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Domingo 5º de Pascua Ciclo A

Mayo 18 de 2014

“Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti”


Salmo 32

Espíritu Santo Paráclito,


perfecciona en nosotros la obra iniciada por Jesús;
haz fuerte y continua la plegaria que elevamos en nombre del mundo entero.
Acelera para cada uno de nosotros los tiempos de una profunda vida interior.
Da impulso a nuestro apostolado, que quiere llegar a todos los hombres
y a todos los pueblos, todos redimidos por la sangre de Cristo y todos herencia suya.
Mortifica en nosotros la natural presunción y levántanos a las regiones de la santa humildad,
del verdadero temor de Dios, del ánimo generoso…

San Juan XXIII

Juan 14, 1-12

Jesús, el camino al Padre


1
«No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. 2En la casa de mi Padre hay muchos
lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. 3Y después de
irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo
lugar en donde yo voy a estar. 4Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy.»
5
Tomás le dijo a Jesús:
— Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?
6
Jesús le contestó:
— Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre. 7Si ustedes me conocen a
mí, también conocerán a mi Padre; y ya lo conocen desde ahora, pues lo han estado viendo.
8
Felipe le dijo entonces:
— Señor, déjanos ver al Padre, y con eso nos basta.
9
Jesús le contestó:
— Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí, ha
visto al Padre; ¿por qué me pides que les deje ver al Padre? 10¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre
está en mí? Las cosas que les digo, no las digo por mi propia cuenta. El Padre, que vive en mí, es el que hace

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sus propias obras. 11Créanme que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; si no, crean al menos por las
obras mismas. 12Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía
más grandes, porque yo voy a donde está el Padre.

María Cristina Ariztía Tagle


Directora de la Comisión Nacional ABP – Chile-
Algunas preguntas para una lectura atenta…
Cuál fue la respuesta de Jesús a la pregunta de Tomás: “No sabemos a dónde vas, ¿Cómo vamos a saber el
camino?” ¿Qué responde el Señor a la petición de Felipe: “déjanos ver al Padre”? ¿Por cuenta de quién Jesús
dice las cosas?

Algunas pistas para comprender el texto…


El Evangelio de hoy nos presenta una situación dramática. Estamos en la víspera de la fiesta de la Pascua,
Jesús sabe que lo buscan para matarlo y le queda poco tiempo junto a sus discípulos, quiere despedirse de
ellos y prepararlos para enfrentar su partida y asumir la futura misión. (Nota: este texto es parte del discurso
de despedida de Jesús: Jn 13,31-16,33).

Es la cena de despedida, Jesús, a través de sus gestos quiere expresar el amor que tiene por sus discípulos.
El compartir la mesa, el lavado de los pies, sus palabras, todo habla de una entrega de amor sin límites que
supera incluso la traición de Judas y la negación de Pedro. Todo habla del amor del Padre por los suyos a
través de Jesús.

Los discípulos no comprenden bien lo que sucede, cunde la incertidumbre y comienzan a angustiarse. Jesús
se va, ¿qué será de ellos sin Él? Jesús trata de consolarlos y animarlos. La clave para comprender lo que está
sucediendo es la fe, se trata de una fe que surge del diálogo cercano y amoroso con el Señor, una fe que
brota de la amistad con Jesús (ver Jn 15,15) y que continúa más allá de la muerte. Una fe que se vive en
comunidad y que se concreta en obras de amor. Esa es la fe que vence el temor y restaura la confianza
especialmente cuando las cosas se ponen difíciles. Esa es la fe que los ayudará a continuar la misión de
Jesús después de su muerte.

Jesús se va, pero volverá para estar con ellos de un modo nuevo y más perfecto que se describe con la
imagen de la “casa del Padre”. Bajo el alero del amor del Padre, los discípulos maduran su fe, crecen en
comunión con Jesús y con el Padre y son enviados a realizar sus obras.

¿Cómo se llega ahí? La respuesta de Jesús es clara: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. A la casa del
Padre se llega conociendo a Jesús, manteniendo una relación de amistad con Él, descubriendo su modo de
relacionarse con las personas y tratando de hacerlo propio. A la casa del Padre se llega ofreciendo la vida al
servicio de los hermanos, eso es lo que los discípulos han aprendido de Jesús en el tiempo que han vivido
con Él.

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El Santo Juan Pablo II dirigió una palabra especial de aliento a los jóvenes en la IV Jornada Mundial de la Juventud, que
aún hoy, debe ser fermento de renovación espiritual:

“― ¿Has descubierto ya a Cristo, que es el camino?


Sí, Jesús es ― para nosotros― un camino que conduce hacia el Padre, el único camino. El que quiera lograr
la salvación, deberá tomar ese camino. Vosotros, jóvenes, a menudo os encontráis en una encrucijada, sin
saber cuál es el camino que debéis elegir, ni adónde ir; son muchos los caminos errados, como también las
propuestas fáciles y las ambigüedades. No olvidéis, en esos momentos, que Cristo ―con su Evangelio, su
ejemplo y sus mandamientos― es siempre y sólo el camino más seguro que desemboca en una felicidad
plena y duradera.
― ¿Has descubierto ya a Cristo, que es la verdad?
La verdad es la exigencia más profunda del espíritu humano. Los jóvenes, sobre todo, están sedientos de la
verdad sobre Dios, el hombre, la vida y el mundo. En mi primera Encíclica Redemptor Hominis escribí: «El
hombre que quiere comprenderse hasta el fondo a sí mismo ―no solamente según criterios y medidas del
propio ser inmediatos, parciales, a veces superficiales e incluso aparentes― debe, con su inquietud,
incertidumbre e incluso con su debilidad y pecaminosidad, con su vida y con su muerte, acercarse a Cristo»
(n. 10). Cristo es la Palabra de verdad pronunciada por Dios mismo como respuesta a todos los interrogantes
del corazón humano. Es El quien nos revela plenamente el misterio del hombre y del mundo.
― ¿Has descubierto ya a Cristo, que es la vida?
Cada uno de vosotros desea ardientemente vivir su propia vida en toda plenitud. Vivís animados por grandes
esperanzas y muy buenos proyectos para el futuro. No olvidéis, sin embargo, que la verdadera plenitud de la
vida se encuentra sólo en Cristo, muerto y resucitado por nosotros. Solamente Cristo puede llenar, hasta el
fondo, el espacio del corazón humano. Sólo El da el valor y la alegría de vivir, y esto a pesar de los límites u
obstáculos externos” 1.

Ahora preguntémonos:
¿Qué situaciones nos alejan y nos hacen dudar de continuar el camino con Jesús? ¿Puedo decir que Jesús es
es en mi vida: el camino, la verdad y la vida? ¿Cómo se expresa nuestra amistad con Jesús en la relación con
los demás? ¿He visto al Padre?

1
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/messages/youth/documents/hf_jp-ii_mes_27111988_iv-world-youth-
day_sp.html
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Señor Jesucristo, Camino, Verdad y Vida,
rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,
enciende en nuestros corazones el amor al Padre que está en el cielo
y la alegría de ser cristianos.
Ven a nuestro encuentro y guía nuestros pasos
para seguirte y amarte en la comunión de tu Iglesia,
celebrando y viviendo el don de la Eucaristía,
cargando con nuestra cruz, y urgidos por tu envío.
Amén
Benedicto XVI

Tú eres el camino, la verdad y vida, Señor Jesús.


Que no desee otra cosa sino a Ti, para ver a nuestro Padre…

“…Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí”. Repetiré en mi oración esta frase del Evangelio y actuaré
sintiéndome hijo de Dios, teniendo buenas actitudes en mi entorno y asumiendo la vida como lo haría Jesús.

“Los sentimientos de mi pequeñez y mi nada me mantuvieron siempre en buena compañía”

San Juan XXIII

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