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Revista de Psicnlogla deEl Salvador, 198g, Vol.

VII, No
.29,258-266
UCA, San SalvadJr, El Salvador. C.Á.

LIT MUJER SALVADOREÑA Y LOS


MEDIOS DE COMUNICACION MASTVA
Igrracio MartÍn-Baró
_ Departamento de psicologÍa y Educación
Universidad Centroamericaná ¡oié S imeón Cañas
San Salvador, El Salvador

RESUMEN
Los medias de cornunicación masiua (MCM) contribuyen a ra
construcción social de la identidad. de las personas oficiénd,oles
modelos y reforzando cielog ros6fos. La imágen qli" ár-
ofrece la prensa y la teleuisión saruadoreñas"tienái- a- reforzar
b mujer
la
concepci-ón e_stereotipada de ra mujer como un ser d.efiniáo por
su
corporalidad, cuyo destino es la uida familiar y cuyo Ái"tlao rad,íca
en su connaturalidad con el orden social esiabteLid,o./Se examina
esta imagen mediante un andrisis de contenid.o d,er perrod,ico d.e
mds tirada en El saluador: ros principares rores en qu, í, presenta
a
la mujer son el de participoitn cerebracion*'src¡iÉs y er d,e
sexual; "n' tlpica es como coqueta y
caracterización
*l',':_
marcrnaL /T'anto ,suseries
.y ras teleuisiuas norteamericanas como lis
terenoueras ratinoamericanas presentan a la mujer ligad,a y
supeditada al hombre, tratand.o d.e triunfa*on át ,rií)r, o ,,
lo
belleza o a su capacidad de seducción. Fr'ente a esta iiigen
dp to
mujer.transmiti.da por los MCM d.er país, se prantea la nicZs¡aa¿ d¿
a s umir una actit ud c rlt ica

@
1. Los mediosdecomunicaeión que forma parte, principalmente
,nasiva y la identidad de la
aquellas personas qu" ¡o"gan
mqier un papel significativo en su eiis_
tencia: padres, profesores, pa_
El presente trabqio no se rientes y amigos cercanos. A es-
centra en la parüicipación de la tas personas George H. Mead
mujer en Ios medios de comu_ (1932/L972) Ias llamaba "los
nicación masiva (MCM) o el uso otros. significativos", porque es
que hace de ellos, sino Ia presen_ principalmente frente a ellas
tación que se hace de la mujer como cada individuo Ilega a de_
en esos _medios, es decir, qué finir-su propio yo, su p.opia iderr-
imagen de Ia mujer preslntan tidad personal.
Ios MCM en EI Salvador.-
Somos, por tanto, hechura de
1.1. La identidad personal nuestras relaciones sociales, de
los influjos que recibimos a'tra_
La identidad de las personas vés de nuestras relaciones inter_
no es un dato estático, algo que ' personales. En ese sentido, toda
se tiene permanentementá eomo identidad personal es, desde su
se posee un reloj o, incluso, como misma raí2, identidad
se poseen unos rasgos corporales social.
Eso no quiere decir que seamos
o faciales. La ideñtidad de las un simple producto de una defi_
per-sonas es, más bien, una reali-
nición social, en la que no ten_
dad dialéctica, que está some_ dríamos nad-a que aportar; sig_
tida a una continua redefini_ nifica, más bien, que nos con§-
ción en las relaciones sociales. truímos históricamente frente a
Ilas personas adquieren la.rea-lidad osetiva y el influjo
rdentidad personal frente a"""
los subjetivo de las demás p"."o.rá.
demás, en interacción con las de nuestro mundo social. Nos
demás personas (ver Martín_Ba_ vamos encontrando, conociendo
ró, 1983a). Por ello, se puede de- y construyendo frente al espejo
finir la identidad personal co_ "que nos ofrecen los otros ivér
qo el conjunto de relaciones que Cooley,1909).
sitúan y signan a un individuo
al interior de una sociedad, así Todo espejo constituye no sólo
como el conjunto de rasgos que un reflejo, sino una interpreta_
lo.hacen semejante y dijinto'ai ción; de ahí que distintoi "es_
mismo üempo de los demás in_ pejos sociales" tiendan a produ_
diüduos. cir diferentes tipos de peisona_
lidades. En nuestra vida, conti_
Lo que cada cual es consti_ nuamente estamos buscando
tuJ¡e un producto histórico sur- confirmación a nuestro conoci_
gido en buena medida de cómo miento
lo hnn definido los grupos de los nosotros mismos
y sobre -sobre
la realidad- en el espejo

254
de los demás. Esta es una de las MCM no son muy efectivos para
razones por las cuales el len- cambiar imágenes o actitudes
guaje cotidiano tiene una impor- ya arraigadas en una sociedad
tancia configuradora de la üda (Brown, 1984). La razón de ello
social: a través del,lenguaje co- parece radicar en el hecho de
tidiano, rutinario, del lenguaje que toda actitud significativa pa-
expresivo del "sentido común", ra una persona y/o para un gru-
reafirmamos nuestra percep- po social, tiene una funciona-
ción del mundo así como nues- lidad psicosocial, es decir, satis-
tra imagen de nosotros mismos, face alguna necesidad o respon-
parte muy importante de nuestra de a algrin interés concreto.
identidad (ver Berger y Kellner, Cambiar esas actitudes requie-
1970). La rupüura de esta cotidia- re, por tanto, un cambio personal
nidad, de este sentido común, de o social muy profundo, no un
este lenguaje rutinario, repre- simple cambio de gusto o de opi-
senta un momento de seria cri- nión circunstancial.
sis personal y social.
Sin embargo, los MCM tie-
1.2. Los medios de comunica- nen un gran poder para reforuar
ción masiva como espejo las imágenes y actitudes exis-
colectivo tentes y, sobre todo, para crear
imágenes y actitudes nuevas, es
A la luz de las reflexiones decir, allá donde los grupos y
anteriores, aparece con claridad personas no tienen ninguna
el papel crucial que pueden de- idea o creencia preüa (ver Zim-
sempeñar los MCM en el proceso bardo, Ebbesen y Maslach,
de socialización, es decir, en los 1982).
procesos por los que las personas
van construyendo históricamen- Debemos preguntarnos, en-
te su identidad personal y social tonces, si los MCM salvadore-
(ver Martín-Baró, 1983a, págs. ños transmiten alguna imagen
113ss.). En la medida en que los concreta sobre la mqier y, €D
MCM se constituyen en espejos caso afirmativo, si esa imagen o
de la realidad, su particular for- imágenes tienden a reforzar al-
ma de reflejar la vida social, su gún tipo de creencias y actitudes
interpretación sobre lo que son socialmente existentes, o si más
los grupos y las personas, los bien tienden a promover un nue-
hechos y las cosas, puede tener vo ideal social de mujer.
un tremendo poder definidor de
la realidad misma. 2, Laimagende la mqieren lo¡
MCMsalvadoreños
Frente a lo que se suele creer
con cierta ingenuidad, repetidas Vamos a anrlizor ta i[E!D
veces se ha verificado que los de la mujer transmitib Go dú

7át6
de los principales MCM: la ver Orellana, Martfnez y Man-
prensa escrita y la TV. Hay que zón, L982). Como puede verse en
aclarar, sin embargo, que la el Cuadro 1, se encontró un total
radio parece ser todavia el MCM de 2,289 referencias o "mencio-
con alcance más universal en nes" a la mujer en ese período
El Salvador. de un mes, lo que da un prome-
dio de 73.8 menciones por dfa.
2.1. La imagen de la mt{er en "Mención" se entiende aquf en
la pnensa salvadoreña un sentido informativo muy
lato, que abarca Io mismo las
A fin de verificar la imagen informaciones escritas que las
que de la mujer ofrece la prensa fotos, los artfculos y eütoriales
salvadoreña, se realizó un aná- que los anuncios publicitarios.
lisis de contenido de todos los
ejemplares del mes de julio de Es en la sección de lae llama-
1986 del periódico de mayor das "notas gociales" (que, en el
tiraje del país' "La Prensa Grá- periódico analizado, "La Pren-
fica" (para un análisis similar, sa Gráfica", está encabezada

Cuadrol
Menciones a la mr{er en la prensa segrin secciónt

Sección N %

"Notas sociales" L,273 55.6


Anuncios de cine 489 2L.4
Publicidad (exclufdo el cine) L45 6.3
Noticias nacionales L4L 6.2
Noticias internacionales 67 2.9
Deportes 39 L.7
Artículos y editoriales I 0.4
Otras varias L26 5.5

Total de menciones 2,289 100.0

'Resultados obtenidos al analizar todoe los contenidos del periódico on má¡


ti¡ada de El Salva&r, "In Prenw Gráfico", delt al 31 de julio de 1986.

Gon el signifrcativo título de gráficos, cuya presentación de


'flqar y wicdod.") donde con la mujer suele tener claras con-
f¡scug¡gi¿ Se menCiona A
rrr,f§. notaciones sexuales (2L.4 %), y
la úu*:r (fi.6 7o), seguida por la por Ia de otros tipos de publici-
sec.ido de anuncios cinemato- dad, que tiende a utilizar tam-

B6
bién la imagen de la mqier co- braciones propias del "Hogar y
rno incitación ge:mal-comercial sociedad": fiestas familiares o
$.9 %). trYente a esta "presen- parafamiliares como ormplea-
cia" de la mqier en cuanto acto- ños, bautízos y bodas, o cele-
ra central del 'hogar y socie- braeiones ünculadas a los típi-
dad" o omo geñuelo publicita- cog "ritog de transición", como
rio, 8u presencia^es relaüivamen- despedidas de soltero, salidas y
te mfrima en las secgiones de retornos de üajes, obtención de
noticias de actualidad, ya sean algrin grado escolar. El segundo
nacionales (6.2 %) o internasio- rol en que la prensa presenta
naleg (2.9 %), y en las secciones con más frecuencia a la mujer
de pensamiento editorial (0.4 es el de "objeto sexual" (19.5 %
%). de las menciones), rol preferido
por la publicidad para señuelo
Dada la caracterfgtica com- de sus productos o como producto
parüimentación de la existencia en sf misma (pornografía). En-
que suele realizar la prenqa üre ambos tipos de roles alcan-
escrita (Verón, 1971), Ios roles zan el 7'8.0 % de las menciones
que se muestra desempeñando a que la prensa hace de la mujer,
la mqjer se siguen caei necesa- lo cual significa que, de cáda
riamente de lag gecciones en cinco menciones, tres Ia mues-
que se la menciona (ver Cuadro tran en celebraciones üncula-
2). El rol principal de la mujer das al "hogar y sociedad" y una
(58.5 % del total de menciones) la presenta como señuelo sexual
es eI de participante en las cele- de otros objetos o en sí misma.

Bole¡ de la mr{er
""
frHH lrrurro" salvadoreña*
Bol N Vo

Participante en celebración social 1,340 59.5


Objeüo sexual u5 19.5
Profeeional 198 8.7
Madreyesposa 172 7.5
ArtistalDeportista 68 3.0
Religiosa 33 L.4
Delincuente 33 t.4
Total 2,289 100.0
t Boa¡ltd6. ót¿nidos al analizar todoa loe contenidos del periódico on mrr
dreda & El Salvaea'Lt Prenm Gr álica,,, del 1 al 81
de julio de 1 é8O.
Podrh Eot?render gue ape- desempeñando algrin rol Profe-
nes un 7.6 % de las menciones sional y un 3.0 7o como artista o
muestre a la mqier realizando deportista.
eI papel de "madre y esposa'; Pe-
ro debe tenerse en cuenta que la De una manera coherente
presentación más instituciona- con los roles en que se muestra a
lizada de eQe papel, es decir, la la mujer salvadoreña, las Prin-
forma de desempeño del rol ho- cipales características que se le
garefio con mayor reeonoci- atribuyen son la de "coqueta y se-
miento gocial ge da a través de ductora' (35.5 7o) y la de "mater-
las celebraciones incluidas en nal y hogareña" (L7.8 7o) (ver
la sección "Hogar y sociedad". Cuadro 3). La primera es ProPia
Asf, si se suman las menciones de la mujer cuyo primer atributo
como "participante en celebra- social es su cuerpo, es decir, su
ciones gocialeg" con las mencio- belleza y atractivo sexual; la se-
nes como "madre y esPo§a", re' gunda corresponde a la mujer
sulta que un 66.0 % de las integrada a su función fami-
mensioneg que hace la prensa liar, lo que de fondo remite tam-
escrita salvadoreña de la mqier bién a su cuerpo, es decir, al
la presenta desempeñando un hecho biológico de la materni-
papel ürectamente relacionado dad.
con su función familiar. En
contraste, sólo un 8.7 % de las Si se clasifican los rasgos in-
mensioneg presenta a la mujer cluidos en el Cuadro 3 de acuer-

Cuadro I
Caraeterización de la mujer
en la prenea cotidiana salvadoreña*

B¡sgo N Vo

Coouetav seductora 5L4 35.5


Matprnalyhogareña 258 17.8
Intelieente. racional L28 8.8
Indeñndie'nte, conquistadora, mujer de mundo r23 8.5
Sacriñcada, abnegada, generosa 113 7.8
Sociable 106 7.3
Afectiva 85 5.9
A¡tiva (artista, deportista) 79 5.5
Dura,ruda 25 r.7
Beligiosa 20 L.4

§incaliñcar 838
. hhrdo¡ óteaido¡ al aoalizar todos log contenidos del periódico con más
ÉrL &Et Srtvado 4 "La &:enro l al 31 de julio de 1 986'
Grálíco ", del

2sB
do a la concepción socialmente la imagen que de la mujer
predominante en El Salvador ofrece la prensa salvadoreña
eobre la masculinidad y la fe- tiende a reforzar los estereotipos
minidad (lo que es propio del predominantes sobre hombre y
hombre y lo que es propio de la mqjer, estereotipos característi-
mqjer), encontramos que el ?5.5 cos de una cultura machista (ver
% corresponde a las tfpicas ca- Martfn-Baró, 1981, 1983a, 1983b,
¡acterizaciones femeninas (co- 1987).
queta, maternal, sacrificada,
sociable, afectiva y religiosa), En el Cuadro 4 se ven los
mientras que eólo eI25.5 Vo corre- rasgos con que se presenta a la
sponde a caracüerizaeiones típi- mujer segrin la seeción del perió-
cas maeculinas (inteligente, dico en que se encuentra la men-
indepenüente, activa y dura). ción. Como era de esperar, en
En otras palabras, de cada cua- las "notas sociales" predomina
tro caracterizaciones de la mu- la caracterización de la mujer
jer, tres responden a los rasgos como maternal u hogareña; en
que estereotipadamente se aüri- la publicidad, el predominio es
buyen a la mujer, y sólo una a de la mqjer seductora; y en la
rasgos coneiderados masculi- información, €l rasgo más
nog. La consecuencia es clara: atribuído es el de inteligente.

Cuadro4
Basgos de la mt{er seglill sección del periódico*
Eccclón dol porlódlco
n¡.¡o. Wotr¡ A¡runclc Otr¡ Info¡¡ Inlon Total
¡ocl¡led doclne publtcldad maclón m¡clón N%
naclon¡l latern¡clonal
Mataal,
bog¡r€ñe L27 7 7 0 2 f ,!$ 4U.7
§€duckie,
coquet¡ I 68 16 5 b 93 2?.L
Independien§
cmquietadora,
mqier&mundo ls t7 2 2 I 4t tz.o
Intalfgente,
rriod 3 0 2 l5 2 22 6.4
8si6cada,
8EEU8 I I o 4 I 19 5.5
AcÉva(.rt6,
.lapúta) 363r 0 13 3.8
Afectiv¡ 0902 I t2 3.6
Toda N 16? 105 30 2s t2
* §.7 30.6 8.8 8.4 3.5
34Ír
- lcD.o
t Rsult da óacoilc rl analiz¡r toda Ia contsnid* de 'L¿ prcn¡- Gñfia. durante le r
uraedct 7d f SrLjulio& 1986.

AD
Finalmente, en el Cr¡adro 5 térla psfqr¡ica (87.0 qo de las
se pueden ver los rasgos pre- menciones). Para deecribir a la
feridos para describir a la mu- mqjer como madre y esposa, loa
jer segin los roles más 'fre- raegos más uEados son el ca-
cuentes que se la presenta de- rácter maternal (48.4 %), la
sempeñando. Así, cuando ee la abnegación (32.4 %) y la afeo.
muestra como anfitriona o par- tiüd8d @2.3 %). Como era de
ticipante de las celebraciones de esperar, dade la ücotomización
"hogar y sociedad", las caracte- de los raagos masanlinos y fe-
rísticas que se usan con más meninos, a la mqjer prufesional
frecuencia para describirla gon se la tiende a caracterizar @mo
los rasgos maternales (69.8 %), inteligente (71.1 qd e inde-
lo que confirma la idea antes pendiente (L8.4 %'). Toda¡ esta¡
expresada de que estas celebra- descripciones presentan un alto
ciones constituyen la manifes- grado de estereotipamiento: la
tación más foruralizada de la esposa maternal y acogedora, la
institución familiar. Pareee ob- madre abnegada y cariñosa, la
vio que los principales rasgos profesional inteligente e inile-
para describir a la mujer en su pendiente, la prostituta atractiva
rol de objeto sexual sean el y seductora (ver Marüfn-Barú,
atractivo corporal y la coque- 1983b).

CuadroS
Rasgos de la mt{er segrin el rolf
Boldelamqier
Raegoe Partioipante Objeto Madre, Pnofo- Tot¡I
celebracionec sexual Eepoea ¡ion¡l

Maternal, hogareña t27 2 160L{4


Seductora, coqueta t4 80 t297
Independiente, con-
quistadora, delmundo 20 I 6741
Inteligente, racional 3 0 02780
Sacriñcada, generosa t4 1 10227
Alhrtiva 1 0 10011
Activa (artes, deportes) 3 0 00s
Todas L82 92 31 38 34ft

' Reanlt¡&e obtenido¡ al analizar todoa loa contenidos de "La Pr¿ne Gráfia,
{¡¡¡¡61¡mne del Z al l3 dejulio de 1986.

zffi
2.2. La imagen de la mqier en pio o que una mujer casada
IaTVsalvadoreña puede salir a cenar con 'n viejo
amigo sin que ello sea interpre.
Prescindiendo de los progra- tado como una aventura o infi-
mas ofrecidos por los dos cana- delidad sexual hacia sumarido.
les estatales de TV educativa,
hay dos tipos predominantes de Supuesto este marco psicoso-
programas en los cuatro canales eial, la mujer es presentada en
comerciales de la TV salvado- papeles que tienden a exaltar,
reña: las series norteamerica- explÍcita o implícitamente, el va-
nas, sobre todo de tipo aventu- lor de la belleza corporal, de bu+.
rero, y las telenovelas latinoa- car en forma individual los pro-
mericanas (venezolanas, mexi- pios objetivos y de contar con
canas u otras). A la espera de un poder en las relaciones sociales.
análisis más sistemático, se Por lo general, la mujer aparece
pueden hacer algunas afirma- como compañera o cliente del
ciones tentativas sobre la pre- protagonista, con el que a menu-
sentación de la mujer en estos do tendrá alguna relación
dos tipos de series. sexual de tipo pasajero, no com-
prometedor. Cuando la mujer es
2.2.1. La mr{er en las series la protagonista, se la suele mos-
norteamericanas trar empleando su belleza corpo-
ral allá donde los hombres uti-
Las series norteamericanas, lizan su fuerza física, o usando
como es olvio, presentan a la formas más o menos sutiles de
mqier en el contexto de una seducción para tareas en las que
sociedad capitalista desarrolla- los hombres ponen en juego su
da, marcada por el principio del inteligencia. De este modo, las
consumismo, que asume como series definen un tipo de mujer
evidentes circunstancias, prin- a la búsqueda de su éxito inü-
cipios y normas que en la so- üdual, que triunfa socialmente
ciedad salvadoreña no lo son. mediante la utilización sagau.
Estos presupuestos van desde la de su belleza física. Cierta-
abundancia de todo tipo de ob- mente, esta mujer se mueve al
jetos o la disponibilidad de las interior de un orden social, que
tecnologías más avanzadas, has- no coincide sin más con el sal-
ta el diferente tipo de simbo- vadoreño: así, por ejemplo, es
lismos en las relaciones sexua- claro que, para las series nortea-
les o los distintos marcos nor- mericanas, el que una md€r
mativos de lo que se considera tenga relaciones prematrimo-
público o privado. En las series niales entra perfectamente den-
norteamericanas, por ejemplo, tro del marco de lo aceptab§
se da por supuesto que todo el mientras que resulta inacepÉ*
mundo dispone de un carro pro- ble el cuestionamiento del sisF

m
tema de autoridad imperante o tinoameriano que se ofrecen por
del "American way of life". Ia TV salvadoreña puede sinte-
Pero ese orden queda con fre- tizarse en tres notas (ver, tam-
cuencia como un presupuesto im- bién, Otano, 1985).
plícito, como si la realidad nor-
teamericana fuera sin más '7o" En primer lugar, los perso-
realidad natural. najes, en particular los feme-
ninos, existen en un mundo
Al no quedar suficientemen- cerrado de relaciones afectiuas.
te explicitado el marco de refe- La trama (si es que se puede
rencia al que se remiten las llamar así) constituye un conti-
desüaciones comportamentales nuo enredar y desenredar a
aceptables o inaceptables, los ras- través de permanentes diálogos
gos o comportamientos de la mu- los afectos y sentimientos mu-
jer presentados en la pantalla tuos de las personas, obüamente
parecen tener un valor absoluto, patentes desde el primer mo-
independientemente de dónde se mento. El resto de la realidad
producen. Aparece así una ima- desaparece y sólo se alude a
gen de la mujer orientada hacia otros ámbitos de la existencia en
el éxito indiüdualista, para lo la medida en que afectan o
cual cuenta con el recurso fun- pueden jugar
un papel en las
damental de su cuerpo y su vinculaciones sentimentales.
beleza, del que debe valerse con De ahí que la gran mayoría de
la misma ambición y eficiencia las acciones que tienen lugar en
que el hombre se sirve de su las telenovelas ocurran en es-
fuerza o de su inteligencia. La pacios interiores, por lo general
imagen que se nos presenta en salones o comedores convencio-
las series norteamericanas nales de casas burguesas, total-
muestra por lo general a una mente abstraídos de cualquier
mujer con una libertad de ac- connotación que pueda hacer re-
ción respecto a su familia mu- ferencia a una situación histó-
cho mayor que la de Ia mqjer rico-política concreta. "Se ha lo-
salvadoreña; pero eü€, en el grado un espacio camuflado de
fondo, no manifiesta una mayor tal manera que en él sólo pueden
libertad respecto a un orden so- suceder cosas y casos de amor o
cial cuyo dominio y valores pre- de emoción" (Otano, 1985, pág.
ponderantcs siguen correspon- 1?5).
diendo alhombre.
En segundo lugar, la mujer
2J.2. Lo mr{er en las telenove- se muestra simpre ligada al
laslatinoamericanas hornbre y, en buena medida,
irremisiblemente abocada a
La presentación de la mujer amarlo y someterse a é1. No hay
en las telenovelas de origen la- más horizonte ni destino para la

262
mujer que el de la relación amo-
rosa, destino al que la conducen
!l ámbito propio de Ia mujer
es el de la familia y las relacb
fatalmente sus propios afectos y nes interpersonales, oh,e to&,
emociones, más fuertes que su en su carácter emocimal y úe*-
voluntad o su razón. tivo. Incluso cuando realiza los
mismos papeles que el h@bre
Finalmente, las tclenovelas la mujer debe poner "el toque
presentan una rígida y estable femenino", entendido como la
separación clasista entre dos delicadeza afectiva o la sedue-
tipos de mujeres: las señoras, ción corporal.
mujeres pertenecientes a las
clases sociales acomodadas, y La mujer se encuentra ints.
las sin¡ientas o
mujeres del grada a un ord.en suial jeú¡-
pueblo. Alguna de las sirvientas quico, dominado por valores im-
podrá eventualmente, mediante puestos por el hombre. El orden
el camino del amor, ascender y social aparece no como un me-
realizar el sueño de la ceni- dio natural y, por tanto, in-
cienta; pero ello no alterará el cuestionable. A Ia mujer le toca
orden social-natural. aceptar ese orden y asumir los
papeles que fi,rncionalmente en
él se le asignan. Por tanto, Ios
2.3. La mrlier según los MCM cambios en los roles que desem-
salvadoneños peña o en los comportamientos
que le son permitidos no supo-
Sintetizando los análisis rea- nen una modificación esencial
lizados, podemos decir que Ia del orden exist¿nte. Asi por
imagen de la mujer que aparece ejemplo, lo único que consigue
en la prensa y en la TV sal- gran parte de la llamada "libe-
vadoreña tiene las siguientes ración femenina" tal como la
caractelsticas: transmiten las series norteams-
ricanas es un relajamiento de
Su rasgo más definitorio es el los controles morales sobre las
de su corporalid.ad, y ello por relaciones sexuales de la mujer,
tres razones: (1) porque deter- pero no un cambio en la distri-
mina su belleza, que es su prin- bución del poder y la autoridad
cipal recurso en la vida social; social entre el hombre y fa
(2) porque le permite engendrar mujer.
hijos, lo que define su prineipal
función en la sociedad; y (B) Todo esto muestra que loe
porque la hace débil, necesitada MCM de El Salvador tienden a
de la protección o, cuando me- reforzar Ia imagen de la mujcr
nos, de Ia seguridad que le ofre- en una posición social s¡bú-
ce elhombre- dinada, por lo general en ú
papel secundario o subsidiario, religiosas que se reciben. Los
embellecedor de las realidades o MCM son parte de ese medio am-
engrasador afectivo de ,las rela- biente y sus mensajes constitu-
ciones interpersonales. Poco o yen simples expresiones de la
nada sistemático hay en los realidad. El hecho de que los
MCM salvadoreños que estimu- MCM tiendan a confirmar fun-
len el desarrollo humano de la damentalmente la imagen im-
mujer en igualdad de condi- perante en la sociedad salva-
ciones que las del hombre. El doreña sobre lo que la mujer
caso más lamentable al respecto debe ser, cierra de antemano la
lo constituyen las llamadas "pá- posibilidad misma de que surja
ginas de la mujer", casi -redu- algún tipo de cuestionamiento a
cidas al cultivo de la belleza esa imagen. El argumento im-
fÍsica, a la transmisión de pre- plícito es muy sencillo, con la
suntos secretos para triunfar en típica circularidad viciosa del
el amor o a ofrecer fórmulas sentido común: la mujer es así
consagradas para servir más por que así debe ser, y debe ser
eficazmente al jefe, atender de así por que así es por natura-
una manera más integral al ma- leza.
rido o educar mejor a los hijos.
Quienes tienen una actitud
8.La mujerante los MCM de aceptación inconsciente, ab-
sorberán el posible impacto ena-
Varias y diversas son las jenador de la imagen transmi-
actitudes que la mujer salva- tida por los MCM en forma
doreña puede adoptar frente a la proporcional a su exposición a
imagen que le transmiten los esos medios. Ese impacto se ob-
MCM. Unas conducen, cons- servará sobre todo en la depen-
ciente o inconscientemente, a la dencia a ciertos gustos o modas,
aceptación de esa imagen, mien- o en la confusión respecto a cier-
tras que otras llevan a su re- tas formas tradicionales del
chazo. Veamos algunos de las comportamiento femenino co-
actitudes más importantes en mo, por ejemplo, las que regulan
nuestro medio. las relaciones prematrimonia-
les.
Quizá la actitud más exten-
üda sea la de aceptación incons- Una segunda actitud, mucho
ci¿nte- Inconsciente significa menos común, es la de rechazo
aguí una aceptación no cuestio- consci¿nte parcial: acepta fun-
nad4 a la manera como se acep- damentalmente el mensaje de
tan las condiciones de la propia los MCM y las imágenes socia-
existencia- la familia o el país Ies que transmiten, pero se re-
en qr se nace, la lengua que se ehaza lo que se considera como
aprende a hablar o las creencias excesos o abusos. Tal es el caso

ffi
de ciertas forma de violencia o el discurso de los MCM. Esto no
de pornografía explícita presen- significa, por supuesto, que la
tadas en el cine, la TV y la pu- persona no pueda leer el perió-
blicidad comercial. Por lo ge- dico o ver la TV relajadamente,
neral este rechazo conduce a un como una forma de descanso;
cierto control sobre la exposición esto quiere decir que se tiene
de los propios hijos a los MCM y, conciencia de que el MCM trans-
en el mejor de los casos, a mite unas opciones, unos valo-
ciertas protestas públicas, que lo res, una interpretación del mun-
más que suelen obtener es un eco do y de los acontecimientos que
pasajero. Eventualmente se lo- reflejan unos determinados in-
grará eL retiro de un anuncio o tereses sociales y, por tanto, que
de una película, sin que ello no puede aceptar sin más el
cambie el grueso del mensaje sentido impreso a los símbolos
cotidiano. transmitidos.

Quienes tienen esta actitud Quienes tienen esta actitud


de rechazo consciente parcial crítica saben que tienen que re-
sirven indirectamente como flexionar con frecuencia con
guardianes del discurso central otras personas acerca de los
que transmiten los MCM: al mensajes transmitidos por los
descartar sólo algunos casos MCM. Por ejemplo, ven y cri-
considerados abusivos o desvia- tican con sus hijos los progra-
dos, consagran indirectamente mas de TV o les estimulan a
la validez del mensaje aceptado leer ciertas noticias periodísti-
y, en nuestro caso, la imagen de cas y a comentarlas con ellos.
la mujer propuesta.
Pero labase principal de Ia
La última actitud, por desgra- actitud crítica la constituye el
cia muy poco frecuente en distanciamiento real en los mo-
nuestra sociedad, es una actitud delos y principios adoptados pa-
cñtica frente a los MCM. No se ra la propia üda respecto a la
trata de una actitud de acepta- imagen de la mujer ofrecida por
ción ni de rechazo; se trata de Ios MCM. En otras palabras, la
una postura de permanente diá- mejor actitud frente a Ia imagen
logo con los MCM, con su men- de la mujer presentada por los
saje, que a veces lleva a su MCM, reforzadora de la jerar-
aceptación y a veces a su re- quización sexual y de la culh¡ra
chazo. Pero tanto en un caso del machismo, es la adopción dc
como en otro, el resultado es con- un ideal y una práctica de mujer
secuencia de una postura cons- radicalmente diferente. Só'h
ciente de las propias opeiones, sobre la base de este rechazo cdi-
frente a las cuales evalúa lo que diano, aparecerá la ñccirín inüc-
abierta o solapadamente propone resada de la imagen tnmnil.

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tida por los MCM, y la crítica y Martfn-Ba¡ó, Ignacio. (1987). ¿Es ma-
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