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Resúmenes

La conexión entre la mente y el sistema inmune (o la psicología profunda de la enfermedad)

Nuestro estado de ánimo y los estímulos del medio ambiente tienen efectos a nivel celular y son
tanto o más importantes para nuestra salud que nuestros genes. No cabe duda que nuestra
mente y nuestro cuerpo están ligados; es prácticamente imposible que lo que experimentamos
mentalmente no se reproduzca también en nuestro cuerpo, las experiencias negativas afectan
nuestro sistema inmune; así como, las experiencias de felicidad producen cambios positivos en
lo mecanismos biológicos. La mente es el regulador metabólico de todos los procesos orgánicos
y tiene la capacidad de compensar desequilibrios con su acción intencional, siendo capaz incluso
de influir en nuestra expresión genética y regular la función de nuestro ADN. Por lo mencionado
antes, la disciplina mental, el conocerse a uno mismo, el hacer consiente lo inconsciente
buscando siempre la felicidad eudaimonica provocarían en nosotros una vida plena y una buena
salud.

Test Gestáltico Visomotor de Bender Modificado

El Test Gestáltico Visomotor de Bender (TGB) es una de las herramientas más conocidas entre
los psicólogos. Se han realizado múltiples estudios sobre este; sin embargo, existe escasa
investigación sobre la dimensionalidad latente de sus puntajes; la interpretación más validada
de sus puntajes es como una medida de habilidad visomotora. En la nueva versión de este Test
(TGB-M) se ha añadido el Sistema de Calificación Cualitativa (SCC), que ha mostrado una alta
validez. El objetivo de este estudio es examinar la dimensionalidad del TGB-M mediante un
enfoque SEM aplicando los puntajes obtenidos del SCC; en dicha investigación participaron 1381
niños de Lima Metropolitana, se trabajó con quintiles de descripción socioeconómica y
distribución de sexo, edad y grado escolar. La administración de las pruebas se hizo en
condiciones estandarizadas y manteniendo en lo posible las instrucciones de administración
individual o grupal. Los resultados obtenidos fueron: la consistencia parece más fuerte en
edades más tempranas; la confiabilidad del constructo en los tres últimos niveles de edad estuvo
cercana al límite mínimo recomendable; en los primeros niveles de edad la varianza relacionada
con el constructo fue aceptable, mientras que en las demás edades se encontró debajo del
criterio recomendado.

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