A pesar de que este tipos de erupciones volcánicas han sido de las más
devastadora en la historia de la humanidad por los múltiples efectos secundarios
que trae consigo (terremoto, tsunami, etc) fue hasta el año de 1833 que se le dio nombre. El Krakatoa, ubicado en Indonesia, entró en erupción arrojando cenizas alrededor de los 27 kilómetros de altura y matanto a todas las personas que habitaban cerca de diña obra de la naturaleza. Los flujos piroclásticos que viajaron sobre la superficie del agua a 300 km/h mataron alrededor de 1000 personas en Ketimbang, en la costa Sumatra, a unos 40 km al norte de Krakatoa. La energía acumulada fue tanta que las olas de tsunami llegaron a Sudafrica.