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La palabra lípido proviene del griego lipos, que significa grasa y cuya aplicación no ha sido bien

establecida; originalmente se definía como “una sustancia insoluble en agua, pero soluble en
disolventes orgánicos como cloroformo, hexano y éter de petróleo”; con esta consideración de
solubilidad, existen muchos otros compuestos, como terpenos, vitaminas y carotenoides que
también están incluidos. Sin embargo, algunos autores consideran como lípidos sólo a aquellas
moléculas que son derivados reales o potenciales de los ácidos grasos y sustancias
relacionadas; según esta definición, los aceites y las grasas se consideran por antonomasia
como lípidos.

Dentro de la denominación de lípidos se incluyen compuestos muy diversos desde el punto de


vista de su composición química, pero que poseen características físicas y biológicas comunes.
Una característica fundamental de este grupo de moléculas es su apolaridad e hidrofobicidad,
lo que se les hace insolubles en agua y solubles en disolventes apolares como el cloroformo, el
éter o el hexano, lo que hace posible su extracción de las células y de los tejidos.

Pp. 345

Teijón J. & Garrido A.. (2006). Fundamentos de bioquímica estructural.


Madrid: Tébar S. L.. Pp. 345

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