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El carrito ganaba
bastante velocidad en la bajada y el diseño era rudimentario, pero causó una gran
sensación: movilizó gente de todos los lugares del mundo. Es curioso que, así se
trate de una carísima construcción en un parque de lujo en Estados Unidos, una
austera pero eficiente versión europea o una versión de feria en México, todas
sean montañas "rusas".
Las montañas rusas han recorrido un largo camino, en un subibajas continuo por
la historia. Comenzaron siendo toboganes sobre hielo, en la rusa zarista del siglo
XVI, aunque también hay versiones que afirman que en el siglo XVIII la emperatriz
Catalina "la Grande" se divertía durante el invierno arrojándose por las nevadas
laderas de una montaña en un cajón de madera al que usaba como trineo. Una
vez que terminaba el invierno y la nieve se derretía, se aburría mucho hasta que
se le ocurrió que le pusieran a su cajón de madera cuatro ruedas y a partir de
entonces pudo deslizarse por las montañas en cualquier estación del año.
Esta idea se extendió entre la nobleza rusa y poco a poco fue perfeccionándose
cada vez más hasta llegar a nuestros días. Luego, a comienzos del siglo XIX, unos
emprendedores parisienses crearon la versión de rueda y riel del tobogán,
convirtiéndolo en una atracción popular a la que llamaron "montaña rusa", en
honor al país de origen de esta forma de diversión.
La Energía Potencial
La Energía Cinética
La energía cinética, por otro lado, es la energía del movimiento. Entre más rápido
se mueve un cuerpo, más energía cinética se produce. Entre más grande sea la
masa y la velocidad de un objeto, habrá más energía cinética. Cuando el carro se
acelera al descender la colina, la energía potencial se convierte en energía
cinética. Cuando el carro está en la cima o en la base de la colina, no se utiliza
energía potencial ni energía cinética. Las fuerzas de fricción hacen que sea
imposible que el carro tenga la suficiente energía para regresar de nuevo a la
altura de la colina de lanzamiento. En ausencia de las fuerzas de fricción, la
energía potencial y la energía cinética (energía mecánica) permanecerían iguales.
Dado que las fuerzas de fricción consumen parte de la energía mecánica, la
primera colina de la montaña siempre es la más alta.
La ciencia de la medida
La Física se puede considerar como la ciencia de la medida porque las
mediciones son
fundamentales. La comprensión de muchos conceptos físicos se basa en distintas
mediciones. Las
medidas cuantitativas proporcionan resultados concretos en forma de números.
Las cualitativas dan
resultados en una forma descriptiva no numérica. Por ejemplo, la medida de la
velocidad puede
realizarse cualitativamente y subjetivamente “voy muy rápido”, pero si se quiere
una medida
cuantitativa y objetiva, se necesita un velocímetro, que dará un número concreto
que se puede
registrar.
El proceso de obtención de la medida consiste en una comparación entre la
magnitud a
medir y la unidad a utilizar: Magnitud Física = (valor numérico)· (unidad)
Las reglas del álgebra se aplican a las magnitudes, a los números y a las
unidades.
Si al medir el tiempo que tardamos en descender desde una montaña rusa
obtenemos t = 2,5s, t es la
magnitud tiempo, 2,5 es la cantidad y el s es la unidad utilizada. Esta medida es
un ejemplo de
medida directa, pero si queremos determinar una velocidad media tendremos que
medir primero el
espacio total y relacionarlo con el tiempo; así hemos realizado una medida
indirecta.
El proceso de cualquier medida está acompañado de un cierto error que debe
acompañar al
resultado de la medida. En el caso de una medida directa y única el error absoluto
coincide con la
mínima cantidad que puede apreciar el aparato utilizado.
En el lenguaje común, las palabras precisión y exactitud, se utilizan como
sinónimos. Sin embargo,
para los científicos la exactitud indica que el valor de una medida está muy
próximo al valor real de
la magnitud que se mide; en cambio, el término precisión está relacionado con la
falta de exactitud
y con lo cercana que se encuentren entre sí varias medidas de una misma
cantidad, es decir, con la
reproducibilidad de las medidas.
¿Cómo medir la velocidad en una montaña rusa?
La velocidad media desde que se inicia el descenso hasta que se termina el
recorrido es fácil de
medir con un cronómetro y conociendo el valor del espacio recorrido. Pero si
queremos medir la
velocidad al pasar por un punto determinado podemos utilizar dos métodos:
· Método de la longitud del tren: en la estación de carga se puede medir fácilmente
la longitud
del tren, una vez en marcha se toma un punto de referencia del recorrido y se
cronometra el
tiempo que transcurre desde que pasa el frontal hasta que lo hace el final del tren.
V = Longitud del Tren / Tiempo
· Método de la longitud de la pista: la mayoría de las pistas se construyen con
tramos de la misma
longitud, midiendo o estimando uno de ellos podemos conocer la distancia entre,
por ejemplo,
diez tramos. En este caso se cronometra el tiempo que tarda la cabeza del tren en
recorrer estos
diez tramos. V = Longitud Pista Recorrida / Tiempo
Las emociones que se experimentan en las diversas atracciones no son debidas a
la velocidad,
como la mayoría piensa, sino a sus cambios bruscos, esto es, a la aceleración. Se
puede leer que en
las montañas rusas el cuerpo experimenta “3g” en las curvas y en las fuertes
aceleraciones o
deceleraciones. Realmente lo que indica esta expresión no es que la aceleración
de la gravedad se ha
triplicado, sino que la fuerza total que experimentamos equivale a tres veces
nuestro peso.