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Aue navi consejeri# de Econ omia_Y Fomento Direccion Gen Indus a, Ene! ie e z Minas LIBRO. BLANCO TOMO" 1986 PROLOGO Resulta gratificante comprobar cémo a veces, pocas veces, la exigencia in- excusable de planificar las acciones econémicas y politicas a largo plazo gana la batalla a la perentoria necesidad de atender los problemas inmediatos. No sue- le ser ello frecuente. Menos, cuanto mas acuciantes y numerosas son las exi- gencias del presente. Este es el caso de la mineria andaluza en la segunda mitad de los afios ochenta. Si el descenso de los precios de ciertas materias primas, como el pe- tréleo, ha tenido efectos favorables sobre la economia nacional, las bajas coti- zaciones de otras, como metales y carbones, han puesto en graves apuros a las ‘empresas andaluzas productoras de los mismos. En estos mercados, la lucha co- mercial en sentido estricto no existe, 0, al menos, no con la virulencia con que se plantea la lucha por la reduccién de costes. En el incremento de la competi- tividad de la mineria, la Administracin Andaluza viene colaborando a través de la elaboracién de estudios y trabajos que mejoren el conocimiento y diagnosis de las potencialidades de nuestro subsuelo, impulsando y financiando proyec- tos de investigacidn y desarrollo que incrementen el aprovechamiento de nues- tros minerales y su grado de transformacién en Andalucia, y subvencionando y promoviendo aquellas inversiones productivas que eleven el nivel tecnolégico y la eficacia de las empresas mineras. Este Libro Blanco de la Mineria Andaluza se incardina dentro de las accio- nes dirigidas a conseguir un mejor conocimiento de datos y alternativas sobre los que puedan fundamentarse varias posibles politicas mineras. Esos fundamen- tos, que se han pretendido esencialmente objetivos y cientificos, son de carac- ter histérico, técnico, econdmico y social. No cabe duda de que ciertos aspec- tos parciales han sido abordados con mayor especificidad y profundidad en otros estudios y monografias, la mayoria de los cuales aparecen referenciados en el texto. Puede afirmarse que lo verdaderamente novedoso del Libro Blanco es la combinacién del rigor cientifico, la globalidad de su enfoque y, por encima de todo, la aproximacién desde. para y por Andalucia. En esta «perspectiva andaluza», directriz consciente, compromiso politico 0 actitud vital, reside la especial originalidad y la més fecunda aportacién de este libro. . JOSE AURELIANO RECIO ARIAS Consejero de Fomento y Turismo Noviembre 1986 INTRODUCCION La mineria ha sido siempre una actividad productiva ligada a la historia eco- némica, social y cultural de Andalucia. De la rica tradicién minera de Andalucia son claros exponentes y veraces testigos los vestigios de las explotaciones de metales encontrados en determi- nadas zonas de las provincias de Huelva, Almeria y Cérdoba, pertenecientes a civilizaciones florecientes hace més de tres milenios, siendo probablemente los més antiguos de Espana. Esta industria extractiva ha conocido diversas épocas de esplendor que mo- tivaron el progreso socioeconémico de amplias zonas y encumbraron a las més altas cotas de notoriedad mundial a distritos mineros andaluces, como los de Huelva, Linares y sierra de Gador, cuyas producciones pudieron condicionar en determinados periodos los precios internacionales de los productos. Junto a esas épocas, Andalucia ha vivido etapas de espigas secas y vacas flacas, de decadencia en algunas de sus zonas mineras. Ello ha sido consecuen- cia de avatares técnicos, econdmicos y politicos, a los que tan sensibles son, por la internacionalizacién de sus mercados y por sus caracteristicas producti- vas, estas industria, Buena prueba de ello son las explotaciones hoy abando- nadas que se esparcen por provincias tradicionalmente mineras como Almeria, Huelva, Cérdoba y Jaén. ‘No obstante, Andalucia sigue albergando un potencial considerable de va- riados recursos minerales, parcialmente explotados y en ocasiones insuficiente- mente reconocidos. Baste sefialar a titulo de ejemplo los enormes recursos de pirita en su zona occidental, que junto con los metales no férreos acompafiantes (cobre, plomo, cine, oro y plata, ademas de otros menos abundantes), constitu- yen la gran reserva potencial de Europa de estas sustancias minerales; los nue- vos descubrimientos que estén poniendo de manifiesto recursos adicionales de sulfuros; la singularidad de! yacimiento de estroncio en Granada; la potenciali- dad de las rocas industriales, como el yeso, las arcillas, las dolomias de gran ca- lidad, las arenas siliceas y otras sustancias utilizables en la fabricacién de ma- teriales ornamentales, como los mérmoles de Almeria. Desde el punto de vista de la produccién, la regién andaluza sigue siendo una de las principales contribuyentes al abastecimiento de materias primas mi- nerales a la industria nacional. Son més de una treintena las sustancias minera- les producidas por la Comunidad Auténoma andaluza. Esto refleja la gran varie- dad de formaciones y la complejidad geolégica de la regién, que ha sido objeto 7 de interés para los innumerables estudiosos espanoles y extranjeros que, desde hace muchos afios, vienen dedicando sus esfuerzos a desentrafar los misterios de la evolucién geolégica de Andalucia, y a intentar explicar con precisién la gé- nesis y caracteristicas de sus yacimientos minerales. Excluyendo los hidrocarburos y el carbén, Andalucia ocupa el primer lugar entre las Comunidades Auténomas por su contribucién al valor total de la pro- duccién minera espafola. Si se incluye el carbén, la produccién minera andalu- za alcanza un valor de 55.000 millones de pesetas, lo que representa el 13 por 100 del valor total de la produccién nacional, situando entonces a Andalucia en el tercer lugar. Muy especial atencién merece el grupo de los minerales metéli- 08, valoréndose su produccién en 40.000 millones de pesetas. constituyendo ‘a principal riqueza minera andaluza y aportando mas de la mitad de la produc- cidn espariola en ese subsector. La pirita, el cobre, el cinc, el plomo, el mineral de hierro, el oro y la plata el estroncio, la barita, el yeso. las arcillas especiales, los marmoles, los ocres, las arenas siliceas y las dolomias, sobresalen entre las sustancias minerales que produce Andalucia, aportando cada una de ellas mas del 30 por 100 de las res- pectivas producciones nacionales. Por lo que respecta al empleo, la mineria andaluza genera alrededor de los 8.500 puestos de trabajo directos, cifra que asciende a 23.000 si se tiene en cuenta el empleo indirecto inducido en todo el territorio nacional. Este empleo minero se sitda en zonas de economia débil y poco diversificada, generando es- tructuras sociales y culturales enormemente rigidas y dependientes de la activi- dad productiva, cuyos efectos generadores de empleo y renta son dificilmente sustituibles a medio plazo. Las circunstancias por las que atraviesa la mineria andaluza en la actuali- dad son especialmente criticas. Las causas exdgenas pueden facilmente locali- zarse en las bajas cotizaciones de los metales no férreos en los mercados inter- nacionales y en el descenso de las cotizaciones del délar y la libra. La dureza de las condiciones exteriores esté expulsando del mercado a las explotaciones menos competitivas, marginales desde el lado de la oferta. Ello esté ocasionan- do serios perjuicios a la mineria de sustancias como el plomo, el cobre, el cine y la plata, poniendo en peligro la subsistencia de explotaciones con leyes en me- tal insuficientes y altos costes de operacién. a pesar, en muchos casos, del alto nivel tecnolégico alcanzado. Fécil es imaginar los efectos que la inviabilidad de algunas empresas puede tener sobre las economias de las zonas mineras de Huelva y Jaén, en las que ademés se ubican importantes centros metalirgicos para el tratamiento de los concentrados procedentes de minas préximas, o en las de Sevilla, Cérdoba y Granada. Otros problemas de diversa indole se plan- tean en el sector de la pirita, en los carbones de Pefarroya, en las explotaciones de mineral de hierro del Marquesado y Cala. La importancia real del sector, el potencial de recursos del subsuelo anda- luz y la dificil situacién presente, componen un juego de luces y sombras que debe urgentemente mover a la reflexién para mejor conocer la realidad minera andeluza y poder definir las politicas més adecuadas para garantizar su supervi- vencia y desarrollo, con un entorno turbulento y en un horizonte lo mas dilatado posible. A ello creemos que puede contribuir este libro sobre mineria andaluza, que debe ser la base de los futuros programas de actuacién y que ha nacido de la preocupacién, de la voluntad y del entusiasmo de muchos andaluces que creen en el futuro del sector minero. “MANUEL ANGEL MARTIN LOPEZ Director General de Industria, Energia y Minas Noviembre 1986 SUMARIO PROLOGO SUMARIO INTRODUCCION 1. ESTRUCTURA DEL LIBRO 2. SINTESIS HISTORICA DE LA MINERIA ANDALUZA. 24 2.2. 23, 2.4, 25, 26. 27, 28. 29. 2.10. Pa 2.12 2.13. LOS TIEMPOS PREHISTORICOS HASTA LA PREPONDERAN- CIA DE LOS TARTESIOS. LOS TARTESIOS, LOS FENICIOS. LOS HELENOS LOS CARTAGINESES. LOS ROMANOS, LOS VISIGODOS. LOS MUSULMANES SIGLOS XVI XVI SIGLO XVIII SIGLO XIX. SIGLO XX (PRIMER TERCIO) HASTA NUESTROS DIAS 3. ANALISIS ECONOMICO GLOBAL. 34 IMPORTANCIA ECONOMICA Y ESTRATEGICA DE LOS RECURSOS. 3.2. ANALISIS ECONOMICO DEL SECTOR MINERO 3.3. ANALISIS ESTRUCTURAL PROVINCIAL 9 "1 15 15 19 23 25 26 28 35 36 42 49 87 85 104 109 113 242 253 ‘SUMARIO 4. LAINFRAESTRUCTURA GENERAL ANDALUZA EN RELACION CON LAMINERIA 7 4.1. POBLACION ACTIVA Y PUEBLO MINERO. 4.2. ENERGIAELECTRICA........ 4.3. ANALISIS DE LA SITUACION ACTUAL DE LOS TRANSPORTES EN RELACION CON LAS MATERIAS PRIMAS MINERALES Bibliografia.. 5. MAPASMINEROS 5.1. MAPAS PROVINCIALES DE EXPLOTACIONES MINERAS. 5.2. EL MAPA MINERO-HISTORICO DE ANDALUCIA. INDICE GENERAL. 10 261 262 269 272 309 311 311 336 339 DE RE METALLICA. 1556 1. ESTRUCTURA DEL LIBRO El libro de la Mineria Andaluza que aqui se presen- ta, se halla estructurado en dos partes bien diferen- ciadas, que analizan esta actividad industrial desde perspectivas: una primera, que considera aspectos generales que se refieren al conjunto del sector. co- ‘mo son los histéricos, econémicos, de infraestructura y cartogréficos. y una segunda parte, que trata ya de modo individualizado de cada uno de los depésitos mi- nerales, de las explotaciones mineras y de las indus- trias de primera transformacién existentes en An- dalucia. Con ello se ha pretendido ofrecer al conocimiento general una publicacién que, dentro de los obligados, limites de espacio a que una obra de esta indole ha de someterse, exponga la situacién actual del sector minero andaluz, junto con su potencial, caracteristi- cas, condicionamientos y perspectivas mas impor- tantes. La primera parte comprende: — Sintesis histérica de la mineria andaluza, que abarca desde los tiempos prehistéricos hasta las épocas recientes. Anélisis econémico global del sector, que inclu: ye la caracterizacién econdmica y estratégica de las sustancias minerales que, en niimero supe- rior a treinta, presentan una mayor relevancia en la Comunidad Auténoma; un estudio especial- mente realizado a este fin, sobre la repercusién de la actividad minera en las economias regio: nal y nacional, con sus efectos inducidos. y fi nalmente, una consideracién de la actividad del sector, en cada una de las ocho provincias andaluzas. "1 — Anilisis de la evolucién y situacién de! pueble minero y de la infraestructura general andaluza fen relacién con la mineria. Comprende este tl timo aspecto lo concerniente a la situacién ac- tual del parque de centrales y de la red de dis- tribucién de la energia eléctrica, y de los trans- portes y comunicaciones —ferrocarril, puertos y carreteras—, que tanta incidencia tienen en la viabilidad econémica del sector extractivo. Mapas provinciales a escala de 1 : 500.000 que recogen las explotaciones mineras activa 0 inactivas més importantes. Para una mayor cla- ridad de representacion, se ha dispuesto de dos mapas para cada provincia, que, ademds de in- corporar los términos municipales y las redes hi drégrafica, viaria y de transporte de energia eléctrica, presentan la situacién y caracteriza- cién general de las explotaciones de recursos energéticos y metalicos, o de minerales no ener- géticos y zonas industriales, respectivamente. Mapa minero-histérico de Andalucia, a escala de 1: 600.000, en el que sobre un fondo geolégi- co obtenido a partir del reciente Mapa Geolégi- 0 elaborado por la Junta de Andalucia, se vier- ten con la simbologia adecuada, los principales yacimientos minerales que han dado lugar a ex- plotaciones mineras de relevancia. En la segunda parte, el libro muestra una ordena- cién que sucesivamente atiende a las tres etapas prin- cipales en la actividad’ minera: los yacimientos, la mi- neria de aprovechamiento y las industrias de primera transformacién. Asi pues, el contenido de esta segun- da parte es el siguiente: 1._ ESTRUCTURA DEL LIBRO — Descripcién y andlisis de los recursos mineros, que incluye una sintesis geolégica general de la regién andaluza, como marco general para la posterior descripcién de los yacimientos mine- rales; un andlisis de las principales actuaciones desarrolladas para el conocimiento de estos t- timos, que resume desde la documentacién car: tografica y los trabajos basicos de investigacion geolégica realizados fundamentalmente por el Instituto Geolégico y Minero de Espaiia y las te- sis doctorales recientes, hasta los més signifi- cados estudios y trabajos de investigacion mi- nera propiamente dicha, desarrollados funda mentalmente en los iltimos quince afios. y por Ultimo una descripcién de los depésitos minera les, explotados o en explotacidn, y de los prin- cipales indicios conocidos. Con este capitulo se pretende proporcionar una vi- sién actualizada de las caracteristicas y del potencial de los depésitos minerales andaluces. con la cuanti- ficacién de los recursos y su grado de conocimiento disponible actual. Y ello, a través de la recopilacién tratamiento de la informacién bibliografica mas sobre- saliente, tanto publica como inédita, y atin privada en clertos casos, aportada particularmente por el Institu- to Geolégico y Minero de Espafia y la Empresa Na- clonal ADARO de Investigaciones Mineras. S. A. y complementada con reconocimientos de campo en las, ocasiones en que ello ha resultado necesario para una mas adecuada exposicién del estado actual de co- nocimientos, — Deseripcién y andlisis de la mineria de aprove- chamiento, referida a las mins activas a finales de 1984 Se describen en este capitulo las instalaciones mi neras en Andalucia, incluyendo las caracteristicas del criadero, método y equipo de explotacién, asi como las plantas y procesos de tratamiento mineralurgico. producciones, destinos, plantillas. etc... ordenadas to: das elas por sustancias minerales, y en base a la sin tesis de la documentacién, proveniente de los servi ios técnicos de la Junta de Andalucia, de la Direc: cién General de Minas del Ministerio de Industria y Energia, de las propias empresas mineras y de la com- plementaria recogida expresamente en campo por el ‘equipo encargado de la preparacién de este libro. Se extiende este epigrafe, ademas, al estudio de las escombreras y balsas existentes, desde una triple vertiente: seguridad, impacto ambiental y posibil des de recuperacién por relavado. — Anilisis de la situacién actual y de las posibil dades de transformacién de los recursos mine- rales andaluces. 12 Este capitulo trata, en primer lugar, de los numero- sos recursos de origen mineral producidos en Anda- lucia y que son susceptibles de transformacién, tanto de los que son producto 0 subproducto de la activi- dad minera —producciones vendibles de minerales y rocas—, como de los que provienen de otros secto: res industriales —productos y subproductos de las metalurgias, fabricas de Acido sulfurico, de cloro-so- sa, de las plantas de elaboracién de rocas ornamen- tales, chatarras, etcétera—. En cada caso se procede a la definicién de sus ca- racteristicas mas importantes, asi como de su origen, y del estado actual. tendencias y perspectivas, de las, tecnologias para su transformacién y mejor apro- vechamiento. La segunda parte de este capitulo se refiere a la descripcién de las industrias de primera transforma- cién de los productos minerales andaluces, existen: tes en la regién: fabricas metalirgicas, de cido sul firico, de cloro-sosa, de cemento, y las numerosas, que tratan los minerales y rocas industriales y or- namentales. El contenido de este capitulo se ha basado en la sin- tesis de la documentacién especifica proporcionada fundamentalmente por los servicios técnicos de la Junta de Andalucia, la Direccién General de Minas del Ministerio de Industria y Energia y las empresas in- dustriales, asi como en la informacion recogida en la labor de campo efectuada por el equipo responsable de la redaccién del libro. El libro incluye un capitulo final que. a modo de re- capitulacién sobre el estado actual de la mineria an- daluza, recoge en breve resumen lo tratado en sus ca pitulos anteriores. y plantea unas lineas generales de posibles actuaciones en el sector, que pueden ayudar a su mejor desarrollo futuro. Hay que dejar constancia agradecida de la co: ‘operacién y facilidades proporcionadas en cuanto a la disporibilidad de la muy cuantiosa documentacién que ha sido utlizada en la preparacién de este trabajo, por las numerosas entidades piblicas y privadas que han sido solicitadas para este fin, Porque sin duda resul- taria dificil traer a estas paginas de forma individual zada a la totalidad de organismos y personas que en. mayor 0 en menor medida han prestado su colabora- cidn, puede hacerse extensiva a todos ellos la men- ci6n de los que a continuacién se hace, por ser los que de manera més directa y continuada han mante- nido un contacto més estrecho con el equipo de re- daccién, aportando mayor volumen de informacién, Asi, se debe citar, particularmente, al Servicio y a las diversas Secciones provinciales de Minas de la Con- sejeria de Fomento y Turismo de la Junta de Andalu cia, al Instituto Geolégico y Minero de Espaia, a la Di- 1._ ESTRUCTURA DEL LIBRO reccién General de Minas del Ministerio de Industria y Energia, a la Empresa Nacional ADARO de Investi- gaciones Minera, S. A., a la Empresa Nacional de Uranio, S. A., a las empresas mineras e industriales, mas relacionadas con el sector minero, y a las Uni- versidades espafiolas mas interesadas en los aspec- tos de la mineria andaluza Para concluir esta breve explicacién sobre el con: tenido del libro, hay que sefialar que, como era de es- perar, ha sido muy abundante la documentacién em- pleada para su elaboracién, documentacién que debi- do a su variada procedencia, ha mostrado en diver- sas ocasiones una Idgica heterogeneidad y disparidad de datos. Se ha procurado ir resolviendo estas dife- rencias, seleccionando la informacién en funcién de la mayor garantia que para cada caso concreto podian ofrecer las fuentes disponibles y acudiendo a la re- cogida directa de los datos complementarios ne- cesarios, 13 En las cuestiones que se refieren a los aspectos ms generales, a nivel regional o nacional, ha sido ne- cesario recur alas diversas estadisticas oficiales de rango nacional, pese a que en determinados casos se ha podido constatar la deficiencia de los datos por ellas proporcionados. No debe extraftar, pues, que las cifras que figuran en la primera parte del libro, de ca- récter marcadamente general, provengan en su mayo- ria de estadisticas generales, como la Estadistica Mi nera de Espafia, la de Comercio Exterior y de las de otros Organismos Oficiales. si bien solamente hasta el afio 1984, por corresponder a este afio Ia ultima edicién disponible en el momento de la redaccién del libro. No obstante, en determinados casos se ha po- dido tener acceso a cifras relativas a 1985, pese a que éstas poseen un cardcter provisional y @ veces incompleto 2. SINTESIS HISTORICA DE LA MINERIA ANDALUZA 2.1. LOS TIEMPOS PREHISTORICOS HASTA LA PREPONDERANCIA DE LOS TARTESIOS Resulta dificil situar en el tiempo el comienzo de la actividad minera como tal industria; sus origenes se diluyen en los mas remotos tiempos de las culturas prehistéricas paleoliticas y sus primeras aplicaciones habria que ligarias a las primitivas estructuras arqui- tecténicas (utilizacién de piedra y barros de argama- sa), asi como a la fabricacién de utiles y herramientas pétreos. De otro lado, la elaboracién de objetos ce- rémicos a partir de diferentes tipos de materiales ar- cillosos marca también el inicio de una timida indus- tria minera, y andlogo origen extractivo puede adjudi- carse a la procedencia de diversos productos minera- les utiizados como pigmentos y colorantes en la de- coracién de piezas cerémicas y pinturas rupestres Problema més complejo se suscita a la hora de in- dagar, y muy especialmente de profundizer, en la cro- nologia de la incorporacién de los componentes me- tdlicos a los distintos periodos y civilizaciones, por mas que algunos de ellos tomen el sustantivo espe- cffico de sus metales protagonistas: Edad del Cobre, del Bronce o del Hierro. En definitiva, el supuesto be- neficio de metales en una determinada época se basa en el hallazgo de objetos elaborados —de oro, plata y cobre, inicialmente—, en general escasos. que ya- cen junto con piezas cerémicas y utensilios varios da- tados como pertenecientes a una época concreta. Las dificultades mayores, no obstante, se presentan cuan: do se trata de querer matizar la procedencia minera de esos metales, por mas que concurran factores |i: mitantes en relacién con el transporte; este hecho ad: 15 quiere mayor complejidad atin como consecuencia de la superposicién de trabajos sobre un mismo yaci miento mineral a ritmos crecientes y en ocasiones es- pectaculares, que enmascaran y hacen problematica la identificacién de laboreos primitivos. Por tanto, en la mayoria de los casos tan sélo es posible caracterizar la existencia de incipientes activi dades extractivas metélicas simplemente a escala de zonas 0 comarcas, en base a los hallazgos arqueolé- gicos con el apoyo complementario de la coinciden- Cia espacial de asentamientos megaliticos en dreas de reconocida tradicién minera, sin que esta breve sinte- sis intente una delimitacin clara y rigurosa entre las distintas etapas prehistéricas, abarcando desde el Pa- leolitico hasta el Neoltico tardio. En cualquier caso, las huellas y vestigios de un im- portante pasado remoto minero de ANDALUCIA son abundantes y significativos; para el profesor SCHUL- TEN y otros autores, los trabajos mineros més anti guos de la Peninsula se localizan en la zona del Su- roeste (cobre y metales preciosos de HUELVA) y en la del Sureste (plata de ALMERIA), remonténdose su antigtiedad al tercer milenio a. C., si bien algun ar- quedlogo atrasa esta actividad a fechas més remotas. El ingeniero de minas José MESEGUER PARDO se- jiala a este respecto: «Los instrumentos y los restos humanos, de época poco posterior a la Edad de Pie- dra, encontrados en las minas de Aramo (Asturias), Cerro Muriano (Cérdoba) y Riotinto (Huelva), eviden- cian que fueron explotados aquellos yacimientos de cobre por hombres de las razas Cro-Magnon y Fur- fooz.+ En andlogo sentido se pronunciaba el también eminente ingeniero Antonio CARBONELL Y TRILLO-- 2, SINTESIS HISTORICA DE LA MINERIA ANDALUZA FIGUEROA, quien, al reconocer bajo la éptica arqueo- l6gica el criadero de Cerro Muriano, en CORDOBA, afirmaba su beneficio por parte de una etnia similar a la de Cro-Magnon, al igual que los pequefios yacimien tos también de cobre (y metales preciosos en sus crestones) en el VALLE DE LOS PEDROCHES, en la misma provincia; a los utensilios y vestigios corres- pondientes de esta zona presto una especial activi dad investigadora el profesor HERNANDEZ-PACHE- CO. En la ultima comarca referida es destacable la existencia de una excavacién sobre un filn de peder- nal en las proximidades de POZOBLANCO, cuyo mo- tivo fue el arranque y talla de titles en pleno Neolitico. En cuanto a la existencia de asentamientos mega- liticos en esta provincia cordobesa, caben sefalar. en. tre otros, los que se sitian en el distrito de PE- NARROYA-BELMEZ y en el de FUENTEOVEJUNA, asi como en CERRO MURIANO, todos ellos en el en- torno de dreas de gran tradicién minera; uno de ellos, localizado en la Fuente del Cacho, de la primera loca- lidad referida, fue descubierto y estudiado por el Se- minario «Antonio Carbonell», de la Escuela de Inge- nieros Técnicos de Minas de BELMEZ. e interpretado por algunos como enterramiento de trabajadores mi: eros, adjudicdndosele una antiguedad de 2.000 afios; por su parte, Antonio CARBONELL, hacia los afios de 1920, dio a conocer otros vestigios dolménicos en es- tas zonas, asi como numerosos utensilios prehist6ri- cos en los vaciaderos de las minas de Los Eneros, Vi- fias Perdidas, Pompeyo y Santa Barbara, del término municipal de FUENTEOVEJUNA, y en la mina Mira- buenos, del de VILLAVICIOSA DE CORDOBA. Sobre el distrito minero de HUELVA, se publicd un excelente trabajo en 1981 titulado «Exploracién ar- queometalirgica en Huelva, realizado por RIOTINTO. MINERA, S. A., con la firma de Antonio BLANCO FREIJEIRO y Beno ROTHEMBERG, en el que se re- cogen los resultados de una investigacién sistemati- ca y detallada de su pasado minero; para estos auto- res, «la fusin de minerales para obtener cobre se rea liza por primera vez en Huelva, en un horizonte cultu- ral calcolitico —Edad del Cobre | (IV-II milenio a C4, 0 sea en la transicién de la Edad de Piedra a la de una nueva sociedad urbana». En todos estos yaci mientos se encuentran numerosos tiles mineros, destacando por su abundancia los pesados martillos de minero con surco para enmangue. realizados a par- tir de gruesos cantos rodados de andesita; junto a es- tos vestigios abundan también los fragmentos de es- coria burdamente tratada con altos contenidos de mi- neral pertenecientes a la misma época, y en el entor- no de las explotaciones remotas se reconocen restos de asentamientos megaliticos en intima relacién con la mineria y la metalurgia, destacando entre todos 16 ellos los denominados déimenes de POZUELO, en las cercanias de la mina de Chinflén. El yacimiento de esta comarca que acusa una ma- yor antigiiedad en sus labores es el de Cuchillares. cu- yo descubrimiento como tal se debe a J. M. LUZON: también corresponden a esta época las explotaciones del Masegoso, asi como las del Cerro Salomén, en RIOTINTO, probablemente enfocadas a la obtencién de plata; vestigios similares correspondientes a esta Edad de! Cobre se han encontrado en las labores pri- mitivas de la Cueva del Monje, en HERRERIAS, y en algunas otras del rio Corumbel, en la vecina SIERRA DE TEJADA Al periodo Neolitico pertenecen diversos hallazgos de objetos metalicos de cobre en tierras de ALME- RIA; entre otros, destacan los punzones, cinceles. fle- chas y laminas de cobre procedentes de la zona de ANTAS y recogidos por Luis SIRET, al igual que los fragmentos que reconocié en el vecino paraje de El Garcel, 0 en las sepulturas de Puerto Blanco. cerca de HERRERIAS, en la zona minera de CUEVAS DE ALMANZORA. También corresponden a esta etapa «los cadaveres con trajes y sombreros de palma y ar- mas de cobre y piedra», como dice el profesor GON: GORA, encontrados en la Cueva de la Sarna, del tér- mino de SERON. En relacién con el posterior periodo Eneolitico, es- ta comarca del territorio levantino andaluz ha propor- cionado innumerables testimonios del empleo del co- bre y més tarde del bronce; los mas importantes de la primera época son debidos a los hermanos SIRET y en particular a Luis, descubridor en 1891 de la ne- crépolis de Los Millares, en la vertiente Norte de la SIERRA DE GADOR. y cuya localidad da nombre a to- da una cultura de gran influencia en la parte meridio- nal de la Peninsula durante esta etapa, también deno- minada Edad del Bronce | y que ha sido datada entre los afios 2500 y 1900 a. C. Para ALMAGRO y ARRI- BAS, los hombres de Los Millares eran prospectores de metales venidos del Egeo y del mundo anatolio. y su més importante objetivo era la exportacién del co- bre y de la plata; a este respecto afiaden: «Un pueblo minero organizado en plan igualitario... Su motor es la técnica minera y la metalirgica, que los impele a bus: car yacimientos de minerales y les da, con las nuevas. armas, la supremacia sobre otros pueblos vecinos. Esta sociedad pudo estar dividida en dos sectores: la masa popular de agricultores y ganaderos que produ- ce para sustentar la poblacién y la élite minera que or- ganiza y dirige la actividad de la misma.» La siguiente fase cultural asentada en esta zona del Sureste. y que sin duda tuvo mayor trascendencia y expansién que la de Los Millares. fue la denominada El Argar, en base a la localidad donde se descubrie- 2a LOS TIEMPOS PREHISTORICOS HASTA LA PREPONDERANCIA DE LOS TARTESIOS dotolieation de yatimuenias de wbee er dl distrilr de rucliw, trabejades tre h. ferieda laleotiti (lad del Crbee 1) WM miler a. ron los més importantes y numerosos vestigios de es- ta época, también conocida como Bronce Mediterré- neo. También sus asentamientos més caracteristicos fueron puestos de manifesto por Luis SIRET, comen- zando por las excavaciones practicadas en 1906 en los alrededores de las minas de plata de HERRERIAS, que por aque! entonces dirigia: los utensilios y restos de edificaciones reconocidos en Almizaraque fueron datados entre los afios 2000 y 1800 a. C. y al res- pecto sefialé que se trataba «de un laboratorio insta- lado por los colonizadores extranjeros para analizar los minerales, extraer los més ricos en plata y llevarsela.» Los hallazgos de objetos pertenecientes a esta cul tura no sélo se han circunscrito a los municipios de ANTAS y CUEVAS DE ALMANZORA, sino que abar- can un rea de mayor extensién que incluye los des- cubrimientos realizados en términos de SORBAS, MOJACAR, PURCHENA, VELEZ BLANCO y NUAR, 17 también en la provincia de ALMERIA, y su influencia, se manifesta en la de CORDOBA, donde el estudio de testimonios arqueolégicos procedentes de la SIERRA ALBARRANA hace decir a Bernardo LUQUE: «La tipologia argérica del perfil carenado nos retrae a ms de tres mil afios y nos hace ver, en medio de una regién salvaje, unos buscadores de metales con base. expansiva en Almeria.» En cuanto al empleo del oro en estas culturas pri- mitivas, el descubrimiento ms significativo es el pro- tagonizado por el profesor GONGORA, quien hallé en la Cueva de los Murcilagos. cerca de ALBUNOL, en GRANADA, una diadema de oro realizada en lamina fina cemniendo un créneo humano, junto a diversas pie- zas cerémicas y utiles varios; esta diadema bien po- dria constituir el objeto metalico més antiguo de la Pe- ninsula en el caso de ser coeténeo de las piezas ad- yacentes, hecho no demostrable con absoluta veraci- 2._SINTESIS HISTORICA DE LA MINERIA ANDALUZA dad, ya que su hallazgo se produjo hace muchos afios Y quizé entonces no fue estudiado con el rigor nece- sario: en esta misma cueva se encontraron cestos de esparto muy similares a los que durante muchos si- glos perdurarian en las explotaciones mineras. Lo in- sélito del oro elaborado y de las piezas anejas hace dudar a los arquedlogos, algunos de los cuales justi- fican deposiciones no coeténeas: sin embargo el mis- terio perdura, y ahi queda, entre cerémicas y esque- letos del Paleolitico Superior, una sugestiva hipdtesis 18 sobre precoz artesania del oro por parte de nuestros antepasados de las cavernas. Otras piezas también de oro halladas en territorio andaluz y correspondientes a estas etapas son las que corresponden, entre otras, a la sepultura de MONTI- LLA, en CORDOBA, consistente en una diadema, asi como los fragmentos localizados en la de Matarrubi- lla, en SEVILLA, y diversos objetos con forma de trompetilla procedentes de la Cueva del Rio Jorox, en ALOZAINA, en MALAGA, y en la zona de ARACENA, en HUELVA. 22. LOS TARTESIOS 2.2. LOS TARTESIOS Los tartesios constituyen los primeros explotado- res de los recursos del subsuelo andaluz sobre los ‘que existen referencias escritas. En efecto, sobre la riqueza metalifera del pais TARTESO, las primeras ci- tas figuran en el ANTIGUO TESTAMENTO, cuyo LI- BRO PRIMERO DE LOS REYES (X, 22) dice, al refe- Tirse a los largos viajes de las naves del Rey SALO- MON: «pues el Rey tenia naves de Tharschisch en el mar junto a las naves de Hiram: las naves de Thars- chisch venian una vez cada tres afios y tratan oro, pla- ta, marfil, monos y pavos reales», y refiriéndose a la plata, que «durante el reinado de! Rey Salomén se im- porté en tal cantidad que su valor era escaso- (X, 27): ello ocurria durante la primera monarquia israelita, en el siglo Xa. C. ISAIAS (LX, 9), hacia el afio 475 a. C., relata: «Pues me esperan las islas y se adelantan las naves de Tharschisch para retornar tus hijos de tierras lejanas con su plata y con su oro»; JEREMIAS (X, 9), tam bién en el siglo v a. C., afiade: «anchos lingotes de plata que proceden de Tharschisch»; y EZEQUIEL, en el afio 580 a, C., sefiala que: «los de Tharschisch pa- gan sus mercancias con estafio, cobre, plata y oro &. 9) y en otro pasaje CXXXVIll, 13) escribe: «Seba y Dedén y los mercaderes de Tharschisch... te dicen venis para recoger botin. has reunido tus huestes pa- ra el saqueo, para llevarte oro y plata», y en otro ca- pitulo (XVII, 12) se expresa asi: «Los cartagineses son tus negociadores entre la multitud y los propaga- dores de tu inmensa fortuna y te ofrecen el mercado de plata, oro, hierro, estafio y plomoe; refiriéndose a Tiro, comenta: «Tharschisch comerciaba contigo a causa de la multitud de toda clase de mercancias y lle- vaban al mercado plata, hierro, plomo y estafio.» Men- ciones de indole similar se encuentran en el GENE- 19 SIS y en JONAS, también en el siglo V a. C., y con anterioridad en LOS SALMOS, del afio 650 a. C., asi como en otros libros de las SAGRADAS ESCRI- TURAS. ANACREONTE, en el afio 530 a. C., decia, alaban- do las riquezas de TARTESOS, en la pluma de ES- TRABON (151): «Yo no quisiera el cuerno de Amal tea, ni reinar ciento cincuenta afios en Tartesos*. re- firiéndose al longevo y culto Rey ARGANTONIO, cu yo nombre, derivado de la lengua céltica, significaba «el hombre de la plata. HERODOTO, gran viajero que vivi6 entre los afios 480 y 430 a. C., al hablar de los colonizadores focenses que arribaron a TARTESOS por los siglos vil y vi a. C., pone de manifiesto «su abundancia de bienes metaliferos» y menciona el via je de KOLAIOS EL SAMIO, quien llevé de TARTE- SOS, a mediados del siglo vila. C., «cantidades in- mensas de plata» (IV, 152). EI siciliano ESTESICORO, hacia el afio 600 a. C., se refiere al cardcter argentifero del nacimiento del rio Tarteso. segin recogeria siete siglos después ES- TRABON (148) al referirse al lugar en que fue engen- drado el legendario Gerién: «casi enfrente de la ilus- tre Eritrea, junto a las fuentes inmensas del Tartesos de raices argénteas, en su escondrjo de la pefia- Otros testimonios del siglo Via. C... recogidos mucho después por ESTEBAN DE BIZANCIO sin concretar autor, dicen: «Tartesos, ciudad de Iberia, nombrada del rio que fluye de la montafia de la plata, rio que arrastra también estafio»; y en las cartas de EUSTA- QUIO a DIONISIO (337), se dice: «El Betis es un rio, de Iberia que tiene dos desembocaduras en medio de las cuales, como en una isla, esté la referida Tarte- 08, asi llamada porque también el Betis se llamé Tar- tesos entre los antiguos... y se cuenta que el Tarte- 08 llevaba el estafio a los de alli...» También en el PE- RIPLO MASALIOTA, escrito hacia el afio 520 a. C. y 2._ SINTESIS HISTORICA DE LA MINERIA ANDALUZA que constituye el documento geografico més antiguo del que se tiene conocimiento, se contienen diversas referencias a los metales de TARTESOS, de acuerdo con la transcripcién que nos ha llegado en la pluma del romano de origen etrusco FAUSTO RUFO AVIE- NO, quien lo recogié en su obra «Ora Maritima». En ella se cita en la costa arenosa del sureste de HUEL- VA «el Monte Casio, habiendo antes la lengua griega denominado Kassiteron al estafio»; en la versién del Presbitero José RIUS | SERRA se recoge el texto si quiente: «Luego por encima de la marisma esta re- costado el Monte Argentario, asi llamado por los an- tiguos a causa de su hermosura, pues el estaho brilla espléndidamente en sus laderas y aun mayor resplan- dor despide en los aires de lejos, cuando el sol toca con sus rayos sus cumbres elevadas~ (295). (Sobre las mencionadas referencias al estario, hay que tener en cuenta que por aquellos tiempos esta palabra no tenia el mismo significado o al menos tan restringido como en la actualidad; de hecho, muchos siglos més tarde, en el xvi, AGRICOLA todavia de- nominaré «stannum» a la mezcla de plata y plomo.) También ESTEBAN DE BIZANCIO se refirié a fuen- tes muy antiguas en las que se decia que «habia mu- cho oro y plata en Ibilla, ciudad del reino de Tartesos», y TITO LIVIO (XXVIII, 23) refiere «la gran cantidad de oro y plata que poseian los habitantes de la heroica ciudad de Astapa» (ESTEPA, en SEVILLA). PLATON, nacido el afio 427 a. C.,. en su bello poema de La At- \antida habla del pueblo tartesio, marinero y feliz: co- menta su fama entre los griegos por lo que se cuenta de «sus minas, de su industria de los metales y de su comercio maritimo». De otro lado, la riqueza mineral de TARTESOS es alabada por ESCIMO DE QUIOS, geégrafo y poeta griego del siglo | a. C.,. quien en su =Periégesis» basada en relatos de EFORO, que vivie hacia el afio 380 a. C.. relata (164): «La nombrada Tar- tesos, ciudad ilustre, que trae el estafio arrastrado por el rio desde la céltica, asi como el oro y bronce en ma- yor abundancia.» POLIBIO, nacido hacia el 230 a. C.., ‘menciona la zona de CASTULO «de plomo mezclado con plata», y POSIDONIO, continuador de la obra de aquél, refiere que «en la Turdetania. el oro no se ex: trae unicamente de las minas, sino que también por lavado... Los rios y torrentes arrastran arenas aurife- ras», y continuando su retrato sobre la TURDETANIA, afiade: «Cada montafia, cada colina, parecen un mon- t6n de materiales para hacer monedas.» ESTRABON, al hacerse eco de los escritos de PO- LIBIO y de POSIDONIO, recoge noticias sobre «el metal de plomo cavadizo, con mezcla de plata, en las inmediaciones de Castalona*, y escribe que «en Tur- detania, en época de la conquista barquida, sus habi- 20 tantes usaban toneles de oro y que «los turdetanos tenian establos y toneles de plata, hasta fines del si- glo a. C.»; y en su descripoién de la TURDETANIA afiade: «Abunda esta regién en tantos bienes que no ala ligera, sino con razén, ha de admitirse cuén feraz sea en metales; pues aun cuando toda Hispania est plena de ellos, ni todas sus comarcas son en igual gra: do fructiferas y felices, ni todas abundan extraordina- riamente en metales. Raro es en verdad que ambos casos se prodiguen, pero mas extrario ain es que una regién tan pequefia posea riquezas minerales de todo género. Pues Turdetania y su zona préxima producen tanto, que nada se puede decir como suficiente enco- mio de su excelencia.» La importancia de la mineria tartesia queda, pues. de manifiesto en los profusos comentarios que reco- ge [a literatura primitiva: a ello hay que afiadir el cre- cido numero de voces técnicas tomadas de su len- ‘ua. que después mencionaria PLINIO y que figuran en la romana «Lex Metalli Vispacensis» Se reconocen laboreos mineros correspondientes a esta época sobre los crestones de los filones cu: priferos ya referidos de CERRO MURIANO y del VA- LLE DE LOS PEDROCHES, asi como sobre otros si- milares situados al sur de BELMEZ, en la provincia de CORDOBA: a este periodo corresponden también los comienzos de la mineria de plata en la zona de PO- SADAS y al sur de FUENTEOVEJUNA. en las minas, del Piconcillo, en la misma provincia. Los hallazgos ms caracteristicos han consistido en martillos de pie- dra, asi como alguna punterola de hierro y monedas con inscripeién ibérica, Sin embargo, las explotaciones mas importantes que llevaron a cabo fueron las que corresponden a la region onubense de RIOTINTO y zonas adyacentes, en donde recuperaban ademas del cobre. el oro y la plata contenidos en las monteras de los yacimientos pirticos; este beneficio de los metales preciosos se confirmaba ya a nivel de referencias en los escritos de ESTRABON: «En Turdetania habia minas de cobre que se llamaban minas de oro, porque antes habian producido este metal.» De la intensidad con que los tartesios trabajaron estos criaderos, basta recordar las palabras de José Luis SOBRINO al respecto, apo- yando las conclusiones de Joaquin GONZALO Y TA- RIN: «De los veinte millones de toneladas métricas que se cifraban a finales del siglo x1, las escorias an- tiguas de la provincia de Huelva. una quinta parte cuando menos, se identificaron de procedencia feni- cia 0 tartésica.» Sobre la cuestién del desagiie en es- tas minas, POSIDONIO en ESTRABON lll, 2-9) dice que «los turdetanos abren sinuosas y profundas ga- lerias, reduciendo a menudo las corrientes que en ellas se encuentran por medio de tornillos egipcios~ 2.2._LOS TARTESIOS Cesow cle. eet , seule aigtos VU Ul al. Luanalile dt ow , citatullin de boone Le Costaue a 2._SINTESIS HISTORICA DE LA MINERIA ANDALUZA En la SIERRA DE GADOR, de la provincia de AL- MERIA, y hacia la zona minera de BERJA y DALIAS, se reconocen vestigios de remotas explotaciones de dificil datacién, especialmente en el denominado Lla- no de los Pozos. De esta area, y sin que se conozca el lugar exacto de su procedencia, ha quedado un in- teresante testimonio escrito sobre lémina de plomo, encontrada en 1860 y en paradero desconocido: el texto correspondiente, en lengua ibérica, fue descifra- do por CARO BAROJA, segin un minucioso dibujo realizado por ZOBEL; para SCHULTEN «seguramen- te es una liquidacién de cuentas de plomo proceden- te de una mina de este metal cerca de Almeri El hallazgo arqueolégico metélico de mayor impor- tancia e interés, relativo a esta civlizacién, es el cons- tituido por el denominado Tesoro del Carambolo, en SEVILLA, compuesto por bellisimas joyas tartésicas de oro y bronce, Otros tesoros ibéricos de plata des- tacables son los encontrados en MOGON, FUEN- SANTA, LOS VILLARES, TORRES, EL CENTENILLO, SANTA ELENA y SANTISTEBAN DEL PUERTO, en la provincia de JAEN, y en el solar conocido como «Mons Argentarius=, lo que confirma una actividad mi- nera en este distrito. Asimismo se han hallado obje- 22 tos de plata en las localidades cordobesas de POZO- BLANCO, AZUEL, MARRUBIAL, CANETE DE LAS TORRES, LA GRANJUELA y VILLAR DEL RIO, tam- bién préximas 0 inmediatas a centros de antigua im- portancia minera Unos cuatrocientos bronces hallados en el puerto de HUELVA, el nucleo comercial de los tartesios para los productos de las minas de RIOTINTO y su comar- a, procedentes de un navio hundido, especialmente espadas datadas hacia el aio 1000 a. C., parecen constituir un cargamento de material de chatarra con destino a volver a ser fundidos en la industria del bron- ce tartésico, uno de cuyos centros metalirgicos prin- cipales se situaba en la vecina ISLA DE SALTES. Otros objetos diversos de bronce de esta época han sido localizados en TORREMOLINOS (MALAGA), CASTULO WAEN) y CARMONA (SEVILLA). Pero los hallazgos de bronce mas representativos del arte oriental arcaico son los jarros que han ido apa- reciendo en los tltimos afios en museos y coleccio- nes particulares, entre los que destacan los proceden- tes de CARMONA y LORA DEL RIO, en SEVILLA, y los de NIEBLA, en HUELVA, asi como en la capital. De MALAGA hay que afiadir otro ejemplar testimo- niado por los restos de palmeta del asa. 23. LOS FENICIOS 23. LOS FENICIOS Entre los siglos XIV y xia. C. arribaron a las costas andaluzas las naves de Tiro y Sidén, atrayendo en paz a sus pobladores ¢ iniciéndoles en nuevos métodos para el mejor aprovechamiento de sus recursos mine- rales, si bien parece que no fueron auténticos explo- tadores mineros, sino que més bien fijaron su aten- ci6n en los aspectos comerciales, constituyéndose en intermediarios entre los tartesios y el mercado medi- terréneo. A este respecto, DIODORO (5, 35, 4) co- ‘menta que «los primeros fenicios que navegaron has- ta Tartesos volvieron trayendo plata a cambio de ace te y otras mercancias que habian llevado consigo; de mado que no podian admitir més plata, viéndose obi gados, al volver de aquellos parajes, a fundir en plata todas aquellas cosas de que se servian, incluso las anclas» Para su desarrollo comercial, fundaron diversas fac- torlas y asentamientos en parajes litorales y, en ge- neral, préximas a centros de produccién minera; a es: te respecto conviene sefialar que la diferenciacién ne- ta y rigurosa entre las creaciones de cardcter fenicio y tartésico es una cuestién dificil de precisar por cau- sa de ese solape y paralelismo entre las dos culturas. Desde su centro inicial de operaciones, situado en GADIR, comienzan una expansién litoral y continental que alcanzaria su maxima importancia en el distrito metalifero de HUELVA, donde entre otros nicleos fundan, 0 al menos potencian considerablemente, la localidad de THARSIS, voz de origen fenicio que, en opinién del profesor norteamericano HAUPT. quiere decir «preparacién de minerales+: a este propésito, son curiosas y anecdsticas las referencias que hacia Guillermo P. RUTHERFORD, que fue presidente de la Compaiiia de Tharsis, y que Isidro PINEDO recoge en 23 sus «Piritas de Huelva»: «De la parte historica que tan ampliamente trata Deligny, no deja de ser interesante que los habitantes del pequefio pueblo de Alosno, in- mediato a las minas de Tharsis, se consideran des- cendientes de los fenicios. Son mercantes nobles, co- mo fueron sus antepasados. Tenian costumbre en tiempos no lejanos de salir en cabalgata vendiendo mercancias por Io largo de la peninsula. Hicieron di- nero e invirtieron grandes capitales en los “Consu- mos”, llegando a administrar los de la capital de Espa.» Numerosas escorias, datadas unas como fenicias y otras quizd anteriores, se reparten por la comarca ‘onubense, destacando entre otras las que correspon- den al Cerro Salomén, en RIOTINTO, asi como las in- mediatas del érea de El Lago. El nombre de ISLA DE HERACLES (o de MELKART) dado a la actual ISLA DE SALTES, frente a HUELVA, designa a esta locali- dad como puerto fenicio de las minas de cobre del dis- trito de RIOTINTO; de esta isla se servian para alma- cenar el mineral y proceder a su elaboracién, como de- muestran los numerosos vestigios y escoriales de esa época También los fenicios se implantaron en ABDERA, actual ADRA, en la costa almeriense. y en la zona de influencia de las minas de plomo de la SIERRA DE GA- DOR; a este respecto, Gabriel PASCUAL Y ORBA- NEJA refiere: «Y aunque los Fenicios fueron los pri: meros que rompieron estas minas y desfloraron sus riquezas, después los Romanos no dieron lugar a que estuvieran ociosas volviéndolas a cultivar en su tiem- po...» ¥ en su proseguir litoral a partir de GADIR ha- cia la comarca minera de Cartagena, llevaron su acti- vidad a las ricas galenas argentiferas de la SIERRA ALMAGRERA, fundando la ciudad de BAREA, sefia- lado centro metalirgico de la época en las inmedia- ciones de la actual VERA, también en la provincia de 2._ SINTESIS HISTORICA DE LA MINERIA ANDALUZA, ALMERIA, y citada ya en el PERIPLO MASALIOTA, aunque sin referencia a su cardcter minero. A esta potenciacién del beneficio del plomo y de la plata responde la creacién de otros centros mineros como los de BEOCIA (actual BAEZA), CASTULO, VILCHES y HELLARES (actual LINARES), en el im- ortante distrito de JAEN, en opinién de FERNANDEZ SOLER, ‘Asimismo hay constancia de la explotacién de la sal marina por medio de técnicas de evaporacién en di 24 versos puntos costeros, desde GADES hasta Carta- gena, para aprovisionamiento de las factorias de sa- laz6n de pescados, de gran aceptacién en el Ambito mediterréneo. De hecho, fue tal fa importancia comercial de los fe- icios para los productos tartésicos, que el acufia- miento de monedas de plata iberas parece venir im- puesto por la necesidad de establecer valores de referencia. 24, LOSHELENOS 2.4. LOS HELENOS Coincidiendo con la toma de GADIR por los tarte- sios entre los siglos Vily Vi a. C., arribaron a las cos- tas del Sur los buques de Samo al mando de COLEO, y tras recibir una favorable acogida por parte de los nativos, regresaron a su pais excitando la codicia de los habitantes de Jonia con los relatos acerca de la feracidad de la regién del BETIS y de los tesoros mi- nerales del MEDIODIA hispénico. Como consecuen- cia, nuevas expediciones procedentes de las islas griegas fueron buscando asentamientos en estos territorios, al amparo de las facilidades otorgadas por el rey ARGANTONIO en su dnimo de vengarse de los fenicios por su victoria naval en Theron. Su influencia en la cultura tartésica debié ser tan intensiva, que to- davia en época romana se hablaba griego en ANDA- LUCIA, como lo atestigua el mismo CICERON, sibien su permanencia no debié ser dilatada por causa de la irrupcion de los cartagineses, que obligé a los hele- nos a desplazarse a las tierras del Norte. Los griegos focenses emplazaron diversas colonias fundando nuevos centros en zonas de interés minero, © bien potenciando niicleos de anterior creacién feni- cia. Entre los primeros caben sefialar los de la SIERRA DE LUJAR, en la costa granadina, de la SIERRA DE GADOR y de la SIERRA ALMAGRERA, en la provin- cia almeriense; en esta tiltima fundaron la colonia de MOLYBDANA, préxima a la actual VILLARICOS, ci- tada por HECATEO en el afio 500 a. C. y transcrita de éste por ESTEBAN DE BIZANCIO. En cuanto a las de origen anterior y que fueron potenciadas, destaca- 25 ron las localidades jienenses de BAEZA, CASTULO, VILCHES y HELLARES 0 HENARES (actual LINA- RES) Continuaron asimismo la explotacién de los filones de cobre aurifero en la provincia cordobesa, con tra- bajos de importancia en CERRO MURIANO y en la re- gién Norte de HORNACHUELOS e intensificaron la mineria en el VALLE DE LOS PEDROCHES, asi co- mo la de plomo de POSADAS y ALMODOVAR DEL. RIO, laboreando las partes superiores de los filones de El Tesoro y El Rincén, no llegéndose en profund dad a los niveles de aguas abundantes y procediendo a pequefios desagues mediante vasijas de cobre. Aun persisten los martilos de piedra y en las localidades citadas se han hallado monedas de esta época Diversos autores helenos o de su drea de influen- cia se refieren a las abundantes minas de este terri- toric: POSIDONIO DE APAMEA, sirio de origen, que vivié entre los afios 135 y 51 a. C. dejé bastantes no ticias al respecto que luego recogeria ESTRABON en el Libro Il de su Geografia; en concreto y de estas fuentes referidas, ESTRABON hace referencias «a las mérgenes del Betis como aurferas, hecho bien ave- riguado», y en otro lugar se refiere a «la existencia de una mina en las cercanias de Cotinas (7), en la que el oro aparece asociado al cobre» y a la existencia de =minas de oro en Sierra Nevada>; sobre esta Sierra, hay referencias de la época acerca de la explotaci6n de minas de cinabrio. Otras citas se encuentran en los textos de POLIBIO, HERODOTO y DIODORO, y consta que los masaliotas sacaban de estos territo- rios gran cantidad de plata. 2__SINTESIS HISTORICA DE LA MINERIA ANDALUZA 2.5. LOS CARTAGINESES La expulsion de los fenicios por los cartagineses, a la vez que la victoria de éstos sobre los helenos y la finalizacién del imperio de los tartesios con el asedio y destruccién de TARTESO por los cartagineses en- tre los afios 520 y 509 a. C.,. cambian el ritmo y el sig- no minero de Iberia que, a partir de entonces y duran- te siglos, conllevard de forma permanente una conno- tacién de carécter belicista, No obstante, la caida de la civilizacién tartesia, en ‘opinién de algunos historiadores, no se debid funda- mentalmente su enfrentamiento con los cartagine- ses, sino a un cambio del sistema econdmico impe- rante en el Mediterréneo a partir del cual la prepon- derancia del bronce, cuyo protagonismo ostentaban los tartesios, decae para dejar paso a la del hierro, do- minado por los cartagineses. Y aunque quiza los car- tagineses no fueron grandes promotores de la técni- cay del arte minero, si debieron obligar a los nativos @ forzar la produccién de metales. especialmente de Plata, con objetivos pecuniarios bélicos. Por otra Parte, la intensidad de las explotaciones mineras de- bié sufrir alternativas en razén a las empresas guerreras y a las grandes levas que algunas de ellas exigieron. De hecho, la mineria cuprifera del distrito de HUELVA salié tan mal parada que hubieron de transcurrir mas de quinientos afios para su re- cuperacién. Sin embargo, numerosas minas de plata que venian explotando los tartesios continuaron su actividad du- rante la dominacién cartaginesa, cesando ésta con las Guerras Punicas hasta la conquista de ANIBAI, pues se sabe que mandé abrir varios pozos con fundicién 26 que alin estaban en funcionamiento en tiempos de PLINIO. En concreto, la tradicién sefiala que las mi nas de Los Palazuelos, en la zona jienense de CAS- TULO y con abundante plata, constituyé la dote que aporté la princesa HILMICE, nacida en BAEZA, hija de Un caudillo ibérico y dama de Castulone, a su boda con ANIBAL, segun refiere TITO LIVIO (24, 41, 7) Las crénicas relatan que los pozos denominados de Baebelo y de Anibal, en estas minas de Los Palazue- los, le rendian 300 libras de plata diarias, seguin reco- ge PLINIO (33, 97). Otras minas de plomo explotadas durante la etapa cartaginesa fueron las de la SIERRA DE LUJAR, en GRANADA, asi como las de plata de HERRERIAS, al pie de la SIERRA ALMAGRERA, en la provincia de AL- MERIA. En el término cordobés de FUENTEOVEJU- NA, al este de la poblacién, se encuentra el llamado «Campo de Anibal», donde existen varias minas «al parecer de plata-, segin apunta Luis Maria RAMIREZ en 1840, sugiriendo la hipétesis de una posible acti- vidad minera en esta época. En cuanto a la existencia de objetos pinicos en zo- nas mineras, los hallazgos arqueolégicos han sido realmente pobres; entre ellos destacan un ara y dos esculturas encontradas en las minas de RIOTINTO, objetos que aun sin relacién directa con la mineria, si la tienen con la poblacién que cerca de las minas hubiere. En relacién con el beneficio del oro, SILIO ITALI- CO, hacia el afio 80 a. C., relata que «durante las guerras de Anibal con Roma habia gentes que traian oro de la comarca de Corduvas, y en su historia so- bre las Guerras Pinicas, sefiala los campos auriferos de CORDOBA, de la que dice «gloria de una tierra ri- ca en oro» EPOCA PRE-ROMANA (WETHIES PRECIOSOS V CBRE | HORNACHUELOS Y BELMEZ (WETALES PRECIOSDS Y COBRE| SIERRAS DE HUELVA Td, PIOMD V COBEE, FUENTE-DBE WMA bLATd LOBRE Y PL a TIA | 2OSADAS PLATA V COBRE| 2.6. LOS ROMANOS (WETALES PRECIOSDS V COBRE CERRO MURIANO PEDROCKES R R R R Pit, Y PLOW Wed 3° UR 5RANADA if 5# GADOR a7 LATA PIOMD. LINARES ~ Ld CARDLINA| PLATE WERRERISS ¥ 3% ALMAGRERA 2._SINTESIS HISTORICA DE LA MINERIA ANDALUZA 2.6. LOS ROMANOS Tres afios después de la caida de Cartago-Nova a manos de ESCIPION en el afio 209 a. C., Roma se hizo duefia de forma progresiva de los territorios del sur de la Peninsula, cuyas minas comenzé a trabajar con gran intensidad, prosiguiendo explotaciones en curso © investigando nuevos yacimientos minerales. La romanizacién trajo consigo el florecimiento de la in- dustria minera, a la que aplicaron singulares tecnolo- gias de arranque y profundizacién, en ocasiones ver- daderamente espectaculares, y puede afirmarse, co- ‘mo reconocen la mayoria de autores sobre la mate- ria, «que no dejaron rincén alguno del pais donde no realizaran siquiera trabajos menores de reconoci- miento» La primera legislacién en materia minera conocida se debe a esta época de dominacién romana; su in- terpretacién esté basada en los numerosos textos es- critos que hacen referencia a ella y muy en particular Por una de sus tablas que, grabada sobre placa de bronce, fue hallada en las minas portuguesas de Vis- paca del distrito cuprifero del Suroeste y de donde to- ma su denominacién: «Lex Metalli Vispacensis. » Son innumerables las referencias escritas sobre la riqueza y actividad mineras de estos territorios duran- te la época romana desde sus comienzos, habiendo sido visitados por numerosos geégrafos e historiado- res. POMPEYO TROGO, en tiempos de AUGUSTO, escribié en base a fuentes griegas su «Historiae Phi- lipicae» en 44 volumenes, que terminé en el afio 20 a. C., y en cuyo Ultimo tomo, dedicado a ESPANA, ‘matiza que «la riqueza en metales sdlo cabe en An- dalucia»; y en el himno del poeta CLAUDIANO, a fi- nales del siglo tv d. C.. en alabanza a SERENA, mujer de STILICON, se ensalza «la patria, rica en corceles, metales y trigo» 28 Uno de los mayores promotores mineros de esta €poca fue SEXTUS MARIUS, que luego seria jefe del partido democratico y llegado a ESPANA hacia el afio 114 a. C. con objeto de combatir a los lusitanos que depredaban la ESPANA CITERIOR como pretor de la misma; al poco se convertiria en duefio de las minas de cobre, oro y plata de la SIERRA MORENA, cuya denominacién procede de la deformacién popular de su apellido, al igual que la mina mas importante de su propiedad en CERRO MURIANO, al que PTOLOMEO (2, 4, 18) designa «Mons Marianus»; aun hoy en dia la SIERRA MORENA se conoce como CORDILLE- RAS MARIANICAS. CORNELIO TACITO también menciona las minas de cobre y oro de MARIO, de quien dice: «Sextus Ma- Tius. riquisimo de las Espafias, acusado de haber corrompido a su hija... y para que no se dudase de que sus minas de oro y su dinero...»; al fin fue des- efiado por la roca Tarpeya. a la vez que TIBERIO con- fiscaba sus minas, segiin relata el mismo TACITO (6, 19) transfiriéndolas después al Senado Romano. So- bre estas explotaciones cercanas a CORDOBA tam- bién existen referencias, asi como a su propietario, en los escritos de PLINIO y su actividad minera debio ex. tenderse al distrito cuprifero de HUELVA, segtin se deduce del hallazgo de una inscripcién procedente de SEVILLA que se refiere a las minas de RIOTINTO y esté dedicada a un

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