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Trata de una joven y solitaria mujer llamada Sarah Tobias quien trabaja como camarera en una

cafetería típica de los Estados Unidos. Es una mujer que cada vez que fracasa en su intento por
estabilizar su vida con un hombre, vuelve a sus cervezas y a su vida vagabunda. Lamentablemente
ella vive con un hombre drogadicto que la golpea cuando quiere, ejerce varios tipos de violencia
con ella y no la ayuda en los gastos del hogar. En una de esas tantas peleas con su novio, ella se va
a olvidar de sus problemas y a beber cervezas donde una amiga que es camarera de un bar para
esperarla cuando acabe su turno y puedan conversar. Estando en el bar, y habiendo bebido un par
de cervezas empieza a coquetear con unos chicos que están jugando al billar. Otro hombre del
lugar la invita a una cerveza y se sienta junto a ella. Siguen bebiendo y luego la amiga continúa
trabajando, mientras que Sarah se va a bailar con este hombre al fondo del bar. Estando muy
bebida comienza a bailar provocativamente y muchos hombres comienzan a llegar a verla bailar
de esa forma. En cosa de minutos, habiendo mucha gente a su alrededor ella decide irse, pero es
en ese instante cuando no le permiten escapar, luego la asaltan y la violan repetidamente (tres
hombres la violan sobre un juego electrónico a vista y paciencia de todo el mundo, golpeándola y
tapándole la boca, impidiéndole escapar y pedir ayuda). Desesperada, ultrajada, acude a pedir
justicia, pero nadie cree en su relato, piensan que ha sido ella quien ha provocado la violación,
debido a que es una mujer que tiene antecedentes por mala conducta, consumo de drogas y no
tiene apoyo por parte de su familia. Tras acreditar la violación en el hospital y de sentirse
totalmente vulnerada por la agresión, aparece una abogada que intentará ayudarla y colocar a los
agresores tras las rejas. Sarah pasa de ser una víctima que fácilmente es convertida en acusada, en
provocadora, en causante directa de la violencia. Una violencia que es sólo el principio de su
odisea. Una odisea que la llevará a enfrentarse a todo un sistema judicial con la única ayuda de su
abogada para conseguir que la justicia condene a los criminales y a los que permitieron
pasivamente que pudiesen cometer su crimen. Posteriormente, luego de protagonizar un
incidente con uno de los hombres que incitaron la violación ese día, deciden llevar a juicio a las
personas que animaron e incitaron la violación, ya que según las leyes de ese estado cualquier
persona que anime, incite o no haga nada para evitar un crimen es tan culpable como los
agresores, desarrollándose un juicio polémico para la justicia norteamericana.

Todo lo contrario, debido a sus antecedentes por mala conducta y consumo de drogas, su versión carece de
credibilidad, por el contrario, es culpada de ir por los bares provocando a los hombres.

Todos mantuvieron durante el juicio que, por la forma de bailar y vestir de la víctima, la mujer
“estaba pidiendo” la violación.
“Acusados” (The Accused) es una película americana de 1988, protagonizada por Jodie Foster
(Sarah Tobías) y Kelly McGillis, (Kathryn Murphy, asistente del Fiscal de Distrito), Bernie Coulson
(Ken Joyce), Leo Rossi (Cliff “Scorpion” Albrect) y Ann Hearn (Sally Fraser); dirigida por Jonathan
Kaplan y escrita por Tom Topor; Jodie Foster gana su primer Óscar y el Globo de Oro como Mejor
Actriz.

Sarah Tobías trabaja como camarera en una cafetería típica de los Estados Unidos. En cada
fracaso por estabilizar su vida con un hombre, recurre a la bebida y a una vida de vagabunda; para
colmo, vive con un drogadicto que ejerce varios tipos de violencia con ella y no la ayuda en los
gastos del hogar.

Sarah, acude al bar donde trabaja una amiga para olvidar sus problemas. Habiendo bebido un par
de cervezas, empieza a coquetear con unos chicos, mientras otro hombre del lugar le invita una
bebida. Ella comienza a bailar provocativamente, muchos hombres la ven, pero cuando ella quiere
irse, no le permiten escapar, la asaltan y la violan repetidamente.

Desesperada, acude a pedir justicia, pero nadie le cree, pues dicen que ella ha provocado la
violación, debido a que tiene antecedentes por mala conducta, consumo de drogas y carece de
apoyo por parte de su familia. Aquí aparece la asistente del Fiscal que intentará ayudarla y colocar
a los agresores tras las rejas.

La historia que lleva a la pantalla grande el director Kaplan, está basada en hechos reales. Una
chica de 22 años, en New Bedford, Massachussets, fue violada en similares condiciones; hubo
cuatro condenados. Sherry Lansing, decide producir este filme, ante el terrible auge de violación a
mujeres en los Estados Unidos, porque “uno de los más importantes problemas de nuestro tiempo
es el crimen de no reportar un crimen”. Es tan infame el delito como la indiferencia que se asume al
presenciarlo; por ello, la abogada Kathryn Murphy se propone acusar a los violadores y a los
incitadores.

Según la UNODC (United Nations Office on Drugs and Crime), la tasa de violaciones por 100.000
habitantes en el 2010 en los países de Europa más igualitarios y ricos era: de 24,7, en Islandia
(2009); 15,2, en Finlandia; 6,4, en Dinamarca (2009); 19,2, en Noruega; 63,5, en Suecia o 28,8 en
Inglaterra, mientras que en Grecia 1,9; Italia 7,6 (2006); Portugal 4, y en España 3,4.

¿UNA VÍCTIMA PUEDE SER CULPABLE DEL DELITO?

Sarah pasa de ser una víctima a una acusada más. Ella, con su baile sensual, ha provocado y es
causante directa de la violación que ha sufrido; pero no sólo es víctima de esa violencia sino del
sistema judicial, pues sus antecedentes negativos le juegan en contra.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha señalado que considerar los antecedentes


negativos, incluso los de carácter penal, no deben ser ponderados para determinar la
responsabilidad penal del acusado ni para determinar el grado de culpabilidad de éste; pues se
estaría recalificando dos veces la conducta antisocial cometida en un inicio. Bajo este
razonamiento, tampoco se puede ni se debe considerar el antecedente negativo que tenga la
víctima para restarle valor a lo dicho en su denuncia.

Anteriormente, la propia Constitución Federal señalaba que la denuncia debía ser emitida por
persona digna de fe; este requisito constitucional ha sido eliminado. Lo que se pretende es evitar la
impunidad y que todo aquel que ha sido víctima de un delito, denuncie el hecho, sin importar que
tenga algún antecedente negativo registrado.
Dentro de la victimología se estudia la conducta previa desarrollada por la víctima frente al
delincuente, y se distingue entre la verdadera víctima y el victimismo o victimización, que es la
tendencia de una persona a considerarse víctima o a hacerse pasar por tal.

Una víctima es quien sufre un daño personalizable por caso fortuito o culpa ajena, mientras que el
victimista se disfraza por tanto de víctima, consciente o inconscientemente, simulando una
agresión o menoscabo inexistente, responsabilizando erróneamente al entorno o a los demás.

La tendencia psicológica victimista puede llegar a desembocar en una conducta patológica como
trastorno paranoide. Consiste en una tendencia a culpar a otros de los males que uno padece y
resguardarse en la compasión ajena. Esta tendencia se caracteriza por una deformación pesimista
de la realidad, en la cual el sujeto se regodea en el lamento y queda incapacitado para realizar
cualquier tipo de autocrítica.

Es claro que Sarah Tobías no puede ser considerada como provocadora de la conducta delictual
de violación ni de inducción criminal.

NO ME DEFIENDAS COMADRE...

Cuando Sarah despierta en el hospital, cuenta únicamente con la ayuda de la abogada Kathryn
Murphy, quien trabaja como asistente del Fiscal de Distrito, y cree en la versión de ella. Sabe que
tiene objetivamente acreditada las lesiones y la cópula a que fue sometida, pero no cuenta con
testigos que corroboren el dicho, y los antecedentes de mala conducta de Sarah no serán
favorables en el juicio. Por esa razón empieza a negociar con los abogados de las tres personas
que la han violado para llegar a un arreglo y evitar la etapa de juicio, y sólo los acusara de violación
con atenuantes; ninguno de los abogados, quiere que el arreglo sea por violación, ni por algún
delito de naturaleza sexual, así que la propia fiscalía sugiere que reconozcan su responsabilidad
penal por “imprudencia punible”, y serán sancionados de dos a cinco años de prisión, pero por
buena conducta solo estarían seis meses efectivos.

Al enterarse Sarah del arreglo que ha hecho la fiscalía, se molesta, porque se siente traicionada,
ya que no le han creído y no fueron sancionados por violación.

El sistema de justicia norteamericano permite a la fiscalía llegar a un arreglo con la defensa;


muchas de las veces, la víctima del delito no tiene participación directa en la negociación y ni llega
a enterarse de los términos en que se negoció; ese es el caso en la película: Sarah nunca se
enteró que la fiscalía había llegado a un arreglo.

En el nuevo sistema de justicia penal que entrará en vigor en todo el país a partir del 17 de junio de
2016, se prevé la participación directa de la víctima en los arreglos que haga la fiscalía.

¿CUÁLES SON LOS LÍMITES DE LA JUSTICIA?

Consciente la fiscalía de que han fallado frente a la víctima, quien ha tenido un incidente con uno
de los hombres que incitaron la violación ese día, decide llevar a juicio a las personas que
animaron e incitaron la violación, ya que la ley penal prevé sancionar a cualquier persona que
induzca, incite o no haga nada para evitar un crimen, siendo tan culpable como los agresores;
desarrollándose un segundo juicio que en su momento fue muy polémico para la justicia
norteamericana.

El objetivo era conseguir que la justicia condenara no sólo a los criminales que realizaron
materialmente la conducta, sino también a los que incitaron la comisión de la misma, pero ¿qué
hay de aquellos que permitieron pasivamente que se cometiera el crimen? ¿Hasta dónde llega la
responsabilidad de la sociedad entera frente al crimen?
Esta polémica no sólo enjuicia el machismo y victimiza a la mujer, sino que más allá propone una
reflexión profunda sobre el comportamiento humano y sus consecuencias en un contexto dado,
esboza la sombra de la duda sobre si el proceder de Sarah, en aquella cantina, fue prudente. No
cabe duda que los excesos de alcohol y de la droga nunca serán buenos, pero ¿ello será
justificante para que alguien cometa una conducta tan atroz como la violación?

Es obvio que la intención de la película es que el espectador se haga preguntas de orden moral
sobre la conducta de Sarah, con el fin de enjuiciar su comportamiento social. Así, que pone de
relieve ¿cuáles son los límites de las libertades individuales de este personaje?

¿Acaso estos límites tendrían que cambiar de espacio a espacio y de sociedad a sociedad? ¿En
realidad estuvo bien lo que hizo Sarah? ¿Era el lugar público pertinente y los hombres adecuados
para dar un espectáculo de baile erótico?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector...

“Acusados”
MARTES 11 DE AGOSTO DE 2015 00:00 POR HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO

* Tanto peca el que mata la vaca como...


* La Víctima Participará en los Arreglos de la Fiscalía
* El Nuevo Sistema de Justicia Penal en México lo Ordena
POR HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO

“Acusados” (The Accused) es una película americana de 1988, protagonizada por Jodie Foster
(Sarah Tobías) y Kelly McGillis, (Kathryn Murphy, asistente del Fiscal de Distrito), Bernie Coulson
(Ken Joyce), Leo Rossi (Cliff “Scorpion” Albrect) y Ann Hearn (Sally Fraser); dirigida por Jonathan
Kaplan y escrita por Tom Topor; Jodie Foster gana su primer Óscar y el Globo de Oro como Mejor
Actriz.

Sarah Tobías trabaja como camarera en una cafetería típica de los Estados Unidos. En cada
fracaso por estabilizar su vida con un hombre, recurre a la bebida y a una vida de vagabunda; para
colmo, vive con un drogadicto que ejerce varios tipos de violencia con ella y no la ayuda en los
gastos del hogar.

Sarah, acude al bar donde trabaja una amiga para olvidar sus problemas. Habiendo bebido un par
de cervezas, empieza a coquetear con unos chicos, mientras otro hombre del lugar le invita una
bebida. Ella comienza a bailar provocativamente, muchos hombres la ven, pero cuando ella quiere
irse, no le permiten escapar, la asaltan y la violan repetidamente.

Desesperada, acude a pedir justicia, pero nadie le cree, pues dicen que ella ha provocado la
violación, debido a que tiene antecedentes por mala conducta, consumo de drogas y carece de
apoyo por parte de su familia. Aquí aparece la asistente del Fiscal que intentará ayudarla y colocar
a los agresores tras las rejas.

La historia que lleva a la pantalla grande el director Kaplan, está basada en hechos reales. Una
chica de 22 años, en New Bedford, Massachussets, fue violada en similares condiciones; hubo
cuatro condenados. Sherry Lansing, decide producir este filme, ante el terrible auge de violación a
mujeres en los Estados Unidos, porque “uno de los más importantes problemas de nuestro tiempo
es el crimen de no reportar un crimen”. Es tan infame el delito como la indiferencia que se asume al
presenciarlo; por ello, la abogada Kathryn Murphy se propone acusar a los violadores y a los
incitadores.

Según la UNODC (United Nations Office on Drugs and Crime), la tasa de violaciones por 100.000
habitantes en el 2010 en los países de Europa más igualitarios y ricos era: de 24,7, en Islandia
(2009); 15,2, en Finlandia; 6,4, en Dinamarca (2009); 19,2, en Noruega; 63,5, en Suecia o 28,8 en
Inglaterra, mientras que en Grecia 1,9; Italia 7,6 (2006); Portugal 4, y en España 3,4.

¿UNA VÍCTIMA PUEDE SER CULPABLE DEL DELITO?

Sarah pasa de ser una víctima a una acusada más. Ella, con su baile sensual, ha provocado y es
causante directa de la violación que ha sufrido; pero no sólo es víctima de esa violencia sino del
sistema judicial, pues sus antecedentes negativos le juegan en contra.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha señalado que considerar los antecedentes


negativos, incluso los de carácter penal, no deben ser ponderados para determinar la
responsabilidad penal del acusado ni para determinar el grado de culpabilidad de éste; pues se
estaría recalificando dos veces la conducta antisocial cometida en un inicio. Bajo este
razonamiento, tampoco se puede ni se debe considerar el antecedente negativo que tenga la
víctima para restarle valor a lo dicho en su denuncia.

Anteriormente, la propia Constitución Federal señalaba que la denuncia debía ser emitida por
persona digna de fe; este requisito constitucional ha sido eliminado. Lo que se pretende es evitar la
impunidad y que todo aquel que ha sido víctima de un delito, denuncie el hecho, sin importar que
tenga algún antecedente negativo registrado.

Dentro de la victimología se estudia la conducta previa desarrollada por la víctima frente al


delincuente, y se distingue entre la verdadera víctima y el victimismo o victimización, que es la
tendencia de una persona a considerarse víctima o a hacerse pasar por tal.

Una víctima es quien sufre un daño personalizable por caso fortuito o culpa ajena, mientras que el
victimista se disfraza por tanto de víctima, consciente o inconscientemente, simulando una
agresión o menoscabo inexistente, responsabilizando erróneamente al entorno o a los demás.

La tendencia psicológica victimista puede llegar a desembocar en una conducta patológica como
trastorno paranoide. Consiste en una tendencia a culpar a otros de los males que uno padece y
resguardarse en la compasión ajena. Esta tendencia se caracteriza por una deformación pesimista
de la realidad, en la cual el sujeto se regodea en el lamento y queda incapacitado para realizar
cualquier tipo de autocrítica.

Es claro que Sarah Tobías no puede ser considerada como provocadora de la conducta delictual
de violación ni de inducción criminal.

NO ME DEFIENDAS COMADRE...

Cuando Sarah despierta en el hospital, cuenta únicamente con la ayuda de la abogada Kathryn
Murphy, quien trabaja como asistente del Fiscal de Distrito, y cree en la versión de ella. Sabe que
tiene objetivamente acreditada las lesiones y la cópula a que fue sometida, pero no cuenta con
testigos que corroboren el dicho, y los antecedentes de mala conducta de Sarah no serán
favorables en el juicio. Por esa razón empieza a negociar con los abogados de las tres personas
que la han violado para llegar a un arreglo y evitar la etapa de juicio, y sólo los acusara de violación
con atenuantes; ninguno de los abogados, quiere que el arreglo sea por violación, ni por algún
delito de naturaleza sexual, así que la propia fiscalía sugiere que reconozcan su responsabilidad
penal por “imprudencia punible”, y serán sancionados de dos a cinco años de prisión, pero por
buena conducta solo estarían seis meses efectivos.
Al enterarse Sarah del arreglo que ha hecho la fiscalía, se molesta, porque se siente traicionada,
ya que no le han creído y no fueron sancionados por violación.

El sistema de justicia norteamericano permite a la fiscalía llegar a un arreglo con la defensa;


muchas de las veces, la víctima del delito no tiene participación directa en la negociación y ni llega
a enterarse de los términos en que se negoció; ese es el caso en la película: Sarah nunca se
enteró que la fiscalía había llegado a un arreglo.

En el nuevo sistema de justicia penal que entrará en vigor en todo el país a partir del 17 de junio de
2016, se prevé la participación directa de la víctima en los arreglos que haga la fiscalía.

¿CUÁLES SON LOS LÍMITES DE LA JUSTICIA?

Consciente la fiscalía de que han fallado frente a la víctima, quien ha tenido un incidente con uno
de los hombres que incitaron la violación ese día, decide llevar a juicio a las personas que
animaron e incitaron la violación, ya que la ley penal prevé sancionar a cualquier persona que
induzca, incite o no haga nada para evitar un crimen, siendo tan culpable como los agresores;
desarrollándose un segundo juicio que en su momento fue muy polémico para la justicia
norteamericana.

El objetivo era conseguir que la justicia condenara no sólo a los criminales que realizaron
materialmente la conducta, sino también a los que incitaron la comisión de la misma, pero ¿qué
hay de aquellos que permitieron pasivamente que se cometiera el crimen? ¿Hasta dónde llega la
responsabilidad de la sociedad entera frente al crimen?

Esta polémica no sólo enjuicia el machismo y victimiza a la mujer, sino que más allá propone una
reflexión profunda sobre el comportamiento humano y sus consecuencias en un contexto dado,
esboza la sombra de la duda sobre si el proceder de Sarah, en aquella cantina, fue prudente. No
cabe duda que los excesos de alcohol y de la droga nunca serán buenos, pero ¿ello será
justificante para que alguien cometa una conducta tan atroz como la violación?

Es obvio que la intención de la película es que el espectador se haga preguntas de orden moral
sobre la conducta de Sarah, con el fin de enjuiciar su comportamiento social. Así, que pone de
relieve ¿cuáles son los límites de las libertades individuales de este personaje?

¿Acaso estos límites tendrían que cambiar de espacio a espacio y de sociedad a sociedad? ¿En
realidad estuvo bien lo que hizo Sarah? ¿Era el lugar público pertinente y los hombres adecuados
para dar un espectáculo de baile erótico?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector...

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