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El promedio dividido las 18,5 personas nos da 540 m2 por persona (casi tres canchas de
tenis); dividido los 365 días del año, son 1,48 m2, por lo que, en teoría, un árbol sería
suficiente para un ser humano.
Por supuesto que, en la práctica, un árbol por persona no basta, a menos que cada uno
lleve el árbol pegado a la nariz, porque el oxígeno se disuelve en la atmósfera y debe
alcanzar una concentración muchísimo mayor para que ésta sea respirable. Además, el
resto de las especies (incluidos los árboles) también debe respirar.
Un árbol maduro puede absorber dióxido de carbono a un ritmo de 21,7 kg por año.
Un acre (4.000 m2) de árboles consume anualmente la cantidad de CO2 que produce un
automóvil al recorrer 42.000 km.
En 50 años, un árbol genera 31.000 dólares de oxígeno y recicla agua por otros US$
37.500. Además, controla la erosión del suelo, fertiliza y da refugio a la fauna por valor de
125.000 dólares.
La pregunta que a veces nos hacemos se refiere a cuánto oxígeno produce un árbol al
día, pues bueno, he encontrado los siguientes datos que de lejos son curiosos e
interesantes.
Se requieren 22 árboles para suplir la demanda de oxígeno de una persona al día. 0,41
hectáreas con árboles (1 hectárea equivale a 10.000 metros cuadrados, digamos una
manzana urbana), produce suficiente oxígeno al día para 18 personas.
Esta afirmación fue realizada por el Prof. Diego Díaz Martín, Jefe del Departamento de
Estudios Ambientales de la Universidad Metropolitana y Director del Proyecto Ávila, a
propósito de la celebración del Día del Árbol este domingo 25 de mayo.
Por lo anterior se deduce que no sólo es importante mantener y conservar los bosques
naturales dentro de las áreas protegidas, sino además, deben fomentarse nuevas
extensiones forestales, que no sólo contribuyan a mantener el ciclo hidrológico y regular el
clima, sino para proveer alimento, refugio y hasta medicinas a la humanidad.
Díaz Martín señala “que dado que al día, una persona consume en promedio al menos 10
metros cúbicos de aire, se necesitarían al menos 50 árboles jóvenes y sanos por cada ser
humano para garantizar la calidad del aire en la tierra”. Sin embargo, aclara, “ello
dependería de la especie, la edad y el clima en el cual se desarrolle el árbol, pues ni todos
los árboles consumen la misma cantidad de CO 2 ni producen la misma cuantía de
oxígeno”.
Frente a la deforestación y la tala, Díaz señala que “si se queman o talan los árboles, se
volvería a liberar a la atmósfera el dióxido de carbono fijado, pero si los conservamos, se
convierten en almacenadores de carbono que ayudan a mitigar los cambios climáticos y el
calentamiento global”, concluyó.
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En función de la especie y edad del árbol, una persona necesitaría varios ejemplares para
poder respirar con el oxígeno que producen.
Los árboles, al igual que el resto de las plantas, se valen de la fotosíntesis para
transformar la energía de la luz solar, el agua y el dióxido de carbono –uno de los
principales gases de efecto invernadero implicados en el cambio climático– en azúcares y
almidones para su uso como alimento. La clorofila, por su parte, un pigmento de color
verde presente en las hojas, es la encargada de absorber la luz.
Plantas fascinantes
Plantas fascinantes
Mientras tiene lugar este proceso, los árboles liberan oxígeno, si bien no todos los
ejemplares emiten la misma cantidad de este gas. Esto depende de varios factores, como
la especie a la que pertenecen, su edad, el lugar donde se encuentran o la altura a la que
crecen. Pero para hacernos una idea, podemos tomar como referencia el sicomoro –su
denominación científica es Ficus sycomorus–, una morácea de unos doce metros de
altura que produce en torno a 100 kilos de oxígeno al año. En ese tiempo, un ser humano
respira aproximadamente 9,5 toneladas de aire. Eso sí, el oxígeno solo representa
alrededor del 23% y, además, únicamente se puede extraer poco más de un tercio del
mismo de cada respiración. Esto equivale a unos 730 kilos de oxígeno por año. Por tanto,
harían falta siete u ocho árboles, al menos en el caso de los sicomoros, para saciar
nuestra ración de gas vital.
• Es muy útil para combatir dolor de cabeza, resfriados, tos, vómito y hemorroides.
• Tiene excelentes propiedades laxantes, ideal para personas que tienen un intestino
perezoso, en caso de estreñimiento o problemas del colón.
• Tiene propiedades refrescantes y aperitivas, muy útil en lugares donde hace calor para
refrescar y mantener el cuerpo fresco.
• Se emplea para combatir la irritación de las mucosas digestivas, ya que tiene un efecto
purgante
Se puede preparar una copita de bebida de tamarindo para aliviar enfermedades del baso
y la lepra. Esta bebida se prepara remojando la pulpa de tamarindo en una copita de vina
blanco. Beber una vez al día.
• La infusión de pulpa y hojas de tamarindo se emplea para darle a los bebés o niños
pequeños en caso de problemas digestivos o estreñimiento.
–Alivian el estreñimiento
Ingredientes:
8 Tazas de agua
Hielo
Para obtener la pulpa deberás dejar remojando los tamarindos durante la noche en
abundante agua. Al día siguiente retira la cáscara y desmenuzala para quitar las semillas
para aprovechar todos los beneficios del jugo de tamarindo.
Coloca la pulpa del tamarindo y las 8 tazas de agua en la licuadora y bate a velocidad
media por unos 5 minutos. Esto ayudará a que la pulpa se licúe y mezcle se con el agua
perfectamente.