinilla y el íéndigo o anñ il (materias tintoé reas. La primera se producíéa en
la regioé n de Oaxaca, y el segundo en El Salvador)
- Azué car (fue tomando mayor relevancia en el siglo XVII)
- Cacao, tabaco y cuero vacuno (siglo XVII)
- Maíéz, papa, tomate, mandioca, frijoles, pavos
 Productos llegados desde el Nuevo Mundo transformaron radicalmente la historia
agraria y alimenticia del Viejo Mundo. Algunas regiones agrarias europeas sintieron
muy raé pido los efectos positivos de la introduccioé n de algunos de estos nuevos
cultíégenos y, al menos en un primer tiempo, la vida de sus campesinos mejoroé
sensiblemente.
 Ya desde 1503, una disposicioé n de la Corona otorgada a la ciudad y puerto andaluz de
Sevilla el monopolio del traé fico mercantil con las Indias. Desde allíé, dos instituciones, la
Casa de Contratacioé n y maé s tarde, en 1543, el Consulado de Mercaderes, seríéan los
pilares de las relaciones mercantiles entre Espanñ a y el mundo americano, y asimismo,
entre Europa y las colonias.
 Principales mercancíéas que se enviaban a Ameé rica:
- Hombres, esclavos negros (destinados a las actividades productivas de las tierras
caé lidas americanas, tanto espanñ olas como portuguesas)
- Textiles de calidad
- Aceite, vino
- Azogue (ligado a la explotacioé n minera)
 En Sevilla existíéa un grupo de comerciantes encargado de acopiar las mercancíéas que
eran enviadas a las Indias. Esas mercancíéas eran intercambiadas en las ferias. Segué n la
terminologíéa de la eé poca, eran feriadas a cambio de metaé lico.
 Una vez finalizadas las transacciones, el metal preciosos partíéa en las flotas hacia
Espanñ a y las mercaderíéas se internaban en Perué o se dirigíéan hacia la ciudad de
Meé xico.
 La parte del traé fico, en su tramo americano, estaba dominado por los mercaderes de
las ciudades, como Meé xico y Lima. Ellos o sus representantes directos recibíéan en sus
almacenes las mercancíéas llegadas desde las ferias y eran los encargados de
redistribuirlas hacia las ciudades de segunda importancia y hacia los centros mineros.
 Los comerciantes americanos solíéan comprar los cargamentos al por mayor para ir
vendiendo despueé s con cuentagotas, y de este modo, acentuar la escasez de algunas
mercancíéas, consolidando el mecanismo de restriccioé n de la oferta.
 De este modo, el circuito mercancíéas-plata-mercancíéas volvíéa a comenzar y si bien se
habíéa iniciado en Pachuca, Zacatecas, Porco o Potosíé, sus repercusiones llegaríéan hasta
el ué ltimo rincoé n de Asia.

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